El documento describe los beneficios económicos y sociales del ahorro energético. El ahorro energético mejora la competitividad de la economía y promueve un crecimiento basado en la innovación. Además, genera nuevas oportunidades laborales en campos como la ingeniería, la arquitectura y las tecnologías de la información. La crisis ha puesto de manifiesto la insostenibilidad del modelo de consumo energético actual. El ahorro energético puede suponer una oportunidad para sectores como la construcción y la industria
BENEFICIOS ECONÓMICOS Y SOCIALES DEL AHORRO ENERGÉTICO
1. BENEFICIOS ECONÓMICOS Y SOCIALES DEL AHORRO
ENERGÉTICO
La diversificación de las fuentes de energía, la eficiencia energética basada en la
innovación y la implantación de un nuevo modelo que permita el autoconsumo son
factores que contribuirán firmemente, junto con el fomento del ahorro energético, a
conseguir el "milagro" de hacer más competitiva nuestra economía. Es decir, el ahorro
energético mejora la competitividad de nuestra economía.
La eficiencia energética, en colaboración con otros sectores de la economía, como la
tecnología y las energías renovables, entre otros, promete generar un crecimiento de
calidad basado en la innovación. No es tarea fácil, pero las nuevas "smart grids" de
gestión de la energía y las ciudades inteligentes son el germen de una nueva
economía. Ante nuestros ojos tenemos la respuesta, y está a nuestro alcance. El
ahorro de energía es un componente clave en los próximos años para lograr una
economía y promover las oportunidades de las empresas locales.
En las ciudades ya empezamos a reconocer como familiares elementos como las
farolas solares, eólicas o con tecnología LED, que iluminan las calles controladas por
sistemas de regulación de la potencia de la iluminación en función de la climatología,
el momento del día y el volumen de tráfico. La tendencia será conseguir edificios,
transportes y ciudades generadoras de su propia energía, capaces de gestionarla con
eficiencia y almacenarla o volcarla a la red, si es preciso.
Nuevas oportunidades laborales
Se abre así una nueva oportunidad laboral para cientos de personas formadas en
campos tan dispares como la ingeniería, la arquitectura, el urbanismo, el diseño, las
energías renovables, la consultoría, la domótica, la informática o la gestión eficiente
del agua, entre muchos otros. Entre ellos un grupo destaca: los profesionales de las
nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC). La aplicación de las nuevas
tecnologías a la eficiencia energética traerá nuevos desarrollos en sistemas de energía,
contadores inteligentes, edificios autos suficientes o medios de transporte
autoalimentados o que funcionen con energías limpias.
Todavía es pronto para estimar cifras pero por ejemplo en Estados Unidos estos
empleos inteligentes podrían generar 280.000 empleos sólo hasta 2012. Y ello en
particular en los aspectos que se refieren a la gestión energética. En nuestra mano está
2. realizar el esfuerzo que nos permita acceder al abanico de posibilidades en torno al
salto tecnológico que suponen las nuevas ciudades inteligentes.
Las empresas del sector de la eficiencia energética están sorteando un año complicado
en lo que a lo económico se refiere, pero que promete enormes posibilidades ante la
necesidad imperiosa de ahorro por parte de las administraciones públicas (general y
local) y de las empresas, cualquiera que sea su ámbito de actuación.
Crisis de un modelo ineficiente
La crisis ha venido a poner el foco en un modelo de consumo energético ineficiente e
insostenible que no nos podemos permitir ni en términos de dependencia exterior, ni
en protección medioambiental, ni en costes del sistema. La eficiencia energética lleva
consigo enormes beneficios y puede suponer un nuevo reverdecimiento del sector de
la construcción a través de la rehabilitación energética de edificios, la mejora de la
alicaída competitividad de la industria, con la reducción de consumos y la
modernización del sector turístico, mediante la eficiencia energética y la disminución
de emisiones contaminantes.
En cuanto a la eficiencia energética en los edificios, incumplimos la normativa europea
(Directiva 2002/91/ CE) y tendremos que realizar un enorme esfuerzo en los próximos
años para ponernos al día, una vez se haya adaptado el marco regulatorio pertinente.
De los objetivos 20- 20-20 para 2020 en España parece que el que menos posibilidades
tiene de cumplirse es precisamente el del ahorro energético. Estamos aún lejos de
conseguir nuestros objetivos. Pero también hay notas positivas. Los profesionales del
sector están haciendo un gran esfuerzo tanto individual y de empresa, como a través
de las distintas asociaciones e instituciones para mejorar la cualificación de todos los
que trabajan en este sector. Se están produciendo grandes avances en materia de
formación y profesionalización de la actividad relacionada con los servicios
energéticos. Sin duda una condición indispensable para conseguir la confianza de los
clientes y la garantía en los resultados.
Partimos de que la energía es imprescindible, agotable y que debe ser compartida,
ahorrar energía por un lado, utilizando los recursos de forma eficiente y utilizar las
energías renovables por otro, forman la prioridad estratégica en un país como el
nuestro con una gran dependencia externa de suministros.
3. Se han producido importantes avances en los usos finales de la energía y han tomado
relevancia la mejora de la eficiencia energética, los rendimientos energéticos y la
racionalización de su utilización.
Tenemos que contribuir cada uno de nosotros a reducir los consumos de energía sin
que eso suponga renunciar al bienestar y el confort, aprendiendo y tomando
conciencia de que debemos seguir el camino que resulte beneficioso para la economía
del país y la salud del medio ambiente. Un bienestar sostenible y duradero, un cambio
a nivel individual. Nuestra sociedad está empezando a comprender el concepto de
ahorro y eficiencia energética, pero aún queda un largo camino que recorrer tanto en
conductas como en hábitos para lograr una buena optimización de los recursos.
Esperamos que en el futuro próximo exista un marco legal adecuado que impulse el
desarrollo del sector de la eficiencia energética, con sólidas bases en la innovación
tecnológica, con el objetivo de fomentar todas las actividades de negocio asociadas al
sector y a su cadena de valor.