Este documento presenta una serie de frases y expresiones comúnmente usadas en la Ciudad de México (conocida como chilangolandia), y explica el origen e historia detrás de cada una. Algunas de las frases explicadas son "andar hecho la mocha", que se refiere a ir rápido y viene de las locomotoras más pequeñas usadas en las estaciones ferroviarias; "école cua", que significa "exacto" y tiene origen en la expresión italiana "eccolo qua"; y "sepa la bola", que
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Chilangismos
1. CHILANGUISMOS
A continuación, te presentamos una serie de frases que se usan a
diario en la Ciudad de México, también conocida como
Chilangolandia, el D.F., la capirucha, el Defectuoso.
Los habitantes (chilangos) de esta ciudad, tienen una «particular»
manera de expresarse. Entre su amplio léxico, se han registrado las
siguientes frases. ¡échales un ojo!
2. «ANDAR ECHO LA
MOCHA»
Situémonos en los tiempos en que los ferrocarriles acababan de llegar a México.
Las locomotoras eran enormes e imponentes, pero quien diga que el tamaño no
importa está muy equivocado. Su peso era su talón de Aquiles, pues las volvía
lentas y poco prácticas para ciertas labores. Poco tiempo después llegaron
locomotoras más pequeñas, destinadas a cumplir labores locales dentro de las
estaciones. No tenían las filas enormes de vagones como las otras, por lo que eran
mucho más rápidas. Estas locomotoras “mochas” dieron origen a la frase “ir
hecho la mocha”, o sea, ir de prisa.
3. ¡ÉCOLE CUA!
Sabes que eres barrio y retro cuando en lugar de decir “¡exacto!” dices
“¡école cua!”. A pensar de que esta expresión suena bastante
ñera, tiene un origen culto. Esta interjección que denota que hemos
dado en el clavo tiene origen italiano, y es la mexicanización de la
expresión “eccolo qua”, que podría ser traducido como “aquí
está”. Lo que significa que al fin encontramos la solución a un
problema gordo, expresando sorpresa y beneplácito.
4. ¡SEPA LA BOLA!
Esta frase surgió en los tiempos de la Revolución Mexicana. Aunque los ideólogos de este
movimiento eran en su mayoría clasemedieros, en los levantamientos callejeros había de
todo, campesinos, mujeres encabritadas, militares... A este grupo tan dispar se le
conocía como “la bola”, una bola de gente bien diferente que lo único que tenía en
común era querer tirar la dictadura de Porfirio Díaz (Don Porfis, pa’ los cuates).
Cuando había destrozos o saqueos y no había a quién echarle la culpa, la gente
simplemente decía que había sido “la bola”. Desde entonces decir “sepa la bola” es una
manera de expresar “a mí ni me veas, yo qué” cuando alguien pregunta quién es el
responsable de algo.
5. ¡AGUAS!
En los tiempos de la Colonia era muy común no tener un sistema de
drenaje en casa, así que la manera más práctica de deshacerse del agua
puerca era tirarla por los balcones. Esta agua era el producto del aseo
de los trastes, la ropa y por supuesto, de las bacinicas. Para avisar que
esta agua iba a ser arrojada y no le cayera a algún pobre incauto, se
gritaba “aguas”. Qué bueno que en aquel entonces no existían los
audífonos.
6. «ANDAR DEL TINGO AL
TANGO»
Tingo, conocido también como Villa de Tingo, es un poblado peruano
que pertenece a Arequipa. Geográficamente, Perú se ubica al noroeste de
Argentina, país originario del tango. Andar del tingo al tango significa
entonces, literalmente, andar de arriba para abajo, de Perú a
Argentina.
Los chilangos usamos una variante local con el mismo significado: andar
como calzón de ****. Bueno, dejémoslo en "andar como prenda íntima de
mujer de la vida galante".
7. ¡LA TERCERA ES LA
VENCIDA!
Existen dos teorías acerca del origen de esta frase: la primera es en la lucha
cuerpo a cuerpo, donde al derribar tres veces al oponente, el contendiente
salía victorioso. La tercera caída a la lona se convierte entonces en la victoria
segura, el fin de la lucha.
Sin embargo, la teoría más aceptada (y también la más oscura) se remonta al
ejercicio del derecho en los siglos XVI y XVII. En aquellos tiempos, si un
ladronzuelo reincidía y se le encontraba culpable de hurto tres veces, se le
colgaba en plazas públicas como muestra de que la autoridad no se andaba con
jueguitos. Para el pobre caco, la tercera era la vencida.
8. ¡ERES UN CULERO!
La palabra “culero” tiene diferentes significados dependiendo de la latitud
geográfica. Mientras en España es un adjetivo que se le da a los huevones que
dejan todo al último, en México lo utilizamos para designar a una persona mal
intencionada. Ser culero es ser malo como carne de puerco con cisticercos. ¿Pero
de dónde viene la palabra?
En Cuba, culero es un sinónimo de pañal. O sea, lo que se le pone al bebé en el
culo. Al adoptar el término en México lo hicimos en el sentido más literal: un
culero es una persona llena de mier...coles. Ahora todo tiene sentido.
9. «DARLE VUELO A LA
HILACHA»
Esta frase la usaban nuestras abuelas para decir que alguien andaba en
malos pasos. La palabra “hilacha” literalmente significa “pedazo de hilo
que se desprende de la tela”. La RAE también lo señala como “residuo o
vestigio”. Así, darle vuelo a la hilacha significa cometer actos que
terminarán por destruir o desgastar el tejido sin medir las
consecuencias. Un equivalente más actual sería “irse como hilo de
media”. O dejarse ir como chivo en cristalería. O como gorda en
tobogán. No si para frases, los mexicanos somos finos.
10. «YA SE ARMÓ LA GORDA»
Aunque la primera imagen que nos viene a la cabeza es una suegra tomando un
cuerno de chivo, el origen de esta frase es totalmente diferente. “La Gorda” era el
nombre con el que los andaluces conocieron a la Revolución Española de
1868, que puso en tela de juicio el reinado de Isabel II.
Hubo muchos intentos de levantamiento, pero sólo la Gran Revolución, La Gorda,
fue capaz de tumbar al régimen monárquico. Decir que se armó la gorda es decir
que se armó la revolución, pero la grandota, la chida, la mera mera.
11. «UN OJO AL GATO Y OTRO
AL GARABATO»
En los viejos tiempos no habían refris, mucho menos las maravillas de hoy que hasta
hielitos hacen. ¿Cómo conservaba la gente sus alimentos frescos? En el caso de las
carnes, se preparaban embutidos que aguantaban más el proceso de
descomposición. Estos embutidos se colgaban en fierros conocidos como
“garabatos”
Antiguamente todas las casas contaban con al menos un gato, que era la manera
más sencilla de mantener a raya a los ratones. Sin embargo los felinos solían treparse
a los garabatos para atascarse los chorizos de la casa, por lo que había que estar con
un ojo al gato y otro al garabato.
12. EL QUE QUIERA AZUL
CELESTE, ¡QUE LE CUESTE!
Antiguamente, el lapislázuli era un mineral casi tan preciado como el oro por
el costo de su extracción y transportación. El azul celeste ocupado para los
cielos de los retablos de las iglesias se obtenía mezclado lapislázuli con blanco. Ya se
pueden imaginar: ponerle azul a los cuadros era carísimo.
Los jerarcas de la Iglesia terminaron adoptando esta frase como analogía y se la
aplicaban a sus feligreses: “¿quieren entrar al azul reino de los cielos? Pues
órale, paguen el precio”.
13. «DAR GATO POR LIEBRE»
Aunque Tepito se pinte solo para la piratería, este fenómeno no nació en el Barrio Bravo ni es
exclusivo de nuestros tiempos. La frase “dar gato por liebre” es una referencia constante en
las obras literarias del Siglo de Oro en España, siendo Quevedo uno de los autores que más
la usaban. Esta frase se empleaba porque en las hospederías o mesones, con tal de ahorrarse un
dinerito, a veces se usaba carne de dudosa procedencia, llegando a reemplazar el conejo o el
cabrito por carne de gato.
Para tranquilizar a sus comensales, los dueños de los establecimientos recitaban en la mesa el
siguiente conjuro: “si eres cabrito, mantente frito; si eres gato, salta al plato”. Y como la
carne nunca saltaba, se daba por sentado que no era carne de gato. ¿Cómo la ven desde ahí?
14. ¡AQUÍ HAY GATO
ENCERRADO!
Ya que andamos gatunos, la frase “aquí hay gato encerrado” tiene un origen curioso.
Aunque nos imaginemos a un simpático felino siendo víctima de encierro, la
palabra “gato” en ese dicho se refiere a un bolso donde se guarda dinero, el
clásico costalito de monedas que vemos en las películas que retratan la Edad Media.
Cuando la gente quería viajar con un dinerito sin ser asaltados en los
caminos, cosían estos bolsitos con dinero en alguna parte oculta de la
ropa. Cuando este bolso secreto era descubierto se decía “aquí hay gato encerrado"
y el pobre dueño era despelucado de sus moneditas.
15. ¡ERES UN AVE DE MAL
AGÜERO!
El pájaro de mal agüero (primo del pájaro meaplacas y el pájaro con suelas) tiene un
origen que se remonta a la antigua Roma. Aunque los romanitos parecían muy
civilizados, realmenteeran muy supersticiosos y tomaban todas sus decisiones
importantes consultandooráculos. Uno de los ritos de adivinación más comunes
era predecir acontecimientos basados en el vuelo de buitres o cuervos. Si el ave
era portadora de malas noticias, se decía que era un ave de mal agüero. Desde
entonces y hasta ahora, se usa esta frase para designar a las personas que están
saladas.
16. ¡EN UN SANTIAMEN!
Todos (o casi) hemos estado en una misa y hemos experimentado las
ganas de picarnos los ojos una y otra vez gracias al aburrimiento. Esto
no es nada nuevo. Desde que las misas se oficiaban en latín, la
gente esperaba la bendición del padre para huir del recinto. La
expresión en un “santiamén” se refiere a decir la última parte de la
expresión “In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti, Amén” a
toda prisa, todo para huir lo más rápido posible de la iglesia.