EN LA SALUD INTERCULTURAL_DESAFIOS EN CONTEXTOS ARGENTINO.pdf
COMPETENCIACULTURALesencial.educsalud.MTL2015b
1. COMPETENCIA CULTURAL:
Esencial en la Educación para la Salud
Por: Marta Torres-Lafont, MPHE
“La cultura debe ser considerada el
conjunto de los rasgos distintivos
espirituales y materiales, intelectuales y
afectivos que caracterizan a una sociedad o
a un grupo social y que abarca, además de
las artes y las letras, los modos de vida, las
maneras de vivir juntos, los sistemas de
valores, las tradiciones y las creencias.”
(UNESCO, 2001)
La cultura es el filtro que las personas
utilizan al interpretar sus circunstancias de vida,
incluyendo su estado de salud. Las creencias y sistemas de valores se mantienen con más fuerza
cuando se pierde el control sobre aspectos cotidianos a causa de una enfermedad. Incluso,
conductas como el miedo y la ansiedad son respuestas a la enfermedad que pudieran determinarse
culturalmente. Por lo tanto, más allá de reconocer diferencias en costumbres y estilos de vida en
poblaciones e individuos, se debe desarrollar la capacidad para comprender y respetar los valores,
las actitudes, las creencias y las costumbres que difieren entre culturas (Comisión conjunta sobre
Educación para la Salud y terminología de Promoción, 2000). Esta capacidad se denomina como
Competencia Cultural.
La competencia cultural (incluyendo la lingüística) puede definirse también como el
conjunto de comportamientos, actitudes y políticas que convergen en un sistema, agencia, o entre
profesionales que impulsa el trabajar eficazmente en situaciones interculturales (National
Prevention Information Network, 2011). Emplear la competencia cultural viabiliza el desarrollo
de programas y servicios que respondan a las creencias, estilos interpersonales, actitudes,
lenguaje y comportamientos de las personas que reciben dichos servicios (Administración
Discapacidades de Desarrollo, 2000). Como profesionales de la salud pública, debemos ser
capaces de reconocer el papel de la diversidad cultural y los factores de comportamiento en torno
a la accesibilidad, disponibilidad, aceptabilidad de los servicios de salud pública (Consejo de la
Fundación de Salud Pública sobre los vínculos entre la academia y la práctica de la Salud Pública,
2008).
¿Qué comprende reconocer la diversidad cultural? Una forma de definir el concepto
diversidad cultural es la existencia de culturas distintas incluidas e interactuando entre un grupo
de personas. Explorar estas diferencias es esencial para trabajar con todos los grupos
poblacionales. El respeto a la autonomía, promover la justicia social, promover activamente el
bien de las poblaciones con las cuales se interviene, y evitar causarles daño son principios de
2. COMPETENCIA CULTURAL: Esencial en la Educación para la salud
Por: Marta Torres-Lafont, MPHE
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diversidad cultural, según lo establece la Sociedad para Educación en Salud Pública de los Estados
Unidos en su código de ética.
Es imperante anudar también el concepto comunidad con la discusión de diversidad
cultural. Una comunidad se define como grupo social dinámico, constituido histórica y
culturalmente. Los individuos que componen dicho grupo social generan un sentido de
pertenencia e identidad social, tomando conciencia de sí y fortaleciendo su capacidad de
organizarse como unidad social mediante la interrelación frecuente (Montero, 2004). De esta
forma, intervenir con una comunidad requiere también incorporar la competencia cultural para
manejar eficientemente aquellos aspectos que unifican los miembros del grupo.
No se puede perder de perspectiva que la cultura no tiene que ver solamente con la producción de
sentido y comportamientos, sino también con las condiciones
históricas de poder, dominación e inequidades en las que esos
significados y comportamientos se producen (Duque, 2007).
Desde este punto de vista, podemos establecer que individuos y
grupos que experimentan inequidades similares pudieran
constituirse en comunidades, como efecto de un estado de
marginación que limite su ejercicio de poder o el disfrute de
beneficios en igualdad de condición. Por consiguiente, la
competencia cultural se convierte en punta de lanza en la
reducción de disparidades que afectan el acceso y los servicios
de salud a los miembros de las comunidades que no gozan de
los mismos beneficios que otros miembros de la sociedad.
La competencia cultural vislumbra entonces otras
características de las comunidades que no están ligadas a
elementos lingüísticos ni costumbristas como pueden ser las
desigualdades sociales, los determinantes de la salud u otras
barreras de marginación. Es por ello que un(a) educador(a) con
competencia cultural robusta reconoce cuando la pluralidad
dentro del conglomerado social se constituye en tipos de
diversidad. Algunos tipos de diversidad que podemos resaltar son la diversidad de género, la
diversidad sexual, la diversidad religiosa, la diversidad de pensamiento (intelectual), entre
otros.
Veamos un ejemplo de la importancia de considerar los tipos de diversidad. Digamos
que somos parte de la planificación de un importante y abarcador programa de servicios de salud
en Puerto Rico. Dado el caso, tendríamos que considera el aspecto de la diversidad funcional
imperante en la Isla. La diversidad funcional es relativa a aquéllas personas que presentan
limitaciones (o discapacidades) las cuales restringen su participación en la sociedad y afectan el
ejercicio de ciertas funciones de la vida cotidiana. En Puerto Rico, para el año 2012, se
contabilizaron unas 300 mil personas con impedimento. Otro tipo de diversidad existente es la
diversidad por edad. Una encuesta de comunidad en 2011 determinó que alrededor del 20 por
ciento de la población puertorriqueña era de 60 años de edad o más (Junta de Planificación, 2013).
Lo anterior es meramente una posibilidad de análisis dentro de un amplio escenario de salud que
se podría complicar o facilitar en la medida que se consideraran las diversidades junto con las
necesidades de la población.
La competencia
cultural debe
contemplar
características que
necesariamente no
están ligadas
a elementos
lingüísticos ni
costumbristas como
la desigualdad social
y los determinantes
de la salud.
3. COMPETENCIA CULTURAL: Esencial en la Educación para la salud
Por: Marta Torres-Lafont, MPHE
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¿Tener conciencia o sensibilidad cultural es sinónimo de poseer competencia
cultural? No exactamente. Ser individuos conscientes o sensibles a elementos culturales
ciertamente es beneficioso en nuestra profesión. Sin embargo, eso no necesariamente añade un
énfasis operacional a nuestra gesta de salud. En cambio, la competencia cultural sí se caracteriza
por suscitar modificaciones operacionales y estructurales en instituciones o programas de salud
que respondan a la diversidad cultural. Aprovecha cada oportunidad para ampliar tu competencia
cultural. Esta competencia aplicada mediante el respeto y una genuina empatía es una herramienta
eficaz para la educación y promoción de la salud.
8 CONSEJOS PARA EXPANDIR TU CONCIENCIA CULTURAL:
1. Haz una introspección de tus creencias y prejuicios. ¿Cuán receptivo(a) eres ante
diferencias en raza, nivel social, creencias religiosas/espirituales, generación u
orientación sexual? ¿Cuán tolerante puedes ser ante las personas que piensan, viven y
actúan distinto a tí?
2. Acepta tus diferencias. ¿Cuáles son tus valores y creencias? ¿Cuál es tu trasfondo
cultural? ¿Cómo te comportas ante grupos o personas distintas a tí?
3. Reconoce tus limitaciones. ¿Con qué poblaciones o individuos se te dificulta
interactuar?
4. Familiarízate con elementos culturales de las poblaciones a intervenir tales como raza,
orientación sexual, género, creencias religiosas o espirituales, tradiciones, vocabulario o
jerga.
5. Observa el estilo de comunicación, hábitos alimentarios, costumbres y sentido del humor
de las poblaciones o individuos a intervenir.
6. Intenta comprender sin enjuiciar las creencias en salud de las personas y sus
expectativas en salud.
7. Identifica posibles factores que determinen o incidan en la salud de los individuos o
poblaciones a intervenir (situación política, economía, creencias, accesos, otros).
8. Presta atención a cómo los miembros de una población se perciben e interpretan su
situación de salud.
Referencias
Agustina Palacios Javier Romañach. (S.F.) El modelo de la diversidad La Bioética y los Derechos Humanos como herramientas para alcanzar la
plena dignidad en la diversidad funciona
Duque-Páramo, M.C.(2007). Cultura y salud: elementos para el estudio de la diversidad y las inequidades.
Junta de Planificación. (2013). Informe de la junta de planificación al gobernador de Puerto Rico. Suplemento especial: Adultos mayores.
http://gis.jp.pr.gov
http://nccccurricula.info/culturalcompetence.html
National Prevention Information Network (2011): www.npin.cdc.gov
Thomas, N.D. (2001). The importance of culture throughout all of life and beyond. Holistic Nursing Practice: The Science of Health and Healing,
15(2), 40-46
UNESCO (2001). Prefacio de la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural.