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Créditos
Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Epílogo.
Sobre la autora.
Moderadora de traducción:
Loly
Traductoras:
Florpincha
∞Jul∞
IviAbernathy
CJULI2516ZC
Addictedread
Lau_Diarader
Loly
Lectura final:
Florpincha
Moderadora de corrección:
IviAbernathy - ∞Jul∞
Correctoras:
Caile
Lelu
Addictedread
Daliam
Florpincha.
IviAbernathy.
Diseño:
IviAbernathy
Zane Mitchell no tiene relaciones, nunca. Cuando
aterriza en serias aguas calientes con una mujer, la última cosa que
espera es ser salvado por otra.
Cathryn Haines está tomando un respiro de los
hombres. Cuando se encuentra en un aprieto financiero, su
hermanastro tiene la solución perfecta, mudarse a Charlotte y trabajar
para su mejor amigo.
Zane cree que Cathryn es sosa.
Cathryn cree que Zane es un atrofiado emocional.
Ambos no podrían estar más equivocados.
Ninguno de los dos está buscando una relación.
Ambos luchan contra ello.
Pero al final, el amor gana. Todo. El. Tiempo.
Traducido por Loly
Corregido por Caile
Cathryn
Llegué a Charlotte justo a tiempo. Mientras seguía las
indicaciones del GPS por la ciudad, me di cuenta de lo verde que era.
Abril en Pennsylvania podría ser impredecible dependiendo del clima.
Cuando salí de casa esta mañana vi un par de brotes en los arbustos,
pero todavía había un formidable frío en el aire. Charlotte, sin embargo,
parecía tener una floración enorme. Dondequiera que miraba algo
estaba floreciendo. Tuve que admitir, me gustaba atravesar la ciudad
más allá de casas y tiendas y en lo que parecía ser una zona
residencial.
Le prometí a Blake que yo lo llamaría apenas llegara a los límites
de la ciudad de Charlotte, pero, antes de que lo hiciera, quería ver cómo
se veía mi nueva casa sin mi hermano mayor respirando en mi cuello.
Una parte de mí estaba emocionada de empezar de nuevo. El resto de
mí estaba aterrado. Yo no era conocida por mi sentido de la aventura.
¿Qué pasa si este salto de fe resulta contraproducente? ¿Qué pasa si
odio Charlotte o lo que es peor, a mi nuevo jefe? Blake me había dicho
nada más que lo básico acerca de Zane Mitchell.
Al detenerme en un semáforo en rojo, tomé un trozo de pelusa de
mi blusa. No estoy segura de lo que iba a encontrar hoy en día, decidí
vestir casualmente, pero tipo negocios. ¿Cuál era el dicho? “¿Nunca
dejes que te vean sudar?" Podría tener miedo en mi mente, pero nadie
más tenía que saberlo. Estaba usando pantalones grises con una blusa
blanca con botones, añadí un poco de color con una tira de cuentas de
lapislázuli1 alrededor de mi cuello. En lugar de chatitas, me decidí por
tacones gris grafito y peiné mi cabello en un moño con aspecto
profesional. En el último segundo, me decidí contra los contactos y me
puse el par de lentes negro y rojo con estilo retro que compré hace unos
meses. Pensé que me hacían lucir atrevida pero sofisticada.
Unos cuantos kilómetros más pasaron antes de que el GPS
interviniera:
"En un kilómetro gire a la derecha en Cedar Lane Cove. Su destino
se encuentra a su derecha”
Bajé la velocidad y me detuve en el carril de la derecha. Después
giré en Cedar Cove, vi el complejo de apartamentos directamente en mi
derecha.
Blake había descripto a Riverbend como uno de los complejos de
apartamentos más viejos y de primer nivel ubicado en un pequeño y
encantador barrio. Me complació ver que coincidía con precisión su
descripción. Entré en el camino circular del frente y aparqué. Mirando
por mi ventana, registré todo. Un atractivo edificio de ladrillo rojo de dos
pisos estaba delante de mí. Plantas de orejas de elefantes rojos y verdes
rodeaban la base de tres árboles grandes, y flores de colores brillantes
estaban dispuestas en grandes canteros. En general, el lugar parecía
bien cuidado y acogedor.
—Bueno, estoy aquí —dije en voz alta. Esto era o bien la decisión
más inteligente o la más estúpida que jamás había hecho. Sólo el
tiempo lo dirá. Me acordé de esta mañana y lo que mi padre decía
cuando nos decíamos adiós.
1
Mineral silicato de alúmina, cal y sosa, de color azul intenso y gran dureza; se
emplea en pintura y en ornamentación.
—No tengas miedo de disfrutar de la vida, Cathryn.
—Aquí va algo, papá —le susurré.
Blake me dijo que Zane vivía en el departamento A. Antes de
buscarlo caminé por el lado de la construcción hasta una gran puerta
de hierro forjado. Una cerradura con un teclado me impedía
aventurarme en lo que supuse que era la parte de atrás del edificio.
Pegué la cara contra las barras para obtener una mejor visión y suspiré
de placer. Una preciosa piscina de piedra tipo gruta se encuentra entre
las plantas verdes y coloridos arbustos de azaleas en flor. Se veía como
algo salido de una revista. Lo absorbí todo durante unos segundos
antes de hacer mi camino por la vereda delantera y a través de puertas
dobles a un gran hall de entrada. A mi izquierda, estaba el
departamento B. Detrás de él, había una escalera de caracol y una
puerta negra con la palabra Ascensor sobre ella. A mi derecha, estaba el
departamento A. Tomando una respiración profunda, llamé a la puerta
marcada A, y esperé.
Después de un minuto, más o menos, la cerradura se movió y la
puerta se abrió. Yo esperaba encontrar a Blake allí de pie. Para mi gran
sorpresa, no fui recibida por mi hermanastro. No... este definitivamente
no era Blake. La primera cosa que noté fue su tamaño. En tacones mido
cerda de 1.62. De lo contrario, mido 1.57. El hombre frente a mí medía
más de 1.80 de altura. Poco a poco, tiré la cabeza hacia atrás. Ojos
azules sorprendentes inclinados hacia abajo para encontrarse con los
míos. Me tomó un segundo para registrarlo todo. Desde la parte
superior de la cabeza su firme mandíbula masculina era una delicia
ocular. Apenas pude contener mi gemido de envidia. El hombre tenía al
menos tres filas de pestañas. Cuando Dios estaba repartiendo los
detalles más finos como gruesas pestañas me salteó por completo.
Supongo que pensó que era más que generoso cuando me dio grandes
tetas y un gran trasero. En lo personal, yo preferiría tener un pequeño
trasero y pestañas largas.
Su frente se arrugó desorientado.
—¿Puedo ayudarle? —preguntó. Me mordí con fuerza la lengua
con el fin de detener la explosión de la lujuria que brotó dentro de mí.
Así fui cautivada por su gruñido, el hombre tenía una voz profunda,
perfectos labios carnosos y los dientes... muy rectos, muy blancos... que
se me olvidó por completo su pregunta—. Oye, ¿estás bien? —preguntó.
Al detectar su tono de impaciencia, me incorporé para articular
una respuesta coherente.
—Oh, sí, lo siento, debo tener la dirección incorrecta, yo…
—¿Eres Cathryn? —Me mordí la lengua de nuevo, sólo que esta
vez con más fuerza. Juro que mi nombre nunca había sonado tan bien.
Me las arreglé para extraer los dientes de mi lengua para responder con
voz entrecortada—. ¿Sí?
—Te estaba esperando. Adelante.
El tipo se volvió y yo me di una sacudida mental. Concéntrate
Cat. Al igual que yo, tenía un par de pantalones de vestir grises. Me
encontré admirando lo bien que encajan los pantalones antes de quitar
mis ojos para concentrarme en su camisa de vestir a rayas azul y gris.
Mis ojos se desviaron hacia su cabello castaño que era tan corto que
pude ver su cuero cabelludo. Dios, incluso la cabeza del hombre era
perfecta. La parte posterior de la cabeza era completamente plana.
Cuando tenía diez años quería un corte pixie2. Gran error. En lugar de
lucir como un muy pequeño duendecillo, me parecía a un niño muy feo
con tres mechones y una cabeza muy plana. Papá dijo que era plana,
porque mamá me dejó acostada sobre mi cabeza durante largos
períodos de tiempo cuando yo era un bebé. Punto diez mil contra mi
madre.
—Soy Zane, por cierto —dijo por encima de sus hombros.
Así que este era Zane.
2
El corte pixie (inglés: pixie cut) es un peinado femenino que presenta una longitud
considerablemente corta en la frente y la parte trasera de la cabeza, manifestando un
flequillo regularmente corto que no excede la altura de las cejas.
… Dos meses antes.
—Mamá me dijo que te echaron. ¿A quién tengo que matar y
dónde vive?
Por primera vez en varios días sonreí.
—Oye, Blake. Ya estoy en suficientes problemas. Lo último que
tengo que añadir a mi lista de errores es conspiración para cometer
asesinato, pero gracias por la oferta.
—Te encantaba ese trabajo. ¿Qué diablos pasó?
—Me sorprende que Janna no te lo dijera. —Janna, mi
madrastra, era conocida por su gran boca.
—Confía en mí, si mamá no estuviera llegando tarde a su clase de
gimnasia, me habría dado un informe completo. En cambio, ella sólo me
dijo que te despidieron y que te llame. Habla conmigo, Cat, ¿qué pasó?
—Un gemido de frustración se me salió y rápidamente lo sofoqué. Si
hubiera mantenido la boca cerrada estaría sentada en mi escritorio en
este momento haciendo mi trabajo en lugar de revolcarme en la
autocompasión.
Cuando tenía dieciséis años mi padre se conoció con Janna a
través de un servicio de citas en línea. Habían estado saliendo por tres
meses cuando finalmente me habló de ella. Al principio me sorprendió,
pero después de todo lo que habíamos pasado, quería que mi padre
fuera feliz. El señor sabe que se lo merecía. Me gustó Janna. Lo que
más me ha gustado es que ella ayudó a aliviar el daño que mi madre
había causado.
Papá y Janna se casaron en una ceremonia de bodas pequeña, en
nuestro patio trasero el verano antes de mi segundo año en la
universidad. Fue entonces cuando me encontré por primera vez con
Blake, el hijo de Janna de un matrimonio anterior.
Blake era cinco años mayor que yo y estaba en algún lugar en el
extranjero con el Ejército. En el momento en que lo conocí me gustó.
Mientras que Janna era un remolino que nunca dejó de hablar o
moverse, Blake era tranquilo y reservado. Tenía una presencia calmante
sobre él y cada vez que estaba alrededor de él me sentía a salvo y
segura. A pesar de que Blake apenas me dijo una palabra la primera vez
que lo vi, me di cuenta de que era un buen tipo. La segunda vez que lo
vi fue unos meses después de la boda de nuestros padres. De nuevo,
apenas me dirigió la palabra, pero por alguna razón, yo estaba bien con
él. Después, Blake volvió a casa un puñado de veces. Cada vez llegué a
conocerlo un poco mejor y, finalmente, se formó una amistad.
Ahora, al parecer, él estaba tratando de encontrarme un trabajo.
—Cathryn, háblame —Blake repite con severidad.
Con un suspiro de resignación le explico cómo había atrapado al
jefe de mi oficina, Bill, robando el dinero de la empresa y la forma en
que fui a nuestro jefe, el Sr. Presnell, con pruebas en la mano.
—El señor Presnell me agradeció por mi honestidad y afirmó que
el mundo necesita más empleados como yo —le dije a Blake—. Yo pensé
que estaba en claro. Quiero decir, ¿cómo podría no serlo? Resulta que
yo, no estaba fuera de peligro. Bill se presentó en el trabajo al día
siguiente y, con una sonrisa de satisfacción en su rostro, me despidió.
¿Cómo iba yo a saber que estaban relacionados?
—¿Quién, Presnell y Bill? —preguntó Blake.
—Son primos hermanos —le confirmé.
—Ouch
Ouch era lo correcto.
—Basta de hablar de mí. ¿Cómo estás? ¿Cómo anda Whisky? —
Whisky era el nombre del bar que Blake ayudaba a manejar en
Charlotte, Carolina del Norte.
—En realidad es por eso que estoy llamándote. Necesito un favor.
—Si vas a pedirme que me mude al otro lado del país para
atender mesas, voy a tener que declinar. No es que haya nada malo en
ser mesera ni nada —bromeé.
—¿Terminaste? —preguntó.
—Sí, terminé. —Me reí.
—La Asistente Personal de Zane acaba de renunciar. Ya que estás
sin trabajo y él está desesperado por una asistente, yo creo que sería la
solución perfecta para los dos.
—Zane es tu jefe, ¿verdad? —pregunté.
—Zane es mi jefe, pero más que eso es mi amigo y un tipo sólido.
Mira, no te enojes pero mamá me contó la verdadera primicia con Bill.
—Bill había estado acosándome durante meses y cada vez que lo
rechacé actuó como un asno más y más—. Si tomas el trabajo con
Zane, lo último que tendrá que preocuparte es que se te insinue.
—¡No puedo creer que ella te lo contó! —le susurré. Janna la
boca grande había atacado de nuevo.
Blake rió.
—Sabes que no puede guardar un secreto. ¿Recuerdas a Ryan
Sullivan?
Cuando tenía diecisiete años le dije a Janna sobre mi
enamoramiento de Ryan Sullivan. Por desgracia, Janna era amiga de la
madre de Ryan. Antes de que supiera lo que me había golpeado, yo
estaba en el extremo receptor de un brusco discurso "Vamos a ser sólo
amigos". Me tomó unos días para descubrir que mi propia madrastra
era el que me había delatado.
—¿Como si pudiera olvidarlo? —le respondí con sequedad. A decir
verdad, yo estaba un poco aliviada de que Janna le había dicho a Blake
sobre Bill. Era bueno tener a alguien con quien hablar sobre ello.
Dirigiéndome a su comentario sobre "Zane no se te insinuará" le
pregunté—: ¿Por qué Zane no se me insinuará? Voy a hacerte saber que
los hombres me encuentran irresistible.
El estallido de risa de Blake ayudó a aligerar mi estado de ánimo.
—Eres demasiado buena para Bill o Zane. No, en serio, Zane es
extraño cuando se trata de mujeres. Confía en mí cuando digo que no
eres su tipo.
No sabía si sentirme halagada u ofendida por esto. Me conformé
con ninguno de ellos. Lo último que necesitaba en mi vida en este
momento era un hombre.
—Hasta ahora no me has impresionado, hermano. ¿Qué es
exactamente lo que haría yo por Zane?
—Zane posee un complejo de apartamentos y necesita ayuda para
administrarlo —explicó.
—Espera, ¿pensé que era dueño de Whisky?
—Lo es, pero también es propietario de un complejo de
apartamentos —aclaró Blake.
—Estoy confundida. ¿Así que seré la administradora de un
edificio o una asistente? —pregunté.
—Creo que harías un poco de ambas, pero no estoy cien por
ciento seguro.
—La administración de un complejo de apartamentos es un gran
problema, Blake.
—Dime sobre ello. Zane se ha vuelto loco tratando de administrar
tanto Riverbend y Whisky. Le diría que vendiera los apartamentos, pero
el lugar tiene una conexión sentimental con su padre.
—¿Riverbend? —le pregunto.
—El nombre del complejo.
—¿Por qué no lo administra su padre?
—Su padre murió cuando él era un niño. —Mi corazón estaba con
el chico. No podía imaginar la vida sin mi padre.
—Aquí está la cosa, no sé nada acerca de este tipo, salvo lo poco
que me estás diciendo, Blake.
—Es un tipo leal y valiente, Cat, lo juro. Nunca te pediría esto
sino confiara cien por ciento en Zane.
—Dijiste que su asistente anterior renunció. ¿Qué pasó?
—Una diferencia de opinión, quería más dinero, yo no sé, ¿a
quién le importa? Te lo juro, Cat, la posición es perfecta para ti.
Además, te pone en la misma ciudad que yo. Piensa en lo bien que lo
pasaremos juntos. ¿No he mencionado que la posición viene con un
departamento libre de alquiler? —Tenía que admitir que estaba
preocupada por cómo iba a pagar el alquiler del próximo mes. Un lugar
libre para quedarme que no era la casa de mi padre y mi madrastra,
sonaba demasiado bueno para ser verdad—. Dale una oportunidad,
¿por favor? —rogó. Blake nunca me había pedido nada. Se me estaba
haciendo difícil rechazarlo—. ¿Qué tal esto, le diré Zane que es sólo una
prueba de seis meses. Si al cabo de seis meses, no estás satisfecha,
puedes irte, sin ataduras?
El Sí estaba en la punta de la lengua, pero necesitaba más.
—¿Cuánto me pagará?
—Cuatro mil dólares al mes —respondió rápidamente.
Me quedé boquiabierta.
—¿Él está ofreciendo cuatro mil al mes? —Eso parecía como una
gran cantidad de dinero para un administrador de un edificio o de un
asistente personal.
—Además de un lugar gratis para quedarte —recordó.
Lo pensé por un segundo.
—Dile cinco mil al mes durante seis meses más un lugar gratis
para quedarme y tiene una nueva PA.
—Hecho —replicó.
—Espera ¿no es necesario preguntarle a él primero?
—Nop. —Podía oír la sonrisa en su voz. De alguna manera me
sentí como si hubiera cedido. Debería haber pedido más. Oh, bueno,
treinta mil en seis meses estaba bien conmigo. De hecho, era quinientos
más por mes que en mi antiguo trabajo. Si el chico estaba dispuesto a
pagar cinco mil dólares al mes sin pestañear, tal vez podría negociar un
paquete de reubicación en el trato. En mi voz más dulce, dije—: Sabes,
es muy caro mudarse estos días.
Blake se rió.
—No tientes a la suerte, hermana. —En secreto me encanta
cuando me llamaba hermana—. Vamos, di que sí —suplicó.
—Oh bien —le dije.
—Siiii —se animó—. Tú y Zane se van a llevar muy bien, ya lo
verás. Tengo que irme, pero le diré que aceptaste. ¿Cuánto tiempo te
tomará arreglar todo allí?
Pensé en todo lo que tenía que hacer, lo que realmente no era
mucho.
—¿Dos semanas?
—Estupendo. Llama si necesitas algo. De lo contrario, voy a verte
en dos semanas.
Parece que encontré un trabajo.
Traducido por Loly
Corregdo por addictedread.
Zane
Mis ojos ardían por el cansancio mientras trataba de
concentrarme en las palabras de la página en frente de mí. No sirvió de
nada. Con un gruñido de frustración, di una palmada al papel en mi
escritorio. Siete días y ya me caía a pedazos. Si este era el karma
enseñándome una lección podría detenerse ahora. Lo entendí alto y
claro. Yo era un hombre inteligente con una buena cabeza sobre los
hombros. Hice un punto de nunca, y quiero decir nunca, ser gobernado
por mi pene. Odiaba ser manipulado, y seguro como la mierda no iba a
permitir que una perra molesta como el infierno me chantajeara. Un
fuerte ruido de la zona del bar me llamó la atención. Empujando hacia
atrás la silla de mi escritorio, abrí mi cajón de abajo y deslicé el papel
en el interior. Luego fui a ver de qué se trataba la conmoción.
—¿Gente, no entienden que es asqueroso beber de un vaso con
huellas de los labios de otra persona en él? ¿Cuántas veces tenemos
que tener esta discusión? —Blake sostenía el vaso a la luz para que
todos pudieran ver la marca de lápiz labial. Frotó el dedo sobre ella y la
sostuvo en alto para que todos pudieran ver que no había nada en él—.
Como se puede ver, hacen esta mierda industrialmente fuerte en estos
días. No sólo eso, es desagradable y muy probablemente está plagado de
bacterias. ¿Qué tan difícil es limpiar un maldito vaso antes de colocarlo
en el lavavajillas? —Cualquier otro día el tono de exasperación de Blake
me resultaría gracioso. Hoy, sin embargo, no estaba de humor. No, hoy
apenas estaba flotando en el agua. Un movimiento en falso y me iba a
ahogar en mi propia estupidez. Asintiendo a unos pocos empleados, di
un paso detrás de la barra.
Blake Moreno es uno de mis mejores amigos. También es el
coadministrador de Whisky, el bar que poseo. Blake y yo servimos en el
Ejército. Hace cuatro años nos convertimos en cercanos cuando
pasamos tiempo juntos en Bélgica.
—No dejen que encuentre esta mierda de nuevo, gente. Ahora
vuelvan a lo que fuera que estaban haciendo y ¡podría alguien por favor
cambiar la música! —Blake se volvió hacia mí y dejó escapar un
gruñido de disgusto—. ¿Soy yo, o tenemos un montón de tarados que
trabajan para nosotros?
—Ambos —dije, y seguí con—: Me gusta Eric Church3.
—A mí también, hasta que oí esta canción un millón de veces. —
Mr. Misunderstood4 fue rápidamente sustituido por Drink You Away de
Justin Timberlake, y Blake suspiró—. Mucho mejor. Ahora, aparte de
ser un completo idiota, ¿qué es lo que te tiene tan fuera de quicio?
Le di una mirada mordaz.
—Juro que ustedes chismean aquí como niñas escolares. ¿Quién
te dijo?
Blake se encogió de hombros con indiferencia. —¿Importa? Lo que
yo quiero saber es ¿por qué no me lo dijiste? Sí, te habría roto las
pelotas pero también te habría dado una mano. Esto sucedió ¿cuándo?,
¿el pasado viernes?
Sentí una punzada de culpabilidad. Tenía razón, debería haberle
dicho. —Esta ha sido la semana más larga de mi vida. Me vendría bien
un poco de ayuda en este momento —confesé—. Si tengo que lidiar con
una queja más de un inquilino, voy a herir a alguien.
3 Cantante y compositor estadounidense de música country
4 Nombre de una de las canciones de Eric Church
—¿Quién es esta vez? Espera, déjame adivinar, ¿es el Sr. Burnes
o la señorita Weston, correcto?
—La señorita Weston. Esa mujer tiene oído biónico. Cada vez que
abro la puerta de entrada está de pie allí. Si no la conociera mejor,
pensaría que me está acechando. —Blake me dio una palmada en la
espalda de nuevo y sentí una punzada de culpabilidad. Con un suspiro
de frustración apoyé mis codos a la barra y pasé las manos hacia atrás
y hacia adelante por encima de mi cabeza—. La cagué, Blake.
—Estás más que jodido —corrigió él.
Lo fulminé con la mirada.
—Gracias por el apoyo, Cabrón. Tú y Hunter saben cómo me
pongo cuando se trata de tequila.
—Oh no. No estás culpándome de esto. Esto es todo sobre ti.
¿Qué le pasó a ser profesional y mantenerlo en los pantalones? —No del
todo satisfecho, continuó—, déjame adivinar, ¿Beth acababa de pasar
por allí cuando llegaste a casa y oopsie5, tropezó y aterrizó en tu polla?
—Yo no culparía a Blake ni un poquito por estar disgustado conmigo.
Me lo merecía.
En un intento patético, traté de explicarlo. —No, ella me acorraló
en mi departamento después de que había bebido demasiado con
ustedes, y empezó a hablar de ajustar su horario o algo por el estilo. Ya
conoces a Beth. Ella siempre está buscando ventaja. Yo le dije que era
un mal momento para hablar. Como no se callaba entré a la oficina
para buscar un pedazo de papel. Le pedí que escribiera lo que quería y
lo siguiente que supe fue que tenía su lengua en mi boca.
Las cejas de Blake se alzaron. —¿Consideraste decir que no?
—En un primer momento, pero una vez que estaba desnuda y de
pie delante mío todo lo que podía pensar era en estar dentro de ella. Sin
embargo, le advertí que era algo de una sola vez.
5 Término usado para expresar sorpresa o lástima causada por un error o leve
accidente.
—¿Antes o después? —Sonrió él.
No podía evitar que mis labios se arquearan. Esto no era un
asunto para reírse. —Ambos —respondí.
—No lo entiendo. Si conocía las consecuencias, ¿por qué
renunció?
—Ella quería pasar la noche y yo le dije que no. Empezó a
despotricar acerca de cómo se sentía utilizada y yo le dije que era más
que bienvenida a irse. Ella me llamó de distintas maneras y me dijo que
estaba atrofiado emocionalmente. Me reí y ella dijo que iba a
demandarme por acoso sexual. Le dije que se fuera a la mierda y señalé
el hecho de que ella me atacó. Entonces le expliqué por enésima vez que
no estaba interesado en una relación.
Blake resopló. —Suena a extorsión para mí. Bueno, yo diría que
tienes lo que te mereces, pero no estoy seguro de que sea cierto en este
caso. —Una canción pop optimista se escuchó a través de los altavoces
y Blake gritó—: ¡Cambien esa mierda ahora! —La luz de la puerta
principal se derramó por el piso del bar y los dos nos dirigimos a ver
quién era.
—Oye, Oye, no faltes el respeto a Stitches6. Shawn7 es el hombre
—dijo Hunter, cuando se acercó a la barra. Él captó la mirada sombría
en la cara de ambos y su sonrisa se desvaneció—. ¿Quien murió?
—Zane durmió con Beth la otra noche y ella renunció —espetó
Blake. Le lancé una mirada asesina y él sonrió. Cabrón.
Los ojos de Hunter se dispararon hacia mí y, por centésima vez
hoy, me sentí mal. A pesar de que Beth era un dolor en el culo, a
Hunter realmente le gustaba. Cuando le expliqué lo que pasó, sacudió
la cabeza lentamente hacia adelante y hacia atrás y dejó escapar un
profundo suspiro. —¿Qué te dije? —preguntó.
6 Famosa canción del cantante Shawn Mendes
7 Hace referencia al autor de la canción Stitches
—Mira hombre, estaba borracho como el infierno.
Independientemente, Beth conocía la historia. No tengo relaciones,
nunca. ¿Qué le hizo pensar que ella era la excepción a la regla?
Hunter cruzó los brazos de forma defensiva sobre su pecho y me
preguntó—: Si conocía las reglas, entonces ¿por qué renunció?
—Ella trató de extorsionarlo para tener una relación y él la
rechazó. Cuando ella lo amenazó con demandarlo, él se rió y la mandó a
la mierda —respondió Blake.
Le lancé una mirada asesina. —Soy perfectamente capaz de
responder por mí mismo, idiota.
—Beth ha estado tratando de meterse en tus pantalones desde la
secundaria. ¿Por qué ahora? —Me di cuenta por el tono de Hunter que
estaba molesto. Esto es exactamente por lo que no le dije nada al
segundo en que sucedió—. ¿Y qué sucedió con lo de permanecer
profesional y mantenerla en los pantalones? —preguntó. Blake se rió y
solté otro fuerte suspiro. Como un perro con un hueso, Hunter no lo
soltaba—. ¿Estás seguro de que ella realmente renunció? ¿Tal vez ella
simplemente se tomó un descanso para lamer sus heridas? —Su
expresión era demasiado esperanzadora.
Hunter Lake era el tercero al mando en Whisky y uno de mis
mejores amigos. Odiaba decepcionarlo.
—Lo siento, hombre. Ella deslizó su carta de renuncia debajo de
la puerta y desapareció para el momento en que me desperté a la
mañana siguiente —le dije.
—Maldita sea, eso fue rápido —comentó Blake.
—Te dije que la cagué — repetí.
Cuando compré Riverbend8 claramente no tenía idea de cuánta
mierda había que "manejar" en la gestión de un complejo de
apartamentos. Loy, el gerente, mantuvo todo agradable y ordenado para
8 Se refiere al complejo de apartamento del que es dueño Zayn y donde también vive.
mí. Cuando de repente renunció, todo se fue cuesta abajo rápidamente.
Los inquilinos eran un dolor en el culo y encontraron las cosas más
estúpidas para quejarse y quejarse. Loy ni siquiera se había ido un día
cuando recibí la visita de mi vecina que está cruzando el pasillo, la
señorita Weston. He descubierto de la forma más dura que su solicitud
de ayuda para encontrar sus lentes perdidos, era realmente el código
para "Quiero tocar tu paquete." Después de cuatro meses de
pluriempleo como administrador de un edificio durante el día, y dueño
de un bar por la noche, estaba hecho mierda. Fue entonces cuando
Bethany Ellis apareció y salvó el día.
Bethany, o Beth, una vez que ya la conocimos, apareció en
Whisky con un grupo de amigos.
—¿Mira lo que trajo el gato? —Hunter asintió con la cabeza al
grupo de personas que acababan de adentrarse en el patio de la azotea.
Miré por encima, e inmediatamente la vi entre la multitud. Dos años
mayor que nosotros, Beth tenía cerebro, belleza y novios... muchos
novios—. Ella se ve exactamente igual. —Hunter no estaba equivocado.
Su cabello era más largo, pero Beth había logrado mantener su belleza
clásica de pómulos y labios perfectos. No podía ver sus ojos desde
donde yo estaba de pie, pero no lo necesitaba. Ya sabía que eran los
mismos magníficos ojos azul zafiro que me mantuvieron cautivo en mi
primer y segundo año de la escuela secundaria—. ¿Sabías que se casó
con Brian Shelton?
—Dios, ¿por qué no me sorprende? —Hunter se rió de mi tono
sarcástico.
Brian Shelton era el rey de nuestra escuela secundaria. Era el
deportista de todos los deportistas y un completo imbécil. Calculé que
una chica como Beth acabaría con un tipo como Brian. Vimos a Beth
mover su pequeño perfecto culo a un reservado con sus amigos.
—El rumor es que se divorciaron recientemente —dijo. Esto
tampoco era ninguna sorpresa. Hunter me dio un codazo—. Hombre, yo
todavía no puedo creer que rechazaste eso.
Vi a Beth coquetear con el hombre sentado a su lado y pensé de
nuevo en nuestro último año y la última vez que la había visto. Después
de años de mantener silencio, finalmente le confesé a Hunter que me
negué a dormir con Beth la noche antes de la graduación. —¿Recuerdas
el rumor de que Beth y dos de sus compañeras de hermandad se
ofrecieron a la mitad del equipo de fútbol en la casa de Marcos Blane la
noche antes de la graduación? —pregunté.
—Recuerdo que la escuela secundaria era un gran rumor —se
burló Hunter. No estaba equivocado. La escuela secundaria estaba
plagada de mierda y miseria. No podía esperar a salir y dejar todo atrás.
Hunter asintió con la cabeza hacia Beth—. No hay manera de que Beth
Ellis permitiera que esa mierda sucediera.
—Ella no sólo lo permitió, ella los invitó —le dije.
—Patrañas —resopló.
—Yo habría pensado lo mismo de no haber visto el video con mis
propios malditos ojos.
Su cabeza se sacudió por la sorpresa. —¿Bromeas?
—No bromeo —le confirmé—. Ella trajo dos amigas a la ciudad
con una cosa en mente.
—Guau —articuló.
Guau era correcto. Al final resultó que mi chica de fantasía tenía
cero respeto a sí misma. Decidí hace mucho tiempo que no quería saber
nada de eso. Todavía lo hago. Dejé a Hunter arriba mirando a Beth y
sus amigas e hice mi camino de regreso a The Dungeon9.
No he visto a Beth de nuevo desde esa noche y había olvidado
completamente nuestra conversación hasta que Hunter lo mencionó
después del trabajo. Aparentemente, Beth vio a Hunter detrás de la
barra y se acordó de él. ¿Cómo?, no tenía ni idea, porque ya no era el
bobo chico desgarbado que era en la escuela secundaria. Entre varias
9 Nombre de un club nocturno
bebidas le confirmó que estaba divorciada recientemente y con una
urgente necesidad de trabajar. Cuando le preguntó sobre las
calificaciones que tenía, ella explicó que había sido asistente personal
de la mujer de uno de los colegas de su marido. Por desgracia, el
divorcio puso fin a la relación de trabajo, así como a la amistad.
Ante la insistencia de Hunter, así como por mi desesperación,
llamé a Beth más tarde esa semana y le dije que estaba buscando una
asistente personal. A mitad de la entrevista telefónica la contraté.
Cuando le dije que la quería también para administrar el complejo de
apartamentos, ella retrocedió, así que para endulzar la oferta le ofrecí
un apartamento gratis. Era una situación de ganar o ganar y había que
estar loco para rechazarla. Ella no lo hizo.
Beth se vendió bien porque al final resultó que era de alto
mantenimiento y desmotivada, pero ella hacía el trabajo y yo estaba
desesperado. El puñado de veces que trató de meterse en mis
pantalones, me las arreglé para rechazarla con éxito. Es decir, hasta la
fatídica noche del tequila. ¿La peor parte de todo el asunto? Ella era
una follada perezosa. Incluso en mi estado de embriaguez, hice todo el
trabajo. Aprendimos la lección de la manera difícil: Nunca dormir con el
personal.
—Por favor, por lo menos dime que valía la pena la molestia —dijo
Blake. Su expresión de esperanza me hizo reír.
—¿Nos ven juntos? No, no lo hacen. Hay una razón para eso.
¡Joder! —Golpeé mis puños en la barra de frustración—. No puedo
manejar el complejo por mí mismo, de nuevo. No tienes idea lo malo que
es esa mierda. —Traté de no sonar como una perra llorona, pero
maldición.
—Llámala y arrástrate —sugirió Hunter—. Dile que lo sientes y
establece nuevos parámetros.
—Por supuesto que no. —La última cosa que necesitaba era más
de la mierda de Beth Ellis en mi vida.
—¿Por qué estás sonriendo? —preguntó Hunter a Blake.
—La solución perfecta a tu problema estará llegando en dos
semanas —anunció Blake. Su sonrisa era desconcertante.
—Tengo miedo de preguntar —le dije.
Después de una larga pausa Hunter le dio un codazo. —Bien, ¿a
qué te refieres?
—Cathryn —respondió Blake.
— ¿Cathryn quién? —Hunter y yo le preguntamos.
—Cathryn, mi hermanastra —respondió.
—¿Tienes una media hermana? —preguntó Hunter.
—La tengo —respondió con una sonrisa. Señaló con el dedo hacia
a mí—. Ella va a salvar tu lamentable culo, pero no puedes meter tu
polla en ella. ¿Me escuchaste?
Levanté las manos y me reí. —Juro que he aprendido la lección.
No importa qué, no meteré mi pene en tu hermanastra.
Traducido por Florpincha
Corregido por Florpincha
Cathryn
Zane Mitchell no era nada como me había imaginado. En mi
mente era un hombre mayor, más bajo, y un hombre atractivo.
—Oh, ummm. Así que ya sabes mi nombre, es Cathryn, pero
todos me llaman Cat —tartamudeé, mientras seguía detrás de él. Su
comportamiento serio me hizo un poco incómoda y yo estaba nerviosa,
lo que me irritaba. Odiaba sentirme nerviosa.
Me llevó más allá de la entrada, a una enorme sala de estar y
comedor. Traté de no mirar boquiabierta. Pisos de madera, tablones
anchos estaban cubiertos con alfombras preciosas de todas las formas y
tamaños. Muebles de madera oscura con toques de colores brillantes,
almohadones, lámparas y jarrones se dispersaron estratégicamente
alrededor de la sala de estar. A medida que caminaba por el comedor
luché contra la urgencia de correr la mano por la hermosa mesa de
comedor de madera de cerezo. Quería preguntarle sobre los cojines de
los asientos de aguja, pero decidí que ahora no era el momento
adecuado. Paredes blancas simples con molduras de corona intrincada
adornaron los altos techos de más de tres metros. Era a la vez
sorprendente y abrumador. Desde el comedor, Zane me llevó a una
oficina. Una vez más, me contuve de jadear de placer. Repartidos en
toda la pared del fondo, había estantes de libros gigantes de caoba. A
continuación se sentó en un escritorio, también de color oscuro, pero
con obvias influencias asiáticas. A mi derecha, había un sofá de cuero
color café adornado con cojines de colores orientales. Frente a él, había
una gran otomana de gamuza. A mi izquierda, había una puerta
corredera de cristal que daba a la misma piscina de la gruta que vi
antes. O este hombre era gay, o claramente había perdido su vocación
en la vida.
—Toma asiento —dijo Zane. Tomé asiento en un borde del sofá y
esperó a que me sentara. Una vez instalado detrás de su escritorio,
comenzó a hablar—, llego tarde a una reunión, por lo que voy a hacer
esto rápido. Como he dicho antes, soy Zane Mitchell. No estoy seguro de
lo que Blake te ha dicho, pero estás aquí en doble calidad. Una de ellas
es para que me asistas. La otra es la gestión de Riverbend. Riverbend se
compone de quince apartamentos. —Él levantó una carpeta—. Aquí he
puesto de relieve todas las expectativas, así como una lista de contactos
de mantenimiento y sus números.
Lo estudié mientras hablaba y me preguntaba cómo él y mi
hermano pasaron de templado agradable a ser los mejores amigos. No
queriendo interrumpir su larga introducción, lo esperé a que haga una
pausa y levanté la mano. Hizo esta cosa peculiar atractiva con la ceja y
juro que pude sentir toda la sangre de mi fiebre del cuerpo directo hacia
mi rostro. Me regañé mentalmente. Este es el amigo de tu hermanastro y
tu nuevo jefe, Cathryn, contrólate.
—¿Mantenimiento? —le cuestiono.
—Sí, jardinero, fontanero, electricista, ya sabes, mantenimiento —
indicó. Decidí hacer caso omiso de su tono grosero. Después de todo,
sólo estábamos llegando a conocernos. Cuando no respondí, me
preguntó—: ¿Puedo continuar?
—Por supuesto —respondí con sequedad. Lo ceja no era de lejos
tan atractiva la segunda vez.
—Tú estarás reportándote aquí cada mañana a las nueve. En ese
momento voy a tener una lista de cosas que necesito que hagas.
Después de completar la lista, vas a pasar el resto del día manejando el
complejo. —Levanté mi mano de nuevo y dejó escapar un suspiro que
suena muy impaciente—. ¿Sí?
—¿Exactamente cómo voy a manejar el complejo? —pregunté.
Una vez más la ceja se alzó. Esta vez fue acompañada por unos
labios fruncidos. —¿Es una pregunta retórica? —él preguntó.
Traté de no estremecerme. —¿No?
—Vas a estar a disposición de los inquilinos que viven aquí. Lo
que quieran, dentro de lo razonable, se lo entregas.
—¿Qué pasa si no está dentro de lo razonable? ¿Y cómo se
supone que voy a juzgar lo que es razonable y lo que no lo es? —le
disparo. Su boca se inclina hacia arriba en una sonrisa y casi me
desmayé. El hombre era demasiado bonito para su propio bien, o el
mío. Es evidente que iba a tener que construir algunas defensas con
superpotencia o iba a terminar en un gran problema. Necesitaba este
trabajo.
—Esto es por lo que te estoy contratando. Estoy seguro de que
con el tiempo te darás cuenta de ello —me respondió con soltura. Tenía
la sensación de que me estaba perdiendo algo, pero no estaba a punto
de decirle que me explique. Miró su reloj y gruñó—: Se me hace tarde.
Aquí están las llaves de mi apartamento, así como el Apartamento C
que se encuentra arriba a la izquierda. Mueve tus cosas a tu
conveniencia. Espero que puedas empezar mañana a primera hora. Tu
lista estará en mi escritorio a las nueve en punto. Entra tu sola.
—Espera, ¿no vas a darme un paseo por los jardines? —chillé.
—Sigue adelante y mira a tu alrededor. El código para el teclado
es 2212. Si tienes alguna pregunta me puedes textear o, en caso que
sea absolutamente necesario, puedes llamarme. Sin embargo,
probablemente no responderé. Ahora, realmente estoy tarde, así que te
acompaño a la salida. —Me entregó las llaves y la carpeta y esperó a
que me pusiera de pie. Tenía que dárselo, no sólo tiene habilidades de
decoración de locos, también tenía modales impecables. Me siguió por el
apartamento y abrió la puerta para mí. Antes de que pudiera hacer la
pregunta en la punta de la lengua, dijo—: Fue un placer conocerte
Cathryn. Agradezco que pasaras por aquí. Te veré mañana a las nueve
en punto. —Y comenzó a cerrar la puerta.
—Por favor, llámame Cat —dije, justo cuando la puerta se cerró y
la cerradura haciéndolo detrás de ello. Bueno, tal vez sus modales no
son tan buenos después de todo, pensé.
Con llaves y carpeta en mano opté por la escalera sobre el
ascensor y me dirigí escaleras arriba para el Apartamento C. Antes de
entrar saqué mi teléfono y envié un mensaje a Blake para hacerle saber
que había llegado a Riverbend. Entonces abrí la puerta de mi nueva
casa y entré.
—¡Oh, Dios mío! —susurré en voz alta.
Lo primero que me llamó la atención fue el color de las paredes.
Al principio pensé que eran grises, pero cuando la luz golpeó justo ahí,
me di cuenta de que eran más plata. Sea cual sea el color, era precioso.
Los techos tenían que ser de por lo menos tres metros de altura y casi
chillé cuando me di cuenta de la misma moldura de corona como el
lugar de Zane. La sala de estar y el comedor se fusionaban en un gran
espacio. En uno y otro extremo había ventanas de piso a techo,
revestidas en lo que parecían obturadores de plantación. Los pisos eran
de madera dura, como los de Zane, solamente un color más claro. La
primera vez que pueda voy de compras por una alfombra. Fuera de la
sala de comedor había una puerta y en la parte de atrás del salón había
otra. Ya que estaba más cerca de la sala de estar, me dirigí a través de
esa puerta primero y me encontré en un pequeño vestíbulo donde había
dos puertas más. Esto era casi mejor que la Navidad.
—Detrás de la puerta A se encuentra... —anuncié drásticamente,
y abrí la puerta—. Oh mi Dios. —Di un grito ahogado. El baño no era
muy grande pero seguro que lo era bastante con las paredes verdes de
mar, incrustaciones de mármol y bañera de jardín. En el techo, por
encima de la bañera, estaba el mayor duchador que había visto
nunca—. Una ducha de lluvia —ohhh. Yo estaba inmediatamente
enamorada—. Tú y yo tenemos una cita esta noche, bebé —le dije a ella.
El baño también tenía un buen tamaño, un armario de la ropa y otra
puerta que conducía a una habitación bastante grande con las mismas
ventanas de piso a techo y molduras de corona preciosa. Las paredes de
color gris carbón correspondían con mis zapatos en color. Eran oscuras,
pero me gustaban. Un golpe en la puerta me sorprendió y fui a ver
quién era.
Desde muy joven he pasado mucho tiempo en la casa sola. Papá
me enseñó a mirar siempre a través de la mirilla antes de abrir la
puerta. Por costumbre, rodé mis dedos de los pies y presioné mi ojo al
agujero en la puerta.
Blake.
Con un chillido de placer, le abrí la puerta y me arrojé a él.
Después de atacarlo, agarré su brazo, lo tiré en el interior y
rápidamente cerré la puerta detrás de nosotros.
—¡No vas a creer lo que es este lugar! —grité.
Traducido por ∞Jul∞
Corregido por Lelu
Zane
Si hay una cosa que desprecio, es la tardanza. Por eso, cuando
algo, o mejor aún alguien, llega tarde, me pone en un estado de ánimo
de mierda. En el momento en que llegué a la oficina de mi abogado,
llegaba media hora tarde y estaba bastante molesto. Cuando la
recepcionista anunció que estaban retrasados y que estaría conmigo en
breve, yo estaba levemente apaciguado. Por lo menos no tendría que
pagar por una hora de la que no hice uso. Mientras estaba sentado en
la recepción hojeando mensajes de correo electrónico pensé en mi padre
y cómo nada de esto sería posible si no fuera por él.
Mateo Zane Mitchell era el hombre más trabajador que había
conocido. En el momento en que él tuvo veintidós era propietario de dos
empresas de salvamento. Cuando tenía dos años, vendió ambas e hizo
su primer millón. Fue entonces cuando entró en el negocio hotelero.
Para cuando tenía cuatro años era propietario de un hotel en
WinstonSalem y uno en Charlotte y había triplicado su fortuna. Al año
siguiente construyó un complejo de apartamentos en Charlotte y lo
llamó como la calle en que creció, Riverbend. Cuando tenía seis años
cayó enfermo y, después de dos de luchar por su vida, finalmente perdió
su batalla contra el cáncer de colon. Tenía treinta y cinco años cuando
murió y me hizo millonario. Yo sólo tenía ocho años de edad.
Una sombra cayó sobre la pantalla de mi teléfono y levanté la
vista.
—El señor Marks y el señor Mason lo verán ahora —anunció la
recepcionista con una sonrisa brillante. No pude evitar notar sus tetas
turgentes asomándose por la V de la blusa. Se volvió para abrir el
camino y la seguí. La imagen de ella recostada y su falda subida
apareció en mi cabeza—. Por cierto, soy Mitsy —informó por encima del
hombro. Mitsy, con su falda estrecha, el pelo rizado y maquillaje
dramático, era mi tipo, poco profunda, insulsa y fácil de follar.
George Marks y Allen Mason, de Mason y Marks LLP, eran
sumamente recomendados. Dios sabe que tenían que ser mejor que los
idiotas que mi madre usaba para robar mi herencia. Después de la
contratación probé otras dos empresas antes de encontrar a Mason y
Marks. Tenía una buena sensación sobre esta firma. El culo de Mitsy se
balanceó de lado a lado en la falda sofocantemente apretada mientras la
seguía por un largo pasillo y a una oficina grande en la esquina. Una
vez dentro, me presentó y luego dio un paso atrás mientras nos
dábamos la mano.
—Gracias Mitsy, eso será todo —le dijo George. Cuando se volvió
para irse, ella se aseguró de captar mi atención. Yo amablemente le
sonreí. Sí, te veo Mitsy. No dejaremos que pase.
—Por favor siéntese —dijo Allen—. En primer lugar quiero decirle
que estamos encantados de tener su negocio, señor Mitchell.
—Por favor, llámame Zane —le dije.
Levantó un archivo.
—Tenemos los números aquí, aunque agradecería una pequeña
lección de historia, si no le importa.
Me esperaba esto. Con el fin de saber cuál es lo mejor manera de
representarme necesitarían saber quién era. Odiaba hablar de mi
familia, especialmente de mi madre, pero en este caso estaba dispuesto
a hacer una excepción.
—Como saben, mi padre falleció cuando tenía ocho años. Cuando
tenía catorce años, mi madre conoció a Ted. Ted era lacayo usual del
club campestre. En este caso, era un arribista, una avaricioso idiota
con un fetiche secreto por los niños pequeños. —Por las miradas de
sorpresa en sus rostros podría suponer que esto no era la historia que
estaban esperando. Bienvenido a mi mundo, chicos—. Durante los
próximos cinco años bloqueé los avances de Ted. Al mismo tiempo lo vi
gastar el dinero ganado duramente por mi padre. Día a día vi a mi
hermosa madre cambiar a alguien que ya no reconocía. No podía hacer
nada. Nada de lo que hice o dije cambiaba nada. A la vuelta de mi
decimonoveno cumpleaños mamá vino y me dijo que se estaba
quedando sin dinero. Ella me pidió que entregara mi fondo fiduciario a
Ted. Yo sabía que Ted la había puesto sobre ello y le dije eso mismo.
Como de costumbre, ella lo negó todo. Cuando negué a su solicitud de
mi herencia, fue por detrás de mí y vendió los hoteles que estaban a mi
nombre. La única razón por la que se vio obligada a mantener
Riverbend fue debido a una disposición legal que mi padre dejó justo
antes de morir.
—Aquí dice que Ted vendió RiverBend justo después de la muerte
de tu madre —declaró Allen.
—Sí, para el momento en que mi madre falleció estaban en la
ruina y Ted estaba desesperado. La mañana después del funeral, su
abogado llamó ofreciéndome Riverbend por una cuarta parte del precio
que valía. Después de mi sorpresa, me metí en la oferta. Ni siquiera me
pregunté por qué Ted estaba vendiendo. No me importaba. No sabía
nada acerca de ser dueño de un complejo de apartamentos pero me
aseguré de aprender. Esta era mi oportunidad de traer de vuelta un
pedazo de mi padre. Por lo tanto, compré Riverbend. Entonces desalojé
a Ted y despedí a los abogados de mi madre. Ahora estoy aquí.
Con una sonrisa de complicidad en su rostro, George dijo:
—Usted tiene Riverbend, así que, ¿qué sigue?
Le devolví la sonrisa.
—Me alegro de que me pregunte eso, George. Voy a conseguir
todo de vuelta.
—Nada nos gustaría más que ayudarle a tener éxito —dijo Allen.
Sí, sin duda era la decisión correcta.
Antes de que la reunión terminara les expliqué sobre Beth. Los
quería completamente preparados por si, o cuando, ella decidiera
demandar. Hasta ahora sólo había escrito una nota de amenaza, la cual
les entregué. Me aseguraron que si Beth decidiera presentar cargos, la
atarían en los tribunales durante años. Cuando el intercomunicador
graznó y Mitsy les dijo que había entrado su próximo cliente, me levanté
para irme.
Mitsy me deslizó su número de teléfono en el camino de salida. Le
di otra sonrisa y luego, una vez fuera de la vista, lo tiré a la basura en
frente del edificio.
En el camino a Whisky’s mi mente vagó de nuevo al tema de mi
angustia, Cathryn. Blake me dijo que era brillante. Es evidente que él es
parcial. En todo el tiempo que lo conocí nunca mencionó una hermana.
¿Me pregunto por qué? Una cosa era segura, Blake y Hunter no tenía
que preocuparse acerca de que durmiera con mi nueva PA. La señorita
Haines definitivamente no era mi tipo. ¿Qué debí decirle a Blake cuando
me pregunte por ella? De alguna manera pensaba que decirle: “Tu
hermana no parece muy brillante” no le caería bien. Al final decidí
evitar responder a cualquier pregunta. Le dije que iba a dar a Cathryn
una oportunidad y lo dije en serio. Por suerte para mí estábamos más
ocupados de lo planeado y sólo vi a Hunter y Blake de paso esa noche.
El último grupo de clientes se fue alrededor de la una y no llegué a casa
hasta pasadas las tres.
Un chillido extraño seguido de un ruido de resoplido me despertó
a la mañana siguiente. El ruido sonaba cerca de mi cama. Si había una
cosa que el Ejército me enseñó fue a dormir ligero y no dejar que el
enemigo llegue sigilosamente a ti. Alguien estaba en mi dormitorio.
Podía sentir su presencia. ¿Qué carajos? Dado que estaba durmiendo
sobre mi estómago, estaba en desventaja. Tranquilo, me dije. Inhalé por
la nariz en un intento de calmar mi acelerado corazón y relajar los
músculos tensos. Solté lentamente el aliento y concentré toda mi
atención en mi entorno. Unos segundos más pasaron antes de que
detectara un ligero movimiento a mi derecha. Uno de mis sargentos
solían decir: "la mejor defensa es siempre un buen ataque." En este
caso tenía que estar de acuerdo. En un instante, alargué rápidamente
mi mano y agarré lo que estaba de pie al lado de mi cama. Un fuerte
grito seguido de una ducha de agua hirviendo me tenía fuera de la cama
en cuestión de segundos.
—¿OhmiDiosestasbien? —Balbuceó incoherentemente mi agresor.
Justo al otro lado de la cama, sosteniendo una taza de café como
si fuera un arma de algún tipo, estaba mi nueva ayudante. Debido al
dolor que se irradiaba a través de mi espalda y culo, me tomó un
segundo evaluar plenamente la situación. Una vez que lo descubrí, la
acribillé.
—¿Qué demonios estás haciendo?
Su boca se abrió y cerró un par de veces y sus ojos se
precipitaron con culpa por toda la habitación antes de aterrizar
finalmente en mi polla, la cual pasó de estar en reposo a estar
impresionantemente dura. Golpeando una mano sobre sus ojos, señaló
con la taza de café mi área de la ingle y gritó:
—¡Cubre esa cosa! —Un segundo después lo siguió con un
chirriante—: ¡Por favor!
Me sorprendió. Me indigné. Asistente o no, ¡cómo se atrevía a
colarse en mi habitación mientras yo estaba durmiendo, sacudir café
hirviendo caliente en mí y luego exigir que me cubra!
—¿Quién carajos te crees que eres? —rugí. En lo más mínimo
intimidada, extendió sus dedos y bajó la mirada hacia mi pene, que
ahora estaba a media asta en lugar de su antigua gloria.
—Lo siento mucho. Tenía preguntas sobre la lista que dejaste.
Pensé en ser amable así que hice café. Cuando aún no habías hecho tu
aparición a las diez, me preocupé —explicó rápidamente.
—¿Cuándo viste que estaba dormido no se te ocurrió dar la vuelta
y salir? —pregunté. Está claro que ella no era la bombilla más brillante.
—Tenía preguntas —repitió.
—No hay nada, y quiero decir nada, que haga que invadas mi
espacio personal. ¿Ha quedado claro? —Estaba muy enojado. Estaba
francamente enojado. ¿Quién coños era esta mujer?
—Uh, voy a irme ahora —susurró.
—Uh, creo que sería prudente —me burlé.
Sin decir una palabra se dio la vuelta y salió corriendo de la
habitación. Golpeado por una punzada de culpa me puse algún chándal
y la seguí. La última cosa que necesitaba era que dejara el trabajo.
Cuando bajé el último escalón ella estaba corriendo hacia la puerta
principal.
—¡Espera! —dije en voz alta, y se quedó inmóvil—. No debí
gritarte. Me disculpo. Por favor, permítame obtener una taza de café y
podemos repasar tus preguntas. —Ella dudó un segundo y luego
asintió.
Una vez instalados en mi oficina con una taza de café fuerte, pero
muy buen café, escuché sus preguntas. Tuve que admitir que tenía
algunas preocupaciones válidas. Tan pronto como pasamos la lista ella
se levantó para marcharse.
—Por favor, siéntate —le dije, y esperé a que volviera a sentarse.
Sentí la necesidad de abordar lo que pasó esta mañana. Después de
todo, no siempre duermo solo. No podía tenerla irrumpiendo al azar en
mi dormitorio—. Después de lo que ha sucedido esta mañana, creo que
sería conveniente establecer algunos límites. En el futuro te agradecería
si nos atenemos a la planta baja solamente. La mayoría de las noches
no llego a casa hasta bien después de la medianoche y casi todas las
mañanas no me levanto antes de las diez. Independientemente de
dónde estoy ni lo que estoy haciendo, la lista estará en mi escritorio a
las nueve en punto.
Su mano se disparó hacia arriba y cerré los ojos para no romperle
la cabeza. Ella realmente era una pequeña cosa irritante.
—Deja de levantar la mano —le dije con los dientes apretados.
—Pero es de mala educación interrumpir —respondió ella.
—La mayoría de la gente espera hasta que haya una pausa en la
conversación y luego habla. —Sabía que estaba siendo
condescendiente, ¿pero de verdad?
—De eso se trata —cortó ella—, rara vez tienes una pausa en la
conversación.
Parecía que señorita Haines era a la vez irritante y respondona. Le
di una mirada mordaz. Ella devolvió con una expresión en blanco y
levantó mi ceja en interrogante. O bien la mujer era estúpida o tenía
unas grandes bolas de acero.
—¿Estás diciendo que hablo mucho?
Al darse cuenta de su error de juicio, comenzó de nuevo a
divagar.
—No, sólo estoy diciendo que usted tiene mucho que decir.
Pensando dos veces en esas bolas de hierro decidí probar mi
teoría.
—¿Pensé que Blake había dicho que te graduaste primera en tu
clase en Penn State?
Sus ojos se estrecharon en pequeñas hendiduras diminutas y, por
primera vez desde que nos conocimos, en realidad la miré. Era evidente
a partir de su pelo rubio y piel pálida que ella y Blake no estaban
relacionados por la sangre. Después de unos segundos de mirarla se
relajó y pude ver que sus ojos eran azules, azul aciano10 para ser
exactos. Vestida con una blusa casual y pantalones que no la hacían ni
gorda ni flaca. Aparte de sus ojos era muy sosa, muy... normal.
Sintiéndome algo molesto por su comentario anterior sobre mí hablando
demasiado, decidí jugar con ella.
—Te espero vestida con un estilo casual de negocios durante las
horas de trabajo. —Dejé caer mis ojos a sus pies y lentamente escaneé
a través de su cuerpo. Cuando llegué a su cara estaba frunciendo el
ceño—. Lo que sea que estés usando esta mañana es perfecto... para tu
día de descanso.
10
Azul purpúreo
Me miró durante un largo minuto antes de asentir con la cabeza
en consentimiento. Tenía que admitir que estaba un poco decepcionado
porque no opusiera resistencia.
—Bueno, ahora que eso está arre…
—Doce horas es muchísimo tiempo para estar con la ropa de
vestir, ¿no le parece? —Interrumpió ella—. ¿No podríamos
conformarnos con algo entre esto —señaló el traje que llevaba puesto—
y lo que tenía ayer?
—Me gustaba más cuando levantabas tu mano.
Sus ojos se encendieron.
—¿Perdón?
—Sólo me interrumpiste y tienes razón, es de mal gusto. A partir
de ahora estoy perfectamente bien con que levantes la mano —expliqué
lentamente.
Su boca se abrió y me di a mí mismo unas cinco palmadas
mentales.
—¿Estás bromeando? —chilló.
—¿Me veo como que estoy bromeando?
Los ojos rasgados reaparecieron y sonreí por dentro. Quizás eso le
enseñará a no insultarme en el futuro. Se puso de pie rápidamente, me
dio las gracias por mi tiempo y salió del apartamento. Me sentí un poco
mal por pelearla. Más o menos. Cuarenta minutos más tarde, recibí un
texto de ella:
Me olvidé de decirle que los de la mudanza estarán allí con mis
cosas a la una de esta tarde.
Lo pensé por un segundo y luego respondí:
Aprecio que tomes el tiempo para mensajear. Siempre y cuando
tengas la lista completa, no veo ningún problema con esto.
Ella respondió con un pulgar hacia arriba seguido de lo que
parecía un emoticón de un pequeño mojón11.
Sonreí. Parecía que la señorita Haines tiene algún valor después
de todo.
11
Traducido por IviAbernathy
Corregido por Florpincha
Cathryn
Para no decir algo que me pudiera ciertamente hacer despedir,
decidí retroceder y reagruparme así, sin decir ni una palabra más. Me
puse de pie y salí del departamento de Zane. Cómo este tipo es el mejor
amigo de Blake está más allá de mí. ¡Me llamó grosera! ¡No soy grosera!
Luché contra las lágrimas de ira y me dirigí hacia mi departamento.
Zane Mitchell es un grandísimo idiota, aunque uno muy atractivo, pero
sin embargo un idiota. Uhg, ¿por qué estoy dejando que me llegue?
Una vez arriba, intenté enfocarme en lo que necesitaba hacer hoy,
pero mi mente seguía regresando a Zane y su mala actitud. No podía
quitarme de la cabeza toda la escena de la habitación. Tenía que
admitir, no fue mi mejor momento. Para ser justa conmigo, él dejó una
lista de un kilómetro de largo, y no dio absolutamente ninguna
instrucción. No tenía la menor idea de dónde encontrar su talonario de
cheques, y ¿qué con su contraseña de la computadora? ¿Honestamente
esperaba que supiera todo eso?
Luego de escribir una nota para enviarles a los inquilinos, me
hice una taza de café. Dios sabe que no tuve una esta mañana.
Hablando de café, pensé que hacerle una taza a Zane que nos permitiría
empezar con el pie derecho. ¿Cómo iba a saber que tenía sueño ligero
con un caso grave de trastorno de estrés postraumático? ¡Y su actitud!
Actuó como si me hubiera escabullido intencionalmente arriba con él o
algo así. Tiene suerte de que no me hiciera pis en mis pantalones
cuando me agarró, o peor aún, golpearlo con la taza de café. Dejando
caer mi cabeza a mis manos, suspiré. Gran manera de comenzar tu
nuevo trabajo, Cat. Sabía que debería pedir disculpas, pero una
pequeña parte de mí no quería hacerlo. El hombre era un completo
idiota de mierda para mí. Pensé en su espalda escaldada e hice una
mueca de dolor. Entonces pensé en el resto de su cuerpo y suspiré.
Zane Mitchell llevaba muy bien su ropa. Bajo esa ropa, sin embargo, era
todo músculos duros. Hablando de fuerza, santo cielo, ¡el tamaño de su
pene era criminal! Había visto un par de penes en su momento, ¡pero
ninguno que se pareciera al suyo! De repente, toda la situación parecía
bastante graciosa y estallé en un ataque de risa.
Media hora más tarde, recordé que olvidé decirle a Zane sobre los
agentes de mudanza. No estaba lista para enfrentarme a él por el
momento, tomé la carpeta con su número en ella y, en lugar de
colocarla en mis contactos en la “Z” de Zane, lo puse en la letra T de
Tonto de mierda. Entonces le envié un mensaje y le dije acerca de los
agentes. Cuando recibí su respuesta mojigata, le respondí con un
Emoji12 de un pulgar hacia arriba seguido de una pequeña caca. Al
segundo de haberlo enviado, me arrepentí.
El hombre es tu jefe, Cat. ¿En qué estás pensando? De eso se
trata, no estaba pensando. Zane Mitchell sacaba a la luz mi lado no tan
atractivo. Es como si conociera todos mis botones y decidió empujarlos
todos a la vez. Iba a tener que practicar mejor mi auto-control.
—Deja de reaccionar a él —me dije—. Eres una profesional y
adulta. Debes actuar como tal. —Una forma de poder mostrarle que era
profesional, era haciendo el mejor trabajo posible y siendo útil. Y sabía
12
Los emojis son utilizados como los emoticonos principalmente en conversaciones de
texto a través de teléfonos inteligentes. Algunos de estos caracteres son muy
específicos de la cultura japonesa, como imágenes de geishas, templos Dōjō y grupos
de comida como sushi y onigiri.
exactamente por dónde empezar. Recogiendo su lista, la leí y rodeé las
cosas que no requerirían otra visita a su apartamento. Comenzaría con
aquellas. Una vez que Zane se hubiera ido durante el día, lo manejaría.
Blake apareció justo después de los agentes de mudanza, y pasó
la siguiente hora ayudándome a situarme. Cuando preguntó cómo iban
las cosas con Zane, abrí la boca para dejar salir todo. Entonces pensé
en mi reciente voto de profesionalismo y decidí que decirle que su amigo
era un sorete gigante sería contraproducente, así que le dije que todavía
estaba entendiendo todo. Eso era lo mejor que podía hacer por el
momento.
Después de prometerle ir a visitarlo a Whisky, Blake se marchó e
hice mis rondas por cada apartamento. Durante las presentaciones
expliqué quién era y cómo cada inquilino podía encontrarme si fuera
necesario. La mayoría de ellos rápidamente tomaron mi mano y me
despidieron. Pocos querían saber más acerca de mí. Los inquilinos F y
H no estaban en casa y el inquilino E tenía un fuerte resfriado y sólo me
hablaba a través de la puerta. El Sr. Brass en el departamento D era un
enorme coqueto. Tenía que admitir que, con el pelo oscuro y la barba
entrecana, era atractivo para ser un hombre mayor. Tenía un brillo
definitivo en sus ojos, eso es seguro. Cuando me dijo lo mucho que le
recordaba a su hija muerta, mis ojos se llenaron de lágrimas. Su
historia de cómo ella solía hacerle galletas de chocolate caseras, hizo
que mi corazón se rompiera. El pobre hombre estaba solo en el mundo.
Cuando me ofrecí a hacerle unas galletas, me agarró y me dio un gran
abrazo. Mientras se separaba pude ver lágrimas en sus ojos. Era un
dulce, dulce hombre.
Mi último inquilino a visitar, era la mujer que vivía al otro lado de
Zane, en el departamento B. Sabía que era una mujer quien ocupaba el
departamento porque la había visto asechando en el pasillo de la
entrada de nuestro edificio un par de veces. Sin embargo, cada vez que
me aventuré en la planta baja para presentarme, se había ido. Mientras
llamaba a la puerta pensé en el pobre señor Brass y me pregunté que le
había sucedido a la señora Brass.
Estaba a punto de dejarlo y volver a mi departamento cuando una
voz desde el otro lado de la puerta, dijo:
—Todo lo que usted está vendiendo no lo estoy comprando. Oh, a
menos que sea chocolate. Amo el chocolate.
—Hola, mi nombre es Cathryn Haines. Soy su nueva
administradora del edificio. Sólo quería pasar por aquí y presentarme.
—Medio grité a través de la puerta.
La puerta se abrió así que salté rápidamente y casi me tropiezo
con mis pies. La primera cosa que noté fue su muumuu13 de colores
brillantes. Minúsculas margaritas amarillas, verdes y rosadas danzaban
a lo largo de sus mangas. A medida que se dirigían hacia el escote, se
hacían más grandes. Para cuando llegaban a su pecho y estómago, eran
gigantescas.
Agitó la mano en el aire.
—¡Pasa!
Realmente no quería entrar en su departamento, pero tampoco
quería ser grosera. Vacilante, entré por la puerta. Después de una
lectura rápida, me sorprendió gratamente encontrar su lugar muy bien
decorado y bastante hogareño. Su sala de estar era similar a la mía en
tamaño. Sin embargo, ella tenía alfombra en lugar de maderas duras, y
ventanas de tamaño normal. Sus paredes estaban pintadas de color
rosa claro y su techo era amarillo pastel. Iba bien con su decoración
extravagante.
—Soy la señorita Weston —anunció.
—Soy Cathryn, pero me puede llamar Cat —le dije. Saqué el papel
con mi información en él y se lo ofrecí—. Esto tiene mi información de
contacto. Si no contesto, por favor deje un mensaje. Si se trata de una
13
Vestido hawaiano, suelto y colorido, con estampas diversas.
emergencia con el departamento, puede llamar a Zane. Si se trata de
una emergencia de salud, por favor llame al 911.
—Puedes llamarme señorita Weston —repitió—, y si no te
importa, prefiero tratar estrictamente con Zane.
—Oh, uh, bien, ¿le importaría decirme por qué? —pregunté.
Sonrió.
—De ninguna manera. De hecho, me alegra que lo preguntes. De
esta manera se puede limpiar el aire y ser grandes amigas. Zane y yo
tenemos una conexión muy especial, si me entiendes. —Me guiñó un
ojo.
Oh, le entendí muy bien. Una imagen del pene gigante de Zane de
esta mañana pasó por mi cerebro y rápidamente la reprimí. No quería
juzgar pero era muy difícil no hacerlo. La señorita Weston era sin duda
lo suficientemente mayor como para ser la madre de Zane. La idea de él
metiéndosela a ella me puso triste. No porque estuviera celosa o
quisiera que me la clavara a mí ni nada, sino porque él era joven y
hermoso, y debería salir con una persona de su misma edad. Después
de pasar quince minutos asegurándole que no estaba interesada
sexualmente en Zane, logré escapar. Estaré más que feliz de dejar a
Zane lidiar con ella en el futuro, no hay problema.
Antes de encargarme del resto de los elementos de la lista, tomé
un descanso final de la tarde y desempaqué mi ropa. Después de
ordenar, me dirigí a la casa de Zane para pagar las facturas, actualizar
su calendario y organizar sus archivos de computadora. Consideré
echar un vistazo por arriba. Debido a la conmoción de esa mañana, no
tuve la oportunidad de revisar el resto de su apartamento. Conociendo
mi suerte, Zane probablemente tenía cámaras observando cada uno de
mis movimientos. Pretendiendo estirar los brazos, examiné su oficina,
no vi ninguna cámara, pero eso no significaba que no estuvieran allí.
Un amigo mío en Pennsylvania tenía una cámara para monitorear a la
niñera en un libro en su estante. Mirando hacia arriba en los estantes
en frente de mí, suspiré. Había por lo menos un centenar de libros, si
no más. Una cámara podría estar oculta en cualquiera de ellos. Decidí
no correr el riesgo. Una infracción mayor era suficiente para un día.
Para cuando regresé a mi departamento, era hora de la cena y
estaba hambrienta. Lástima que no tenía comida. Sólo podía imaginar
la cara de Zane si me atrapaba asaltándole la nevera.
—¿Qué diablos crees que estás haciendo? —me burlé con mi más
profunda voz de Zane Mitchell—. ¿Has…?
Fui interrumpida por un golpe en la puerta. ¿Debo contestar? ¿Y
si es la señorita Weston? o, peor aún, ¿y si es Zane? No estaba segura de
poder manejar a cualquiera de los dos más de una vez en un mismo
día. ¿Debo contestar? Por supuesto que tenía que responder. Era parte
de mi trabajo. Cuando llamaron por segunda vez, me di cuenta de que
estaba siendo grosera. Tirando el paño de cocina, corrí a la puerta
principal y me puse de puntillas para mirar a través de la mirilla. Con
un suspiro de alivio, destrabé la cerradura y abrí la puerta. Una mujer
mayor sosteniendo un pote de algo con un delicioso olor me sonrió.
—¿Puedo ayudarle? —pregunté.
—¡Hola! Vi que me he perdido tu visita más temprano y quería
pasar por aquí y presentarme. Soy Yancy Reed. Vivo en el departamento
H. Bienvenida a Riverbend. Te traje un poco de chile. —Me extendió la
olla de chile. Yancy parecía encontrarse a mediados de los años
cincuenta. Con su estilo bob14 y una falda vaporosa, me recordaba a mi
maestra de cuarto grado, la señora Hicks.
—Oh, gracias —dije, tomando la olla—. ¿Le gustaría pasar?
Cuando ella me siguió al interior de la vivienda, dijo:
—Puedo decir inmediatamente que eres de buena madera. —Sin
estar segura de cómo responder, le di las gracias—. Y esos buenos
14
El bob es un corte recto que se extiende hasta la altura de la mandíbula,
generalmente con flequillo. Se lo llama también "¾" porque representa tres cuartas
partes de lo que se considera un peinado de cabello largo.
modales. La última chica era simplemente grosera. No me
malinterpretes, ella era una mirona, pero tenía un corazón malo. —
Como si alguien que no fuera cualquiera de nosotras pudiera oírla,
susurró—. Un malvado, malvado corazón. —Supuse que se refería a la
anterior asistente personal de Zane, quien renunció bajo extrañas
circunstancias—. Después de todo lo que pasó con el padre de Zane y
su pobre madre, que acordó con ese horrible hombre que gastó todo su
dinero, me alegró que Zane volviera en sí y se deshiciera de esa mala
semilla. Es un hombre tan especial —continuó. Un millón y unas
preguntas estaban en la punta de la lengua, pero lo dije en serio
cuando me prometí ser más profesional. Chismear acerca de mi jefe, sin
importar lo mucho que quisiera hacerlo, no era profesional.
—Gracias por el chile. ¿Ha dicho que vive en el departamento H?
Quiero asegurarme de regresar la olla a la casa correcta —le dije.
—Segura —sonrió, luego echó un vistazo a su reloj y se quedó sin
aliento—. ¡Oh, no! ¡Estoy a punto de perderme la Ley y el Orden!
Tómate tu tiempo y disfruta del chile. Cuando me regreses la olla
podemos hablar un poco más. Yo trabajo en un taller de bordado en
Queens tres días a la semana, por lo que el lunes y el viernes son los
mejores días para charlar. Zane es un amor. Tú encajarás
perfectamente aquí. Puedo decirlo. —Con ese comentario se marchó y
cerró la puerta detrás de sí.
¿Cuán dulce es Zane? Me pregunté si Blake sabía que su mejor
amigo tenía un fetiche de asaltacunas.
A la mañana siguiente me puse mi alarma temprano. Necesitaba
llegar a la tienda de comestibles antes de agarrar la lista de Zane. Me
aseguré de tomar los ingredientes para galletas de chocolate mientras
estaba fuera. No puedo creer que me ofrecí para hacer unas galletas para
un extraño. Nada de mi vida en esos días era normal. Quería dar una
buena impresión y el Sr. Brass parecía un buen hombre, aunque era un
gran coqueto. Todo el mundo con quien me encontré ayer tenía una
historia y yo, ganas de conocerlos a todos mejor.
Para cuando dejé los víveres en casa pasaban cinco minutos
después de las nueve. Gracias a Dios a Zane le gustaba dormir hasta
tarde. Pensé en las posibles cámaras en su oficina y mi estómago cayó.
Tenía que darme prisa. En el momento en que me cambié de los
pantalones de yoga por mi equipo de trabajo, eran las nueve y veinte.
En mi camino a las escaleras casi tropecé con una de las plantas en
macetas y tuve que parar para asegurarme de que no me rompí un taco.
Maldito seas, Zane Mitchell. Me di cuenta por el brillo en sus ojos que
ayer me estaba castigando. Ahora tenía que llevar ropa de vestir
durante todo el día. ¿Por qué no pude mantener la boca cerrada? En
silencio me deslicé en su apartamento y me precipité a la oficina. Me
detuve en seco cuando me di cuenta de Zane sentado detrás de su
escritorio.
¡Mierda!
Me miró y frunció el ceño. Luego sostuvo algo y dijo:
—Aquí.
Llevaba una camiseta y pantalones de cargo. Odiaba admitirlo,
pero el look informal se veía muy bien en él. ¿Por qué tenía que ser tan
atractivo? Centrándome en el objeto en su mano, traté de no pensar en
lo bien que se veía o en el hecho de que él tenía un fetiche por las
viejas.
—¿Qué es? —pregunté.
—Es un reloj. Al parecer no tienes uno —respondió con soltura.
—De hecho, tengo dos relojes y un teléfono. —Levanté mi teléfono
para mostrarle. Su ceja se arqueó e intenté no sonreír. Al parecer, fallé.
—¿Lo encuentras divertido? —preguntó en voz baja. Puse una
expresión sobria. Obviamente el Sr. Risitas tuvo una mala noche. Tal
vez la señorita Weston no se sentía juguetona y se quedó sin ello—. Te
espero aquí a las nueve. Estoy pagando para que estés aquí a las nueve.
Llegaste a las nueve y veintiocho. Esto —señaló el reloj—, tiene una
alarma que he puesto específicamente para las nueve en punto. En el
futuro, si continúa y no te encuentras de pie en mi oficina, tendremos
un problema. ¿Ha quedado claro?
¡Dios! ¿Podía ser más idiota?
—En serio, tengo mi propio reloj —le dije.
—¿Me he explicado con claridad? —repitió con severidad.
—Sí —suspiré, y tomé el reloj. Nuestros dedos se tocaron y ambos
nos congelamos. Por un breve instante nuestros ojos se encontraron. La
última cosa que necesitaba estar sintiendo, especialmente con este
hombre, era atracción. Sorpresa apareció en su rostro. Luego parpadeó
y ya no estaba allí.
—Ahora, revisé tu lista de ayer y quiero señalar algunos errores —
me dijo.
Tenía la sensación de que sabía por qué su anterior asistente
abandonó el trabajo. No era ningún misterio. Era realmente muy
simple. Zane Mitchell era un gran culo de caballo.
Traducido por addictedread
Corregido por Lelu
Zane
Hoy necesitaba levantarme más temprano de lo normal porque
debía reunirme con Blake, Hunter y mis abogados en el banco para
finalizar la compra de una distribuidora de cerveza. Habíamos estado
trabajando todo el mes para llegar a este día y yo estaba listo para
hacerlo. La compra inicial de la distribuidora recaía en mí, pero una vez
que el negocio estuviera generando ganancias, Blake y Hunter me
regresarían el dinero y todos tendríamos partes iguales. Había una gran
ventaja si la compra era exitosa. Si fracasaba, perdería mi inversión y
estaría seriamente decepcionado. Había mucho en juego en esto.
Mientras esperaba que mi café se preparara, me apoyé contra el
mostrador y pensé de nuevo en la pasada noche y en la pregunta de
Blake de cómo iban las cosas con Cathryn. No pude darle una buena
respuesta porque realmente no tenía una. Entre el Whisky’s y el trabajo
sobre el acuerdo de la distribuidora había estado ocupado. De hecho,
apenas había estado cerca. ¿Cómo iban las cosas? No tengo la menor
idea. Hice una nota mental para comprobar a Cathryn más tarde y
averiguarlo. Seguramente, si algo estaba mal ella me lo habría
notificado a estas alturas. Traté de recordar la última conversación que
habíamos tenido en persona y no pude. Había estado quedándome
hasta tarde por las noches y dormía hasta después de las nueve todas
las mañanas. Beth no podía pasar diez segundos sin llamarme o
mandarme un mensaje de texto sobre esto o aquello, pero con Cathryn
era todo lo contrario.
El tiesto de la cafetera comenzó a hacer el ruido que anunciaba
que había terminado y esperé a que chisporroteara antes de servir una
taza. Luego lo llevé a través del comedor a mi oficina. Cathryn había
limpiado y ordenado mi escritorio nuevamente. Esto era exactamente el
por qué no estaba preocupado por su falta de comunicación. Cathryn
era instintiva. No sólo cumplía con eficacia toda la lista de cada día,
sino que también se las arreglaba para hacer algunas cosas extras,
como la limpieza de mi oficina. Después de nuestro tosco comienzo, se
compensó haciéndome café todas las mañanas. Tengo que decir que la
mujer hace un café malditamente bueno. Otra mañana,
accidentalmente dejé una cesta de ropa sucia en la parte inferior de la
escalera. Cuando llegué a casa después del trabajo, la ropa estaba
situada en la canasta del lavado y pulcramente doblada. Unos días más
tarde dejé otra canasta de ropa sucia en el mismo lugar. Y una vez más,
estaban limpias y dobladas cuando llegué a casa. No estaba seguro de
qué hacer con esto. Beth ya me habría dado un sablazo por aumentar
sus tareas o al menos habría intentado cobrar por la carga. Ahora que
lo pienso, en verdad Beth era absolutamente horrible.
Necesitaba avanzar, puse mi culo detrás de mi agradable
escritorio y saqué el block en el que solía escribirle la lista a Cathryn.
Enganché un lápiz de mi posavasos, bajé mi mano a la página y me
congelé. Al frente y al centro de la hoja superior había un dibujo de una
mano con el dedo medio hacia arriba. Con una carcajada arranqué la
ofensiva imagen del block y comencé a arrugarla. A la mitad cambié de
opinión. En lugar de tirarla lejos, la alisé nuevamente y la prendí en el
tablón de anuncios al lado de mi escritorio. Supuse que mi acto de
ocultismo no había pasado desapercibido después de todo. Pobre
Cathryn. Casi la tiro en lo profundo y dejo que se hunda o nade.
Probablemente debería disculparme por ser un dolor en el culo cada
mañana que la mataría. Sin embargo, para ser del todo justos, la mujer
necesitaba aprender la destreza de manejar mejor el tiempo. El Ejército
enseñaba que la tardanza era una falta de respeto. Yo tenía tolerancia
cero a la falta de respeto. Al final, mi pequeña lección cumplió su
propósito, porque la señorita Haines había sido muy puntual desde
entonces.
Iba a llegar tarde si no empezaba a avanzar. Escribí rápidamente
la lista diaria y en el último momento, agregué una postdata: por favor
trate con la Señorita Weston en el apartamento C. Ella estaba
volviéndome loca. Entonces, arrastré mi culo al piso superior para
prepararme para la reunión.
Quince minutos después estaba vestido y listo para irme.
Mientras llenaba mi taza de viaje con café, consideré escaparme por
atrás a través de la puerta de la piscina. Las últimas dos mañanas, la
señorita Weston había estado al acecho. La mujer se había vuelto
implacable. Estaba titubeando para salir por mi puerta delantera por
temor a encontrarme con ella. Antes de colocar la tapa a la taza, tomé
un sorbo e hice una mueca. ¿Por qué mi café siempre era tan
condenadamente amargo? Si retrasaba la reunión una media hora
podría disfrutar de una taza del café de Cathryn. Miré el reloj y sacudí
mi cabeza. No tenía tanta suerte. Con un suspiro de resignación, corrí a
mi oficina, recogí el maletín y salí por la puerta de atrás. Después de
ingresar el código de la puerta, me asomé por la esquina para
asegurarme de que la costa estaba despejada. Afortunadamente, la
señorita Weston no estaba por ningún lado. Casi estaba en mi coche
cuando la puerta principal se abrió y una cabeza saltó.
—Zane, ¿eres tú?
¿Estaba tomándome el pelo? ¡Juro que la mujer estaba
malditamente acechándome! Miré hacia donde la señorita Weston
estaba de pie y por poco solté mi maletín. ¿Qué demonios se había
hecho en el pelo?
—Espera un segundo ¡Tengo algo que decirte! —gritó.
Con un golpecito de mi dedo, mantuve la puerta de mi auto
abierta. Todo lo que podía pensar era ¡CORRE! Lanzando mi maletín en
la parte de atrás, me senté para colocar mi taza de viaje y poner la llave
en el arranque. El motor ronroneó a la vida y levanté mi vista. Mierda,
¿esos eran... rulos? La señorita Weston estaba afuera de la puerta y
trotaba hacia mi coche. La cosa en la parte superior de su cabeza se
balanceaba arriba y abajo con cada paso y recordé al monstruo de la
mitología griega, Medusa. No mirarla a los ojos. Cambié a reversa,
acelerando. Al mismo tiempo, bajé la ventanilla del copiloto.
—¡Hola señorita Weston! Se me hace tarde para una reunión esta
mañana. ¡Voy a tener que ponerme al día con usted más tarde! —grité.
Antes de que ella pudiera responder, subí mi ventanilla, empecé a
conducir y pise el acelerador a fondo.
Por supuesto tropecé con tráfico, lo que a su vez me hizo llegar
más tarde de lo que ya iba y en el momento en que llegué al banco,
estaba de muy mal humor. Gracias a Dios que la reunión estuvo bien.
Una hora y poco más tarde, el trato estaba cerrado y Blake, Hunter y yo
éramos oficialmente los orgullosos propietarios de una distribuidora de
cerveza. Esa noche, después del trabajo, celebramos un poco demasiado
duro y cuando me metí en la cama en algún momento de las primeras
horas de la mañana siguiente, supe que iba a tener un arduo día de
recuperación. Al menos no me perdería el café de Cathryn otro día. Ese
fue mi último pensamiento antes de desmayarme.
Un extraño ruido me despertó de un profundo sueño. Mi primer
pensamiento fue, ella está de regreso. Me aseguré de no mover ni un
músculo. La última cosa que quería era otra ducha de café caliente.
Después de un minuto tratando de determinar su ubicación exacta, me
di cuenta de que no era Cathryn quien me había despertado, pero la
música... la música estaba molestamente alta.
¿Qué demonios?
Me giré para mirar el reloj de mi mesita de noche y tuve que
tragar profundamente para evitar el vómito. Un cuarto para las
puñetera siete de la mañana. Había tenido aproximadamente tres horas
de sueño y mi cabeza palpitaba. La pared encima de mi cabeza vibraba
de nuevo y di un respingo. ¿Qué diablos hacía esa mujer tan temprano
en la maldita mañana? Con un gruñido de frustración, me arrastré
fuera de la cama y me puse un par de pantalones de pijama. Luego, me
moví con rabia al piso inferior para salir por mi puerta de enfrente. A
mitad de la escalera, decidí que probablemente debería cerrar la puerta.
La última vez que dejé mi apartamento con la cerradura abierta, llegué
a casa para encontrar a la señorita Weston esperándome en la sala de
estar. Volví rápidamente a mi apartamento y recogí las llaves. Después,
cerré la puerta y me dirigí hacia las escaleras.
Al llegar a la parte superior, escuché que una puerta se abría en
la planta baja. ¡Mierda! Busqué rápidamente un lugar para esconderme.
—¿Zane, eres tú? —llamó la señorita Weston
Cerré mis ojos y respiré profundo. No es más que una anciana me
dije:
—Si señorita Weston, soy yo —dije hacia abajo. Mi estómago eligió
ese momento para rebelarse. Me apoyé contra la pared y tomé unas
cuantas respiraciones profundas para no vomitar por todas partes.
—¿Estás enfermo? —gritó por la escalera—. No te ves tan bien.
Tengo un termómetro que se pega en tu…
—¡Estoy bien! —grité—. Sólo un poco cansado, eso es todo.
Ella dio un paso adelante hacia la entrada y traté de no
encogerme ante el horrible vestido a rayas negro y amarillo que estaba
usando. Gracias a Dios que no tenía esas cosas en el pelo esta mañana.
Puso sus manos en sus caderas y estrechó sus ojos hacia mí.
—Te ves pálido, además prometiste que hablaríamos.
De pronto me sentí transportado de vuelta a mi infancia, cuando
mis padres estaban vivos y felices. Todas las veces que mi madre se
irritaba con mi padre, ella ponía sus manos en sus caderas y
estrechaba sus ojos hacia él. De repente sentí que no podía respirar.
Consigue el maldito control Zane. Mientras la señorita Weston divagaba
sobre la necesidad de hablar conmigo, rápidamente toqué con el pulgar
las llaves para registrar el apartamento C.
—Zane Mitchell, ¿estás escuchándome? —resopló.
—Sí, uh, mandaré a Cathryn en este preciso momento, lo
prometo. —Al segundo encontré la llave de Cathryn, despedí a la
señorita Weston y corrí por el pasillo hacia la puerta de ella.
—¡Si necesitara a Cathryn, le preguntaría yo misma! —gritó
detrás de mí. Antes de que pudiera decir otra palabra, estaba
atravesando la puerta de Cathryn y cerrándola detrás de mí.
Yo sabía que no debería estar entrando en el apartamento de un
inquilino sin previo aviso, especialmente en el de este inquilino, pero no
podía tratar con esa mujer un segundo más. Mientras giraba la
cerradura de la puerta, oí débilmente una música que salía de la parte
posterior del apartamento. Sonaba como The Hills de The Weekend.
Otra vez me pregunté qué estaba haciendo Cathryn. Di la vuelta y
caminé de regreso a la puerta, una parte de mí gritó. Por alguna razón,
no podía. Mirando alrededor, me di cuenta de que era mi primera vez en
este apartamento. Un sillón que se veía cómodo y algunas sillas
ocupaban un extremo de la habitación. Al otro lado había una pequeña
mesa de comedor. Beth vivió aquí durante un año y en todo ese tiempo,
nunca puse un pie en el interior de su apartamento. Cathryn y Beth no
se parecían, gracias a Dios. A pesar de que estaba escasamente
amueblada, el lugar de Cathryn se sentía cálido y acogedor. Como había
heredado mi apartamento de mi madre, éste no me representaba en
absoluto. Este lugar se parecía a Cathryn. Seguí la música a través de
la sala de estar y dentro de un pequeño pasillo. La mayoría de los
apartamentos tenían el mismo aspecto. Sin embargo, a través de los
años, algunos inquilinos los habían decorado profesionalmente. Podía
decir por las ventanas, los pisos y las molduras, que éste era uno de
esos. El pasillo tenía dos puertas, las cuales estaban cerradas. Alcancé
aquella en la que se escuchaba la música detrás y titubeé. Esto está
mal, pensé, justo antes de girar la perilla y abrir la puerta.
Roses de The Chainsmokers me rodeó mientras me detenía en la
puerta de lo que parecía ser la habitación de Cathryn. Mis ojos fueron
inmediatamente atraídos por las paredes. Nunca antes había visto este
color gris. Giré y salí, mi cerebro gritó. Haciendo caso omiso a mi mejor
juicio, di un paso dentro para echar un vistazo más. Al igual que su
sala de estar, el dormitorio de Cathryn era cálido y acogedor. Blancas
almohadas mullidas y un edredón seductoramente suave cubrían la
cama. Un movimiento al pie de la cama llamó mi atención y miré hacia
abajo. Todo mi cuerpo se congeló. Allí, para mi sorpresa, usando nada
más que un sujetador deportivo y unas bragas estaba mi semidesnuda
asistente personal. La esterilla de ejercicio morada me dio un indicio de
lo que ella estaba haciendo, pero a mi cerebro le tomó un minuto
procesarlo. Cuando Sugar de Maroon 5 comenzaba a sonar ella inhaló y
cambió de posición. El voyerismo no era lo mío, pero no podía apartar
mis ojos, especialmente cuando ella comenzó a mover su cuerpo al
ritmo de la música. Estaba en trance. ¿Qué estaba haciendo? No podía
ser exactamente yoga. ¿Quizás pilates? Fuera lo que fuese, era
fascinante. Despacio ella bajó su pecho sobre la esterilla y levantó su
culo en el aire. Casi me tragué mi lengua cuando comenzó a bombear
rítmicamente sus caderas arriba y abajo. Al aparecer, mi feíta asistente
personal era mucho más de lo que parecía ser. ¿Cómo me había perdido
esto? Vi como ella, de manera fluida, pasaba de una posición a otra y
no podía dejar de notar sus pequeños y duros pezones saltando a través
de la tela de su sostén deportivo. Un abrumador impulso de tocarla se
apoderó de mí y di un paso hacia ella. En ese momento me sorprendí a
mí mismo. ¿Qué coños estaba haciendo? Miré hacia abajo a la tienda de
campaña en mis pantalones de pijama, estremeciéndome. Esto era
malo, seriamente perturbador. No estaba teniendo una erección por
causa de mi asistente. Ni siquiera me gustaba. Tenía que salir de aquí.
Me di la vuelta para escapar y choqué directamente con su tocador.
Algo chocó ruidosamente contra el suelo y oí un grito detrás de mí.
Sigue adelante me dije.
—Zane ¿qué estás haciendo? ¿Cómo te metiste en mi
apartamento? —Su voz llamó desde detrás mío.
La última cosa que necesitaba era que ella me viera teniendo una
erección. Aunque después del espectáculo que acababa de dar, tendría
que estar ciego para no reaccionar. Me detuve con mi mano en la puerta
y miré por encima de mi hombro hacia donde ella estaba de pie. Gracias
a Dios que se había puesto un albornoz.
—Yo, eh... toqué a tu puerta y cuando no respondiste me
preocupé. —Estaba sorprendido de que pudiera encadenar dos palabras
juntas y aún más una oración completa. Mi palpitante polla era una
gran distracción.
Una mirada de preocupación apareció en su rostro.
—Oh, lo siento, no te escuché. ¿Estás bien? ¿Hay algo en
particular que necesites? —Su evidente preocupación por mí me hizo
sentir como un idiota.
Sí Cathryn, necesito borrar permanentemente de mi cerebro tu
culo girando. Peleando para decir algo, le dije que la señorita Weston
del apartamento B estaba buscándola. Ella ladeó la cabeza y me dio
una mirada extraña. Traté de no darme cuenta de lo atractiva que se
veía con el pelo recogido o cuán largo y femenino era su cuello. En
realidad necesitaba salir de aquí. No, lo que en realidad necesitaba era
tener sexo.
—Oh, bien —dijo titubeante. Podía decirle que había algo atrás de
sus bonitos ojos azules, pero no había manera en el infierno de que
esperara para ver que era. Era el momento de que yo y mi dura polla
hiciéramos el camino fuera de su apartamento INMEDIATAMENTE.
—Está bien, bueno, tengo que ir a prepararme para una reunión
—mentí—. La lista está en mi escritorio. Hablaré contigo más tarde. —
Antes de que pudiera responder, estaba fuera de la puerta. Como si el
diablo estuviera en mis talones, corrí por el pasillo, aporreé las
escaleras y empujé mi llave en mi cerradura. Una vez a salvo al interior
de mi apartamento, cerré la puerta, la bloqueé detrás de mí y colapsé
contra ella. Por la forma en que estaba jadeando se podría pensar que
estaba fumando un paquete diario. Lo que era una maldita pesadilla. La
imagen de Cathryn bombeando su trasero arriba y abajo al ritmo de la
música, se reproducía una y otra vez en mi cabeza. Cerrando mis ojos,
golpeé la parte de atrás de mi cabeza contra la puerta un par de veces
con la esperanza de sacar a golpes esa imagen de mi cabeza. Cuando
eso no funcionó, deslicé mi mano dentro de mis pantalones de pijama y
envolví mis dedos alrededor de mi dura polla. Nunca más sería capaz de
escuchar Sugar sin pensar en Cathryn. ¡Me gustaba Maroon 5 maldita
sea! Con un siseo de rabia, liberé mi polla y me alejé de mi puerta.
Joder. Estoy caliente, no desesperado. Irrumpí en mi oficina, agarré mi
móvil y desplacé hacia abajo mi lista de contactos. Cuando encontré el
número que estaba buscando pulsé llamar.
—No, no, estás levantado muy temprano —respondió la sexy voz
al otro lado del teléfono.
—Hola nena, necesito verte esta noche —le dije.
—Bueno, por suerte para ti, estoy disponible —ronroneó.
Después de que accediera a reunirse en mi casa cerca de la
medianoche, tomé una ducha rápida y salí por la puerta de atrás antes
de que Cathryn apareciera a las nueve. Me las arreglé para sacarla de
mi mente la mayor parte del día. Al momento que me fui del trabajo por
la noche, estaba convencido de que la situación se había dado por la
privación sexual. De camino a casa una canción de Maroon 5 sonó en la
radio y una vez más el incidente de esta mañana estaba al frente y en el
centro. Mi polla se agitó en mis pantalones y gruñí.
¿Qué demonios estaba mal conmigo?
Traducido por Loly
Corregido por Florpincha
Cathryn
¿Qué en el mundo acaba de pasar? Un minuto yo estaba haciendo
mi Ploga y al siguiente mi jefe estaba corriendo de mi habitación como
si sus pantalones estuvieran en llamas. ¿Por qué estaba en mi
habitación en primer lugar? Pensé en lo que Zane debe haberme visto
haciendo y me inundó la vergüenza.
Cuando tenía doce años, mi madre decidió tomar un descanso de
mi padre y de mí. Ella me dio un beso de despedida una mañana y
cuando llegué a casa de la escuela por la tarde, ya se había ido. Justo
antes de mi cumpleaños número catorce volvió a aparecer de la nada.
Después de varios días de rogar, papá la aceptó de regreso y durante los
seis meses siguientes, fuimos una familia feliz de nuevo. Entonces ella
comenzó a actuar raro. Desaparecería durante horas sin decir a nadie a
dónde iba. Algunas veces ella se olvidaba de recogerme de la escuela.
De camino a casa desde la escuela una tarde, me preguntó si me
gustaría mudarme a Florida. Cuando pregunté por el trabajo de papá,
me informó que no se uniría a nosotras. Ella decía que era nuestro
pequeño secreto. Inmediatamente supe que algo estaba mal. La niña
asustada en mí, la que había perdido a su madre una vez antes, quería
ir con ella. Sin embargo, la joven práctica en la que me estaba
convirtiendo sabía que no podía. Mi madre me había abandonado una
vez. ¿Quién iba a decir que no lo haría de nuevo? Cuando le dije a papá
sobre nuestra conversación, quedó devastado. Luego él se enojó. En
cuestión de semanas, mis padres se divorciaron oficialmente y mi
madre se había ido, esa vez, para siempre. De cualquier forma en que lo
mires, el resultado siempre iba a ser ella marchándose. Papá sólo se
aseguró de que ni yo ni su dinero se fueran con ella la segunda vez.
Que mi madre me abandonara la primera vez fue malo, pero la
segunda vez fue devastador. Me vine abajo. Yo no lloré o me enojé. Yo
no hablé de mis sentimientos. Yo comí, pasteles, dulces, carbohidratos,
lo que sea, me lo comí. Por casi dos años comí para quitar el dolor.
Cuando mi padre empezó a salir con Janna, era talla catorce. Sólo se
necesitó una mirada y Janna sabía que estaba en serios problemas. Mi
madrastra puede ser agresiva y molesta, y Dios sabe que la mujer no
puede guardar un secreto para salvar su vida, pero cualesquiera que
sean sus defectos, yo la perdono. La perdono porque cuando me estaba
ahogando en el auto-odio, ella me salvó. No sólo ella habló con mi padre
para que me envíe a terapia, ella me enseñó el valor del ejercicio y
comer sano. Me hizo ver lo mucho que importaba. Todas las tardes me
arrastraba fuera del sofá y me obligaba a hacer yoga, Pilates y Zumba,
dio sus frutos en un tiempo sorprendentemente corto. Dentro de los
seis meses siguientes, yo era una persona completamente diferente,
gracias a ella. Doce años más tarde, todavía ejercito una vez al día y
trato de comer alimentos saludables tanto como sea posible. Hoy me
tocaba mi combo Pilates-Yoga, al cual apodé Ploga.
Dejé caer mi cabeza en mis manos de vergüenza. ¿Por qué Zane
tenía que verme haciendo Ploga? Pensé en lo que dijo cuando le
pregunté qué estaba haciendo en mi apartamento, y rápidamente mi
vergüenza se transformó en ira. Esta era la segunda vez en esta semana
que él me había pedido que "manejara" a la señorita Weston. Siento
que las cosas no anduvieran bien con su vida amorosa. En realidad, no
lo sentía. Él no debería estar con ella en primer lugar. Sin embargo, si
ya no quiere estar con ella, él debe decirle. No voy a involucrarme. No
señor, si te acuestas con pumas y puedes ser mutilado, es tu maldita
culpa.
Para el momento en que me duché y llegué al apartamento de
Zane para marcar a las nueve en punto, él se había ido. Estaba tan
aliviada de que no estuviera allí que hice un bailecito feliz en medio de
su oficina. La imagen de él controlando su cámara de vigilancia y
viéndome bailar me sacó de mi momento feliz y me puso a trabajar. En
mi camino a la puerta, me di cuenta de que había dejado otra canasta
de ropa sucia al pie de la escalera. Empecé a separarlas para el lavado y
luego me detuve a mí misma. ¿Por qué sigo lavando la ropa de este
hombre? Me contrató para ser su asistente, no su mucama. Debería
llevárselo a la señorita Weston, y que ella lo haga. Con un resoplido de
humor, tiré la ropa sucia de nuevo en la cesta. Zane puede lavar su
propia ropa de ahora en adelante.
En el camino de regreso a mi apartamento sonó mi teléfono. Eché
un vistazo para asegurarme de que no fuera Zane y me sentí aliviada al
ver que era Blake llamándome.
—Hola Blake, ¿qué pasa? —le contesté.
—Estamos celebrando esta noche en Whisky y te quiero aquí —
dijo.
—¿Qué estamos celebrando? —pregunté.
—¡Estás hablando con el nuevo propietario de una distribuidora
de cerveza, bebé!
Al llegar a mi apartamento veo al Sr. Brass de pie fuera de mi
puerta. Levanté mi dedo diciéndole que me esperara un segundo. Yo no
sabía nada sobre las distribuidoras de cerveza, excepto que tenían el
potencial de hacer un montón de dinero.
—¡Felicidades, eso es fabuloso, Blake! Mira, tengo que irme, ¡pero
no puedo esperar para celebrar contigo! Voy a estar llegando a Whisky
un poco más de las nueve, ¿de acuerdo? —Después de felicitarlo de
nuevo, colgué y le sonreí al Sr. Brass—. Hola, Sr. Brass, ¿que lo trae a
mi puerta hoy?
Él levantó mi contenedor de Tupperware.
—Quería devolver esto. Las galletas estuvieron absolutamente
maravillosas y por favor, llámame Rich. Sr. Brass me hace parecer tan
viejo.
Al pasar junto a él, agarro el recipiente Tupperware y abro la
puerta.
—¿Le gustaría entrar un minuto?
—Me gustaría, pero tengo Duck Dynasty15 en pausa en la
televisión.
—Oh, está bien, bueno, gracias por devolver el Tupperware. ¿Hay
algo más que pueda hacer por usted?
Sus ojos brillaron.
—Ahora que lo preguntas, mi tía abuela Bula solía hacer el mejor
pan de banana con chispas de chocolate. Eso fue antes de que fuera
atropellada por un autobús. Es triste decir que no sobrevivió. De
casualidad, no sabes cómo hacer pan de banana, ¿verdad?
¡Oh, Dios mío, el pobre hombre! No sólo murió su hija, su tía
abuela, ¿también? Hablando de mala suerte. La última cosa que
necesitaba era hacerle a este hombre pan de banana. Empecé a decirle
que no, pero la mirada de esperanza en su cara me detuvo.
—Supongo que puedo hacerle algo el domingo —le dije.
Él juntó las manos de alegría.
—Lo espero con ansias. Si hay algo que pueda hacer por usted,
todo lo que tiene que hacer es preguntar. —Con un saltito en su paso,
se dio la vuelta y se alejó.
15
Duck Dynasty, la serie más vista de Canal AE. El programa que presenta una
familia pueblerina moderna, quienes fieles a sus raíces y origen, operan una empresa
familiar muy exitosa.
Sí, sólo llámame blandengue.
El resto del día fue una brisa. Por una vez, Zane me había dado
una lista de cosas que hacer muy corta. Después de meditarlo, llegué a
la conclusión de que el incidente de esta mañana le debe haber
impresionado. La idea de Zane impresionado me hizo sonreír. Al menos
él no vertió el café caliente sobre mí, mientras yo estaba durmiendo
desnuda en mi cama. En mi opinión, estábamos ahora oficialmente a
mano.
Alrededor de las ocho, empecé a prepararme. Ya había estado un
par de veces en Whisky antes, pero nunca por la noche. Yo estaba
emocionada de ver el lugar en funcionamiento. Enferma y cansada de
usar ropa de negocios, me decidí por un par de pantalones cortos
negros de piernas anchas que se ata en la parte delantera, y una
camiseta blanca de mangas cortas y cuello bote. Era ajustada, pero de
una manera favorecedora. En lugar de usar el pelo suelto, me lo recogí
en una coleta alta. Saqué algunas mechas para que quedaran sueltas
para enmarcar mi cara. Me decidí por el glamour de la vieja escuela
para mi maquillaje. Para cuando estuve lista eran las nueve y cinco,
estaba oficialmente retrasada. Me puse algunas joyas de plata y mis
sandalias negras con tacos de 5 cm, agarré mi bolso y prácticamente
corrí por la puerta. Habían pasado semanas desde que había salido.
Realmente lo extrañaba.
Whisky es un edificio de dos pisos en un área de Charlotte
conocida como Plaza Midwood. Se sienta en el medio de un distrito de
negocios de cuatro manzanas y cuenta con restaurantes y bares que lo
flanquean. Esta noche, el lugar estaba lleno. Me tomó veinte minutos
para encontrar un lugar para estacionar y, para el momento en que
atravesé la puerta, estaba lista para tomar una copa. Primero, sin
embargo, tuve que orientarme. Whisky durante el día era un lugar
completamente diferente a como se ve a la noche. The Dungeon era casi
irreconocible. Get Lucky de Daft Punk se hacía eco en las paredes.
Quería tapar mis oídos porque estaba tan fuerte. Directamente a mi
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Cathryn llega a Charlotte

  • 1.
  • 2.
  • 3. La presente traducción ha sido llevada a cabo sin ánimos de lucro, con el único fin de propiciar la lectura de aquellas obras cuya lengua madre es el inglés, y no son traducidos de manera oficial al español. El staff de Lucky Girls Books apoya a los escritores en su trabajo, incentivando la compra de libros originales si estos llegan a tu país. Todos los personajes y situaciones recreados pertenecen al autor. Queda totalmente prohibida la comercialización del presente documento. ¡Disfruta de la lectura!
  • 4. Créditos Sinopsis Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Capítulo 15 Capítulo 16 Capítulo 17 Capítulo 18 Capítulo 19 Capítulo 20 Capítulo 21 Capítulo 22 Capítulo 23 Capítulo 24 Capítulo 25 Epílogo. Sobre la autora.
  • 5. Moderadora de traducción: Loly Traductoras: Florpincha ∞Jul∞ IviAbernathy CJULI2516ZC Addictedread Lau_Diarader Loly Lectura final: Florpincha Moderadora de corrección: IviAbernathy - ∞Jul∞ Correctoras: Caile Lelu Addictedread Daliam Florpincha. IviAbernathy. Diseño: IviAbernathy
  • 6. Zane Mitchell no tiene relaciones, nunca. Cuando aterriza en serias aguas calientes con una mujer, la última cosa que espera es ser salvado por otra. Cathryn Haines está tomando un respiro de los hombres. Cuando se encuentra en un aprieto financiero, su hermanastro tiene la solución perfecta, mudarse a Charlotte y trabajar para su mejor amigo. Zane cree que Cathryn es sosa. Cathryn cree que Zane es un atrofiado emocional. Ambos no podrían estar más equivocados. Ninguno de los dos está buscando una relación. Ambos luchan contra ello. Pero al final, el amor gana. Todo. El. Tiempo.
  • 7. Traducido por Loly Corregido por Caile Cathryn Llegué a Charlotte justo a tiempo. Mientras seguía las indicaciones del GPS por la ciudad, me di cuenta de lo verde que era. Abril en Pennsylvania podría ser impredecible dependiendo del clima. Cuando salí de casa esta mañana vi un par de brotes en los arbustos, pero todavía había un formidable frío en el aire. Charlotte, sin embargo, parecía tener una floración enorme. Dondequiera que miraba algo estaba floreciendo. Tuve que admitir, me gustaba atravesar la ciudad más allá de casas y tiendas y en lo que parecía ser una zona residencial. Le prometí a Blake que yo lo llamaría apenas llegara a los límites de la ciudad de Charlotte, pero, antes de que lo hiciera, quería ver cómo se veía mi nueva casa sin mi hermano mayor respirando en mi cuello. Una parte de mí estaba emocionada de empezar de nuevo. El resto de mí estaba aterrado. Yo no era conocida por mi sentido de la aventura. ¿Qué pasa si este salto de fe resulta contraproducente? ¿Qué pasa si odio Charlotte o lo que es peor, a mi nuevo jefe? Blake me había dicho nada más que lo básico acerca de Zane Mitchell. Al detenerme en un semáforo en rojo, tomé un trozo de pelusa de mi blusa. No estoy segura de lo que iba a encontrar hoy en día, decidí
  • 8. vestir casualmente, pero tipo negocios. ¿Cuál era el dicho? “¿Nunca dejes que te vean sudar?" Podría tener miedo en mi mente, pero nadie más tenía que saberlo. Estaba usando pantalones grises con una blusa blanca con botones, añadí un poco de color con una tira de cuentas de lapislázuli1 alrededor de mi cuello. En lugar de chatitas, me decidí por tacones gris grafito y peiné mi cabello en un moño con aspecto profesional. En el último segundo, me decidí contra los contactos y me puse el par de lentes negro y rojo con estilo retro que compré hace unos meses. Pensé que me hacían lucir atrevida pero sofisticada. Unos cuantos kilómetros más pasaron antes de que el GPS interviniera: "En un kilómetro gire a la derecha en Cedar Lane Cove. Su destino se encuentra a su derecha” Bajé la velocidad y me detuve en el carril de la derecha. Después giré en Cedar Cove, vi el complejo de apartamentos directamente en mi derecha. Blake había descripto a Riverbend como uno de los complejos de apartamentos más viejos y de primer nivel ubicado en un pequeño y encantador barrio. Me complació ver que coincidía con precisión su descripción. Entré en el camino circular del frente y aparqué. Mirando por mi ventana, registré todo. Un atractivo edificio de ladrillo rojo de dos pisos estaba delante de mí. Plantas de orejas de elefantes rojos y verdes rodeaban la base de tres árboles grandes, y flores de colores brillantes estaban dispuestas en grandes canteros. En general, el lugar parecía bien cuidado y acogedor. —Bueno, estoy aquí —dije en voz alta. Esto era o bien la decisión más inteligente o la más estúpida que jamás había hecho. Sólo el tiempo lo dirá. Me acordé de esta mañana y lo que mi padre decía cuando nos decíamos adiós. 1 Mineral silicato de alúmina, cal y sosa, de color azul intenso y gran dureza; se emplea en pintura y en ornamentación.
  • 9. —No tengas miedo de disfrutar de la vida, Cathryn. —Aquí va algo, papá —le susurré. Blake me dijo que Zane vivía en el departamento A. Antes de buscarlo caminé por el lado de la construcción hasta una gran puerta de hierro forjado. Una cerradura con un teclado me impedía aventurarme en lo que supuse que era la parte de atrás del edificio. Pegué la cara contra las barras para obtener una mejor visión y suspiré de placer. Una preciosa piscina de piedra tipo gruta se encuentra entre las plantas verdes y coloridos arbustos de azaleas en flor. Se veía como algo salido de una revista. Lo absorbí todo durante unos segundos antes de hacer mi camino por la vereda delantera y a través de puertas dobles a un gran hall de entrada. A mi izquierda, estaba el departamento B. Detrás de él, había una escalera de caracol y una puerta negra con la palabra Ascensor sobre ella. A mi derecha, estaba el departamento A. Tomando una respiración profunda, llamé a la puerta marcada A, y esperé. Después de un minuto, más o menos, la cerradura se movió y la puerta se abrió. Yo esperaba encontrar a Blake allí de pie. Para mi gran sorpresa, no fui recibida por mi hermanastro. No... este definitivamente no era Blake. La primera cosa que noté fue su tamaño. En tacones mido cerda de 1.62. De lo contrario, mido 1.57. El hombre frente a mí medía más de 1.80 de altura. Poco a poco, tiré la cabeza hacia atrás. Ojos azules sorprendentes inclinados hacia abajo para encontrarse con los míos. Me tomó un segundo para registrarlo todo. Desde la parte superior de la cabeza su firme mandíbula masculina era una delicia ocular. Apenas pude contener mi gemido de envidia. El hombre tenía al menos tres filas de pestañas. Cuando Dios estaba repartiendo los detalles más finos como gruesas pestañas me salteó por completo. Supongo que pensó que era más que generoso cuando me dio grandes tetas y un gran trasero. En lo personal, yo preferiría tener un pequeño trasero y pestañas largas. Su frente se arrugó desorientado.
  • 10. —¿Puedo ayudarle? —preguntó. Me mordí con fuerza la lengua con el fin de detener la explosión de la lujuria que brotó dentro de mí. Así fui cautivada por su gruñido, el hombre tenía una voz profunda, perfectos labios carnosos y los dientes... muy rectos, muy blancos... que se me olvidó por completo su pregunta—. Oye, ¿estás bien? —preguntó. Al detectar su tono de impaciencia, me incorporé para articular una respuesta coherente. —Oh, sí, lo siento, debo tener la dirección incorrecta, yo… —¿Eres Cathryn? —Me mordí la lengua de nuevo, sólo que esta vez con más fuerza. Juro que mi nombre nunca había sonado tan bien. Me las arreglé para extraer los dientes de mi lengua para responder con voz entrecortada—. ¿Sí? —Te estaba esperando. Adelante. El tipo se volvió y yo me di una sacudida mental. Concéntrate Cat. Al igual que yo, tenía un par de pantalones de vestir grises. Me encontré admirando lo bien que encajan los pantalones antes de quitar mis ojos para concentrarme en su camisa de vestir a rayas azul y gris. Mis ojos se desviaron hacia su cabello castaño que era tan corto que pude ver su cuero cabelludo. Dios, incluso la cabeza del hombre era perfecta. La parte posterior de la cabeza era completamente plana. Cuando tenía diez años quería un corte pixie2. Gran error. En lugar de lucir como un muy pequeño duendecillo, me parecía a un niño muy feo con tres mechones y una cabeza muy plana. Papá dijo que era plana, porque mamá me dejó acostada sobre mi cabeza durante largos períodos de tiempo cuando yo era un bebé. Punto diez mil contra mi madre. —Soy Zane, por cierto —dijo por encima de sus hombros. Así que este era Zane. 2 El corte pixie (inglés: pixie cut) es un peinado femenino que presenta una longitud considerablemente corta en la frente y la parte trasera de la cabeza, manifestando un flequillo regularmente corto que no excede la altura de las cejas.
  • 11. … Dos meses antes. —Mamá me dijo que te echaron. ¿A quién tengo que matar y dónde vive? Por primera vez en varios días sonreí. —Oye, Blake. Ya estoy en suficientes problemas. Lo último que tengo que añadir a mi lista de errores es conspiración para cometer asesinato, pero gracias por la oferta. —Te encantaba ese trabajo. ¿Qué diablos pasó? —Me sorprende que Janna no te lo dijera. —Janna, mi madrastra, era conocida por su gran boca. —Confía en mí, si mamá no estuviera llegando tarde a su clase de gimnasia, me habría dado un informe completo. En cambio, ella sólo me dijo que te despidieron y que te llame. Habla conmigo, Cat, ¿qué pasó? —Un gemido de frustración se me salió y rápidamente lo sofoqué. Si hubiera mantenido la boca cerrada estaría sentada en mi escritorio en este momento haciendo mi trabajo en lugar de revolcarme en la autocompasión. Cuando tenía dieciséis años mi padre se conoció con Janna a través de un servicio de citas en línea. Habían estado saliendo por tres meses cuando finalmente me habló de ella. Al principio me sorprendió, pero después de todo lo que habíamos pasado, quería que mi padre fuera feliz. El señor sabe que se lo merecía. Me gustó Janna. Lo que más me ha gustado es que ella ayudó a aliviar el daño que mi madre había causado. Papá y Janna se casaron en una ceremonia de bodas pequeña, en nuestro patio trasero el verano antes de mi segundo año en la universidad. Fue entonces cuando me encontré por primera vez con Blake, el hijo de Janna de un matrimonio anterior. Blake era cinco años mayor que yo y estaba en algún lugar en el extranjero con el Ejército. En el momento en que lo conocí me gustó.
  • 12. Mientras que Janna era un remolino que nunca dejó de hablar o moverse, Blake era tranquilo y reservado. Tenía una presencia calmante sobre él y cada vez que estaba alrededor de él me sentía a salvo y segura. A pesar de que Blake apenas me dijo una palabra la primera vez que lo vi, me di cuenta de que era un buen tipo. La segunda vez que lo vi fue unos meses después de la boda de nuestros padres. De nuevo, apenas me dirigió la palabra, pero por alguna razón, yo estaba bien con él. Después, Blake volvió a casa un puñado de veces. Cada vez llegué a conocerlo un poco mejor y, finalmente, se formó una amistad. Ahora, al parecer, él estaba tratando de encontrarme un trabajo. —Cathryn, háblame —Blake repite con severidad. Con un suspiro de resignación le explico cómo había atrapado al jefe de mi oficina, Bill, robando el dinero de la empresa y la forma en que fui a nuestro jefe, el Sr. Presnell, con pruebas en la mano. —El señor Presnell me agradeció por mi honestidad y afirmó que el mundo necesita más empleados como yo —le dije a Blake—. Yo pensé que estaba en claro. Quiero decir, ¿cómo podría no serlo? Resulta que yo, no estaba fuera de peligro. Bill se presentó en el trabajo al día siguiente y, con una sonrisa de satisfacción en su rostro, me despidió. ¿Cómo iba yo a saber que estaban relacionados? —¿Quién, Presnell y Bill? —preguntó Blake. —Son primos hermanos —le confirmé. —Ouch Ouch era lo correcto. —Basta de hablar de mí. ¿Cómo estás? ¿Cómo anda Whisky? — Whisky era el nombre del bar que Blake ayudaba a manejar en Charlotte, Carolina del Norte. —En realidad es por eso que estoy llamándote. Necesito un favor.
  • 13. —Si vas a pedirme que me mude al otro lado del país para atender mesas, voy a tener que declinar. No es que haya nada malo en ser mesera ni nada —bromeé. —¿Terminaste? —preguntó. —Sí, terminé. —Me reí. —La Asistente Personal de Zane acaba de renunciar. Ya que estás sin trabajo y él está desesperado por una asistente, yo creo que sería la solución perfecta para los dos. —Zane es tu jefe, ¿verdad? —pregunté. —Zane es mi jefe, pero más que eso es mi amigo y un tipo sólido. Mira, no te enojes pero mamá me contó la verdadera primicia con Bill. —Bill había estado acosándome durante meses y cada vez que lo rechacé actuó como un asno más y más—. Si tomas el trabajo con Zane, lo último que tendrá que preocuparte es que se te insinue. —¡No puedo creer que ella te lo contó! —le susurré. Janna la boca grande había atacado de nuevo. Blake rió. —Sabes que no puede guardar un secreto. ¿Recuerdas a Ryan Sullivan? Cuando tenía diecisiete años le dije a Janna sobre mi enamoramiento de Ryan Sullivan. Por desgracia, Janna era amiga de la madre de Ryan. Antes de que supiera lo que me había golpeado, yo estaba en el extremo receptor de un brusco discurso "Vamos a ser sólo amigos". Me tomó unos días para descubrir que mi propia madrastra era el que me había delatado. —¿Como si pudiera olvidarlo? —le respondí con sequedad. A decir verdad, yo estaba un poco aliviada de que Janna le había dicho a Blake sobre Bill. Era bueno tener a alguien con quien hablar sobre ello. Dirigiéndome a su comentario sobre "Zane no se te insinuará" le
  • 14. pregunté—: ¿Por qué Zane no se me insinuará? Voy a hacerte saber que los hombres me encuentran irresistible. El estallido de risa de Blake ayudó a aligerar mi estado de ánimo. —Eres demasiado buena para Bill o Zane. No, en serio, Zane es extraño cuando se trata de mujeres. Confía en mí cuando digo que no eres su tipo. No sabía si sentirme halagada u ofendida por esto. Me conformé con ninguno de ellos. Lo último que necesitaba en mi vida en este momento era un hombre. —Hasta ahora no me has impresionado, hermano. ¿Qué es exactamente lo que haría yo por Zane? —Zane posee un complejo de apartamentos y necesita ayuda para administrarlo —explicó. —Espera, ¿pensé que era dueño de Whisky? —Lo es, pero también es propietario de un complejo de apartamentos —aclaró Blake. —Estoy confundida. ¿Así que seré la administradora de un edificio o una asistente? —pregunté. —Creo que harías un poco de ambas, pero no estoy cien por ciento seguro. —La administración de un complejo de apartamentos es un gran problema, Blake. —Dime sobre ello. Zane se ha vuelto loco tratando de administrar tanto Riverbend y Whisky. Le diría que vendiera los apartamentos, pero el lugar tiene una conexión sentimental con su padre. —¿Riverbend? —le pregunto. —El nombre del complejo. —¿Por qué no lo administra su padre?
  • 15. —Su padre murió cuando él era un niño. —Mi corazón estaba con el chico. No podía imaginar la vida sin mi padre. —Aquí está la cosa, no sé nada acerca de este tipo, salvo lo poco que me estás diciendo, Blake. —Es un tipo leal y valiente, Cat, lo juro. Nunca te pediría esto sino confiara cien por ciento en Zane. —Dijiste que su asistente anterior renunció. ¿Qué pasó? —Una diferencia de opinión, quería más dinero, yo no sé, ¿a quién le importa? Te lo juro, Cat, la posición es perfecta para ti. Además, te pone en la misma ciudad que yo. Piensa en lo bien que lo pasaremos juntos. ¿No he mencionado que la posición viene con un departamento libre de alquiler? —Tenía que admitir que estaba preocupada por cómo iba a pagar el alquiler del próximo mes. Un lugar libre para quedarme que no era la casa de mi padre y mi madrastra, sonaba demasiado bueno para ser verdad—. Dale una oportunidad, ¿por favor? —rogó. Blake nunca me había pedido nada. Se me estaba haciendo difícil rechazarlo—. ¿Qué tal esto, le diré Zane que es sólo una prueba de seis meses. Si al cabo de seis meses, no estás satisfecha, puedes irte, sin ataduras? El Sí estaba en la punta de la lengua, pero necesitaba más. —¿Cuánto me pagará? —Cuatro mil dólares al mes —respondió rápidamente. Me quedé boquiabierta. —¿Él está ofreciendo cuatro mil al mes? —Eso parecía como una gran cantidad de dinero para un administrador de un edificio o de un asistente personal. —Además de un lugar gratis para quedarte —recordó. Lo pensé por un segundo. —Dile cinco mil al mes durante seis meses más un lugar gratis para quedarme y tiene una nueva PA.
  • 16. —Hecho —replicó. —Espera ¿no es necesario preguntarle a él primero? —Nop. —Podía oír la sonrisa en su voz. De alguna manera me sentí como si hubiera cedido. Debería haber pedido más. Oh, bueno, treinta mil en seis meses estaba bien conmigo. De hecho, era quinientos más por mes que en mi antiguo trabajo. Si el chico estaba dispuesto a pagar cinco mil dólares al mes sin pestañear, tal vez podría negociar un paquete de reubicación en el trato. En mi voz más dulce, dije—: Sabes, es muy caro mudarse estos días. Blake se rió. —No tientes a la suerte, hermana. —En secreto me encanta cuando me llamaba hermana—. Vamos, di que sí —suplicó. —Oh bien —le dije. —Siiii —se animó—. Tú y Zane se van a llevar muy bien, ya lo verás. Tengo que irme, pero le diré que aceptaste. ¿Cuánto tiempo te tomará arreglar todo allí? Pensé en todo lo que tenía que hacer, lo que realmente no era mucho. —¿Dos semanas? —Estupendo. Llama si necesitas algo. De lo contrario, voy a verte en dos semanas. Parece que encontré un trabajo.
  • 17. Traducido por Loly Corregdo por addictedread. Zane Mis ojos ardían por el cansancio mientras trataba de concentrarme en las palabras de la página en frente de mí. No sirvió de nada. Con un gruñido de frustración, di una palmada al papel en mi escritorio. Siete días y ya me caía a pedazos. Si este era el karma enseñándome una lección podría detenerse ahora. Lo entendí alto y claro. Yo era un hombre inteligente con una buena cabeza sobre los hombros. Hice un punto de nunca, y quiero decir nunca, ser gobernado por mi pene. Odiaba ser manipulado, y seguro como la mierda no iba a permitir que una perra molesta como el infierno me chantajeara. Un fuerte ruido de la zona del bar me llamó la atención. Empujando hacia atrás la silla de mi escritorio, abrí mi cajón de abajo y deslicé el papel en el interior. Luego fui a ver de qué se trataba la conmoción. —¿Gente, no entienden que es asqueroso beber de un vaso con huellas de los labios de otra persona en él? ¿Cuántas veces tenemos que tener esta discusión? —Blake sostenía el vaso a la luz para que todos pudieran ver la marca de lápiz labial. Frotó el dedo sobre ella y la sostuvo en alto para que todos pudieran ver que no había nada en él—. Como se puede ver, hacen esta mierda industrialmente fuerte en estos días. No sólo eso, es desagradable y muy probablemente está plagado de bacterias. ¿Qué tan difícil es limpiar un maldito vaso antes de colocarlo en el lavavajillas? —Cualquier otro día el tono de exasperación de Blake
  • 18. me resultaría gracioso. Hoy, sin embargo, no estaba de humor. No, hoy apenas estaba flotando en el agua. Un movimiento en falso y me iba a ahogar en mi propia estupidez. Asintiendo a unos pocos empleados, di un paso detrás de la barra. Blake Moreno es uno de mis mejores amigos. También es el coadministrador de Whisky, el bar que poseo. Blake y yo servimos en el Ejército. Hace cuatro años nos convertimos en cercanos cuando pasamos tiempo juntos en Bélgica. —No dejen que encuentre esta mierda de nuevo, gente. Ahora vuelvan a lo que fuera que estaban haciendo y ¡podría alguien por favor cambiar la música! —Blake se volvió hacia mí y dejó escapar un gruñido de disgusto—. ¿Soy yo, o tenemos un montón de tarados que trabajan para nosotros? —Ambos —dije, y seguí con—: Me gusta Eric Church3. —A mí también, hasta que oí esta canción un millón de veces. — Mr. Misunderstood4 fue rápidamente sustituido por Drink You Away de Justin Timberlake, y Blake suspiró—. Mucho mejor. Ahora, aparte de ser un completo idiota, ¿qué es lo que te tiene tan fuera de quicio? Le di una mirada mordaz. —Juro que ustedes chismean aquí como niñas escolares. ¿Quién te dijo? Blake se encogió de hombros con indiferencia. —¿Importa? Lo que yo quiero saber es ¿por qué no me lo dijiste? Sí, te habría roto las pelotas pero también te habría dado una mano. Esto sucedió ¿cuándo?, ¿el pasado viernes? Sentí una punzada de culpabilidad. Tenía razón, debería haberle dicho. —Esta ha sido la semana más larga de mi vida. Me vendría bien un poco de ayuda en este momento —confesé—. Si tengo que lidiar con una queja más de un inquilino, voy a herir a alguien. 3 Cantante y compositor estadounidense de música country 4 Nombre de una de las canciones de Eric Church
  • 19. —¿Quién es esta vez? Espera, déjame adivinar, ¿es el Sr. Burnes o la señorita Weston, correcto? —La señorita Weston. Esa mujer tiene oído biónico. Cada vez que abro la puerta de entrada está de pie allí. Si no la conociera mejor, pensaría que me está acechando. —Blake me dio una palmada en la espalda de nuevo y sentí una punzada de culpabilidad. Con un suspiro de frustración apoyé mis codos a la barra y pasé las manos hacia atrás y hacia adelante por encima de mi cabeza—. La cagué, Blake. —Estás más que jodido —corrigió él. Lo fulminé con la mirada. —Gracias por el apoyo, Cabrón. Tú y Hunter saben cómo me pongo cuando se trata de tequila. —Oh no. No estás culpándome de esto. Esto es todo sobre ti. ¿Qué le pasó a ser profesional y mantenerlo en los pantalones? —No del todo satisfecho, continuó—, déjame adivinar, ¿Beth acababa de pasar por allí cuando llegaste a casa y oopsie5, tropezó y aterrizó en tu polla? —Yo no culparía a Blake ni un poquito por estar disgustado conmigo. Me lo merecía. En un intento patético, traté de explicarlo. —No, ella me acorraló en mi departamento después de que había bebido demasiado con ustedes, y empezó a hablar de ajustar su horario o algo por el estilo. Ya conoces a Beth. Ella siempre está buscando ventaja. Yo le dije que era un mal momento para hablar. Como no se callaba entré a la oficina para buscar un pedazo de papel. Le pedí que escribiera lo que quería y lo siguiente que supe fue que tenía su lengua en mi boca. Las cejas de Blake se alzaron. —¿Consideraste decir que no? —En un primer momento, pero una vez que estaba desnuda y de pie delante mío todo lo que podía pensar era en estar dentro de ella. Sin embargo, le advertí que era algo de una sola vez. 5 Término usado para expresar sorpresa o lástima causada por un error o leve accidente.
  • 20. —¿Antes o después? —Sonrió él. No podía evitar que mis labios se arquearan. Esto no era un asunto para reírse. —Ambos —respondí. —No lo entiendo. Si conocía las consecuencias, ¿por qué renunció? —Ella quería pasar la noche y yo le dije que no. Empezó a despotricar acerca de cómo se sentía utilizada y yo le dije que era más que bienvenida a irse. Ella me llamó de distintas maneras y me dijo que estaba atrofiado emocionalmente. Me reí y ella dijo que iba a demandarme por acoso sexual. Le dije que se fuera a la mierda y señalé el hecho de que ella me atacó. Entonces le expliqué por enésima vez que no estaba interesado en una relación. Blake resopló. —Suena a extorsión para mí. Bueno, yo diría que tienes lo que te mereces, pero no estoy seguro de que sea cierto en este caso. —Una canción pop optimista se escuchó a través de los altavoces y Blake gritó—: ¡Cambien esa mierda ahora! —La luz de la puerta principal se derramó por el piso del bar y los dos nos dirigimos a ver quién era. —Oye, Oye, no faltes el respeto a Stitches6. Shawn7 es el hombre —dijo Hunter, cuando se acercó a la barra. Él captó la mirada sombría en la cara de ambos y su sonrisa se desvaneció—. ¿Quien murió? —Zane durmió con Beth la otra noche y ella renunció —espetó Blake. Le lancé una mirada asesina y él sonrió. Cabrón. Los ojos de Hunter se dispararon hacia mí y, por centésima vez hoy, me sentí mal. A pesar de que Beth era un dolor en el culo, a Hunter realmente le gustaba. Cuando le expliqué lo que pasó, sacudió la cabeza lentamente hacia adelante y hacia atrás y dejó escapar un profundo suspiro. —¿Qué te dije? —preguntó. 6 Famosa canción del cantante Shawn Mendes 7 Hace referencia al autor de la canción Stitches
  • 21. —Mira hombre, estaba borracho como el infierno. Independientemente, Beth conocía la historia. No tengo relaciones, nunca. ¿Qué le hizo pensar que ella era la excepción a la regla? Hunter cruzó los brazos de forma defensiva sobre su pecho y me preguntó—: Si conocía las reglas, entonces ¿por qué renunció? —Ella trató de extorsionarlo para tener una relación y él la rechazó. Cuando ella lo amenazó con demandarlo, él se rió y la mandó a la mierda —respondió Blake. Le lancé una mirada asesina. —Soy perfectamente capaz de responder por mí mismo, idiota. —Beth ha estado tratando de meterse en tus pantalones desde la secundaria. ¿Por qué ahora? —Me di cuenta por el tono de Hunter que estaba molesto. Esto es exactamente por lo que no le dije nada al segundo en que sucedió—. ¿Y qué sucedió con lo de permanecer profesional y mantenerla en los pantalones? —preguntó. Blake se rió y solté otro fuerte suspiro. Como un perro con un hueso, Hunter no lo soltaba—. ¿Estás seguro de que ella realmente renunció? ¿Tal vez ella simplemente se tomó un descanso para lamer sus heridas? —Su expresión era demasiado esperanzadora. Hunter Lake era el tercero al mando en Whisky y uno de mis mejores amigos. Odiaba decepcionarlo. —Lo siento, hombre. Ella deslizó su carta de renuncia debajo de la puerta y desapareció para el momento en que me desperté a la mañana siguiente —le dije. —Maldita sea, eso fue rápido —comentó Blake. —Te dije que la cagué — repetí. Cuando compré Riverbend8 claramente no tenía idea de cuánta mierda había que "manejar" en la gestión de un complejo de apartamentos. Loy, el gerente, mantuvo todo agradable y ordenado para 8 Se refiere al complejo de apartamento del que es dueño Zayn y donde también vive.
  • 22. mí. Cuando de repente renunció, todo se fue cuesta abajo rápidamente. Los inquilinos eran un dolor en el culo y encontraron las cosas más estúpidas para quejarse y quejarse. Loy ni siquiera se había ido un día cuando recibí la visita de mi vecina que está cruzando el pasillo, la señorita Weston. He descubierto de la forma más dura que su solicitud de ayuda para encontrar sus lentes perdidos, era realmente el código para "Quiero tocar tu paquete." Después de cuatro meses de pluriempleo como administrador de un edificio durante el día, y dueño de un bar por la noche, estaba hecho mierda. Fue entonces cuando Bethany Ellis apareció y salvó el día. Bethany, o Beth, una vez que ya la conocimos, apareció en Whisky con un grupo de amigos. —¿Mira lo que trajo el gato? —Hunter asintió con la cabeza al grupo de personas que acababan de adentrarse en el patio de la azotea. Miré por encima, e inmediatamente la vi entre la multitud. Dos años mayor que nosotros, Beth tenía cerebro, belleza y novios... muchos novios—. Ella se ve exactamente igual. —Hunter no estaba equivocado. Su cabello era más largo, pero Beth había logrado mantener su belleza clásica de pómulos y labios perfectos. No podía ver sus ojos desde donde yo estaba de pie, pero no lo necesitaba. Ya sabía que eran los mismos magníficos ojos azul zafiro que me mantuvieron cautivo en mi primer y segundo año de la escuela secundaria—. ¿Sabías que se casó con Brian Shelton? —Dios, ¿por qué no me sorprende? —Hunter se rió de mi tono sarcástico. Brian Shelton era el rey de nuestra escuela secundaria. Era el deportista de todos los deportistas y un completo imbécil. Calculé que una chica como Beth acabaría con un tipo como Brian. Vimos a Beth mover su pequeño perfecto culo a un reservado con sus amigos. —El rumor es que se divorciaron recientemente —dijo. Esto tampoco era ninguna sorpresa. Hunter me dio un codazo—. Hombre, yo todavía no puedo creer que rechazaste eso.
  • 23. Vi a Beth coquetear con el hombre sentado a su lado y pensé de nuevo en nuestro último año y la última vez que la había visto. Después de años de mantener silencio, finalmente le confesé a Hunter que me negué a dormir con Beth la noche antes de la graduación. —¿Recuerdas el rumor de que Beth y dos de sus compañeras de hermandad se ofrecieron a la mitad del equipo de fútbol en la casa de Marcos Blane la noche antes de la graduación? —pregunté. —Recuerdo que la escuela secundaria era un gran rumor —se burló Hunter. No estaba equivocado. La escuela secundaria estaba plagada de mierda y miseria. No podía esperar a salir y dejar todo atrás. Hunter asintió con la cabeza hacia Beth—. No hay manera de que Beth Ellis permitiera que esa mierda sucediera. —Ella no sólo lo permitió, ella los invitó —le dije. —Patrañas —resopló. —Yo habría pensado lo mismo de no haber visto el video con mis propios malditos ojos. Su cabeza se sacudió por la sorpresa. —¿Bromeas? —No bromeo —le confirmé—. Ella trajo dos amigas a la ciudad con una cosa en mente. —Guau —articuló. Guau era correcto. Al final resultó que mi chica de fantasía tenía cero respeto a sí misma. Decidí hace mucho tiempo que no quería saber nada de eso. Todavía lo hago. Dejé a Hunter arriba mirando a Beth y sus amigas e hice mi camino de regreso a The Dungeon9. No he visto a Beth de nuevo desde esa noche y había olvidado completamente nuestra conversación hasta que Hunter lo mencionó después del trabajo. Aparentemente, Beth vio a Hunter detrás de la barra y se acordó de él. ¿Cómo?, no tenía ni idea, porque ya no era el bobo chico desgarbado que era en la escuela secundaria. Entre varias 9 Nombre de un club nocturno
  • 24. bebidas le confirmó que estaba divorciada recientemente y con una urgente necesidad de trabajar. Cuando le preguntó sobre las calificaciones que tenía, ella explicó que había sido asistente personal de la mujer de uno de los colegas de su marido. Por desgracia, el divorcio puso fin a la relación de trabajo, así como a la amistad. Ante la insistencia de Hunter, así como por mi desesperación, llamé a Beth más tarde esa semana y le dije que estaba buscando una asistente personal. A mitad de la entrevista telefónica la contraté. Cuando le dije que la quería también para administrar el complejo de apartamentos, ella retrocedió, así que para endulzar la oferta le ofrecí un apartamento gratis. Era una situación de ganar o ganar y había que estar loco para rechazarla. Ella no lo hizo. Beth se vendió bien porque al final resultó que era de alto mantenimiento y desmotivada, pero ella hacía el trabajo y yo estaba desesperado. El puñado de veces que trató de meterse en mis pantalones, me las arreglé para rechazarla con éxito. Es decir, hasta la fatídica noche del tequila. ¿La peor parte de todo el asunto? Ella era una follada perezosa. Incluso en mi estado de embriaguez, hice todo el trabajo. Aprendimos la lección de la manera difícil: Nunca dormir con el personal. —Por favor, por lo menos dime que valía la pena la molestia —dijo Blake. Su expresión de esperanza me hizo reír. —¿Nos ven juntos? No, no lo hacen. Hay una razón para eso. ¡Joder! —Golpeé mis puños en la barra de frustración—. No puedo manejar el complejo por mí mismo, de nuevo. No tienes idea lo malo que es esa mierda. —Traté de no sonar como una perra llorona, pero maldición. —Llámala y arrástrate —sugirió Hunter—. Dile que lo sientes y establece nuevos parámetros. —Por supuesto que no. —La última cosa que necesitaba era más de la mierda de Beth Ellis en mi vida.
  • 25. —¿Por qué estás sonriendo? —preguntó Hunter a Blake. —La solución perfecta a tu problema estará llegando en dos semanas —anunció Blake. Su sonrisa era desconcertante. —Tengo miedo de preguntar —le dije. Después de una larga pausa Hunter le dio un codazo. —Bien, ¿a qué te refieres? —Cathryn —respondió Blake. — ¿Cathryn quién? —Hunter y yo le preguntamos. —Cathryn, mi hermanastra —respondió. —¿Tienes una media hermana? —preguntó Hunter. —La tengo —respondió con una sonrisa. Señaló con el dedo hacia a mí—. Ella va a salvar tu lamentable culo, pero no puedes meter tu polla en ella. ¿Me escuchaste? Levanté las manos y me reí. —Juro que he aprendido la lección. No importa qué, no meteré mi pene en tu hermanastra.
  • 26. Traducido por Florpincha Corregido por Florpincha Cathryn Zane Mitchell no era nada como me había imaginado. En mi mente era un hombre mayor, más bajo, y un hombre atractivo. —Oh, ummm. Así que ya sabes mi nombre, es Cathryn, pero todos me llaman Cat —tartamudeé, mientras seguía detrás de él. Su comportamiento serio me hizo un poco incómoda y yo estaba nerviosa, lo que me irritaba. Odiaba sentirme nerviosa. Me llevó más allá de la entrada, a una enorme sala de estar y comedor. Traté de no mirar boquiabierta. Pisos de madera, tablones anchos estaban cubiertos con alfombras preciosas de todas las formas y tamaños. Muebles de madera oscura con toques de colores brillantes, almohadones, lámparas y jarrones se dispersaron estratégicamente alrededor de la sala de estar. A medida que caminaba por el comedor luché contra la urgencia de correr la mano por la hermosa mesa de comedor de madera de cerezo. Quería preguntarle sobre los cojines de los asientos de aguja, pero decidí que ahora no era el momento adecuado. Paredes blancas simples con molduras de corona intrincada adornaron los altos techos de más de tres metros. Era a la vez sorprendente y abrumador. Desde el comedor, Zane me llevó a una oficina. Una vez más, me contuve de jadear de placer. Repartidos en toda la pared del fondo, había estantes de libros gigantes de caoba. A continuación se sentó en un escritorio, también de color oscuro, pero
  • 27. con obvias influencias asiáticas. A mi derecha, había un sofá de cuero color café adornado con cojines de colores orientales. Frente a él, había una gran otomana de gamuza. A mi izquierda, había una puerta corredera de cristal que daba a la misma piscina de la gruta que vi antes. O este hombre era gay, o claramente había perdido su vocación en la vida. —Toma asiento —dijo Zane. Tomé asiento en un borde del sofá y esperó a que me sentara. Una vez instalado detrás de su escritorio, comenzó a hablar—, llego tarde a una reunión, por lo que voy a hacer esto rápido. Como he dicho antes, soy Zane Mitchell. No estoy seguro de lo que Blake te ha dicho, pero estás aquí en doble calidad. Una de ellas es para que me asistas. La otra es la gestión de Riverbend. Riverbend se compone de quince apartamentos. —Él levantó una carpeta—. Aquí he puesto de relieve todas las expectativas, así como una lista de contactos de mantenimiento y sus números. Lo estudié mientras hablaba y me preguntaba cómo él y mi hermano pasaron de templado agradable a ser los mejores amigos. No queriendo interrumpir su larga introducción, lo esperé a que haga una pausa y levanté la mano. Hizo esta cosa peculiar atractiva con la ceja y juro que pude sentir toda la sangre de mi fiebre del cuerpo directo hacia mi rostro. Me regañé mentalmente. Este es el amigo de tu hermanastro y tu nuevo jefe, Cathryn, contrólate. —¿Mantenimiento? —le cuestiono. —Sí, jardinero, fontanero, electricista, ya sabes, mantenimiento — indicó. Decidí hacer caso omiso de su tono grosero. Después de todo, sólo estábamos llegando a conocernos. Cuando no respondí, me preguntó—: ¿Puedo continuar? —Por supuesto —respondí con sequedad. Lo ceja no era de lejos tan atractiva la segunda vez. —Tú estarás reportándote aquí cada mañana a las nueve. En ese momento voy a tener una lista de cosas que necesito que hagas.
  • 28. Después de completar la lista, vas a pasar el resto del día manejando el complejo. —Levanté mi mano de nuevo y dejó escapar un suspiro que suena muy impaciente—. ¿Sí? —¿Exactamente cómo voy a manejar el complejo? —pregunté. Una vez más la ceja se alzó. Esta vez fue acompañada por unos labios fruncidos. —¿Es una pregunta retórica? —él preguntó. Traté de no estremecerme. —¿No? —Vas a estar a disposición de los inquilinos que viven aquí. Lo que quieran, dentro de lo razonable, se lo entregas. —¿Qué pasa si no está dentro de lo razonable? ¿Y cómo se supone que voy a juzgar lo que es razonable y lo que no lo es? —le disparo. Su boca se inclina hacia arriba en una sonrisa y casi me desmayé. El hombre era demasiado bonito para su propio bien, o el mío. Es evidente que iba a tener que construir algunas defensas con superpotencia o iba a terminar en un gran problema. Necesitaba este trabajo. —Esto es por lo que te estoy contratando. Estoy seguro de que con el tiempo te darás cuenta de ello —me respondió con soltura. Tenía la sensación de que me estaba perdiendo algo, pero no estaba a punto de decirle que me explique. Miró su reloj y gruñó—: Se me hace tarde. Aquí están las llaves de mi apartamento, así como el Apartamento C que se encuentra arriba a la izquierda. Mueve tus cosas a tu conveniencia. Espero que puedas empezar mañana a primera hora. Tu lista estará en mi escritorio a las nueve en punto. Entra tu sola. —Espera, ¿no vas a darme un paseo por los jardines? —chillé. —Sigue adelante y mira a tu alrededor. El código para el teclado es 2212. Si tienes alguna pregunta me puedes textear o, en caso que sea absolutamente necesario, puedes llamarme. Sin embargo, probablemente no responderé. Ahora, realmente estoy tarde, así que te acompaño a la salida. —Me entregó las llaves y la carpeta y esperó a que me pusiera de pie. Tenía que dárselo, no sólo tiene habilidades de
  • 29. decoración de locos, también tenía modales impecables. Me siguió por el apartamento y abrió la puerta para mí. Antes de que pudiera hacer la pregunta en la punta de la lengua, dijo—: Fue un placer conocerte Cathryn. Agradezco que pasaras por aquí. Te veré mañana a las nueve en punto. —Y comenzó a cerrar la puerta. —Por favor, llámame Cat —dije, justo cuando la puerta se cerró y la cerradura haciéndolo detrás de ello. Bueno, tal vez sus modales no son tan buenos después de todo, pensé. Con llaves y carpeta en mano opté por la escalera sobre el ascensor y me dirigí escaleras arriba para el Apartamento C. Antes de entrar saqué mi teléfono y envié un mensaje a Blake para hacerle saber que había llegado a Riverbend. Entonces abrí la puerta de mi nueva casa y entré. —¡Oh, Dios mío! —susurré en voz alta. Lo primero que me llamó la atención fue el color de las paredes. Al principio pensé que eran grises, pero cuando la luz golpeó justo ahí, me di cuenta de que eran más plata. Sea cual sea el color, era precioso. Los techos tenían que ser de por lo menos tres metros de altura y casi chillé cuando me di cuenta de la misma moldura de corona como el lugar de Zane. La sala de estar y el comedor se fusionaban en un gran espacio. En uno y otro extremo había ventanas de piso a techo, revestidas en lo que parecían obturadores de plantación. Los pisos eran de madera dura, como los de Zane, solamente un color más claro. La primera vez que pueda voy de compras por una alfombra. Fuera de la sala de comedor había una puerta y en la parte de atrás del salón había otra. Ya que estaba más cerca de la sala de estar, me dirigí a través de esa puerta primero y me encontré en un pequeño vestíbulo donde había dos puertas más. Esto era casi mejor que la Navidad. —Detrás de la puerta A se encuentra... —anuncié drásticamente, y abrí la puerta—. Oh mi Dios. —Di un grito ahogado. El baño no era muy grande pero seguro que lo era bastante con las paredes verdes de mar, incrustaciones de mármol y bañera de jardín. En el techo, por
  • 30. encima de la bañera, estaba el mayor duchador que había visto nunca—. Una ducha de lluvia —ohhh. Yo estaba inmediatamente enamorada—. Tú y yo tenemos una cita esta noche, bebé —le dije a ella. El baño también tenía un buen tamaño, un armario de la ropa y otra puerta que conducía a una habitación bastante grande con las mismas ventanas de piso a techo y molduras de corona preciosa. Las paredes de color gris carbón correspondían con mis zapatos en color. Eran oscuras, pero me gustaban. Un golpe en la puerta me sorprendió y fui a ver quién era. Desde muy joven he pasado mucho tiempo en la casa sola. Papá me enseñó a mirar siempre a través de la mirilla antes de abrir la puerta. Por costumbre, rodé mis dedos de los pies y presioné mi ojo al agujero en la puerta. Blake. Con un chillido de placer, le abrí la puerta y me arrojé a él. Después de atacarlo, agarré su brazo, lo tiré en el interior y rápidamente cerré la puerta detrás de nosotros. —¡No vas a creer lo que es este lugar! —grité.
  • 31. Traducido por ∞Jul∞ Corregido por Lelu Zane Si hay una cosa que desprecio, es la tardanza. Por eso, cuando algo, o mejor aún alguien, llega tarde, me pone en un estado de ánimo de mierda. En el momento en que llegué a la oficina de mi abogado, llegaba media hora tarde y estaba bastante molesto. Cuando la recepcionista anunció que estaban retrasados y que estaría conmigo en breve, yo estaba levemente apaciguado. Por lo menos no tendría que pagar por una hora de la que no hice uso. Mientras estaba sentado en la recepción hojeando mensajes de correo electrónico pensé en mi padre y cómo nada de esto sería posible si no fuera por él. Mateo Zane Mitchell era el hombre más trabajador que había conocido. En el momento en que él tuvo veintidós era propietario de dos empresas de salvamento. Cuando tenía dos años, vendió ambas e hizo su primer millón. Fue entonces cuando entró en el negocio hotelero. Para cuando tenía cuatro años era propietario de un hotel en WinstonSalem y uno en Charlotte y había triplicado su fortuna. Al año siguiente construyó un complejo de apartamentos en Charlotte y lo llamó como la calle en que creció, Riverbend. Cuando tenía seis años cayó enfermo y, después de dos de luchar por su vida, finalmente perdió su batalla contra el cáncer de colon. Tenía treinta y cinco años cuando murió y me hizo millonario. Yo sólo tenía ocho años de edad.
  • 32. Una sombra cayó sobre la pantalla de mi teléfono y levanté la vista. —El señor Marks y el señor Mason lo verán ahora —anunció la recepcionista con una sonrisa brillante. No pude evitar notar sus tetas turgentes asomándose por la V de la blusa. Se volvió para abrir el camino y la seguí. La imagen de ella recostada y su falda subida apareció en mi cabeza—. Por cierto, soy Mitsy —informó por encima del hombro. Mitsy, con su falda estrecha, el pelo rizado y maquillaje dramático, era mi tipo, poco profunda, insulsa y fácil de follar. George Marks y Allen Mason, de Mason y Marks LLP, eran sumamente recomendados. Dios sabe que tenían que ser mejor que los idiotas que mi madre usaba para robar mi herencia. Después de la contratación probé otras dos empresas antes de encontrar a Mason y Marks. Tenía una buena sensación sobre esta firma. El culo de Mitsy se balanceó de lado a lado en la falda sofocantemente apretada mientras la seguía por un largo pasillo y a una oficina grande en la esquina. Una vez dentro, me presentó y luego dio un paso atrás mientras nos dábamos la mano. —Gracias Mitsy, eso será todo —le dijo George. Cuando se volvió para irse, ella se aseguró de captar mi atención. Yo amablemente le sonreí. Sí, te veo Mitsy. No dejaremos que pase. —Por favor siéntese —dijo Allen—. En primer lugar quiero decirle que estamos encantados de tener su negocio, señor Mitchell. —Por favor, llámame Zane —le dije. Levantó un archivo. —Tenemos los números aquí, aunque agradecería una pequeña lección de historia, si no le importa.
  • 33. Me esperaba esto. Con el fin de saber cuál es lo mejor manera de representarme necesitarían saber quién era. Odiaba hablar de mi familia, especialmente de mi madre, pero en este caso estaba dispuesto a hacer una excepción. —Como saben, mi padre falleció cuando tenía ocho años. Cuando tenía catorce años, mi madre conoció a Ted. Ted era lacayo usual del club campestre. En este caso, era un arribista, una avaricioso idiota con un fetiche secreto por los niños pequeños. —Por las miradas de sorpresa en sus rostros podría suponer que esto no era la historia que estaban esperando. Bienvenido a mi mundo, chicos—. Durante los próximos cinco años bloqueé los avances de Ted. Al mismo tiempo lo vi gastar el dinero ganado duramente por mi padre. Día a día vi a mi hermosa madre cambiar a alguien que ya no reconocía. No podía hacer nada. Nada de lo que hice o dije cambiaba nada. A la vuelta de mi decimonoveno cumpleaños mamá vino y me dijo que se estaba quedando sin dinero. Ella me pidió que entregara mi fondo fiduciario a Ted. Yo sabía que Ted la había puesto sobre ello y le dije eso mismo. Como de costumbre, ella lo negó todo. Cuando negué a su solicitud de mi herencia, fue por detrás de mí y vendió los hoteles que estaban a mi nombre. La única razón por la que se vio obligada a mantener Riverbend fue debido a una disposición legal que mi padre dejó justo antes de morir. —Aquí dice que Ted vendió RiverBend justo después de la muerte de tu madre —declaró Allen. —Sí, para el momento en que mi madre falleció estaban en la ruina y Ted estaba desesperado. La mañana después del funeral, su abogado llamó ofreciéndome Riverbend por una cuarta parte del precio que valía. Después de mi sorpresa, me metí en la oferta. Ni siquiera me pregunté por qué Ted estaba vendiendo. No me importaba. No sabía nada acerca de ser dueño de un complejo de apartamentos pero me aseguré de aprender. Esta era mi oportunidad de traer de vuelta un
  • 34. pedazo de mi padre. Por lo tanto, compré Riverbend. Entonces desalojé a Ted y despedí a los abogados de mi madre. Ahora estoy aquí. Con una sonrisa de complicidad en su rostro, George dijo: —Usted tiene Riverbend, así que, ¿qué sigue? Le devolví la sonrisa. —Me alegro de que me pregunte eso, George. Voy a conseguir todo de vuelta. —Nada nos gustaría más que ayudarle a tener éxito —dijo Allen. Sí, sin duda era la decisión correcta. Antes de que la reunión terminara les expliqué sobre Beth. Los quería completamente preparados por si, o cuando, ella decidiera demandar. Hasta ahora sólo había escrito una nota de amenaza, la cual les entregué. Me aseguraron que si Beth decidiera presentar cargos, la atarían en los tribunales durante años. Cuando el intercomunicador graznó y Mitsy les dijo que había entrado su próximo cliente, me levanté para irme. Mitsy me deslizó su número de teléfono en el camino de salida. Le di otra sonrisa y luego, una vez fuera de la vista, lo tiré a la basura en frente del edificio. En el camino a Whisky’s mi mente vagó de nuevo al tema de mi angustia, Cathryn. Blake me dijo que era brillante. Es evidente que él es parcial. En todo el tiempo que lo conocí nunca mencionó una hermana. ¿Me pregunto por qué? Una cosa era segura, Blake y Hunter no tenía que preocuparse acerca de que durmiera con mi nueva PA. La señorita Haines definitivamente no era mi tipo. ¿Qué debí decirle a Blake cuando me pregunte por ella? De alguna manera pensaba que decirle: “Tu hermana no parece muy brillante” no le caería bien. Al final decidí
  • 35. evitar responder a cualquier pregunta. Le dije que iba a dar a Cathryn una oportunidad y lo dije en serio. Por suerte para mí estábamos más ocupados de lo planeado y sólo vi a Hunter y Blake de paso esa noche. El último grupo de clientes se fue alrededor de la una y no llegué a casa hasta pasadas las tres. Un chillido extraño seguido de un ruido de resoplido me despertó a la mañana siguiente. El ruido sonaba cerca de mi cama. Si había una cosa que el Ejército me enseñó fue a dormir ligero y no dejar que el enemigo llegue sigilosamente a ti. Alguien estaba en mi dormitorio. Podía sentir su presencia. ¿Qué carajos? Dado que estaba durmiendo sobre mi estómago, estaba en desventaja. Tranquilo, me dije. Inhalé por la nariz en un intento de calmar mi acelerado corazón y relajar los músculos tensos. Solté lentamente el aliento y concentré toda mi atención en mi entorno. Unos segundos más pasaron antes de que detectara un ligero movimiento a mi derecha. Uno de mis sargentos solían decir: "la mejor defensa es siempre un buen ataque." En este caso tenía que estar de acuerdo. En un instante, alargué rápidamente mi mano y agarré lo que estaba de pie al lado de mi cama. Un fuerte grito seguido de una ducha de agua hirviendo me tenía fuera de la cama en cuestión de segundos. —¿OhmiDiosestasbien? —Balbuceó incoherentemente mi agresor. Justo al otro lado de la cama, sosteniendo una taza de café como si fuera un arma de algún tipo, estaba mi nueva ayudante. Debido al dolor que se irradiaba a través de mi espalda y culo, me tomó un segundo evaluar plenamente la situación. Una vez que lo descubrí, la acribillé. —¿Qué demonios estás haciendo? Su boca se abrió y cerró un par de veces y sus ojos se precipitaron con culpa por toda la habitación antes de aterrizar finalmente en mi polla, la cual pasó de estar en reposo a estar
  • 36. impresionantemente dura. Golpeando una mano sobre sus ojos, señaló con la taza de café mi área de la ingle y gritó: —¡Cubre esa cosa! —Un segundo después lo siguió con un chirriante—: ¡Por favor! Me sorprendió. Me indigné. Asistente o no, ¡cómo se atrevía a colarse en mi habitación mientras yo estaba durmiendo, sacudir café hirviendo caliente en mí y luego exigir que me cubra! —¿Quién carajos te crees que eres? —rugí. En lo más mínimo intimidada, extendió sus dedos y bajó la mirada hacia mi pene, que ahora estaba a media asta en lugar de su antigua gloria. —Lo siento mucho. Tenía preguntas sobre la lista que dejaste. Pensé en ser amable así que hice café. Cuando aún no habías hecho tu aparición a las diez, me preocupé —explicó rápidamente. —¿Cuándo viste que estaba dormido no se te ocurrió dar la vuelta y salir? —pregunté. Está claro que ella no era la bombilla más brillante. —Tenía preguntas —repitió. —No hay nada, y quiero decir nada, que haga que invadas mi espacio personal. ¿Ha quedado claro? —Estaba muy enojado. Estaba francamente enojado. ¿Quién coños era esta mujer? —Uh, voy a irme ahora —susurró. —Uh, creo que sería prudente —me burlé. Sin decir una palabra se dio la vuelta y salió corriendo de la habitación. Golpeado por una punzada de culpa me puse algún chándal y la seguí. La última cosa que necesitaba era que dejara el trabajo. Cuando bajé el último escalón ella estaba corriendo hacia la puerta principal.
  • 37. —¡Espera! —dije en voz alta, y se quedó inmóvil—. No debí gritarte. Me disculpo. Por favor, permítame obtener una taza de café y podemos repasar tus preguntas. —Ella dudó un segundo y luego asintió. Una vez instalados en mi oficina con una taza de café fuerte, pero muy buen café, escuché sus preguntas. Tuve que admitir que tenía algunas preocupaciones válidas. Tan pronto como pasamos la lista ella se levantó para marcharse. —Por favor, siéntate —le dije, y esperé a que volviera a sentarse. Sentí la necesidad de abordar lo que pasó esta mañana. Después de todo, no siempre duermo solo. No podía tenerla irrumpiendo al azar en mi dormitorio—. Después de lo que ha sucedido esta mañana, creo que sería conveniente establecer algunos límites. En el futuro te agradecería si nos atenemos a la planta baja solamente. La mayoría de las noches no llego a casa hasta bien después de la medianoche y casi todas las mañanas no me levanto antes de las diez. Independientemente de dónde estoy ni lo que estoy haciendo, la lista estará en mi escritorio a las nueve en punto. Su mano se disparó hacia arriba y cerré los ojos para no romperle la cabeza. Ella realmente era una pequeña cosa irritante. —Deja de levantar la mano —le dije con los dientes apretados. —Pero es de mala educación interrumpir —respondió ella. —La mayoría de la gente espera hasta que haya una pausa en la conversación y luego habla. —Sabía que estaba siendo condescendiente, ¿pero de verdad? —De eso se trata —cortó ella—, rara vez tienes una pausa en la conversación.
  • 38. Parecía que señorita Haines era a la vez irritante y respondona. Le di una mirada mordaz. Ella devolvió con una expresión en blanco y levantó mi ceja en interrogante. O bien la mujer era estúpida o tenía unas grandes bolas de acero. —¿Estás diciendo que hablo mucho? Al darse cuenta de su error de juicio, comenzó de nuevo a divagar. —No, sólo estoy diciendo que usted tiene mucho que decir. Pensando dos veces en esas bolas de hierro decidí probar mi teoría. —¿Pensé que Blake había dicho que te graduaste primera en tu clase en Penn State? Sus ojos se estrecharon en pequeñas hendiduras diminutas y, por primera vez desde que nos conocimos, en realidad la miré. Era evidente a partir de su pelo rubio y piel pálida que ella y Blake no estaban relacionados por la sangre. Después de unos segundos de mirarla se relajó y pude ver que sus ojos eran azules, azul aciano10 para ser exactos. Vestida con una blusa casual y pantalones que no la hacían ni gorda ni flaca. Aparte de sus ojos era muy sosa, muy... normal. Sintiéndome algo molesto por su comentario anterior sobre mí hablando demasiado, decidí jugar con ella. —Te espero vestida con un estilo casual de negocios durante las horas de trabajo. —Dejé caer mis ojos a sus pies y lentamente escaneé a través de su cuerpo. Cuando llegué a su cara estaba frunciendo el ceño—. Lo que sea que estés usando esta mañana es perfecto... para tu día de descanso. 10 Azul purpúreo
  • 39. Me miró durante un largo minuto antes de asentir con la cabeza en consentimiento. Tenía que admitir que estaba un poco decepcionado porque no opusiera resistencia. —Bueno, ahora que eso está arre… —Doce horas es muchísimo tiempo para estar con la ropa de vestir, ¿no le parece? —Interrumpió ella—. ¿No podríamos conformarnos con algo entre esto —señaló el traje que llevaba puesto— y lo que tenía ayer? —Me gustaba más cuando levantabas tu mano. Sus ojos se encendieron. —¿Perdón? —Sólo me interrumpiste y tienes razón, es de mal gusto. A partir de ahora estoy perfectamente bien con que levantes la mano —expliqué lentamente. Su boca se abrió y me di a mí mismo unas cinco palmadas mentales. —¿Estás bromeando? —chilló. —¿Me veo como que estoy bromeando? Los ojos rasgados reaparecieron y sonreí por dentro. Quizás eso le enseñará a no insultarme en el futuro. Se puso de pie rápidamente, me dio las gracias por mi tiempo y salió del apartamento. Me sentí un poco mal por pelearla. Más o menos. Cuarenta minutos más tarde, recibí un texto de ella: Me olvidé de decirle que los de la mudanza estarán allí con mis cosas a la una de esta tarde.
  • 40. Lo pensé por un segundo y luego respondí: Aprecio que tomes el tiempo para mensajear. Siempre y cuando tengas la lista completa, no veo ningún problema con esto. Ella respondió con un pulgar hacia arriba seguido de lo que parecía un emoticón de un pequeño mojón11. Sonreí. Parecía que la señorita Haines tiene algún valor después de todo. 11
  • 41. Traducido por IviAbernathy Corregido por Florpincha Cathryn Para no decir algo que me pudiera ciertamente hacer despedir, decidí retroceder y reagruparme así, sin decir ni una palabra más. Me puse de pie y salí del departamento de Zane. Cómo este tipo es el mejor amigo de Blake está más allá de mí. ¡Me llamó grosera! ¡No soy grosera! Luché contra las lágrimas de ira y me dirigí hacia mi departamento. Zane Mitchell es un grandísimo idiota, aunque uno muy atractivo, pero sin embargo un idiota. Uhg, ¿por qué estoy dejando que me llegue? Una vez arriba, intenté enfocarme en lo que necesitaba hacer hoy, pero mi mente seguía regresando a Zane y su mala actitud. No podía quitarme de la cabeza toda la escena de la habitación. Tenía que admitir, no fue mi mejor momento. Para ser justa conmigo, él dejó una lista de un kilómetro de largo, y no dio absolutamente ninguna instrucción. No tenía la menor idea de dónde encontrar su talonario de cheques, y ¿qué con su contraseña de la computadora? ¿Honestamente esperaba que supiera todo eso? Luego de escribir una nota para enviarles a los inquilinos, me hice una taza de café. Dios sabe que no tuve una esta mañana. Hablando de café, pensé que hacerle una taza a Zane que nos permitiría empezar con el pie derecho. ¿Cómo iba a saber que tenía sueño ligero
  • 42. con un caso grave de trastorno de estrés postraumático? ¡Y su actitud! Actuó como si me hubiera escabullido intencionalmente arriba con él o algo así. Tiene suerte de que no me hiciera pis en mis pantalones cuando me agarró, o peor aún, golpearlo con la taza de café. Dejando caer mi cabeza a mis manos, suspiré. Gran manera de comenzar tu nuevo trabajo, Cat. Sabía que debería pedir disculpas, pero una pequeña parte de mí no quería hacerlo. El hombre era un completo idiota de mierda para mí. Pensé en su espalda escaldada e hice una mueca de dolor. Entonces pensé en el resto de su cuerpo y suspiré. Zane Mitchell llevaba muy bien su ropa. Bajo esa ropa, sin embargo, era todo músculos duros. Hablando de fuerza, santo cielo, ¡el tamaño de su pene era criminal! Había visto un par de penes en su momento, ¡pero ninguno que se pareciera al suyo! De repente, toda la situación parecía bastante graciosa y estallé en un ataque de risa. Media hora más tarde, recordé que olvidé decirle a Zane sobre los agentes de mudanza. No estaba lista para enfrentarme a él por el momento, tomé la carpeta con su número en ella y, en lugar de colocarla en mis contactos en la “Z” de Zane, lo puse en la letra T de Tonto de mierda. Entonces le envié un mensaje y le dije acerca de los agentes. Cuando recibí su respuesta mojigata, le respondí con un Emoji12 de un pulgar hacia arriba seguido de una pequeña caca. Al segundo de haberlo enviado, me arrepentí. El hombre es tu jefe, Cat. ¿En qué estás pensando? De eso se trata, no estaba pensando. Zane Mitchell sacaba a la luz mi lado no tan atractivo. Es como si conociera todos mis botones y decidió empujarlos todos a la vez. Iba a tener que practicar mejor mi auto-control. —Deja de reaccionar a él —me dije—. Eres una profesional y adulta. Debes actuar como tal. —Una forma de poder mostrarle que era profesional, era haciendo el mejor trabajo posible y siendo útil. Y sabía 12 Los emojis son utilizados como los emoticonos principalmente en conversaciones de texto a través de teléfonos inteligentes. Algunos de estos caracteres son muy específicos de la cultura japonesa, como imágenes de geishas, templos Dōjō y grupos de comida como sushi y onigiri.
  • 43. exactamente por dónde empezar. Recogiendo su lista, la leí y rodeé las cosas que no requerirían otra visita a su apartamento. Comenzaría con aquellas. Una vez que Zane se hubiera ido durante el día, lo manejaría. Blake apareció justo después de los agentes de mudanza, y pasó la siguiente hora ayudándome a situarme. Cuando preguntó cómo iban las cosas con Zane, abrí la boca para dejar salir todo. Entonces pensé en mi reciente voto de profesionalismo y decidí que decirle que su amigo era un sorete gigante sería contraproducente, así que le dije que todavía estaba entendiendo todo. Eso era lo mejor que podía hacer por el momento. Después de prometerle ir a visitarlo a Whisky, Blake se marchó e hice mis rondas por cada apartamento. Durante las presentaciones expliqué quién era y cómo cada inquilino podía encontrarme si fuera necesario. La mayoría de ellos rápidamente tomaron mi mano y me despidieron. Pocos querían saber más acerca de mí. Los inquilinos F y H no estaban en casa y el inquilino E tenía un fuerte resfriado y sólo me hablaba a través de la puerta. El Sr. Brass en el departamento D era un enorme coqueto. Tenía que admitir que, con el pelo oscuro y la barba entrecana, era atractivo para ser un hombre mayor. Tenía un brillo definitivo en sus ojos, eso es seguro. Cuando me dijo lo mucho que le recordaba a su hija muerta, mis ojos se llenaron de lágrimas. Su historia de cómo ella solía hacerle galletas de chocolate caseras, hizo que mi corazón se rompiera. El pobre hombre estaba solo en el mundo. Cuando me ofrecí a hacerle unas galletas, me agarró y me dio un gran abrazo. Mientras se separaba pude ver lágrimas en sus ojos. Era un dulce, dulce hombre. Mi último inquilino a visitar, era la mujer que vivía al otro lado de Zane, en el departamento B. Sabía que era una mujer quien ocupaba el departamento porque la había visto asechando en el pasillo de la entrada de nuestro edificio un par de veces. Sin embargo, cada vez que me aventuré en la planta baja para presentarme, se había ido. Mientras
  • 44. llamaba a la puerta pensé en el pobre señor Brass y me pregunté que le había sucedido a la señora Brass. Estaba a punto de dejarlo y volver a mi departamento cuando una voz desde el otro lado de la puerta, dijo: —Todo lo que usted está vendiendo no lo estoy comprando. Oh, a menos que sea chocolate. Amo el chocolate. —Hola, mi nombre es Cathryn Haines. Soy su nueva administradora del edificio. Sólo quería pasar por aquí y presentarme. —Medio grité a través de la puerta. La puerta se abrió así que salté rápidamente y casi me tropiezo con mis pies. La primera cosa que noté fue su muumuu13 de colores brillantes. Minúsculas margaritas amarillas, verdes y rosadas danzaban a lo largo de sus mangas. A medida que se dirigían hacia el escote, se hacían más grandes. Para cuando llegaban a su pecho y estómago, eran gigantescas. Agitó la mano en el aire. —¡Pasa! Realmente no quería entrar en su departamento, pero tampoco quería ser grosera. Vacilante, entré por la puerta. Después de una lectura rápida, me sorprendió gratamente encontrar su lugar muy bien decorado y bastante hogareño. Su sala de estar era similar a la mía en tamaño. Sin embargo, ella tenía alfombra en lugar de maderas duras, y ventanas de tamaño normal. Sus paredes estaban pintadas de color rosa claro y su techo era amarillo pastel. Iba bien con su decoración extravagante. —Soy la señorita Weston —anunció. —Soy Cathryn, pero me puede llamar Cat —le dije. Saqué el papel con mi información en él y se lo ofrecí—. Esto tiene mi información de contacto. Si no contesto, por favor deje un mensaje. Si se trata de una 13 Vestido hawaiano, suelto y colorido, con estampas diversas.
  • 45. emergencia con el departamento, puede llamar a Zane. Si se trata de una emergencia de salud, por favor llame al 911. —Puedes llamarme señorita Weston —repitió—, y si no te importa, prefiero tratar estrictamente con Zane. —Oh, uh, bien, ¿le importaría decirme por qué? —pregunté. Sonrió. —De ninguna manera. De hecho, me alegra que lo preguntes. De esta manera se puede limpiar el aire y ser grandes amigas. Zane y yo tenemos una conexión muy especial, si me entiendes. —Me guiñó un ojo. Oh, le entendí muy bien. Una imagen del pene gigante de Zane de esta mañana pasó por mi cerebro y rápidamente la reprimí. No quería juzgar pero era muy difícil no hacerlo. La señorita Weston era sin duda lo suficientemente mayor como para ser la madre de Zane. La idea de él metiéndosela a ella me puso triste. No porque estuviera celosa o quisiera que me la clavara a mí ni nada, sino porque él era joven y hermoso, y debería salir con una persona de su misma edad. Después de pasar quince minutos asegurándole que no estaba interesada sexualmente en Zane, logré escapar. Estaré más que feliz de dejar a Zane lidiar con ella en el futuro, no hay problema. Antes de encargarme del resto de los elementos de la lista, tomé un descanso final de la tarde y desempaqué mi ropa. Después de ordenar, me dirigí a la casa de Zane para pagar las facturas, actualizar su calendario y organizar sus archivos de computadora. Consideré echar un vistazo por arriba. Debido a la conmoción de esa mañana, no tuve la oportunidad de revisar el resto de su apartamento. Conociendo mi suerte, Zane probablemente tenía cámaras observando cada uno de mis movimientos. Pretendiendo estirar los brazos, examiné su oficina, no vi ninguna cámara, pero eso no significaba que no estuvieran allí. Un amigo mío en Pennsylvania tenía una cámara para monitorear a la niñera en un libro en su estante. Mirando hacia arriba en los estantes
  • 46. en frente de mí, suspiré. Había por lo menos un centenar de libros, si no más. Una cámara podría estar oculta en cualquiera de ellos. Decidí no correr el riesgo. Una infracción mayor era suficiente para un día. Para cuando regresé a mi departamento, era hora de la cena y estaba hambrienta. Lástima que no tenía comida. Sólo podía imaginar la cara de Zane si me atrapaba asaltándole la nevera. —¿Qué diablos crees que estás haciendo? —me burlé con mi más profunda voz de Zane Mitchell—. ¿Has…? Fui interrumpida por un golpe en la puerta. ¿Debo contestar? ¿Y si es la señorita Weston? o, peor aún, ¿y si es Zane? No estaba segura de poder manejar a cualquiera de los dos más de una vez en un mismo día. ¿Debo contestar? Por supuesto que tenía que responder. Era parte de mi trabajo. Cuando llamaron por segunda vez, me di cuenta de que estaba siendo grosera. Tirando el paño de cocina, corrí a la puerta principal y me puse de puntillas para mirar a través de la mirilla. Con un suspiro de alivio, destrabé la cerradura y abrí la puerta. Una mujer mayor sosteniendo un pote de algo con un delicioso olor me sonrió. —¿Puedo ayudarle? —pregunté. —¡Hola! Vi que me he perdido tu visita más temprano y quería pasar por aquí y presentarme. Soy Yancy Reed. Vivo en el departamento H. Bienvenida a Riverbend. Te traje un poco de chile. —Me extendió la olla de chile. Yancy parecía encontrarse a mediados de los años cincuenta. Con su estilo bob14 y una falda vaporosa, me recordaba a mi maestra de cuarto grado, la señora Hicks. —Oh, gracias —dije, tomando la olla—. ¿Le gustaría pasar? Cuando ella me siguió al interior de la vivienda, dijo: —Puedo decir inmediatamente que eres de buena madera. —Sin estar segura de cómo responder, le di las gracias—. Y esos buenos 14 El bob es un corte recto que se extiende hasta la altura de la mandíbula, generalmente con flequillo. Se lo llama también "¾" porque representa tres cuartas partes de lo que se considera un peinado de cabello largo.
  • 47. modales. La última chica era simplemente grosera. No me malinterpretes, ella era una mirona, pero tenía un corazón malo. — Como si alguien que no fuera cualquiera de nosotras pudiera oírla, susurró—. Un malvado, malvado corazón. —Supuse que se refería a la anterior asistente personal de Zane, quien renunció bajo extrañas circunstancias—. Después de todo lo que pasó con el padre de Zane y su pobre madre, que acordó con ese horrible hombre que gastó todo su dinero, me alegró que Zane volviera en sí y se deshiciera de esa mala semilla. Es un hombre tan especial —continuó. Un millón y unas preguntas estaban en la punta de la lengua, pero lo dije en serio cuando me prometí ser más profesional. Chismear acerca de mi jefe, sin importar lo mucho que quisiera hacerlo, no era profesional. —Gracias por el chile. ¿Ha dicho que vive en el departamento H? Quiero asegurarme de regresar la olla a la casa correcta —le dije. —Segura —sonrió, luego echó un vistazo a su reloj y se quedó sin aliento—. ¡Oh, no! ¡Estoy a punto de perderme la Ley y el Orden! Tómate tu tiempo y disfruta del chile. Cuando me regreses la olla podemos hablar un poco más. Yo trabajo en un taller de bordado en Queens tres días a la semana, por lo que el lunes y el viernes son los mejores días para charlar. Zane es un amor. Tú encajarás perfectamente aquí. Puedo decirlo. —Con ese comentario se marchó y cerró la puerta detrás de sí. ¿Cuán dulce es Zane? Me pregunté si Blake sabía que su mejor amigo tenía un fetiche de asaltacunas. A la mañana siguiente me puse mi alarma temprano. Necesitaba llegar a la tienda de comestibles antes de agarrar la lista de Zane. Me aseguré de tomar los ingredientes para galletas de chocolate mientras estaba fuera. No puedo creer que me ofrecí para hacer unas galletas para un extraño. Nada de mi vida en esos días era normal. Quería dar una buena impresión y el Sr. Brass parecía un buen hombre, aunque era un gran coqueto. Todo el mundo con quien me encontré ayer tenía una historia y yo, ganas de conocerlos a todos mejor.
  • 48. Para cuando dejé los víveres en casa pasaban cinco minutos después de las nueve. Gracias a Dios a Zane le gustaba dormir hasta tarde. Pensé en las posibles cámaras en su oficina y mi estómago cayó. Tenía que darme prisa. En el momento en que me cambié de los pantalones de yoga por mi equipo de trabajo, eran las nueve y veinte. En mi camino a las escaleras casi tropecé con una de las plantas en macetas y tuve que parar para asegurarme de que no me rompí un taco. Maldito seas, Zane Mitchell. Me di cuenta por el brillo en sus ojos que ayer me estaba castigando. Ahora tenía que llevar ropa de vestir durante todo el día. ¿Por qué no pude mantener la boca cerrada? En silencio me deslicé en su apartamento y me precipité a la oficina. Me detuve en seco cuando me di cuenta de Zane sentado detrás de su escritorio. ¡Mierda! Me miró y frunció el ceño. Luego sostuvo algo y dijo: —Aquí. Llevaba una camiseta y pantalones de cargo. Odiaba admitirlo, pero el look informal se veía muy bien en él. ¿Por qué tenía que ser tan atractivo? Centrándome en el objeto en su mano, traté de no pensar en lo bien que se veía o en el hecho de que él tenía un fetiche por las viejas. —¿Qué es? —pregunté. —Es un reloj. Al parecer no tienes uno —respondió con soltura. —De hecho, tengo dos relojes y un teléfono. —Levanté mi teléfono para mostrarle. Su ceja se arqueó e intenté no sonreír. Al parecer, fallé. —¿Lo encuentras divertido? —preguntó en voz baja. Puse una expresión sobria. Obviamente el Sr. Risitas tuvo una mala noche. Tal vez la señorita Weston no se sentía juguetona y se quedó sin ello—. Te espero aquí a las nueve. Estoy pagando para que estés aquí a las nueve. Llegaste a las nueve y veintiocho. Esto —señaló el reloj—, tiene una alarma que he puesto específicamente para las nueve en punto. En el
  • 49. futuro, si continúa y no te encuentras de pie en mi oficina, tendremos un problema. ¿Ha quedado claro? ¡Dios! ¿Podía ser más idiota? —En serio, tengo mi propio reloj —le dije. —¿Me he explicado con claridad? —repitió con severidad. —Sí —suspiré, y tomé el reloj. Nuestros dedos se tocaron y ambos nos congelamos. Por un breve instante nuestros ojos se encontraron. La última cosa que necesitaba estar sintiendo, especialmente con este hombre, era atracción. Sorpresa apareció en su rostro. Luego parpadeó y ya no estaba allí. —Ahora, revisé tu lista de ayer y quiero señalar algunos errores — me dijo. Tenía la sensación de que sabía por qué su anterior asistente abandonó el trabajo. No era ningún misterio. Era realmente muy simple. Zane Mitchell era un gran culo de caballo.
  • 50. Traducido por addictedread Corregido por Lelu Zane Hoy necesitaba levantarme más temprano de lo normal porque debía reunirme con Blake, Hunter y mis abogados en el banco para finalizar la compra de una distribuidora de cerveza. Habíamos estado trabajando todo el mes para llegar a este día y yo estaba listo para hacerlo. La compra inicial de la distribuidora recaía en mí, pero una vez que el negocio estuviera generando ganancias, Blake y Hunter me regresarían el dinero y todos tendríamos partes iguales. Había una gran ventaja si la compra era exitosa. Si fracasaba, perdería mi inversión y estaría seriamente decepcionado. Había mucho en juego en esto. Mientras esperaba que mi café se preparara, me apoyé contra el mostrador y pensé de nuevo en la pasada noche y en la pregunta de Blake de cómo iban las cosas con Cathryn. No pude darle una buena respuesta porque realmente no tenía una. Entre el Whisky’s y el trabajo sobre el acuerdo de la distribuidora había estado ocupado. De hecho, apenas había estado cerca. ¿Cómo iban las cosas? No tengo la menor idea. Hice una nota mental para comprobar a Cathryn más tarde y averiguarlo. Seguramente, si algo estaba mal ella me lo habría notificado a estas alturas. Traté de recordar la última conversación que habíamos tenido en persona y no pude. Había estado quedándome hasta tarde por las noches y dormía hasta después de las nueve todas
  • 51. las mañanas. Beth no podía pasar diez segundos sin llamarme o mandarme un mensaje de texto sobre esto o aquello, pero con Cathryn era todo lo contrario. El tiesto de la cafetera comenzó a hacer el ruido que anunciaba que había terminado y esperé a que chisporroteara antes de servir una taza. Luego lo llevé a través del comedor a mi oficina. Cathryn había limpiado y ordenado mi escritorio nuevamente. Esto era exactamente el por qué no estaba preocupado por su falta de comunicación. Cathryn era instintiva. No sólo cumplía con eficacia toda la lista de cada día, sino que también se las arreglaba para hacer algunas cosas extras, como la limpieza de mi oficina. Después de nuestro tosco comienzo, se compensó haciéndome café todas las mañanas. Tengo que decir que la mujer hace un café malditamente bueno. Otra mañana, accidentalmente dejé una cesta de ropa sucia en la parte inferior de la escalera. Cuando llegué a casa después del trabajo, la ropa estaba situada en la canasta del lavado y pulcramente doblada. Unos días más tarde dejé otra canasta de ropa sucia en el mismo lugar. Y una vez más, estaban limpias y dobladas cuando llegué a casa. No estaba seguro de qué hacer con esto. Beth ya me habría dado un sablazo por aumentar sus tareas o al menos habría intentado cobrar por la carga. Ahora que lo pienso, en verdad Beth era absolutamente horrible. Necesitaba avanzar, puse mi culo detrás de mi agradable escritorio y saqué el block en el que solía escribirle la lista a Cathryn. Enganché un lápiz de mi posavasos, bajé mi mano a la página y me congelé. Al frente y al centro de la hoja superior había un dibujo de una mano con el dedo medio hacia arriba. Con una carcajada arranqué la ofensiva imagen del block y comencé a arrugarla. A la mitad cambié de opinión. En lugar de tirarla lejos, la alisé nuevamente y la prendí en el tablón de anuncios al lado de mi escritorio. Supuse que mi acto de ocultismo no había pasado desapercibido después de todo. Pobre Cathryn. Casi la tiro en lo profundo y dejo que se hunda o nade. Probablemente debería disculparme por ser un dolor en el culo cada
  • 52. mañana que la mataría. Sin embargo, para ser del todo justos, la mujer necesitaba aprender la destreza de manejar mejor el tiempo. El Ejército enseñaba que la tardanza era una falta de respeto. Yo tenía tolerancia cero a la falta de respeto. Al final, mi pequeña lección cumplió su propósito, porque la señorita Haines había sido muy puntual desde entonces. Iba a llegar tarde si no empezaba a avanzar. Escribí rápidamente la lista diaria y en el último momento, agregué una postdata: por favor trate con la Señorita Weston en el apartamento C. Ella estaba volviéndome loca. Entonces, arrastré mi culo al piso superior para prepararme para la reunión. Quince minutos después estaba vestido y listo para irme. Mientras llenaba mi taza de viaje con café, consideré escaparme por atrás a través de la puerta de la piscina. Las últimas dos mañanas, la señorita Weston había estado al acecho. La mujer se había vuelto implacable. Estaba titubeando para salir por mi puerta delantera por temor a encontrarme con ella. Antes de colocar la tapa a la taza, tomé un sorbo e hice una mueca. ¿Por qué mi café siempre era tan condenadamente amargo? Si retrasaba la reunión una media hora podría disfrutar de una taza del café de Cathryn. Miré el reloj y sacudí mi cabeza. No tenía tanta suerte. Con un suspiro de resignación, corrí a mi oficina, recogí el maletín y salí por la puerta de atrás. Después de ingresar el código de la puerta, me asomé por la esquina para asegurarme de que la costa estaba despejada. Afortunadamente, la señorita Weston no estaba por ningún lado. Casi estaba en mi coche cuando la puerta principal se abrió y una cabeza saltó. —Zane, ¿eres tú? ¿Estaba tomándome el pelo? ¡Juro que la mujer estaba malditamente acechándome! Miré hacia donde la señorita Weston
  • 53. estaba de pie y por poco solté mi maletín. ¿Qué demonios se había hecho en el pelo? —Espera un segundo ¡Tengo algo que decirte! —gritó. Con un golpecito de mi dedo, mantuve la puerta de mi auto abierta. Todo lo que podía pensar era ¡CORRE! Lanzando mi maletín en la parte de atrás, me senté para colocar mi taza de viaje y poner la llave en el arranque. El motor ronroneó a la vida y levanté mi vista. Mierda, ¿esos eran... rulos? La señorita Weston estaba afuera de la puerta y trotaba hacia mi coche. La cosa en la parte superior de su cabeza se balanceaba arriba y abajo con cada paso y recordé al monstruo de la mitología griega, Medusa. No mirarla a los ojos. Cambié a reversa, acelerando. Al mismo tiempo, bajé la ventanilla del copiloto. —¡Hola señorita Weston! Se me hace tarde para una reunión esta mañana. ¡Voy a tener que ponerme al día con usted más tarde! —grité. Antes de que ella pudiera responder, subí mi ventanilla, empecé a conducir y pise el acelerador a fondo. Por supuesto tropecé con tráfico, lo que a su vez me hizo llegar más tarde de lo que ya iba y en el momento en que llegué al banco, estaba de muy mal humor. Gracias a Dios que la reunión estuvo bien. Una hora y poco más tarde, el trato estaba cerrado y Blake, Hunter y yo éramos oficialmente los orgullosos propietarios de una distribuidora de cerveza. Esa noche, después del trabajo, celebramos un poco demasiado duro y cuando me metí en la cama en algún momento de las primeras horas de la mañana siguiente, supe que iba a tener un arduo día de recuperación. Al menos no me perdería el café de Cathryn otro día. Ese fue mi último pensamiento antes de desmayarme. Un extraño ruido me despertó de un profundo sueño. Mi primer pensamiento fue, ella está de regreso. Me aseguré de no mover ni un músculo. La última cosa que quería era otra ducha de café caliente. Después de un minuto tratando de determinar su ubicación exacta, me
  • 54. di cuenta de que no era Cathryn quien me había despertado, pero la música... la música estaba molestamente alta. ¿Qué demonios? Me giré para mirar el reloj de mi mesita de noche y tuve que tragar profundamente para evitar el vómito. Un cuarto para las puñetera siete de la mañana. Había tenido aproximadamente tres horas de sueño y mi cabeza palpitaba. La pared encima de mi cabeza vibraba de nuevo y di un respingo. ¿Qué diablos hacía esa mujer tan temprano en la maldita mañana? Con un gruñido de frustración, me arrastré fuera de la cama y me puse un par de pantalones de pijama. Luego, me moví con rabia al piso inferior para salir por mi puerta de enfrente. A mitad de la escalera, decidí que probablemente debería cerrar la puerta. La última vez que dejé mi apartamento con la cerradura abierta, llegué a casa para encontrar a la señorita Weston esperándome en la sala de estar. Volví rápidamente a mi apartamento y recogí las llaves. Después, cerré la puerta y me dirigí hacia las escaleras. Al llegar a la parte superior, escuché que una puerta se abría en la planta baja. ¡Mierda! Busqué rápidamente un lugar para esconderme. —¿Zane, eres tú? —llamó la señorita Weston Cerré mis ojos y respiré profundo. No es más que una anciana me dije: —Si señorita Weston, soy yo —dije hacia abajo. Mi estómago eligió ese momento para rebelarse. Me apoyé contra la pared y tomé unas cuantas respiraciones profundas para no vomitar por todas partes. —¿Estás enfermo? —gritó por la escalera—. No te ves tan bien. Tengo un termómetro que se pega en tu… —¡Estoy bien! —grité—. Sólo un poco cansado, eso es todo.
  • 55. Ella dio un paso adelante hacia la entrada y traté de no encogerme ante el horrible vestido a rayas negro y amarillo que estaba usando. Gracias a Dios que no tenía esas cosas en el pelo esta mañana. Puso sus manos en sus caderas y estrechó sus ojos hacia mí. —Te ves pálido, además prometiste que hablaríamos. De pronto me sentí transportado de vuelta a mi infancia, cuando mis padres estaban vivos y felices. Todas las veces que mi madre se irritaba con mi padre, ella ponía sus manos en sus caderas y estrechaba sus ojos hacia él. De repente sentí que no podía respirar. Consigue el maldito control Zane. Mientras la señorita Weston divagaba sobre la necesidad de hablar conmigo, rápidamente toqué con el pulgar las llaves para registrar el apartamento C. —Zane Mitchell, ¿estás escuchándome? —resopló. —Sí, uh, mandaré a Cathryn en este preciso momento, lo prometo. —Al segundo encontré la llave de Cathryn, despedí a la señorita Weston y corrí por el pasillo hacia la puerta de ella. —¡Si necesitara a Cathryn, le preguntaría yo misma! —gritó detrás de mí. Antes de que pudiera decir otra palabra, estaba atravesando la puerta de Cathryn y cerrándola detrás de mí. Yo sabía que no debería estar entrando en el apartamento de un inquilino sin previo aviso, especialmente en el de este inquilino, pero no podía tratar con esa mujer un segundo más. Mientras giraba la cerradura de la puerta, oí débilmente una música que salía de la parte posterior del apartamento. Sonaba como The Hills de The Weekend. Otra vez me pregunté qué estaba haciendo Cathryn. Di la vuelta y caminé de regreso a la puerta, una parte de mí gritó. Por alguna razón, no podía. Mirando alrededor, me di cuenta de que era mi primera vez en este apartamento. Un sillón que se veía cómodo y algunas sillas
  • 56. ocupaban un extremo de la habitación. Al otro lado había una pequeña mesa de comedor. Beth vivió aquí durante un año y en todo ese tiempo, nunca puse un pie en el interior de su apartamento. Cathryn y Beth no se parecían, gracias a Dios. A pesar de que estaba escasamente amueblada, el lugar de Cathryn se sentía cálido y acogedor. Como había heredado mi apartamento de mi madre, éste no me representaba en absoluto. Este lugar se parecía a Cathryn. Seguí la música a través de la sala de estar y dentro de un pequeño pasillo. La mayoría de los apartamentos tenían el mismo aspecto. Sin embargo, a través de los años, algunos inquilinos los habían decorado profesionalmente. Podía decir por las ventanas, los pisos y las molduras, que éste era uno de esos. El pasillo tenía dos puertas, las cuales estaban cerradas. Alcancé aquella en la que se escuchaba la música detrás y titubeé. Esto está mal, pensé, justo antes de girar la perilla y abrir la puerta. Roses de The Chainsmokers me rodeó mientras me detenía en la puerta de lo que parecía ser la habitación de Cathryn. Mis ojos fueron inmediatamente atraídos por las paredes. Nunca antes había visto este color gris. Giré y salí, mi cerebro gritó. Haciendo caso omiso a mi mejor juicio, di un paso dentro para echar un vistazo más. Al igual que su sala de estar, el dormitorio de Cathryn era cálido y acogedor. Blancas almohadas mullidas y un edredón seductoramente suave cubrían la cama. Un movimiento al pie de la cama llamó mi atención y miré hacia abajo. Todo mi cuerpo se congeló. Allí, para mi sorpresa, usando nada más que un sujetador deportivo y unas bragas estaba mi semidesnuda asistente personal. La esterilla de ejercicio morada me dio un indicio de lo que ella estaba haciendo, pero a mi cerebro le tomó un minuto procesarlo. Cuando Sugar de Maroon 5 comenzaba a sonar ella inhaló y cambió de posición. El voyerismo no era lo mío, pero no podía apartar mis ojos, especialmente cuando ella comenzó a mover su cuerpo al ritmo de la música. Estaba en trance. ¿Qué estaba haciendo? No podía ser exactamente yoga. ¿Quizás pilates? Fuera lo que fuese, era fascinante. Despacio ella bajó su pecho sobre la esterilla y levantó su
  • 57. culo en el aire. Casi me tragué mi lengua cuando comenzó a bombear rítmicamente sus caderas arriba y abajo. Al aparecer, mi feíta asistente personal era mucho más de lo que parecía ser. ¿Cómo me había perdido esto? Vi como ella, de manera fluida, pasaba de una posición a otra y no podía dejar de notar sus pequeños y duros pezones saltando a través de la tela de su sostén deportivo. Un abrumador impulso de tocarla se apoderó de mí y di un paso hacia ella. En ese momento me sorprendí a mí mismo. ¿Qué coños estaba haciendo? Miré hacia abajo a la tienda de campaña en mis pantalones de pijama, estremeciéndome. Esto era malo, seriamente perturbador. No estaba teniendo una erección por causa de mi asistente. Ni siquiera me gustaba. Tenía que salir de aquí. Me di la vuelta para escapar y choqué directamente con su tocador. Algo chocó ruidosamente contra el suelo y oí un grito detrás de mí. Sigue adelante me dije. —Zane ¿qué estás haciendo? ¿Cómo te metiste en mi apartamento? —Su voz llamó desde detrás mío. La última cosa que necesitaba era que ella me viera teniendo una erección. Aunque después del espectáculo que acababa de dar, tendría que estar ciego para no reaccionar. Me detuve con mi mano en la puerta y miré por encima de mi hombro hacia donde ella estaba de pie. Gracias a Dios que se había puesto un albornoz. —Yo, eh... toqué a tu puerta y cuando no respondiste me preocupé. —Estaba sorprendido de que pudiera encadenar dos palabras juntas y aún más una oración completa. Mi palpitante polla era una gran distracción. Una mirada de preocupación apareció en su rostro. —Oh, lo siento, no te escuché. ¿Estás bien? ¿Hay algo en particular que necesites? —Su evidente preocupación por mí me hizo sentir como un idiota.
  • 58. Sí Cathryn, necesito borrar permanentemente de mi cerebro tu culo girando. Peleando para decir algo, le dije que la señorita Weston del apartamento B estaba buscándola. Ella ladeó la cabeza y me dio una mirada extraña. Traté de no darme cuenta de lo atractiva que se veía con el pelo recogido o cuán largo y femenino era su cuello. En realidad necesitaba salir de aquí. No, lo que en realidad necesitaba era tener sexo. —Oh, bien —dijo titubeante. Podía decirle que había algo atrás de sus bonitos ojos azules, pero no había manera en el infierno de que esperara para ver que era. Era el momento de que yo y mi dura polla hiciéramos el camino fuera de su apartamento INMEDIATAMENTE. —Está bien, bueno, tengo que ir a prepararme para una reunión —mentí—. La lista está en mi escritorio. Hablaré contigo más tarde. — Antes de que pudiera responder, estaba fuera de la puerta. Como si el diablo estuviera en mis talones, corrí por el pasillo, aporreé las escaleras y empujé mi llave en mi cerradura. Una vez a salvo al interior de mi apartamento, cerré la puerta, la bloqueé detrás de mí y colapsé contra ella. Por la forma en que estaba jadeando se podría pensar que estaba fumando un paquete diario. Lo que era una maldita pesadilla. La imagen de Cathryn bombeando su trasero arriba y abajo al ritmo de la música, se reproducía una y otra vez en mi cabeza. Cerrando mis ojos, golpeé la parte de atrás de mi cabeza contra la puerta un par de veces con la esperanza de sacar a golpes esa imagen de mi cabeza. Cuando eso no funcionó, deslicé mi mano dentro de mis pantalones de pijama y envolví mis dedos alrededor de mi dura polla. Nunca más sería capaz de escuchar Sugar sin pensar en Cathryn. ¡Me gustaba Maroon 5 maldita sea! Con un siseo de rabia, liberé mi polla y me alejé de mi puerta. Joder. Estoy caliente, no desesperado. Irrumpí en mi oficina, agarré mi móvil y desplacé hacia abajo mi lista de contactos. Cuando encontré el número que estaba buscando pulsé llamar.
  • 59. —No, no, estás levantado muy temprano —respondió la sexy voz al otro lado del teléfono. —Hola nena, necesito verte esta noche —le dije. —Bueno, por suerte para ti, estoy disponible —ronroneó. Después de que accediera a reunirse en mi casa cerca de la medianoche, tomé una ducha rápida y salí por la puerta de atrás antes de que Cathryn apareciera a las nueve. Me las arreglé para sacarla de mi mente la mayor parte del día. Al momento que me fui del trabajo por la noche, estaba convencido de que la situación se había dado por la privación sexual. De camino a casa una canción de Maroon 5 sonó en la radio y una vez más el incidente de esta mañana estaba al frente y en el centro. Mi polla se agitó en mis pantalones y gruñí. ¿Qué demonios estaba mal conmigo?
  • 60. Traducido por Loly Corregido por Florpincha Cathryn ¿Qué en el mundo acaba de pasar? Un minuto yo estaba haciendo mi Ploga y al siguiente mi jefe estaba corriendo de mi habitación como si sus pantalones estuvieran en llamas. ¿Por qué estaba en mi habitación en primer lugar? Pensé en lo que Zane debe haberme visto haciendo y me inundó la vergüenza. Cuando tenía doce años, mi madre decidió tomar un descanso de mi padre y de mí. Ella me dio un beso de despedida una mañana y cuando llegué a casa de la escuela por la tarde, ya se había ido. Justo antes de mi cumpleaños número catorce volvió a aparecer de la nada. Después de varios días de rogar, papá la aceptó de regreso y durante los seis meses siguientes, fuimos una familia feliz de nuevo. Entonces ella comenzó a actuar raro. Desaparecería durante horas sin decir a nadie a dónde iba. Algunas veces ella se olvidaba de recogerme de la escuela. De camino a casa desde la escuela una tarde, me preguntó si me gustaría mudarme a Florida. Cuando pregunté por el trabajo de papá, me informó que no se uniría a nosotras. Ella decía que era nuestro pequeño secreto. Inmediatamente supe que algo estaba mal. La niña asustada en mí, la que había perdido a su madre una vez antes, quería ir con ella. Sin embargo, la joven práctica en la que me estaba convirtiendo sabía que no podía. Mi madre me había abandonado una
  • 61. vez. ¿Quién iba a decir que no lo haría de nuevo? Cuando le dije a papá sobre nuestra conversación, quedó devastado. Luego él se enojó. En cuestión de semanas, mis padres se divorciaron oficialmente y mi madre se había ido, esa vez, para siempre. De cualquier forma en que lo mires, el resultado siempre iba a ser ella marchándose. Papá sólo se aseguró de que ni yo ni su dinero se fueran con ella la segunda vez. Que mi madre me abandonara la primera vez fue malo, pero la segunda vez fue devastador. Me vine abajo. Yo no lloré o me enojé. Yo no hablé de mis sentimientos. Yo comí, pasteles, dulces, carbohidratos, lo que sea, me lo comí. Por casi dos años comí para quitar el dolor. Cuando mi padre empezó a salir con Janna, era talla catorce. Sólo se necesitó una mirada y Janna sabía que estaba en serios problemas. Mi madrastra puede ser agresiva y molesta, y Dios sabe que la mujer no puede guardar un secreto para salvar su vida, pero cualesquiera que sean sus defectos, yo la perdono. La perdono porque cuando me estaba ahogando en el auto-odio, ella me salvó. No sólo ella habló con mi padre para que me envíe a terapia, ella me enseñó el valor del ejercicio y comer sano. Me hizo ver lo mucho que importaba. Todas las tardes me arrastraba fuera del sofá y me obligaba a hacer yoga, Pilates y Zumba, dio sus frutos en un tiempo sorprendentemente corto. Dentro de los seis meses siguientes, yo era una persona completamente diferente, gracias a ella. Doce años más tarde, todavía ejercito una vez al día y trato de comer alimentos saludables tanto como sea posible. Hoy me tocaba mi combo Pilates-Yoga, al cual apodé Ploga. Dejé caer mi cabeza en mis manos de vergüenza. ¿Por qué Zane tenía que verme haciendo Ploga? Pensé en lo que dijo cuando le pregunté qué estaba haciendo en mi apartamento, y rápidamente mi vergüenza se transformó en ira. Esta era la segunda vez en esta semana que él me había pedido que "manejara" a la señorita Weston. Siento que las cosas no anduvieran bien con su vida amorosa. En realidad, no lo sentía. Él no debería estar con ella en primer lugar. Sin embargo, si ya no quiere estar con ella, él debe decirle. No voy a involucrarme. No
  • 62. señor, si te acuestas con pumas y puedes ser mutilado, es tu maldita culpa. Para el momento en que me duché y llegué al apartamento de Zane para marcar a las nueve en punto, él se había ido. Estaba tan aliviada de que no estuviera allí que hice un bailecito feliz en medio de su oficina. La imagen de él controlando su cámara de vigilancia y viéndome bailar me sacó de mi momento feliz y me puso a trabajar. En mi camino a la puerta, me di cuenta de que había dejado otra canasta de ropa sucia al pie de la escalera. Empecé a separarlas para el lavado y luego me detuve a mí misma. ¿Por qué sigo lavando la ropa de este hombre? Me contrató para ser su asistente, no su mucama. Debería llevárselo a la señorita Weston, y que ella lo haga. Con un resoplido de humor, tiré la ropa sucia de nuevo en la cesta. Zane puede lavar su propia ropa de ahora en adelante. En el camino de regreso a mi apartamento sonó mi teléfono. Eché un vistazo para asegurarme de que no fuera Zane y me sentí aliviada al ver que era Blake llamándome. —Hola Blake, ¿qué pasa? —le contesté. —Estamos celebrando esta noche en Whisky y te quiero aquí — dijo. —¿Qué estamos celebrando? —pregunté. —¡Estás hablando con el nuevo propietario de una distribuidora de cerveza, bebé! Al llegar a mi apartamento veo al Sr. Brass de pie fuera de mi puerta. Levanté mi dedo diciéndole que me esperara un segundo. Yo no sabía nada sobre las distribuidoras de cerveza, excepto que tenían el potencial de hacer un montón de dinero. —¡Felicidades, eso es fabuloso, Blake! Mira, tengo que irme, ¡pero no puedo esperar para celebrar contigo! Voy a estar llegando a Whisky un poco más de las nueve, ¿de acuerdo? —Después de felicitarlo de
  • 63. nuevo, colgué y le sonreí al Sr. Brass—. Hola, Sr. Brass, ¿que lo trae a mi puerta hoy? Él levantó mi contenedor de Tupperware. —Quería devolver esto. Las galletas estuvieron absolutamente maravillosas y por favor, llámame Rich. Sr. Brass me hace parecer tan viejo. Al pasar junto a él, agarro el recipiente Tupperware y abro la puerta. —¿Le gustaría entrar un minuto? —Me gustaría, pero tengo Duck Dynasty15 en pausa en la televisión. —Oh, está bien, bueno, gracias por devolver el Tupperware. ¿Hay algo más que pueda hacer por usted? Sus ojos brillaron. —Ahora que lo preguntas, mi tía abuela Bula solía hacer el mejor pan de banana con chispas de chocolate. Eso fue antes de que fuera atropellada por un autobús. Es triste decir que no sobrevivió. De casualidad, no sabes cómo hacer pan de banana, ¿verdad? ¡Oh, Dios mío, el pobre hombre! No sólo murió su hija, su tía abuela, ¿también? Hablando de mala suerte. La última cosa que necesitaba era hacerle a este hombre pan de banana. Empecé a decirle que no, pero la mirada de esperanza en su cara me detuvo. —Supongo que puedo hacerle algo el domingo —le dije. Él juntó las manos de alegría. —Lo espero con ansias. Si hay algo que pueda hacer por usted, todo lo que tiene que hacer es preguntar. —Con un saltito en su paso, se dio la vuelta y se alejó. 15 Duck Dynasty, la serie más vista de Canal AE. El programa que presenta una familia pueblerina moderna, quienes fieles a sus raíces y origen, operan una empresa familiar muy exitosa.
  • 64. Sí, sólo llámame blandengue. El resto del día fue una brisa. Por una vez, Zane me había dado una lista de cosas que hacer muy corta. Después de meditarlo, llegué a la conclusión de que el incidente de esta mañana le debe haber impresionado. La idea de Zane impresionado me hizo sonreír. Al menos él no vertió el café caliente sobre mí, mientras yo estaba durmiendo desnuda en mi cama. En mi opinión, estábamos ahora oficialmente a mano. Alrededor de las ocho, empecé a prepararme. Ya había estado un par de veces en Whisky antes, pero nunca por la noche. Yo estaba emocionada de ver el lugar en funcionamiento. Enferma y cansada de usar ropa de negocios, me decidí por un par de pantalones cortos negros de piernas anchas que se ata en la parte delantera, y una camiseta blanca de mangas cortas y cuello bote. Era ajustada, pero de una manera favorecedora. En lugar de usar el pelo suelto, me lo recogí en una coleta alta. Saqué algunas mechas para que quedaran sueltas para enmarcar mi cara. Me decidí por el glamour de la vieja escuela para mi maquillaje. Para cuando estuve lista eran las nueve y cinco, estaba oficialmente retrasada. Me puse algunas joyas de plata y mis sandalias negras con tacos de 5 cm, agarré mi bolso y prácticamente corrí por la puerta. Habían pasado semanas desde que había salido. Realmente lo extrañaba. Whisky es un edificio de dos pisos en un área de Charlotte conocida como Plaza Midwood. Se sienta en el medio de un distrito de negocios de cuatro manzanas y cuenta con restaurantes y bares que lo flanquean. Esta noche, el lugar estaba lleno. Me tomó veinte minutos para encontrar un lugar para estacionar y, para el momento en que atravesé la puerta, estaba lista para tomar una copa. Primero, sin embargo, tuve que orientarme. Whisky durante el día era un lugar completamente diferente a como se ve a la noche. The Dungeon era casi irreconocible. Get Lucky de Daft Punk se hacía eco en las paredes. Quería tapar mis oídos porque estaba tan fuerte. Directamente a mi