PAI Hemofilia hereditaria en los servicios de salud
Alta edad media
1. ALTA EDAD MEDIA (Siglos V – XI)
Se ha llamado Alta Edad Media al primer período después de la caída del imperio de
Occidente y comprendería aproximadamente hasta el siglo X. En esta etapa tienen lugar
procesos políticos significativos. Algunos reinos romano-bárbaros se habían implantado más o
menos sólidamente en el territorio del imperio de occidente, donde la única autoridad política
auténticamente romana era la iglesia y sobre todo el papado; por otro lado, el imperio de Oriente
conserva su unidad y su fuerza, que le permitirá intentar la reconquista de Occidente. Estos tres
centros de poder se enfrentarán en una lucha ideológica y militar. Más adelante, aparecerá un
nuevo fenómeno religioso y político que incorpora un nuevo actor social que se sumará y
enfrentará a los preexistentes: el fenómeno creciente del Islam.
La educación en la alta edad media se caracterizó por que la única autoridad política en el
imperio de occidente era la iglesia. En esta época era necesario educar a las personas desde
niños, se caracterizó por la desaparición gradual de la escuela clásica y la formación gradual de
la escuela cristiana, en sus dos corrientes (episcopal y cenobítica). En ese siglo no se permitía
el ingreso al sacerdocio a aquellas personas que presentaran algún defecto físico o bien que
fueran ignorantes. Con la llegada de Justiniano “El bárbaro” inicio la decadencia de la cultura
clásica, ya sea por la utilización de honorarios a los profesores a la hora de enseñanza, por la
derrota sufrida de los ostrogodos de Italia o los vándalos de áfrica comenzó a desaparecer la
cultura clásica. El surgimiento de las escuelas cristianas en conjunto con la decadencia de la
cultura clásica, permitió el dualismo estado e iglesia y la iglesia era la encargada de la de los
aspectos administrativos y culturales de la nueva escuela, la escuela cristiana, es precisamente
la escuela que llamo maestro a las personas que instruían la los niños en las letras y lecturas,
fue en esa época, cuando comenzó el proceso llamado institucionalización , en la cual el objetivo
es que todos fueran al menos “aculturados”. En esa época se deberían aceptar a las personas
cada vez más jóvenes a la lectura e instrucción del señor, para que después esos jóvenes
pudieran decidir entre el matrimonio y el sacerdocio, la educación en la nueva “cultura” tuvo
interés en la educación moral y en la instrucción literaria, era reglamento que en la comida no
debía de faltar alguna lectura, que fuera revisada previamente y aquellos que no se interesaban
en la “nueva educación” eran castigados.
La educación en la que podemos llamar también la “educación de los caballeros” que con
su ideal social, la importancia que le da al desarrollo físico y práctico (entrenamiento militar,
equitación, caza, natación, esgrima, canto, música, buena manera, etc.) contrasta con el ideal
monástico, pero también contribuye a desarrollar las cualidades cortesía, de respeto por la mujer,
de honor, de finura en el amor, que humanizaron poco a poco las relaciones sociales, hasta
entonces bastante toscas y violistas.
2. Pero lo más importante del aporte de la Edad Media es la creación de enseñanzas
superiores o universitarias que va consolidarse en las grandes universidades europeas.
Como surgimiento de la universidad, se ve en lugar físico Italia en el 1200, por
asociaciones de profesores y alumnos en donde el comienzo de la economía mercantil y
organizaciones de municipios. De aquí en más se producen procesos nuevos en las
instrucciones, lo mismo conlleva a las apariciones de maestros libres, fueran clérigos o laicos,
dando sus enseñanzas fuera de escuelas episcopales y de los muros de las ciudades, logrando
satisfacer exigencias culturales en diversos grupos sociales.
Estos maestro llevaban a cabo la enseñanza de arte liberales o estudios teológicos los
mismos se dividían en dos ramas: “Trívium” (Gramática – Retórica- Lógica) “Quadrivium”
(Aritmética – Música – Geometría – Astronomía).Como complemento a estas disciplinas se le
suman la Medicina y el Derecho, este último refería solo a derecho romano o civil. Y por último,
a pedido de Inocencio III, se añade Teología. Estas Cuatros Facultades típicas y no exclusivas,
dominaban las llamadas Universidades Medievales, una creación original e hito cultural del siglo.
Los estudiantes elegían al maestro que querían; para los cursos que se daban un poco al
azar, cualquier instalación resultaba buena, una caballeriza tanto como la casa particular del
profesor. Para dirigirse a sus alumnos, éste se subía a una tarima o lo hacía ante un pupitre o
desde un estrado; algunas velas iluminaban el ambiente. Vestido con una toga negra con
capuchón, impartía una enseñanza esencialmente libresca y verbal. El papel era muy escaso y
los alumnos casi no disponían de libros o cuaderno. Escuchaban lo que el maestro leía, hablaba
o explicaba y luego discutían entre sí.
Como en las corporaciones, se creó en ellos una sucesión de grados (bachiller, licenciado
y doctor) cuyo carácter y termología se conservaron hasta nuestros días. Para obtenerlos era
necesario poseer los conocimientos requeridos (también se podía a cabo de algunos años llegar
a ser bachiller por antigüedad)
El bachiller podía en ciertos casos dar lecciones públicas, pero sin que produjeran siempre
efecto académico. Los profesores de teología unos se ensayaban en interpretar la Biblia, otros
más adelantados interpretaban las sentencias y los superiores la explicaban.
A los catorces años se podía entrar en la Facultad de Artes, que procedía obligatoriamente
los estudios de teología. Para enseñar las artes se requería veintiún años de edad y seis de
estudios; los bachilleres para hacerte licenciados o maestros debían estudiar dos años con un
doctor o maestro en artes. La licenciatura en teología se requería dieciséis años, siete de
estudios y nueve de práctica, y bastaban nueve para el doctorado en medicina.
El método de enseñanza fue llamado escolástico y en él los alumnos estudiaban y debatían
los comentarios al respecto. Sin embargo, en estas discusiones nadie cuestionaba lo que los
3. grandes autores decían. Su autoridad era absoluta. Es por eso que, siglos más tarde, fue
considerado como una forma escolástica dogmática de estudio.
En lo que concierne a la universidad, han encontrado que la universidad cumplió un rol
importante en la expansión de la actividad económica o “revolución comercial” en las ciudades
durante los últimos siglos del periodo medieval. También, la relación entre las universidades y
una mayor actividad comercial impulsó el desarrollo de instituciones legales y administrativas.
En la Edad Media, la mayoría de la gente no sabía leer y escribir. Los siervos trabajaban
desde la infancia en el campo y no había tiempo suficiente para aprender o no encontraban
sentido útil en sus vidas a esta actividad. Además, no había escuelas para ellos. Tanto fue así
que incluso algunos nobles eran analfabetos. Los nobles no necesitaban leer o escribir para tener
feudos.
Los emperadores entendieron que los centros de educación superior serían útiles para su
imperio y, consecuentemente, fundaron algunas universidades para ponerlas a su servicio. La
universidad contribuiría a la estabilidad del orden social, proporcionaría salud económica,
elevaría el prestigio del territorio y permitiría contar con un cuerpo experto que aconsejase o
trabajase para el emperador.
Además, contar con universidades en territorio propio permitía evitar la emigración de los
estudiantes locales a otras tierras, atraer a estudiantes forasteros adinerados que activarían el
consumo interno y contar con un centro de prestigio que permitiría competir en mejor disposición
con otras ciudades. Con el desarrollo de las ciudades se va afirmando paulatinamente el
florecimiento intelectual de la Edad Media.
El modelo de misión universitaria en la Baja Edad Media consistió en proporcionar una
mediación social orientada a beneficiar a los principales poderes sociales. Los altos estamentos
y las élites municipales, que a menudo estaban en conflicto y otras veces llegando a consensos.
Entendieron que las universidades eran un valioso recurso que había que controlar y orientar
hacia la reproducción de su respectivo poder. Se muestran que el papado y la jerarquía católica
empujaron a las universidades a colaborar en la propagación de la fe. Dando a conocer que
tenían sacerdote que no sabían leer ni escribir, estos eran los que aplicaban el método de retórica
en sus enseñanzas, en donde la educación, responsabilidad y cuidado de las escuelas quedaba
bajo la tutela eclesiástica.