El documento contrasta el estado de bienestar del siglo XIX con el estado de bienestar keynesiano. El estado de bienestar del siglo XIX surgió por razones políticas e incluyó seguros sociales inspirados por Bismarck, mientras que el estado de bienestar keynesiano surgió en la década de 1930 por razones económicas en respuesta a la Gran Depresión, operando en la producción, inversión y provisión de bienes y servicios a través de una economía mixta e intervención en la economía y sociedad.