La teoría de fijación de metas de Edwin Locke se basa en cinco principios: 1) las metas deben ser claras, 2) deben establecer retos apropiados para las habilidades de la persona, 3) se requiere compromiso para lograr las metas, 4) se necesita retroalimentación para mantener el desempeño, y 5) las metas deben ser lo suficientemente complejas para mantener el interés.