Este documento discute la santidad según lo que Dios considera sagrado. Explica que Dios considera sagrado aquello que Él determina, no los criterios humanos. Usa varios ejemplos bíblicos como el tabernáculo, el aceite, el pan y el nombre de Dios para ilustrar cómo Dios demanda lo mejor de nosotros y cómo estas cosas simbolizan aspectos espirituales como la presencia de Dios y la Palabra de Dios. Concluye enfatizando la importancia de respetar el nombre de Dios.