democracia de Honduras

1. Paz Barahona y Carias: el poder compartido
El 1°. de febrero tomaba posesión de la Presidencia, para el cuatrienio 1925- 1928 el
doctor Miguel Paz Barahona, habiendo sido electo por 72,021 votos. El gobierno
norteamericano reasumió relaciones diplomáticas formales con la nueva
administración, las que, se recordará, habían sido declaradas suspendidas al
instaurarse la dictadura de López Gutiérrez. Llegaba al poder como candidato de
transacción y compromiso de los dirigentes del nacionalismo Carias, Tosta y Martínez
Funes. Esa fue una de las razones, tal vez la principal, para que su control del gobierno
no se viera obstaculizado a lo largo de su administración por la oposición de un sector
de su propio partido, encabezado por Carias; el Canciller, Salvador Aguirre; el Vice-
presidente, Presentación Quesada; el Ministro de Instrucción Pública, Antonio C. Rivera
y el Secretario de Hacienda, Ramón Alcerro Castro, en tanto otra fracción dirigida por
Paulino Valladares y Venancio Callejas, Presidente del Congreso Nacional, le otorgaba
su apoyo; otro tanto hacían los ministros Juan Manuel Gálvez y Rafael Díaz Chávez.
Ya en los primeros meses de su mandato se perfilaba el antagonismo y las tensiones
que caracterizarían las relaciones tanto políticas como personales entre Carias y Paz
Barahona. Este supo, a pesar de todo, imprimirle un sello propio a su gobierno,
tratando de incorporar a la burocracia no sólo elementos de su partido sino también de
la oposición, lo que lo distanció con el sector Cariista, que, de hecho, pasó a
constituirse en opositor a muchas de sus políticas e iniciativas, varias de las cuales
fueron bloqueadas y/o derrotadas en el seno del Congreso, controlado por los
diputados seguidores de Carias, el que había sido electo jefe Supremo del Partido
Nacional el 29 de marzo de 1925.
Las discrepancias entre ambos se habían originado al momento de integrarse al
gabinete y escogerse al Secretario Privado del Presidente, (mientras éste deseaba
nombrar a Alfonso Guillén Zelaya, la oposición de Carias lo forzó a desistir de tal
elección) y culminó con el intento del Poder Legislativo por someterlo ajuicio, luego de
haber logrado exitosamente que el ministro de Hacienda, Rafael Díaz Chávez,
presentara su renuncia al aprobar el congreso la moción que lo declaraba con lugar a
formación de causa.
Paulino Valladares, quien ejercía considerable influencia sobre Paz Barahona, en las
páginas de El Cronista y bajo el lema administración contra política personalista, lanzó
una campaña contra Carias y sus seguidores, proponiendo que fueran destituidos de
puestos en el gobierno, sobre todo Aguirre, Rivera y Alcerro Castro y que Carias fuera
despojado de mando militar a fin de satisfacer las demandas y alcanzar la paz.

2. Dennis informaba que a Valladares lo habían visitado en la legación y afirmado que los
liberales nunca dejarían en paz al gobierno en tanto llevada a cabo en conjunción con
la eliminación de los generales Ferrera y Tosta y todos los otros líderes políticos-
militares dominantes. Considero tal logro irrealizable bajo las condiciones existentes y
no veo nada a ser ganado con el reemplazo del general Carias por el general Ferrera o
cualquier otro caudillo militar de', mismo tipo. También considero imposible para el
Presidente Paz o cualquier otro presidente civil el gobernar a Honduras en la presente
empobrecida condición del país y bajo la desorganización general de la administración,
sir. la cooperación de un fuerte líder militar. Las objeciones al general Carias están
grandemente basadas en el deseo de otros de reemplazarlo y su renuncia a que él
tenga tres años en la administración o influencia en la cual prepararse para las
siguientes elecciones. Contra el general Carias todos los argumentes aplicables al
caudillo pueden ser exitosamente presentados, incluyendo el hecho: de que muchos de
sus seguidores son criminales para quienes él obtiene puesto s en los que cometen
innumerables abusos. Sin embargo, el carácter, antecedentes y seguidores de su
inmediato rival, general Ferrera, no ofrece nada mejor. A favor del general Carias debe
decirse que no se ha enriqueció: mediante la política y permanece un hombre pobre.
El mismo agente diplomático concluía con la siguiente evaluación: La disputa entre el
general Carias y sus rivales es esencialmente una de personalidades no de principios.
Carias, por medio de los generales Tosta y Martínez Funes trato de persuadí a Paz
Barahona a fin de que dimitiera, ante lo cual éste les replicó que .e presentaran por
escrito la petición, a lo cual los emisarios se negaron.
Gracias a la mediación del Canciller de Nicaragua, Gutiérrez Navas y del Ministro de
ese país en Washington, ambos de tránsito en Tegucigalpa, se superó
momentáneamente la crisis, acordándose la formación de un nuevo Gabinete
aceptable tanto a Carias como al Presidente, ya que el primero objetaba a Juan Manuel
Gálvez y a Rafael Díaz Chávez y el segundo a Antonio C. Rivera y Salvador Aguirre.
Se presentaba así una situación anómala, en la que el ganador de las elecciones
llegaba a la Presidencia no sólo sin contar con una base política propia suficientemente
fuerte le permitiera consolidarse e impulsar sus proyectos sino, además, encarando la
hostilidad implacable de un sector influyente de sus propios correligionarios. Ello
significó que su control del aparato estatal fue tenue y estuvo obstaculizado por la
oposición intra-partidista hacia su administración, además de tener que confrontar las
rebeliones armadas de Ferrera y otros caudillos militares y la oposición del Partido
Liberal. Esto hace más relevante el hecho de que, hasta cierto punto, fuera capaz de
hacer valer su autoridad, lo que contribuyó a aumentar su aureola como hombre integro
y con los mejores deseos por el bienestar del país por encima de consideraciones

3. partidistas.
Igual circunstancia ocurría en 1949 al asumir la presidencia Juan Manuel Gálvez: en
ambos casos la gran influencia y prestigio de Carias no fue suficiente como para
impedir que tanto aquél como éste establecieran su estilo a sus respectivos mandatos.
Significativamente, las cuatro personalidades más influyentes en la década de los años
veinte, Carias, Tosta, Ferrera y Martínez Funes eran militares, en tanto Paz Barahona
era civil, anticipando así las tensiones que se originarían entre ambos poderes en años
posteriores.
Se fueron delineando así dos campos opositores al interior del nacionalismo: el
constituido por Carias, Quesada, Aguirre, Rivera y Alcerro Castro por un lado y Paz
Barahona, Callejas, Valladares, Tosta, Gálvez y Bertrand Anduray por otro. Tosta,
quien abrigaba aspiraciones presidenciales y se había gradualmente distanciado de
Carias, ejerció fuerte influencia sobre Paz Barahona en razón de ser el único caudillo
castrense con el que el Presidente podía contar, al punto que logró que éste, en agosto
de 192S, pidiera la renuncia a los ministros de Guerra y Gobernación, Martínez Funes y
José María Castro respectivamente, ambos seguidores de Carias amenazando con un
levantamiento si no se accedía a su demanda.
1925 fue un año crítico para la estabilidad de la Administración Paz Barahona debido a
las actividades bélicas de Ferrera, los cobros de los acreedores del Estado por deudas
prolongadas que no habían sido canceladas, debiendo el gobierno decretar el estado
de sitio. El ejecutivo envió a Carias a la Costa Norte, el 16 de mayo, con doble
propósito de reprimir tendencias consideradas “subversivas” y propaganda calificada de
“bolchevique” entre los asalariados laborantes en las plantaciones de las empresas
fruteras y controlar las actividades de general Díaz Zelaya quien intentaba derrocar al
gobierno
Ya en abril de ese año, la nueva administración tenia que encarar las actividades
armadas de la oposición, encabezadas por Gregorio Ferrera, con base en territorio
guatemalteco y salvadoreño, con las siguientes erogaciones en desmedro de las
raquíticas finanzas estatales; nuevamente, fue el talento militar de Tosta el que
eventualmente decidió el peso de la balanza a favor de las fuerzas gubernamentales.
Dos caudillos intibucanos se enfrentaban otra vez en el campo de batalla,
convirtiéndose el segundo en la némesis del primero, alejando así la amenaza de un
conflicto bélico prolongado. Fue precisamente la serie de victorias por él obtenidas lo
que fortaleció la posición y las aspiraciones presidenciales de Tosta, lo que significó
que si la situación de tirantez en las relaciones entre Paz Barahona y Carias se habían
momentáneamente superado con la primera reorganización del Gabinete en diciembre
de 1925, para los primeros meses del siguiente año nuevamente afloró al rechazar el

4. presidente los intentos por nombrar a Carias como Ministre de Guerra y ante la
insistencia de éste en el sentido que como jefe del Partido Nacional debía ser
consultado en los nombramientos burocráticos importantes realizados por el Ejecutivo,
lo que era rechazado por éste, quien deseaba integrar a su administración elementos
del partido de oposición, para lo cual incluso giró sumas de dinero para que aquellos
que se encontraban en el exilio pudieran regresar al país.
No obstante, tres hechos coadyuvaron para consolidarla Administración Paz: la
decisión del Departamento de Estado de permitir que el gobierno hondureño adquiera
armamento en los Estados Unidos, levantando así el embargo que había decretado al
dar inicio la primera guerra civil de 1924. Con ello, ya para principios de 1926 se había
afianzado superando así la posibilidad que su propio partido insistiera en pedirle la
renuncia, acción que aún parecía probable
En diciembre de 1925. La supresión del levantamiento armado de Ferrera,
acuerpado por el liberalismo y el gobierno guatemalteco, por parte de su némesis, el
general Tosta, alejó la amenaza de un conflicto militar prolongado cae el consiguiente
desgaste en los magros recursos económicos disponibles y la prolongación de la
sangría ocasionada en las comunidades campesinas, de donde se nutrían los ejércitos
que conformaban las huestes ferreristas. Por ultimo, el arreglo de la deuda inglesa,
tanto la contraída cuando Honduras constituyó un Estado de la Federación
Centroamericana en los ochocientos «antes y treintas como originada a resultas de las
gestiones iniciadas por José María Medina para construir el ferrocarril interoceánico,
que conectaría la costa Caribeña con la del Pacífico, en los ochocientos sesenta. El 8
de marzo - e 1926 se concluía en Washington la negociación y arreglo de tal deuda,
que p ara 1921, con la acumulación de intereses, habíase elevado al equivalente de $
125 000.000 de dólares. Se convino que los bonos serían redimidos al 20% de su valor
nominal en un periodo de 30 años y se perdonaban los intereses retrasados en tanto
que los nuevos intereses solo se computaban sobre los últimos 15 años del arreglo.
Finalmente, el país lograba llegar a un entendimiento con los acreedores ingleses,
luego de que las tentativas anteriores de arreglo: la propuesta Carden de 1909, el Plan
J. P. Morgan y Cía. de 1909-12, la Opción Keihauer de 1915, por razones diversas,
habían sido infructuosas. Como resultado de las conversaciones, el préstamo de 6
millones de libras esterlinas quedaba a 1.2 millones de libras, amortizable en 60 pagos
semestrales.
Gracias al desarrollo y evolución de estos acontecimientos, ya para mediados de 1926,
con su posición fortalecida, Paz Barahona lograba desplazar a tres seguidores de
Carias de la Gobernación del Departamento de Tegucigalpa, la Administración de

5. Rentas y la Tesorería General, colocando en esos puntos a hombres de su confianza.
Empero, en febrero de 1927 sufrió un fuerte revés al aprobar el Congreso, controlado
por los seguidores de Carias, la declaratoria de formación de causa en contra del
Ministro de Hacienda, Rafael Díaz Chávez, quien debió interponer su renuncia, de
acuerdo a lo establecido al respecto por la Constitución.
Perdía asi la administración Paz a un funcionario capaz y probo. En marzo del mismo
año la División de Asuntos Latinoamericanos informaba al Secretario de Estado que el
periodista austríaco-guatemalteco Alfredo Schlesinger, cuyos servicios había
contratado Carias para neutralizar la campaña en su contra emprendida por Paulino
Valladares, había llegado a Washington portando carta de presentación extendida por
Carias, con el fin de presentar una queja relativa a que Paz Barahona mostraba
tendencias a favorecer a los liberales y a oponerse a Carias y al Partido Nacional, pese
a que éste contaba con el apoyo de tres cuartas partes del pueblo y con 35 diputados
en el Congreso contra 12 que apoyaban al Ejecutivo. El funcionario que lo atendió,
Stokele;. Morgan, el mismo que como se recordara había reemplazado al Ministro
Morales y por tanto conocía a cabalidad la situación política de Honduras, le replicó a
Schlesinger que el doctor Paz era el Presidente: y nada podía ser ganado usando el
control de la Legislatura para obstaculizar todas sus políticas y que estaba inclinado a
creer que el acercamiento del doctor Paz hacia le? liberales no significa un peligro para
el país, ya que no había el deseo de incitarlos a la revolución o a la acción violenta, al
contrario, el Presidente Paz había protestado ante los países vecinos en contra de las
actividades del genera Ferrera y estaba oportunamente haciendo todo lo que podía
para prevenir una revolución liberal
Al iniciarse la campaña electoral en vista a la sucesión presidencial, tanto d
nacionalismo como el liberalismo trataron de persuadir a Tosta para que brindara su
apoyo y caudal electoral a sus respectivos intereses; así Carias k ofreció la
vicepresidencia o cualquier puesto en el futuro gabinete, pero aquel declinó tal
propuesta y el 9 de abril lanzó un manifiesto en el que proclama-- su candidatura a la
Presidencia.
Nuevamente Carias envió a dos emisarios para que convencieran a Te sal pero el
resultado de la entrevista fue infructuoso. Ambos partidos trataban de evitar la
repetición de una situación a la de 1923, esto es, la presencia de trs contendientes a la
Presidencia con la posibilidad de que, nuevamente, ninguno de ellos alcanzara una
mayoría absoluta y con ello dejando en manos del Congreso la elección del ganador.
El liberalismo por su parte había inicialmente escogido a José Ochoa Velásquez, pero
eventualmente nominó como candidato a Vicente Mejía Colindres; intentó convencer a

6. Paz Barahona de que ambos partidos presentaran un único candidato pero esta
propuesta fue descartada por éste.
El nacionalismo nuevamente postuló a Carias en la convención realizada el 28 de
febrero de 1928.
Tosta, para impulsar sus aspiraciones presidenciales había formado el Partido
Republicano y de acuerdo a un observador militar norteamericano, había planeado, al
acercarse a la fecha de las elecciones, iniciar una insurrección lo suficientemente fuerte
como para que los Estados Unidos se viera involucrado y entonces proponer a este
país que brindara su apoyo a un candidato de compromiso, el cual debería su posición
a Tosta, con lo cual controlaría políticamente a la nación e impediría a Carias su
probable ascenso al poder; siempre conforme al mismo reporte, estaba recibiendo
armas y dinero de la Cuyamel Fruit Co.
El resultado electoral, realizado en octubre de 1928, fue favorable al liberalismo, en
comicios honestos gracias a las ordenes impartidas por Paz Barahona a los
funcionarios municipales a fin de garantizar su imparcialidad en sus respectivas
jurisdicciones. Uno de los factores explicativos del triunfo liberal fue el apoyo de los
seguidores de Tosta, calculados en 15,000 a este partido, en tanto que el nacionalismo
había subestimado el caudal de votos que podía movilizar el movimiento tostista, y con
ello peco de exceso de confianza en la posibilidad de triunfo de su candidato.
Los resultados oficiales fueron 62,319 para el doctor Mejía Colindres y 47,745 para el
general Carias. El doctor Mejía Colindres había derrotado a su rival por más de 16 000
votos y había superado una mayoría absoluta por más de 7,000 votos.
Se ha acusado a Paz Barahona de haber ordenado que se permitiera votar a los no
inscritos en los censos electorales, lo que le permitió a diversos secretarios municipales
extender miles de boletas de ciudadanía que eran rápidamente llenadas con nombres
ausentes, procesados y fallecidos, hasta rebasar las urnas especialmente en aquellos
lugares donde sabían que dominaba el cariísmo y que los “coaligados” esto es
liberalismo y tostismo, habían sido ventajosamente proporcionados de billetes “dólares”
que en sus manos fue una poderosa ventaja [...] el cariísmo perdió las elecciones no
por el prestigio del doctor Mejía Colindres, sino por la orden arbitraria del doctor Paz
Barahona.
La derrota del nacionalismo era parcial, por cuanto lograba obtener una mayoría de
diputados en Congreso, ya que de un total de 47,25 eran afiliados a este partido. Esto
le permitía no solo controlar el Poder Legislativo sino también el judicial además de
poder nombrar al personal diplomático y a los tesoreros especiales.

7. Si la esperanza de Carias era que el Congreso, al realizar el escrutinio de las
elecciones, encontrara vicios de nulidad lo suficientemente poderosos como para
anular el resultado electoral, o al menos reducir la cantidad de sufragios obtenidos por
su contendiente, tal acción fiacasó por cuanto la Cámara confirmó el cómputo final y
declaró electos a Mejía Colindres y a su compañero de formula Rafael Díaz Chávez en
la Vicepresidencia, el 19 de enero de 1929.
Carias aceptó el veredicto popular nuevamente, sabiendo que cualquier intento por
impedir el acceso al poder del adversario político confrontaría la política exterior
norteamericana que seguía fundamentada en el no reconocimiento a los gobiernos que
alcanzaran el poder por la vía armada. Pero pese al adverso resultado, que
nuevamente le negaba el triunfo, no se desmoralizó sino que, por el contrario, redobló
esfuerzos conocedor de que una buena dosis del poder quedaba bajo su control, lo que
le permitía una sólida base desde la cual ir acumulando fuerzas y movilizando recursos
para el siguiente proceso electoral
Dejaba Paz Barahona la Presidencia y volvía otra vez al ejercicio de su profesión
regresando a su vida cotidiana como un ciudadano más, habiendo adquirido mayor
prestigio que cuando asumió el mando, merced a su probidad personal sentido de
tolerancia y equidad y espíritu conciliador que le permitieron evitar caer en el
sectarismo político. Lo más cómodo para él hubiera sido plegarse a los deseos de su
partido de manera incondicional, pero lejos de hacer eso logro mantener un cierto
grado de autonomía en la función administrativa y un margen de maniobra en la toma
de decisiones gobernando en función de estadista más bien que de político. Fue así
que el partido de oposición pudo ganar el proceso electoral y Paz, haciendo honor a su
palabra entregó, el poder a su sucesor el liberal Mejía Colindres.
Mejía Colindres: el poder compartido
Si el Partido Nacional mantuvo la oposición a la nueva administración en el seno del
Congreso y la Corte Suprema, fue Ferrera, nominalmente liberal cero en realidad
promoviendo sus intereses personales, quien la proyectó al campo de la batalla; fue así
que en abril de 1931 se alzo en armas si bien para mediados de junio había sido
derrotado en Jaral por las fuerzas gubernamentales pese a no contar éstas con los
servicios del general Tosta, quien había fallecido, en circunstancias sospechosas, en
agosto de 1930. El guerrillero intibucano era asesinado a mediados de 1931 y con ellos
desaparecerían dos de los caudillos militares más prominentes de este período, el
primero habiéndose convertido en la garantía de estabilidad para el gobierno de Mejía

8. Colindres cesde su posición como Ministro de Gobernación, el segundo, que con su
mera presencia significaba la posibilidad de un alzamiento en cualquier momento, dado
lo impredecible de sus motivaciones y objetivos.
La administración Mejía Colindres confrontó no sólo los alzamientos militares de
Ferrera y Justo Umafla y del nacionalista Filiberto Díaz Zelaya, sino de una crisis
económica profunda, agravada por la incompetencia de los altos cuadros
administrativos nombrados por el nuevo Presidente.
La canalización de los ingresos gubernamentales hacia fines bélicos provocó _m
agudización de la situación fiscal reflejada en el aumento del descontento copular que,
en la Costa Norte, se tradujo en una serie de huelgas obreras en ¡as instalaciones de
las empresas bananeras. La decisión de la United Fruit Company de suspender
operaciones en el Distrito de Cuyamel, luego de haber adquirido a su rival merced a la
venta que de ella hizo Zemurray, significó la reducción en la fuerza laboral asalariada.
Además la United Fruit rehusó hacer anticipos de dinero al gobierno para poder hacer
frente a las fuerzas ferreristas, viéndose éste obligado a echar mano de los escasos
fondos aún disponibles en las tesorerías especiales destinados a proyectos tales como
la prolongación del Ferrocarril Nacional hacia el interior del país. Se calculaba que las
erogaciones en la supresión de la revuelta debían de haber costado no más de 400.000
pesos, en vez de un millón como se informo oficialmente, pero, “como siempre, los
generales al mando de tropa habían inflado las planillas”.
Un informe diplomático confidencial caracterizaba de esta manera al régimen liberal y a
su titular:
Uno de los hechos sobresalientes acerca de la Administración del
Presidente Mejia Colindres es que a pesar de ejemplos casi innumerables
de traición, peculado y de otros crímenes, ningún funcionario oficial o
militar, ha sido castigado. Justo Umaña, un general en el ejercito, desertó
y se adhirió a Ferrera en su última revuelta [...] fue capturado, condenado
por una corte militar pero liberado por el Presidente [...] Ninguno de los
participantes en la revuelta de Ferrera fue castigado [...] Estos hechos
están sucediendo debido a que el Presidente no pena a los ofensores Es
de un carácter gentil, amable y débil, incapaz de ejercer severidad o
disciplina con sus subordinados. En consecuencia, ellos hacen cas: como
quieren [...]
El golpe de gracia para el normal funcionamiento del gobierno fue la gran depresión
iniciada en los Estados Unidos en 1929. La crisis se manifestó de diversas maneras

9. una de ellas reflejada en la disminución de ingresos fiscales al descender la exportació"
de bananos por las empresas dedicadas a esta actividad. Si el punto más alto se
alcanzó durante 1919-1920 con un monto de $261171,218, a partir de ese año fue
gradualmente declinado debido a la contracción del mercado consumidor en los
Estados Unidos, por efecto directo de la disminución en los niveles de vida de los
consumidores y la propagación de las plagas que afectan a la fruta conocidas como;
Sigatoka y Mal de Panamá. Esto último afectó a muchos finqueros independientes;:a
que vendían su cosecha a las compañías bananeras y que por falta de capital
conocimientos técnicos para combatirlas fueron incapaces de controlar la propaga? x
de dichas enfermedades en sus propiedades, las que iban gradualmente agotara: sus
suelos ante el monocultivo intensivo a que eran dedicadas.
La zona más afectada de la Costa Norte por el avance de las plagas fue la división
oriental de la United Fruit, esto es la zona de Puerto Castilla. Si en 1928 la Trujillo
Railroad Co., exportaba 71658,506 racimos de bananos y empleaba entre diez o doce
mil trabajadores, unos pocos años después se encontraba revirtiendo a una economía
de subsistencia.
Las bananeras reaccionaron a la crisis clausurando plantaciones afectadas -educiendo
el número de fuerza laboral y el nivel de salarios y disminuyendo ms importaciones de
equipos y mercancías. La consecuencia directa fue el desempleo masivo y el
descontento social, traducido en huelgas obreras que molestaban la disminución de
sueldos, la contratación de mano de obra negra antillana, la conversión de las ordenes
de pago, redimibles solamente en los comisariatos de las empresas fruteras, así como
mejores condiciones de vida y de trabajo. Es durante 1932 que ocurren tres de los más
importantes movimientos huelguísticos de la época, la primera ocurre en enero de
1932, analizando a los cinco días; Mejía Colindres excitó telegráficamente a los
huelguistas a retomar a sus labores “por conveniencia, por interés nacional y hasta por
patriotismo”. Su gobierno decretó el estado de sitio en todo el país, aro el Congreso se
opuso, decretando que el mismo se limitara únicamente a la zona norte donde se
localizaban los “brotes revolucionarios”, la segunda tuvo lugar en las plantaciones de la
Trujillo Railroad y la tercera en las de la Standard Fruit, involucrando a más de 1200
trabajadores, iniciándose el 17 de enero y concluyendo el 10 de febrero,
caracterizándose la mayoría de tilas por ser la respuesta obrera a los abusos de las
compañías bananeras, a as duras condiciones de vida y trabajo imperantes en sus
instalaciones, dándose en la generalidad de los casos en el marco de una situación de
inestabilidad política, recibiendo especial atención del Estado que generalmente
destaca a fas zonas donde se dan los conflictos comisiones mediadoras, efectivos
militares, ¿captando en algunos casos una actitud francamente represiva, Son más o
menos exitosas en todas sus demandas, excepto en lo relativo a aumentos saláriales

10. yen la mayoría de los casos contaron con el apoyo del pequeño y mediano comercio (y
aún de los finqueros independientes) urbano, que tenían frente a las compañías y el
control sobre el mercado local ejercido por sus comisariatos, buenas razones para
protestar.
En las elecciones celebradas en octubre de 1930 para la composición de la mitad de
diputaciones en el Congreso se llegó a un virtual empate entre los dos partidos por lo
que acordaron un pacto mediante el cual el liberal Santiago Meza Cálix ocupaba la
presidencia y el nacionalista Venancio Callejas la vicepresidencia. En 1929 y 1930
tanto la presidencia como la mayoría de curules habían estado controladas por el
Partido Nacional fungiendo como presidentes del Congreso Antonio C. Rivera y
Tiburcio Carias respectivamente. De acuerdo con el mismo entendimiento bi-partidista
en 1932 ocupaba la presidencia el nacionalista Antonio Bográn en sus sesiones
ordinarias mientras que en el Congreso Nacional Extraordinario del mismo año tal
puesto era ocupado por Abraham Williams y el Ordinario de 1933 inicialmente presidido
por Miguel Paz Barahona.
Al acercarse la selección del candidato liberal a la Presidencia, el mandatario favorecía
para tal posición a su ministro Ernesto Argueta en tanto que el Presidente del Consejo
Supremo de este partido José Angel Zúñiga Huete aspiraba ser el nominado. Otros
grupos apoyaban la candidatura de Rafael Díaz Chávez y la de Jacinto A. Meza. En
abril de 1932 se reunía la convención, presidida por su Presidente Guillermo Bustillo
Reina, procediendo a elegirse al Consejo Supremo en el que quedó integrado por José
María Reina, Antonio Castillo Vega, Marco Antonio Rosa, Marco Tulio Mendoza,
Serapio Hernández como propietarios y José E. Alvarado, Justo Umaña y José María
Villeda Morales como suplentes en tanto que Zúñiga Huete ganaba la nominación
como candidato a la presidencia.
El Partido Nacional, por su parte, había celebrado su convención anual en febrero de
1930 eligiendo como Presidente de la misma ha Venancio Callejas y como Jefe
Supremo a Tiburcio Carias. Ya en septiembre de 1931 se hacían visibles las
discrepancias, que cada vez se ahondarían más, entre ambos, motivadas por su
ambición de llegar a la Presidencia de la República.
En febrero de 1932 su partido nominaba a Carias como candidato a la. presidencia;
inicialmente había electo a Venancio Callejas a la vice-presidencia pero al declinar éste
se nombró ha Abraham Williams. La postulación de este último era interpretada con
hábil maniobra del sector cariista, ya que Williams era amigo de Callejas y así los votos
de los seguidores de Williams en el sur del país no irían a favor de Callejas, quien
momentáneamente había organizad: el Partido Nacional Autonomista el 28 de febrero
de 1932 para eventualmente llegar a un acuerdo con Canas extinguiendo tal intento de

11. divisionismo partidario, quedando integrado el nuevo Comité Central con un cañista
(Antonio C. Rivera) y un callejista (Rufino Solís) como Presidente y vice- presidente
respectivamente.
En las elecciones municipales de 1931 en el Partido Nacional ganaba en 223 de las
267 municipalidades, incluyendo Tegucigalpa, Comayagua, San Pedro Sula, todos los
puertos y las principales ciudades, excepto tres: Danlí, Ocotepeque y Comayagüela;
salvo casos aislados de violencia y victimas se realizaron en un ambiente pacífico. La
abrumadora victoria nacionalista se atribuía a la insatisfacción general con la debilidad
e incompetencia mostrada en la mayoría de las cosas por la presente administración
roja, y, en opinión anticipa un triunfo para los azules en las elecciones presidenciales
en el próximo año, sin son también conducidas honestamente.
El estilo en que ambos candidatos condujeron sus respectivas campañas contrastaba
visiblemente; Zúñiga Huete se desplazaba por avión por distintos rumbos del país y
utilizaba métodos modernos en su campaña como la proyección de una película sobre
su persona con ello trataba de transmitir su imagen a nivel nacional al poder
movilizarse y poder ser visto y escuchado por el electorado en diversas regiones del
país. Su comité electoral había realizado el contrato con la empresa Taca para un
número de vuelos para esos viajes electorales. Carias por otra parte, permanecía bien
en Tegucigalpa o en Zambrano, obteniendo alianzas a través de intermediarios o de
correspondencia.
Durante una visita a Santa Rosa de Copán Zúñiga Huete había declarado: Acataré, sin
protesta alguna el fallo que el pueblo soberano emita libre y limpiamente en los
comicios de octubre venidero, al amparo de la ley y la justicia.
Por otra parte el mensaje que había dirigido el gobernante guatemalteco Jorge Ubico,
lo había perjudicado, ya que en él, pese a que no se había solucionado la disputa
fronteriza le expresaba:
Mis sentimientos de personal simpatía por el Partido Liberal y para su distinguido
representante.
El Ministro norteamericano por su parte informaba desde Guatemala que había
conversado con Ubico que le manifestó que creía que Zúñiga seria electo por una
mayoría substancial y que si ocurría algún disturbio sería culpa de Carias y que estaba
dispuesto a asistir al candidato liberal para mantener el orden mediante un préstamo
para la compra de armas y municiones. Zúñiga le había prometido a Ubico que no
presentaría dificultades en tomo al fallo arbitral en el problema limítrofe
independientemente de su naturaleza.

12. El cónsul en Puerto Castilla reportaba que los liberales en su distrito estabas, haciendo
todo lo posible para provocar una revolución que involucrara a los nacionalista a fin de
eliminar a Carias como candidato a la presidencia de acuerdo a los pactos de
Washington en 1923, que privaban al líder de un. movimiento armado de la posibilidad
de ser electo presidente.
La percepción que Zúñiga Huete tenía la legislación norteamericana en Tegucigalpa
era la de un radical que, de llegar al poder pondría el peligro la estabilidad de las
empresas de ese país operando en Honduras. Probablemente:; esa imagen se debía
como al menos parcialmente, al tono de los escritos discursos de Zúñiga, que, lejos de
ser moderados, reflejaban una dosis ¿t demagogia que si agradaba a los electores y
auditorios no revelaban al político:: ante bien al orador exaltado. En 1930 cuando
existía la posibilidad que Mejía. Colindres lo nombrara como Ministro de Gobernación
en reemplazo del rece* fallecido Tosta el diplomático de más alto rango representado a
su país en. el nuestro enviaba comunicación a Washington en estos términos:
Me vería obligado a solicitar al departamento para desalentar a presidente
de realizar tal nombramiento ya que Zúñiga Huete es rabioso anti-
americano, que, esa posición ministerial pondría seriamente en peligro
nuestros intereses en Honduras en tal raed que incluso podría llegar a ser
necesaria la intervención [...] él es de los tres extremistas más radicales
en el Partido Liberal y se teme que si llegara a ser Ministro de
Gobernación apelará a medidas cohercitivas para ganar la venidera
elección y derrotar así el propósito del Presidente y asegurar una elección
“libre”.
El trató de mejorar sus relaciones con la presentación diplomática estadounidense y
para ello visitó la legación pero con escasos resultados ya que las sospechas hacia sus
reales intenciones, desde la óptica de los diplomáticos norteamericanos persistían de
hecho las mismas databan desde hacia una década ya que 1922 se le describía en
estos términos pocos favorables.
El doctor Zúñiga Huete, cuyos métodos de mano dura al tratar con nativos y extranjeros
en esta ciudad, Tegucigalpa, le están acarreando descrédito a la presente
administración López Gutiérrez. El también tiene aspiraciones presidenciales pero se
espera firmemente que carecerá de los necesarios seguidores ya que siempre a
mostrado una aptitud hostil hacia los americanos.36 Zúñiga Huete es inescrupuloso,
cruel, egocéntrico y muy anti-americano. Pretende ser un socialista rabioso y ha
obtenido recientemente control del nuevo periódico local matutino, los sucesos, que

13. han llegado a ser un órgano de propaganda mexicana radical y antiamericana...no tiene
prestigio ni seguidores y seria desastroso para Honduras si llegara a ser Presidente de
la República...posee una declarada hostilidad a la forma conservadora de gobierno.
El transcurso del tiempo no obliteró esta temprana impresión pese a sus gestos en
sentido contrario y, como veremos en otros capítulos, el Departamento de Estado
tendió a mostrarse frío y reservado ante las comunicaciones que frecuentemente le
dirigió desde su exilio, cuando no hostil hacia sus avances epistolares y a sus visitas
ocasionales a Washington. Los rumores relativos a un golpe de estado aumentaban a
medida que se acercaba el día de la elección y se hablaba de una acción en ese
sentido por parte del liberalismo, en que no aparecía Zúñiga Huete involucrado
directamente, a fin de evitar ser considerado no elegible a la presidencia conforme al
Tratado de 1923, sino que serían generales de ese partido quienes lo ejecutarían,
derrocando al gobierno de Mejía Colindres e instalando una junta que celebraría
elecciones tal como estaba previsto, las que serían controladas por el Gobierno Militar
y Zúñiga Huete sería “legalmente” electo presidente; otros sostenían que dicho golpe
no se realizaría sino hasta después de las elecciones y entonces solamente por parte
de los liberales si los nacionalistas ganaban en las urnas, pero a medida que
transcurrían los días la legación norteamericana con alarma reportaba:
Ahora la perspectiva es que quien quiera gane, el dado perdedor empezará una lucha,
y que puede empezar el día de la elección.
El día de los comicios fue fijado para el 28 de octubre; nuevamente se entre cruzaban
los destinos de los dos rivales partidistas: Carias y Zúñiga Huete. El resultado de los
mismos y la reacción de un sector de liberalismo ante los mismos dejaría una huella
indeleble en los años subsiguientes, afectando a más de una generación de
hondureños, bien de manera adversa o favorable.
Las elecciones de 1932 y la Revuelta de las Traiciones
El resultado electoral fue decisivo a favor del nacionalismo Carias obtenía 80,512 votos
en tanto Zúñiga Huete 61,047, para un total de 141,000 en cifras redondas, el más
grande emitido en la historia de Honduras; había sido el de las elecciones de 1928
alrededor de 120,000 sufragios; en cuatro años había habido un aumento de 20,000
votantes o sea un 17% en cuatro años un porcentaje considerablemente más grande
que el aumento poblacional en el mismo período.
¿Cuáles fueron las razones para la derrota liberal, si cuatro años antes había vencido a
su contrincante por más de 16,000 votos? son varias las respuestas una de ellas, y de
peso considerado, que el desprestigio en que había caía; dicho partido durante la

14. administración de Mejía Colindres, el disgusto: mostrado por el pueblo.... con la
incompetencia mostrada en todos los departamentos de la administración Mejía
Colindres que ha sido crecientemente mala aún para Honduras.
La derrota se hacía más humillante, tomando en cuenta la gran cantidad de dinero que
había invertido el Partido Liberal en la campaña electoral. Se calculaba que entre un 50
a un 75% de los gastos de la campaña de Zúñiga Huete había procedido de los fondos
del gobierno. Un historiador norteamericano afirma que Ubico contribuyó con $50,000 a
la campaña liberal obteniendo la promesa de respetar la decisión del laudo arbitral a
cambio de su ayuda.
El Partido Nacional —de acuerdo a los diplomáticos— pese a que la United Fruit
estaba mucho más cercana a este partido que al liberalismo, no le prestaba asistencia
financiera. “De hecho, los nacionalistas están gastando considerablemente menos
dinero que sus oponentes [...] En la Costa Norte se escuchan muchas quejas que los
nacionalistas en el sentido de que Carias ni les envía fondos ni llega a visitarlos.
Zúñiga Huete justificaba la derrota argumentando que Carias contaba con los
siguientes factores oficiales a su favor:
a. El Poder Judicial
b. La mitad de los curules en el Congreso Nacional
c. Mayoría en el Tribunal Superior de Cuentas
d. Todas las tesorerías especiales (15) menos las de Caminos y de Justicia
e. Varias juntas de fomento
f. El personal de las municipalidades en no menos de ciento ochenta comunas de
las 373 que hay en la República.
Debe recordarse que en las elecciones municipales de noviembre de 1931 el
nacionalismo había triunfado en alrededor del 80% de las poblaciones lo que significa
que, de conformidad con la Ley de Elecciones vigente, el control de la maquinaria
electoral quedaba principalmente en manos de las municipalidades Las elecciones
fueron tan honestas como las practicadas durante la administración Paz Barahona. Las
acusaciones nacionalistas de “imposición”, previas al resultado, eran calificadas de
“absurdas, infantiles y exageraciones amplias” por parte de la Legación
norteamericana.
Es cierto que ha habido numerosas instancias de funcionarios liberales
impropiamente ayudando y favoreciendo a los candidatos de su partido,
intimidando y obstruyendo a los nacionalistas, pero casi todos han sido
actos de funcionarios menores, han ocurrido en muy pequeños lugares,

15. han afectado a muy pocas personas o han consistido en acciones muy
triviales y por tanto no han influido en el curso o resultado de la campaña.
De más seriedad es el hecho que muchos telegrafistas han estado dando
prioridad y preferencia a mensajes liberales, lo que han sido un obstáculo
considerable para los nacionalistas...En general, los nacionalistas tienen
poco de que quejarse [,..]
Días antes de la elección ambos candidatos se habían comprometido públicamente a
respetar el veredicto electoral. Carias había emitido una circular el 12 de octubre
reafirmando su intención de acatar el resultado de la venidera elección fuera o no
favorable y el 24 de octubre dirigió un mensaje final ai Partido Nacional exhortando a
cada miembro del mismo a observar la ley en toda forma y a abstenerse de que
cualquier acto de violencia. Zúñiga Huete. por su parte, declaró el 27 de octubre, un día
antes de las elecciones, que se podía confiar en que él obedecería el mandato del
pueblo.
En carta enviada por Zúñiga Huete el 2 de noviembre contestando a lí felicitación que
le había cursado el Ministerio norteamericano Julius G. Lay por haber aceptado el
resultado desfavorable se expresaba de esta guisa:
Aceptaba por anticipado el fallo de la opinión pública, manifestar: en comicios
honestos y legales [...] lo único que he hecho es curtir:; con mis promesas, como
es mi costumbre y obedecer, de manear espontánea, a los dictados de mi
conciencia de ciudadano, que impone la obligación de trabajar por el bienestar,
por la tranquilidad y por s progreso de mi país.
Los acontecimientos de los días subsiguientes a la elección se desarrollaron de una
manera sangrienta y vertiginosa, en un afán de unos por no reconocer el amplio triunfo
electoral de Carias y el Partido Nacional e impedir su acceso al poder y de otros por no
dejarse arrebatar una vez más la victoria comicial. En las primeras semanas el
resultado parecía incierto dado el inicial equilibrio de fuerzas entre ambos
contendientes y la resolución que los animaba; nuevamente el suelo patrio se vería
empapado en sangre, sudor y lagrimas de hermanos caídos o mutilados en los campos
de batalla en tanto que sienes de hogares quedarían huérfanos para siempre de la
presencia y sostén de sus seres queridos.
De una manera muy resumida estos fueron los principales acontecimientos de estas
jomadas: un grupo de liberales seguidores del candidato derrotado encabezados por
William Coleman, de ascendencia norteamericana, había capturado San Pedro Sula y
su cuartel el 11 de noviembre; el contraataque nacionalista se produjo el 13 de ese
mes, encabezado por el estadounidense, ex Alcalde de Policía de New Orleans,
veterano de la Guerra Boer, las campañas en las Filipinas y la Primera Guerra Mundial,

16. y soldado de fortuna en Honduras y Nicaragua, Guy Ametralladora Molony, quien a la
sazón cangía como gerente de la Cervecería, y los generales nacionalistas Francisco
Martínez Funes y Eduardo Rosales. Molony persuadió al Gerente de la United Fruit
Turnbull, para que hiciera un anticipo de $ 5,000 a Martínez Funes y Eduardo Rosales.
Molony persuadió al Gerente de la United Fruit Turnbull, cara que hiciera un anticipo de
$ 5,000 a Martínez Funes, a razón de $ 300 Larios. Al ser derrotados, los liberales
abandonaron la ciudad y se dirigieron a El Progreso.
En el interior del país, la guarnición de La Esperanza se alzo en armas, adhiriéndose al
general Umaña, cuyas columnas se calculaban entre 400 y 8OO hombres bien
armados, en tanto que el también liberal, general José Maria Fonseca abandonaba la
capital y se dirigía a El Paraíso, donde estaba: organizando una columna. Así, Umaña
en Occidente y Fonseca en Oriente parecían controlar ambas regiones, secundados
entre otros por los coroneles Cornelio Pineda Nájera, Napoleón Aguilar, Blas y Pedro
Domínguez. Tela, Santa Bárbara, Nacaome y Danlí también cayeron en manos de los
zúñiga-huetistas.
La situación inicial de las fuerzas leales al gobierno así como las de Carias no era
favorable por cuanto los desertores del ejército habían sustraído gran cantidad de
armas y municiones de los principales cuarteles con antelación al día de las elecciones.
Las gestiones del presidente Mejía Colindres para adquirir material bélico en Estados
Unidos a fin de solicitar la compra a crédito, a pagarse cuando Carias asumiera el
poder, de 1,500 rifles Enfield calibre 30, modelo 1917,20 ametralladoras Lewis calibre
30, cuatro morteros Stokes de 3 pulgadas 500,000 cartuchos de munición para rifles
calibre 30 y 100,000 cartuchos para ametralladoras Lewis no tuvieron resultado
favorable, comunicándole el gobierno norteamericano, por medio de su ministro Lay
que dicho material “no esta disponible para la venta”.
Las comunicaciones con el presidente salvadoreño Maximiliano Hernández Martínez si
contaron con una respuesta positiva y Carias podía confiarle al ministro Lay que el
gobierno de ese país le había prometido 500,000 cartuchos de munición once
milímetros; el 19 de noviembre llegaba desde San Salvador cinco cargamentos en
aviones de la Taca y la empresa Deam con dicha ayuda la que fue distribuida en
Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Paz. Se había convenido que la misma se había
pagado a plazos sin establecer fecha de pago, cuando Carias asumiera el poder
Hernández Martínez ofrecía vender 30 ametralladoras y 100,000 tiros para las mismas.
A cambio de esa oportuna y decisiva ayuda, Carias le ofrecería reconocer a su
régimen.
El general Fonseca fue derrotado en los últimos días de noviembre por tropas carlistas,

17. 20 kilómetros al sur de Tegucigalpa, en El Sauce, dirigiéndose el vencido hacia
Occidente, en tanto que la fuerza victoriosa en número de 500, se desplazaba hacia
Comayagua para enfrentarse al general Umaña. El 2 de diciembre éste era
decisivamente derrotado en Flores, al sur de Comayagua, retirándose hacia
Guatemala, con pérdida de 150 muertos en tanto que los 250 sobrevivientes, indios de
Intibucá regresaron a sus labranzas; con esta acción se creía que el peligro para
Tegucigalpa y la Costa Norte había pasado. ' -
Nacaome y Santa Bárbara eran recapturadas y el departamento de Copán a excepción
de Santa Rosa, volvía estar en manos del gobierno, con lo que las acciones militares
quedaban reducidas a una serie de combates aislados entre las fuerzas
gubernamentales y grupos revolucionarios aislados con el objeto de desalojarlos de
poblaciones que tenían en poder.
El 26 de noviembre Zúñiga Huete y su familia abandonaban el país y se dirigían a
Nicaragua, acción que era interpretada como motivada para “asegurar apoyo para la
revolución liberal en Honduras”. Él justificaba su acción en estos términos:
Me opuse en lo que pude al indicado estallido popular. Sin él habría quedado
mejor preparado el liberalismo para la próxima lucha política o armada, si era
preciso; pero una vez precipitado el movimiento, yo no podía condenarlo.
Entonces me traslade a Managua desde donde indique a los revolucionarios que
estaban en San Marcos de Colón que se trasladaran a la Costa del golfo de
Fonseca a proteger el desembarco del malogrado y siempre bien recordado
general José María Reina quien estaba embotellado en Amapala [...]
Varios años después de ocurridos estos dramáticos acontecimientos un politólogo
norteamericano preguntaba al presidente Carias si Mejía Colindres había sido
responsable por ellos, respondiéndole que él lo acusaba debido a que sabía que se
estaba preparando la revolución y no tomo acción enérgica contra ella.
Stokes por su parte concluía que “si el doctor Mejía Colindres fue responsable por la
revuelta no puede ser determinado con certeza” un autor partidista acusa a Mejía
Colindres que aunque la candidatura de Zúñiga Huete no era de su agrado operó
decididamente para que no triunfara la del general Carias, permitiendo primero la
imposición del candidato liberal y después la extracción de armas de los cuarteles
militares, tolerando los ultrajes y vejaciones contra el nacionalismo; dejando que se
dispusiera de todos los servicios y dineros del estado para la causa liberal y en fin
permitiendo que se llegara a la criminal traición de las revueltas.
Al hacer una objetiva evaluación del curso bélico de los acontecimientos recién

18. ocurridos, el Agregado Militar norteamericano para Centroamérica con sede en Costa
Rica, razonaba así si la estrategia rebelde de obtener control de la Costa Norte hubiera
sido exitosa, no hay duda alguna que hubiera significado el fin del Gobierno.
Aparentemente el estallido era la ejecución de planes cuidadosamente preparados para
obtener control de todas las cabeceras departamentales y así dejar al gobierno de
Tegucigalpa completamente aislado del resto del país... Largas distancias y medios
extremadamente pobres de transporte hacen difícil para los rebeldes el reorganizarse
en una sola fuerza. El hecho de que la revolución estalló en puntos ampliamente
separados entre sí hubiera asegurado éxito inmediato si se hubiera llevado acabo el
plan original. Lanzar el golpe desde todas las direcciones está sin duda dirigido a
prevenir al gobierno organizar suficientes fuerzas para combatir a los rebeldes. Sin
embargo, la desventaja del plan estuvo en el hecho de que varias fuerzas rebeldes
están separadas unas de las otras no puede establecer contacto.
Otro factor de primera orden para la derrota liberal fue el papel jugado por
un arma hasta entonces prácticamente desconocida en sus
enfrentamientos bélicos: la aviación. El ministro Lay reportaba así a sus
superiores: a través de la revolución el trabajo realizado por los
aeroplanos de la Taca probó ser de gran valor al gobierno particularmente
en la localización y reconocimiento de fuerzas enemigas, facilitando así el
mantener contacto con ellos. Además, el bombardeo y ametrallamiento
hecho desde los aviones sobre columnas enemigas causó mucha
desmoralización. También agregaba que si el levantamiento aplastado
rápidamente se había debido ha: La falta de cooperación entre el
Presidente y el general Carias, La falta de energía, coraje y talentos
militares de parte de los dirigentes azules. Y los fondos insuficientes con
los cuales mantener fuerzas en el campo.
Para concluir, cabe preguntarse: ¿cuál hubiera sido el curso de la historia nacional de
las siguientes décadas si Zúñiga Huete y sus partidarios hubieran respetado el
veredicto popular y aceptado la derrota cívica? ¿Hubiera Carias instaurado la dictadura
más prolongada que hasta entonces había experimentado Honduras? ¿Habría
convocado a elecciones presidenciales luego de concluir su cuatrienio en 1936?
Una respuesta tajante, en un sentido u otro, peca de fácil y superficial. Se dirá que la
historia trata de los hechos tal como fueron y no como hubiéramos deseado que
acontecieran, pero en el campo de las ciencias sociales cabe la conjetura y la
especulación en tomo a lo que pudo haber sido y no fue. Estas disquisiciones nos
introducen a otra interrogante de no menor importancia para el desarrollo posterior de
nuestra vida política: ¿era Zúñiga Huete el candidato liberal idóneo, el que pudiera

19. aglutinar a las diversas fuerzas, grupos e intereses que conformaban para ese
entonces el Partido Liberal? ¿Era un político con las cualidades inherentes al mismo?
¿Cuál hubiera sido el curso de nuestra historia de haber llegado él a la presidencia de
la República?
Sobre estas preguntas se han escrito cienes de cuartillas para tratar de arrojar luz
sobre una figura que, al igual que su contrincante Carias, sigue aún hoy, despertando y
reviviendo polémicas y disputas.

23. Presidente Congreso Nacional 1933-1934
Nació en Pinalejo Santa Bárbara y tenía nexos familiares con el Gral. Luis
Bogran, quien además era su padrino de bautizo. Fue Presidente de la
Republica en 1924, pero después continúo bregando en la política corriendo
para Diputado por Santa Bárbara para el Congreso Nacional que se instaló a
finales de enero de 1933.
Le correspondió a la Dr. Paz Barahona tomar la promesa de Ley al electo
Presidenta Tiburcio Carias Andino quien una vez juramentado tomo posesión el
1º. De febrero de ese año.
El Dr. Paz Barahona es recordado en su paso por la historia política de nuestro
país, como un gran demócrata, un hombre honrado, prudente y conciliador.
Como gobernante de Honduras respeto a sus opositores y cuando en el
proceso electoral de 1928, ganado por el Partido Liberal, no mostro ninguna
objeción permitiendo con ello la alternabilidad el ejercicio del poder.
El Dr. Paz Barahona fue de los miembros de la dirigencia de su partido por
muchos años y contribuyo con su trabajo a que arribaran a la Presidencia de la
Republica el Gral. Manuel Bonilla, el Dr. Alberto Membreño, el Dr. Francisco
Bertrand y el Gral. Carias Andino.
Prominente figura, el profesional de la medicina que incursiono en la política
vernácula, dejó una huella democrática que la nación le ha sabido reconocer
con el paso de los años.
El Dr. Miguel Paz Barahona ejerció la Presidencia del Congreso Nacional en la
legislatura comprendida de 1933 a 1934.
Fue un abogado, catedrático, político, militar con el grado de general de
división y trigésimo octavo presidente de la República de Honduras,
periodo constitucional de 1932 a 1936 y en adelante en forma de régimen
dictatorial hasta 1949. Fue elegido presidente de Honduras en medio de una
profunda depresión mundial. Fortaleció las Fuerzas Armadas, mantuvo el
apoyo de las empresas bananeras al oponerse a huelgas, y mantener al país a
una estricta adhesión a los pagos de la deuda.
Tiburcio Carias Andino nació en la República de Honduras el 15 de marzo de
1876. Sus padres fueron Calixto Carias Galindo y Sara Francisca Andino
Rivera.
Su hermano mayor Marcos Carías Andino lo entusiasmó para participar en la
política vernácula y comenzó su actividad en el Partido Liberal de
Honduras apoyando al presidente Bonilla.

24. En 1901 el doctor y general Tiburcio Carias Andino es nombrado Director de la
Escuela de Varones, y profesor del instituto “El Porvenir” lugar donde impartió
clases de Matemáticas. En 10907 El Doctor y Coronel Tiburcio Carias Andino
lucha junto a las fuerzas liberales y en la “Batalla de Lizapa” fue ascendido a
General así como también este año es declarado gobernador político del
departamento de Copán, 1907-1908.
Carias Andino se convierte en adversario del General Manuel Bonilla Chirinos
en 1912.
1 de mayo de 1922. Apareció el Partido Comunista de Honduras siendo sus
fundadores Manuel Calix, Juan Pablo Wainwrigth, Armando Amaya y Carlos
Gómez reconocido como el partido de “Los Trabajadores” Este partido se
dedicó a reorganizar a los trabajadores de la costa norte de nuestro país, pero
siendo Presidente del país el Doctor y general Tiburcio Carias Andino, este
partido no se desarrolló y casi desaparece por completo, hasta la huelga
nacional en el año de 1954, que nuevamente resurge para quedar en el
anonimato y desaparecer por completo.
En 1923 surge la primera candidatura del Doctor y General Tiburcio Carias
Andino, como candidato oficial presidencial y el Doctor Miguel Paz
Barahona como candidato a Vicepresidente por el Partido Nacional de
Honduras, en las elecciones presidenciales de este año, Carias Andino es
declarado vencedor, obteniendo 49,541 votos.
Estalla la Revolución Reivindicatoria entre las fuerzas de la nación del
presidente General Rafael López Gutiérrez quien había salido victorioso en las
elecciones presidenciales, pero sus intenciones eran quedarse en el poder
como dictado así que Carias en desacuerdo se va a él surgiendo choques
hasta llegar el punto de bombardear Tegucigalpa. Carias Andino tomo el poder
entre el 9 de febrero al 24 de marzo. López Gutiérrez se vio forzado a
abandonar el país
En 1928. Nuevamente el Doctor y General Tiburcio Carias Andino, es
candidato presidencial del Partido Nacional de Honduras para las elecciones
presidenciales, el ganador es el Doctor Vicente Mejía Colindres del Partido
Liberal de Honduras, que obtuvo 62,319 votos.
las elecciones de 1932 fueron relativamente pacíficas y libres, como lo fue
también, el cambio de gobierno que se llevó en una aparente tranquilidad y paz
debio a las consecuencias de la depresión mundial del 2009 que trajo consigo
golpes de estado, economía basada en subsistencia sumado a un alto
porcentaje de desempleo y bajo niveles de producción del suelo. El presidente
de la República, Dr. Vicente Mejía Colindres, en un acto de valentía y honradez
se negó a los deseos de su partido para que manipulara las elecciones y
favoreciera al candidato Liberal José Ángel Zúñiga Huete; en cambio, el

25. General Tiburcio Carías candidato por el Partido Nacional ganó las elecciones
con más de 20.000 votos de diferencia tomando posesión del poder el 16
de noviembre de 1932, el cual se convertiría en el período más largo de
cualquier persona en el poder como Jefe de Estado en toda la historia del
país. Antes de que gobernara Carías en Honduras como efecto de los diversos
caudillismos y pobreza extrema abundaba la delincuencia, ladronesco y
asesinatos, esto cambio drásticamente cuando Carías se encargó de imponer
un orden férreo lo que conllevo a una paz al tenor de sus designios personales
bajo las estructura de los comandantes de armas. Desarrolló diversas obras de
infraestructura y ornato en la ciudad capital como el puente "Mallol", parque
"Naciones Unidas" y el Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino (en
Tegucigalpa).
Dictadura
1933-1949.
La Administración del Doctor y General Tiburcio Carias Andino, fue conocida
como una de las dictadura militares más temidas que hubo en Honduras.
Siendo Presidente Constitucional de la República desde el 1 de febrero de
1933 hasta 1 de febrero de 1936, reelecto por la Asamblea Nacional
Constituyente desde el 1 de febrero de 1936 al 1 de enero de 1949.
La administración del Doctor y General Carías se veía destinada a terminar en
un golpe de estado inminente teniendo en cuenta que los liberales no estaban
de acuerdo causando una revuelta que ligeramente fue aplastada pro Carias
gracias a la ayuda de las fuerzas armadas.
Todo el primer período de Carías se lo llevó en evitar golpes de estado así
como el colapso económico del país. Para defenderse de los opositores mejoró
el Ejército, construyó muchas carreteras y sobre todo, estas revueltas lo
convencieron que el país "no estaba todavía listo para gobernarse libremente"
y en este discurso legitimó su dictadura.
En 1934 Siendo Presidente Tiburcio Carias Andino se solicita soporte y ayuda
técnica a la Fundación Carnegie, con el fin de darle estudio y conservación al
sitio arqueológico. Abre sus puertas la “Academia Nacional de Dibujo de
Claroscuro Natural” a cargo del pintor nacional maestro Carlos Zúñiga
Figueroa y bajo acuerdo gubernamental. Se sugiere que el gobernante Carias
tenia contacto con el emperador japonés Hirohito y el mismísimo Adolfo
Hitler Canciller de la Alemania Nazi, las originales y copias de estas epístolas
se encuentran en las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores de
Honduras en Tegucigalpa, M.D.C.

26. Mientras los meses pasaban Carías se movía sigilosamente, despacio pero
seguro, afianzándose en el poder, ganándose la confianza y el apoyo de las
empresas transnacionales del país, oponiéndose y reprimiendo a las huelgas y
otras tácticas laborales organizadas por los trabajadores contra las compañías
bananeras y por medio de principios económicos conservadores controló la
economía del país.
El doctor Mejía Colindres, nació en la ciudad de La Esperanza, departamento
de Intibucá en 1878 y falleció el 24 de agosto de 1966. Hijo del matrimonio
entre Vicente Mejía Velásquez y Juana Colindres Fortín. Nacido en el seno de
una familia acomodada.Obtuvo su título de médico y cirujano de la Universidad
Nacional de Guatemala Nota 1 en 1899, de regreso en su país en 1902
contrajo matrimonio con Gumersinda Inestroza.
Activista y de inclinación al Partido Liberal de Honduras se vio dentro de las
corrientes activas del partido y llegando a desempeñarse en los cargos
públicos siguientes: En 1907 fue nombrado Gobernador del Departamento de
Intibucá; entre los años de 1909 a 1911 fue nombrado Ministro del Interior,
durante la presidencia de Miguel Rafael Dávila Cuéllar; seguidamente entre
1919 a 1921 Ministro de Relaciones exteriores, durante la presidencia de
Rafael López Gutiérrez, nombrado Presidente Provisional de Honduras entre 1
de septiembre de 1919 y 5 de octubre de 1919, en un Concejo de Ministros, su
antecesor fue el Ministro de la Presidencia don Salvador Aguirre, fue electo
Presidente de Honduras en el año de 1929 hasta 1933 y como su
vicepresidente el ingeniero Rafael Díaz Chávez.
Candidato oficial del PLH, una vez unido el partido Liberal de Honduras, se
eligió al doctor Mejía Colindres como candidato oficial idóneo para las
elecciones generales de 1928, en las cuales resultaría vencedor. Los
resultados fueron: doctor Vicente Mejía Colindres del Partido Liberal de
Honduras, obtuvo 62,319 votos (56.6%) mientras que su adversario el doctor
Tiburcio Carias Andino candidato del Partido Nacional de Honduras obtendría
47,745 votos (42.4%).
Por su inclinación al Partido Liberal llegó a desempeñar varios cargos públicos
como:
Ministro del interior (1909-1911), Ministro de relaciones exteriores (1919-1921)
y Presidente provisional de Honduras entre 1 de septiembre de 1919 y 5 de
octubre de 1919 y también fue electo presidente de Honduras en el año 1929
hasta 1933.Su gobierno experimentó en carne propia la crisis económica
mundial.
En los inicios de su administración hubo tranquilidad pública y un intento de
recuperación económica; pero luego se sintieron las consecuencias

27. provocadas por la depresión económica mundial y el fantasma de la
intranquilidad social y la guerra civil se reanudó.
Terminado su período, vivió muchos años exiliado en San José (Costa Rica).
Siendo Presidente
En los años 30 tuvo que liderar con los efectos de la depresión económica
mundial, supero un atentado contra su vida durante la toma de posesión de su
administración y se enfrentó al problema de que los poderes Legislativo y
Judicial estaban en manos de la oposición y se oponían sistemáticamente a
sus planes de administración, durante su Presidencia hubo amplia libertad,
después de su gobierno lo sucedió el Doctor y General Tiburcio Carias Andino.
En 1930 El General Gregorio Ferrera, se alza en armas contra el gobierno del
Doctor Vicente Mejía Colindres. Santa Rosa era un punto estratégico a tomar
debido a la cercanía de las fronteras con la República de Guatemala y de El
Salvador.
El 30 de abril de 1931 el general Gregorio Ferrera al mando de los oficiales
general Justo Umaña, general Domingo Torres y el general Carlos Sanabria
atacan la ciudad de Santa Rosa y en su defensa la milicia que se estacionaba
en el edificio del Ayuntamiento cayó en una dura batalla, falleciendo el
Gobernador Político de Copán, Perito Mercantil señor Cesar López Urquía y
junto a él muy valientemente cayeron el Perito Mercantil señor Ernesto Fiallos y
el Comandante de la plaza coronel Diego García.
Hechos sobresalientes
Inició su carrera pública en 1901. Desde muy joven se interesó por la convulsa
situación política que vivía su país.
En 1902 fue parte de la Junta Directiva de construcción del Hospital de
Occidente2 en Santa Rosa de Copán, junto a los médicos: Doctor Ramón
López Cobos, Doctor Ciro Mora, Doctor Francisco Bueso Cuéllar, Doctor Julio
C. Bueso Cáceres, Doctor Filadelfo Bueso, Doctor J. J. Jones, Doctor Ramón
López Cobos, Doctor Jesús H. Medina, Licenciado Jerónimo J. Reina, señor
Carlos Gauggel de origen alemán, Ingeniero Manuel Bueso Pineda, Doctor y
General Tiburcio Carias Andino, Monseñor Emilio Morales Roque.
El Decreto Número 198 mediante el cual se creaba la Escuela Nacional de
Aviación, se realizó bajo la administración del Doctor Mejía Colindres.
En 1932, Durante su estancia en la ciudad de Santa Rosa de Copán y en la
casa de la Familia Bueso-Arias, (Hoy Centro Comercial Casa Arias) el Doctor
Mejía Colindres fundan el “CASINO COPANECO”3 una organización de
notables socios entre ellos se destacan: Abraham Bueso Pineda, Ramón López

28. Cobos, Arturo Rodríguez, Daniel Rodríguez, Andrés Alvarado, Jesús Alvarado
López, Ricardo Pineda Tabora, Francisco San Martín, Carlos Gauggel, Manuel
Luna Castillo, Octavio Pineda, Guillermo Inestroza, Ricardo Madrid, Ramón
López Recinos, Arturo Rendón Madrid, Rómulo Carvajal y José Francisco
Contreras.
Vicente Mejía Colindres luego de su segundo cargo a la presidencia vivió
exiliado en San José, República de Costa Rica, como era costumbre en esas
décadas (cuando un partido derrocaba a otro, el partido perdedor huía a otro
país y luego regresaban a tomar el poder).
Fundó algunos colegios. Creó la Comisión de Estudios Territorial. Auspició la
celebración del Primer Congreso de Periodistas, creando el Día del Periodista.
Estableció el lempira como moneda nacional.
Durante su gestión se dictó, el 23 de enero de 1933, la sentencia arbitral de
Washington poniendo fin a las disputas territoriales con Guatemala.
Falleció el 24 de agosto de 1966 y sus restos descansan en el Cementerio
General de Tegucigalpa, M.D.C. donde se encuentran sus restos, rodeados de
la consideración, respeto y aprecio de los hondureños en general. (88 años).
Hizo todo su esfuerzo por cimentar la paz y conseguir la prosperidad de la
república, pero encontró fuerte y tenaz contrariedad en los poderes legislativo y
judicial, en manos de la oposición que se oponía sistemáticamente a sus
planes de administración.
Fue hombre débil, pero de una honradez acrisolada. Durante su presidencia
hubo amplia e irrestricta libertad y garantías.
Es comprensible que el doctor Vicente Mejía Colindres sea considerado como
uno de los pocos presidentes democráticos, con alto sentido de tolerancia
hacia las críticas del entorno, en todo el siglo veinte hondureño.
Obras literarias
Vicente Mejía Colindres, como escritor, publicó las siguientes obras:
 Recuerdos del Camino, (Cuento, 1933)
 Carta abierta al gobierno de los Estados Unidos de América (Ensayo,
1913)
 Algunos comentarios sobre el funcionamiento de la II república en el
Decurso de tres años de ejercicio (Ensayo, 1961)