Diciembre es un mes de reflexión entre un año que termina y otro que comienza, lo que genera ansiedad. Las personas experimentan diciembre de maneras diferentes debido a cómo han manejado las separaciones a lo largo de su vida. Las separaciones son difíciles porque involucran atribuciones conscientes e inconscientes sobre el objeto perdido, y requieren enfrentar verdades emocionales como el desamparo. Solo al aceptar la propia completitud independientemente de los objetos circundantes se puede superar el dolor de la separación.
1. Semana 50
Psicotidianidades
Diciembre 19, 2013
Diciembre, como último mes del año, suele entenderse como espacio de reflexión entre dos
momentos sobre los que nada puede hacerse: un año que termina, y un año que comienza.
Diciembre es el tránsito de un instante a otra cosa; y al mismo tiempo el contenedor de las
ansiedades que esto conlleva. Saber por qué diciembre irrumpe como lo hace en la emocionalidad
de la gente, abarcando tanto el júbilo general como las melancolías (o depresiones) particulares,
resulta sin duda una cuestión interesante.
Más allá de los factores bioquímicos o ambientales que puedan influir para que una persona la
pase bien ó mal en estas épocas, consideramos que un factor determinante es la manera en que
un sujeto ha vivido las separaciones a lo largo del año (o de su vida).
Ninguna separación es sencilla, pero el ser humano está expuesto constantemente a separaciones
de todo tipo durante su vida: separarse de objetos, de personas, de lugares, de etapas de
desarrollo, etc. Teóricamente sabemos que abandonar algo siempre implica dar cabida a otra
cosa, a algo nuevo; o incluso se no dice que, de no darse el abandono de lo anterior, no podrá
accederse a lo novedoso1. Pero si, pensándolo en este sentido, “avanzar” es lo que se busca,
¿cómo podemos explicar que las separaciones sean tan complicadas?, la respuesta implica la
sencillez y dificultad propias de todas las cuestiones relevantes: más que con el objeto
perdido(persona, lugar, etapa, etc.), los problemas de las separaciones tienen que ver con las
atribuciones conscientes e inconscientes que una persona hace al mismo. Con respecto al
esclarecimiento de los intrincados implicados en las relaciones con el objeto, Grassano y otras
(1995) dicen:
El encuentro con las verdades emocionales básicas, verdades acerca del desamparo, la
indefensión, la posibilidad de odio y envidia hacia el objeto necesitado y,
fundamentalmente, el arribo a la noción de diferenciación y ausencia, conllevan
experiencias de dolor, que serán toleradas en grados variables. (p. 112)
Sólo la adquisición progresiva de la certeza de que cada sujeto está completo,
independientemente de los objetos que le rodean o que le faltan, propiciará la recuperación. En
eso consiste la vida, finalmente: en identificar los modos que tenemos de evitar entrar en contacto
con nosotros mismos. El descubrimiento de los motivos reales de lo que nos duele, siempre es un
proceso que duele más que el dolor mismo. Pero así son las cosas importantes, siempre conllevan
una dosis de dolor necesaria para recordarnos que somos humanos, pero jamás la suficiente para
olvidar lo increíble de serlo.
Diciembre, efectivamente, es un buen momento para reflexionar, igual que los otros meses, los
otros días, los otros momentos.
1
Los escritores pueden dar cuenta de esta idea aplicándola al ámbito romántico: Fernando Delgadillo dice,
en su canción Olvidar: “Si comienzo a recordar con la luz de tu milagro, no podría volver a amar”; y Ricardo
Arjona en su canción Olvidarte: “Olvidarte es lo que espero para reanudar mi vida”.
Juan José Ricárdez López
Psicólogo clínico
juanjose.ricardez@live.com.mx
044951-1009730
2. Semana 50
Psicotidianidades
Diciembre 19, 2013
Felices fiestas.
Hasta el jueves 9 de enero de 2014.
Referencias
Grassano, E. N., y otras (1995) El escenario del sueño. Buenos Aires:Paidós.
Juan José Ricárdez López
Psicólogo clínico
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