2. VOCES DE LA TIERRA
EL CAMPo.raíz de la nación
SAGARPA
Diseño Gráfico y Editorial
Medardo Treviño Cruz
Lic. Enrique Martínez y Martínez
Secretario de SAGARPA
Dr. Jorge Galo Medina Torres
Director General de Desarrollo
de Capacidades y Extensionismo Rural
Lic. Juan Manuel Verdugo Rosas
Subsecretario de Desarrollo Rural
Mtro. Medardo Treviño
Cordinador General del Modelo
El Campo. Raíz de la Nación
Moisés Abel García Flores
Director General del Instituto
Reynosense Para la Cultura y las Artes
M.A.P. Roxana Aguirre Elizondo
Directora de Extensionismo Rural
Biol. José Ángel Domínguez Vizcarra
Director General de Desarrollo y Difusión del INCA Rural
C.P. Ligia Noemí Osorno Magaña
Directora General del INCA Rural
Texto
Medardo Treviño
Fotografía
Medardo Treviño Cruz
Retoque digital y Edición
Medardo Treviño Cruz
Francisco Corona Montemayor
3. FOTOGRAFÍA: MEDARDO TREVIÑO CRUZ
las ALAS DEL ARRAIGO
Lic. enrique martínez y martínez
SECRETARIO DE SAGARPA
Si nos remitimos a la definición de la palabra
agricultura encontraremos respuestas acerca del
origen y la naturaleza de los objetivos que rigen esta
secretaría:cultivarlatierra.Peronosóloeslatierrala
que merece y necesita atención y cuidado, sino tam-
mbién los hombres y mujeres que con su traba-
jo hacen posible su desarrollo. Partiendo de que
la cultura expresa la identidad del hombre con
sus raíces, con su entorno y con las tradiciones
que están profundamente arraigadas en el cam-
po, nos hemos propuesto la realización de una
serie de acciones que fortalecen al medio rural
de manera integral. Nuestra propuesta funda-
mental es impulsarlo mediante un extensionis-
moholístico,esdecirqueincluyatodasycadaunade
lasetapasdelaproducciónagroalimentaria, desdela
siembraylacosechahasta ladistribuciónylacomer-
cialización;asísecompletaelcirculovirtuoso y surge
unanuevadinámicaysinergiaentrelasinstituciones
y los hombres y mujeres del campo que quieren
decidir y participar en el cambio de nuestro país.
Resultado de una exhaustiva investigación que reve-
la el amor y compromiso imperecedero con sus tie-
rras, el programa “El Campo. Raíz de la nación” de la
Dirección General de Desarrollo de Capacidades y
Extensionismo Rural de la SAGARPA busca dar voz
a los habitantes y líderes de opinión de estas comu-
nidades,brindándoleslaoportunidaddeexpresarse,
comunicarse y comprendersuvalorenestemomen-
to histórico; pone en marcha programas técnicos y
científicos, a la vez que instrumenta una serie de
acciones y estrategias que promueven el desarrollo
humano integral al establecer un diálogo abierto
con el hombre de campo, con sus sueños y deseos
más íntimos.
Productos de este proceso son una radionovela
rural y un cortometraje, además de dos obras de
teatro: Cadenas, Cadenitas, Cadenotas, texto que
fortalece los lazos de amor y responsabilidad entre
diferentes generaciones, y Volando al sol, que se en-
carga de difundir el nuevo modelo de extensionis-
mo, y en cuya representación participan compañías
de teatro campesino de diferentes estados del país.
Este libro, Voces de la tierra, recoge las experiencias
y el sentimiento de hombres y mujeres que confían
en su tierra y que, como dice el autor, no huyeron de
su lugar de origen, sino que se mantuvieron siem-
pre fuertes, como corazas defendiendo sus terruños
ante tempestades, heladas y sequías, ante aban-
dono y olvido institucionales o el adiós de los hijos.
Textos vibrantes, vivos y vitales que nos hablan so-
bre la necesidad de poseer raíces firmes; imágenes
poderosas de hombres, mujeres y niños orgullosos
de ser habitantes de sus tierras, convencidos de pert-
enecer a un campo poderoso, lleno de luz, porque
saben que la única aridez desfavorable que existe
está en la mente de quienes no conocen ni aman
nuestra tierra.
4. De Viva VozEn Las voces de la tierra hablan hombres y mu-
jeres que cultivan la paciencia: paciencia para es-
perar el siguiente ciclo de la cosecha, para espe-
rar que la luna cumpla su eterno compromiso con
estaciones, meses y años, que la semilla germine y
se consolide en los procesos internos con la tierra.
Hombres y mujeres del campo, gigantes defensores
de su origen -de nuestro origen- que mantienen un
compromiso vital e imperecedero con las voces de
su tierra. Hasta ellos se dirigió la mirada de Me-
dardo Treviño, quien, con su habitual sensibilidad,
habla en este libro con ellos, por ellos y para ellos.
Las voces de la tierra es un libro de testimonios, un
libro de palabras y murmullos, de silencios y miradas.
Un libro que, a través del monólogo, hace surgir ante
nuestrosojoslasvidasylossueñosdeaquellosquehan
estadosiempreenelcrucedevarioscaminos,esperan-
do que el siguiente año sea mejor: que exista buena co-
secha, que el proyecto de vida se consolide, que algún
día regresen los hijos que se fueron. Un libro hecho de
voces que surgen desde los distintos rincones de Mé-
xico -Nuevo León, Chihuahua, Michoacán, Colima,
Oaxaca, Tabasco- y que, a menudo, no necesitan más
deunasolapalabraparadescribiryrevelarsuentorno.
Finalmente, un libro que es un diálogo del au-
tor consigo mismo, un diálogo del escritor con
el hombre de campo que cumple con una obli-
gación fundamental: darle voz a sus ancestros, a
aquellos que sienten aún el orgullo de su campo,
de su origen, de pertenecer a la tierra mexicana.
En este viaje, el maestro Medardo es acompañado por
Medardo Treviño Cruz, fotógrafo. Las fotografías de
Treviño Cruz capturan el instante preciso, la mira-
da justa que expresa el sentir de estos habitantes de
nuestras comunidades rurales que siguen siendo aún
el sustento de nuestro país, de nuestro México. Son fo-
tografíascargadasdeverdadespoéticasquerevelanlos
añosdeluchadelosmoradoresdenuestrosmontes,de
nuestras praderas, de nuestros desiertos, de nuestras
costas y, en fin, de nuestras benditas tierras. Las voces
de la tierra es un libro que reúne dos miradas, la de un
escritor y la de un fotógrafo, ambos hombres de cam-
po: la palabra y la imagen se entrelazan para dar for-
ma y énfasis a los sueños, esperanzas, deseos y com-
promisos de hombres que siguen hablando desde el
pasado -desde la cultura de nuestros ancestros- a estos
nuevos tiempos, a este nuevo siglo de luz y adelantos.
Este libro es producto del esfuerzo que desde la
SAGARPA se hace, a través del programa de Exten-
sionismo Rural, por difundir el diálogo entre genera-
ciones, fortalecer los lazos que nos unen con el campo
y formar las consciencias de nuestros compatriotas.
Pero es, sobre todo, una prueba irrefutable de que
hay miles y miles de hombres que están y seguirán
estando orgullosos de estas tierras, de este campo
mexicano, de nuestra nación, de nuestro México.
Dr. jorge galo medina torres
director general de desarrollo de capacidades y extensionismo rural de la sagarpa
5. EL CAMPO. Raíz de la nación
Ahí han estado, siempre, desde el prin-
cipio del mundo, desde que la luz de-
scubrió paisajes y esperanzas, surcos
y deseos, sueños y valles, montañas y
suspiros, mares y ríos que siempre se
encuentran, caminos que conducen
eternamente al centro de la tierra, ahí
están añorantes de su terreno, abraza-
dos de los terrones de su parcela como
almohada placentera, confirmándose
que donde pisan es el centro del uni-
verso, el mero ombligo del mundo.
Ahí están mimetizándose con su en-
torno, con sus viejos y nuevos tiem-
pos. Los surcos resecos, sedientos de
la tierra, se han apersonado en sus
rostros, forjando historias, escon-
diendo recuerdos, años, sonrisas y
enojos, iras e impotencias, de todo
eso los han marcado los tiempos.
Rememoranelpasado,vivenelpresente
ysabenqueseaferraránalfuturo,quesi
hay que morir algún día, como el desti-
no lo señale, será en sus campos, en sus
tierras, en el puente de dios. Será sem-
brando un grano de maíz, será quitán-
doles todas las malas guías al tomate,
y afianzar una con raíz poderosa a la
tierra. Saben que ahí estarán siempre
y nunca los abandonarán sus muer-
tos, ni sus deseos de hacer el me-
jor mole pa la boda del hijo, aunque
el hijo haya emigrado hace más
de quince años a Estados Unidos
porque aquí ya no encontró ningu-
na posibilidad de afirmar su historia.
Descubrirse aferrándose a los ciclos de
la luna, a los movimientos del univer-
so , y aún estar orgulloso de ser parte
importante, fundamental de esta tie-
rra, de este campo que continua en es-
tos días dando de comer a un país, a
millones y millones de mexicanos, a es-
tar seguros que su campo es la nación,
es el país. Que se vive en un México
que abastece, que aún sigue sostenien-
do un lugar privilegiado entre los
países productores de alimentos más
importantes del mundo. Y saber que el
destino puede variar en cualquier mo-
mento, cuando los ciclos naturales de
la tierra, de las lluvias, de los vientos se
alteran por los drásticos procesos que
sufre el planeta y sin embargo siguen
ajustando sus sueños y sus deseos a los
nuevos cambios, porque seguros están
que aquí en el centro de todo está un
corazónfortalecidoquesiguecreyendo
en si mismo, que sigue haciendo que
palpite completamente una nación.
Voces como las de Don Rafael Hernán-
dez en Galeana Nuevo León, Doña Eva
Bazán en Zimatlán de Álvarez Oaxaca,
Don Gregorio en Tapijulapa, Tabasco,
Doña Conchita Prudencio en Cómala,
Colima. El arquitecto Gonzalo Rojas
de Sherán, Michoacán, como Grego-
rio José Castellanos el vendedor de
flores en Oaxaca que solo cultiva rosas
pa ver bonita su parcela, o la indígena
purépecha, doña Elvia Rojas Hernán-
dez que logró inculcarle totalmente al
hijo el amor a su tierra, y lo mandó a
la ciudad a estudiar arquitectura para
que regresara a su terruño simple-
mente para ayudar a fortalecer junto
con ella y el resto de su familia el arrai-
go por estas sus tierras de luz.
Voces que brotan de los poros, que
surgen de todos los tiempos, voces
también de hombres longevos, sa-
bios, que aun se siguen comunican-
do con las aves en el lenguaje ances-
tral pa ver si viene o no la lluvia, que
siguen conservando su eterna y mad-
rugadora cita con el rocío, porque es-
tán convencidos que este es la caricia
de dios. Hombres y mujeres que aun
siguen aferrados con veinte uñas a la
esperanza, totalmente convencidos
que el trabajo dignifica su labor, que
solo con trabajo y amor se puede fun-
dar una nación, que saben mezclar
amorosamente los ingredientes para
producir el mejor mole, que cortan a
tiempo la rosa de la parcela para que
no pierda su color. Voces de ancianos
que siempre le han apostado todo a
la tierra y que a veces lloran lágrimas
amargas de frustración por no po-
der comunicar y encontrar oídos aten-
tos a escuchar verdades sin perjuicios
y gritar al aire para hacer conscientes
de ese amor al campo a sus hijos.
Voces y rostros de hombres y mujeres
cuidando, conviviendo eternamente
con su cielo, sus montañas, y sus cam-
bios de estación que marcan los ciclos
FOTOGRAFÍA: MEDARDO TREVIÑO CRUZ
6. de su cosecha. Voces y rostros y almas de hombres y mujeres que
seguros están del legado que les dejarán a a las nuevas generaciones.
Hombres y mujeres viejos conviviendo con jóvenes, compartiendo
conocimientos, hombres y mujeres de nuestro campo que algún
día fueron beneficiados con un apoyo , un programa de
SAGARPA y reconstruyeron su vida como es el caso de Doña Eva
Bazán que se convirtió en una de las productoras de mole artesanal
más importante del país.
Jóvenes extensionistas, hijos de agricultores, de hombres y mu-
jeres rurales que aun le apuestan al campo como su principal me-
dio de subsistencia, jóvenes que están conscientes que hay que
establecer nuevos modelos de Extensionismo, de apoyo, de lle-
var las nuevas tecnologías a los hombres del campo, y valorar,
fortalecer juntos, nuevas forma de producción utilizando los
dos conocimientos: el ancestral con las actuales tecnologías.
Este es un libro de voces, un libro de almas, un libro de miradas,
un libro de voces que claman al futuro, al viento. Un libro de voces
vivas, de sueños, de nubes en los ojos, de miradas que se derraman
en los verdes de nuestros campos, de oídos siempre atentos a las
buenas fortunas.
Un libro de buenos deseos, un libro que revaloriza a nuestros
hombres de los montes, a nuestros hombres de piel que se ha
vuelto de cobre por tanto recibir diariamente y de frente al sol.
En ese libro se encontrarán testimonios, rostros, miradas que
sueñan, que tiene esperanzas, miradas que también acusan, que
señalan.
Miradas que cuestionan, que se niegan a ser solo un dato estadísti-
co en los programas de los gobiernos. Hombres, mujeres y niños,
que habitan las esquinas de los montes, en el centro de los campos,
hombres rurales que están ahí nomas pa que no se nos olviden
nuestros orígenes.
Estelibroespartedeunproyectoqueenglobaunaseriedeacciones,
que planea SAGARPA, donde la voz principal es la del hombre del
campo y nos permite escuchar sus sueños, deseos, impotencias,
frustraciones y buenas esperanzas.
medardo treviño
coordinarod del modelo el campo. raíz de la nación
8. VOCES DE LA TIERRA
Recorriendo los tiempos, confirmando recuerdos,
reafirmandolosespacios,lasvocesdelatierrasurgen
desde sus entrañas, desde todos los tiempos, desde
que se configuró el primer sueño, el primer recu-
erdo. Todos testimonios de hombres y mujeres que
le apuestan a sus sueños, a sus deseos más íntimos.
Este libro se nutre de ellos, del recorrido que hi-
cimos por seis estados: Nuevo León, Chihuahua,
Michoacán, Colima, Oaxaca y Tabasco. Hombres
y mujeres que desean ser escuchados, que anhelan
encontrar oídos sensibles a sus palabras, que de-
sean ser reconocidos sin prejuicios. Ancianos que
siempre han estado ahí, que no recuerdan ni en qué
año llegaron a la vida, porque la fecha de su naci-
miento quedó oculta en el pasado, porque han sido
tantos los años vividos. O testimonios de jóvenes
que desean formar un bosque que sirva de pulmón
para sus tierras áridas, que atraiga la lluvia a ellos
y que se funde un lago con los chorritos de lluvia
que caen desde las montañas de su tierra verde.
Al iniciar el proyecto “El Campo, Raíz de la Na-
ción” se quiso eso: escuchar las voces de aquellos
que aún creen que el campo es una nación, que
México es el campo, que están ahí precisamente
como guardianes que salvarán y unirán todas las
regiones. Guardianes poderosos que, como gi-
gantes de piedra y alma, se aferran a estas tierras.
Este viaje que el equipo realizó fue un viaje al
interior del alma de México, al interior de un
país de seres humanos nobles, que lo engrande-
cen, lo fortalecen, que toda la vida se han pasa-
do resguardándolo, cuidándolo, soñándolo.
MEDARDO TREVIÑOPalenque de Mezcal Artesanal, Matatlán, Oaxaca.
10. 18 19
-No hay prisa, dijo Don Rafael
Hernández a nuestro llamado, si pa
todo hay tiempo.
-¡Don Rafa!, ¡Don Rafa! ¡Venga!
-Aquí andamos, aquí... Dijo desde la
nopalera que está al entrar del terre-
no de su casa, allá en las entrañas de
la sierra madre, allá en Nogales Nue-
vo León.
-Don Rafa, es tarde, estamos en la
sierra, se nos va la luz para regresar
por estos caminos. Dijimos, preocu-
pados por las altas horas del día.
-Ta bueno, ta bueno…
Contesta y sigue limpiando tunas
con las manos callosas, duras, con
las manos de piel gruesa que no le
hacen nada las espinas.
-¿De donde vienen? ¿De Monterrey?
-Si, de Monterrey venimos ahorita.
-Vienen a ensuciarse acá a la tie-
rra, ¿cómo se le hace aquí? ¿Que le
parece estas tierritas?
-Muy bonito, Don Rafa.
-¿Ta bonito? ¿Así bonito? ¿Nomás?
Pregunta sin voltear la cabeza,
hablando al aire, sabiendo que será
escuchado para el sitio que quiera
dirigir su voz.
-¿Ta bonito?
Vuelve a pregunta sin esperar
respuesta, sin expresar nada en su
rostro de noventa y cinco años. Nos
concentramos en ver sus manos
morenas, como de carbón apagado
por la lluvia, moverse entre las pen-
cas del nopal, echando las tunas en
un bote de plástico, el envase que se
desecha de las pinturas.
-Si es muy bonito, si. –repite.
¡Es tarde! Digo….. y se hace un si-
lencio…
-¿Eh?
- Vámonos, Rafa. Se nos acaba la
luz.-Casi suplico.
-¿Mande?
-¡Véngase a platicar!
-Orita, nomas deje cortarle unas tu-
nas, ¿no le gustan?
-Te ayudamos a cortarlas, no te
apures vamos a platicar.
-Hay más tiempo que vida.-Dijo, sin
moverse.
Y si, al parecer la noche lo entendió
y las sombras se detuvieron entre
las ramas de los árboles, se toparon
con la pared de la casa de Rafa, de
don Rafael Hernández, que él hizo
con sus propias manos, trayendo la
piedra desde lo más alto de la sierra,
hace más de sesenta años.
-Pásenle a la casa si son gustosos.
-Gracias, Don Rafa, claro que sí.
-¿Como están?-Vuelve a preguntar.
¿Qué andan haciendo por acá? ¿Vie-
nen de Monterrey? ¿O de dónde?
Dicen las voces, que aquí siempre se
escuchan, que vienen de SAGARPA
, de la capital.
-Si, queremos platicar con usted, del
campo, de su casa, sus tierras, su fa-
milia, de todo…
-Pásenle, deje les traigo pa´ que se
sienten, yo los atiendo, ahí vengo…
-Aquí estamos bien don Rafa, por la
luz para la foto….
-Mi casa es bonita…. Pásenle si tiene
gusto…
-Usted está orgulloso de ella.
Platíqueme, como construyó su casa
-El maistro albañil me cobraba tres
pesos el día y la comida y a mi me
tocaba jalar la piedra desde la sierra.
Esta piedra así como está de bonita
es mano de nosotros. Yo la labraba
Con la hacha, una hachita de cor-
tar leña. Le iba dando forma así y
así con el hacha, hasta que la cuadra
uno, le da cara a la piedra pa que este
bonita pal que la vea y no le haga el
gesto.
LAS TUNAS Y EL ROCíO DE DON RAFA.
“No hay nada como estar
en este pedacito de tierra”
–Don Rafael Hernández
11. 20 21
Señala orgulloso su casa de piedra.
-Yo tengo aquí desde 1935, desde que
puse mi rancho, yo ya vivía aquí, an-
tes de que esto se convirtiera en ejido,
en el 42. Primero era un rancho con un
dueño que era dueño de toda la tierra,
lo mataron en la revolución, se llamaba
Aureliano Meléndez. y a Joaquín, su
hermano, porque ellos se fueron a pe-
learaversisalvabansupatrimonio,pero
pos no, ganó la revolución. Andaban
peleando contra los revolucionarios.
Los ricos andaban con los soldados.
Se da de golpecitos en la frente pa
tocarle la puerta a los recuerdos.
-Cuando mataron a Madero no hubo
revolución sino hasta 1913 que se jun-
taron todos los generales, aquí en San
Juan de Mimbres, en un lugar que es
de nosotros, que se llama Tejocotes.
De allí vino José González Núñez;
vino José Chacón el jefe de los dorados
de Villa; vino Emiliano Zapata; vino
Francisco Villa; vino Hilario Gutiér-
rez, Carrera Torres. ¡La revolución! Ni
en el gobierno, ni en el museo de Méx-
ico está como fue la revolución.
- ¿Cómo fue?
- La revolución, mire por eso le estoy
platicando… Ahí se juntaron todos
pa saber que partido iban a agarrar.
Venían a poner un presidente porque
Villa no quiso serlo, ni ningún de
ellos quisieron nada. Yo todavía no na-
cía, yo nací en el 24.
Se queda en silencio, hace cuentas con
sus dedos, trata de que ellos le regresen
la verdadera edad que tiene.
-Tengo 90 años, o 95, o casi cien y subo
la sierra esa corriendo. Pero estoy malo
de mis ojos, es lo que me arruina. Esos
cerros pa mi ¿Qué son? No hay nada
como estar en este pedacito de tier-
ra y la quiero mucho porque aquí me
crie, aquí nací, aquí se murió toda mi
ascendencia, toda mi gente y ya nomas
yo quedo de mi gente.
- ¿Usted nunca se ha ido? ¿Ni ha pensa-
do en irse de aquí nunca? –Preguntam-
os sabiendo de antemano la respuesta.
- Ni me iré, trabajé mucho fuera de
aquí, pero el dinero no llegó. No es ci-
erto que está allá afuera nomas al esti-
rar la mano. Allá lejos solo va uno a dar
lastimas, va uno a pedir de comer, y a
escondérsele al hambre que lo corre-
tea de diario, va uno a andar sin ca-
misa, sin huaraches y si no sabe cuidar
el dinero menos porque el que ya nace
con el destino torcido pos ni vuelta
atrás… Decía mi padre: Nosotros, hijo,
acá en los ranchos, la mayoría semos
como la feria…Un centavo…
Y busca en su pasado para replicar los
movimientos que hacia su padre cuan-
do explicaba la diferencia de ser pesos
y centavos.
-Mire, un centavo no puede ser un
cinco, ni un cinco puede ser un diez,
ni un diez puede ser un veinte… pero
un peso si pueden ser cinco o diez o
veinte o mil pesos. Un peso ya cuenta,
la gente de peso son los ricos… Y uno
que vale un centavo, se muere siendo
centavo, porque uno nunca va germi-
nar Y no hay
posibilidad de nada, porque los tiem-
pos de los hombres están escritos des-
de la naturaleza.
-¿O sea naciste pobre y pobre vas a
seguir? –pregunto.
-Pobre vas a morir, aunque hay
instituciones y hay programas como
los que tiene SAGARPA o el DIF, que
están hechos, pa sacarlo a uno de todo,
hay mucha gente que le hace la lucha
y que tiene conocimientos, pero debe
traer en su cerebro las ganas de dejar
de ser centavo, que tenga claro en su
mente su futuro, para salir adelante. Y
que la suerte no le de gato por liebre.
-¿Usted fue de centavo o peso?
-Jui de centavo.
- ¿Y ahorita Don Rafa?
- Pus toy igual, de centavo. Pero tengo
hijas que son profesionales. Tengo una
licenciada, tengo dos maestras, ten-
go una que es jefa de computadora en
Chicago y tengo un hijo aquí trabajan-
do, no pus mi familia esta acomodada.
-¿Su familia si es de a peso?
-Si señor, porque yo pensé estudiarlos,
siguiendo los consejas de los viejos de
antes que decían: “Esta mesa teniendo
comida, migajas comes”. Yo siempre
toqué las puertas adecuadas a mi tra-
bajo y mis necesidades. Sabía que tenía
que poner a estudiar a mis hijas, y mire
Dios me ayudó, ahora ellas me hicier-
on una casona que no la merez
“Aquí está la
vida, aquí está
la libertad,
la paz”
Don Rafa
12. 22 23
co, la amueblaron y me dicen no tra-
baje papá, le mandamos dinero, yo
pa que quiero dinero hijitas, les digo,
a mi me gusta mucho mi rancho.
- ¿Ama tanto su rancho?
-Si. Aquí está la vida, aquí está la
libertad, la paz, para vivir uno bien
tranquilo y que tenga duración, sola-
mente en un lugar de estos; aquí
uno recibe oxigeno, aquí recibe uno
el rocío, aquí ve la luna, aquí ve las
estrellas. Yo desde aquí he visto nac-
er y morir estrellas, un día se apagan,
y puf, ya no están. Desde aquí se ve el
sol, cuando se mete y como la tierra
gira alrededor de él. Aquí come uno
su tortilla limpia, aquí andas en las
tierras, todo limpio. Y con eso siem-
pre fuí un hombre feliz. Mucho muy
feliz. Mecriemuyfeliz.¡Ycómono,si
diostodoslosdíasmemandaelrocío!
-¿Cómo es el rocío?
-El rocío cae a las cinco y media de
la mañana. El rocío ese es pa la du-
ración, cuando amanece bien rosao
bien rustillado, uno se quita su som-
brero, da gracias a Dios, se quita la
camisa y se revuelca en el zacate a que
le moje el roció, porque esa es una
bendición que Dios manda. ¿Usted
sabe lo que es rocío, verdad? El roció
es una bendición de Dios. Al sereno
lo llama el agua, donde serena hay
agua, donde no serena no hay. El ser-
eno es de ciudad, aquí cae rocío, por
eso las plantas se ponen muy bonitas
y todo y alegre y todo, se pone alegre
el campo .
-¿Y tú te pones alegre con el roció?
-Pus claro, decían nuestros padres:
“Para que tengas duración, hijo,
necesitas levantarte temprano y dor-
mir poco. El sueño acaba a la per-
sona”. Todavía vivo y estoy así de
fuerte porque todo el día ando aquí,
afanándole; me acuesto a las once,
a las doce ya comienzo a dormir y a
las tres ya estoy despierto, ya no du-
ermo. Me levanto, aún es de noche,
y ahí estoy sentado, pensándome, el
hombre debe tener tiempo para pen-
sarse. Y le pido a Dios me de licencia
de andar, no puedo pensar otra cosa.
-Eso le pides a Dios ¿andar?
-¡Vivir!Vivir,si–Ysumiradapersigue
la primera vereda que encuentra, la
que llega hasta donde está sentado y
cruza el puente de Dios y se interna
entre las piedras de La Sierra Madre.
-Por estos caminos de aquí, por
esta sierra. Y que nos de vida, si
Dios nos dá un año, o un minu-
to, o un mes más de vida, eso vale
más que cien millones de pesos.
Dice entre murmullos y se ríe, se le
descubre una sonrisa allá perdida
entre tantas arrugas.
-¿Y tu mujer? -Le pregunto.
-Un día le dije, ¿te vas conmigo? Si,
pues y ya.
-¡Y te la llevaste!
-Pus sí. –Y por fín suelta la carcajada.
Amplia, grandota, desdentada.
-La primera mujer ¿cuántas mujeres
te robaste?
-Me robé como unas 5.
- ¡5 robadas!
-¡5 casadas…! Una vez venia del
otro lado y me hallé una, en Ray-
ones, muy bonita, se llama Lola mi
esposa, le dije, mañana te vas con-
migo y dijo no, yo no voy, yo no voy
a ir, toy comprometida. No le hace,
mañana vengo por ti. Llegué a las
cinco de la mañana, ella ya esta-
ba haciendo café, deme una taza de
café, le dije, y vámonos. Sus tatas ni
cuenta se dieron, estaban dormidos.
Nos vinimos por todo el camino de
Rayones hasta que llegamos aquí, a
este lugar, a mi rancho. A este nid-
ito que me tenía Dios pa hacer cre-
cer, formar una familia, trabajar,
sembrar el maicito y el aguacate. ¿A
poco no es bien fregón, pensar que
este aguacate se come allá en la ciu-
dad? Pobrecitos ¿verdad?, no pueden
sembrar sus alimentos…. Pero pos
pa eso estamos nosotros, ¿o no?
Y estaba servido el banquete, un pla-
to grande repleto de tunas, abiertas
en dos, con sus cientos de semillas
plagadas de miel….
-Pronto que vengan de nuevo será
temporada de nueces, y de aguacates
y de mazorcas y de granadas…..
pos de todo nos dan estas tierritas.
¿Cómo no quererlas?.
“Este es mi nidito,
que me tenía Dios
pa´formar una
familia”
Don Rafa
13. 24 25
Y allá, al voltear del camino, nomas al
brincarlalomaestádonMartínHernán-
dez, parado, esperando, siempre como
esperando para iniciar un dialogo.
-Los viejos siempre esperamos con
quienplaticar,siemprebuscamosquien
nos haga revivir de nuevo los pasa-
dos…. Pos uno ya está viejo… Bueno,
mi papa ese si está viejito, allá vive por
el monte, al cruzar el río, mas pallá del
puente de Dios, él ya ta viejito, tá tulli-
do. Mi papá tiene como 101- 102 años,
está nada más acostadito en su cama,
fuera de su mente, nomás esperan-
do que va yamos a verlo, que le lleve-
mos algo que comer. Pero su herma-
na mayor tiene como 105- 106 años,
esta quebrada, anda en silla de ruedas,
vive de aquel lado del arroyo. Por don-
de vivía yo, antes de quedarme solo.
Tenía mi rancho y familia, pero lue-
go se me desbalagaron todos, mu-
rió mi señora y me vine a vivir aquí.
Los hijos se los llevaron las veredas,
las ganas de vivir, porque aquí no hay
ninguna oportunidad. Hijas están en
Galeana, como unas cuatro, dos más
están por allá, juera de aquí. Tengo se-
tenta y siete años Y toda mi vida he
vivido aquí, dedicado al campo to-
talmente. Ahí teníamos naranjitas,
allá también sembraba maíz, frijol,
teníamos nogales plantamos la mi-
tad de esa nogalera, es mía y aque-
lla otra de allá también. Todos esos
árboles que usted ve desde aquí son
nogales, unos injertados, otros co-
rrientes. Los injertados son los que
dan la nuez grande, la corriente es más
chica. Luego allá de aquel lado tengo
otra laborcita también de puro nogal.
De aquel lado puede ser una media
hectárea y aquí de este lado otra me-
dia hectárea y allá de aquel lado son
como unas dos hectáreas de nogal
y ahorita tengo un pedazo de huer-
ta plantada de chabacano y aguacate.
Aunque la mayor parte de mi tierra
se quedó sin sembrar porque ya solo
yo, pos ¿pa que?… No puedo cri-
ar animales, y luego ando malo …
Toda mi vida me he dedicado al campo.
Allá en aquellos años cuando estuve
nuevo, compraba animales y revendía,
anduve yo de socio con un amigo que
ya murió… él tenía un entrego en Méx-
ico, de burros, de chivas, de vacas, lo
que encontrara y yo los juntaba aquí,
se los llevaba él cuando completaba el
camión, los iba a aventarlos, a vender-
los allá a México. Nuestra vida primera
era muy dura porque tallábamos lechu-
guilla,ohacíamosleñaydeahívivíamos
de jóvenes, de la lechuguilla, pagaban a
3.50 el kilo. Y sigue valiendo lo mismo.
Antes había mucho vivero aquí, pero ya
van dos ciclones que pasaron, se levan-
taron los viveros. Por ahí dejaron unas
orillas, unas orillitas de rio con agua-
catesynogales,peroyanoacomoestaba.
Volteaaverhaciadondeundíavivieron
esos nogales, y de un manotazo se bor-
ra la imagen del río llevándose árbo-
les de aguacate, de nogales, llevándose
años de trabajo y buenas esperanzas.
-Yo fui medio malanco pa´tallar le-
chuguilla, lo más que tallaba eran
unos cuatro kilos al día. No rinde el
ixtle y de este vivíamos como le digo.
Ya de grande cuando me separé de
mi papacito empecé a ir pa´la fron-
tera cuando había algodón allá…
Ahí anduve piscando mucho algodón
y le iba a uno bien. No me fuí a vivir
allá. Nomás Iba en las temporadas de
algodón y regresaba… Siempre re-
gresaba aquí… Bien pescado de es-
tas tierras… A mí nunca me llamó
la atención quedarme en otra parte y
hacerla mi región, bueno aquí ando
porque ya no puedo trabajar en tra-
bajos ajenos, me duelen las rodillas,
tengo la alta presión y me pega un
dolor en el estomago en la noche, no,
no me han hallado lo médicos, ya es-
toy tomando medecina pero no me
DESDE EL PUENTE DE DIOS
El puente de Dios, Galeana, Nuevo León.
14. 26 27
encuentran que me acontece, aquí
en Galeana cada rato voy a con-
sultar, he ido a Linares también.
No he ido a la Petaca porque ya ahori-
ta no sé si habrá buenas mujeres, pero
antes si había una o dos buenas bru-
jas. Dos muy afamadas en ese tiem-
po… Yo fui porque un día me encajé
una espina de biznaga. Oiga pal otro
día ya no podía pisar. Ningún doc-
tor me pudo curar, duré cuatro meses
con muletas, ya no dormía del do-
lor. Créamelo que intenté matarme
cuando vi que los médicos no me
podían hacer nada: Estaba jovencito,
tenía como treinta y cinco. Entonc-
es alguien me recomendó que fuera
a la petaca con Doña Licha que era
la mejor.Me vió y luego luego me
dijo: “Pásele, pásele, pero de lo que
usted viene pensando no es nada.”;
me reconfirmó que no era brujería.
Era una infección bien cabrona.
Pero el dolor me seguía doblando el
alma, así que le hablé a un sitio, a un
taxi pa que fueran por mi, les dije;
Quiero ir al rancho, a pasearme, pero
no era eso. ¿Sabe que había pensado?
Que el carro me trajera al puente de
Dios, ¿si lo han visto? Arrimarme a
la orilla del barranco…Y aventarme
un clavado. Pero en ese rato que yo
pensé hacer eso llegó mi muchacho
y me acompañó, pero me le bajé del
taxi cuando me topé con la clínica La
Carlota en Montemorelos. Por el do-
lor, gracias a Dios, me desmayé, ya no
supe de mi. Cuando se me fue la an-
estesia, me ví en la clínica, sentía yo el
dolorón… pero estaba vivo, no había
llegado al Puente de Dios. Quería ve-
nirme a matar aquí en mi tierra. ¡Que
mejorlugarparamorirqueensutierra!
Tuve cinco hijos y ninguno amó la
tierra como yo. A uno de los hijos que
esta allá en Santa Rita le había dado el
rancho aquel, con agua que bajé de-
sde allá, del laguito de la sierra. Metí
una manguera, son mil y pico de me-
tros de manguera hasta una pili-
ta que hice en el rancho de mijo.
Todo esto lo sabía el comisariado
ejidal, porque aquí la vida es diferente
que las de la ciudad, son otros códi-
gos. Mire, yo me separé de mi padre
porque era muy mal hablado, pero lo
hice con el permiso del Comisariado
Ejidal. Y me dieron un pedazo de tie-
rra, porque ya estaba independiente
delpapámedabanunpedazodetierra.
Nunca pensé irme. Aquí crie mi fa-
milia, sembraba maíz. Conocí a mi
mujer… ya murió. Dígame, ¿alguien
sabe cómo hacer que los hijos no se
vayan? ¿Que no anden por ahí rodan-
do? Yo les di la casa, el rancho. Todo,
pero me lo despreciaron”.
Don Rafael Hernández baja del cerro
apoyado en dos bastones, “Pa caminar
mas rápido.”
-Buenas tardes compadre, Martín,
También le tocó a usted la pregunta-
dera.
-Sí, estamos hablando sobre ¿porqué
los hijos no siguen aquí en la tierra
como nosotros?
- ¿Porque los hijos se van? Vuelve a
preguntar Don Rafael.
-Pos como que no tienen amor a la
tierra…
-No….CortalafrasedeDonMartín….
No, compadre, van en busca de traba-
jo, pero le voy a decir a usted que sale
pior, porque juera de aquí paga uno
hasta por caminar, se va uno a Mon-
terrey y hay mucho trabajo, pero hay
que pagar camión, agua, teléfono, luz,
hay que pagar muchas cosas y andar
con el reloj en la mano y largar el taco
porque la hora de comer se te pasó y
hay que checar tarjeta, salir en la tarde,
llegar, acostarse y vámonos temprano.
Aquí uno no, no se mide por horarios,
sinoporciclovitales.¿Onocompadre?
Claro, mire al hijo ese que le di yo ese
rancho allá, no había árboles y ahorita
haynogales,latierraesmuybuena,ahí
tengo un pedazo de maíz, ahorita está
más grande que yo, ya está queriendo
espigar.Peromijodejóecharseaperder
todo, los postes se pudrieron, se cayó
la cerca y hasta le robaron la mujer.
-Platíquele, con permiso, yo tengo que
ir a cortar unas tunas.
Don Rafael se despide y sube rápid-
amente el sendero de piedra y tierra.
-He andado en muchas partes traba-
jando pero yo regresaba aquí, como
aquí estoy todavía. -Murmulla Martìn.
-Y aquí va a seguir.
-Pos si. ¿Donde mejor que aquí?.
“Otros tiempos, otros
años, las mismas
querencias”
Don Rafa
24. 46 47
Gregorio José Castellanos y Rosalía
Martinez, su mujer, se conocieron
por el amor a las rosas, se conocier-
on porque saben los secretos de ellas,
porque un día entendieron que debían
sembrarlas siquiera para hacer bonita
la tierra.
-Mi esposa lo supo desde siempre, dice
José. Estas plantitas son muy nobles,
nacen hasta donde las piedras cubren
los terrenos. Mire, estos rosales van
para 4 años aquí. Necesitan mucho
cuidado y en un principio cuando em-
pieza uno no sabe ni por donde quer-
erlos. Para empezar, en estos rumbos
nunca se sale del frijol, nunca se sale
del maíz y nosotros estábamos viendo
ya la forma de sembrar algo diferente,
cambiar para mejorar, con lo que no-
sotros sabemos y lo que nos traen de
SAGARPA, por ejemplo el sistema de
regado por goteo y…
¿Cuál es el ciclo de vida del rosal? pre-
gunto, de “16 a 18 años”, me contestan
y proceden a explicarme todos los pro-
cesos vitales del rosal.
-Usted escoge su tierra, las característi-
cas apropiadas que debe tener, Por
ejemplo si ve el tipo de suelo que tene-
mos aquí, es arenoso. Entonces yo rie-
go acá y tengo que regar hasta dos veces
por día, pero el agua se va, desaparece
entre los granos de la arena, para mi es
bueno que tenga buena permeabilidad
el suelo, que se vaya el agua de volada,
evito encharcamientos, porque donde
se encharque el agua ahí nace el hon-
go en la planta y empieza a echarlos a
perder. Lo ideal es que el terreno fuera
arci-
lloso. Pero ahora hemos aprovechado
que sea arenoso para que no se llene de
humedad la planta. Enton -
ces nos adaptamos a lo que tenemos.
Rayo la tierra y llego con la rosa Mula,
así le decimos porque no da rosas,
simplemente es una rosa como sil-
vestre. Entonces nosotros cuando ya
pensamos sembrar decimos voy a
cortar una vara de ella, y de esta vara
voy hacer pedacitos de unos 25 cm.,
los que me salgan de la vara. Cuando
tengo todos los pedacitos entonces los
preparo eliminando de ellos todas las
yemas que tiene con una navaja, haga
de cuenta que lo que me interesa es que
salga de fuera nomas unos tres-cuatro
brotes. Entonces empiezo a sembrar-
los; la rosa mula tiene una facilidad de
pegado rápido, de enraizado, entonces
cuando ya se siembra se comienza a
regar, a regar, a regar y ya de repente
empiezan a salir estos brotes y cuando
ya más o menos llevan un tamaño, así
de unos dos meses, entonces los injer-
tamos empezando abril. La injertada es
traerle yema de una planta que ya da
rosas. Se busca la yema, se prepara, se
corta; se injerta la yema, se amarra y
este brote va a estar al mes y medio y
empieza a salir, a producirse la flor.
A las plantas les he aprendido tanto,
me han ayudado a quitarme el estrés, a
ocupar mi tiempo, porque vienes aquí
y empiezas a podar; cada rosa tiene su
forma de poda. A veces piensas que
no hay rosas pero se pone uno a cor-
tar y al rato se ven montones de rosas
como que estaban escondidas y luego
aparecen. No es como el maíz, se sem-
bró, se invirtió y paso la cosecha y se
acabó. -A los rosales hay que darles
mantenimiento y entre más se corten
más producción hay. Y mientras más
se corten las rosas son más hermosas.
Más grandes, más bellas, más colori-
das, más…
-De aquí se van al mercado, afortunad-
amente aquí en la Ciénega, en una casa,
mi esposa vende y ya se dieron cuenta,
la gente la busca, personas a las cuales
se las vendemos en rollo; un rollo trae
seis docenas.
¿Y cuánto vale una rosa, a cuanto la
vende un productor? Cuestiono.
-A peso, pero afortunadamente nunca
se va a acabar la necesidad de la rosa,
las ganas de ver y regalar belleza. Las
rosas siempre le gustan a la gente. Fí-
jese que es increíble me pongo a pen-
sar, como es que se logra colocar tanta
por el amor a las rosas
¡La Rosa Mexicana!
25. 48 49
rosa, es increíble ver a veces ahí en esa
camioneta de carga toda su cajuela de
atrás repletita de rosas. Mientras haya
mujeres, habrá flores en venta, Ellas
son las que más las compran. El hom-
bre casi no.
E inicia un diálogo repiqueteadito
entre nosotros y el productor, aprisita
preguntas, respuestas inmediatas:
-¿La rosa roja es la más solicitada?
-Muchos prefieren también la amarilla.
-La ventaja de estas rosas es que son cri-
adas a cielo abierto, bajo las bondades
del aire, del sol, de todo pues, son muy
fuertes mis rosas, después de cortarla
duran dieciocho días. Se le pone aguita
y ya. Sigue viva aun después de haberla
arrancado. Son muy nobles, les hiciste
daño y siguen alegrándote el día.
- ¿En que se parece la rosa a un ser hu-
mano? -Continúo con ese diálogo que
es interrumpido nomás por los rayos
sedientos del sol.
-Híjole, pues en belleza creo que no
nos vamos a comparar con ellas. No,
ellas son hermosas. Coquetas de tan-
tos colores que hay. A veces cuando ya
están hechos los paquetes hasta dan
ganasdecomérselasledigo.Sabenricas
además, se ve el color y luego hay rosas
que tienen olor y el olor viene de un
color a otro diferente. Esta por ejemplo
mire, que perfume ni que. En algunos
restaurantes las venden. ¡Pétalos de
rosa! ¡Y dan un aroma…! Nosotros las
disecamos para ponerlas abajo de la al-
mohada, para el buen sueño. Mi espo-
sa las pone sobre la cama. Pues como
que relaja. Dan una y mil satisfacciones
mas cuando las estamos produciendo.
- ¿Cómo decidió que usted iba a ser
productor de flor?
-Nosotros teníamos un espacio por
allá en el centro, e íbamos a un vivero a
comprar rosas. Vendíamos al mes unas
dos mil plantas pero íbamos al inver-
nadero y las comprábamos.
-¿Las reevendían?
-Nos fuimos a un terreno feito, pero
lo más feíto bien cuidado puede ser
grande y hermoso. Entonces cuando
mi esposa ve de que le está yendo bien
con esas plantas me dice, ¿porque no
las comercializamos y sembramos en
otro lado?. Y fue cuando nos las traji-
mos, allá eran cuatrocientos- quinien-
tas plantas, ahorita aquí son como seis
mil quinientas. Y un rosal da en pro-
medio unas doce rosas por mes Seten-
ta y dos mil flores, las vendo a peso por
florecita. Cuando esta buena la flor me
da lástima cortarla.
-¿Qué edad tienes hermano?
-Cincuenta y cuatro años, señor.
- ¿Y cuánto produciendo?
- Aquí de esto, cosechando, llevamos
cerca de tres años. Primero hubo ejote
y maicito.
- Frijol, ejote, rosas y maíz ¿Cuál es el
más productivo?
-Las rosas…
E hice silencio para que el recuperara
su monólogo.
-Soy campesino, hijo de campesinos
que le inculcaron el amor a la tierra.
Ahí la llevo yo con mis hijos inyectán-
doles el cariño por estos surcos. Mire
usted como mi mujer y yo trabajamos
en pareja, nos vamos surco por surco
los dos., trabajamos juntitos, en famil-
ia también. los hijos vienen a echar-
nos la mano con las plantas, con todo,
ellos también creen que el campo es
productivo. incluso uno de mis hijos
le encanta mucho el campo. Él siembra
aquí, chiles de agua, tomates, ejotes.
Además de estudiar, trabaja en esta
tierra, está entercado en que quiere
sembrar plantas diferentes, dice que
para que este lugar sobreviva, hay que
buscar diferente uso de suelo, de cuti-
vo, y eso garantiza que el campo esté
siempre productivo. Lo que sucede es
de que si a usted le gusta el campo, lo
va hacer producir, si a usted no le gusta
le va a echar la flojera y no lo va hacer
producir.
-A veces uno se desespera porque no
llueve o no hay agua, goteo, o la bom-
ba para fumigar y la gente necesita
todo eso pues y nosotros por ejemplo
si necesitamos algo hay vemos como
lo compramos o vemos como le hace-
mos pero lo hacemos. Incluso lo que le
digo; si a usted le gusta el campo usted
lo va a trabajar, si a usted no le gusta
así lo traigan aquí y lo sienten no lo va
usted a hacer lindo. Nosotros nacimos
así, queriéndolo mucho…
Realmente se le llenan los ojitos del
verde de las hierbas y las raíces, se le
pintaron las pupilas y se queda en silen-
cio. Momento que aprovecha Rosalía,
su mujer para intervenir.
-Su padre de él es campesino, se lo
llevaba a la parcela desde chiquito, mi
viejo lo ayudaba a limpiar, lo ayuda-
ba a cortar, lo ayudaba a desgranar, a
deshojar la mazorca, el elote, tenía ani-
malitos, y aun siguió estudiando Y ter-
minó su carrera de técnico pecuario.
Soloaquíestáverde,lasmontañasestán
secas, quemadas las plantas, observo.
- Lo único verde que va a encontrar
en esta zona son nuestras rosas.-Me
contesta rápidamente Rosalía- No-
sotros hicimos el pozo pa que sigan
fresquecitas, fresquecitas. Nadie se ha
aventado a hacer otro por aquí, entonc-
es si viene en esos meses va a ver todo
seco acá ,nada más nosotros con esto
verde que tenemos. Es que todo florece
con el cuidado. Aquí nos casamos.
Aquí formamos nuestra vida, aquí
crecieron los hijos . Y Aquí queremos
morir. Que Dios así me lo conceda.
-Aquídondehemoshechoflorecerhasta
la loma. Acá en lo alto de la montaña…
-Hay que adaptarse a la región, al me-
dio. A las circunstancias, a las circun-
stancias económicas, a lo que se tiene.
A la familia, a las cuestiones religiosas
incluso, al mercado. Por ejemplo aquí
lo que nos ha afectado mucho son las
plagas en el mes de mayo, el día diez,
que es cuando más se vende la rosa y
se pone un poquito más cara, cuan-
do se recupera uno de los gastos. Nos
cayó una plaguita de una mallita y si
nos afectó mucho, porque la mallita se
comió la rosa, se comió mucho la rosa.
Del 100% de producción que íbamos
a obtener, nosotros obtuvimos el 40,
casi casi nada. Ahorita mi sueño, mi
idea es ponerle invernadero, porque
me ahorraría líquido y luego las plagas
Mi sueño sería tener ya invernadero,
porque para mí las rosas son lo máxi-
mo, haga de cuenta que son mis hijos,
yo las amo, las adoro, las quiero pues,
las cultivo con mucho amor. Aquí si
quiere usted, yo amanezco todo el día
en medio de las rosas, y toda la noche,
me encanta. Me encanta podarlas, me
encanta cuidarlas, acomodarlas en ar-
reglitos, hacer ramos y limpiarlas, re-
garlas, me encanta; para mí haga de
cuenta es una vida pues, es una vida.
Y mi sueño es llegar y tener mi inverna-
dero y tener mi pozo, ahí nomás súbele
lapalanca,yqueempieceyoaregaryme
meta yo a cortar mis rosas, que no me
entre ni una plaga y luego también allá
arriba el sueño de uno de mis hijos es
tener un rancho allá arriba. Un rancho
de puercos, una granja de puerco, culti-
vando maíz y sorgo para los animales.
Hacer una casita ahí, arriba, tenemos
unos planes para hacer una casita y
una granja completa pues de puercos,
de puercos con mi invernadero. Y dar-
le trabajo a 10 empleados o mas, pa que
cuiden las flores y las vendamos y que
yo pueda beneficiar no solamente a mi
familia, también a otras familias.
-A veces me dan ganas de cantar de lo
bonito que se siente vivir aquí. Pero
no tengo voz, entonces me pongo a
rezar cuando ando podando mis ro-
sas. Créame que nos venimos a veces a
las siete de la tarde y nos vamos once y
media o doce de la noche. Aquí la luna
se deja venir así de hermosa, y se ven
las rosas como haditas apretaditas en
filita a los surcos de la labor. En la no-
che hay algo, cómo muy especial aquí.
Esto brilla de noche y los cogollos es-
tán de un verde tan intenso, de pronto
las rosas están claras claras como si se
iluminaran por dentro.
Me retiro del campo de rosas, del ma-
rimonio de Rosalia y Gregorio, con
sus sueños enlazados a su comunidad,
a su gente, a su terruño, que seguirán
sembrando flores y raíces poderosas en
esos campos iluminados que brillan en
la noche.
EL ARTE ES PARA EL HOMBRE LO QUE EL AGUA ES PARA LOS CAMPOS
28. 54 55
A Doña Eva Bazán la anduvimos bus-
cando por su fama, porque en Zimat-
lán de Alvarez dicen que es de las me-
jores productoras de mole que hay en la
región, en el país.
Y la encontramos por eso de las cuatro
de la tarde, con su ropa recién plancha-
da y el cabello suelto, aun mojado por
el reciente baño. La encontramos en su
casa, en medio de un jardín perfecta-
mente ordenado, una casa impecable,
llena de luz, donde no había lugar para
el desorden.
La sonrisa de doña Eva contrasta con
lo parco al hablar, mujer que no dice
mas que lo que se tiene que escuchar,
ni una palabra mas, si con las que dijo
son suficientes. Por ello estructuramos
este testimonio así, con preguntas y
respuestas, “como examen de escuela”
bromea después su marido.
Doña Eva gracias a un apoyo de
SAGARPA pudo construir un horno de
piedra, y con ello fincarse un porvenir
sin carencias económicas para ella y su
familia.
MEDARDO: ¿Sesenta años?
DOÑA EVA: Si
MEDARDO: ¿De vivir aquí?
DOÑA EVA: De vivir… aquí.
MEDARDO: ¿Sesenta años también de
vivir del mole?
DOÑA EVA: No.
MEDARDO: ¿No?
DOÑA EVA: Le digo que tengo como
veinte años de eso.
MEDARDO: ¿Pero quien empezó…?
DOÑA EVA: Yo.
MEDARDO: ¿Usted?
DOÑA EVA: Yo.
MEDARDO: ¿No hay un antecedente
de…?
DOÑA EVA: Pues mi mamá era cocin-
era y de ahí yo…
DON IRINEO: Buenas tardes. –El que
se asoma a la entrevista es Irineo, mari-
do de Eva.
MEDARDO: Buenas tardes, señor.
-Contestamos al hombre de ochenta
años y rostro alegre.
Don Irineo sonríe y se recarga para
ponerse cómodo y observar la entre-
vista.
DON IRINEO. ¿Cómo están? Conver-
sando ¿no?
MEDARDO: Aquí tomándole una en-
trevista a la señora.
DON IRINEO: Ta bien, ta bien.
DOÑA EVA: La necesidad me hizo ref-
ugiarme en el mole, para sacar dinero.
MEDARDO: ¿Quién la enseñó?
DOÑA EVA: Mi mamá.
MEDARDO: ¿Su mamá si es de aquí?
DOÑA EVA: No, mi mamá ya no es de
aquí, ya murió.
MEDARDO: Platíqueme como se hace
el mole…
DOÑA EVA: Pues yo… cuando hago
mole negro le pongo varias especies
de chile: chilhuacle, pasilla, mexicano,
mulato y sus especias… todo cocido,
todo, el chile, el ajo, el…
Todo, todo, todas las especies, el mole
no lleva comino. Lleva pimienta, clavo,
canela, orégano y tomillo, pero comi-
no no. Se lleva bastante tiempo hacer
el mole porque hay que seguir muchos
pasos: desvenar los chilles, hay que
limpiar el ajonjolí porque no viene lim-
pio; yo lo lavo, lo escojo y lo lavo todo
pues. Hay que tostarlo todo, todos los
ingredientes.
El proceso de hacer el mole empieza
desde que voy yo misma al mercado a
comprar las cosas, el chile, el ajonjolí,
todo lo que lleva. El chocolate, el plá-
tano… Y de eso ha vivido toda mi fa-
milia y le he dado trabajo a otras famil-
ias.
MEDARDO.- Ustedes han vivido de
eso.
DOÑA EVA.- Mis hijos no …. Ellos ya
no viven con nosotros.
MEDARDO.- Pero, ustedes los sacaron
adelante con eso.
DOÑA EVA.- Con eso y con lo del su-
dor del esposo que ha trabajado siem-
pre.
MEDARDO.- ¿Y porque es tan impor-
tante el mole para usted? ¿Por qué es
tan importante el mole aquí en Oaxaca?
un mole para el alma “La verdad nadie
como mi vieja
pa´hacer el mole”
Irineo Arango
29. 56 57
cosa así, como camote.
MEDARDO.- ¿Y qué piensa? ¿Qué pi-
ensa usted?
DON IRINEO.- Ahora a la que buscan
es a ella, hasta para los velorios, la bus-
can para que vaya hacer la comida.
MEDARDO: ¿Y cuánto se lleva en
eso?
DOÑA EVA.- Pues desde la tarde
de un día antes para prepararlo en la
mañana.
MEDARDO.- Es como si estuviera ha-
ciéndole mole a sus hijos.
DOÑA EVA.- Pues sí, todo se hace con
amor para comer.
DON IRINEO.- Ella borda, agarra la
pintura para hacer cualquier cosa, todo
sabe hacer, nomás que le digo, ¿porque
no te dedicas a una sola cosa?
MEDARDO.- ¿Cuál es su nombre?
DON IRINEO.- Yo soy Irineo Arango
MEDARDO.- Irineo Arango, nada que
ver con Pancho Villa?
DON IRINEO.- Era familia.
MEDARDO.- ¿Si era familia?
MEDARDO.- Oiga ¿y usted la quiere
mucho?
DON IRINEO.- Bastante…La amo in-
tenso y mucho.
MEDARDO.- Si se ve, se ve que la ama,
se ve que la admira, se ve.
DOÑA EVA.- Porque trabajo.
MEDARDO.- No señora, yo creo que
el señor…
DOÑA EVA.- Vivimos tranquilos.
MEDARDO.- Vive para usted.
DON IRINEO: Si viejita, nomas vivo
pa ti.
MEDARDO.- Para la vida; ¿Cómo
un programa social de SAGARPA les
puede cambiar la vida de verdad? Les
hicieron un horno y les cambió la vida
a ustedes, Cuando un programa está
bien aplicado da resultados como es-
tos. Ustedes son ejemplo, son una
pareja feliz. ¿Qué necesita un hombre
para ser feliz?
DON IRINEO.- Pos teniendo toda su
felicidad, su mujer, su familia, vivir,
tener como pasarla.
MEDARDO.- ¿Qué le falta a usted para
ser un hombre totalmente feliz?
DON IRINEO.- Pues ahorita gracias a
Dios no me falta nada, porque para mí
yo todo lo tengo.
En diciembre vamos a estar felices
porque se va a casar una nieta.
DOÑA EVA.- Y le voy hacer el mole.
MEDARDO.- El mole siempre está
presente en las fiestas de estos pueblos.
DOÑA EVA.- Si.
MEDARDO.- ¿Cómo amar a una per-
sona tanto tiempo así? Con ese cariño.
DON IRINEO.- Es lo que le dije, fí-
jese aquí en los pueblos se ama, aquí si
dura el matrimonio.
MEDARDO.- La gente de campo ¿si
valora el matrimonio?
DON IRINEO.- Si valora la familia, si
valora la mujer, si valora, aquí no hay
con que la mujer es menos. Aquí no
hay divorcios.
DOÑA EVA.- No hay, aquí no hay di-
vorcios.
MEDARDO.- Ya para terminar. ¿Cual
sería su momento ideal para hacer el
mole?
DOÑA EVA.- ¿Qué le puedo decir?
MEDARDO.- Eso que me está dicien-
do con las manos y con los ojitos, eso.
DON IRINEO.- Pos una idea sería que
mejorara en su mano de obra, una cosa
que fuera más rápido como tostar el
chile
MEDARDO.- Y ¿funcionaria igual,
Don Irineo? ¿Sería igual si le metemos
una maquina a las manos de doña Eva?
DON IRINEO.- Eso sí que no es igual
eh…
MEDARDO.- A eso me refiero. Usted
me dijo, el gusto se lo da ella,
DON IRINEO; ¡Mi viejita!
MEDARDO.- Entonces, ¿Cómo de-
jarle ese legado a sus hijos? ¿Cómo
hacerles sentir el gusto del mole?
DOÑA EVA.- Es lo que le digo a una
de mis hijas, ven y anota todas las re-
cetas, vente un tiempo a cocinar aqui
conmigo, pa que seamos cómplices.
DON IRINEO.- Ya mero vienen uno de
los mejores meses para el mole. El día
de muertos, desde octubre se preparan
los altares, con sus papeles de china,
sus flores, su caña, su cerveza, las fotos
de las mujeres que tanto ama uno. Si yo
fuera el muerto, los cigarros, el café, y
el mole que tan bien hace.
MEDARDO.- ¿Usted cree en eso de
que vienen lo muertos?
IRINEO: ¡Que va!
MEDARDO.- Imaginemos que Don
DOÑA EVA.- Porque es bueno.
MEDARDO.- ¿Pero porque?
Y ya no dice nada, su mirada se pierde
en un camino que quedó vacío, el
camino que recorrieron sus hijos hace
más de veinte años, para irse a Estados
Unidos y no regresar jamás.
DON IRINEO.- Pues es la tradición de
aquí del Estado.
MEDARDO.- Es la tradición de aquí.
En los cumpleaños…
-En las bodas, dice bajito doña Eva
y deja escapar un suspiro largo, un
suspiro triste.
DON IRINEO: ¿Qué posibilidad hay
de que me dieran un molino de gas-
olina? Porque aquí la luz no aguanta,
no tiene fuerza. Y el de gasolina don-
de quiera lo podemos poner, lo ocupo
mucho. Les dije haber si para el año
que viene nos metemos en un proyecto.
MEDARDO.- Son proyectos de vida;
por ejemplo usted un molino, Don José
el productor de flores quiere como re-
gar sus matas, Don Fidel, el productor
de tomate, quiere una bomba de agua.
DON IRINEO.- Son proyectos de vida
y es tan poco lo que se necesita pero es
tan grande todo lo que dan.
MEDARDO.-Siga platicándome de la
boda, se la robo ¿y luego?
DON IRINEO.- Yo cuando me junte
con ella tenía 23 años, Ella tenía 17.
Huy ella estaba de primera, era la
número uno de aquí, de hermosa. Yo
también era guapo, por eso ella desde
que me vio no me soltó.
DOÑA EVA.- Va a salir ahí eh, lo están
grabando. –Lo regaña, se tapa el rostro
con la mano, se apena.
DON IRINEO: Ha de haber pensado
está bueno el pelón, así me dicen. El
problema cuando yo me fui en el 73 a
Estados Unidos, sufrieron mucho mis
hijos y ella, porque yo dilaté cuatro
meses para poder mandar un dinero.
MEDARDO.- Se fue a Estados Unidos,
¿Cruzó el rio? O ¿cómo se fue?
DON IRINEO.- Me fui al hambre, por
Tijuana ahí no hay agua, no hay de-
sierto. En mayo estaba allá, pero me
sacaba mucho la migra, bien seguido,
pero volvía a entrar, trabajaba en puro
rancho de flor de Clavel, de toda clases
de flores. Había una casa de renta y ahí
llegaba la migra, una vez nos agarra-
ron así amaneciendo y vámonos pero
esa vez dilate como 8 días en Tijuana
el día 3 de mayo del 73 y desde entonc-
es, gracias a Dios, me dejó tranquilo.
durè como unos 18 meses para venir.
MEDARDO.- Pero mandaba dinero.
DOÑA EVA: Pues la verdad al princip-
io no, me las vi bien duras para alimen-
tar a mis hijos.
MEDARDO.- Y ahí entro el mole.
DOÑA EVA: Por la pura necesidad.
MEDARDO.- Y juntaron y lograron
comprar este terreno.
DON IRINEO.- Ganamos todo, todo
aquel. Todo el campo de tierra fresca,
fértil.
DON IRINEO.- Para sembradura
nomás, porque era puro temporal. Pero
el tiempo venía muy rico de agua, se
daba muy bien la cosecha. Cosechaba
bastante maíz. ¿En que estaba, perdón?
MEDARDO.- En el mole, me decía,
que es así como un acto de amor y
que siempre está presente en todos
los actos más importantes de la vida
¿Qué piensa usted cuando está ha-
ciendo el mole? ¿Cómo lo prepara?
DON IRINEO.- Sabe que ella es muy
inteligente, muy mujer de sus manos y
sabe los secretos de los alimentos, de
cómo se preparan pa que le encanten
a todos. A todo le hace, pero al mole le
entiendemuybien.Puesaesosededica.
MEDARDO.- Y lo comercializa muy
bien.
DON IRINEO.- Claro, lo que sea de
cada quien, aquí tiene mucha deman-
da.
MEDARDO.- ¿Cuánto tarda en hacer
un mole?
DON IRINEO.- Pos mire es latoso,
¿verdad viejita?
DOÑA EVA.- Se va todo el día, más el
día que lo tuesto, lo tuesto todo el día.
DON IRINEO.- Y desvena el chile,
pela el ajo, rebana la cebolla y que pica
el plátano. Y luego tostarlo es el prob-
lema, echarlo ahí en el comal que tiene
y luego se va, que tráete el ajonjolí, que
asa el ajo, que asa la nuez, que tantas
cosas, que la galleta.
MEDARDO.- ¿Y el plátano se deshi-
drata?.
DON IRINEO.- Ese lo mantiene en el
horno. Hasta quedar seco y queda una
30. 58 59
“Ella sabe los secretos
de los ingredientes, con el
mole se lleva muy bien”
Irineo Arango
Irineo tiene que partir, hoy hiciste mole
para recibirlo a él.
DOÑA EVA.- Que lo coma ahora que
está vivo, porque ya muerto no va venir.
MEDARDO.- Quien sabe y si viene y te ha-
bla ,¿Qué le dirías? ¿Qué pasaría contigo?
¿Le harías su tortilla calientita? ¿Lo reci-
bieras con mole? Tu vendrías feliz a verla.
DON IRINEO.- Ah sí, vendría con-
tento, porque así viene uno de muer-
to, a ver mi casa, a ver a mi familia.
MEDARDO.- Llegar aquí con ella.
DON IRINEO.- La tocaría solo con la
mirada pa no asustarle y le pensaría una
pregunta. Chiquita, ¿Cómo estás? Y si se
estremece al sentir mi presencia, le diría
no te espantes mi vida, soy yo, chiqui-
ta y aquí estoy contigo siempre, siempre.
Los dos viejos voltean a verse, se quedan
perdidos viéndose en sus tantos y tantos
años de amor.
MEDARDO.- Sigue haciendo mole, Eva;
muchas gracias, gracias por recibirnos.
49. 96 97
Soy Reynaldo Martinez y me dedi-
co al ganado y un poco a Productor de
maíz, desdeluegohacemosmilpas,más
que nada lo que siembro es pasto y des-
de luego el maíz primero, para posteri-
ormente sembrar el pasto para que así
ya vaya creciendo y meterle a las vaqui-
tas, Tengo aproximadamente 40 en una
superficie de 18 hectáreas. Lo ideal es
una hectárea por cabeza de ganado,
porque de pronto y si diosito te ayuda
se reproducen y se amontonan mucho.
Entonces a moverse, a vender las crías,
el becerro macho es el que primero se
vende. Para engorda no se puede por el
poco terreno del pasto que hay. Y no es
costeable estarle llevando comida ahí.
Ser ganadero es muy caro, no crea, y
los apoyos a veces no son suficientes.
Dejadelimpiarelmachetesacándolepor
horas un filo que ya tenía de antemano.
¿Sabe cuántos años tengo de vivir
aquí? Toda la vida, toda , aquí está
mi rancho. Al pie de la ranchería. Yo
soy vivo de aquí y ya tengo 57 años.
Toda la vida he estado aquí, toda la
vida, y me he dedicado al ganado.
Bueno, yo estudie, yo estudie prime-
ramente medicina veterinaria, entre
medios porque no termine, no me
recibí como veterinario, casi estaba
por terminar y me salió la oportuni-
dad de trabajar como maestro y me
metí de maestro… Y ya hasta me ju-
bilé. Era maestro aquí en la escuela
secundaria técnica 24. Daba Biología.
Bien que conocía la materia, si toda mi
vidalahepasadoenelcampo,mefuiaes-
tudiar veterinaria y regresè al campo….
Se queda callado, sus ojillos se pierden
en buscar una respuesta que nunca
encuentra, porque sabe que es obvia
y terrible, no hay oportunidades, dice.
¿ Sabe usted por qué los campos se
están quedando solos?
Pregunta y el mismo se responde.
-Desgraciadamente por falta de opor-
tunidades,recursos,porquehayquein-
vertirlemuchomásquenada,yaveque,
claro que a veces el Gobierno si aporta
una cierta parte pero hay personas que
no tienen esa posibilidad de adquirir
esos recursos, son pocas personas que
tienen esos recursos que da el Gobier-
no y debido a eso muchos se dedican a
otras cosas, se van mejor de su origen
otro lugar para ser más productivos.
Entonces ¿Cómo volver a hacer mi
campo productivo? ¿Còmo hacer para
que los hijos no se vayan del campo?
-Sí, que vayan a prepararse y que re-
gresen, como usted.
-Tengo un hijo que es ya ingeniero
agrónomo, igual que otro hijo que te-
ngo, trabaja en el Ayuntamiento, él está
dedicado a ecología y entonces mijo
me ayuda en este aspecto, lo tengo allá
conmigo, en el rancho, viendo los ani-
males, sembrando maíz. Los dos hijos
agrónomos.Nolocrea,siestoysegurode
que sembré una semilla en tierra fértil.
Yo quiero mucho al campo, quiero
mucho a mis orígenes, y gracias a dios
logré transmitirles ese amor al campo
a mis hijos. Y en mi caso también mi
papá a mi. El era ejidatario, me heredó
la parcela que tenía. Vio que me gus-
taba el trabajo del campo y la chinga,
de la faena diaria. porque de ahí salió
pa mis estudios, no fue de otra parte.
Entonces cuando falleció me heredó
la parcela. Aunque existían tres her-
manos mas, 2 mujeres y un varón.
Me eligió a mi porque él me lo dijo:
“A ti te voy a dar la oportunidad de
que te quedes con la parcela porque sé
que tú no lo vas a vender sino al con-
trario, vas a producir, vas a levantarla”.
Y así fue; yo aparte de eso, de lo que a
mí me dejó he comprado más parcelas.
Siempre está presente la voz del viejo,
aquí en mi. En mi cabeza.
“Te dejo esto porque tú eres el único
que va a defender estas tierras, te dejo
este legado porque tú vas a defender
todo esto”. -Me dijo.
Así fue y por eso, eso mismo me in-
spiró pues, me inspiró a que yo me
dedicara a esto. Yo tenía apenas si
ESTA ES MI TIERRA, RESPÉTALA
La Danza de la sardina 1
Plaza del pueblo mágico Tapijulapa.
50. 98 99
ete años, cuando empecé a traba-
jar con él. Imagínese desde la edad
de 7 años, me llevaba al campo. Y los
días ahí con mi papá eran muy bo-
nitos, pa que es más que la verdad.
Yo estaba pequeño, él me llevaba y me
enseñabacomoydequémaneraseiban
a cortar los montes, como sembrar el
maíz, cuanto le ibas a poner a cada su-
rco de granos de maíz y para la limpia
que se llama aquí, las aporrea también,
de que manera librar con un garabato
el surco de maíz y limpiar alrededor y
posteriormente limpiar todo.
El garabato sirve para librar La planta.
Lo que vas a seleccionar vamos a decir,
si es el surco del maíz, tú agarras, libras,
cortas por aquí, por allá. El garabato es
un gajo de árbol que trae más o menos
así, esto sirve para jalar el monte, para
cortar.
O sea yo llegaba y elegía un árbol o mi
papá, con eso separabas y luego qui-
tabas la maleza- Limpiarla pues alre-
dedor, limpiar el callejón que quedara
todolimpio. Aveceseranhasta300-400
surcos de maíz que tenía que limpiar
cadafila,Yclaroquelamilpaeradeuna
hectárea o dos hectáreas de pura milpa.
Yahívas.Agachadotodoeldía,defrente
alsol.Eradetodoslosdías.Cuandoestá
el maíz chiquito cuando está grande.
Y el maicito empieza a lanziar, así se
le llama porque sale una punta de la
hoja del maíz y ya es seña de que va a
empezar a florear o espigar, vamos a
decirlo así, empieza a salir la flor del
maíz y ya en el tallo vienen saliendo
las mazorcas , los elotes que solo con-
sumimos nosotros, no los vendemos.
Desde luego a veces cundo tiene uno la
suerte se cosecha el maíz, pero desgra-
ciadamente a veces como ayer, el maic-
ito estaba espigando pero vino el vien-
to y lo tira y ese maíz ya no se levanta.
El maíz cae y ya no produce nada. Es
doloroso verlo así.
O sea, todos los días estas con el su-
sirio, como dicen en mi rancho, con
el susirio de que no llegue una plaga,
o un viento, o un calor del demonio
o una helada. Precisamente ahorita
que no ha llovido, también siembras
el maíz, ya cuando tienes el maíz de
unos 30 cm del suelo empieza una pla-
ga, el gusano cogollero que le llaman,
eso empieza a salirle como viruta de
cogollo y hay que empezar a fumigar.
Ahorita vuelven de nuevo con lo que es
natural o sea utilizando plantas nativas
de acá para hacer el líquido, para com-
batir la plaga, se utiliza el ajo, la cebolla
y esto cómo fertilizante, el chile, la hoja
del chile o el chile mismo, se picotea,
se licua y se deja reposar por lo menos
4-5 días para que se revuelva todo, se
cuela , y con una bomba aspersora se
fumiga. Ese es un buen fumigante. Y
ya no dañas el campo por que son pro-
ductos naturales.
Eso lo fueron descubriendo anterior-
mente la gente, los antiguos. Ahí está
todo el conocimiento. Posteriormente
del 82 para acá empezaron con los her-
bicidas más rápidos pa acabar con la hi-
erba mala, Pero acababan también con
parte del suelo. Vas quemando la tierra.
Quemándolaporqueescomosi echaras
ácido en la piel de un ser humano.
Si le pones fertilizante a la tierra tienes
producción, pero una vez que dejas de
ponerle no produce nada. O sea que
poco a poco vas matando a tu tierra.
Al quemar la tierra queda todo co-
mpletamente limpio, sin árboles, sin
troncos de árboles sin hierva pero la
estas quemando con los insecticidas
esos. Todos los insectos que sirven para
ayudar a la tierra, pues ya los mataste.
Las lombrices que sirven para suavizar
la tierra o mojar la tierra mueren. Hay
un mundo abajo, un mundo debajo de
este suelo, debajo de esas raíces. Si ust-
ed va por un lugar y ve usted pequeñas
porciones de tierra levantada y húm-
eda, son la lombricitas que defecan y
sueltan esa tierra ya húmeda y eso sirve
para las plantas.
Abajo, en el suelo, a nuestros pies está
todounsistemadevida,estánlombrices,
están insectos, están gusanos; pero nos
la acabamos con todos esos productos.
Afortunadamente ahorita ya se están
dando cuenta que eso es perjudicial.
Así como me llevaron a mí a presentar
a la tierra, yo lleve a mi hijo. Y le dije:
Este es tu campo, está es tu tierra,
respétala, amala, quiérela. Llegué con
mis dos hijos de las manos y les dije:
Miren esa es su tierra. Defiéndanla
Así se los dije. Miren el trabajo que
51. 100 101
estoy realizando y lo que hacemos jun-
tos por la tierra es para beneficio de ust-
edes, el día de mañana que yo no esté,
será su porvenir y en vez de destruirla,
o de venderla, hay que amarla.
Permítanme morir tranquilo.
Estoy en paz, logré hacer que a mi gente
le gustara el campo.
Sonríe satisfecho Reynaldo Martínez.
Nubessobreelríodetapijulapa
52. 102 103
-Aquí enfrente del puente, de aquel
lado del río, se reúne toda la gente.
Hay un punto donde se reúnen todo
los productores, los campesinos y lle-
vamos lo se que produce en nuestras
tierras, plátano, maíz, en su caso un
ganadito. Y Se pasea por todo el pue-
blo. Nos venimos cantando de por allá,
de arriba del cerro.
Don Reynaldo Martinez es un hom-
bre orgulloso de sus tradiciones, de
su gente y de la tierra que habita, ahí
entre árboles y las sorpresas que le de-
para la selva, el futuro que el defiende
con cantos, danzas y sembrando por
siempre y sin descanso su parcela.
-Cantamos alabanzas desde ahí, desde
la parte más alta del cerro donde está
la iglesia, dándole gracias a Dios por lo
que nos ha dado. Adentro, en el atrio,
el cura oficia una misa y la bendición a
todos nosotros. Entregamos todas las
ofrendas a la iglesia y la iglesia ya sabe
si lo vende o no.
Reynaldo aparte de productor rural
es el director del grupo de danza de
la sardina que se lleva acabo allá en el
pueblo mágico de Tapijulapa, Tabasco.
-En la cueva del viejo. Y la danzamos
para nosotros, para nuestras gentes,
para nuestras creencias. Somos un
grupo de señores, de jóvenes y niños.
Quevamosylepedimosanuestro Dios
que nos regale principalmente comida.
Que nos bendiga con el agua porque
en ese tiempo febrero/mayo, no llueve.
Por eso vamos con esa devoción ha-
cia esa cueva que está más pallá, cerca
de Tapijulapa, a pedirle a los abuelos
que nos regalen más que nada comida,
aunque sea un sardina. Que caiga el
agua para las plantas, pa las cosechas,
que se animen las milpas para que
haya producción. Vamos allá, a la cue-
va, hacemos el raspado del barbasco,
en una piedra que la naturaleza formó.
El barbasco es una raíz que está
debajo de la tierra, acurrucadita,
escondida en las entrañas del suelo. Se
arranca con las manos, son raíces que
se pueden raspar y sale una masa blan-
cuzca. Esa masa se liga con la cal, una
vez que ya esté ligada con la cal se hace
una puscagua, una pelota. Se hace
la puscagua que se tira dentro de lo
que es la cueva, en el laguito interior.
Para que se atarante la sardina, nade
encima del agua. Entonces vamos
con unos canastos, velas o candiles
a agarrar las sardinas y eso traemos
hasta nuestras casas para almorzar.
La danza es, una danza autóctona: ahí
el abuelo al momento de hablar pide
para todos sus hijos; hay una parteci-
ta que dicen en el dialecto de nuestros
antepasados: “Buenos días abuelo,
buenos días abuelo, buenos días abue-
la, buenos días abuela; recibe nuestros
saludos y escucha lo que te venimos a
pedir”. El abuelo es el dueño de la cue-
va, un antepasado. Un antepasado que
los antiguos creían que ahí llegaba,
que había un dueño de la cueva.
Está orgulloso de participar en ella, de
ser de los primeros.
-Es un baile muy serio. Una obra de
teatro completa. Mire empieza uno a
bailarla primero con el pie derecho,
uno, dos y tres pa’bajo; ve, esa es la
danza y hay una flauta de carrizo y un
tambor. Ahorita estamos induciendo a
unos niños ya de 11,12, 10 años para
que ellos vayan aprendiendo y que no
se pierda la tradición. No cantamos
nada, nomas le damos reduro a la
danza y fuerte al tambor. El abue-
lo habla el dialecto y yo lo digo en
español ylaobradeteatroempieza.En-
tonces salen los abuelos, aquí se utili-
zanaproximadamente70–80personas
entre señoras, señores, jóvenes y niños.
Hoy voy a descansar tranquilo, que
bonita esta mi tierra ¿no? Aquí, no hay
descanso,estamosconstantementetra-
bajando. Cuando era maestro termina-
badetrabajaryenlastardesmeiba,mis
hijos estudiaban, ya regresaban tarde y
yo me los llevaba a las tierras, les incul-
cabas todo ese amor a ellas, igual a mis
alumnos y daba clases de agricultura.
Yo aprovecho todos los nuevos cono-
cimientos técnicos, más los conoci-
ESTA ES MI TIERRA, RESPÉTALA
La Danza de la sardina 2
53. 104 105
mientos ancestrales, todo lo que te dejo tu
padre, tu abuelo; gracias a esa unión. Por eso
graciasadiossoyunproductorexitoso.Gra-
cias a Dios Y así debe ser la gente del campo,
agradecida con Dios porque él es el que nos
da todo. Nosotros ponemos, pero él nos da
todo, el de arriba, Dios; porque sin él no pu-
diéramos hacer nada, ni la vida tuviéramos.
Por eso yo le tengo un respeto fuerte a to-
dos los ciclos de siembra, porque todo pert-
enecen a ciclos que pusieron desde arriba.
Si llueve, si no llueve.
Por ejemplo aquí el ciclo otoño – invierno,
diciembre, se siembra. En otros lados no.
Yo creo, estoy convencido que México pueda
volver los ojos al campo. Y reconocerse en
el esfuerzo de todos nosotros y que a pesar
de todas nuestra penurias hacemos que toda
una nación coma de lo que cosechamos con
nuestras manos.
Por ello defiendo esa tradición, que no se
pierda para seguir adelante con nuestra
misión de mostrarle a la gente, al público
de cómo se trabaja… Es alegría que el pú-
blico nos vea como trabajamos compañer-
izados, llevándonos bien, que no haya des-
orden, sino trabajando juntos y que mejor
que con una obra de teatro y la danza de la
sardina. Porque el teatro une a la gente. El
teatro une familias. La danza de la sardina se
ensaya como un mes. Y la tierra nos bendice
cuando respetamos nuestras tradiciónes
y es pródiga y nos brinda cosechas y cose-
chas de luz y bienestar para nuestra familia.
“Siempre le agradezco
a la vida a carcajadas”
64. 126 127
Doña Elvia Rojas Hernández y su hijo el Arquitecto Gonzalo Hurtado Rojas
Eva con el orgullo estampado en su
cara redonda, morena, con la satis-
facción que fue su hijo quien construyó
este nuevo rancho, el rancho que siem-
pre había pensado. Cuando vió los co-
rrales, y las vacas y cabras ocupando la
sombra del techo de lámina no pudo
dejar de sentirse extraña, como que era
mucha felicidad y no le correspondía,
porque ese rancho más bien parecía de
otros dueños. Un sitio que sentía no le
correspondía por ser indígena, Purépe-
cha. Pero lo había diseñado su hijo el
arquitecto y lo había construido su otro
hijo que sabia doblarle el alma al acero.
-Mi hijo es arquitecto, el greñudo
aquel, fue quien diseñó el establo. No
hace ni mucho, apenas tenemos como
dos años. Cuando mi hijo transformó
todo esto. El nunca tuvo ni siquiera el
pensamientode escapar de estar tie-
rras, al contrario, las amó, las defendió,
asi como a mis animalitos, antes solo
eran tres reses que tenía amarrados en
el patio de la casa, ¡ahora mira cuantos
tengo!
Señala las veinte vacas, la manada de
cabras y ovejas.
-Y así fue… Así fue y mis hijos traba-
jan aquí. Uno, el arquitecto, fue, vino,
se volvió a ir, vino y se quedó a trabajar
aquí. Dicen que este es un proyecto
exitoso, ¿pos será?
Se abraza a si misma, se aprieta fuer-
temente y deja libre una carcajada de
dientes de oro.
-Aquí lo único que hay son juercitas
de mujer, pues. Y callos en las manos
de los machos que son mis hijos y no
se amedrentan ante el sol. Todo está a
fuerza de trabajo, de echarle ganas. Mis
hijos estaban chiquitos o estaban ocu-
pados en el estudio y pos me levanta-
ba temprano yo, a ordeñar las vacas y
las chivas, a echarles de comer y todo,
ahorita ya no, ya no, pues ya no trabajo
en eso porque tengo 3 meses que me he
sentido enferma…
-!Elvia…!
-Así me llamo, casi me llamaba Eva,
como la primera mujer, como mi más
viejo antepasado.
- ¿Elvia, como es un día tuyo en estas
montañas?
- No pus yo me levantaba temprano,
A las seis me levantaba, empezaba a
ordeñar las vaquitas y las chivitas y
después iba a vender la leche, luego a
echarles de comer y l’otra es llegar y a
limpiarle, porque los restos de la pas-
tura se pueden corromper y huele muy
feo, por eso hay que echarles aguas y
limpiarles. Y mi día terminaba como a
las once de la noche, sin un descanso,
ni nada, porque ya en la tarde, como
a las cuatro ya empezaba yo otra vez a
ordeñar, a mano pues. Aquí vendemos
la leche en el pueblo, la que no se me
termina la hacemos queso, hago queso
también…Si, queso… hago quesos.
. ¿Cuantos animales tienes? –Pregunto
nomás por inercia, porque el número
de vacas no se puede ocultar.
-Son como… ya ni sé, las que estamos
ordeñando son 3 ahorita, las demás es-
tán cargadas.
-¿Y cuanto le deja una vaca de litro de
leche?
.-Pos unos 20 litros diarios o 18 según,
según esté alimentada pues.
¡Elvia, reconstruyó su paraíso aquí!
¡Hizo un paraíso aquí ¡ ¡Es un paraíso
aquí!
- Se ve bonito todo verde…. ¡Verde!
– Dice-
-¡Esta feliz! ¡Este negocio es suyo! –Le
digo agradecido porque existan mu-
jeres como ella, que transforman los
terrones áridos en campos verdes y
floridos.
- Si este mero si es mío.
- Este negocio es suyo. -Le repito y allá
al final de su mirada se asoma despaci-
to una lágrima.
- Este negocio es mío, pos le digo que
empecé con dos vaquitas y de hay se
me fueron haciendo hartas y pos bue-
Con el orgullo de ver
reproducirse la esperanza
65. 128 129
no… pos así … Hartas son mucho.
Ya se hicieron un montonal.
-Usted es una mujer feliz ¿verdad?
–le pregunto afirmándolo.
-Sí, una mujer muy feliz. Orgullo-
sa de mi trabajo. Y de mis hijos…
Estoesloquehagoydeesomehema-
ntenido sola. Sola he hecho
esto como le digo, me le-
vantaba temprano, ora ya no.
-¿Usted bendice los ganados, Doña
Eva?
-No así. Yo solo se los brindo al
campo. Lo que el campo les dé es
destino. Porque al final de todo el
campo es Dios. Exactamente, el
campo es Dios.
-¡O sea que usted le reza al campo,
porque el campo es su Dios!
-Yo me levanto y digo: ps ya voy
a trabajar y voy a salir adelante y
nada de estar allá perdiendo tiem-
po en ir a misa y rezarle a monos
de plástico colgados en las paredes
de las iglesias y a prometerle que si
me das el esto, yo te doy el otro.
¿Cómo ve, estoy bien o estoy mal?
-Seguramente estás bien, le digo.
-Cada quien hace lo de cada quien.
Mucha gente dice que me equivo-
co, pero yo creo firmemente en la
fuerza del trabajo. Dicen que estoy
loca porque le hablo a la tierra y
le digo que siga dándonos pasto y
que sea amorosa pa que mis hijos
también la amen y siempre quieran
regresar a ella desde donde anden.
-Usted ha visto como sus hijos van
y vienen, se marchan y siempre re-
gresan.
-Pero es que aquí se les da purito
amor, ¿será por eso?.
Y se pone la mano aquí, del lado
del corazón y habla más bajito, tan-
to que es difícil de escuchar.
-Porque mire, yo le voy a decir que
mucha gente cada vez cree menos,
en los jóvenes, en el amor, en la
vida. Ya no tienen fe. Si uno no cree
pos ya pa que decirse humano.
-Usted cree, ¿en qué? ¿En esta tier-
ra, Doña Elvia?
-Pus si, en la tierra, en el sol, en el
día, en el universo, en todo….. En
los hombres.
-¿En La naturaleza? ¿Más que en
Dios?
-Más que Dios. –Dice fuertemente
y me mira retadora.
-Será que yo no tengo escuela.
Nomás lo que me quieran enseñar
los montes.
Familia
69. 136 137
Doña Conchita Prudencio como per-
sonaje de Rulfo habita en una Comala
donde los sueños y los deseos de su-
pervivencia obligan a la gente a echar
mano de los mínimos deseos. Está or-
gullosa de lo que un ser humano es ca-
paz de hacer cuando se tienen deseos
de trascender, de ser.
Ella es una productora de Café, ex-
portándolo a Estados unidos, Canadá.
Y otros países europeos.
-Aquí en mi pequeña empresa, es muy
importante la participación del ser hu-
mano. Mientras menos intervengan
las máquinas mejor.
-Aquí es manualmente, aquí es el ser
humano, remarca, porque de que gen-
eramos empleo generamos. Trabajan 7
personas permanentes.
Comenta.
-Y tenemos 10 gentes limpiando café,
además jovencitos y jovencitas que vie-
nen en ratos, a ellos les pago por lo que
hagan, pero primero lo hago yo para
ver cuánto puedo hacer en el día, un
rato, una hora.
Muestra orgullosa sus manos, que hue-
len a café tiernito.
-Normalmente hago ocho kilos, ya
limpiecitos, ya en calidad de expor-
tación y todo eso. Y luego a tostarlo.
Pero ahí el cliente es el que me dice de
cual tueste quiere: tueste francés, ten-
go gente muy exigente para el tueste
francés; también el tueste medio, que
es lo que más tomamos en México y
los conocedores quieren un expreso, el
cliente es el que manda, si al cliente le
gusta el de canela, yo tengo que hacer-
lo, si al cliente le gusta el descafeina-
do, yo tengo que tenerlo, no puedo
decirle no tengo. Ya tostado y embol-
sado el grano, hay que etiquetarlo, por-
tada y contraportada, con el código
de barras que le corresponde y obvia-
mente está en tres idiomas inglés,
francés y español y no es presunción,
sino que ya estoy en Canadá.
-Tuve que concursar para entrar a los
grandes mercados y me contrató Wal-
mart, concursé y me contrató Soriana,
bueno primeromeestánchecandoaver
qué tanta demanda tiene mi producto.
Además de ser productora doña Con-
chita Prudencio tiene que saber mane-
jarse en esos medios tan difíciles de
mercado y competencias.
-Terrible, tiene uno que aprender, es
como nadar con tiburones.
Presume de la calidad de su grano, de
lo bonito que es olerlo en las mañanas
cuando está recién cortado.
-Yo produzco café oro, que hay que
clasificar por supuesto, estamos en
esa parte donde se trae el café húme-
do y seco, como el otro, es de Noguera.
O sea de aquí cerquita verdad, dice,
asomándoseporlaventanaquedaauna
de las arterias principales de Comala.
-Entonces tengo gente que empieza a
quitar todo esto que son impurezas,
esto nos enferma, nos da taquicardia,
nos duele la cabeza o sea tiene que ser
calidad europea.
-Nosotros tenemos plántulas de café y
sus patios de secado y tengo dos ti-
pos de oro, aquí la gente está con las
manitas clasificando ¿esto porque lo
hago? Porque a mis clientes tengo que
decirles como que es, tengo una marca,
registrada desde hace casi 15 años, Soy
cafeticultor.
Y vuelve a explicar el proceso que su-
fren sus granos de café.
-Ya se recopilo allá, ya se puso a secar
en los patios. Y ya me lo procesaron
en el beneficio seco. En un de tren de
mortero donde se le quita esta cascara
roja, y yo hago dos tipo de oro si esté
café cereza lo clasifico y solo arrojo
el que pongo al sol en los patíos aquí
voy a tener un oro natural; si este café
cereza lo paso por el modulo ecológico
que vamos a ver en un momento voy a
tener un oro lavado.
-Todo esto, son impurezas, vea que feo,
café de colima
estas impurezas el mercado las compra
pero yo no las proceso porque hay que
cuidar al cliente, desgraciadamente ese
es el café que la mayoría tomamos.
-Por ejemplo en Manzanillo llegan
contenedores de África con esto. miles
de kilos de café con impuresas por
eso los dolores de cabeza, la taquicar-
dia, las manos de maraquero. ¿Qué
tengo que hacer? ¿Qué hago? Impor-
tamos sacos de la India y de SriLan-
ka con la corona me mandan, o sea
la corona impresa en el yute, la cane-
la. porque los sacos del país, de costal,
me cuestan ochenta, cien pesos, estos
me cuestan dólar y medio, dos dólar
máximo,peroestossonlosreglamenta-
riosparaexportar,yonopuedomandar
así, porque quedo mal con mi cliente,
yo exporto también. Entonces mi café
se la pasa siempre viajando; de Manza-
nillo a Vancouver, 7 días ya esta, Long
Beach y de inmediato a Vancouver.
-Lo meto en estos sacos que pesa con
todo y envoltura setenta kilos, que es el
peso reglamentario para exportar y ya,
cuando yo llego tengo que contratar
agencia aduanal y naviera.
-Yo trabajé un tiempo en el campo y
eso me permitió que la SAGARPA me
apoyara. Tuve que irme al campo, ase-
soraba a los productores, a los cafeti-
cultores, pero como sabía nada de café
le pedí al delegado saber, prepárenme
le dije y me mandaron al trabajo de
campo. Yo soy un claro ejemplo de un
evento de éxito de la SAGARPA.
En la SAGARPA tardé bastante tra-
bajando, 30 años, pero estuve desde las
zonas indígenas, las zonas más des-
protegidas de Tecomán y luego ya para
jubilarme me vine al área de café. vea
como huele a mieles. Si, si, si huele,
huele, huele. Huele al mejor café del
mundo. El mejor café es el de Kopi
Luwak, este es de Indonesia donde los
aldeanos van con su lamparita en la
noche y con las eses de un animalito
que se comió, se pasó el café a su pan-
za, lo fermenta y después lo defeca.
-Nosotros como empresa hemos
empezado buscando, primero tengo
que darle valor agregado cuando el ser
humano nace, nace sin saber nada; mi
empresa nace sin saber nada. Y a capac-
itarse entonces. Este ha sido un viaje de
educación, de aprender los procesos del
café. Si nace café Nogueras sin recursos,
solo con un poco de materia prima, por
eso decimos el niño nace, pero tene-
mos que seguir aprendiendo porque no
sabíamos exportar, no sabíamos como le
gusta al cliente. Entonces tuve la fortuna
deserinvitadaporBANCOMEX,prime-
ro me prepararon, me gané becas y eso
me permitió contar con apoyos tanto en
70. 138 139
María Concepcíon Prudencío Bautista, propietaria de Café Nogueras.
SAGARPA como en FIRA y me becan
y me voy a estudiar y me dan, prime-
ro tronco común, desarrollo rural en
Comanjilla y luego me gano una beca
y la UNAM me manda a Cuernavaca
a un curso de comercio internacion-
al. Es un niño que hay que crecer, que
sigue creciendo, que hay que irlo pu-
liendo siempre, cuidarlo Y mi casa se
transformó en una empresa. Y Colima
tiene reconocimientos internacionales
de alto café por ser un café diferente a
los de otro lugar gracias a mi empresa.
Una historia de éxito total. –le reco-
nozco.
-Pero como ser humano me falta gen-
erar más empleo, yo veo la situación
que prevalece en el país y creo que nos
hace falta, entonces me doy cuenta de
que a veces nos hemos perdido de ver
que riqueza tan incalculable hay en
el campo mexicano y no es nada más
café, cualquier producto.
Tueste de café
80. 158 159
-Extensionismo, me remite a los bue-
nos deseos, me remite a creer y apos-
tarle al campo.
Manuel Guizar Fuentes, sigue sien-
do un extensionista, consciente de los
tiempos que le han tocado vivir, ha sido
testigo de la necesidad de esta figura en
los procesos de desarrollo no solo del
campo, sino de la vida misma.
-Obviamente que al paso del tiempo
cambian las tecnologías y cambia tam-
bién la manera de pensar y la manera
de actuar de los agricultores, de los
campesinos; la parte tradicionalista ha
quedado en una parte muy pequeña,
que merece un tratamiento muy es-
pecial. Hay cosas ahí que no se deben
de perder como es el concepto de la
milpa. Porque el concepto de la mil-
pa es muy amplio y no solo es lo que
se siembra, el maíz o el frijol, sino las
otra especies que crecen ahí, tienen hi-
erbas medicinas adentro de esa milpa.
Es toda una cadena que ellos manejan
en el autoconsumo. No puede aplicarse
una tecnología drástica, un herbici-
da o… porque lo que está adentro del
maíz ellos lo ocupan; algunas hierbas
medicinales, quelites que ellos comen,
lo combinan con algún otro tipo como
papitas,calabacitas,estodouncomplejo.
Es algo ancestral. –dice. Con lo que
ellos han sobrevivido. Eso es lo que
debe conocer el extensionista que vaya
a esa región.
- No negar el conocimiento de los an-
tiguos moradores de estas tierras.
Y su mirada se pierde en la sonrisa de
un tarahumara, detenida en la quietud
de una fotografía.
-A lo que me refiero es que no se puede
dar trato igual a desiguales ¿no? Es un
principio.
Espera respuestas, o replicas a su
monólogo y continúa…
-Debe haber extensionistas con un en-
foque especial, que entiendan cual es
la situación en que trabajan, pues no
nada más en la sierra, sino también
en la costa, en la selva, en otras partes
de México, también existe el concep-
to de la milpa, que ha sobrevivido por
milenios, y que no se puede entrar con
una tecnología moderna a romper el
esquema. Porque ellos, por ejemplo
utilizan sus maíces criollos y siembran
uno que rinde mucho y otro que rinde
poquito. ¿Por qué los siembran los
dos? Porque si el temporal no es bueno,
el que da mucho no da nada y el que
da poquito si da. ¿Entonces ellos que
hacen? Primero aseguran su comida y
luego ven si quedó algún excedente o
sea son maneras diferentes de percibir
el mundo.
Manuel asegura que el éxito de cualqui-
er extensionista se basa en el respeto y
aceptar las diferencias culturales.
-Vamos a generar el extensionista con
eseenfoque,quedesarrollecapacidades
en la gente que está menos favorecida
y que se encuentra en un sistema de
producción ancestral. Debemos hacer
extensionistas con un enfoque mode-
rno; conscientes que el ser extension-
ista debe ser un fin no un medio. Se
debe crear un extensionista que no
quiera ser delegado, ni sub delegado,
ni jefe de programa. En algunos países
para ser extensionista el nivel mínimo
de educación es doctorado. Si no tienes
un doctorado no puedes ser extension-
ista, se te exige ese nivel. Por ejemp-
lo en Israel su nivel de extensionismo
son doctores; en otros países como el
vecino, el extensionista es un gran per-
sonaje.
Porque el extensionista influye en la
vida total de la comunidad.
-Debemos generar un sistema de ex-
tensionismo en donde ser extensioni-
sta sea un fin y no un medio. Que sea
el tope de su carrera a donde debe es-
tar y ser el orgullo, un compendio de
conocimientos. Generar ese nuevo ex-
tensionista implica generar un nuevo
concepto y un nuevo esquema de ex-
tensionismo que para allá vamos. Sien-
to que en los últimos cambios que se
acaban de hacer, vamos directamente a
las universidades. Por ejemplo la uni-
YO QUIERO SER EXTENSIONISTA
Niña
81. 160 161
versidad de aquí de Chihuahua, quedó
seleccionada para dar el desarrollo de
capacidades, el entrenamiento a los
prestadoresdeservicio.EnEstadosUni-
dos hay un programa que se llama los
“4 H”, para desarrollar futuros agricul-
tores. Aquí lo están manejando como
las “4 S”. En otros países el proceso de
forjar un extensionista empieza desde
la niñez, es toda una cultura. Yo creo
que el desarrollo de los futuros agricul-
tores de América tiene que comenzar
con ese orgullo desde muy pequeños.
Por ello necesitamos extensionistas
modernos con nuevos sistemas in-
formáticos, bien capacitados, con altos
niveles de preparación académica tam-
bién, de manera que puedan formar
los grupos bajo el sistema de Extensio-
nismo, que sea el más adecuado según
las características o la tecnología que
queramos transmitir porque existen
muchos sistemas de Extensionismo.
Un silencio, una pausa, solo para tomar
aire en esta carrera larga, incansable de
ser Extensionista.
-Tienen que estar muy bien prepara-
dos, conocer muy bien los sistemas de
Extensionismo, porque fundamental-
mente nació en las universidades, en la
industria. Era la necesidad de las uni-
versidades de salir con sus conocimien-
tos, así nació. Aquí lo importante es que
nuestro extensionista moderno este
bien capacitado en todos los métodos,
para que una vez seleccionado su grupo
él puede identificar cual sería el méto-
do más adecuado, podrían ser semi-
narios, platicas, reuniones de clubs. Sin
tratar de borrar todo ese conocimiento
ancestral.
No es muy idealista , es bastante alcan-
zable le digo.
-Además ahorita tenemos herramien-
tas que en aquellos tiempos no. Tene-
mos un gran impacto ya con insectos
benéficos que antes difícilmente se usa-
aban, tenemos biofertilizantes; la mi-
corriza es un hongo que se asocia con
la raíz entonces el hongo lo inocule, la
semilla y luego la semilla lo mete al
82. 162 163
suelo entonces establece una relación
que le permite asimilar más los nutri-
entes, el agua, favorece el desarrollo
y es totalmente inocuo y baratísimo:
cuesta 100 pesos por hectárea. Enton-
ces existe también toda una serie
de herramientas para auxiliar, es-
tamos desarrollando las capaci-
dades acordes y amigables con su
sistema y con el medio ambiente.
EL Extensionismo es una palabra que
básicamente significa nación de in-
dustrias, puede haber Extensionismo
para agricultura, para ganadería, para
la vivienda, puede haber extensionismo
para la parte de la administración de las
familias.
-Hoy estamos trabajando en la sierra
Fuerte a nivel del huerto familiar pero
luego cuando sea huerto familiar en-
tonces entran los nutriólogos.
¿Y los forestales?
-Y Extensionismo forestal. El exten-
sionismo es genérico inclusive puede
ser para lo que les guste, puede haber
grupos que brinden un servicio de
extensión para que industrialicen, tam-
bién dar un servicio de extensionismo
organizando los grupos etiqueta para
que puedan acceder a mercados inter-
nacionales. Y la única manera es con
productividad, en la medida que volva-
mos más productiva la tierra. Me refie-
ro a incrementar la producción con efi-
ciencia, a que genere más utilidades que
les permita vivir y en esa medida se van
arraigando a la tierra que los vio nacer.
No se van a gusto, se van por necesi-
dad, ya no pueden sobrevivir ahí. ¿Cuál
es la manera de retenerlos en este su
campo? Volverlo productivo. Por ejem-
plo me refiero a la recreación producti-
va que planteo Europa hace unos años;
Holanda, uno llega muy temprano ve
un resplandor, son los invernaderos
entonces son kilómetros y kilómetros
de puros invernaderos que producen
flores, alimentan a Europa de flores.
Eso es ser extensionista llevar la flor
sabia al desierto y aprovechar su voz.
.- Por eso digo que no hay una rece-
ta universal. Cada lugar debe ser es-
tudiado y debe enfocarse. O sea cada
extensionista debe irse enfocando a
la comunidad que haya elegido o en
la que esté trabajando. Y luego por
ejemplo les decía ahí y aquí tengo
ciertos ya de muchísimos inverna-
deros en todo lo que es Sinaloa y luego
un ejemplo de reconversión desde mi
punto de vista donde no veo mucho es
la parte sur de Jalisco; los berries son
unas frutillas vienen por el nombre por
ejemplo strawberry son fresas cran-
berry son arándanos, se llama berries
en general, blackberry es la zarzam-
ora y el blueberry es la mora, son ber-
ries en general se conocen, son frutillas,
no son frutas verdaderas, son fruti-
llas, pero demandan una cantidad
impresionante de mano de obra y ahori-
ta en esa parte no sé, hay algunos miles
de hectáreas de convertir y entonces
cambia el panorama ¿Por qué? Porque
entonces la gente pues regresa ¿Cómo
regresa? Porque es productivo, hay de-
manda, hay mano de obra, hay gente
especializada porque la entrenan o que
pagan adecuadamente trabajan y ya.
Hay dos ejemplo muy interesantes, el
extensionista que solamente difunde
los proyectos que tiene determinados
SAGARPA o alguna institución y el otro
extensionista; el que incluso puede ser
acusado de idealista y de tantos conoci-
mientos y como las vas a implementar
aquí.
¿Cuál es la función realmente del Exte
nsionista, aparte de ser el centro de esos
conocimientos agrícolas cual es el com-
promiso que se tiene con el ser humano?
El ser humano debe ser la base, o sea, sin
la participación, sin el convencimiento y
sin el respeto para el ser humano con el
que estamos trabajando pues no; puede
llevar todas las tecnologías que quiera,
pero necesita forzosamente al ser hu-
mano y que estemos convencidos de
que esto vale la pena yo creo se puede
yo creo que no va a ser rápido también.
Pero debemos sentar las bases y em-
pezar con esa capacitación, probable-
mente irlos llevando, hacer un sistema
de becas para esos ingenieros, llevarlos
a un sistema de maestrías y luego irlos
especializando también en ese sentido
y bueno va a llegar el día que no creo
que este muy lejos que los profesionistas
digan… !yo quiero ser extensionista!.
Familia
86. 170 171
Yo pude salir, estudiar y regresar al
campo. Vengo de familia de campo,
yo soy egresado del Tec de Monterrey.
Mi regreso al campo es como todos los
cuentos de la Biblia: Erase una vez un
rico comerciante y un pobre campe-
sino. Desde que yo me acuerdo, un
cuento empieza así: Era una vez un
rico comerciante y un pobre campesi-
no, En nuestro caso hemos tratado de
aprovechar, yo me dedico a mi familia,
al ganado, a las manzanas y a la agri-
cultura. Los tiempos que estas de oquis
pues los puedes aprovechar en otras
actividades, en nuestro caso la com-
pra – venta de ganado, es un comercio,
ganamos lo que gana el ganadero en un
año, nosotros lo podemos ganar en un
mes mal o bien, pero así es la realidad,
también somos productores de man-
zanas, la manzana tiene un característi-
ca, es un producto caro y Chihuahua es
el productor más importante de man-
zana. Producir no nos asusta, volvemos
a lo mismo el problema es caer en el
mercado vamos y caemos al mercado.
Amiloquemehizoregresarfuerondos
cosas: el amor al campo, lo que es estar
en la tierra y que hay negocio, de que es
negocio es negocio. A mi mi padre no
me inculcó el amor a mi tierra, sino que
me lo transmitió genéticamente y mi
mamá y mis abuelos, yo creo que todos
estamos relacionados en el campo vea.
Yo estoy plenamente convencido que
el campo puede ser un buen negocio.
No me puedo quejar, sería mal agra-
decido, yo vivo bien, mi familia vive
bien, a lo que voy que todo va y re-
dunda en una cuestión, si yo vendo
bien, mi familia va a tener que gastar
y mis empleados les voy a poder pa-
gar mejor, es una cadena, es un cir-
culante de dinero que va a fluir. Pero
no todo es dulzura, el año pasado, te
voy a poner como ejemplo para que
nos entendamos todos, estuvo crítico,
pero el año anterior, estuvo muy bue-
no, precioso, como nunca, entonces se
queja uno de las malas y nomas de eso
habla. ¿Y qué pasa? ¿Cómo se enfren-
ta un campesino, un productor ante
eso? ¿Hay créditos, hay PROCAMPO?
Nosotros todos los días estamos
expensas a los cambios climatologícos.
Todos los días, el campo así es. Esta-
mos expuestos al solazo, a la lluvia, al
granizo. A las plagas o a esto o al otro.
O a los precios de garantía, que eso
sería la peor.
El campo es noble, te paga, tienes una
vida honesta o sea tienes la manera
honesta de vivir, de compartir lo poco
o mucho que tienes, sin embargo falta
la pulida de quien nos debe de ayudar
y que a nosotros nos dejen trabajar y al
consumidor no lo vamos a afectar en
lo absoluto, no lo vamos a quebrar, no
le vamos a vender las manzanas a 100
pesos el kilo , nomas denos chansa de
trabajar, nomas de que yo con un peso
más que me den por kilo resuelvo todos
mis problemas nomás y ese peso está
cerrado bajo llave allá en la frontera.
Ahorita empieza una temporada muy
fuerte de nosotros que es la cosecha. y
si, sueño con trabajo, sueño que ando
haciendo l’otro, lo que se me quedó
un día anterior lo ando soñando en la
mañana, despierto cansado porque ya
lo hice en la noche.
-Si, si lo sueño, sueño al campo; si,
sueño lo que hago, me gusta lo que
hago y añoro lo que hago. Claro pos
uno quisiera todo, pero sabes que no
es cierto.
Aunque se , desde aquí, desde el
fondo de mi pecho que si hay futuro
para el campo. Debe de haberlo.
YO SI REGRESE A MI TIERRA
Fotografía: SAGARPA.