2. «Toda la sabiduría viene del Señor, y está
con él por siempre.
¿Quién puede contar la arena de los mares,
las gotas de lluvia y los días de la
eternidad?
Antes de todo fue creada la sabiduría…»
Sirácida 1, 1-4.
5. Jesús ben Sirá
Escrito en hebreo por un judío de Jerusalén que
se trasladó a Egipto en el s. II a.C., durante la
dominación helenista en Palestina (los
seléucidas). Su nieto recoge el manuscrito y lo
traduce al griego por su gran interés.
6. Mi abuelo Jesús, después de haberse dedicado
intensamente a la lectura de la Ley, los Profetas y
los otros escritos […] se propuso escribir sobre
cuestiones de instrucción y sabiduría. Su objetivo
era que los deseosos de aprender aceptaran sus
enseñanzas y pudieran progresar, llevando una vida
más acorde con la Ley.
Prólogo, 7-14
7. Dos culturas enfrentadas
Los reyes seléucidas querían implantar la cultura
griega en su territorio, pero los judíos devotos
defendían su fe, como pueblo de la alianza. El
Sirácida quiere promover el conocimiento y amor
a la fe de sus padres.
10. La Sabiduría
La sabiduría se encuentra en Dios y es
necesaria para alcanzar una vida digna,
respetable y próspera. La sabiduría se
encuentra en la Ley de Dios.
11. El temor de Dios es gloria y
honor, alegría y corona de
júbilo. Deleita el corazón,
da alegría, gozo y larga
vida. El que teme al Señor
tendrá un buen final, y el
día de su muerte será
bendecido. Principio de la
sabiduría es temer al
Señor.
Sirácida 1, 11-14
12. Israel, pueblo de la Alianza
Recuerda al pueblo su historia, la
intervención de Dios en ella y su alianza
eterna (capítulos 44 al 51).
13. El Creador del Universo me dio
una orden: pon tu tienda en
Jacob, sea Israel tu heredad...
Todo esto es el libro de la
alianza del Dios Altísimo, la
Ley que nos prescribió Moisés
como herencia… Ella rebosa
sabiduría… El primero no ha
acabado de entenderla, el
último todavía no la ha
descubierto.
Sabiduría 24, 8. 23-28
14. Consejos a los jóvenes
Al estilo de Proverbios, el Sirácida recopila
series de consejos sobre todo tipo de
temas, para tener éxito en la vida y cultivar
una reputación intachable.
15. Hijos míos, escuchad los
consejos de vuestro padre,
ponedlos en práctica y os
salvaréis.
Quien honra a su padre expía
sus pecados; quien respeta a
su madre acumula tesoros.
Quien honra a su padre
recibirá alegría de sus hijos y,
cuando rece, su oración será
escuchada…
Sirácida 3, 1-5
16. La sabiduría está en la Ley
¿Cómo llevar a la práctica la sabiduría?
Cumpliendo la voluntad de Dios,
expresada en la Ley de Moisés. Y
participando activamente en el culto.
17. …busqué sinceramente la
sabiduría en la oración. A la
puerta del templo la pedí, y la
busqué hasta el último día.
Seguí sus huellas, incliné mi
oído y la recibí, y me encontré
con una gran enseñanza.
Gracias a ella he progresado
mucho; daré gloria a quien me
ha dado sabiduría. Pues he
decidido ponerla en práctica…
Sirácida 51, 13-20
18. La importancia del culto
Para el Sirácida el culto es fundamental. No
un culto vacío ni hipócrita: la honestidad y
la justicia van de la mano con una liturgia
impecable y celebrada con magnificencia.
19. Observar la ley es hacer muchas
ofrendas, guardar los
mandamientos es hacer
sacrificios de comunión.
Devolver un favor es hacer
oblación de harina; hacer limosna
es ofrecer sacrificios de alabanza.
Apartarse del mal es complacer al
Señor… No te presentes ante el
Señor con las manos vacías. La
ofrenda del justo honra el altar…
Sirácida 35, 1-10
20. La gloria de Dios
Se manifiesta en el esplendor de la
creación y en la naturaleza (cap. 42 y 43).
Y también en los acontecimientos de la
historia, a través de grandes personajes
(cap. 44 al 49).
23. Alabanza a Dios
Un hermoso himno canta la belleza de
existir, y da gracias a Dios por la vida y
todos sus dones, al tiempo que lamenta el
triste destino: morir… El Sirácida no
contempla una vida más allá.
24. Escuchadme, hijos piadosos, y creced como rosal
plantado junto al agua, como incienso derramad buen
olor, floreced como el lirio, exhalad perfume, entonad un
cantar. Bendecid al Señor por todas sus obras.
Sirácida 39, 12-38
25. Acción de Gracias
El libro concluye con un himno de acción
de gracias a Dios por su protección y
auxilio frente a los enemigos, y relatando
su larga búsqueda de la sabiduría y el éxito
que esta le ha aportado(capítulo 51).
26. Te doy gracias, Rey y Señor, te
alabo, oh Dios, mi salvador…
Porque fuiste mi protector y
mi auxilio y libraste mi cuerpo
de la perdición… Entonces me
acordé, Señor, de tu
misericordia, y de las obras
que siempre has realizado, de
que tú sostienes a los que
esperan en ti.
Sirácida 51, 1-2. 8