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TITULO DE LA OBRA: ATARDECER
TÉCNICA: ÓLEO SOBRE TELA
AÑO: 2007
JULIO LEÓN MIRANDA
1
AIBAN VELARDE
PEREGRINAS DEL SOL
Panamá
26 agosto, 2020
2
Este texto es un viaje poético
dedicado a la presencia de la mujer en el cosmos;
una búsqueda íntima para tratar de comprender
la naturaleza de ese ser fascinante:
su mística, su memoria, su heroísmo, sus preocupaciones constantes
sobre la realidad social y política y en las pequeñas cosas
de su mundo familiar, cotidiano: el amor, su erotismo, la maternidad.
Es un canto a su naturaleza, a la sensualidad de su cuerpo,
a su espíritu de hermandad, a través de la palabra.
Y, particularmente, una aproximación a la memoria histórica
de la mujer panameña, de todas las que forman parte
de este istmo de colores.
3
A OLOIDDIRDILI,
musa de los continentes
“No me pregunten por qué…
Los dioses ya hilvanaron este
destino antes de que yo
naciera, en el útero del
tiempo”.
AIBAN VELARDE
4
Índice
PRIMERA PARTE: ……………………………………………………………………. 6
¡La Vulva, creación divina!
Por los ríos de la memoria
Invocación a la vida
SEGUNDA PARTE ……………………………………………………………………..11
Mujeres: peregrinas del sol
1-OLOGWADULE, madre tierra
2- NABGWANA, madre tierra, de abundantes frutos
3- NANA OLEYAI, madre de la Generosidad
4- BURSOB, primera mujer en la tierra, esposa de Biler
5- INANADILI, mujer del canto del arrullo
6- GIGGADIRYAI, pedagoga y tejedora de las hamacas
7- OLONAGEGIRYAI, mujer estudiosa de la política y el arte
8-BUNA NELEGWA, estudia la creación femenina y significado del arcoiris
9- MARINA NELSON, testigo del cambio de vestimenta, hecho sangriento de 1921
10- IGWANDILI, maestra de la danza contemporánea
11- SONIA, líder comarcal
12- NANA GABSUS, madre noche
13- MALALA, defensora de la educación
14- LORENA RAMIREZ, “El buen corredor no deja huellas”
15- GUARDIANA DEL CANTO
16- YACHAY
17- VISIONARIA, dedicado a Rosa Iveth Montezuma
18- JERUSALEN SMITH, Doctora
19-LOIS IGLESIAS, fotógrafa
20-ME LLAMO BERTA CÁCERES, líder lenca, feminista, activista del ambiente
5
TERCERA PARTE: ……………………………………………………………………..39
Mola
Or Asu
El himno de las plantas
Comunión de cuerpos
Oda a la mujer que no tiene voz
Carta a una niña del sol
CUARTA PARTE: ……………………………………………………………………….47
Mujer-Amor-Vida
Canto místico a la mujer de luna
Mujer de agua en mi hamaca
Mujer/Poema
Mujer/Árbol
Mujer/Letra
Ritual de nombre
Hara-kiri en flor
Poeta en éxtasis lunar
Carta de vida del autor, Aiban Velarde
6
PRIMERA PARTE
¡LA VULVA, CREACIÓN DIVINA!
Al comienzo, cuando Dios creó el cielo y la tierra,
sin inmutarse, dijo: ¡Hágase la vulva de agua!
En ese instante, creó el reino de los cielos… ¡Un bello escándalo!
Rumores de agua habitan en su misterio,
entona canciones sagradas.
Luego, el parto de la vida.
¡Oh vulva, diosa divina!
Hembra adorable, de desbordantes ríos,
elección irresistible, erección de gemidos, de olores y flores.
Con arrullos de luna se mueve, mágicamente,
linda mariposa.
Cuna de pájaros libres habitan su ser más íntimo.
Dentro, hay cardúmenes y espesas neblinas,
y precipitaciones fluviales
que afilan sonrisas perpetuas de esperanza.
Sí, en lo más hondo he escuchado libélulas revoloteando,
musitando sobre mis oídos.
Yo soplé su gruta mágica y su jardín se irguió como volcán.
De su cabellera brota música de placer, rodeada de gozo.
De sus pétalos hermosísimos aflora turgente luna…
¡Exquisita selva de asombros!
7
POR LOS RÍOS DE LA MEMORIA
Mujer, tu rostro sobre el agua,
son miles de caras conocidas
que emergen de la profundidad de los ríos.
En estos ríos sublevados nacieron las Nelegwas.
Entonces, ellas las diosas-hembras
evocaron al viento, cantaron a la luna,
silbaron a los pájaros y dejaron volar,
libres, a veinte mil mariposas, para ir tejiendo nuestro ser
en la memoria de los tiempos,
donde ellas reinaron en los ríos
y, detuvieron la mirada de los peces,
en Barsudiwar.
Así fue que nació Olonagegiryai
y profundizaron en Bundorgangalu
los límites de la tierra.
Olonigdidili, nos hablaste de
los componentes del ser humano:
agua, fuego, aire, tierra y sal,
mujer, flor de luna.
Buna Nelegwa, dicen de ti, que cruzaste el origen del arcoíris
y surcaste entre las neblinas buscando
8
la fecundidad de Nabgwana.
Buna Nele, igual tu apareciste en Barsudiwar,
como una flor cósmica.
Entonces, viajaste a través del río
hasta los confines del universo.
Cuántos siglos de sueños invencibles
vagaron entre noches, bosques, islas,
porque siempre soñaron ser mujeres libres.
Todo fue creado a martillazos…
la filosofía de la vida.
Y, a taladrazos, hicieron de la vida
una canción y hechizaron a la humanidad
con el canto de todos.
Por eso, los ríos hablan en nombre de ELLAS,
mujeres que nunca perdieron el coraje,
bajo la mirada de Dios.
Mujeres, alas de libertad, millones de estrellas,
mujeres del viento, mujeres estrellas,
mujeres de barro fino.
Mujeres que hoy gritarían contra la violencia del estado,
mujeres que hoy clamarían contra la contaminación de los ríos,
mujeres que protestarían en la calle contra las leyes injustas,
9
mujeres que han vuelto como guardianes de la vida,
porque han desafiado los laberintos de la muerte
y porque han proclamado
el más hermoso de los derechos,
el amor para construir el paraíso,
el más hermoso y humano,
con la mirada puesta en el sol;
la construcción de universos plurales de águilas,
de flores, de estrellas y de ternuras.
Las Diosas hembras no cantaron en vano.
Junto al río de Barsudiwar,
por la esperanza de las naciones,
por todos los seres del planeta,
todas ellas gritaron: “queremos hamacas que duren para siempre,
para que nuestros cantos no se marchiten en el tiempo”.
Por eso hoy, la noche, está poblada de estrellas,
en el país de los árboles sagrados.
INVOCACIÓN A LA VIDA
Yo, Gamdur, al son de la maraca y la flauta,
invoco a todos los planetas,
que, desde azulísimo cielo, bendigan hoy mi canto sagrado.
10
Y que lluvia de estrellas
dancen en el cosmos,
protegiendo tu alma, niña eterna.
Hoy te nombro “Buna Indidili”.
Hoy te nombro como la luz de la creación.
Nombro a ti, como agua creadora de la vida.
Nombro a ti, como la génesis de los continentes.
Te nombro guardiana de los sueños.
Por eso bendigo la eternidad de tu nombre.
Hoy caen las primeras lluvias,
niña, génesis de la vida.
Os invoco al firmamento,
que hoy cortaremos tu cabellera
para que extiendan tus hebras desde la raíz de los árboles.
¡Oh, qué nombre tan clandestino que profetizan tus sueños!
Hoy, esta ceremonia dignifica
la memoria de Olowaili, ante la primera luz de la mañana.
Una semilla, una rebeldía, una profecía,
una sabiduría, cobija con toda la fuerza,
la esperanza de la niña-árbol.
11
SEGUNDA PARTE
MUJERES: PEREGRINAS DEL SOL
1-OLOGWADULE: (Madre Tierra)
Bab Dummad, Ser Supremo,
hacedor del Universo,
extendió una masa de oro
desde la raíz de la Madre Tierra, Ologwadule.
Desde entonces, Ologwadule
fue arropada de tantos sueños
y quedó cubierto, todo el cosmos,
con bejucos de oro fino.
Nana dejó sus huellas grabadas
en todas las dimensiones del universo;
Nana tejió todos los rincones de la tierra
con hilos de oro para iluminar la oscuridad.
El río emitió por primera vez su quejido.
Desde las entrañas de la Madre Tierra
danzaron, mágicamente, las albahacas;
surgió el verdor, en el concierto de la tierra.
¡Oh, Nana! ¡Cuántos seres están bajo tu protección:
el sol, la luna, las estrellas, los vientos y la lluvia!
Todo era una fiesta en la casa cósmica.
12
Bab Dummad, el hacedor del Universo,
dibujaba la curvatura de la tierra.
Apenas iba completando la vida de este universo
y las criaturas, apenas tomaban su forma.
Y nosotros empezábamos a definirnos
como seres humanos, Oloddulegan, los seres de oro,
Danza de flores, danza de albahacas,
danza de bejucos, danza del viento.
Madre de oro fino, madre de plata fina.
Baba y Nana cubrieron de columnas a la Madre Tierra
y germinó en su esencia, capas de oro fino,
hasta estremecer todos los pétalos de la gran Nana Ologwadule.
Un concierto de flores
retoñaron bajo el hechizo de la vida…
Desde aquel día trágico hemos sido mortales.
2- NABGWANA: (Madre Tierra, de abundantes frutos)
En el comienzo todavía no había árboles, ni plantas
y emergió el gran río de oro y Nana movió,
mágicamente, las aguas del río de la plata.
Dulasgundigwar, así fue nombrado el gran río.
Los ríos se metamorfosean.
Los ríos son de oros, los ríos son de plata.
13
Baba y Nana cambiaron el nombre.
Ahora el río se llamó Oloburgandigwar,
Maniburgandigwar.
Baba creó a Abya Yala, Burganyala.
Entonces, surgió la tierra que florece, Burganyala.
Nacieron las hierbas, todas florecidas y reverberó la madre tierra, Ologwadule.
Baba creó todo, Nana creó todo.
Luego, vinieron Biler y sus hijos…
¡Qué pavura! ¡Qué terror! ¡Qué tragedia!
Todos los rincones de Nabgwana,
la Madre Tierra, de abundantes frutos,
sufrían la muerte.
Había dolor, exilio, desesperación,
angustia, soledad y muerte.
Biler y sus hijos, ellos
se habían adueñado de toda la tierra.
3- NANA OLEYAI: (Madre de la Generosidad)
Eran otros tiempos, era una noche primigenia.
Ahí pude contemplar
la morada de los seres alados,
vi extender sus alas en el cielo,
y sus picos rozar las estrellas.
14
Baba los hizo con alas de sueños,
surcando el aire por los infinitos espacios de Nega Duu.
Aun así, tú compartes el vuelo entre el aire y la tierra,
ave inmemorial, madre ave y desde el cielo, Nana Oleyai,
alimentas el corazón de los animales.
4- BURSOB: (Primera mujer en la tierra, esposa de Biler)
Baba y Nana dijeron: busquemos la mejor arcilla,
la arcilla sagrada. Sí, una arcilla roja,
una arcilla blanca,
una arcilla parda.
Sí, ocho tipos de arcilla.
Que sea el espíritu de Nana,
que sea el espíritu de Baba.
Toda la creación fue hecha a imagen y semejanza
de Baba y Nana.
Tanto los vientos como las aguas,
las nubes, los bejucos, los animales,
ayudaban a cuidar la armonía de la Madre Tierra.
Así vino, Olonailasob (Bursob),
como guardiana de la Madre Tierra.
Olonailasob nació con la esencia
del espíritu de Baba y de Nana.
15
Todo estaba en armonía
hasta que Olonailasob se rebeló contra el mar,
contra las estrellas, contra la naturaleza.
Si antes los árboles eran rectos
se retorcieron hasta los vientos que armonizaban la vida,
se volvieron tifones y remolinos y desataron a la Madre Tierra.
Entonces, Olonailasob cambió de nombre
y se llamó Olobursob.
Convocó el inicio de los desastres,
la primera conferencia de la pavura.
Empezó a provocar a los monstruos marinos.
Ella quiso ser la diosa de toda criatura.
Ella quiso congelar a la Madre Tierra.
Ella atrajo el frío con su hechizo.
Ella dijo: “Yo soy la diosa del cosmos”
¡Qué locura! El llanto se anidaba en el corazón de los ancianos.
Los niños dejaron de jugar con los pájaros.
Las mujeres dejaron de procrear.
Fue un total holocausto.
Los ríos derramaban sangre,
cundía la oscuridad total.
Las nubes padecían síndrome de rabia.
16
Bursob cada día aprendía el arte de matar.
La locura y la pavura
estremecieron los cimientos
de la Madre Tierra.
5- INANADILI: (Mujer del canto del arrullo)
En el horizonte,
los platillos luminosos
zumbaban en todo el universo.
Nadie sabía qué fenómeno ocurría.
¿Eran las hijas de las estrellas?
¡Cómo van a venir las mujeres del cielo!, -replicaron los hermanos.
Luego los pájaros chillaron, paralizados,
ante el relámpago del cielo.
El mismo río habló desde aquel día,
con un lenguaje distinto.
Ella bajó desde un cayuco de oro, Inanadili,
con qué ternura bajó de las estrellas,
cómo improvisaba ella sus pensamientos,
cómo ella cantaba con una magia infinita.
Ella aprendió el arte de adormecer a los niños.
Ella venía del cielo,
17
de donde parpadeaban las estrellas,
de donde las aguas pronunciaban sus nombres.
Ella venía de las nubes densas
toda cubierta de flores.
Cada vez que ella cantaba
hasta la soga de la hamaca chillaba
porque no podía resistir
el canto de arrullo de Inanadili.
Ella era la luz
que bajaba hasta la tierra.
Ella cantaba así:
“Cuando llegues a caminar
por los bosques/ irás a esperar a papá /
que vendrá silbando por los ríos/
buscando alimento para ti.
Tu padre irá de río en río,
moviéndose en su cayuco de oro,
surcando las aguas del río.
Ve a recibir a tus hermanos,
están por regresar”
Así te llamará, siempre, mamá.
Tus hermanos
18
estarán en la montaña más alta, lejos de la casa,
en medio de la lluvia que embellece la naturaleza.
Tus hermanos traen carne de saíno;
tus hermanos de alegría gritarán:
“Es para todo mi pueblo”.
Nuestra lengua materna, un día,
sacudirá todos los confines del universo.
6- GIGGADIRYAI: (Pedagoga y tejedora de las hamacas)
Vivía el abuelo Mage;
ya nuestros ancianos
sabían interpretar el lenguaje de los pájaros.
Interpretaban el gruñido de los animales
donde comprendían el significado de las aguas;
hasta invocaban las raíces de los árboles.
Sí, una aldea donde trabajaban los sabios en la resurrección de los espíritus
¡Oh, Giggadiryai!
Sucede que eres la tejedora de las hamacas.
Sucede que las arcillas
eran tu única esperanza de la vida.
Tú, que vagabundeaste con tanta sabiduría
y pernoctaste hilando el pensamiento de los Nelegan,
19
donde tus días fueron días fértiles,
donde las flores se abrían
y se cerraban con la magia de tu mirada, abuela.
Con las plumas de la cotorra
y con pieles de otros animales
inventabas con tus manos,
una obra de arte.
Con cada estrella del cielo,
apenas la mola era destellos de sol
y estaba enterrada de bajo del árbol.
Todo ocurría en Yodigwar,
a la luz de la luna llena,
debajo de los caobos,
donde los sueños adquirían el color de la vida,
bajo el amparo de grandes arqueros.
Allí donde mi pueblo descifraba
los signos del amanecer,
donde los ríos cantaban con sus aguas,
calladamente, el milagro de la vida.
Giggadiryai, tú que vives en las raíces
de los árboles del país Dule,
como una estrella, multiplicando
20
toda la eternidad que soñaste.
7- OLONAGEGIRYAI: (Mujer estudiosa de la política y el arte)
El firmamento, con su último quejido de ensueños,
delataba el sueño de toda una mujer
y, en el limo de las piedras, incrustado,
estaba el ímpetu tenaz
de la sangre de Nana Olonagegiryai.
Dicen de ti, que bajaste a la dimensión exacta,
a Dedibegun Galu.
Dicen que ahí conociste extensos platanales
y a los cantores de la vida.
¡Qué descubrimiento! Inclusive, fuiste a visitar un país
donde no sopla el viento,
un país donde no existe la amnesia,
un país donde emerge el ritual de los sueños,
un país donde se entrecruzan los mensajes de Baba y Nana,
como la eterna creatividad.
Un país donde vive gente
de pelo liso y largo como hilo de algodón,
donde la neblina fría sacude la memoria de la gente,
un país donde aprenderás
la genealogía de todas tus generaciones.
21
Y aprendiste la sabiduría
en todas las estaciones de Olodeddorgalu
y, con el canto de los pelícanos,
naufragabas viendo la curvatura
de la Madre Tierra, como una tinaja.
Y descubriste seres que parecían como algodones,
seres que tenían el color de la neblina fría
y aprendías la profecía de los milagros,
y traías para tu pueblo tanta sabiduría,
pero la envidia, con sus ojos de muerte,
empezó a brotar en la conciencia de los hombres.
Olonagegiryai, con su pelo largo
que le caía por la espalda,
como una obra de arte,
empezó a invocar a las iguanas del río,
empezó con una plegaria al sol,
empezó a cantar el himno a la vida,
empezó a sentir todo el dolor de un pueblo
y criticó a los perversos,
a los egoístas, a los corruptos,
a los detractores de la madre tierra,
prolongando la esencia de la crítica.
22
8-BUNA NELEGWA: (estudiosa de la creación femenina
y del significado del arcoíris en el cosmos)
La madre tierra fue su casa.
Aquella morada fue su crónica de vida,
fue la dignidad que ella habitó,
desde lo más adentro de su ser,
augurando el destino de Olobibbirdili.
¡Qué pulcritud! Sí, Olobibbirdili.
Solamente se entiende desde la realidad de mamá.
Ella dijo: “Somos el lenguaje de la Madre Tierra,
he profundizado su curvatura”.
Ella navegó en su imaginación inmemorial,
desfilando con su propio destino,
para hilvanar la sabiduría de Baba y Nana,
Hoy tú vives en una estación alguna,
de cualquier parte del universo infinito.
Con tu dolor hablas de la lluvia,
hablas del sol, hablas del lenguaje del arcoíris.
Tú, con tus legiones, con el eco del agua,
con el corazón de la piedra,
con la neblina de la luna,
ante una puesta del sol radiante,
conoces el lenguaje de Maniburgandiwar
23
y Oloburgandiwar Manibilligan y Olobilligan.
Por eso, cuando repasemos la antigua historia
verás que el creador y la creadora,
juntos, trabajaron en la creación
de la lluvia, en la creación de las estrellas,
en la creación de los relámpagos,
en la gestación de los árboles,
en la gestación de los vientos.
Por eso, nuestra comunidad
nos necesita a todos.
Yo, Olonagigiryai, digo que el arcoíris
es la vitalidad del universo.
9- MARINA NELSON: (Testigo del cambio de vestimenta tradicional,
durante el episodio sangriento de1921, de Uwargandub)
La policía colonial invadía nuestra comarca
y violentaba, con todo su colonialismo
para acabar con la cultura Dule.
Los cantos apenas se escuchaban
desde la casa del congreso y,
las tinajas quedaban trituradas
por las manos de la policía colonial,
mientras tú, niña, fuiste rebelde y osada,
24
pintada tu cara de achiote por defender tu cultura.
Nada te detuvo, ni las balas del colonialismo,
ni iglesias, ni San Guillen pudieron derrotarte.
Hoy el cerro Ibedon hace vibrar las montañas,
las flores abren sus hojas
con la esperanza del gran espíritu y tu memoria rebelde,
con todas sus ilusiones,
sigue el vuelo de los arqueros cósmicos.
Hoy tu memoria florece,
en las faldas del cerro Ibedon,
iluminando todo el archipiélago.
10- IGWANDILI: (Maestra de la danza contempránea)
La tierra nos salvó con la danza del viento.
Danzas cual gaviota alzando su vuelo,
en espiral, para hablar desde los ríos más profundos,
así, despertando a las piedras de su silencio.
Te vi revolcándote con una tinaja de agua,
mientras la hamaca te envolvía con su magia.
Y tú, desde el vientre, girabas
con la hamaca, invocando a la memoria.
Mientras te envolvías en la hamaca,
surgían historias que nos hacían recordar
25
una patria de los inmortales
y, lejos de los desmemoriados.
11- SONIA: (Líder comarcal)
Tu fe se fortalece con la rebeldía de la luna.
Amas la esperanza desde tu condición de madre,
invocando los bellos días, para este suelo patrio,
donde la luna llena indaga el navío
del arcoíris, que oscila como luciérnaga.
En la sabiduría del tiempo, al final,
tú defiendes al pueblo por sobre todas las cosas,
porque tú, Sonia, cultivas los jardines
de tus sueños en plena libertad.
12- NANA GABSUS: (Madre Noche)
Puedo hablar de la Madre Noche,
madre de cabellera negra,
madre cubierta su alma de jagua.
Madre que anda sigilosamente
por los ríos de la memoria.
Madre que cubre el alma de los mortales.
Ella, Nana Gabsus, envolvía,
tiernamente a Ologwadule, Madre Tierra.
26
Entonces, Ibeler llamó: “Gabsus, Gabsus, Gabsus”.
Y, la madre noche respondía:
“He protegido a tus hermanos y hermanas”.
Entonces, Olobibbirgunasob, Madre Tierra curvada y redonda,
sonreía y repartía la comida
a los ocho hermanos.
Así canta nuestra Madre tierra.
Todo tiene color de vida,
mientras el pavón repite su canto.
Todos vuelven a recordar el canto
de la emancipación de los hijos de Olobibbirdili,
mientras el pavón recuerda y canta a Ologwadule.
Canta a los huesos que quedaron dispersos por los ríos,
recogemos los huesos, canta el pavón.
Y, desde allí vuelve a cantar el pavón:
“repoblemos el universo”.
Y, contra todos los pronósticos,
el Dule volverá a domesticar la montaña.
13- MALALA
Tu mirada en estos días
se perdía detrás de las nubes,
27
con una conciencia clara de justicia,
y tu mano trémula, haciendo el último esfuerzo
para luchar por la libertad.
Y, en el despertar de la luna,
tú alumbraste el camino.
Una bala hiere tu frente,
mientras tú cobijabas la esperanza, en virtud del amor.
Y tu padre solía decir entre tus amigas:
“Fijaos en esta niña, está destinada a algo grande”
Y tu padre te dijo:
“Yo protegeré tu libertad, Malala, sigue tus sueños”.
Y tú por las noches rezabas:
“Dios, concédeme el lápiz de Sanju;
no se lo diré a nadie.
Simplemente, déjamelo en mi armario.
Lo usaré para hacer felices a todos”
Tú procuras los derroteros de una canción valiente,
desde las hondonadas del alma de tu patria,
empapada con nuevos soles de libertad.
Entonces, el ascenso de la luna en el cielo
era un presagio sobre la tierra.
Tú lanzabas al mundo
28
una canción de hermandad,
invocando el fuego
desde el ombligo de la tierra.
Tú ardes con conciencia para iluminar la oscuridad,
mientras en tu discurso defiendes la paz,
con el arma de la educación.
14- LORENA RAMIREZ
“El buen corredor no deja huellas”
proverbio del Tao Te Ching de Lao Tsé
Cuando las gotas caían en la tierra,
en la génesis del universo,
brotabas tú, como semilla de maíz,
como una mazorca rebelde,
como una mazorca de libertad.
Hasta las aguas primigenias
cubrían las primeras raíces de los árboles.
Me dicen que hay un ritual
de cómo cazar los animales:
“No dejes el vientre de un animal hacia arriba
por respeto al sol, por respeto a las estrellas,
por respeto al viento, por respeto a la naturaleza,
por respeto a la vida”.
29
Así dicen los ancianos.
Aún no alcanzo a descifrar el misterio de la vida…
Lorena, tú que recorres quince kilómetros diarios
por la montaña y atraviesas
la parte más alta de las barrancas que rodean a Rejogochi.
Pues, solo basta poner tus pies en la tierra,
porque corres para iluminar la esperanza.
Con las ínfulas del tiempo
corres, saltas, luchas,
con el paso de los pájaros cantores,
para sentir el peso
de los seres amados de la naturaleza.
No te detengas, porque correr es un acto de libertad.
No te detengas, sigue corriendo
con toda esa libertad que soñaste,
porque tú llevas el espíritu en las raíces de los árboles.
Lorena, mientras tú caminas ante la puesta del sol,
bajo los misterios de la luna,
ahí tú descubres el sentido de la vida
y el hechizo de la primera creación del cosmos.
Bailas al sol, bailas a la luna,
bailas a las estrellas y bailas con la coreografía
30
de los seres alados como mandalas del firmamento,
para meditar sobre la sanación de la vida.
Lorena, llena de tu luz, germinas el amor por la vida
brotada desde el fondo de tu espíritu.
15- GUARDIANA DEL CANTO
Te aconsejo, niña, invocar a todas las montañas,
a los soles, a la luna y a los pájaros
antes de escuchar el canto sagrado de Bab Igala.
Sus sonidos se esparcen
desde los orígenes de nuestra existencia.
Haz que los quejidos de la Madre Tierra
emerjan de tu alma y en complicidad con tu arte,
canta los sueños del alma Dule.
Sobre todo, no olvides los distintos nombres de la Madre Tierra:
Nana Olodililisob, Madre Tierra, joven, tierna, blanda y gelatinosa.
Nana Ologuadule, Madre Tierra endurecida,
capaz de dar firmeza a las raíces de los árboles.
Nana Nabguana, Madre Tierra que siente y sufre,
y Nana Olobibbirgunyai, Madre Tierra
que gira en armonía con el universo,
conectadas con todos los seres del planeta.
Invoca estos nombres, dadoras de luz,
31
mientras vas navegando, bajo una lluvia torrencial entre Guebdi,
cruzando a Narganá en el cielo azul del archipiélago.
Recuerda, tu primera placenta, niña,
fue plantada por tu madre.
Por eso, regocíjate cada mañana, da un grito de alegría,
mientras se agitan los peces en el mar de Dule Nega.
Yo, el arquero cósmico, te canto hoy:
“Quiero que tus sueños sean tantos
como las estrellas y que tu conciencia deje huellas
de montaña en montaña, de río en río,
en los tiempos venideros como guardiana del canto”.
16- YACHAY
Madre y Padre de los eternos cielos,
Madre Ologwanasob, Madre Manigwanasob.
“Oh, Madre Tierra, que desde tu hamaca de oro y plata
germinas tanta sapiencia
para equilibrar la armonía en esta tierra.
Hablas de la sabiduría del agua
que permanece en las estrellas,
donde los cayucos de los antepasados
navegan en el horizonte del alma.
32
Serás como águila del sol, Yachay, que vuela en el firmamento.
La inmortalidad está en el susurro de tu nombre.
Cuando las naciones tiemblen,
es porque algún día, tus ojos encenderán
la esperanza en los confines del universo.
Después de todo, agua y sabiduría sumergen en silencio
y tú danzas en espiral sobre el mar,
al compás del viento.
Ese día en que naciste pululaban las luciérnagas
y el cielo llovía en Nega Duu, el firmamento,
es porque desde la corteza de los árboles,
la naturaleza dibuja tu nombre.
Antes que nacieras,
los Creadores, los Hacedores de la luz,
colocaron en el corazón de la Madre Tierra
semillas de achiote y semillas de jagua,
para bendecir tu vida.
Eres la sabiduría extendida en el agua
para acallar la voz al olvido.
17- VISIONARIA: (Dedicado a Rosa Iveth Montezuma)
Su nombre florece en los diarios.
Se le cita en la memoria del crepúsculo.
33
Aparece bella en Instagram, con su larga cabellera,
su belleza tocada por el milagro de la naturaleza,
entre tanta piedra sagrada.
Dicen que su belleza estremeció la epidermis de la tierra;
su vestido es una estrella
que valientemente siempre ha existido.
Habló con la lengua de la aldea,
con su mística belleza, dialogó con la aurora,
en medio de la primavera.
Su belleza ha venido de la lluvia
del amanecer, de la floresta.
Su inteligencia proviene
de un idioma común, Nabgwana.
Es el alegato de la naturaleza y, en el aliento de su mirada,
permanece el esplendor de toda una civilización.
Sueñas con la lengua de tus antepasados, indómita belleza,
reina, vestida de lluvia, de bosques,
de estrellas, de luna, de historias,
de libertad y de sonrisas.
Sobre tu pecho, tu vestido
despierta el retorno de Nabgwana.
Dicen que la Comarca fue su casa de tantas crónicas,
34
de tantas vidas, de tantas batallas,
de tantas almas guardas.
Entre tus párpados, una belleza como un himno.
A través de tus ojos, el ritual de la lluvia.
La libertad, que se revela insurrecta
en la lengua de tus antepasados, va dibujando
el alma del crepúsculo de la mismísima naturaleza.
Hablas del agua, reina de la vida.
Hablas de las raíces de los árboles
y llevas la sangre de la naturaleza.
En ti descansa una leyenda.
Hoy tú convocas, con tu vestido,
la emancipación de las estrellas, con soles y sueños;
toda esa estética que soñaste, que significa libertad,
y, muestras al mundo una identidad con pasos firmes bajo el sol.
Con tu belleza, las orquídeas vibran en los afluentes
y estremecen las ramas de los árboles
bajo los pronósticos de los Nuchus.
¿Quién eres? Bannaba, mujer indómita,
estrella fulgurante, profecía nueva en defensa de la humanidad,
engalanas con tu belleza la patria de mis montañas.
¿Cuál es el significado de tu encanto?
35
Cuando vemos las últimas aves del mar,
dibujando en espiral, una estrella, en el crepúsculo,
una rosa pintando en la memoria,
injertando en las aguas
la estética de tu naturaleza,
rito secreto de la flor, de todos los días.
Entonces, justamente de ti, Rosa Iveth,
reina una palabra: ¡valientemente,
pronunciarás dobö para la eternidad!
18- JERUSALEN SMITH: (Doctora)
Tu verbo es un canto terapéutico,
es ternura,
es territorio,
es agua.
Es como un sol que abre el cielo y la tierra,
siempre cantando a la vida,
cantando al cuerpo y al alma,
para dar significado al color del arcoiris.
Por eso, las células cantan amaneceres.
El mundo alumbra tu nombre,
O tú alumbras al mundo, con la ciencia.
Oras a Dios, por medio de las flores,
para enseñarnos,
cómo es la vida por dentro.
36
19-LOIS IGLESIAS: (Fotógrafa)
!Oh, fotografía,
sin tus ojos se va luz!
Voló su alma, súbitamente,
más leve que el aire,
sobre las alas de una libélula,
Mientras vuela el colibrí.
la lluvia cae poco…
Capturas en ese instante,
el cuerpo de la luna,
un baile congo,
una pollera,
un archipiélago,
una sonrisa mágica
de la niña del arcoiris.
Pronto hablarán tus ojos…
20- ME LLAMO BERTA CÁCERES: (Líder indígena lenca,
feminista, activista del ambiente, hondureña)
“Berta, lloramos y nos indigna tu brutal asesinato”.
Cuando estoy con el río,
no sé dónde queda el miedo en el mundo,
porque tengo ganas de sembrar
la semilla de la libertad.
Con el río vuelo alto,
arriba de la luna, donde empieza la tierra.
El río es vida, es la humanidad dentro de uno,
37
floreciendo después de la muerte.
Los asesinos disparan contra mi cuerpo
para taparme la boca de silencio,
pero el canto de los pájaros se rebela
contra el silencio y la oración de los abuelos
es la memoria viva de nuestra lucha, me lo dijo el agua,
Hoy mi sangre bulle por los ojos de los ríos
porque han conocido el brote de las lágrimas
de una hermana que lucha por la vida.
Hoy los pájaros despertaron al sol con el grito de la justicia.
Y la patria renace junto a cada río
y todos los poderes repartidos comercian con la vida,
y el verdadero dueño del poder, los pueblos asesinados,
vilmente por eso, cuando pronuncien mi nombre
será el grito de todos los ríos del mundo,
porque mi cuerpo no termina en mí,
sino que se extiende a todos los hermanos
que aman la vida.
Soy millones de mujeres anónimas
salvando la flora y la fauna de este planeta.
Por eso, todos podemos adueñarnos
de un espacio público y gritar: “vendepatrias”
38
a los que predican en nombre
del progreso y nos empobrecen.
No podrán destruir nuestros ríos, nuestras montañas,
nuestros espacios sagrados, nuestra identidad,
nuestras memorias, nuestros espíritus.
Soy Berta Cáceres, la voz de los derechos humanos,
Somos custodios de la naturaleza, de la tierra,
y, sobre todo, de los ríos, porque no nos queda otro camino
más que luchar, porque estamos en contra
de la concesión indiscriminada de los diferentes gobiernos
a empresas mineras, gaseras e hidroeléctricas,
porque somos seres surgidos de la tierra,
del agua, del maíz y de los ríos,
somos custodios ancestrales, el pueblo lenca;
además, los espíritus de las niñas
nos enseñan que dar la vida de múltiples formas,
por la defensa de los ríos, es dar la vida.
Para el bien de la humanidad y de este planeta.
Y por los siglos de los siglos,
la amnesia histórica nunca jamás prevalecerá,
porque los “vendelotodo”, los terroristas,
no podrán contra los hijos de los ríos,
39
contra los hijos de la tierra, contra los hijos de los árboles,
contra mis compatriotas, contra mis hermanos.
Las balas no podrán acallar nuestro silencio,
porque nuestra inteligencia incomoda
y porque nuestra lucha es nuestra eterna libertad.
Ahora corro como el río, danzo como los árboles,
vuelo como los pájaros, porque la verdad
que repartí desde el río,
crece armado de esperanzas y,
porque en el fondo del cielo luce una estrella,
que es la esperanza de los pueblos.
TERCERA PARTE
MOLA
La Madre Tierra encendió el sol, la luna y las estrellas.
Baba irradió la tierra.
Vacía la extensión del cielo,
el Nuchu, desde entonces, conversó
con las montañas, con las quebradas, con los ríos ancestrales.
¡Oh, Galu medde sorgid! !Recinto sagrado!,
Dimensión de la Madre Tierra,
la más elevada virtud del arte,
40
lugar invisible donde tejen molas y laberintos.
¡Oh, Galu Dugbis!
En ti surgen todos los milagros,
armonizan con el sonido y con el silencio.
Allí todos los seres de algodón danzan,
renovándose constantemente,
en la dimensión de la plenitud.
¡Oh, presencias de espíritus,
nos permite contemplar el gran misterio
que hay en Galu Dugbis
allí donde todos los laberintos
convergen, en medio del abismo insondable,
al camino que nos conducen al reino del creador.
Nana Olonagegiryai, tu mano arde en Galu Dugbis,
el recinto sagrado de las molas, dejando estelas de colores infinitos,
para iluminar la oscuridad de la tierra.
Por eso nombras a la mola Ararmola.
Y sigues nombrando: Dabumola, Disggemola, Abgimola, Ubsanmola.
Molas hechas de algodón y de espíritus,
con diseños de pájaros, con tintes de achiote y jagua.
Y con la aguja de arawar, y con hilos de Oagerggeduba,
Madre Olonagegiryai, hilvanabas el destino del universo.
41
Mola, matriz del universo, raíz del cielo,
raíz de la tierra, raíz del agua,
arcoíris, madre misteriosa de la mola.
OR ASU
Cuando Baba creó el Universo
encendió el sol, la luna y las estrellas.
Entonces, alumbró el rostro de la Madre Tierra.
El Hacedor sembró todo tipo de flores,
la albahaca roja, la albahaca azul, la albahaca amarilla,
todo era de oro, todo era de plata.
“Oloduddagiye” (la tierra florecida),
así se formaron los contornos de Nabgwana.
Dicen los abuelos que estamos hechos
a imagen y semejanza de la Madre Tierra.
Mujer, tu rostro es preludio del genesis.
La eterna guardiana del sueño del agua,
La hacedora de ríos de la memoria.
Mujer, tu cuerpo es la esencia de la naturaleza.
inventas con tu verbo las luciérnagas,
los jardines y los crepúsculos.
La bellísima luna se dibuja en la argolla de tu nariz,
42
va alumbrando el cielo, la tierra, el mar y los bosques.
Mujer guna, con tu brillo de oro en la nariz,
resplandece tu rostro y tu sonrisa rebelde.
es la evocación mágica de la revolución de la vida.
Por eso, abuela, me dices: “Al morir, iré a mi propia tumba,
con el espíritu del jaguar y con la mirada del halcón,
vestida de mola, con mi or asu de oro para iluminar el universo.”
EL HIMNO DE LAS PLANTAS
¿Por qué en el frondoso bosque
cantan las curanderas
en el vientre de la montaña?
El bosque parece que también canta.
El río también se está desbordando de sus cauces.
Esta canción no es cotidiana,
está hecha para curar el alma,
canta para hablar con el relámpago,
canta para dialogar con las estrellas,
canta para encender el sol de la mañana.
Cuentan las abuelas, que un día
bajaron, en altas horas de la noche,
mientras dormían, los espíritus malévolos
43
y cuando estos malos espíritus despertaron,
oyeron miles de voces femeninas:
entonaban hermosas melodías
y eran las plantas que cantaban
adueñándose de la floresta.
Por eso, antes de arrancar las plantas
hay que dialogar con las medicinales;
vinieron para salvar a la humanidad.
Por eso, siempre le pedimos perdón al bosque.
COMUNIÓN DE CUERPOS
Una voz emerge, como aleteo de pájaros,
y convoca a un viaje de hermandad con el universo,
donde todos giran
al encuentro de su origen.
El cuerpo abre los ojos
despierta el alma,
en ese instante,
sobre las alturas de Ibedon.
Mujeres danzan…
Coreografía de delfines…
Coreografía de halcones…
Coreografía de mariposas…
Mientras, todos susurran al oído
los secretos del viento.
Gritos de humanos,
44
sonidos de flautas y maracas.
La danza hermana a todos los seres humanos,
a los animales, a los árboles,
en un estado permanente de vigilia.
Cuando danzas la paz te habla…
Mientras, el resto queda inmóvil
contemplando la danza nacer
entre los crepusculares.
Las mujeres giran y giran
y van emitiendo risas intraducibles
y así, van danzando al cielo…
¡Comunión divina! ¡Armonía cósmica!
ODA A LA MUJER QUE NO TIENE VOZ
No era su piel ni su ombligo.
Eran sus cabellos,
como el viento, intocables,
como mariposa de fuego;
como amaneceres frenéticos,
tocaban el firmamento.
Ella tenía los cabellos
como pájaros en el cielo,
como semilla de viento, al agua.
Ella tenía los cabellos
con los nombres de la tierra.
45
como un ejército de flechas,
que ahuyentaban los fantasmas.
Cabellos como memorias blasfemas…
Ella hablaba en antiguas lenguas.
Ella llevaba bajo el brazo
el único libro “Loa a la Tierra”
de Byung-Chul Han,
como señal de aceptación,
como un viaje infinito,
al país de los jardines,
como su primer aplauso.
Murió un domingo azul,
con una larga carcajada,
con unos versos en sus labios,
alimentando con todas las palabras
que no dijo.
Por eso, esos cabellos te perseguirán
por los siglos de los siglos,
porque arrancaste
palabras del corazón
para el canto de los vivos.
46
CARTA A UNA NIÑA DEL SOL
Niña, tengo la certeza de haber visto en tus ojos la profecía.
La tierra suspira, porque la pandemia trajo en sus anclas la muerte.
Hay sombras en la calle; los cantores mueren
sin despedirse de sus pueblos:
se llevaron sus cantos a jardines eternos,
y nos quedamos sin las constelaciones de memoria.
Soy el elegido y canto para nombrarte.
Tu nombre será Yala Sobia,
especialista en la sabiduría de la tierra.
Recuerda la tierra, niña, de cuyo corazón eres.
Corazón de tierra roja, de tierra negra, de tierra amarilla,
de tierra blanca, corazón, de tierra verde,
¡Niña del Sol, en este istmo de colores!
Contigo todas las cosas serán nombradas
nuevamente en la epidermis de la tierra:
la neblina, el águila, el cactus, hasta el último silencio de las piedras.
Niña, préstale tu idioma a la gente para enseñarle a pensar en los árboles.
Niña, préstale tus ojos para que contemplen la belleza de la aurora.
Niña, préstale tu alegría para que puedan sentir
entre sus pies el latido de la tierra.
Niña, préstale tu mola para que puedan descubrir con sus colores, la
esperanza.
Niña, no temas, no te faltará nada;
estás completa como el mismísimo universo.
Renovarás todo con el idioma que hablas
y con este canto sagrado observarás las huellas de Baba y Nana
para trazar tu propio mapa de identidad, después de la pandemia.
Niña, recuerda que eres una estrella, la más luminosa.
Contigo, un día, no muy lejano, las semillas de la memoria
47
surgirán de troncos más jóvenes y como árboles restaurados de utopías,
así nuestros abuelos, sin marchitarse,
descansarán en paz y seguirán floreciendo
en el reino de los cielos.
CUARTA PARTE
MUJER-AMOR-VIDA
CANTO MÍSTICO A LA MUJER DE LUNA
Quiero hablar
de dimensiones especiales
entre el cielo y la tierra.
Primera dimensión:
Sabbi ibe nega, lugar de todos los nacimientos.
Allí te vi feto aún,
allí tú jugabas con las nubes rojas,
allí donde tus dones ya estaban en tus ojitos lindos,
antes de bajar a la tierra.
Te vi cuando te estaban pariendo.
Vi mis lágrimas cuando era bebé,
y recordé los primeros miedos,
tendido en la hamaca grande,
cuando no podía dormir.
Te vi angelical, con hermosos ojos,
48
de pestañas que ya dibujaban siluetas místicas
y fue allí, donde se me reveló todo.
Segunda dimensión:
En esa dimensión terrenal te vi crecer.
Tu vida, como un espejo, proyectaba mis acciones
y todo lo que mis ojos habían visto.
Allí tú reías y llorabas como yo.
Constelaciones de polvo fino de oro,
nos convertían en música de arcoíris
en las divinas aguas.
Vi tu futuro lleno de jardines,
de flores de oro, de nubes,
de estrellas, colgando
en todas las ventanas.
Tercera dimensión:
Es el recinto sagrado de las tumbas,
a donde la parca nos lleva.
Allí tú reías aún, en ese estadio, puente a la morada
de Dios, abriendo todas las orquídeas del mundo.
Cuarta dimensión:
Así llegué al último nivel,
mariposa de ensueño,
49
luz de los tiempos,
memoria del cielo y de las estrellas.
Allí te he visto, ejerciendo tus dones
de aventurera, en este caso,
en un futuro aún más lejano,
viajando a la casa de Dios,
donde tus memorias, plasmadas todas,
de flores amarillas y rosadas,
se multiplicaban millones de veces.
¡Oh, sublime viaje de insólitos colores,
donde todo se confunde divinamente!
Fue allí, mujer de luna, donde al fin pude ver
todo vivo, claro y luminoso para los dos.
MUJER DE AGUA EN MI HAMACA
Mujer con espíritu de agua,
la invención más hermosa del cielo.
En la hamaca
he descubierto la belleza de tu anatomía.
En ella he tocado la pureza
de tu irreverencia, innegable, tierna, erótica.
Adquirí el gusto de saborearte,
50
por eso estás permanente en mi boca.
He besado lo más profundo
de tu paraíso,
hasta escuchar el rumor de las olas
y las eternas carcajadas de tu núcleo de armonía.
Las noches son más hermosas
cuando siento el aleteo de los pájaros en tu ombligo.
Sirena del sol, abre tu fruta prohibida,
para beber de tu fuego sagrado.
Derrámate como un río desbocado, para sentir,
como cascadas, hormigueos nerviosos en mis huesos,
alborotados todos, con la furia y sensualidad de tu locura.
MUJER-POEMA
Quiero hacerte un poema
de ilusiones del corazón,
de reinventar sueños,
para interpretar los signos de tu naturaleza.
Un poema humano, animal, vegetal,
espiritual, mineral, erótico.
Te extraño al revés y al derecho
horizontal y vertical,
51
diagonal, perpendicular,
circular, en espiral, como círculos concéntricos.
Quiero beber la savia poética de tus pechos,
exprimir hasta su octava esencia,
hasta lo más hondo, para absorber
todos tus mágicos secretos.
Quiero contemplar las curvas
de tus silencios más profundos,
como una comunión directa con el dios del cielo,
sin templos, así, directamente.
Te espero, reposando en hojas verdes.
Te invito a que pases con tu elegancia,
de dama de flores.
Yo tengo puesto mis collares de pelícanos,
mis collares de jaguares.
Te imagino sentada y yo bebiendo
de tu fuente de mariposas.
Hasta mis dientes tengo ya hechos poesía.
Quiero bucear entre tus muslos divinos,
dibujar garabatos finísimos con mis dedos de sol,
tocar tus pétalos y oler y llevar a mis pulmones
el oxígeno embriagante de tu vida.
52
Con una distancia humedecida
de moradas plenas, tú,
¡oh viajera! ¡oh, sublime fuente!
ahora ya estás en mí.
Mi corazón prendió en fuego
y formas parte ya, de mi locura.
MUJER-ÁRBOL
Quédate, como un árbol, mujer,
echando raíces,
con tu memoria encendida
para que la poesía se prolongue
y siga floreciendo.
Tu sabiduría está extendida en el agua
para acallar la voz del olvido.
Hablas de la sabiduría del agua
que permanece en las estrellas,
donde los cayucos de los antepasados
navegan en el horizonte del alma.
Eres como el águila del sol,
vuela, vuela, mágicamente, en el firmamento.
Danza en espiral
53
sobre el mar
al compás del viento.
Te quiero maternal
para sumergirme, tierna y fieramente,
en tu dimensión prohibida,
surcando aguas de misterio,
reír, llorar, gritar, pintar.
Quiero sentir tus
cabellos untados con la aurora,
que me hacen respirar,
profundamente, con las venas del planeta.
Si, aquellos con los que
pueda hilvanar un silencio mágico.
Si, aquellos que conectan el ombligo
de la vida y la muerte.
La inmortalidad está en tu nombre.
Cuando las naciones tiemblen, es porque
algún día tus ojos, encenderán la esperanza.
Porque somos abiertamente
invencibles en esta vida,
tu palabra se hizo música,
en la inmensidad de la tierra.
54
El día en que naciste, pululaban las luciérnagas…
Y supe por tu sonrisa, que
en ti habitaba el mismo dios, en mayúscula.
MUJER-LETRA
Soñé que yo había descubierto
el manuscrito más antiguo,
en tu anatomía,
con su lenguaje oculto, tatuado de símbolos oníricos.
Soñé que en cada punto de tu cuerpo
había vocales y consonantes
y que, para descubrirlas antes de amarte,
tendría que descubrir
el enigma de tu piel.
Tu boca es elíxir que embriaga mis sentidos,
/tus dientes, una dimensión sagrada/
/tu cuello, el hilo conductor del paraíso/
/tus pies, un alfabeto/
/tu ombligo un canto/
/tus senos una pintura cosmogónica/
cada uno un poema cantado.
Sí, tú interiorizas mi lenguaje
55
de donde brota la ternura.
Tienes mi cuerpo atravesado
por el más el hondo suspiro de tu piel,
una especie de coito lingüístico,
donde hay conjunciones y disyunciones
y donde el gerundio y los sustantivos pierden memoria.
Quiero ponerle a cada olor de tu cuerpo una letra del abecedario.
“Empezarás por el hilo conductor del paraíso
que es mi cuello,
seguirás por la pintura de mis senos,
cantando un poema a cada uno;
descubrirás el alfabeto nuevo en mi ombligo
con sus sílabas, consonantes y vocales,
serás el lector del manuscrito que soñaste
y despertarás con la luna llena”.
Cuando desperté… ahí estaba la luna.
RITUAL DE NOMBRE
La ceremonia, el ritual sagrado de Inna Suid,
por fin comienza en la dirección de la luna.
La alegría surge desde el filo de la hamaca azul.
El ritual ha comenzado y tiemblo,
56
expectante, esperando que me nombres.
El Gamdur canta, los colibríes anuncian el festival nocturno.
El recinto de inna nega se cubre con el humo del cacao.
Los nuchus bailan en estado de Nirvana de Baba Nega.
Las mujeres sonríen a carcajadas, mientras tocan la tierra
con la punta de sus pies llenos de magia.
Las voces mágicas
disipan el miedo.
El Gamdur canta la canción del sueño
y entonces, me sumerjo en ese mundo
de crepúsculos morados
y atardeceres de ensueño,
colores de energía que se mezclan
con el azul intenso del cielo y del mar.
El Gamdur canta la canción del alma.
El Gamdur canta la canción del crepúsculo.
El Gamdur canta la canción del ocaso.
El Gamdur canta la canción del bautizo.
¡Aplauden los dueños de la fiesta!
Por eso, ¡yo te nombro Oloiddirdili, niña!
Te nombro, niña, porque al nombrar tu nombre
a la hora de la muerte, es como un nacer de mariposas
57
que se reproducen en las raíces de los árboles.
Nombre de oro iluminado por el reino de los vegetales.
Nombre de oro que se dilata en la cima del arco iris.
Nombre volcán que se conecta con la memoria de las nubes.
Así nació tu nombre, niña, apareció como un gigantesco liquen,
como el primer grito del parto,
como el primer amanecer,
como un frenesí de pájaros.
Deja huellas en la lengua de los ritos ancestrales.
Por eso, niña, los nombres son como luciérnagas develando
la locura de la aurora.
Entonces… el ritmo de la hamaca, la voz y el viento,
acompasados con el silencio de la noche,
permitieron que yo aprendiera
¡mi nombre de volcán,
de oro iluminado!
HARA-KIRI EN FLOR
Entre las aguas y la arboleda,
danza tu piel,
estremecida por el canto
de las flores.
58
Tu cabellera negra
baja con su hermosa amistad
sobre la tierra.
Desde allí,
todas tus alegrías
se multiplican
como el vuelo de las mariposas.
De tu cuerpo todo brota:
el espejo del agua
el milagro de la noche,
la gracia divina.
¡Oh, belleza! La naturaleza se impregna,
profundamente, de ti.
Por eso pinto haikus en el aire
para quererte, libre y
silenciosamente,
como a las montañas sagradas.
POETA EN ÉXTASIS LUNAR
Yo descifré el lenguaje secreto del río, cuando vine al mundo.
Por eso todas las palabras tienen otra voz,
otra manera de sentir la vida y la muerte.
59
Por eso nombramos, con la lengua de los sueños,
en códigos aun indescifrables,
los nombres del sol y de la luna.
Aprendí tantos rituales para nombrarte, con todos los verbos posibles,
descubriendo en tu anatomía la caligrafía exacta de la tierra.
Mujer, háblame de tu lenguaje de jeroglíficos,
para ir descifrando, lentamente,
la ternura del alfabeto entre tus manos.
Mujer, tu corazón sigue sonando a río o aguacero…
Quiero perderme en la selva de tu cabellera,
en tu bosque de terapias verbales,
para navegar al río de los cuatro espíritus,
donde los sentidos, todos, se transforman,
cuatro veces más intensos.
Cruzando tus colinas, los pétalos de las flores
se elevarán hasta el cielo.
Quiero beberte toda… que la noche termine en arte.
Quiero transitar en tu dimensión desconocida,
dibujar poemas en tu anatomía.
Quiero escalar las cumbres sublimes de tus senos,
que están conectados con la luna llena.
Quiero moverlos, mágicamente, para nadar en cada oleaje
60
y que sus puntas infinitas me eleven al firmamento.
Quiero beber de tus labios, el néctar de la fruta prohibida,
para luego borrar con cada beso, como quien borra sin querer, la poesía.
Quiero verte a la pálida luz de la luna
y que los efluvios marinos impregnen nuestros espíritus.
Me transporto al abrazo mágico de mi hamaca,
más azul que el mar, con tus huesos derretidos, girando en espiral.
Cabalgaré en tu mágica cintura, sentiré tus colinas estremecidas
y tu centro alborotado por rojos vendavales.
Mi boca hará círculos en tu piel
y emergerán cocuyos que alumbrarán la noche.
La cabellera plateada de la luna
dibujará la sonrisa del silencio más profundo,
y desnudos, amándonos, escribiremos los poemas más sublimes…
Todo será divino, mágico, natural.
Así es como te pienso,
con tu corazón girando
bajo el influjo lunar
y tu mirada profunda
mirando
hacia el cosmos infinito.
61
CARTA DE VIDA DEL AUTOR, AIBAN VELARDE
La escritura y la oralitura son parte fundamental de mi existencia. Desde el
vientre de mi madre descubrí un mundo pleno de jardines; su voz, sus cantos,
poblaron mi memoria de recuerdos. Desde allí descifré los primeros nombres de
las plantas y absorbí los colores de la mola, que intensificaron todos mis sentidos.
Desde allí ya estaba conectado con el universo.
Mi llegada al mundo al amanecer, para recibir el radiante sol de mi isla,
Ukupseni, y la siembra de mi cordón umbilical bajo un árbol para conectarlo con
la Madre Tierra, marcarían la ruta de mis pasos hacia la siembra y cosecha de
poemas, para inspirar e iluminar todos los mundos posibles (terrenales,
espirituales, físicos), y así, no olvidar jamás de dónde venimos, porque la
memoria es cosa frágil y existe el riesgo de perderla. Desde entonces, no he
parado de indagar sobre la vida, el tiempo y los diferentes significados del
silencio.
Me detengo a observar el mundo circundante; veo las plantas, que me han
enseñado la armonía del planeta… En silencio, procuro contemplarlas, sus
colores, sus ritmos, sus ciclos, para poder captar y transmitir sus mensajes de
equilibrio, que procuro aplicar en mi propia vida y en la de todos los seres que
me rodean, mi familia, los niños, los ancianos y, con especial agradecimiento, al
agua, que me presta su espíritu, para cantar en nombre de mi pueblo.
62
Aiban Velarde

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Mujeres panameñas a través de la historia

  • 1. TITULO DE LA OBRA: ATARDECER TÉCNICA: ÓLEO SOBRE TELA AÑO: 2007 JULIO LEÓN MIRANDA
  • 2. 1 AIBAN VELARDE PEREGRINAS DEL SOL Panamá 26 agosto, 2020
  • 3. 2 Este texto es un viaje poético dedicado a la presencia de la mujer en el cosmos; una búsqueda íntima para tratar de comprender la naturaleza de ese ser fascinante: su mística, su memoria, su heroísmo, sus preocupaciones constantes sobre la realidad social y política y en las pequeñas cosas de su mundo familiar, cotidiano: el amor, su erotismo, la maternidad. Es un canto a su naturaleza, a la sensualidad de su cuerpo, a su espíritu de hermandad, a través de la palabra. Y, particularmente, una aproximación a la memoria histórica de la mujer panameña, de todas las que forman parte de este istmo de colores.
  • 4. 3 A OLOIDDIRDILI, musa de los continentes “No me pregunten por qué… Los dioses ya hilvanaron este destino antes de que yo naciera, en el útero del tiempo”. AIBAN VELARDE
  • 5. 4 Índice PRIMERA PARTE: ……………………………………………………………………. 6 ¡La Vulva, creación divina! Por los ríos de la memoria Invocación a la vida SEGUNDA PARTE ……………………………………………………………………..11 Mujeres: peregrinas del sol 1-OLOGWADULE, madre tierra 2- NABGWANA, madre tierra, de abundantes frutos 3- NANA OLEYAI, madre de la Generosidad 4- BURSOB, primera mujer en la tierra, esposa de Biler 5- INANADILI, mujer del canto del arrullo 6- GIGGADIRYAI, pedagoga y tejedora de las hamacas 7- OLONAGEGIRYAI, mujer estudiosa de la política y el arte 8-BUNA NELEGWA, estudia la creación femenina y significado del arcoiris 9- MARINA NELSON, testigo del cambio de vestimenta, hecho sangriento de 1921 10- IGWANDILI, maestra de la danza contemporánea 11- SONIA, líder comarcal 12- NANA GABSUS, madre noche 13- MALALA, defensora de la educación 14- LORENA RAMIREZ, “El buen corredor no deja huellas” 15- GUARDIANA DEL CANTO 16- YACHAY 17- VISIONARIA, dedicado a Rosa Iveth Montezuma 18- JERUSALEN SMITH, Doctora 19-LOIS IGLESIAS, fotógrafa 20-ME LLAMO BERTA CÁCERES, líder lenca, feminista, activista del ambiente
  • 6. 5 TERCERA PARTE: ……………………………………………………………………..39 Mola Or Asu El himno de las plantas Comunión de cuerpos Oda a la mujer que no tiene voz Carta a una niña del sol CUARTA PARTE: ……………………………………………………………………….47 Mujer-Amor-Vida Canto místico a la mujer de luna Mujer de agua en mi hamaca Mujer/Poema Mujer/Árbol Mujer/Letra Ritual de nombre Hara-kiri en flor Poeta en éxtasis lunar Carta de vida del autor, Aiban Velarde
  • 7. 6 PRIMERA PARTE ¡LA VULVA, CREACIÓN DIVINA! Al comienzo, cuando Dios creó el cielo y la tierra, sin inmutarse, dijo: ¡Hágase la vulva de agua! En ese instante, creó el reino de los cielos… ¡Un bello escándalo! Rumores de agua habitan en su misterio, entona canciones sagradas. Luego, el parto de la vida. ¡Oh vulva, diosa divina! Hembra adorable, de desbordantes ríos, elección irresistible, erección de gemidos, de olores y flores. Con arrullos de luna se mueve, mágicamente, linda mariposa. Cuna de pájaros libres habitan su ser más íntimo. Dentro, hay cardúmenes y espesas neblinas, y precipitaciones fluviales que afilan sonrisas perpetuas de esperanza. Sí, en lo más hondo he escuchado libélulas revoloteando, musitando sobre mis oídos. Yo soplé su gruta mágica y su jardín se irguió como volcán. De su cabellera brota música de placer, rodeada de gozo. De sus pétalos hermosísimos aflora turgente luna… ¡Exquisita selva de asombros!
  • 8. 7 POR LOS RÍOS DE LA MEMORIA Mujer, tu rostro sobre el agua, son miles de caras conocidas que emergen de la profundidad de los ríos. En estos ríos sublevados nacieron las Nelegwas. Entonces, ellas las diosas-hembras evocaron al viento, cantaron a la luna, silbaron a los pájaros y dejaron volar, libres, a veinte mil mariposas, para ir tejiendo nuestro ser en la memoria de los tiempos, donde ellas reinaron en los ríos y, detuvieron la mirada de los peces, en Barsudiwar. Así fue que nació Olonagegiryai y profundizaron en Bundorgangalu los límites de la tierra. Olonigdidili, nos hablaste de los componentes del ser humano: agua, fuego, aire, tierra y sal, mujer, flor de luna. Buna Nelegwa, dicen de ti, que cruzaste el origen del arcoíris y surcaste entre las neblinas buscando
  • 9. 8 la fecundidad de Nabgwana. Buna Nele, igual tu apareciste en Barsudiwar, como una flor cósmica. Entonces, viajaste a través del río hasta los confines del universo. Cuántos siglos de sueños invencibles vagaron entre noches, bosques, islas, porque siempre soñaron ser mujeres libres. Todo fue creado a martillazos… la filosofía de la vida. Y, a taladrazos, hicieron de la vida una canción y hechizaron a la humanidad con el canto de todos. Por eso, los ríos hablan en nombre de ELLAS, mujeres que nunca perdieron el coraje, bajo la mirada de Dios. Mujeres, alas de libertad, millones de estrellas, mujeres del viento, mujeres estrellas, mujeres de barro fino. Mujeres que hoy gritarían contra la violencia del estado, mujeres que hoy clamarían contra la contaminación de los ríos, mujeres que protestarían en la calle contra las leyes injustas,
  • 10. 9 mujeres que han vuelto como guardianes de la vida, porque han desafiado los laberintos de la muerte y porque han proclamado el más hermoso de los derechos, el amor para construir el paraíso, el más hermoso y humano, con la mirada puesta en el sol; la construcción de universos plurales de águilas, de flores, de estrellas y de ternuras. Las Diosas hembras no cantaron en vano. Junto al río de Barsudiwar, por la esperanza de las naciones, por todos los seres del planeta, todas ellas gritaron: “queremos hamacas que duren para siempre, para que nuestros cantos no se marchiten en el tiempo”. Por eso hoy, la noche, está poblada de estrellas, en el país de los árboles sagrados. INVOCACIÓN A LA VIDA Yo, Gamdur, al son de la maraca y la flauta, invoco a todos los planetas, que, desde azulísimo cielo, bendigan hoy mi canto sagrado.
  • 11. 10 Y que lluvia de estrellas dancen en el cosmos, protegiendo tu alma, niña eterna. Hoy te nombro “Buna Indidili”. Hoy te nombro como la luz de la creación. Nombro a ti, como agua creadora de la vida. Nombro a ti, como la génesis de los continentes. Te nombro guardiana de los sueños. Por eso bendigo la eternidad de tu nombre. Hoy caen las primeras lluvias, niña, génesis de la vida. Os invoco al firmamento, que hoy cortaremos tu cabellera para que extiendan tus hebras desde la raíz de los árboles. ¡Oh, qué nombre tan clandestino que profetizan tus sueños! Hoy, esta ceremonia dignifica la memoria de Olowaili, ante la primera luz de la mañana. Una semilla, una rebeldía, una profecía, una sabiduría, cobija con toda la fuerza, la esperanza de la niña-árbol.
  • 12. 11 SEGUNDA PARTE MUJERES: PEREGRINAS DEL SOL 1-OLOGWADULE: (Madre Tierra) Bab Dummad, Ser Supremo, hacedor del Universo, extendió una masa de oro desde la raíz de la Madre Tierra, Ologwadule. Desde entonces, Ologwadule fue arropada de tantos sueños y quedó cubierto, todo el cosmos, con bejucos de oro fino. Nana dejó sus huellas grabadas en todas las dimensiones del universo; Nana tejió todos los rincones de la tierra con hilos de oro para iluminar la oscuridad. El río emitió por primera vez su quejido. Desde las entrañas de la Madre Tierra danzaron, mágicamente, las albahacas; surgió el verdor, en el concierto de la tierra. ¡Oh, Nana! ¡Cuántos seres están bajo tu protección: el sol, la luna, las estrellas, los vientos y la lluvia! Todo era una fiesta en la casa cósmica.
  • 13. 12 Bab Dummad, el hacedor del Universo, dibujaba la curvatura de la tierra. Apenas iba completando la vida de este universo y las criaturas, apenas tomaban su forma. Y nosotros empezábamos a definirnos como seres humanos, Oloddulegan, los seres de oro, Danza de flores, danza de albahacas, danza de bejucos, danza del viento. Madre de oro fino, madre de plata fina. Baba y Nana cubrieron de columnas a la Madre Tierra y germinó en su esencia, capas de oro fino, hasta estremecer todos los pétalos de la gran Nana Ologwadule. Un concierto de flores retoñaron bajo el hechizo de la vida… Desde aquel día trágico hemos sido mortales. 2- NABGWANA: (Madre Tierra, de abundantes frutos) En el comienzo todavía no había árboles, ni plantas y emergió el gran río de oro y Nana movió, mágicamente, las aguas del río de la plata. Dulasgundigwar, así fue nombrado el gran río. Los ríos se metamorfosean. Los ríos son de oros, los ríos son de plata.
  • 14. 13 Baba y Nana cambiaron el nombre. Ahora el río se llamó Oloburgandigwar, Maniburgandigwar. Baba creó a Abya Yala, Burganyala. Entonces, surgió la tierra que florece, Burganyala. Nacieron las hierbas, todas florecidas y reverberó la madre tierra, Ologwadule. Baba creó todo, Nana creó todo. Luego, vinieron Biler y sus hijos… ¡Qué pavura! ¡Qué terror! ¡Qué tragedia! Todos los rincones de Nabgwana, la Madre Tierra, de abundantes frutos, sufrían la muerte. Había dolor, exilio, desesperación, angustia, soledad y muerte. Biler y sus hijos, ellos se habían adueñado de toda la tierra. 3- NANA OLEYAI: (Madre de la Generosidad) Eran otros tiempos, era una noche primigenia. Ahí pude contemplar la morada de los seres alados, vi extender sus alas en el cielo, y sus picos rozar las estrellas.
  • 15. 14 Baba los hizo con alas de sueños, surcando el aire por los infinitos espacios de Nega Duu. Aun así, tú compartes el vuelo entre el aire y la tierra, ave inmemorial, madre ave y desde el cielo, Nana Oleyai, alimentas el corazón de los animales. 4- BURSOB: (Primera mujer en la tierra, esposa de Biler) Baba y Nana dijeron: busquemos la mejor arcilla, la arcilla sagrada. Sí, una arcilla roja, una arcilla blanca, una arcilla parda. Sí, ocho tipos de arcilla. Que sea el espíritu de Nana, que sea el espíritu de Baba. Toda la creación fue hecha a imagen y semejanza de Baba y Nana. Tanto los vientos como las aguas, las nubes, los bejucos, los animales, ayudaban a cuidar la armonía de la Madre Tierra. Así vino, Olonailasob (Bursob), como guardiana de la Madre Tierra. Olonailasob nació con la esencia del espíritu de Baba y de Nana.
  • 16. 15 Todo estaba en armonía hasta que Olonailasob se rebeló contra el mar, contra las estrellas, contra la naturaleza. Si antes los árboles eran rectos se retorcieron hasta los vientos que armonizaban la vida, se volvieron tifones y remolinos y desataron a la Madre Tierra. Entonces, Olonailasob cambió de nombre y se llamó Olobursob. Convocó el inicio de los desastres, la primera conferencia de la pavura. Empezó a provocar a los monstruos marinos. Ella quiso ser la diosa de toda criatura. Ella quiso congelar a la Madre Tierra. Ella atrajo el frío con su hechizo. Ella dijo: “Yo soy la diosa del cosmos” ¡Qué locura! El llanto se anidaba en el corazón de los ancianos. Los niños dejaron de jugar con los pájaros. Las mujeres dejaron de procrear. Fue un total holocausto. Los ríos derramaban sangre, cundía la oscuridad total. Las nubes padecían síndrome de rabia.
  • 17. 16 Bursob cada día aprendía el arte de matar. La locura y la pavura estremecieron los cimientos de la Madre Tierra. 5- INANADILI: (Mujer del canto del arrullo) En el horizonte, los platillos luminosos zumbaban en todo el universo. Nadie sabía qué fenómeno ocurría. ¿Eran las hijas de las estrellas? ¡Cómo van a venir las mujeres del cielo!, -replicaron los hermanos. Luego los pájaros chillaron, paralizados, ante el relámpago del cielo. El mismo río habló desde aquel día, con un lenguaje distinto. Ella bajó desde un cayuco de oro, Inanadili, con qué ternura bajó de las estrellas, cómo improvisaba ella sus pensamientos, cómo ella cantaba con una magia infinita. Ella aprendió el arte de adormecer a los niños. Ella venía del cielo,
  • 18. 17 de donde parpadeaban las estrellas, de donde las aguas pronunciaban sus nombres. Ella venía de las nubes densas toda cubierta de flores. Cada vez que ella cantaba hasta la soga de la hamaca chillaba porque no podía resistir el canto de arrullo de Inanadili. Ella era la luz que bajaba hasta la tierra. Ella cantaba así: “Cuando llegues a caminar por los bosques/ irás a esperar a papá / que vendrá silbando por los ríos/ buscando alimento para ti. Tu padre irá de río en río, moviéndose en su cayuco de oro, surcando las aguas del río. Ve a recibir a tus hermanos, están por regresar” Así te llamará, siempre, mamá. Tus hermanos
  • 19. 18 estarán en la montaña más alta, lejos de la casa, en medio de la lluvia que embellece la naturaleza. Tus hermanos traen carne de saíno; tus hermanos de alegría gritarán: “Es para todo mi pueblo”. Nuestra lengua materna, un día, sacudirá todos los confines del universo. 6- GIGGADIRYAI: (Pedagoga y tejedora de las hamacas) Vivía el abuelo Mage; ya nuestros ancianos sabían interpretar el lenguaje de los pájaros. Interpretaban el gruñido de los animales donde comprendían el significado de las aguas; hasta invocaban las raíces de los árboles. Sí, una aldea donde trabajaban los sabios en la resurrección de los espíritus ¡Oh, Giggadiryai! Sucede que eres la tejedora de las hamacas. Sucede que las arcillas eran tu única esperanza de la vida. Tú, que vagabundeaste con tanta sabiduría y pernoctaste hilando el pensamiento de los Nelegan,
  • 20. 19 donde tus días fueron días fértiles, donde las flores se abrían y se cerraban con la magia de tu mirada, abuela. Con las plumas de la cotorra y con pieles de otros animales inventabas con tus manos, una obra de arte. Con cada estrella del cielo, apenas la mola era destellos de sol y estaba enterrada de bajo del árbol. Todo ocurría en Yodigwar, a la luz de la luna llena, debajo de los caobos, donde los sueños adquirían el color de la vida, bajo el amparo de grandes arqueros. Allí donde mi pueblo descifraba los signos del amanecer, donde los ríos cantaban con sus aguas, calladamente, el milagro de la vida. Giggadiryai, tú que vives en las raíces de los árboles del país Dule, como una estrella, multiplicando
  • 21. 20 toda la eternidad que soñaste. 7- OLONAGEGIRYAI: (Mujer estudiosa de la política y el arte) El firmamento, con su último quejido de ensueños, delataba el sueño de toda una mujer y, en el limo de las piedras, incrustado, estaba el ímpetu tenaz de la sangre de Nana Olonagegiryai. Dicen de ti, que bajaste a la dimensión exacta, a Dedibegun Galu. Dicen que ahí conociste extensos platanales y a los cantores de la vida. ¡Qué descubrimiento! Inclusive, fuiste a visitar un país donde no sopla el viento, un país donde no existe la amnesia, un país donde emerge el ritual de los sueños, un país donde se entrecruzan los mensajes de Baba y Nana, como la eterna creatividad. Un país donde vive gente de pelo liso y largo como hilo de algodón, donde la neblina fría sacude la memoria de la gente, un país donde aprenderás la genealogía de todas tus generaciones.
  • 22. 21 Y aprendiste la sabiduría en todas las estaciones de Olodeddorgalu y, con el canto de los pelícanos, naufragabas viendo la curvatura de la Madre Tierra, como una tinaja. Y descubriste seres que parecían como algodones, seres que tenían el color de la neblina fría y aprendías la profecía de los milagros, y traías para tu pueblo tanta sabiduría, pero la envidia, con sus ojos de muerte, empezó a brotar en la conciencia de los hombres. Olonagegiryai, con su pelo largo que le caía por la espalda, como una obra de arte, empezó a invocar a las iguanas del río, empezó con una plegaria al sol, empezó a cantar el himno a la vida, empezó a sentir todo el dolor de un pueblo y criticó a los perversos, a los egoístas, a los corruptos, a los detractores de la madre tierra, prolongando la esencia de la crítica.
  • 23. 22 8-BUNA NELEGWA: (estudiosa de la creación femenina y del significado del arcoíris en el cosmos) La madre tierra fue su casa. Aquella morada fue su crónica de vida, fue la dignidad que ella habitó, desde lo más adentro de su ser, augurando el destino de Olobibbirdili. ¡Qué pulcritud! Sí, Olobibbirdili. Solamente se entiende desde la realidad de mamá. Ella dijo: “Somos el lenguaje de la Madre Tierra, he profundizado su curvatura”. Ella navegó en su imaginación inmemorial, desfilando con su propio destino, para hilvanar la sabiduría de Baba y Nana, Hoy tú vives en una estación alguna, de cualquier parte del universo infinito. Con tu dolor hablas de la lluvia, hablas del sol, hablas del lenguaje del arcoíris. Tú, con tus legiones, con el eco del agua, con el corazón de la piedra, con la neblina de la luna, ante una puesta del sol radiante, conoces el lenguaje de Maniburgandiwar
  • 24. 23 y Oloburgandiwar Manibilligan y Olobilligan. Por eso, cuando repasemos la antigua historia verás que el creador y la creadora, juntos, trabajaron en la creación de la lluvia, en la creación de las estrellas, en la creación de los relámpagos, en la gestación de los árboles, en la gestación de los vientos. Por eso, nuestra comunidad nos necesita a todos. Yo, Olonagigiryai, digo que el arcoíris es la vitalidad del universo. 9- MARINA NELSON: (Testigo del cambio de vestimenta tradicional, durante el episodio sangriento de1921, de Uwargandub) La policía colonial invadía nuestra comarca y violentaba, con todo su colonialismo para acabar con la cultura Dule. Los cantos apenas se escuchaban desde la casa del congreso y, las tinajas quedaban trituradas por las manos de la policía colonial, mientras tú, niña, fuiste rebelde y osada,
  • 25. 24 pintada tu cara de achiote por defender tu cultura. Nada te detuvo, ni las balas del colonialismo, ni iglesias, ni San Guillen pudieron derrotarte. Hoy el cerro Ibedon hace vibrar las montañas, las flores abren sus hojas con la esperanza del gran espíritu y tu memoria rebelde, con todas sus ilusiones, sigue el vuelo de los arqueros cósmicos. Hoy tu memoria florece, en las faldas del cerro Ibedon, iluminando todo el archipiélago. 10- IGWANDILI: (Maestra de la danza contempránea) La tierra nos salvó con la danza del viento. Danzas cual gaviota alzando su vuelo, en espiral, para hablar desde los ríos más profundos, así, despertando a las piedras de su silencio. Te vi revolcándote con una tinaja de agua, mientras la hamaca te envolvía con su magia. Y tú, desde el vientre, girabas con la hamaca, invocando a la memoria. Mientras te envolvías en la hamaca, surgían historias que nos hacían recordar
  • 26. 25 una patria de los inmortales y, lejos de los desmemoriados. 11- SONIA: (Líder comarcal) Tu fe se fortalece con la rebeldía de la luna. Amas la esperanza desde tu condición de madre, invocando los bellos días, para este suelo patrio, donde la luna llena indaga el navío del arcoíris, que oscila como luciérnaga. En la sabiduría del tiempo, al final, tú defiendes al pueblo por sobre todas las cosas, porque tú, Sonia, cultivas los jardines de tus sueños en plena libertad. 12- NANA GABSUS: (Madre Noche) Puedo hablar de la Madre Noche, madre de cabellera negra, madre cubierta su alma de jagua. Madre que anda sigilosamente por los ríos de la memoria. Madre que cubre el alma de los mortales. Ella, Nana Gabsus, envolvía, tiernamente a Ologwadule, Madre Tierra.
  • 27. 26 Entonces, Ibeler llamó: “Gabsus, Gabsus, Gabsus”. Y, la madre noche respondía: “He protegido a tus hermanos y hermanas”. Entonces, Olobibbirgunasob, Madre Tierra curvada y redonda, sonreía y repartía la comida a los ocho hermanos. Así canta nuestra Madre tierra. Todo tiene color de vida, mientras el pavón repite su canto. Todos vuelven a recordar el canto de la emancipación de los hijos de Olobibbirdili, mientras el pavón recuerda y canta a Ologwadule. Canta a los huesos que quedaron dispersos por los ríos, recogemos los huesos, canta el pavón. Y, desde allí vuelve a cantar el pavón: “repoblemos el universo”. Y, contra todos los pronósticos, el Dule volverá a domesticar la montaña. 13- MALALA Tu mirada en estos días se perdía detrás de las nubes,
  • 28. 27 con una conciencia clara de justicia, y tu mano trémula, haciendo el último esfuerzo para luchar por la libertad. Y, en el despertar de la luna, tú alumbraste el camino. Una bala hiere tu frente, mientras tú cobijabas la esperanza, en virtud del amor. Y tu padre solía decir entre tus amigas: “Fijaos en esta niña, está destinada a algo grande” Y tu padre te dijo: “Yo protegeré tu libertad, Malala, sigue tus sueños”. Y tú por las noches rezabas: “Dios, concédeme el lápiz de Sanju; no se lo diré a nadie. Simplemente, déjamelo en mi armario. Lo usaré para hacer felices a todos” Tú procuras los derroteros de una canción valiente, desde las hondonadas del alma de tu patria, empapada con nuevos soles de libertad. Entonces, el ascenso de la luna en el cielo era un presagio sobre la tierra. Tú lanzabas al mundo
  • 29. 28 una canción de hermandad, invocando el fuego desde el ombligo de la tierra. Tú ardes con conciencia para iluminar la oscuridad, mientras en tu discurso defiendes la paz, con el arma de la educación. 14- LORENA RAMIREZ “El buen corredor no deja huellas” proverbio del Tao Te Ching de Lao Tsé Cuando las gotas caían en la tierra, en la génesis del universo, brotabas tú, como semilla de maíz, como una mazorca rebelde, como una mazorca de libertad. Hasta las aguas primigenias cubrían las primeras raíces de los árboles. Me dicen que hay un ritual de cómo cazar los animales: “No dejes el vientre de un animal hacia arriba por respeto al sol, por respeto a las estrellas, por respeto al viento, por respeto a la naturaleza, por respeto a la vida”.
  • 30. 29 Así dicen los ancianos. Aún no alcanzo a descifrar el misterio de la vida… Lorena, tú que recorres quince kilómetros diarios por la montaña y atraviesas la parte más alta de las barrancas que rodean a Rejogochi. Pues, solo basta poner tus pies en la tierra, porque corres para iluminar la esperanza. Con las ínfulas del tiempo corres, saltas, luchas, con el paso de los pájaros cantores, para sentir el peso de los seres amados de la naturaleza. No te detengas, porque correr es un acto de libertad. No te detengas, sigue corriendo con toda esa libertad que soñaste, porque tú llevas el espíritu en las raíces de los árboles. Lorena, mientras tú caminas ante la puesta del sol, bajo los misterios de la luna, ahí tú descubres el sentido de la vida y el hechizo de la primera creación del cosmos. Bailas al sol, bailas a la luna, bailas a las estrellas y bailas con la coreografía
  • 31. 30 de los seres alados como mandalas del firmamento, para meditar sobre la sanación de la vida. Lorena, llena de tu luz, germinas el amor por la vida brotada desde el fondo de tu espíritu. 15- GUARDIANA DEL CANTO Te aconsejo, niña, invocar a todas las montañas, a los soles, a la luna y a los pájaros antes de escuchar el canto sagrado de Bab Igala. Sus sonidos se esparcen desde los orígenes de nuestra existencia. Haz que los quejidos de la Madre Tierra emerjan de tu alma y en complicidad con tu arte, canta los sueños del alma Dule. Sobre todo, no olvides los distintos nombres de la Madre Tierra: Nana Olodililisob, Madre Tierra, joven, tierna, blanda y gelatinosa. Nana Ologuadule, Madre Tierra endurecida, capaz de dar firmeza a las raíces de los árboles. Nana Nabguana, Madre Tierra que siente y sufre, y Nana Olobibbirgunyai, Madre Tierra que gira en armonía con el universo, conectadas con todos los seres del planeta. Invoca estos nombres, dadoras de luz,
  • 32. 31 mientras vas navegando, bajo una lluvia torrencial entre Guebdi, cruzando a Narganá en el cielo azul del archipiélago. Recuerda, tu primera placenta, niña, fue plantada por tu madre. Por eso, regocíjate cada mañana, da un grito de alegría, mientras se agitan los peces en el mar de Dule Nega. Yo, el arquero cósmico, te canto hoy: “Quiero que tus sueños sean tantos como las estrellas y que tu conciencia deje huellas de montaña en montaña, de río en río, en los tiempos venideros como guardiana del canto”. 16- YACHAY Madre y Padre de los eternos cielos, Madre Ologwanasob, Madre Manigwanasob. “Oh, Madre Tierra, que desde tu hamaca de oro y plata germinas tanta sapiencia para equilibrar la armonía en esta tierra. Hablas de la sabiduría del agua que permanece en las estrellas, donde los cayucos de los antepasados navegan en el horizonte del alma.
  • 33. 32 Serás como águila del sol, Yachay, que vuela en el firmamento. La inmortalidad está en el susurro de tu nombre. Cuando las naciones tiemblen, es porque algún día, tus ojos encenderán la esperanza en los confines del universo. Después de todo, agua y sabiduría sumergen en silencio y tú danzas en espiral sobre el mar, al compás del viento. Ese día en que naciste pululaban las luciérnagas y el cielo llovía en Nega Duu, el firmamento, es porque desde la corteza de los árboles, la naturaleza dibuja tu nombre. Antes que nacieras, los Creadores, los Hacedores de la luz, colocaron en el corazón de la Madre Tierra semillas de achiote y semillas de jagua, para bendecir tu vida. Eres la sabiduría extendida en el agua para acallar la voz al olvido. 17- VISIONARIA: (Dedicado a Rosa Iveth Montezuma) Su nombre florece en los diarios. Se le cita en la memoria del crepúsculo.
  • 34. 33 Aparece bella en Instagram, con su larga cabellera, su belleza tocada por el milagro de la naturaleza, entre tanta piedra sagrada. Dicen que su belleza estremeció la epidermis de la tierra; su vestido es una estrella que valientemente siempre ha existido. Habló con la lengua de la aldea, con su mística belleza, dialogó con la aurora, en medio de la primavera. Su belleza ha venido de la lluvia del amanecer, de la floresta. Su inteligencia proviene de un idioma común, Nabgwana. Es el alegato de la naturaleza y, en el aliento de su mirada, permanece el esplendor de toda una civilización. Sueñas con la lengua de tus antepasados, indómita belleza, reina, vestida de lluvia, de bosques, de estrellas, de luna, de historias, de libertad y de sonrisas. Sobre tu pecho, tu vestido despierta el retorno de Nabgwana. Dicen que la Comarca fue su casa de tantas crónicas,
  • 35. 34 de tantas vidas, de tantas batallas, de tantas almas guardas. Entre tus párpados, una belleza como un himno. A través de tus ojos, el ritual de la lluvia. La libertad, que se revela insurrecta en la lengua de tus antepasados, va dibujando el alma del crepúsculo de la mismísima naturaleza. Hablas del agua, reina de la vida. Hablas de las raíces de los árboles y llevas la sangre de la naturaleza. En ti descansa una leyenda. Hoy tú convocas, con tu vestido, la emancipación de las estrellas, con soles y sueños; toda esa estética que soñaste, que significa libertad, y, muestras al mundo una identidad con pasos firmes bajo el sol. Con tu belleza, las orquídeas vibran en los afluentes y estremecen las ramas de los árboles bajo los pronósticos de los Nuchus. ¿Quién eres? Bannaba, mujer indómita, estrella fulgurante, profecía nueva en defensa de la humanidad, engalanas con tu belleza la patria de mis montañas. ¿Cuál es el significado de tu encanto?
  • 36. 35 Cuando vemos las últimas aves del mar, dibujando en espiral, una estrella, en el crepúsculo, una rosa pintando en la memoria, injertando en las aguas la estética de tu naturaleza, rito secreto de la flor, de todos los días. Entonces, justamente de ti, Rosa Iveth, reina una palabra: ¡valientemente, pronunciarás dobö para la eternidad! 18- JERUSALEN SMITH: (Doctora) Tu verbo es un canto terapéutico, es ternura, es territorio, es agua. Es como un sol que abre el cielo y la tierra, siempre cantando a la vida, cantando al cuerpo y al alma, para dar significado al color del arcoiris. Por eso, las células cantan amaneceres. El mundo alumbra tu nombre, O tú alumbras al mundo, con la ciencia. Oras a Dios, por medio de las flores, para enseñarnos, cómo es la vida por dentro.
  • 37. 36 19-LOIS IGLESIAS: (Fotógrafa) !Oh, fotografía, sin tus ojos se va luz! Voló su alma, súbitamente, más leve que el aire, sobre las alas de una libélula, Mientras vuela el colibrí. la lluvia cae poco… Capturas en ese instante, el cuerpo de la luna, un baile congo, una pollera, un archipiélago, una sonrisa mágica de la niña del arcoiris. Pronto hablarán tus ojos… 20- ME LLAMO BERTA CÁCERES: (Líder indígena lenca, feminista, activista del ambiente, hondureña) “Berta, lloramos y nos indigna tu brutal asesinato”. Cuando estoy con el río, no sé dónde queda el miedo en el mundo, porque tengo ganas de sembrar la semilla de la libertad. Con el río vuelo alto, arriba de la luna, donde empieza la tierra. El río es vida, es la humanidad dentro de uno,
  • 38. 37 floreciendo después de la muerte. Los asesinos disparan contra mi cuerpo para taparme la boca de silencio, pero el canto de los pájaros se rebela contra el silencio y la oración de los abuelos es la memoria viva de nuestra lucha, me lo dijo el agua, Hoy mi sangre bulle por los ojos de los ríos porque han conocido el brote de las lágrimas de una hermana que lucha por la vida. Hoy los pájaros despertaron al sol con el grito de la justicia. Y la patria renace junto a cada río y todos los poderes repartidos comercian con la vida, y el verdadero dueño del poder, los pueblos asesinados, vilmente por eso, cuando pronuncien mi nombre será el grito de todos los ríos del mundo, porque mi cuerpo no termina en mí, sino que se extiende a todos los hermanos que aman la vida. Soy millones de mujeres anónimas salvando la flora y la fauna de este planeta. Por eso, todos podemos adueñarnos de un espacio público y gritar: “vendepatrias”
  • 39. 38 a los que predican en nombre del progreso y nos empobrecen. No podrán destruir nuestros ríos, nuestras montañas, nuestros espacios sagrados, nuestra identidad, nuestras memorias, nuestros espíritus. Soy Berta Cáceres, la voz de los derechos humanos, Somos custodios de la naturaleza, de la tierra, y, sobre todo, de los ríos, porque no nos queda otro camino más que luchar, porque estamos en contra de la concesión indiscriminada de los diferentes gobiernos a empresas mineras, gaseras e hidroeléctricas, porque somos seres surgidos de la tierra, del agua, del maíz y de los ríos, somos custodios ancestrales, el pueblo lenca; además, los espíritus de las niñas nos enseñan que dar la vida de múltiples formas, por la defensa de los ríos, es dar la vida. Para el bien de la humanidad y de este planeta. Y por los siglos de los siglos, la amnesia histórica nunca jamás prevalecerá, porque los “vendelotodo”, los terroristas, no podrán contra los hijos de los ríos,
  • 40. 39 contra los hijos de la tierra, contra los hijos de los árboles, contra mis compatriotas, contra mis hermanos. Las balas no podrán acallar nuestro silencio, porque nuestra inteligencia incomoda y porque nuestra lucha es nuestra eterna libertad. Ahora corro como el río, danzo como los árboles, vuelo como los pájaros, porque la verdad que repartí desde el río, crece armado de esperanzas y, porque en el fondo del cielo luce una estrella, que es la esperanza de los pueblos. TERCERA PARTE MOLA La Madre Tierra encendió el sol, la luna y las estrellas. Baba irradió la tierra. Vacía la extensión del cielo, el Nuchu, desde entonces, conversó con las montañas, con las quebradas, con los ríos ancestrales. ¡Oh, Galu medde sorgid! !Recinto sagrado!, Dimensión de la Madre Tierra, la más elevada virtud del arte,
  • 41. 40 lugar invisible donde tejen molas y laberintos. ¡Oh, Galu Dugbis! En ti surgen todos los milagros, armonizan con el sonido y con el silencio. Allí todos los seres de algodón danzan, renovándose constantemente, en la dimensión de la plenitud. ¡Oh, presencias de espíritus, nos permite contemplar el gran misterio que hay en Galu Dugbis allí donde todos los laberintos convergen, en medio del abismo insondable, al camino que nos conducen al reino del creador. Nana Olonagegiryai, tu mano arde en Galu Dugbis, el recinto sagrado de las molas, dejando estelas de colores infinitos, para iluminar la oscuridad de la tierra. Por eso nombras a la mola Ararmola. Y sigues nombrando: Dabumola, Disggemola, Abgimola, Ubsanmola. Molas hechas de algodón y de espíritus, con diseños de pájaros, con tintes de achiote y jagua. Y con la aguja de arawar, y con hilos de Oagerggeduba, Madre Olonagegiryai, hilvanabas el destino del universo.
  • 42. 41 Mola, matriz del universo, raíz del cielo, raíz de la tierra, raíz del agua, arcoíris, madre misteriosa de la mola. OR ASU Cuando Baba creó el Universo encendió el sol, la luna y las estrellas. Entonces, alumbró el rostro de la Madre Tierra. El Hacedor sembró todo tipo de flores, la albahaca roja, la albahaca azul, la albahaca amarilla, todo era de oro, todo era de plata. “Oloduddagiye” (la tierra florecida), así se formaron los contornos de Nabgwana. Dicen los abuelos que estamos hechos a imagen y semejanza de la Madre Tierra. Mujer, tu rostro es preludio del genesis. La eterna guardiana del sueño del agua, La hacedora de ríos de la memoria. Mujer, tu cuerpo es la esencia de la naturaleza. inventas con tu verbo las luciérnagas, los jardines y los crepúsculos. La bellísima luna se dibuja en la argolla de tu nariz,
  • 43. 42 va alumbrando el cielo, la tierra, el mar y los bosques. Mujer guna, con tu brillo de oro en la nariz, resplandece tu rostro y tu sonrisa rebelde. es la evocación mágica de la revolución de la vida. Por eso, abuela, me dices: “Al morir, iré a mi propia tumba, con el espíritu del jaguar y con la mirada del halcón, vestida de mola, con mi or asu de oro para iluminar el universo.” EL HIMNO DE LAS PLANTAS ¿Por qué en el frondoso bosque cantan las curanderas en el vientre de la montaña? El bosque parece que también canta. El río también se está desbordando de sus cauces. Esta canción no es cotidiana, está hecha para curar el alma, canta para hablar con el relámpago, canta para dialogar con las estrellas, canta para encender el sol de la mañana. Cuentan las abuelas, que un día bajaron, en altas horas de la noche, mientras dormían, los espíritus malévolos
  • 44. 43 y cuando estos malos espíritus despertaron, oyeron miles de voces femeninas: entonaban hermosas melodías y eran las plantas que cantaban adueñándose de la floresta. Por eso, antes de arrancar las plantas hay que dialogar con las medicinales; vinieron para salvar a la humanidad. Por eso, siempre le pedimos perdón al bosque. COMUNIÓN DE CUERPOS Una voz emerge, como aleteo de pájaros, y convoca a un viaje de hermandad con el universo, donde todos giran al encuentro de su origen. El cuerpo abre los ojos despierta el alma, en ese instante, sobre las alturas de Ibedon. Mujeres danzan… Coreografía de delfines… Coreografía de halcones… Coreografía de mariposas… Mientras, todos susurran al oído los secretos del viento. Gritos de humanos,
  • 45. 44 sonidos de flautas y maracas. La danza hermana a todos los seres humanos, a los animales, a los árboles, en un estado permanente de vigilia. Cuando danzas la paz te habla… Mientras, el resto queda inmóvil contemplando la danza nacer entre los crepusculares. Las mujeres giran y giran y van emitiendo risas intraducibles y así, van danzando al cielo… ¡Comunión divina! ¡Armonía cósmica! ODA A LA MUJER QUE NO TIENE VOZ No era su piel ni su ombligo. Eran sus cabellos, como el viento, intocables, como mariposa de fuego; como amaneceres frenéticos, tocaban el firmamento. Ella tenía los cabellos como pájaros en el cielo, como semilla de viento, al agua. Ella tenía los cabellos con los nombres de la tierra.
  • 46. 45 como un ejército de flechas, que ahuyentaban los fantasmas. Cabellos como memorias blasfemas… Ella hablaba en antiguas lenguas. Ella llevaba bajo el brazo el único libro “Loa a la Tierra” de Byung-Chul Han, como señal de aceptación, como un viaje infinito, al país de los jardines, como su primer aplauso. Murió un domingo azul, con una larga carcajada, con unos versos en sus labios, alimentando con todas las palabras que no dijo. Por eso, esos cabellos te perseguirán por los siglos de los siglos, porque arrancaste palabras del corazón para el canto de los vivos.
  • 47. 46 CARTA A UNA NIÑA DEL SOL Niña, tengo la certeza de haber visto en tus ojos la profecía. La tierra suspira, porque la pandemia trajo en sus anclas la muerte. Hay sombras en la calle; los cantores mueren sin despedirse de sus pueblos: se llevaron sus cantos a jardines eternos, y nos quedamos sin las constelaciones de memoria. Soy el elegido y canto para nombrarte. Tu nombre será Yala Sobia, especialista en la sabiduría de la tierra. Recuerda la tierra, niña, de cuyo corazón eres. Corazón de tierra roja, de tierra negra, de tierra amarilla, de tierra blanca, corazón, de tierra verde, ¡Niña del Sol, en este istmo de colores! Contigo todas las cosas serán nombradas nuevamente en la epidermis de la tierra: la neblina, el águila, el cactus, hasta el último silencio de las piedras. Niña, préstale tu idioma a la gente para enseñarle a pensar en los árboles. Niña, préstale tus ojos para que contemplen la belleza de la aurora. Niña, préstale tu alegría para que puedan sentir entre sus pies el latido de la tierra. Niña, préstale tu mola para que puedan descubrir con sus colores, la esperanza. Niña, no temas, no te faltará nada; estás completa como el mismísimo universo. Renovarás todo con el idioma que hablas y con este canto sagrado observarás las huellas de Baba y Nana para trazar tu propio mapa de identidad, después de la pandemia. Niña, recuerda que eres una estrella, la más luminosa. Contigo, un día, no muy lejano, las semillas de la memoria
  • 48. 47 surgirán de troncos más jóvenes y como árboles restaurados de utopías, así nuestros abuelos, sin marchitarse, descansarán en paz y seguirán floreciendo en el reino de los cielos. CUARTA PARTE MUJER-AMOR-VIDA CANTO MÍSTICO A LA MUJER DE LUNA Quiero hablar de dimensiones especiales entre el cielo y la tierra. Primera dimensión: Sabbi ibe nega, lugar de todos los nacimientos. Allí te vi feto aún, allí tú jugabas con las nubes rojas, allí donde tus dones ya estaban en tus ojitos lindos, antes de bajar a la tierra. Te vi cuando te estaban pariendo. Vi mis lágrimas cuando era bebé, y recordé los primeros miedos, tendido en la hamaca grande, cuando no podía dormir. Te vi angelical, con hermosos ojos,
  • 49. 48 de pestañas que ya dibujaban siluetas místicas y fue allí, donde se me reveló todo. Segunda dimensión: En esa dimensión terrenal te vi crecer. Tu vida, como un espejo, proyectaba mis acciones y todo lo que mis ojos habían visto. Allí tú reías y llorabas como yo. Constelaciones de polvo fino de oro, nos convertían en música de arcoíris en las divinas aguas. Vi tu futuro lleno de jardines, de flores de oro, de nubes, de estrellas, colgando en todas las ventanas. Tercera dimensión: Es el recinto sagrado de las tumbas, a donde la parca nos lleva. Allí tú reías aún, en ese estadio, puente a la morada de Dios, abriendo todas las orquídeas del mundo. Cuarta dimensión: Así llegué al último nivel, mariposa de ensueño,
  • 50. 49 luz de los tiempos, memoria del cielo y de las estrellas. Allí te he visto, ejerciendo tus dones de aventurera, en este caso, en un futuro aún más lejano, viajando a la casa de Dios, donde tus memorias, plasmadas todas, de flores amarillas y rosadas, se multiplicaban millones de veces. ¡Oh, sublime viaje de insólitos colores, donde todo se confunde divinamente! Fue allí, mujer de luna, donde al fin pude ver todo vivo, claro y luminoso para los dos. MUJER DE AGUA EN MI HAMACA Mujer con espíritu de agua, la invención más hermosa del cielo. En la hamaca he descubierto la belleza de tu anatomía. En ella he tocado la pureza de tu irreverencia, innegable, tierna, erótica. Adquirí el gusto de saborearte,
  • 51. 50 por eso estás permanente en mi boca. He besado lo más profundo de tu paraíso, hasta escuchar el rumor de las olas y las eternas carcajadas de tu núcleo de armonía. Las noches son más hermosas cuando siento el aleteo de los pájaros en tu ombligo. Sirena del sol, abre tu fruta prohibida, para beber de tu fuego sagrado. Derrámate como un río desbocado, para sentir, como cascadas, hormigueos nerviosos en mis huesos, alborotados todos, con la furia y sensualidad de tu locura. MUJER-POEMA Quiero hacerte un poema de ilusiones del corazón, de reinventar sueños, para interpretar los signos de tu naturaleza. Un poema humano, animal, vegetal, espiritual, mineral, erótico. Te extraño al revés y al derecho horizontal y vertical,
  • 52. 51 diagonal, perpendicular, circular, en espiral, como círculos concéntricos. Quiero beber la savia poética de tus pechos, exprimir hasta su octava esencia, hasta lo más hondo, para absorber todos tus mágicos secretos. Quiero contemplar las curvas de tus silencios más profundos, como una comunión directa con el dios del cielo, sin templos, así, directamente. Te espero, reposando en hojas verdes. Te invito a que pases con tu elegancia, de dama de flores. Yo tengo puesto mis collares de pelícanos, mis collares de jaguares. Te imagino sentada y yo bebiendo de tu fuente de mariposas. Hasta mis dientes tengo ya hechos poesía. Quiero bucear entre tus muslos divinos, dibujar garabatos finísimos con mis dedos de sol, tocar tus pétalos y oler y llevar a mis pulmones el oxígeno embriagante de tu vida.
  • 53. 52 Con una distancia humedecida de moradas plenas, tú, ¡oh viajera! ¡oh, sublime fuente! ahora ya estás en mí. Mi corazón prendió en fuego y formas parte ya, de mi locura. MUJER-ÁRBOL Quédate, como un árbol, mujer, echando raíces, con tu memoria encendida para que la poesía se prolongue y siga floreciendo. Tu sabiduría está extendida en el agua para acallar la voz del olvido. Hablas de la sabiduría del agua que permanece en las estrellas, donde los cayucos de los antepasados navegan en el horizonte del alma. Eres como el águila del sol, vuela, vuela, mágicamente, en el firmamento. Danza en espiral
  • 54. 53 sobre el mar al compás del viento. Te quiero maternal para sumergirme, tierna y fieramente, en tu dimensión prohibida, surcando aguas de misterio, reír, llorar, gritar, pintar. Quiero sentir tus cabellos untados con la aurora, que me hacen respirar, profundamente, con las venas del planeta. Si, aquellos con los que pueda hilvanar un silencio mágico. Si, aquellos que conectan el ombligo de la vida y la muerte. La inmortalidad está en tu nombre. Cuando las naciones tiemblen, es porque algún día tus ojos, encenderán la esperanza. Porque somos abiertamente invencibles en esta vida, tu palabra se hizo música, en la inmensidad de la tierra.
  • 55. 54 El día en que naciste, pululaban las luciérnagas… Y supe por tu sonrisa, que en ti habitaba el mismo dios, en mayúscula. MUJER-LETRA Soñé que yo había descubierto el manuscrito más antiguo, en tu anatomía, con su lenguaje oculto, tatuado de símbolos oníricos. Soñé que en cada punto de tu cuerpo había vocales y consonantes y que, para descubrirlas antes de amarte, tendría que descubrir el enigma de tu piel. Tu boca es elíxir que embriaga mis sentidos, /tus dientes, una dimensión sagrada/ /tu cuello, el hilo conductor del paraíso/ /tus pies, un alfabeto/ /tu ombligo un canto/ /tus senos una pintura cosmogónica/ cada uno un poema cantado. Sí, tú interiorizas mi lenguaje
  • 56. 55 de donde brota la ternura. Tienes mi cuerpo atravesado por el más el hondo suspiro de tu piel, una especie de coito lingüístico, donde hay conjunciones y disyunciones y donde el gerundio y los sustantivos pierden memoria. Quiero ponerle a cada olor de tu cuerpo una letra del abecedario. “Empezarás por el hilo conductor del paraíso que es mi cuello, seguirás por la pintura de mis senos, cantando un poema a cada uno; descubrirás el alfabeto nuevo en mi ombligo con sus sílabas, consonantes y vocales, serás el lector del manuscrito que soñaste y despertarás con la luna llena”. Cuando desperté… ahí estaba la luna. RITUAL DE NOMBRE La ceremonia, el ritual sagrado de Inna Suid, por fin comienza en la dirección de la luna. La alegría surge desde el filo de la hamaca azul. El ritual ha comenzado y tiemblo,
  • 57. 56 expectante, esperando que me nombres. El Gamdur canta, los colibríes anuncian el festival nocturno. El recinto de inna nega se cubre con el humo del cacao. Los nuchus bailan en estado de Nirvana de Baba Nega. Las mujeres sonríen a carcajadas, mientras tocan la tierra con la punta de sus pies llenos de magia. Las voces mágicas disipan el miedo. El Gamdur canta la canción del sueño y entonces, me sumerjo en ese mundo de crepúsculos morados y atardeceres de ensueño, colores de energía que se mezclan con el azul intenso del cielo y del mar. El Gamdur canta la canción del alma. El Gamdur canta la canción del crepúsculo. El Gamdur canta la canción del ocaso. El Gamdur canta la canción del bautizo. ¡Aplauden los dueños de la fiesta! Por eso, ¡yo te nombro Oloiddirdili, niña! Te nombro, niña, porque al nombrar tu nombre a la hora de la muerte, es como un nacer de mariposas
  • 58. 57 que se reproducen en las raíces de los árboles. Nombre de oro iluminado por el reino de los vegetales. Nombre de oro que se dilata en la cima del arco iris. Nombre volcán que se conecta con la memoria de las nubes. Así nació tu nombre, niña, apareció como un gigantesco liquen, como el primer grito del parto, como el primer amanecer, como un frenesí de pájaros. Deja huellas en la lengua de los ritos ancestrales. Por eso, niña, los nombres son como luciérnagas develando la locura de la aurora. Entonces… el ritmo de la hamaca, la voz y el viento, acompasados con el silencio de la noche, permitieron que yo aprendiera ¡mi nombre de volcán, de oro iluminado! HARA-KIRI EN FLOR Entre las aguas y la arboleda, danza tu piel, estremecida por el canto de las flores.
  • 59. 58 Tu cabellera negra baja con su hermosa amistad sobre la tierra. Desde allí, todas tus alegrías se multiplican como el vuelo de las mariposas. De tu cuerpo todo brota: el espejo del agua el milagro de la noche, la gracia divina. ¡Oh, belleza! La naturaleza se impregna, profundamente, de ti. Por eso pinto haikus en el aire para quererte, libre y silenciosamente, como a las montañas sagradas. POETA EN ÉXTASIS LUNAR Yo descifré el lenguaje secreto del río, cuando vine al mundo. Por eso todas las palabras tienen otra voz, otra manera de sentir la vida y la muerte.
  • 60. 59 Por eso nombramos, con la lengua de los sueños, en códigos aun indescifrables, los nombres del sol y de la luna. Aprendí tantos rituales para nombrarte, con todos los verbos posibles, descubriendo en tu anatomía la caligrafía exacta de la tierra. Mujer, háblame de tu lenguaje de jeroglíficos, para ir descifrando, lentamente, la ternura del alfabeto entre tus manos. Mujer, tu corazón sigue sonando a río o aguacero… Quiero perderme en la selva de tu cabellera, en tu bosque de terapias verbales, para navegar al río de los cuatro espíritus, donde los sentidos, todos, se transforman, cuatro veces más intensos. Cruzando tus colinas, los pétalos de las flores se elevarán hasta el cielo. Quiero beberte toda… que la noche termine en arte. Quiero transitar en tu dimensión desconocida, dibujar poemas en tu anatomía. Quiero escalar las cumbres sublimes de tus senos, que están conectados con la luna llena. Quiero moverlos, mágicamente, para nadar en cada oleaje
  • 61. 60 y que sus puntas infinitas me eleven al firmamento. Quiero beber de tus labios, el néctar de la fruta prohibida, para luego borrar con cada beso, como quien borra sin querer, la poesía. Quiero verte a la pálida luz de la luna y que los efluvios marinos impregnen nuestros espíritus. Me transporto al abrazo mágico de mi hamaca, más azul que el mar, con tus huesos derretidos, girando en espiral. Cabalgaré en tu mágica cintura, sentiré tus colinas estremecidas y tu centro alborotado por rojos vendavales. Mi boca hará círculos en tu piel y emergerán cocuyos que alumbrarán la noche. La cabellera plateada de la luna dibujará la sonrisa del silencio más profundo, y desnudos, amándonos, escribiremos los poemas más sublimes… Todo será divino, mágico, natural. Así es como te pienso, con tu corazón girando bajo el influjo lunar y tu mirada profunda mirando hacia el cosmos infinito.
  • 62. 61 CARTA DE VIDA DEL AUTOR, AIBAN VELARDE La escritura y la oralitura son parte fundamental de mi existencia. Desde el vientre de mi madre descubrí un mundo pleno de jardines; su voz, sus cantos, poblaron mi memoria de recuerdos. Desde allí descifré los primeros nombres de las plantas y absorbí los colores de la mola, que intensificaron todos mis sentidos. Desde allí ya estaba conectado con el universo. Mi llegada al mundo al amanecer, para recibir el radiante sol de mi isla, Ukupseni, y la siembra de mi cordón umbilical bajo un árbol para conectarlo con la Madre Tierra, marcarían la ruta de mis pasos hacia la siembra y cosecha de poemas, para inspirar e iluminar todos los mundos posibles (terrenales, espirituales, físicos), y así, no olvidar jamás de dónde venimos, porque la memoria es cosa frágil y existe el riesgo de perderla. Desde entonces, no he parado de indagar sobre la vida, el tiempo y los diferentes significados del silencio. Me detengo a observar el mundo circundante; veo las plantas, que me han enseñado la armonía del planeta… En silencio, procuro contemplarlas, sus colores, sus ritmos, sus ciclos, para poder captar y transmitir sus mensajes de equilibrio, que procuro aplicar en mi propia vida y en la de todos los seres que me rodean, mi familia, los niños, los ancianos y, con especial agradecimiento, al agua, que me presta su espíritu, para cantar en nombre de mi pueblo.