Los rayos X fueron descubiertos accidentalmente en 1895 por Wilhelm Röntgen, un científico alemán, mientras realizaba experimentos con tubos de vacío. Una semana después, tomó la primera radiografía de la mano de su esposa. Los rayos X son una forma de radiación electromagnética que puede penetrar el cuerpo humano y producir sombras de los huesos y dientes. Aunque la radiación no es buena para el cuerpo, las dosis utilizadas en exámenes médicos comunes no suelen producir efectos adversos.