2. Por lo tanto, me esforzaré en:
Escuchar a mis estudiantes aunque eso signifique reestructurar mi
clase.
Estar atenta a su lenguaje corporal.
Recordar que mi figura representa un ejemplo para ellos(as).
Empatizar con sus alegrías y tristezas.
Sonreír más a menudo.
Extraer lo mejor de ellos(as).
Enseñarles a valorar sus vidas y
a respetarse mutuamente.
Tener tiempo para mí.
Jugar más.
Buscar el equilibrio entre exigir y contener.