1. lunes 8 de marzo de 2010 → La Jornada
LUCINDA RIVAS
Zirahuén en mis ojos
"¿Cómo se puede comprar el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea
extravagante. Nosotros somos parte de la tierra. Y la tierra es parte de nosotros. Las
flores que adornan el aire son nuestras hermanas.”*
En las culturas mesoamericanas y otras que nos antecedieron, el paisaje era sagrado, el
mundo físico se definía como manifestación material de lo espiritual y el mundo
espiritual como esencia de lo material, valores éstos que se inscriben en la cosmovisión
de dichas culturas; de ahí el lugar preponderante que ocupan en el lenguaje principal de
la realidad los elementos vitales de la naturaleza y la existencia humana, mediados por la
omnipresencia de los dioses, a través de la religión y los ritos como complemento de la
vida. En el sistema social que nos rige el lugar primordial lo ocupa la economía de
mercado, con todas sus formas capitalistas de explotación, aniquilamiento y despojo,
principalmente de la tierra a los habitantes originarios de estas regiones y en la misma
línea de desprotección, a los sobrevivientes de la conquista y posteriores invasiones, con
el apoyo y complicidad de los gobernantes; todo para beneficio de los intereses y
enriquecimiento de los poderosos, de ahí que los valores esenciales de la naturaleza y lo
humano se expresen en metáforas materiales, en perjuicio de los valores básicos de la
existencia y la espiritualidad, lo cual ha motivado rebeliones en todas las épocas hasta
hoy, rebeliones a las que el poder ha respondido con injusticia, represión, impunidad y
corrupción.
Sirve este contraste para referirnos hoy a la problemática que sufre el lago de Zirahuén,
que además del daño ya recibido en diversas formas, a sus recursos naturales, al uso del
suelo y otros aspectos que están suficientemente difundidos por especialistas, estudiosos
del caso y comuneros, ahora es objeto del acoso y conflictos generados por la voracidad
de quienes quieren convertir su espacio paradisiaco en mercadeo, al pretender el
desarrollo de proyectos turísticos que, como se sabe, no serán de beneficio para las
comunidades sino sus ganancias irán a la bolsa de nacionales y trasnacionales, ante lo
cual libran heroica lucha, principalmente los comuneros indígenas, amenazados hoy por
la defensa de lo propio y para quien este paisaje es sagrado, mayormente la tierra.
Tiempo debería ser éste de tan grave impacto ambiental a nuestro planeta por la mano
profana del ser humano, de estar recreándonos ante las bellezas naturales, para alivio en
esta crisis de valores que nos agobia o cuidando para su conservación lo que nos queda
aún; en ese orden se inscribe el siguiente poema de la misma autora de estas reflexiones.
Destellos del lago
Zirahuén: manto azul que labró el sol
en el cristal purísimo del agua.
Amanecer azafranado
2. en sangre de crepúsculo
a lo lejos, oro
donde emprende vuelo de luz el horizonte
y el alba se abre para que el sol la bañe.
El agua bebe
la sombra del bosque
y el bosque se baña en el agua
de esa danza brota transparencia azul
en cristalina música.
En cada gota
profunda de la fuente
danza el cosmos
tiene su espacio el infinito.
En cualquier recodo
donde el agua sube al cielo
y el cielo baja al agua
lo virginal aún existe.
La creación fulgura resplandores
ríos de luz bañan el lago
ondas de sol y suave viento
llenan el corazón que lo contempla.
La visión purifica la mirada
vuelve canción la sangre
mágica ensoñación el pensamiento.
3. La tarde cae sobre el lago
bañada en arcoiris de crepúsculo
vivirla, desaparece la visión fantasmagórica
y la turbulencia que acaba con el sueño.
La noche crece en calma
musical es el silencio.
mientras en el espejo de las aguas
el cielo estrellado se derrama.
Hoy llora la arena
aquel bosque florido
el follaje que antaño
tocaba hasta la orilla
lo ahogó la polución
venida con los siglos.
Podredumbre evaporó el oxígeno
con la arboleda se llevó los trinos.
¿Podrán salvar los sueños campesinos
esta azulada transparencia
detener la villana maquinaria
la mano voraz, artera
y el azolve con que amenaza el tiempo?
*Carta del Jefe Piel Roja de Seattle, como respuesta a la petición de compra de sus
tierras, que le hizo el presidente de los Estados Unidos en 1854.