Este documento describe a Ester como una mujer valiente que ayudó a salvar al pueblo judío. Confío en Dios y convocó al ayuno y la oración. A pesar de los riesgos, se presentó ante el rey para pedir clemencia para su pueblo. Gracias a su estrategia y perseverancia, logró cambiar el edicto real y asegurar la seguridad de los judíos. Ester sirve como ejemplo de cómo las mujeres pueden ser valientes cuando confían en Dios.
1. “Ester una mujer valiente”
Texto: “Ve y junta a todos los judíos que se hallan en susán, y ayunad por mí, y no
comáis, ni bebáis en tres días, noche y día: yo también con mis doncellas ayunare
igualmente, y así entrare al rey, aunque no sea conforme a la ley: y si perezco que
perezca” (Ester 4:16).
Objetivo: que cada hermana, descubra en la palabra de Dios, que confiando en
Dios y ejercitándose en las armas espirituales podemos ser valientes. Base Biblia:
libro de Esther La biblia nos dice en Mateo 11:12 desde los días de Juan el
bautista hasta ahora, al reino de los cielos se hace fuerza y los valientes lo
arrebatan.
Este mensaje nos lo dice a las cristianas de ahora, pero en el antiguo testamento,
tenemos el ejemplo de una gran mujer que fue valiente y se llamó Esther. Esther
era una hermosa mujer judía, del linaje de benjamín (Ester 2:5), desde muy joven
fue llevada a susán, metrópolis persa, por Mardoqueo su primo, que la adopto
como hija. El nombre de Esther en persa significa “estrella” pero su nombre
original era Hadaza que en hebreo significa “mirto”. Estrella en un sentido
simbólico representa a una gran personalidad.
Assuero rey de Persia, hizo un gran banquete con los gobernadores y príncipes de
las 127 provincias, de su reino. Ordeno al estar borracho, que la reina vasthi, se
presentara en la sala de fiestas, para mostrar su belleza a los invitados (Ester 1:11)
pero ella no obedeció. Esto ocasiono que el rey se enojara y por consejo de sus
sabios, ordeno que la reina fuera destronada. Al transcurso del tiempo, el rey
ordeno que se buscaran las doncellas más hermosas de su reino, de todas ellas
fue elegida Esther.
Dios así lo permitió, para su gloria y alabanza, Esther fue el elemento que el uso.
Aún cuando tuvo que ocultar su nacionalidad (Ester 2:10) el primer ministro del
rey, Aman maquina destruir a los judíos y por orden del rey se escribe un edicto,
que al saberlo Mardoqueo se lo notifica a la reina Esther. (Ester 4:7-8).
A.- Esther, una mujer fuerte - la noticia fue muy impresionante, pero Esther
convoca a ayunar y orar al pueblo judío, a sus doncellas y ella también por
tiempo de tres días y noches.
2. Cada hija de Dios cuando recibimos la noticia de una tragedia o problema lo que
debemos hacer es ayunar y orar, no atemorizarnos, sino ser fuertes, porque la
fortaleza está en la presencia de Dios. (Salmos 27:1).
B.-Esther, fue arriesgada el futuro de los judíos, dependió de Esther, ella tenía
acceso al palacio y al rey mismo, pero si no la llamaban podría ser castigada, pero
no le importo, ella dijo si perezco que perezca, estuvo dispuesta a correr el riesgo
porque amaba a Dios y a su pueblo (Ester 4:13-16c). Así cada una de nosotras
debemos luchar, y enfrentar las adversidades, esto se logra cuando se ama a Dios
(Romanos 8:31).
C.-Esther una mujer eficaz cuando se presento al rey, obtuvo gracia, el rey
extendió su cetro, como prueba de que ella era recibida. (Ester 5:1-5) ella uso
una estrategia, para presentar su petición al rey, la cual fue aceptada. Ella fue una
mujer valiosa y apta. Así cada cristiana, podemos ser eficaces si confiamos en el
señor y nos acercamos a Él con confianza. (Hebreos 4:16).
D.-Esther, una mujer esforzada ella no desistió, fue perseverante hasta lograr, que
el edicto del rey fuere cambiado, y así alcanzar la seguridad completa de su
pueblo. (Ester 8:5-8). (Salmos 31:24). Como resultado el pueblo tenia, luz, alegría,
gozo y honra. Cuando una mujer cristiana se esfuerza no solo es bendecida, sino
es un canal de bendición para la familia, la iglesia, su comunidad (2 Timoteo 2:1).
Conclusión El secreto de la valentía de Esther, es estar llena de la presencia y el
amor de Dios.
Hna. Berenice Quiroz Almeida