Un seguro de vida es importante para asegurar el bienestar financiero de la familia en caso de fallecimiento prematuro. Aunque algunos bancos ofrecen seguros desde los 18 años, lo ideal es adquirirlo alrededor de los 30 años cuando se tiene mayor estabilidad financiera para pagar las primas sin afectar otros compromisos y los montos aún no son muy altos debido a la edad.