El documento describe el nuevo calendario revolucionario francés adoptado en 1793 tras la proclamación de la República. El calendario estaba basado en un sistema decimal de 12 meses de 30 días cada uno más 5 días extra al final del año. Los meses se dividían en tres décadas de 10 días y los años se contaban desde 1792. El calendario no duró mucho tiempo debido a la impopularidad del sistema entre la gente.
3. En 1793, la Revolución Francesa se encontraba en grave peligro. Tras
meses de inestabilidad, amenazada por revueltas en el interior del país
y por ejércitos extranjeros que atacaban a Francia desde todas las
fronteras, los Jacobinos dieron un golpe y se hicieron con el control del
gobierno. Anteriormente, el 20 de septiembre de 1792 la primera
asamblea elegida por sufragio universal masculino, la Convención
Nacional, celebró su primera sesión. Acabó con la monarquía y
proclamó la República Francesa.
El nuevo calendario revolucionario
4. El nuevo calendario revolucionario
Poco tiempo después sería adoptado el nuevo calendario republicano,
adaptado al sistema decimal, acabando con todas las referencias
religiosas. Para los revolucionarios el viejo calendario seguía normas
irracionales, con meses irregulares, semanas de siete días que no
encajaban en los meses... fue pronto considerado algo que se tenía
que reformar.
El nuevo calendario revolucionario
Se creó un subcomité formado por matemáticos, astrónomos y poetas
encargado de crear el nuevo calendario. La estructura y normas del
calendario fueron definidas por el político Charles Gilbert Romme, con
la colaboración de científicos como Pierre-Simón Laplace . El
calendario estaba formado por 12 meses de 30 días cada uno, con 5
días extra (o 6 en un año bisiesto) añadidos al final para mantener la
correspondencia con el año solar. En lugar de semanas de siete días,
los meses se dividieron en tres "semanas" de diez días llamadas
décades. Este sistema decimal creó así un calendario mucho más
regular y organizado. Se adoptó finalmente el 24 de octubre de 1793,
pero su comienzo se fijó en el 22 de septiembre de 1792, que es tanto
el día que se proclamó la República Francesa como el equinoccio de
otoño de ese año en París. Los años se empezarían a contar desde
1792 y se escribían en números romanos, siendo el 1 de vendimiario
el primer día del calendario y del año.
Los doce meses se agruparon por estaciones (así que tenemos cuatro
5. grupos de tres meses) y todos los meses de un grupo riman,
posiblemente una idea de d'Églantine para hacerlos más fáciles de
recordar. Estos fueron:
Otoño:
Vendémiaire (o Vendimiario)
Brumaire (o Brumario)
Frimaire (o Frimario)
Invierno:
Nivôse (o Nivoso)
Pluviôse (o Pluvioso)
Ventôse (o Ventoso)
Primavera:
Germinal (del latín germen, "semilla")
Floréal (del latín flos, "flor")
Prairial (o Pradial, del francés prairie, "pradera")
Verano:
Messidor (o Mesidor, del latín messis, "cosecha")
Thermidor (o Termidor, del griego thermos, "caliente")
Fructidor (del latín fructus, "fruto")
El nuevo calendario revolucionario
Los cinco últimos días del año, primero denominados jours
complémentaires (días complementarios), después sans-culottides (en
honor de los sans-culottes) eran fiestas nacionales:
6. La Fête de la Vertu, "Día de la Virtud"
La Fête du Génie, "Día del Talento"
La Fête du Travail, "Día del Trabajo"
La Fête de l'Opinion, "Día de la Opinión"
La Fête des Récompenses, "Día de las Recompensas".
En años bisiestos, el sexto día, La Fête de la Révolution, "Día de la
Revolución"
Como hemos dicho, cada mes tenía tres décades. A los días de cada
décade se les dio nombres bastante obvios: primidi (primer día) , duodi
(segundo día) , tridi (tercer día) , quartidi (cuarto día), quintidi (quinto
día), así hasta el décadi (décimo día). En lugar de santos, cada día del
año tenía asignado o bien una herramienta (los días terminados en 0), o
un animal (los días terminados en 5), o una planta o mineral (el resto).
El nuevo calendario revolucionario: Las horas
Al igual que el calendario que como hemos visto se ajustaba al año
solar, la forma de contar las horas, fue modificada. Puestos a
cambiarlo todo, introdujeron el mismo sistema decimal para contar el
tiempo. A los revolucionarios les parecía irracional 24 horas y 60
minutos por hora: algo que no concuerda. Era más lógico el sistema
decimal. De esta manera el día tendría 10 horas, la quinta sería
mediodía y la última o cero, era medianoche. Cada hora tenía 100
minutos decimales, y cada minuto 100 segundos decimales. Ello
comportó que para poder completar un día solar, con 100.000
segundos equivalentes a nuestros normales 86.000 segundos diarios,
los segundos del tiempo de la Revolución debieron ser más cortos.
Un segundo republicano valía 0,864 de nuestro segundo normal. Un
minuto decimal era 1 minuto y 26 segundos de nuestro reloj. Y una hora
decimal, 2 horas y 24 minutos. Este sistema no acabó de convencer al
pueblo, que no logró acostumbrarse a él y duró solo seis meses.
7. El nuevo calendario revolucionario
El calendario de la Revolución Francesa no murió con la revolución, pero
estaba claro que no duraría mucho más tiempo. La mayoría de la
gente no se acostumbró a él, y las ferias y mercados siguieron
usando el calendario gregoriano. También se ha dicho que dificultaba
el comercio con otros países. Y algunos dicen que el hecho de tener
un día de fiesta cada diez días en lugar de cada domingo lo hizo
impopular, un hecho que no es cierto. Muchos lugares de trabajo, sobre
todo públicos, estaban obligados a cerrar las tardes de los quintidis,
aparte de los décadis. Así que había un día y medio libre cada diez días,
una ligera mejora con respecto a tener un día libre cada siete.
El calendario fue modificado en 1802, tras firmar Napoleón el
Concordato con la Santa Sede en 1801, para reintroducir el domingo,
exigencia de la Iglesia Católica. Y después fue abolido el 31 de
diciembre 1806 ( correspondiendo el cambio final a la medianoche del
10 de nivoso del año XIV) y por tanto comenzando ya el 1 de Enero de
1806, poco más de 12 años después de su aprobación
Aunque fue usado brevemente de nuevo tras el derrocamiento de
Napoleón, durante la Revolución de 1848 y en la Comuna de París de
1871, finalmente desapareció en el olvido, salvo por la nostalgia de
unos pocos entusiastas de la Revolución que han reconocido la gran
idea que fue y sus grandes ventajas.
Autor: Luis Pueyo para revistadehistoria.es
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Fuentes:
Elaboración propia en mi blog:
http://geoghistoria.blogspot.com.es/2016/11/el-nuevo-calendario-
revolucionario.html
Espinós, J; Masiá, P. :Así vivían en la Revolución Francesa
Yllán, Esperanza: La Revolución Francesa
http://www.archivosgenbriand.com/calendrier_republicain.html
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