1. Cuento sobre la contaminación
Cuento y edición realizado por Paloma Hoyos
Dibujo realizado por Lydia Gómez
Hola, mi nombre es Celia, Ce para los amigos, soy una niña de pelo castaño, de ojos azules y bastante
delgada, me apasiona pasear por los bellos campos, playas y montañas que hay en mi ciudad, una de las
cosas que mas me gusta es ir a la playa a leer un libro o simplemente a contemplar las olas, hace tiempo
comencé a darme cuenta de toda la basura que hay tirada por todos los lugares de la playa a la que más
voy y eso me entristeció mucho, ya que ver algo tan bonito lleno de tanta basura es algo muy doloroso
para mi. Dos días después me apeteció ir al campo y observe que al igual que la playa, éste estaba muy
pero que muy contaminado, comenzó a interesarme este tema e investigue por google algunas cosas que
podría hacer para que esto se viese mas bonito, sin basura y sin nada, como si ningún humano de los de
ahora (con esto me quiero referir a unos rompe ecosistemas) hubiera pasado por allí, encontré una pagina
donde había gente interesada en este tema, y encontré el Instagram de unas personas que se dedicaban
a limpiar las playas y tal. Hable con ellos y les pregunte que consecuencias había tirar basura al mar, a los
campos … Ellos me respondieron bastantes cosas, pero las que mas me interesaron fueron las siguientes;
cientos de miles de animales mueren en solo un año por la basura que tiramos, los que mas suelen morir
son los animales acuáticos o las aves, mueren gaviotas comiéndose bolsas de plástico, mueren peces
enredándose entre nuestra basura, mueren tortugas marinas, comiendo plástico, ahogándose con el
plástico y atorándose con el plástico. Esto que me dijeron me hizo hasta llorar, pregunté sobre lo que
podía hacer yo para que estas cosas no ocurriesen, dijeron que cada semana quedaban un grupo de 30
chicos para recoger las playas, pero que yo al tener 13 años iría cada lunes y viernes con un grupo de
adolescentes entre 12 y 15 años, me pareció una buena idea, solo quedaba convencer a mi madre. A mi
mama todo esto le parecía una tontería, pero al verme tan ilusionada me dio permiso.
Era lunes por fin, no podía esperar a que llegase ese día, iba ha hacer algo bueno por mi playa, a la cual
quiero mucho y algo bueno por sus habitantes marinos, los cuales me parecen preciosos y me había
propuesto salvar costara lo que costara. Al llegar me adentré un poco a las orillas de mi precioso mar, me
di cuenta de la cantidad de bolsas de plástico que había y rápidamente comencé a recoger cualquier
mínimo plástico que encontraba. Ni me lo podía creer, había hasta cristales ¡cómo una persona puede ser
tan despreciable para llegare a tirar cualquier mínimo platico a las preciosas aguas de ese mar!
Tras mi primer día de “trabajo”, cada vez que iba a la playa a leer no podía evitar cada vez que veía
cualquier mínimo plástico, levantarme y recogerlo. Ya ni leía, pero a mi me encantaba hacer eso ya que,
sentía que hacia algo bueno para mi playita J. La estaba ayudando a vivir más tiempo.
Años después, cuando cumplí 15 años comencé a aburrirme de ir siempre a la playa, y comenzaba a
levantarme temprano, coger mi bici e ir hacia un rio muy cerca de mi ciudad. Al investigar un poco, me di
cuenta de que el agua que bebemos viene de los ríos y, que mejor que quedarte además de cuidar a la
vida acuática y a nuestro paisaje y planeta que cuidarte a ti también.
Al cumplir los 16 comencé bachillerato de ciencias ya que decidí hacer algo relacionado con la biología
durante toda mi vida, ahora tengo 25 años y estoy trabajando en una agencia en la cual nos dedicamos a
ir todas las semanas a una escuela o instituto ha hablarle a niños y adolescentes sobre las consecuencias
de contaminar, y una vez al mes nos llevamos a un grupo de 30 adolescentes que seleccionamos cuando
visitamos sus institutos a los cuales les encanta este tema de cuidar la naturaleza para recoger basuras
juntos y enseñarle mas a fondo sobre este tema.