1. Actividad 1 año Educación Cívica
Salud estudio y rendimiento
¿Qué tener en cuenta para estudiar?
Salud física y mental es indispensable para poder estudiar. Una de las primeras obligaciones como estudiante
consiste en cuidar al máximo la salud. Y si me enfermo o tengo un dolor, es preferible perder unas horas en el
médico, que estudiar con malestar.
Es importante hacer una vida ordenada y tener en cuenta que:
La alimentación san tiene mucha influencia sobre el estudio. Cuando vamos a estudiar después de comer, tenemos
que considerar que no debemos hacerlo en exceso. Si lo hacemos el sueño nos hace imposible la concentración. Pero
tampoco es bueno ni para estudiar ni para la salud dejar de comer, tomar gaseosa o café dejando horarios de comida
de lado. Una comida liviana y sana permite máximo rendimiento en el estudio.
El descanso, es muy frecuente que los estudiantes cuando llegan los exámenes duerman muy poco. Piensan que
estudiando en horas de descanso rinden más (se equivocan), debemos considerar la fatiga física y mental propia del
estudio.
Fatiga física : Los músculos que necesariamente interviene en el estudio pueden fatigarse, los del brazo al escribir al
sostener un libro , los posturales , los oculares al leer.
A veces al escribir nos aferramos a la lapicera con tanta fuerza que al rato no podemos seguir escribiendo porque
nos duele la mano.
Generalmente, cuando el alumno se siente cansado de estudiar, descubre que le duele la espalda, el cuello y hasta las
piernas. Esto se debe o bien a una postura inadecuada motivada por el lugar que uso para estudiar, o bien la tensión
muscular que a veces se crea al estudiar. Aprietan los puños, muerden con fuerza un lápiz. Es más, para pensar
acompañan sus esfuerzos con cabeceos, gestos con las manos y hasta con los pies. Si bien estudiar no es estar inmóvil,
hay que quitar las tensiones musculares, ya que son la causa más frecuente del cansancio en el estudio.
Para eso hay que tratar de relajarse cuando nos damos cuenta de que nos estamos poniendo tensos. Puede ser muy
conveniente hacer pequeñas pausas para hacer un poco de ejercicio ( no más de un par de minutos). Respirar de
manera honda y pausada- y si es posible con el diafragma- también ayuda mucho tanto a relajarse, como a estar
despierto y lúcido.
Fatiga mental: cuando la fatiga es mental, cuando notamos que luego de un largo esfuerzo no podemos seguir,
debemos hacer pequeñas pausas cada tanto. Salir a la calle, dar una vuelta a la cuadra, caminar por el jardín, escuchar
unos minutos de música con los ojos cerrados…
Finalmente el que desea estudiar seriamente, debe hacer sacrificios. Como los deportistas de alto rendimiento, se
deben privar de todos los excesos (estar muchas horas jugando en la compu, mirando televisión, paseando todo el
día…)
Concentración: el tiempo en que logramos concentrarnos va aumentando con el ejercicio. Pero aún cuando sentimos
que estamos cansados, las breves pausas de reposo van a permitir recuperar fuerzas. La concentración y la fatiga
tienen un ciclo.
Primero: Se necesita un tiempo de “calentamiento” en el que la concentración va aumentando poco a poco. Cuando
notamos que la concentración disminuye y la fatiga aumenta, las pausas breves hacen que tomemos un nuevo impulso.
Inteligencia: Las personas tienen diferentes grados de inteligencia. Pero debemos tener en cuenta, que no siempre los
que mejor andan en el estudio son quienes tienen una mayor capacidad. Los que llegan más lejos en difícil camino del
estudio y el trabajo intelectual no son, necesariamente, los más inteligentes, sino aquellos que usan bien la inteligencia
que poseen.
2. Por otra parte la cantidad de inteligencia, la facilidad para comprender, asimilar, descubrir, imaginar y crear no es algo
fijo, que nos viene dado y que no podemos cambiar.
El esfuerzo, el trabajo, hacen crecer la inteligencia y en cambio una actitud de desprecio por el trabajo intelectual, un
eterno aburrimiento hacia el aprendizaje hacen que la inteligencia dismuya y se atrofie.
La inteligencia es como un músculo, con el ejercicio se desarrolla, pasa a ser fuerte y flexible, con la vida sedentaria se
vuelve débil e inútil.
Afectividad: Es el placer que siento por el estudio o por el contrario el desagrado que el estudio puede causarme. El
desarrollo de este deseo de estudiar, del amor por el estudio, convierte al estudio en placentero y así se logra un
avance importante.
Sobre el estudio, pueden hacerlo difícil y hasta imposible. Estos factores son importantes y debemos considerarlos. Si
pese al intentarlo no podemos dejar de lado las preocupaciones, a veces es preferible tratar de solucionar el problema
primero y seguir estudiando después.
Hay problemas muy graves que no tienen solución y a veces requieren ayuda psicológica para superarlo.
Voluntad: Si bien, como acabamos de ver hay que lograr interesarnos por el estudio, hacerlo con placer, no es menos
cierto que algunos días, o al estudiar determinada materia o tema o en determinadas circunstancias personales, el
estudio puede resultarnos aburrido, aún en tales circunstancias debemos seguir adelante y eso se logra con voluntad.
Es así que una firme decisión de avanzar, pese a todas las dificultades, se convierte en una condición indispensable
para estudiar. Ni la inteligencia ni el agrado que pueda sentir por el estudio pueden reemplazar la decisión personal
de estudiar. Es más fácil que obtenga buenos resultados el que posea una capacidad mediana y una gran fuerza de
voluntad que aquel que siendo talentoso adopta una actitud inconstante o indolente.
Motivación: ES el conjunto de razones que impulsan al estudiante. Tiene mucho que ver con la afectividad y con la
voluntad, pero también con el mundo que lo rodea.
Veamos entonces los principales motivos por lo que los alumnos estudian;
*Motivaciones directas: Son las que se refieren al estudio mismo. Puede ser que nos motiven las clases, la exposición
del profesor, los métodos que utiliza para enseñar, el material, los libros, audiovisuales, material y equipo de
laboratorio, recortes periodísticos o puede motivar el contenido de la materia.
*Motivaciones indirectas: Son las motivaciones ajenas al estudio. Podemos mencionar el deseo de obtener notas,
aprobar exámenes y a sí llegar a un diploma. También motiva al estudiante el pensar que en el futuro los conocimientos
les servirán para obtener y mantener un determinado trabajo. A veces el estudiante actúa por impulso, exigencia o
estímulo de otras personas. Los padres, los maestros, los profesores, familiares, amigos, novios, etc.
Otras veces es el mismo estudiante el que se autoimpone estudiar, todas las motivaciones ayudan, no debemos
desperdiciar ninguna.
¿Cómo desarrollar la motivación?
La motivación no es algo que no podemos modificar, podemos con nuestra voluntad aumentar la motivación. Aun
aquellas motivaciones que aparentemente son más alejadas de nuestra voluntad dependen mucho de nuestra
predisposición.
Una actitud positiva frente al profesor o la materia nos hará ver aquello que nos interesa y nos permitirá hacer más
llevadero lo que nos agrada menos.
Mirando con optimismo la tarea, diciéndonos a nosotros mismos lo que vamos a hacer tiene sentido, entonces, seguro
que nos va a gustar.
Actividad
1-) Hacer un resumen de lo leído