1. Análisis de la película "El show de Truman" y el texto de la Autora: Eva Patricia Gil
Rodríguez: Simulacro, subjetividad y biopolítica; de Foucault a Baudillard.
María José Velásquez Martínez Cód. 20131187020
Angie Natalia Morales España Cód. 20131187002
Ambos textos se complementan; por ejemplo en Simulacros se establece que el
ente de vigilancia quiere ejercer un control, a través de un medio hegemónico va
construyendo un dominio simbólico, donde la tecnología forma una parte
fundamental en nuestras vidas. En el show de Truman, su sustento depende de la
publicidad que le atribuyan a toda la utilería del set de grabación, lo muestra como
herramientas necesarias en nuestra vida cotidiana, siendo las mejore de su clase.
Demostraba que, por medio de la comunicación, existe un control que generando
el consumo de la tecnología presentada, logra seducir al televidente o más bien,
al consumidor a través de una sensación de placer, en este caso la transmisión de
24/7 de la vida del personaje, Truman donde todos estaban al tanto de su vida
personal, su desenvolvimiento social, etc.
En este momento, manifestamos que Truman se encuentra encerrado en el
sinóptico, porque existen muchos espectadores y él, es el que tiene todas las
cámaras encima, podríamos decirle “El vigilado”, al que le es invadida su
privacidad sin ningún tipo de negociación previa. Lo mantienen en una abstracción
de “lo real”, en una mentira creada y recreada, que además de potenciar las
relaciones de consumo, es una obra ejecutada para la diversión y el
entretenimiento de los actores, los productores y los televidentes.
Para que esta mentira sea un éxito, necesita de una serie de normas de
comportamiento, cimentada en potentes mecanismos objetivos, que regulan la
conducta y recrean la mentalidad de la “utopia” en la que vive Truman, pero esto
no es más que un artificio que genera y legitima una guerra entre el sujeto y el
panóptico, en este caso, Truman desde su prisión era observado, todas sus
relaciones recreadas para alimentar el morbo de los espectadores, urgidos de
conocer y recrear todos los espacios del individuo; esa necesidad de urgar en la
vida de una persona, que a fin de cuentas nos convierte en seguidores
superficiales, las masas que están al pendiente de personas desconocidas.
Para concluir, y en vivas palabras de Gil, vivimos en un mundo industrializado, del
cual nosotros ya no tenemos control. A través de necesidades inventadas, porque
si no hay necesidad no hay venta; nos absorben en una rutina de marcas, de
productos, de lugares. Para Truman ya todo estaba establecido, su trabajo, los
lugares a los que frecuenta, las personas que conocía y las relaciones que
establecía con ellas. Un escenario inmutable, estático que lograba una gran
audiencia, porque al final es un reflejo de lo que vivimos, más no contiene la
esencia.