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Del Primer Gobierno patrio a la declaración de la independencia
1. DEL PRIMER GOBIERNO PATRIO A LA
DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA
La formación de la Primera Junta de gobierno el 25 de mayo de 1810
marcó el inicio de un proceso de separación de lo que hoy es nuestro
país del entonces imperio español en América, cuyo jalón indispensable
fue la Independencia obtenida seis años después.
En efecto, fueron años difíciles para los hombres y mujeres que vivían
en estas tierras, a cuya clase política le costó encauzar sus anhelos
independentistas, que fueron ganando cada vez más terreno.
Desde el punto de vista institucional, fue de trascendencia la Asamblea
del año XIII, que se planteó dos objetivos primordiales, a saber:
declarar la Independencia y sancionar una Constitución. Si bien no
logró los mismos, su labor legislativa tendió sin dudas al primero de
ellos, pues en dos años de labor (1813 a 1815), estableció la libertad de
vientres, abolió los trabajos forzados y los elementos de tortura,
suprimió los títulos de nobleza y adoptó himno, escudo y moneda
propios.
A esta Asamblea le siguió la reunión del Congreso de Tucumán, con los
mismos objetivos que aquella, por lo que el día 9 de julio de 1816 los
representantes de las provincias allí reunidas declararon
“solemnemente a la faz de la tierra”, la voluntad “unánime e indubitable”
de “romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España”
e investirse “del alto carácter de una Nación libre e independiente del
rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”.
Demás está decir que la Declaración acentuó la lucha armada que se
venía dando contra los españoles, las denominadas “guerras de la
Independencia”, que tuvieron en las campañas libertadoras de José de
San Martín su punto más álgido. No obstante ello, la Independencia no
logró terminar con los conflictos internos –de hecho no participaron en
el Congreso las provincias litorales, que estaban bajo dominio
artiguista, y sí las altoperuanas, que hoy no forman parte de nuestro
país-, aunque se constituyó en un paso decisivo y, sobre todo,
irreversible, de un proceso político, social y económico que afectó a
todos los pueblos de la América del Sur.
2.
CRISIS Y TRANSFORMACIÓN DEL PRIMER
GOBIERNO PATRIO
Hacia fines de 1810 las divergencias en el seno de la Primera Junta
entre los morenistas, que era tendencia más radical dentro de la Junta,
conducida por Moreno y los saavedristas, tendencia más
conservadora, encabezada por Saavedra, derivaron en la primera
crisis de gobierno.
Como respuesta al gesto de un oficial del Regimiento de Patricios, en
que durante un banquete exaltaba excesivamente la persona de
Saavedra, como si fuera el «rey o emperador de América», Moreno
presentó a la Junta un proyecto de Supresión de Honores. Se
reservaban los honores para la Junta como institución de gobierno,
eliminando los destinados al presidente. Saavedra no se opuso, y el
documento fue aprobado el 6 de diciembre de 1810. Sin embargo, los
jefes milicianos, temerosos de la pérdida de poder de Saavedra,
presionaron para desplazar a Moreno.
Las ciudades del interior, cumpliendo lo dispuesto en la circular del 27
de mayo, enviaron sus representantes a la capital, para ser
incorporados en la Junta. El Deán Funes, diputado de Córdoba, lideró
el grupo.
Partidarios de la revolución, pero moderados en su mayoría, tenían
diferencias con los porteños, fueran estos moderados o morenistas.
Defendían el derecho de los pueblos a participar en el gobierno y
recelaban de la supremacía de la capital.
Moreno se oponía a integrarlos a la Junta, considerando que debían
formar el Congreso General de los pueblos para sancionar la
constitución y establecer la forma definitiva de gobierno. Advertía que
aumentar el número de integrantes del ejecutivo atentaría contra la
unidad de criterio y la rapidez de la toma de decisiones.
La votación del 18 de diciembre de 1810, destinada a decidir la
incorporación de los diputados del interior terminó con una amplia
3. mayoría a favor de la incorporación.
Mariano Moreno consideró que la decisión era contraria al bien
general del estado, aceptó la voluntad de la mayoría y presentó su
renuncia, que no fue aceptada. Posteriormente solicitó ser enviado en
misión diplomática al exterior. Se le encomendó realizar gestiones en
Río de Janeiro y Londres, pero murió en altamar.
Los diputados fueron integrados a la Junta, y el conjunto constituyó la
Junta Grande, que se formó oficialmente ese mismo día.