1. DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVO DE LOS ADOLECENTES
Para los jóvenes, la primera experiencia sexual está llena de interrogantes,
Sueños y miedos. No es común que recurran a sus padres en esta
Circunstancia, pero sería importante poder acompañarlos
En un momento tan fundamental.
Un paso importante:
Actualmente los varones jóvenes comienzan a tener relaciones sexuales entre los
13 y los 18 años. La edad de inicio de las mujeres se ubica entre 15 y los 19 años.
Previamente, los adolescentes experimentan una etapa de flirteo, que incluye
actividades como beso en la boca, las caricias en los senos y en otras partes del
cuerpo de la compañera y, en ocasiones, alguna forma se sexo oral.
Estos preludios eróticos dan lugar
posteriormente, a un primer contacto genital pleno, que puede resultar muy
satisfactorio si se posee una preparación psíquica y física adecuada. Puede
suceder que alguno de los dos tenga experiencia previa en el contacto sexual; si
es así, resulta posible que pueda acompañar mejor a su pareja e indique como
pueden disfrutar ambos. Esta primera experiencia constituye un factor importante
en el aprendizaje sexual, pero es probable que la obtención de placer se
intensifique en ocasiones sucesivas, cuando los jóvenes no se hallen sometidos a
la tensión de la “primera vez”, y por haber adquirido cierto conocimiento de la
práctica anterior.
2. Angustias y miedos:
Entre los temores más frecuentes que sufren los valores ante el primer contacto
sexual se destaca el falso mito de que el pene queda preso en la vagina de la
compañera, el miedo a causarle dolor si ella es virgen, o la precaución por el
hecho de que ella no lo alcance el orgasmo.
Es importante que los varones sepan que no todas las mujeres vírgenes
experimentan dolor con la primera penetración, y algunas de ellas ni siquiera
sangran por la rotura del himen, o lo hacen de forma leve. También las jóvenes
deben saber que es muy poco probable que alcancen el orgasmo en su primera
relación sexual, lo que ha de ser tenido en cuenta por el hombre.
Muchas jóvenes tienen fantasías de ser culpadas o de que se las deje de querer
luego de la primera relación. En general, los jóvenes mantienen sus miedos en
secreto o los comparten con algún amigo.
¿Cuál es el alcance de los derechos sexuales?
Puede decirse que son aquellos que permiten regular y tener control autónomo y
responsable sobre todas las cuestiones relativas a la sexualidad, sin ningún tipo
de coacción, violencia, discriminación, enfermedad o dolencia.
Para las mujeres los derechos sexuales tienen un especial significado, pues
involucran el derecho a ser tratadas como personas integrales y no como seres
exclusivamente reproductivos y a ejercer la sexualidad de manera placentera sin
que ésta conlleve necesariamente un embarazo.
3. Estos derechos se apoyan básicamente en:
La capacidad de hombres y mujeres de disfrutar de relaciones sexuales
satisfactorias.
La ausencia de toda clase de violencia, coacción o abuso.
El acceso a servicios de salud sexual que permitan atender y prevenir las
infecciones, dolencias y enfermedades que afecten el ejercicio placentero
de la sexualidad, incluidas las de transmisión sexual y el VIH/Sida.
La posibilidad de separar el ejercicio de la sexualidad, de la reproducción.
Los derechos sexuales implican, entre otros:
El derecho a reconocerse como seres sexuados.
El derecho a fortalecer la autoestima y autonomía para adoptar decisiones
sobre la sexualidad.
El derecho a explorar y a disfrutar de una vida sexual placentera, sin
vergüenza, miedos, temores, prejuicios, inhibiciones, culpas, creencias
infundadas y otros factores que impidan la libre expresión de los derechos
sexuales y la plenitud del placer sexual.
El derecho a vivir la sexualidad sin violencia, coacción, abuso, explotación o
acoso.
El derecho a escoger las y los compañeros sexuales.
El derecho al pleno respeto por la integridad física del cuerpo y sus
expresiones sexuales.
El derecho a decidir si se quiere iniciar la vida sexual o no, o si se quiere
ser sexualmente activa/o no.
El derecho a tener relaciones sexuales consensuadas.
El derecho a decidir libremente si se contrae matrimonio, se convive con la
pareja o si permanece sola/o.
El derecho a expresar libre y autónomamente la orientación sexual.
El derecho a protegerse del embarazo y de las infecciones y enfermedades
de transmisión sexual.
El derecho a tener acceso a servicios de salud sexual de calidad.
4. El derecho a tener información sobre todos los aspectos relacionados con
la sexualidad, conocer cómo funciona el aparato reproductor femenino y
masculino y cuáles son las infecciones y enfermedades que se pueden
adquirir a través de las relaciones sexuales.
¿Qué alcance tienen los derechos reproductivos?
Permiten a las personas tomar decisiones libres y sin discriminaciones sobre la
posibilidad de procrear o no, de regular la fecundidad y de disponer de la
información y medios para ello. También implica el derecho de tener acceso a
servicios de salud reproductiva que garanticen una maternidad segura, la
prevención de embarazos no deseados y la prevención y tratamiento de dolencias
del aparato reproductor como el cáncer de útero, mamas y próstata.
Estos derechos se apoyan en dos principios fundamentales:
Autodeterminación reproductiva, entendida como el derecho básico de
todas las personas de decidir sobre su posibilidad de procrear o no, y en
ese sentido planear su propia familia.
Atención de la salud reproductiva, que incluye medidas para promover una
maternidad sin riesgos, tratamientos de infertilidad, acceso a toda la gama
de métodos anticonceptivos (incluyendo la anticoncepción de emergencia) y
programas de atención de cáncer uterino, de mamas y próstata.
Los derechos reproductivos implican específicamente:
El derecho a decidir libre y responsablemente el número de hijos y el
intervalo entre ellos, y a disponer de la información, educación y medios
para lograrlo.
El derecho de hombres y mujeres de decidir de manera libre y responsable
la posibilidad de ser padres o madres.
El derecho a decidir libremente el tipo de familia que se quiere formar.
El derecho a acceder a métodos anticonceptivos seguros, aceptables y
eficaces (incluyendo la anticoncepción de emergencia).
El derecho de las mujeres a no sufrir discriminaciones o tratos desiguales
por razón del embarazo o maternidad, en el estudio, trabajo y dentro de la
familia.
5. El derecho a tener acceso a servicios de salud y atención médica que
garanticen una maternidad segura, libre de riesgos en los periodos de
gestación, parto y lactancia y se brinde las máximas posibilidades de tener
hijos sanos.
El derecho a contar con servicios educativos e información para garantizar
la autonomía reproductiva.
Estadísticas acerca de Latinoamérica
En Argentina, la Ley de Salud Reproductiva fue sancionada para reducir la
cantidad de embarazos no deseados que muchas veces ponen en riesgo la salud
de las madres”, inicio Monica Gogna, investigadora del Conicet (Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Técnicas) y del CEDES, y miembros del Foro por
los Derechos Reproductivos. Recordó que de los 700 mil nacimientos de niños
que se producen por año, 100 mil son hijos de madres menores de 19 años.
Anualmente nacen tres mil niños cuyas madres tienen menores de 14 años. “El
hospital público es el mejor lugar para que los adolescentes se informen y se
prevengan de embarazos no deseados”. En México, la fecundidad adolescente es
alta: de 8.048.266 mujeres de 12 a 19 años de edad, el 6,52% tiene hijos, y el
porcentaje más alto se presenta en el grupo comprendido entre los 15 y los 19
años de edad, Si bien la tasa de fecundidad ha descendido de 7 a 2,9 hijos por
mujer, aun es elevado el número de madres adolescentes, lo que resulta
preocupante en tanto el inicio temprano de la reproducción repercute directamente
en el índice de fecundidad a lo largo de la vida. Los nacimientos que ocurren en
mujeres menores de 20 años representan el 15,7% del total nacional, porcentaje
que aumenta sus proporciones en los grupos de menor escolaridad como jefas o
madres de familia a temprana edad.
6. En el rango de edad entre 15 y 24 años, las complicaciones del embarazo, el parto
y el puerperio concluyen la sexta causa de muerte. Por otro lado, el problema del
aborto inducido en México es relevante: datos de ENADID (Encuesta Nacional de
Demográfica) de 1992 indican que alrededor del 19% de madres de entre 15 y 49
años han experimentado al menos un aborto; entre las adolescentes de 15 a 19
años, la proporción asciende casi el 10%. Otro problema es el constituido por las
enfermedades de trasmisión sexual, y específicamente el SIDA. Si se toma en
cuenta que el periodo de aparición de la enfermedad oscila entre los 5 y los 10
años en promedio, y que el grupo de edad más afectado con la enfermedad es el
de 24 a 30 años, es preocupante concluir que ha sido durante la adolescencia
cuando se contrajo virus.