1. LA ARQUITECTURA
La Historia de la arquitectura es una subdivisión de la Historia del arte encargada del
estudio de la evolución histórica de la arquitectura, sus principios, ideas y realizaciones.
Esta disciplina, así como cualquier otra forma de conocimiento histórico, está sujeta a las
limitaciones y fortalezas de la historia como ciencia: existen diversas perspectivas en
relación a su estudio, la mayor parte de las cuales son occidentales.
En la mayoría de los casos -aunque no siempre- los periodos estudiados corren paralelos a
los de la Historia del arte y existen momentos en que las estéticas se sobreponen o se
confunden. No es de extrañar que una estética vanguardista en las artes plásticas aún no
haya encontrado su representación en la arquitectura y viceversa.
Durante la prehistoria surgen los primeros monumentos y el hombre comienza a dominar la
técnica de trabajar la piedra.
El surgimiento de la arquitectura está asociado a la idea de abrigo. El abrigo, como
construcción predominante en las sociedades primitivas, será el elemento principal de la
organización espacial de diversos pueblos. Este tipo de construcción puede ser observado
aún en sociedades no integradas totalmente a la civilización occidental, tal como los
pueblos amerindios, africanos y aborígenes, entre otros. La presencia del concepto de
abrigo en el inconsciente colectivo de estos pueblos es tan fuerte que marcará la cultura de
diversas sociedades posteriores: varios teóricos de la arquitectura en momentos diversos de
la historia (Vitrubio en la antigüedad, Leon Battista Alberti en el Renacimiento, y Joseph
Rykwert más recientemente) evocaron el mito de la cabaña primitiva. Este mito, con
variantes según la fuente, postula que el ser humano recibió de los dioses la sabiduría para
la construcción de su abrigo, configurado como una construcción de madera compuesta por
cuatro paredes y un tejado de dos aguas.
A medida que las comunidades humanas evolucionaban y aumentaban, presionadas por las
amenazas bélicas constantes, la primera modalidad arquitectónica en desarrollarse fue
esencialmente la militar. En ese periodo surgieron las primeras ciudades cuya configuración
estaba limitada por la existencia de murallas y por la protección de amenazas exteriores.
La segunda tipología desarrollada fue la arquitectura religiosa. La humanidad se
confrontaba con un mundo poblado de dioses vivos, genios y demonios: un mundo que aún
no conocía ninguna objetividad científica. El modo en que los individuos lidiaban con la
transformación de su ambiente inmediato estaba por entonces muy influenciado por las
creencias religiosas. Muchos aspectos de la vida cotidiana estaban basados el respeto o en
la adoración a lo divino y lo sobrenatural. El poder divino, por lo tanto, era equivalente (o
aún superaba) el poder secular, haciendo que los principales edificios dentro de las ciudades
fueran los palacios y los templos. Esta importancia de los edificios hacía que la figura del
arquitecto estuviera asociada a los sacerdotes (como en el Antiguo Egipto) o a los propios
gobernantes y que la ejecución fuera acompañada por diversos rituales que simbolizaban el
contacto del hombre con lo divino.