La investigación científica se divide en tres niveles: básica, aplicada y experimental. La investigación básica busca entender los fundamentos de los fenómenos naturales sin una aplicación específica. La investigación aplicada se enfoca en resolver problemas prácticos utilizando los conocimientos de la investigación básica. La investigación experimental prueba nuevos materiales, dispositivos o procesos para validar teorías o determinar si son útiles.