1. La caída de la élite limeña
Los últimos días de “La Prensa”
Jaime Bayly
Peisa
Lima, 1996
En 1958, en el Perú, el expresidente Pedro Beltrán encabezó una Comisión para la Reforma Agraria
sin ningún resultado concreto. Seis años después, en 1964, Belaunde cumplió una promesa electoral
y dio la Ley de Reforma Agraria 15037. Enfatizó que la reforma agraria debería «poner fin a un
injusto ordenamiento social que ha mantenido a la pobreza y en la inequidad a los que labran una
tierra siempre ajena y siempre negada a millones de campesinos» y que debía cancelar los sistemas
de latifundio, reemplazándolos «por un régimen justo de tenencia de la tierra que haga posible la
difusión de la pequeña y mediana propiedad en todo el país». No obstante, la reforma que marcaría
un antes y un después, la Ley de Reforma Agraria se dio simbólicamente, el Día del Indio, un 24 de
junio de 1969. Desde entonces hasta junio de 1979 se expropiaron alrededor de 9.06 millones de
hectáreas de 15,826 predios que fueron adjudicados a alrededor de 369 mil beneficiarios. La
adjudicación de las tierras expropiadas no fue individual, pues se tenía repudio al minifundio, y se
impusieron formas empresariales asociativas, pero casi todas fracasaron. Taly como se muestra por
medio de uno de los personajes principales que fue afectado por esta reforma en, Los últimos días de
“La Prensa”, la novela satírica de Jaime Bayly.
Los últimos días de “La Prensa” (Lima, Santillana, 1996), primera novela de Jaime Bayly (Lima,
1965), describe de forma amena las vivencias de un joven, que vive en casa de sus abuelos, llamado
Diego Balbi — conocido como Balbicito por algunos— quien por recomendación de su estirada
abuela que era amiga del dueño, Larrañaga, entra a trabajar a los 15 años a uno de los diarios más
representativos de la élite limeña de la época: “La Prensa”. En este peculiar diario, Balbi se sumerge
en el mundo del periodismo por primera vez, empezando como asistente de —un hombre afectado
por sus vivencias en la segunda guerra mundial— Zamorano en el área de Internacionales, donde la
verdad no adquiere gran experiencia profesional y más bien se topa con uno de los peores lados del
periodismo ya que en este periódico convergen diversas ideologías de la época, muchos de los
periodistas son alcohólicos, hay personas con desórdenes psicológicos como Zamorano y además de
que se encuentra combustionado por la corrupción de algunos de sus integrantes que utilizan el dinero
del diario para su propia satisfacción personal. Perono essólo eso,prácticamente esallí donde explora
su sexualidad a veces por interés como con la señorita Patty y otras por puro gusto aún tratándose de
la novia de su supuesto amigo, el hijo del dueño de “La Prensa”, Francisco. Por supuesto, también
muestra cómo fueron los últimos días de este periódico tal y como indica el nombre. Claro está que
esta no es toda la historia, don Rafael—su abuelo, que en su juventud fue un agricultor que dedicó
toda su vida a su hacienda,pero desde que el dictador Velásquez se la quitó se convirtió en un hombre
quebrado, desesperado y devorado por la cólera— quien a través de cartas que le entrega a su nieto
le pide al dueño del diario que use el poder que tenía el periodismo para ayudarle a que el presidente
Correa que se la devuelva. No obstante, la primera carta se la editan porque era muy larga y no podían
publicar los improperios que lanzaba a través de la misma, la segunda Diego la intercepta pues sin
bien pedía una rectificación también amenazaba a Larrañaga, la tercera también porque lo retaba a
duelo y la última el mismo abuelo se la da a la fuerza. Finalmente, a pesar de que un día se rinde con
la hacienda tras ver su ruin estado, siente rencor por Larrañaga hasta el final de sus días.
2. Sobre Los últimos días de “La Prensa”,Florencio del Barrio hace un análisis de los juicios que los
protagonistas de esta novela hacen respecto a la lengua y su uso, poniendo especial atención en las
actitudes sociolingüísticas que estos personajes, representantes de una clase bien definida de la
sociedad limeña, reflejan ensus comentarios. Francisco Aguiló Mora,por otro lado ensu ensayo pone
en manifiesto la relevancia de la representación de las identidades femeninas andinas en la narrativa
de Jaime Bayly, argumentando que dicha representación sigue relegada a posiciones inferiores,
además de estereotipadas. Argumentando que en la sociedad limeña, el “problema del indio” no es
únicamente de carácter biológico sino en mayor grado un problema económico, de clase y status
social, de cultura y de prácticas culturales, de lengua, geografía, educación y hasta de carácter
personal. Para terminar, Iván Thais señala muy acertadamente que Bayly gracias a su gran sentido de
intuición y talento demuestra en su novela que posee en primer lugar, un gran oído y disposición para
los diálogos; en segundo lugar, la capacidad de perfilar la psicología de sus personajes con pocas
palabras y de manera inequívoca; en tercer lugar, la «fluidez» del relato que hace de sus novelas una
lectura entretenida. Y por supuesto habla de la preferencia del escritor por lo actual antes que lo
moderno.
Fundamentalmente considero que los abuelos de Diego, pero principalmente don Rafael, son una
muestra de la sociedad limeña de élite que se encontraba en decadencia debido alcontexto de la época
presentado tan satíricamente en esta novela como las dictaduras, la reforma agraria y sus
consecuencias.Ya no eranlo que fueron cuando él los conoció, doña Inésera sólo una estirada señora
cucufata que sólo sabía hurgarse la nariz y chismear por teléfono con las amigas y aunque parecía
que a ella no le afectaba tanto como a don Rafael haberse quedado sin la hacienda, y en cambio vivir
de la caridad de uno de sus hijos millonarios bien que sabía quejarse de las inminentes migraciones
de los “serranos”. Por su parte don Rafael tenía una opinión muy despectiva de los “cholos” que
trabajaban para él y sabía aprovecharse muy bien es sus tiempos de las “cholitas ricas” que vivían en
sus tierras, lo que al parecer era lo que añoraba más junto con todo el concepto de poder y libertad
sobre otros que su amaba hacienda le otorgaba.
También, no se puede dejar de lado el hecho de que nos muestra de una forma satírica, divertida y
cruda lo que puede llegar a ser elperiodismo en el Perú,o lo que fue, con sus pros y contras. Además,
es casiincreíble la manera en la que muestra el gran poder que los periodistas peruanos tenían en ese
entonces. Por otro lado, “La Prensa”, y seguro no era el único, era un periódico que más que eso
parecía un loquerío y un lupanar del cual “la Putty” era la reina. Fui así como a través de los ojos de
“Balbicito”, muchas veces cómplice, nos damos cuenta que no era tan insospechada su decadencia y
que no fue meramente porque la élite fue decayendo para ese entonces también sino que más de uno
hacía de las suyas y con esto no me refiero precisamente a trabajo pues parecía ser lo que menos les
importaba si se publicaban desde los poemas de Francisco hasta el falso obituario de Patty. En
conclusión, lo que menos les importaba era velar por su credibilidad e informar los últimos
acontecimientos.
Y no menos importante, está el ínfimo sentido moral del protagonista que es un hecho. Más de una
vez se dejó llevar, a pesar de querer cambiar la línea editorial y el estilo del periódico junto a otros
jóvenes, siendo seducido por el dinero y las facilidades que se les brindaba al ser reconocidos como
periodistas de un diario como aquel. En ningún momento se cuestiona sus actos y sólo se mofa con
otros de los ajenos siempre y cuando sea conveniente. Por supuesto al ser testigo del affaire entre
3. Patty y el político aprovecho muy bien los beneficios de quedarse callado al respecto. Y sus
monólogos interiores se reducen a esto: “Francisco está en la clínica con su tía y yo estoy
agarrándome a su hembrita, piensa.Qué chucha: Paloma es un amor.” Después de todo,sólo era un
adolescente impresionable y con las hormonas alborotadas.
Para finalizar, este es uno de los libros con los que más me reído, totalmente se lo recomiendo a todo
aquel que quiera pasar un buen rato enterándose a su vez de algunos hechos que marcaron la historia
del periodismo peruano y,por qué no, a la sociedad limeña que realmente no espresentada tandistante
de la que conocemos. Claro, essólo una sátira, pero parece tenermucho de verdad enella y su manera
cuasi caricaturesca de narrar los hechos la hacen muy rápida de leer para cualquiera que se atreva a
hacerlo y pasarla muy bien con ello.