Un joven oceanógrafo de 27 años, llamado Dylan, terminaba su jornada laboral cuando una criatura saltó del agua transformándose de tritón a humano. -Oye Dylan, necesito tu ayuda- dijo viéndolo con una mirada de preocupación. Dylan nunca se imaginó que su vida cambiaría desde ese día.

2. En una isla en medio del mar se encontraba la organización S.W.O. dedicada al cuido del agua, ahí
trabajaba un joven llamado Dylan, tenía el cabello color castaño y ojos color verde claro, el cual usaba
lentes, era un oceanógrafo muy entregado a su trabajo, su jefe llamado Lotán era alguien reservado el
cual se la pasaba en su oficina, era poco visto por los alrededores, pero era conocido por ser exigente,
mientras que sus compañeros eran .... eran tan ellos, no sabía bien cómo describirlos.
Su vida era completamente normal, el día a día era igual, pero agradable, pero hace pocos días vio que
algo sobresalía del agua y nadaba cerca de donde él se encontraba, nunca pudo visualizar de qué se
trataba, pero una tarde cuando él terminaba su jornada vio como algo saltaba del agua y por un
momento pudo jurar haber visto una aleta, se acercó a lo que sea que se encontraba tirado, vio a un
chico el cual tenía la cara en la arena, se acercó un poco y fue cuando el contrario se sentó sacudiendo
su cabeza para quitarse la arena de encima
- Ay, eso sí me dolió - dijo tocando su cabeza la criatura, tenía el cabello de color negro y los ojos color
azules.
El castaño lo miraba sorprendido, y no lograba comprender lo que ocurrió, el pelinegro alzó su mirada y
se percató de que Dylan lo estaba mirando, trato de ponerse de pie, pero le dificultaba.
- Oye Dylan, necesito tu ayuda - dijo viendo preocupado al castaño.
El chico lo miraba asombrado, pero reaccionó y se acercó, manteniendo una prudente distancia.
- ¿Qué eres? y ¿Cómo sabes mi nombre? - preguntó el castaño.
- Eh... primero podrías ayudarme, te explicaré todo luego - dijo el chico de ojos azules.
El castaño se acercó y le tendió la mano, lo ayudó a que llegara a la roca más cercana para que éste
pudiera sentarse, cuando él se sentó en la piedra se presentó.
- Yo soy Azariel y soy un tritón - le dijo con una gran sonrisa el chico pelinegro - y uno de los guardianes
del mar.
Le contó que había oído que sus compañeros le llamaban por su nombre en una ocasión y luego empezó
a explicar su situación, el cómo tuvo que recurrir a pedir ayuda ya que lo que ocurría no lo podía mejorar
él solo, le explicó el cómo la fauna marina sufría con las altas temperaturas, el cómo poco a poco el nivel
del mar iba en incremento, lo que para la tierra es una lenta e imparable amenaza.
- Si, también he visto que el cambio climático está afectando a la química del agua de mar - dijo el
castaño dándole la razón, al contrario. Vio como la a acidificación del medio ambiente marino y
alteraciones en la pluviosidad son los factores los cuales suelen agravar los efectos de otras presiones
humanas sobre el mar, que acarrean la pérdida de biodiversidad marina - Lo expliqué una vez en un
informe, pero...
- No le prestaron atención y no hubo apoyo - dijo el de hebras azabache finalizando la oración - Lo
mismo me ocurrió - dijo soltando un suspiro.
- ¿En que necesitas mi ayuda? - preguntó mirando al chico de cabello negro.

3. - Necesito infiltrarme en tu organización - dijo con una mirada decidida, mirando como poco a poco el
sol iba bajando.
- No será tan sencillo como crees - dijo el castaño rascándose nerviosamente la parte de atrás de su
cuello.
- ¿Eh? ¿Por qué? - preguntó en un tono un poco infantil.
- Aunque no parezca, hay mucha seguridad en este lugar, el que hayas aparecido así de la nada hará que
los demás se pregunten el cómo llegaste hasta aquí sin un barco - dijo el chico de ojos verdes
explicándole mientras que el otro chico escuchaba atento.
- Entiendo... - dijo cruzándose de brazos - tendré que recurrir al plan B, me podrías traer una botella por
favor - dijo con una pequeña sonrisa.
El castaño volvió a la organización para buscar una botella la cual era de vidrio, de pequeño tamaño por
lo que pensó que no serviría, pero aun así la llevó, el pelinegro volvió al mar y el collar que traía colgado
en el cuello, brilló cegando por unos segundos al castaño, y haciendo que unos curiosos asomaran un
poco para ver que era esa luz que anteriormente habían visto, pero volvieron a sus puestos cuando
vieron que solamente se trataba del castaño.
- Eso estuvo cerca - dijo soltando un pesado suspiro - ¿Azariel? - Pregunto el chico de lentes afligido al
no ver al chico pelinegro.
- Aquí estoy- El castaño se acercó al chico que en esos momentos era un delfín, el cual era del tamaño
de un dedo medio - No me gusta mucho usar esta forma, pero así puedo hacerme tan pequeño como
quiera – dijo el simpáticamente.
- Creo que me estoy volviendo loco - dijo acercándose un poco más - esto es demasiado surrealista para
mí - dijo sentándose en la arena el pelinegro.
- Sé que es difícil, pero eh, también va a ser lo más emocionante que harás en tu vida - dijo intentando
hacer que la botella cayera cerca de él.
Al verle realizar dicha acción, el joven humano llenó la botella con agua y el ahora pequeño delfín saltó
para ingresar en dicho objeto.
- ¿Y.… cómo es que te puedes... transformar? ¿Te puedes transformar en cualquier animal marino que
quieras o se debe cumplir alguna condición? - Decía curioso y asombrado a la vez.
- Supongo que es por la actitud - dijo algo pensativo.
El frío se empezó a hacer presente por lo que Dylan ingresó al edificio con el chico transformado en
delfín escondido en un bolsillo del chaleco que usaba. Todos sus compañeros siempre le ignoraban y
consideraban raro, por lo que él solamente bajó la cabeza y siguió adelante actuando tranquilamente
ante la mirada de los que se encontraba en los pasillos, hasta llegar a su habitación, la cual estaba algo
alejada de las demás habitaciones.

4. - ¿No te molesta la soledad? - preguntó una vez transformado en humano nuevamente el pelinegro.
- Supongo que estoy acostumbrado - dijo bajando un poco la mirada, pero levantándola poco después
mostrando una pequeña sonrisa.
El pelinegro solamente lo observó. Dylan tomó unos documentos que se encontraban en su escritorio y
cuando tomó el pomo de la puerta volteó a ver a Azariel.
- No salgas de aquí y te portas bien.
El pelinegro ya se encontraba usando las gafas del contrario mientras sostenía un libro al revés y trataba
de entenderlo.
- Yo me porto bien - dijo el de hebras azabache volteando a ver al castaño con una mirada que parecía la
de un niño con un juguete nuevo al ver cosas que él nunca antes había visto, el castaño dudando un
poco, salió de la habitación cerrando la puerta detrás de sí.
El pelinegro, curioso, empezó a ver las cosas que se encontraban en la habitación, saltó un par de
minutos torpemente en la cama, empezó a leer unas notas que estaban en el escritorio, vio la mini
biblioteca que había, unas fotos y luego de unos minutos se recostó en la cama aburrido, por lo que
decidió salir tratando de ser lo más cuidadoso posible para no caerse, tratando de encontrar a donde se
había dirigido el chico sin sus lentes.
Casualmente llegó donde estaba el castaño y se posicionó detrás de éste sin que se diera cuenta, ya que
estaba concentrado escuchando la conversación que se estaba dando al otro lado de la puerta.
Dylan sabía que oír la conversación estaba mal, pero de alguna manera sintió que esa conversación que
estaba teniendo el jefe, estaba relacionado al hecho de que Azariel apareciera.
- No ha habido ningún cambio jefe, todo está en orden - el hombre al otro lado de la puerta se
escuchaba con un poco de temor - Con los habitantes de Bahari está todo como lo había planeado
señor, les tienen odio a los humanos, su profecía no se cumplirá.
- ¿Oye Dylan, que haces? - preguntó susurrando Azariel, le tocó el hombro asustándolo ya que no se
había percatado de su presencia.
- Shhh... silencio - dijo susurrando algo pálido por el susto que le había dado.
El jefe escuchó unos susurros provenientes del otro lado de la puerta por lo que decidió ir a ver de quien
se trataba.
- Señor, me regala unos segundos.
Al escuchar eso, Azariel tomó de la muñeca a Dylan para luego esconderse detrás de una pared, el chico
de cabellos azabache se asomó un poco y vio como el jefe salía como si buscara a alguien, él chico se
escondió luego de haber confirmado su sospecha y fue a la habitación del chico de cabellos color
castaño, el cual se encontraba pensativo. Por otra parte, el jefe decidió cerrar completamente la puerta
y retomar la conversación.
- No señor, me estoy encargando de Dylan, él no hará nada que yo no se lo ordene.

5. Ambos chicos se encontraban en la habitación nuevamente, Azariel sentado en la cama observando a
Dylan, el cual estaba dando vueltas pensativo.
- Si sigues así terminaré mareado - dijo un poco divertido el pelinegro mirando a su "amigo".
- Es que la conversación, los habitantes de Bahari... ¿A qué se refiere?
- Es mi clan, ¿Por qué lo preguntas? - dijo Azariel.
- Mi jefe lo mencionó - dijo Dylan algo serio.
- Con esto se confirma mi sospecha - dijo tomando una actitud más seria bajo la atenta mirada del
castaño.
- ¿A qué te refieres? - había obtenido su atención.
- La razón por la que me quería infiltrar era para confirmar o descartar la probabilidad de que tu jefe es
un antiguo desterrado de nuestro clan, Lotán - Azariel dijo ese nombre con algo de asco ya que le traían
malos recuerdos.
- ¿Qué fue lo que hizo? - el castaño ahora realmente estaba intrigado.
- Intento dañar permanentemente a Bahari, mi clan y a todos los océanos a la vez, con ayuda de una
joya rara que tenía en su poder, la cual con el eclipse lo hizo muy poderoso, aunque al final fue
derrotado y ocultaron esa joya rara en un lugar en donde solo el jefe mayor sabría. Es por eso que lo
estoy buscando, por la seguridad de mi clan, es mi deber como guardián - dijo serio el chico de ojos
azules - por eso necesito tu ayuda, necesito encontrar una joya, el berilo azul o aguamarina.
- ¿Es necesario buscarlo? Te podría ayudar a comprar una y...
- ¡No! Debe ser la misma que se ocupó hace 50 años.
- ¿Cómo sabrás que es esa?
- Recuerdo como era - dijo algo orgulloso.
- ¿50 años? ¿Estabas vivo en ese entonces?
- Por supuesto, la vi cuando tenía 16 años.
- ¿Eh? - eso lo tomó desprevenido, el chico se veía que no pasaba de los 20 años, pero respecto a la
nueva información adquirida, quería decir que - ¡¿tienes 66 años?!
- Pues sí, soy un adulto joven.
- ¿Adulto joven? ¿Cuánto viven ustedes?
- 300 años - dijo con una sonrisa - pero bueno, basta de hablar de mi edad, ¿me acompañarás a
buscarlo?
- De acuerdo.

6. - Te busque un poco tarde, pero justo a tiempo, ya que en unos dias habrá un eclipse, el cual nos dará el
poder suficiente para que a través del berilo azul tengamos más fuerza y ventaja para vencer a nuestro
enemigo.
Azariel buscó un frasco en su collar en el cual podía caber cualquier cosa, era una especie de mochila, y
sacó un diminuto frasco donde se encontraba una especie de alga, de un extravagante color carmín.
- Tendrás que comer esto - dijo mostrándole el frasco - cuando estemos frente al mar.
Ambos decidieron que eso sería al día siguiente cerca del mediodía, para levantar menos sospechas.
- Si quieres puedes dormir en la cama - buscó en el closet una manta, una almohada y una sábana.
- ¿No será incómodo para ti? - dijo un poco preocupado el pelinegro.
- Para nada - dijo el castaño colocando la manta en el suelo.
El castaño le dio un pijama para que le fuera más cómodo el dormir en lugar de la ropa que tenía puesta,
la cual se veía algo gastada, Dylan se acostó en la manta para que luego Azariel se acostara en la cama,
el apagó las luces, haciendo que el pelinegro pensara por un momento que Dylan había usado magia.
Pasaron unas pocas horas en las cuales el chico de ojos azules no pudo conciliar el sueño, a pesar de
haberle pedido ayuda a Dylan, éste no estaba obligado a ayudarle, y se preguntaba la razón por la que lo
estaba ayudando, ya sin poder soportarlo, despertó al castaño sacudiéndolo un poco.
- ¿Qué ocurre? - dijo adormilado el chico de ojos verdes.
- ¿Por qué decidiste ayudarme? - preguntó intrigado Azariel.
- Porque como habías dicho, esto es lo más emocionante que haré en mi vida… además cuando era niño,
mi madre me contaba historias de creaturas mitad pez mitad humano que habitaban en el mar, esas
historias me acompañaban en mis días de soledad, ya que no era un niño muy sociable, todos me
consideraban raro, excepto mi madre, cuando ella y yo íbamos al mar eran los mejores momentos que
pasaba, solo recordaba las historias y pensaba que talvez algún día vería una de esas criaturas y mira
ahora, aunque ahora estoy muy lejos de ella por mi trabajo, la extraño y siempre trato de enviarle cartas
lo más posible, ella me heredo el amor por al mar, por eso soy lo que soy y quiero ayudarte en lo que
pueda - dijo Dylan mostrándole una pequeña sonrisa, aunque por la oscuridad de la habitación, el
contrario no pudo apreciarla.
Dicho eso, el castaño volvió a dormirse seguido del pelinegro el cual mantuvo su sonrisa por la respuesta
que tuvo. Era la primera vez que sentía que tenía lo más cercano a un amigo.
Al día siguiente, en la hora de almuerzo, Dylan salió muy discretamente se su habitación, con Azariel
hecho delfín diminuto en la botella en la que ya había estado, cuando estaban en la orilla del mar, el
pelinegro abrió la botella y dejo salir a el pequeño delfín.

7. Dylan abrió el diminuto frasco y se comió una especie de alga de color carmín, y así se fue introduciendo
en el mar poco a poco, hasta que ya no se veía en la superficie.
Azariel llevaba a Dylan de la mano, mientras nadaba un poco rápido y ágilmente, mientras tanto el chico
de ojos verdes miraba como empezaban a haber menos peces de lo que se imaginaba, los corales
estaban muriendo poco a poco y los arrecifes se desintegraban, veía en primer plano el como el
calentamiento global estaba afectando el doble a la vida marina en los océanos, y se dio cuenta que a
los humanos les gustaba lo que había en el mar, los arrecifes de coral, el cómo admiraba la belleza de
éstos, pero que no hacían nada para cuidarlos. El cómo los peces no soportaban el cambio de la
temperatura haciendo que tuvieran que migrar o que otros murieran, vio lo egoísta que su especie
podía llegar a hacer y por ello agradeció el hecho de que Azariel le ayudara a abrirle los ojos, ahora
estaba más decidido que nunca a hacer algo por ambos mundos, ya que, si la fauna marina era
completamente destruida, ellos serían los siguientes.
Estuvieron una semana buscando una gema, un berilo azul. Dylan subía a la superficie al lado de Azariel
ya que las algas que usaba para respirar bajo el agua tenía una especie de tiempo límite, luego de comer
dichas algas las cuales tenían un sabor agrio, volvían a buscar dicha gema. Hasta que al pelinegro se le
ocurrió buscarla en un lugar al cual no había ido desde hace mucho tiempo. Ambos chicos llegaron a una
cueva la cual tenía cierta pinta terrorífica, luego de unas cuantas horas, ambos se voltearon a ver y
entraron.
- Sólo debemos buscar un berilo azul - dijo Azariel con un poco de nerviosismo.
- ¿Que tan difícil es encontrar una? - preguntó el oceanógrafo curioso, buscando la gema que
necesitaban.
Una sombra se vio a lo lejos, asustando a ambos jóvenes los cuales en ese momento estuvieron más
atentos.
- ¿No habías dicho que nadie venía a esta zona? - preguntó el castaño tartamudeando un poco.
- Se supone que todos temen venir aquí, por eso era el mejor lugar para guardar algunos objetos míos -
dijo el pelinegro tratando de no perder de vista a quien se acercaba a ellos - pero igual me da nervios
entrar en este lugar.
Fue de un momento a otro que una chica con una aleta de color morado tenía apuntando el cuello de
Azariel con un tridente mientras se encontraba con una pared a su espalda, separándolo de Dylan.
- Me imaginé que te encontraría aquí - dijo la chica misteriosa la cual se encontraba con una mirada
seria.
- ¿Daria? ¿Qué haces aquí? - preguntó el pelinegro.
- Escuché que subiste a la superficie - dijo la chica la cual tenía ojos color zafiro y cabello color amatista,
con cierto enojo en su tono de voz.
- Necesitaba encontrar a alguien que me ayudara a acabar con esto que estamos pasando - dijo
frunciendo levemente el ceño.

8. - ¿Acaso estás loco? ¡ellos fueron los causantes de esto! - dijo acercando un poco más el tridente a su
cuello.
- Pero Dylan es distinto - dijo volteando a ver al castaño el cual solamente se había quedado mirando la
escena algo pálido.
- ¿Quien? - la peli morada bajó un poco el tridente y reparó en la presencia del chico de ojos color
verdes - ¡¿Trajiste un humano a nuestro hogar?! - exclamó furiosa.
- Él es diferente - dijo librándose de el tridente y quedando al lado de su amigo - Ya deja de comportarte
tan a la defensiva Daria – exclamo serio el pelinegro.
- Te comportas como un niño, sigues siendo el mismo ingenuo de siempre, por algo padre te quitó tu
arma.
- Al menos yo estoy intentando hacer algo por nuestro mundo, no como el viejo que se queda en su
trono observando lo que ocurre y no hace nada al respecto.
- No te atrevas a insultar a nuestro padre.
La peli morada se acercó amenazadoramente al castaño, pero el pelinegro se interpuso.
- Apártate - dijo la chica con enojo tratando de rodear a su hermano.
- No lo haré - Dijo firme.
- Es un invasor - dijo volteando a mirar al chico de ojos verdes.
- Pues ese invasor descubrió la forma de detener al principal causante de que todo esto pasara - dijo
Azariel viéndola a los ojos completamente serio.
- Es imposible - dijo algo sorprendida e intrigada la joven.
- No es imposible - dijo hablando por primera vez el castaño - pero lo será si no actuamos pronto -
La chica de ojos azules se apartó, dejando cierta distancia entre los chicos y ella, bajó poco a poco el
tridente, pero seguía sosteniéndolo con fuerza.
- Hermana, por favor, sé razonable - el pelinegro se acercó un poco a ella - estamos tratando de salvar
tanto nuestro mundo como el de los humanos, todos salimos beneficiados.
- No confío en él. ¿Y si nos llega a traicionar? Nuestro mundo sería destruido - dijo intentando "hacer
entrar en razón" a su hermano.
- Y el de los humanos sería destruido poco después - dijo serio el chico de ojos azules.
La contraria solamente suspiró, volteó a ver al castaño el cual tenía una mirada neutral, pero muy
nervioso por dentro, luego volvió la vista hacia a su hermano el cual demostraba una pequeña sonrisa.
- ¿Que necesitan? - preguntó para luego apartar la mirada y bajar el tridente.
- Berilo azul, eso y deberemos volver a la superficie.

9. - Te acompañaré en ese caso.
- ¿Estas preocupada por mí? - dijo sonriendo acercándose un poco a la peli morada.
- Estaré ahí solamente porque no confío en ese extraño - dijo señalando al castaño - pero también
porque sé cómo eres y es probable que arruines algo.
- ¿Tengo sentimientos sabes? - el pelinegro se encontraba algo triste por esa respuesta mientras tenía la
miraba baja como si estuviese castigado.
Los tres jóvenes llegaron al lugar en el cual había una posibilidad que el berilo azul se encontrase ahí,
habían varias cosas en el lugar que sorprendieron mucho al castaño. Quizá había pasado una o dos horas
de búsqueda hasta que finalmente habían encontrado la gema, pero empezaron a sentirse unos
temblores, la cueva empezó a desprender algunos peñascos al igual que algunos escombros, empezaron
a nadar hacia la salida o sino morirían aplastados, cuando se encontraban a punto de salir, pero un
pelinegro apareció en frente a ellos.
- Lotán... - los chicos tres jóvenes se tensaron al observar dicha figura frente a ellos.
El castaño veía como su jefe tenía una mirada seria y con enojo, sacó un collar parecido al que tenía
Azariel y una especie de humo oscuro lo rodeó, la pequeña figura que anteriormente estaba frente a
ellos empezó a incrementar de tamaño.
La antigua figura humana, ahora era una especie extinta conocida como Livyatan melvillei, el
antepasado del cachalote, pero con la diferencia de que tenía dientes en ambos maxilares, el cual era de
un tamaño enorme.
- Sal de aquí - dijo Daria, le dio su tridente a su hermano, ya que cuando se transformase éste no le
serviría de nada.
- ¿Podrás con él? - el pelinegro estaba preocupado por su hermana.
La chica asintió y Azariel tomó de la muñeca a Dylan ya que en esos momentos ellos iban a ser un
estorbo para la chica de ojos azules, empezando a alejarse lo más rápido que podían. Daria empezó a ser
envuelta por una luz de color violeta y antes de que estuviera completamente cambiada, Lotán quiso ir y
atacar a ambos chicos.
Pero en su camino fue interceptado por la chica la cual en esos momentos era un megalodón, de un
gran tamaño, pero no tan grande como su rival.
Ambos chicos llegaron a una pequeña isla justo antes de que el efecto del alga terminara, pero fue
cuando un hombre de cabellos rubios se les acercó y un escalofrío recorrió la espalda del pelinegro.
- Un Baharini y un humano - el hombre frunció el ceño ante esto - no dejaré que interfieran.
De las palmas del hombre salieron unas especies de llamas las cuales iban directamente hacía ellos, pero
lograron esquivarlas a tiempo- ¿Interferir? - ambos chicos estaban confundidos - ¿Quién eres? –
Preguntaron.

10. - Yo soy Helio, materialización del sol, jefe de Lotán. Y ustedes quieren acabar con el calentamiento
global ¿o me equivoco? - pregunto inexpresivo.
- Está destruyendo mi mundo y el de los humanos - dijo con enojo el pelinegro
- Los humanos fueron los causantes - dijo con tono neutral y volvió a atacarles - Ellos hicieron lo que yo
quería que hicieran e incluso más.
- Fue tu culpa que muchos arrecifes fuesen destruidos – Dijo Azariel mostrando miedo, pero también
enojo.
- Típico de ustedes, culpar a otros por sus propias acciones, todos ustedes son inútiles, justo como
pensé, me desharé de los Baharini y de los tontos de los humanos - Dijo el rubio soltando una carcajada.
Ambos chicos empezaron a atacarlo, pero él esquivaba fácilmente los golpes, estuvieron unos minutos
así, y los que estaban más lastimados eran ellos en lugar del hombre rubio, el cual seguía en el mismo
lugar con uno que otro golpe, los jóvenes intercambiaron miradas y planearon como atacarle, el
pelinegro iría a por refuerzos mientras que el castaño se quedaría a hacer tiempo.
El hombre de cabellos rubios atestó un golpe en la tibia lo suficientemente fuerte para que un humano
sin experiencia en pelea de cuerpo a cuerpo cayera retorciéndose de dolor, pero el castaño logró
equilibrarse y soportar el dolor, le pateó haciéndolo caer al suelo momentáneamente, colocó un pie en
la zona debajo de las costillas, justamente donde iniciaba el esternón, lo que pensó que lo inmovilizaría,
pero ese no fue el caso, el contrincante logró librarse del joven gracias a sus llamas.
Cuando miraron al cielo, el eclipse se estaba completando, el tiempo estaba en su contra, tenían
exactamente 3 horas desde ese momento.
Los movimientos de el "enemigo" se hicieron más veloces y ágiles, Dylan con suerte y podía esquivarlos.
- Un humano jamás podrá vencerme.
De repente Lotán aun con su transformación cayó cerca de donde estaba el castaño y el rubio, Daria
apareció poco después, en su forma normal.
Y poco después Azariel con varios guardianes Baharini acompañados del jefe Lawrence, su padre,
empezaron a rodear la isla impidiéndole la huida a quienes se encontraban ahí.
Lotán regresó a la forma la cual Dylan conocía, y fueron unos guardianes quienes le pusieron una
especie de esposas y le quitaron el collar, y rodearon al rubio, quien no se inmuto y se intentó defender,
pero la derrota era inminente.
De un momento a otro el rubio tomo de las manos de Azariel el berilo azul, y lo absorbió con la
esperanza de que con ello pudiera vencerles, pero éste actuó en su contra, empezó a lanzar rayos de
color azul y el cuerpo del chico rubio empezó a desintegrarse.

11. - Mientras los humanos no cambien, yo volveré y lograré mi objetivo - dijo como últimas palabras antes
de que solamente quedaran unas cenizas, las cuales se las llevó el viento.
Los guardianes Baharini se llevaron a Lotán, quien refunfuñaba, pero al ver a Daria se quedó helado y
solo avanzo con la miraba baja, ya no podía hacer nada de todas formas. Antes de retirarse, el jefe de los
Baharini se acercó a Azariel
- Hiciste un buen trabajo, hijo - Dijo el hombre que tenía una larga barba y lo miraba con una mirada
estoica.
- Casi todo lo hizo Daria, yo solo fui a por ayuda - dijo apartando la mirada tímidamente.
- Has cambiado - dijo con una pequeña sonrisa orgullosamente.
El hombre colocó una mano en el hombro del pelinegro y se sumergió volviendo al mar, Azariel volteó a
ver a Dylan, corrió rápido hacia él, viendo lo mal que se encontraba.
- Dylan, perdón por haberte abandonado en la pelea…
- Ya no importa, gracias a eso al final pudimos vencerlo - interrumpió el castaño.
- Te llevare conmigo, te curaremos - dijo Azariel arrastrando lentamente a Dylan hacia el mar.
El pelinegro busco en su collar el alga especial, se la dio de comer y se lo llevo al mar para ver cómo
podía curar a su amigo.
Pasaron los años después de ese acontecimiento, Dylan se encontraba más satisfecho y ocupado que
nunca con la misión que se había propuesto hacer, la cual era restaurar la tranquilidad y normalidad en
el océano, deteniendo el calentamiento global, con ayuda de Azariel y su familia, ya que, aunque era
difícil, sin la influencia de Helio y la ayuda de Lotán a éste, todo podía marchar mejor que antes. A veces
Dylan se reunía con Azariel a la orilla del mar para charlar y pasar el rato, ahora la pasaban bien viendo
como poco a poco la belleza y pureza del océano se iba recuperando, y volvía a su antigua gloria.