Colombia depende principalmente de productos del sector primario como el petróleo y el café que se exportan sin procesar, lo que genera bajos ingresos. La inversión en tecnología educativa permitiría transformar esos productos para agregarles valor a través de procesos industriales, así como desarrollar nuevos productos de alta tecnología, aumentando significativamente los ingresos del país, como lo han hecho naciones europeas. Aprovechar el potencial de la tecnología educativa no es una utopía sino una realidad al