SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
Axiología y ética: el estudio de los valores y la reflexión moral
1. • Con base en la etimología, que el
concepto "axiología"—cuyas dos
extensiones son la ética y la estética—
puede ser interpretado como el estudio
filosófico de los valores.
• Al ser entonces la axiología la parte de la
filosofía que se encarga de estudiar la
naturaleza y criterio de los valores así como
de los juicios de valor, podría decirse que su
foco de estudio se concentra en la sociedad
y sus valores
AXIOLOGÍA
2. De filosofía de los valores se empezó a
hablar en el siglo XIX. Sin embargo, los
antecedentes más lejanos al respecto,
señalan a los estoicos como los primeros
en usar el término "axiología" para
quienes la palabra "valor" hacía referencia
a "toda contribución a una vida conforme
a las reglas", lo que garantizaba la armonía
entre le hombre y la naturaleza y en don-
de vivir conforme a la naturaleza llevaba a
la consecución de una vida buena
3. El doctor Robert Hartman desarrolló la ciencia de la axiología entre los
años 1930 y 1973.
Hartman, filósofo y matemático se preguntaba por qué los hombres tenían
tanta destreza para organizar el mal pero no eran igual de buenos a la hora
de organizar el bien, y pensó que todo radicaba en que el hombre se había
desarrollado de manera asimétrica, esto es, que su conocimiento del
mundo había rebasado el conocimiento sobre sí mismo
4. Desarrolló entonces un sistema basado en la lógica con
el cual pretendía determinar los patrones de
pensamiento de las personas.
Así, definió la axiología como el "sistema formal
para identificar y medir los valores", en donde
"es la estructura de los valores de una persona la que le
brinda su personalidad, sus percepciones y decisiones"
y aunque las personas somos diferentes y pensamos de
manera distinta, Hartman formuló su teoría
pretendiendo determinar la forma como
pensamos y, específicamente, quiso con su teoría
estudiar cómo las personas establecen el valor de las
cosas
5.
6.
7.
8. Así, lo que en general busca esta asociación nacida
de las teorías e ideas del doctor Hartman, es
mostrar nuestra capacidad para reconocer diversos
niveles de valor y encontrar nuestra idoneidad a la
hora de emitir juicios valorativos.
9. Más allá de que las tesis del doctor Hartman sean ciertas o no, lo
que nos interesa a nosotros es encontrar qué o cuáles son los
valores para nosotros, qué criterios tenemos para valorar y
cómo hacemos para determinar la validez o no, si es el caso, de
los juicios de valor, pero sobre todo qué tiene que ver esto de la
axiología con el concepto de ética, o más aún, qué tiene que ver
lo que denominamos moral con nuestra capacidad de valorar y
con nuestra forma de hablar acerca de los valores
10. La axiología tiene como centro
de estudio los valores y la
sociedad, además, que una de
las extensiones de la axiología
es la ética o reflexión moral
11. Podemos decir que
emerge lo ético como
reflexión moral,
porque es en la acción
en donde nace y toma
sentido el análisis
ético
12. La ética proviene de la palabra griega ethos que reside en el
concepto de la morada o lugar en el cual se habita.
El ethos es el suelo firme, desde el cual nace la praxis que a
su vez es la raíz sobre la cual brotan los actos humanos.
Ethos significa carácter que se logra mediante el hábito y no
por naturaleza. Dichos hábitos nacen por repetición de
actos iguales, en otras palabras, los hábitos son el principio
intrínseco de los actos
13. De esta manera, toda aquella repetición
de los actos es un síntoma o mejor una
evidencia de la personalidad como
construcción propia del hombre. Lo cual
indicaría "ya que la virtud humana no
sólo radica en el saber y que la
posibilidad del saber ético depende
más bien de cómo es uno, lo cual a su
vez está previamente determinado por
la formación y la socialización, por las
formas de vida comunitaria
14. Ante todo somos seres sociales que
implícita o explícitamente
aceptamos normas mínimas de
comportamiento. Uno nace y se
hace, pero también nos hacemos a
la luz de la vida en comunidad.
15. Esta vida en comunidad nos enfrenta a múltiples
relaciones que se establecen entre los individuos,
en las cuales se presentan o se pueden presentar
diferencias de criterio, incluso,
independientemente de la existencia de posibles
consentimientos.
Se podría decir que algunas de estas diferencias
pueden resolverse potencialmente por medio de
un sistema de costumbres cuasi-legal, en donde el
incumplimiento de algunos de sus preceptos
traería consigo algún tipo de castigo.
Por otro lado, contamos en nuestras sociedades
con sistemas legales que regulan y solucionan los
problemas que se presenten
16. Sin embargo, en medio de estos dos
extremos podemos hallar un sector
algo más sentimental de nuestras
vidas, en donde muchas veces no
operan ni las costumbres ni las leyes.
Es el sector de nuestros modos de ser
en donde nace aquello que se
denomina moral.
17. Con esto sobre la mesa podemos aproximarnos
un poco a la conceptualización del término
"moral", del latín mores o costumbre, que se nos
presenta como la adquisición de los modos de
ser, bien por apropiación o por niveles de
apropiación
18.
19. Este es el sendero que seguimos a la
hora de evaluar y de ofrecer criterios
de valor y es el piso sobre el cual
emerge nuestra praxis (DOCENTE)
Nos apropiamos y nos identificamos
según las pautas que se siguen
intersubjetivamente y según ello se
nos premia o bien se nos castiga
Individual o colectivamente somos el
objeto inmediato o mediato de la
valoración ética
20. La conciencia es básicamente apertura, finitud y
carencia, pero ante todo ansiedad de sentido,
verdad y valor.
Esta pluralidad nos enfrenta al hecho de que la vida
en sociedad necesita normas mínimas que
aseguren la paz y la armonía entre los habitantes de
cada nicho social. Normas que aunque sean más
para el interés general no atenten de manera
certera en contra de los individuos en particular
21. Los principios son reglas o
normas que orientan la acción
de un ser humano cambiando
las facultades espirituales
racionales.
Los principios morales también
se llaman máximas o precepto
constitucional.
22. Los siete principios fundamentales
son:
la humanidad, la imparcialidad, la
neutralidad, la independencia, el
voluntariado, la unidad y la
universalidad.
23. El tiempo ha ido regresando el tema de la ética al campo de la
ciencia y de las profesiones, por un lado porque la desilusión
de la modernidad y la fé ciega en la razón que dio origen a la
llamada posmodernidad (Morin, 2005), o modernidad líquida
(Bauman, 2007), trajo consigo un retorno al campo de la
subjetividad y una revaloración de la dimensión afectiva en la
que se sigue ubicando a la ética, y por otra parte, porque la
profunda crisis sistémica en que se encuentra el planeta en lo
ecológico, lo económico, lo político, lo social y lo cultural ha
obligado a la sociedad a volver a pensar en la relación entre el
saber y el vivir, entre las prácticas humanas y lo
auténticamente humano; en términos filosóficos, entre la
verdad y el bien.
24. Es así que un análisis más contemporáneo del tema nos
lleva a comprender la relación estructural y dialógica
entre ética y profesión; si entendemos bien lo que es una
profesión, y si visualizamos la ética desde una
perspectiva amplia y profunda, esta relación resulta
evidente e irrenunciable, de tal forma que puede
afirmarse que toda profesión se ejerce desde una visión
ética, y que toda visión ética conlleva una definición de
lo que es una profesión y un buen profesional.
25. Hortal (1996) plantea que en cierto modo "todo trabajo remunerado es una
profesión" pero en el sentido pleno "no todo trabajo remunerado es una
profesión"
Según este autor, para que un trabajo o conjunto de actividades pueda llamarse
plenamente profesión tienen que cumplirse cinco condiciones básicas: que las
personas tengan una dedicación estable a ese conjunto de actividades con una
función social específica; que esas actividades constituyan el medio de vida de las
personas que las ejercen; que exista un cuerpo específico de conocimientos de esa
actividad, del que carecen los que no son profesionales de la materia; que estos
conocimientos se transmitan de manera institucionalizada a los nuevos
profesionales y que haya una forma de acreditación socialmente legitimada para
ejercer esta actividad; y finalmente, que exista un control de los profesionales
sobre el ejercicio de la actividad, para lo cual se constituyen los colegios, los cuales
establecen las normas y procedimientos que van a regir este ejercicio
26. Los
principios
de
la
ética
profesional
Desde los planteamientos de autores
como Hortal (1996; 2002), Martínez
(2006), Hirsch (2004) y otros, estos
principios fundamentales son:
principio de beneficencia (al que
en ocasiones se añade su
contraparte, como principio de no
maleficencia),
principio de justicia y
principio de autonomía.
27. “La educación en valores tiene sus
cimientos en la equidad, el respeto, la
libertad y en el amor, desde una
perspectiva dirigida siempre al bien
común”
28. Vivimos una crisis social, en la que problemáticas como la
violencia, la inseguridad, la desigualdad socioeconómica, la
corrupción y la discriminación se han apoderado de nuestra
cotidianidad. Se manifiestan en diferentes contextos sociales,
en las calles, dentro de los mismos hogares e incluso en las
instituciones educativas. Pese a ello, desde diversas
orientaciones se percibe la convicción de implementar acciones
concretas en torno a estas problemáticas.
La necesidad de una educación en valores es evidente
29. Bonifacio Barba señala que desde “un sentido formativo
de la escuela y de su eficacia, tanto social como
pedagógica, la educación es por naturaleza, una cuestión
de valores, un proceso de formación moral” (Barba:
2005; p. 9).
Los esfuerzos que en México se han realizado para
mejorar la calidad de vida y el acceso a la educación
desde su políticas públicas no es suficiente.
30. Requerimos pensar la educación de
una forma diferente. Para ello, se
torna necesario establecer una
definición de valores que permita
llevar a cabo el proceso de formación
moral que señala Barba. La axiología,
desde la escuela objetivista, sostiene
que los valores existen objetivamente;
que son entidades externas e
inmateriales, independientemente de
si el hombre los percibe o no
(Rodríguez, Frade y Albelo: 1995;
p.22). Esto quiere decir que los
valores se conocen por intuición o,
mejor dicho, por la capacidad
cognoscitiva que se afina en los
contextos familiares y escolares.
31. Estos valores se relacionan con los
derechos naturales del ser humano que
en teoría son inquebrantables,
inalienables y universales. Hablamos de
la dignidad, la libertad, la equidad, el
respeto y el amor que nos son innatos,
por lo que una educación en valores
debe estar dirigida siempre en pro del
bien común basada en la inteligencia, en
la consciencia y en la voluntad.
32. Dos postulados que nos pueden orientar a ese punto: el
primero de ellos es lo que señala Serafín Antúnez: “La
educación en valores se justifica por la necesidad que
tenemos los individuos de comprometernos con
determinados principios éticos que nos sirvan para
evaluar nuestras propias acciones y las de los demás”
(Antúnez: 2009; p. 15); por otro lado, Gerardo Barbera
nos dice: “La educación en valores supone acciones
ontológicas y axiológicas trascendentes que la
fundamenten como propuesta ética y política, y así se
hacen vida en una comunidad existencial concreta e
histórica” (Barbera: 2008; p. 111). Ambas posturas nos
indican que las necesidades humanas generan derechos
para satisfacerlas, por lo que emergen deberes naturales
para atender estas necesidades por medio de los valores
que se traducen en derechos naturales.
33. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible de
2015 planteó 17 Objetivos de desarrollo sostenible, que
conllevan un espíritu de colaboración para elegir las mejores
acciones con el fin de mejorar la vida, de manera sostenible,
para las generaciones futuras. Proporcionan orientaciones y
metas claras para su adopción por todos los países en
conformidad con sus propias prioridades y los desafíos sociales y
ambientales del mundo en general. Por lo que los gobiernos
deben diseñar sus políticas públicas basadas en estos 17
objetivos, y los pueblos deben respetar y realizar estos
lineamientos siempre y cuando, dentro de estas agendas se
apele fuertemente a la educación en valores ya descrita, con la
que nos quite la venda de los ojos para dejar de concebir una
vida desde el individualismo y protejamos el bienestar de todos
34. La educación en valores es
trascendental para que nuestra libertad
no sea contemplativa únicamente, sino
que actúe en nosotros mismos para
alcanzar un estado justo y equitativo.