Planificacion Anual 2do Grado Educacion Primaria 2024 Ccesa007.pdf
Bloque tres primaria
1. Reloj blando en el
momento de la primera
explosión
Se presenta aquí la idea
de la desintegración de
uno de sus objetos
preferidos, los relojes
blandos. Dalí mantuvo
durante su vida un gran
interés por la física y, en
concreto, en las
diferentes teorías sobre
la composición de la
materia y sobre el
tiempo. Según el mismo
explicó sobre su obra
"podéis estar seguros de
que los famosos relojes
blandos no son otra cosa
que el queso camembert
del espacio y el tiempo,
que es tierno,
extravagante, solitario y
paranoico-crítico”.
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9. Muchacha en una ventana
Entre 1923 y 1926 Dalí pintó al menos una docena de
retratos de su hermana Anna María. Esta obra, ejecutada
en 1925 es una de las más famosas y reproducidas del
autor y representa a su hermana asomándose a la
ventana que da directamente al mar en la casa de
vacaciones de la familia en Cadaqués. En palabras de
uno de los mayores estudiosos de Dalí, Rafael Santos
Torroella, este lienzo es “un prodigio en su maestría al
combinar los espacios ocupados y los espacios vacíos,
haciéndolos equivalentes en sus valores compositivos
hasta el punto de que habiendo eliminado hábilmente uno
de los batientes de la ventana (el izquierdo), el
espectador ni llega a advertir la anomalía que ello
supone, y eso pese a que en ello reside precisamente,
buena parte de la enigmática belleza que emana de un
lienzo de tan límpida serenidad como este”.
10. ¿Qué es el surrealismo? El surrealismo es un movimiento de vanguardia que comenzó a principios de los
años 1920 y que, simplificándolo, proponía que los sueños eran más reales que la realidad. Los
surrealistas, fuertemente influenciados por el psicoanálisis y por su hermano menor, el dadaísmo,
buscaron liberar la creatividad del inconsciente, creyendo que la mente racional reprimía la imaginación.
El surrealismo fue no solamente un movimiento pictórico, pues también se dio en escultura, literatura y
cine. Aunque Dalí se aventuró en todas las formas del surrealismo, sus obras más reconocidas siguen
siendo sus cuadros.
Dalí al natural
Salvador Dalí es uno de los pintores, escultores y pensadores más importantes de la cultura del siglo XX.
Considerado uno de los máximos representantes del surrealismo es famoso tanto por su pericia artística
como por su excentricidad y su impactante manera de ver la realidad.
La evocadora imagen de relojes de bolsillo derritiéndose es reconocida por muchos. Se cree ampliamente
que estos relojes son una representación de la teoría de Albert Einstein de que el tiempo es relativo.
Cuando se le preguntó por el significado, Dalí dijo que no eran más que una percepción surrealista de
queso tierno derritiéndose al sol. La plaga de hormigas en uno de los relojes de bolsillo es un símbolo que
aparece en más obras de Dalí, y generalmente se acepta como un símbolo de muerte y deterioro. El rostro
parcial en el medio del cuadro a veces se cree que es un autorretrato. Con un ojo cerrado, la figura
agonizante podría estar también soñando. Dalí dijo que pintó este cuadro para “sistematizar la confusión, y
así ayudar a desacreditar por completo el mundo de la realidad”. Los acantilados del fondo, no obstante,
son una parte de realidad, pues son los de su hogar en la costa de California.
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19. En el mural "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central", pintado en 1946, están plasmados estos dos
elementos: las mujeres y los obreros; situado éste en el Hotel del Prado, se divide en tres segmentos:
El primero hace referencia a la Conquista de México, la evangelización, la colonia, la Independencia de México, la
Invasión Norteamericana, el gobierno de Santa Anna, la Intervención Francesa y la Reforma.
El segundo se refiere a tres figuras centrales: el autoretrato de Diego Rivera a los 9 años, la Catrina y a José
Guadalupe Posada. Diego estaba influenciado por este artista y su obra.
Y por último, la tercera sección aborda los movimientos campesinos y las luchas populares que culminaron con el
movimiento Revolucionario de 1910. El México Moderno se ve representado por el presidente, la arquitectura
contemporánea y las fábricas, la presencia del pueblo se plasma con los vendedores de comida y distracciones.
El desprecio que Rivera sentía por su madre lo hace pensar que todos nacemos del agua; así representa sus
sentimientos en su mural "El origen de la vida", ubicado en el Cárcamo de Dolores. A este sitio se le conoce así
porque resguarda la obra de Rivera, aunque fue principalmente diseñado para recibir las aguas del río Lerma en la
Segunda Sección del Bosque de Chapultepec.
Visualmente comienza en el centro del piso en forma de célula que se convierte poco a poco en bacterias y otras
especies hasta terminar con el ser humano. Justo en la boca del túnel se encuentra un par de manos simulando
entregar el líquido al Dios Tláloc.
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22. Sus ideas socialistas sobre obreros y proletarios están representadas en el Palacio Nacional: con una
serie de obras que cuentan la historia de México desde la época prehispánica hasta las primeras dos
décadas del siglo XX, Rivera pintó el mercado de Tlatelolco, centro comercial y de intercambio más
importante de la región en el siglo XVI.
En el mural se puede ver al Tlatoani que supervisa las acciones. Del otro lado hay comerciantes y un
contingente comprando e intercambiando productos como plumas, animales y metales. Detrás de la
multitud se encuentran templos y edificios importantes en la antigua capital azteca. Se vislumbra, incluso,
el Templo Mayor, entre otras construcciones mexicas.
Diego fue aplaudido por la crítica, quien le celebró la precisión e inclusión de tantos elementos
representativos sin olvidar a los trabajadores.
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24. "La Historia de México", mural que muestra un México desarrollado. En la derecha se ve un mundo precolombino
gobernado por Quetzalcóatl. Una etapa de pureza hablando de raíces. En la izquierda se puede ver la evolución actual
bajo la guía de Karl Marx, dirigente de un futuro un tanto utópico en donde la industria y la naturaleza conviven en
armonía.
En el centro del mural vemos los efectos de la conquista española en tierras aztecas como la batalla entre Cuauhtémoc y
Hernán Cortés, pasando por la cristianización, educación y el desastre de la guerra. Hasta arriba se postra el lema "Tierra
y Libertad”.
25. ,“El hombre controlador del universo” o “El hombre en el cruce de caminos” está en el Palacio de Bellas Artes. Los temas
principales en este mural son la industrialización, el trabajo y las políticas. Está dividido en dos partes: la izquierda,
irónicamente, representa el capitalismo con escenas de la Primera Guerra Mundial. Hasta abajo se puede ver a un grupo
de personas usando la tecnología.
El lado derecho es la representación del comunismo. Se ve la bandera del movimiento y hay una figura decapitada. La
gente en lugar de usar tecnología se sienta sobre la cabeza caída rechazando la religión.
26. Pero Rivera no sólo ayudaba a los otros pueblos a defenderse y luchar a través del arte, sino que enaltecía
la propia historia del país como en otros de sus murales. Uno más en el que hace referencia a una cultura en
particular y sus fiestas: "Ceremonias y Celebraciones de la Cultura Totonaca".
27. En su mural "Guerrero Indio", realizado para El Museo de Arte Moderno, un guerrero azteca vestido de jaguar lucha
contra un español hundiendo un puñal en su garganta. Es una especie de violencia justiciera, como era costumbre de
Diego en sus murales.
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36. Frida reflejó aquí las emociones luego del divorcio de Diego. Dibujó dos personas idénticas, pero con
diferentes personalidades. Una de ellas es la Frida mexicana, de la cual Diego se enamoró. La otra es
Frida europea, es la nueva artista independiente y reconocida en todo el mundo, pero también la que su
esposo abandonó. Sus corazones están expuestos a la vista y se puede observar como una delgada vena
los atraviesa a ambos, uniéndolos. La Frida de vestido victoriano sostiene unas tijeras quirúrgicas que
cortan la vena sobre su regazo, permitiendo que la sangre se derrame sobre su vestido blanco. Frida
siente que se desangra de dolor. Ambas mujeres se sostienen de la mano, como una aceptación de la
artista de que ella es la única persona que se comprende, se ama, y que se ayudará a salir adelante.
Es fácil saber cuando una pintura de Kahlo expresa un sentimiento de dolor insoportable, pues la artista
era incapaz de replicar el sufrimiento en su propio cuerpo, y por eso utilizaba otras imágenes. En este
caso, usó la de un venado que, con la cara de la misma Frida, se encuentra con el cuerpo atravesado por
flechas, solo y herido en el medio del bosque. Frida pintó este cuadro después de una operación de
columna vertebral que supuestamente aminoraría sus achaques pero que, por el contrario, le trajo aún
más dolores de espalda. En la esquina inferior izquierda de la obra, Frida garabateó la palabra “carma”,
que en este caso tiene como significado “destino”
37. Ocho días antes de su muerte en 1954, Frida tomó el pincel, lo sumergió en la pintura roja y escribió
"Viva la Vida - Coyoacán 1954 - México". Basándose en las pinturas de sus últimos años, con una salud
desmejorada por su condición y las constantes inyecciones de Demerol y Morfina, Frida pudo haber
pintado este cuadro en 1952. Sin embargo, cuando se convenció de que sus días estaban contados,
decidió escribir sobre la pintura, a modo de despedida.
Frida viajó con su esposo a vivir en Estados Unidos durante casi tres años, y durante ese tiempo extrañó
México con todo su ser. De ese sentimiento surgió esta obra. Frida se pintó al centro del cuadro,
vistiendo un vestido rosa sencillo, sobre un pedestal. El fondo lleno de imágenes que evocan a los dos
países. Por un lado su visión de México, donde destacó la naturaleza, la cultura azteca, las creencias y
los colores vibrantes. Del lado de Estados Unidos, predomina la tecnología y la industria. Frida sostiene
en sus manos una bandera con los colores mexicanos, dando a entender cual es el lugar al que su
corazón pertenece realmente.
Frida pintó este cuadro durante la época de crisis de su matrimonio con Diego Rivera. El elemento más
importante es el collar de espinas que se hunden en su cuello como señal del dolor que le causa su
relación rota con Diego. Dicho collar viene de la famosa corona de espinas, muy significativa en la
tradición cristiana. Del collar cuelga un colibrí negro, muerto, con las alas extendidas, un detalle que
Frida comparaba con la forma de sus cejas. El colibrí simboliza el fin de su matrimonio. Sobre sus
hombros, un gato negro, símbolo de mal augurio y, finalmente, su mono, regalo de Diego. El mono luce
indiferente, que es como Frida percibía a su esposo. En esta obra Frida sigue portando el atuendo
tehuano y el cabello al estilo tradicional mexicano, que ya se habían convertido en parte de su propia
identidad.
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43. Este retrato, en el que Frida trabajó durante los primeros años de su matrimonio, los muestra a ambos
mirando hacia al frente con expresiones serias pero tomados de la mano, como símbolo del gran amor
que se tenían. Frida se mantuvo apegada a la realidad en cuanto a la diferencia de sus tamaños: él,
grande y ella, delgada y pequeña. Vemos a Frida vestida con un típico vestido mexicano, atuendo que
encantaba a su esposo y que empezó a usar casi al mismo tiempo que iniciaba su relación con él.
También se puede apreciar que es Diego quien sostiene en su mano derecha una paleta y pincel, lo que
demuestra la admiración que ella tenía por el talento artístico de su esposo. A diferencia de las otras
pinturas de Frida, donde predominan exuberantes fondos y ambientes coloridos, en este retrato no hay
nada que distraiga la atención de los dos personajes, dejando claro que, en su relación, solo cada uno
es suficiente para el otro.
“Aquí me pinté yo, Frida Kahlo, con mi reflejo en el espejo. Tengo 37 años y es Julio de 1947. En
Coyoacán, México, el sitio en donde nací”, reza una banda en la parte inferior de la pintura. Es sin duda
una obra en la que busca reforzar su identidad, como lo indica su presencia en primer plano y la
mención de su lugar de nacimiento. Pocas veces Frida se pintó de manera que se pudiera apreciar su
cabellera, pero al hacerlo en este autorretrato sabemos que buscó agradar a Diego, quien adoraba su
pelo largo y abundante.
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51. Guernica, pintado
en 1937, es
considerada
una de
las representacion
es más sentidas
sobre el
sufrimiento y terror
de la guerra. La
pintura es la
respuesta del
pintor al
bombardeo de la
población de
Guernica, durante
la guerra civil
española. Esta
obra es todo un
símbolo.
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53. Esta gran pintura de 2 metros
de altura habita en el Museo
de Arte Moderno de Nueva
York; fue pintada en
Fontainebleau en 1921,
mientras Picasso vivía con su
joven familia. Tres músicos
ejemplifica el estilo cubista
sintético de Picasso, y se
originó a partir de recortes de
papel, lo que explica su
similitud a un intrincado
rompecabezas. Las figuras
son un Harlequin, un Pierrot,
y un monje (que muchos
consideran que en realidad
son Picasso y los poetas
Apollinaire y Max Jacob).
54. Esta pintura vio la luz en
1932 y cuenta con uno de
los modelos favoritos de
Picasso, Marie-Thérèse
Walter. Mujer frente al
espejo tiene muchas
interpretaciones diferentes,
aunque en esencia parece
haber consenso: el lado
amarillo de la cara indica
sus momentos felices con
Picasso. El reflejo en el
espejo es más oscuro (ya
que demuestra la propia
opinión de Marie de sí
misma, más negativa y
dubitativa).
Esta pintura oscura
evoca la obra de El
Greco, se
consideró como un luto
y duelo de Picasso a su
amigo Carlos
Casagemas, que se
suicidó en 1903. Ambos
habían llegado a París
juntos para buscar la
fama y la fortuna. Este
trabajo es considerado
característico del
período azul de Picasso
(1901-1904).
Pintado en 1937 (su período
más prolífico). Las mujeres
sentadas son una de sus
obras más potentes. Los rojos
y los verdes se contraponen,
aumentando la sensación de
entretenimiento. En este
momento Picasso era muy
famoso, y su amor por la
mujer le llenó de inspiración y
vigor.
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62. Valle del Pihuamo
(1952)
En esta manifestación
artística se puede
apreciar la utopía de
una ciudad en donde
conviven científicos y
artistas, fundada sobre
el valle, situada en la
elevación piramidal en
el centro de la obra.
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64. Paisaje Boscoso (1920)
Alejado a su estilo
habitual, esta pintura
representa a detalle su
inmersión en los paisajes
y cómo los retenía en su
memoria.
65. Popocatépetl desde un
avión (1958)
En los años 50, perdió
una pierna, pero la
tenacidad y curiosidad
que lo caracterizaban lo
impulsaron a crear el
aeropaisaje, técnica
utilizada en esta obra.
66. Paisaje con el Iztaccíhuatl
(1932)
Aquí, se conjugan los
estudios en vulcanología
del artista con su técnica
de adoptar la perspectiva
curvilínea. La proyección
de Dr. Atl era representar
una síntesis del ritual, mito
y objeto, además de una
metáfora a la nacionalidad
mexicana.
67. Vista del Popocatépetl
(1934)
Su constante obsesión
con los volcanos lo
condujo a vivir en las
faldas del Popocatépetl;
en esta pintura recrea
la independencia de los
planos, recurso que
indiscutiblemente
sugiere una distancia
visual, que realza el
paisaje y sugiere
grandeza.
68. Autorretrato (1899)
En primer plano mira al espectador
introduciéndolo en diferentes
dimensiones de la pintura, en fondo
se encuentra la silueta de una
mujer pintada al estilo
impresionista; esta obra le dio la
bienvenida a la liga de los grandes
artistas pues obtuvo la Medalla de
París de 1900.
69. Erupción del Paricutín (1943)
Al oeste del estado de
Michoacán, el volcán Paricutín
brotó en un maizal provocando
la destrucción del pueblo San
Juan Parangaricutiro, Dr. Atl
permaneció en el lugar y
apreció el nacimiento de
Paricutín, situación que plasmó
en esta gran pintura.