1. ACOSO ESCOLAR O BULLYING
El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje
escolar o por su término inglés bullying) es cualquier forma
de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma
reiterada a lo largo de un tiempo determinado.
Estadísticamente predomina la violencia emocional y las víctimas suelen ser
niños de 11 a 13 años en proceso de entrada a la adolescencia, extranjeros,
personas con alguna enfermedad como síndrome de down . El agresor es
mayoritariamente mas fuerte que el maltratado, este queda expuesto física y
emocionalmente ante su torturador y esta situación deja una serie de secuelas
psicológicas, que poco a poco desencadenan en el sujeto acosado terror a ir a
la escuela, la tendencia a estar triste y nervioso en todo momento y solitario en
su vida cotidiana. En algunos casos la dureza de la situación traen inesperados
pensamientos de suicidio y la materialización de los mismos.
Por suerte en España este fenómeno se produce a niveles muy bajos, pero a
México por ejemplo se le denomina el primer lugar mundial en bullying.
Varios spicopedagogas coinciden en la teoría de que el origen del bullying esta
en el entorno familiar, pero realmente ningún caso es igual y se origina en un
entorno y una situación diferente.
Ante cualquier signo que haga pensar que los hijos son víctimas de acoso se
debe hablar con el menor y procurar que exprese cómo se siente y tratar de
comprender por que se comporta de forma diferente. En caso de comprobar
que es víctima de acoso escolar, se debe acudir inmediatamente a las
autoridades escolares para tratar de solucionar el problema, primero con el
profesor de grupo y si éste no hace algo al respecto, con la dirección; en caso
de no contar con el apoyo de la escuela para ayudar a resolver el conflicto, se
debe considerar seriamente cambiar al menor de escuela.
Lo que jamás deben hacer los padres es pedir a los niños que resuelvan solos
el problema y mucho menos con violencia, porque esto, lejos de solucionar el
problema, puede ocasionar más estrés en los niños o adolescentes y
seguramente la próxima vez no quieran hablar de ello con los padres. Ante
todo se debe mantener una comunicación abierta con los hijos para prever
estas situaciones, si se les hace sentir que pueden contar con los padres, ellos
les tendrán más confianza para compartir sus inquietudes y problemas.
Espero que esta información os sirva de ayuda y si alguna vez os ocurre algo
de esto, o tienes conocimiento de que algún compañero lo sufre, sepas
reaccionar para solucionarlo”
Alba Estradas.