El tema de este libro es insólito. Es un libro que explora el problema de la lectura, pero no de manera técnica ni pedagógica. Lo explora desde la perspectiva de un niño que, como tantos tiene problemas de leer. Es un libro que no hace concesiones a nosotros los maestros. Es un libro fresco y sincero. Todas estas razones hacen que "Galileo lee" sea uno de los libros que más atrae a los niños. Pero todas estas razones son también las que, pedadógicamente, hace que sea un libro difícil para los maestros. Muchos de nosotros podemos vernos retratados en él en nuestros peores momentos. Lo que ocurre es que, casi nunca llegamos al final, tampoco descubrimos que retrata una de nuestras mejores facetas: aquélla en la que, como arte de magia, hacemos a un lado nuestras ideas acerca de cómo deben ser las cosas, y nos lanzamos a aceptar a nuestros niños tal y como son. Por sus características "Galileo lee" facilita la participación espontánea de los niños. Cualquiera de ellos puede ver que no son los únicos que tienen problemas. Por ellos se animan a expresar qué significan para ellos la lectura y el acto de leer. Y es justamente por esta razón que el libro puede volverse un aliado magnífico del maestro. Su lectura puede ser el punto de partida ideal para que los niños viertan sus opiniones y sus criterios, la opinión que otros tienen de ellos y la imagen que tienen del trabajo en la escuela. ¿Qué mejor aliado para un maestro valiente? Anímese a sacar, usted y sus niños, provecho de este libro. (mencionado en "Acto seguido, segundo ciclo" de los Libros del Rincón, SEP).