1. Al finalizar este camino recorrido puedo concluir
que cada uno de nosotros tenemos las ganas de
cambiar la vida de nuestros niños aportando no
uno, sino miles de granos de arena para que
aprenda a ser feliz. Siempre he seguido algunos
consejos esenciales y otros que he visualizado y
aprendido aquí, que logran una diferencia. Por
ejemplo:
• Estar emocionalmente bien para poder transmitir esa seguridad.
•Desechar aquellas malas experiencias que tuvimos en nuestra vida y aprovechar y
enriquecer aquellas buenas que nos ayudaron a tener una emocionalidad estable.
•Ser un actor o actriz de las buenas emociones.
•Pensar y reflexionar antes de actuar.
•Mirar siempre a los ojos a los alumnos y escucharlos con mucha atención. También
enseñarles a respetar estos momentos.
•Cuando me equivoqué, pedir disculpas (enseñar que todos somos seres humanos).
•Nunca hacer notar nuestra preferencia por algún alumno.
•No tener prejuicios ni por el alumno ni su entorno (profecía autocumplida).
•Como profesor tengo el poder de cambiar la vida de alguien .
•Pensaren el niño siempre como un ser integral.
A Continuación, comparto una buena idea:
2. Ser un genio
Objetivo: Destacar los talentos y habilidades individuales de los niños.
Materiales: Papel oficio, corchetera, lápices de colores, cartulina.
Proceso:
1.- Preguntar a los niños qué significa ser “un genio”. Procurar que imaginen
en qué cosas se puede ser un genio (música, redacción, atletismo, arte,
resolver problemas, hacer amigos, etc.)
2.- Escribir talentos y otras formas de ser un genio en el papel.
3.- Leer el listado. Luego hacer que cada niño elija una o dos palabras que le
describan.
4.- Pedir a cada niño que dibuje su fotografía y que muestre en qué es un
genio. Proponerle escribir o dictar una frase que vaya con la fotografía.
5.- Grapar las fotografías para hacer un libro llamado “Todos somos genios”.
Sugerencias metodológicas:
•Dejar que hagan una pantomima de sus talentos mientras sus compañeros
tratan de adivinar lo que son.
•Profesora también aporta con su talento.