La madrina da un discurso de felicitación a los graduados del Caxton College. Ofrece consejos positivos basados en su experiencia como científica, enfatizando la importancia de aprovechar la plasticidad cerebral de la juventud para aprender valores así como materias académicas. Recomienda tomar decisiones basadas en la vocación y aptitudes, y anima a aquellos inclinados a la ciencia a perseguir esa carrera. Finalmente, invita a los graduados a formarse constantemente a través del trabajo duro y la preparación.
C.Guerri - XV promoción de graduados caxton college.
1. XV promoción de graduados del Caxton College
26 de Junio del 2015
Consuelo Guerri
Señora Directora y Subdirectora, señores profesores, padres y familiares, y sobre
todo, queridos graduados, buenas tardes a todos.
Es para mí un gran honor y una gran satisfacción ser madrina de esta decimoquinta
promoción de graduadas y graduados del Caxton College. Pero también es una gran
responsabilidad a la que no estaba acostumbrada: ahora tengo por primera vez un
gran número de ahijados a quienes he de enviarles un mensaje constructivo.
¿Qué debo hacer como madrina? Ante todo, felicitaros por vuestra graduación. Hoy
es un gran día para vosotros, el final de una etapa de vuestra vida, y el comienzo de
nuevas etapas que seguro van a ser muy buenas pero que, recordadlo también,
pueden frustrarse o estropearse si no os comprometéis con ganas y energía para
que salgan muy bien, para que vuestra vida y las de los que os rodeen, sean plenas y
felices. ¡Estoy segura de que todo irá muy bien, y, desde luego, os lo deseo, de
verdad, de todo corazón!
En el manual sobre cómo ser madrina que me he tenido que leer para preparar este
acto, dice que debo daros consejos positivos. Así que...¡ahí voy!
Como ya me escuchasteis en una pequeña charla que di en el Colegio, soy científica,
y en realidad me ocupo de nuestro sistema nervioso, ese tesoro y verdadero milagro
de la supercomputación que nos hace ser nosotros mismos, ser humanos, y que nos
da lo mejor, pero también puede darnos lo peor, de nuestras vidas. Trataré de
sazonar mis pequeños consejos de manual de madrina con un poco de conocimiento
neurológico.
Todos vosotros habéis completado un primer periodo de vuestra formación, etapa
muy importante tanto en el desarrollo intelectual como personal. Lo que se aprende
durante la niñez y la adolescencia en general se fija y mantiene durante toda la vida.
El cerebro humano no termina su maduración completa hasta el final del segundo
decenio, alrededor de los 20 años. Durante la niñez y la adolescencia el cerebro es
plástico y moldeable como el barro o la plastilina, construyendo nuevas y fuertes
conexiones entre sus neuronas, conexiones que son la base del aprendizaje y que en
buena medida permanecen para siempre. La plasticidad neuronal permite que los
niños y los jóvenes puedan aprender, algo que cada vez está más restringido en el
2. adulto. No desperdiciéis esa oportunidad. ¡Aprovechadla, porque de que lo hagáis va
a depender en buena medida cómo seréis de adultos!
Cuando hablo de aprender, no sólo me refiero a nuevas materias académicas e
idiomas, que, por supuesto, incluyo centralmente en ese proceso de aprendizaje,
pero también al aprendizaje de valores. Los valores son esenciales para el desarrollo
de vuestra personalidad, pero también son muy importantes para la existencia
misma de la sociedad, de una sociedad en la que valga la pena vivir. La generosidad,
el compañerismo, la honestidad, la lealtad, la compasión, el saber ponerse en la piel
del otro (que es a lo que llamamos empatía), la ética personal, la franqueza y
veracidad, la limpieza de intenciones, etc., son valores clave para crecer como seres
humanos, como personas adultas, en esas nuevas etapas de desarrollo personal y
también profesional que vais a iniciar. Pero también son clave para que construyáis y
conservéis la sociedad libre e igualitaria en cuanto a oportunidades que estoy segura
veis como consustancial a la vida civilizada y plena.
Y ahora voy a hablaros de la suerte y, lo siento, también de vuestras
responsabilidades. No controlamos nuestra suerte, no sabemos cómo nos llega o
nos falta, si nos la da o nos la quita alguien, pero sin duda la tenéis: sois unos
afortunados, casi diría unos privilegiados, como lo fui yo también con mi familia y
mis oportunidades educativas y vitales. Ahí estáis, fenomenales, jóvenes, sanos, bien
vestidos y bien alimentados y, sobre todo, cuidados por familia y colegio, quienes se
han ocupado de que recibáis una excelente educación. No todos en nuestra sociedad
han tenido tanta suerte. Un sólo dato: con la crisis, pero seguro que también antes
de ella, muchos jóvenes, ahora, aquí, en Valencia, alrededor de uno de cada 4-5, ni
estudian ni trabajan. ¿Qué hemos hecho, vosotros y yo, para merecer ser
afortunados, incluso privilegiados? Seguramente nada, porque no hemos elegido a
nuestras familias: hemos recibido un regalo que no hemos hecho nada para
merecer. ¿Y cuáles son nuestras responsabilidades frente a ese regalo? A mi
parecer, la primera es no desperdiciarlo: puesto que tenéis unas oportunidades que
muchos no tienen, aprovechadlas bien, haced de vosotros y vosotras personas
formadas, completas, valiosas, honestas, productivas, honradas, que contribuyan al
bienestar no sólo de vosotros mismos, sino de toda la sociedad. Sed felices, pero a la
vez formaos, no despilfarréis vuestras oportunidades. La segunda responsabilidad
es la de los fuertes: ayudad a los más débiles, a los que son menos fuertes que
vosotros. Si no sois responsables de tener suerte, en buena medida muchos no lo
son de no haberla tenido: luchad por el bien, por la justicia, por la igualdad de
oportunidades, por una vida digna para todos, por la verdad y, por supuesto, por
vuestro bien personal, pero siempre sin perjuicio del bien de los demás. En suma, sed
3. compasivos, solidarios y comprometidos en devolver a la sociedad la riqueza y
enseñanzas que habéis recibido. Que vuestra excelente educación redunde en
beneficio también para los demás. Como dijo Nelson Mandela, “La educación es el
arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo”.
Unas palabras sobre la toma de decisiones. Porque vais a tener que tomarlas. Tras
terminar esta etapa de vuestra formación os iréis dando cuenta que cada vez sois
más dueños de vuestras vidas: elegiréis carrera, camino profesional, especialidad,
tipo de actividad, apuesta de ocupación, etc. La dirección que toméis dependerá
sobre todo de vosotros y de las oportunidades que os el mundo que os rodea. Os
recordaré que a vuestra edad, seguramente de 16 a 19 años, la zona cerebral con una
mayor influencia en la toma de decisiones, la llamada "corteza cerebral prefrontal”
no está plenamente desarrollada. Aún con esa limitación vais a tener que decidir, por
ejemplo, por qué carrera apostar. Ahí una madrina solo puede aconsejaros cosas ya
sabidas, lugares comunes: valorad tanto los aspectos que dependen de vosotros
como los que os vienen impuestos: qué os gustaría hacer (lo que se llama vocación),
qué aptitudes teneis para hacerlo, pero también qué posibilidades de empleo o de
generación de negocio os da. Pero, ante todo, que os ilusione, porque la vida es
demasiado corta para dedicarla a un trabajo que te aburre.
Aprovecharé para animar a hacer ciencia a aquellos de vosotros que os sintáis
inclinados a generar conocimiento nuevo. Yo me marché a EEUU hace 40 años y
luego volví a España, unos años después, para iniciar mi investigación aquí y para
poder revertir a la sociedad la educación que había recibido. Nunca me he
arrepentido de mi decisión, ya que mi trabajo me entusiasma, me pasan las horas sin
darme cuenta y además puedo aportar algo al país y a la sociedad. Pagaría, y de
hecho a veces he pagado, por seguir trabajando en ciencia. Acordaros que puede
hacerse ciencia en muchos campos, desde la medicina o la biología a la física o la
química, hasta la economía y las humanidades. Así que si os gusta, no os dejéis llevar
por clichés pasados: es posible ganarse la vida como científico o científica, aunque
cada vez más, como para las demás profesiones, hay que considerar a Europa y en
realidad a todo el mundo como nuestro país. Vale la penas recordar aquí lo que decía
Luis Pasteur, famosísimo microbiólogo francés del siglo XIX a quien debemos las
vacunas “La ciencia es el alma de la prosperidad de las naciones y la fuente de vida
de todo progreso”; y también “Las ciencias aplicadas no existen, sólo las aplicaciones
de la ciencia”. España y Europa necesitan inversión en ciencia así como muchos
científicos para tener éxito como país y como economía. Sin embargo, el interés de
los jóvenes por ser científicos está declinando en favor de profesiones que,
supuestamente, pueden dar más dinero (cosa, que, por cierto, no siempre es segura).
4. O damos la vuelta a esa tendencia o fracasaremos como país y como continente. Y
esa es una responsabilidad que habréis de afrontar vosotros.
Acabaré con una invitación a la formación y la laboriosidad, al trabajo constante. Lo
haré con citas. Decía Pasteur, “La fortuna juega a favor de las mentes preparadas”, lo
que viene a significar que la formación es clave. En cuanto a la laboriosidad, se
atribuye al gran pintor español Picasso la frase "La inspiración es importante, pero
que te pille trabajando". Finalmente, la definición anglosajona de genio: "El genio es
10% de inspiración y 90% de transpiración". Que en vuestra vida la inspiración no os
falte pero que le añadáis la transpiración necesaria para ponerla en práctica. Y que
seáis sensatos, afortunados y felices. Y fuertes. Fuertes para saber levantarse tras
los inevitables tropiezos y caídas que tenemos todos en nuestras vidas. Pero no es
hora de hablar de tropiezos, sino de esperanzas, fortuna y de un futuro formidable.
Poniéndome el sombrero de madrina Jedi tengo que acabar diciéndoos ¡QUE LA
FUERZA OS ACOMPAÑE! Sed felices.