1. Estudiar Jueces
Contenidos
1. 1 Estudio Inductivo de Jueces
2. 2 Hojas de trabajo de Jueces
3. 3 12 Métodos de Estudio Bíblico
4. 4 Examen de Jueces
5. 5 Principales Doctrinas en Jueces
6. 6 Estudios de Jueces
Estudio Inductivo de Jueces
Capítulos 1, 2
1. El libro de los Jueces, no sigue un orden cronológico. Contiene, por lo tanto, comprender su
contexto general. Lea primero los capítulos 1 y 2, y luego salte a la parte final del libro y lea 17:6,
18:1, 19:1, 21:25, entendiendo a la frase clave que se repite. Marque esa frase de manera
distintiva, y anótela en Capítulos de Jueces en palabras clave.
2. Lea una vez más los capítulos 1 y 2, pero ahora atendiendo a lo siguiente:
a. Marque en el texto las palabras y frases clave. Anótelas en una tarjeta, la cual puede servir
de marcador de libro mientras estudia Jueces.
b. En el capítulo 1 se repite una frase muy importante, la cual después del capítulo 2 en
adelante no vuelve a mencionarse. Busque esa frase y márquela de manera distintiva todas
las veces que ocurra. Ahora consulte Éxodo 23:20-33, Deuteronomio 7:1-11, 16 y Josué
23:5-13, y anótelos en el margen del capítulo 1 para referencias posteriores.
c. En el curso de la lectura, haga las seis preguntas que ya conoce en cuanto al texto: ¿quién?,
¿qué?, ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿dónde? y ¿por qué? No siempre dará con la respuesta, pero
al leer asegúrese de tomar nota de quién hace qué, y por qué lo hace, lo mismo que el
momento y el lugar en que lo hace. Siempre pregúntese cómo sucedió o se realizó algo, o
cómo ha de realizarse.
d. En el margen del capítulo anote los nombres de personas o grupos de importancia en el
relato (tales como “los hijos de Israel” y “jueces”), junto con todo lo que haya aprendido de
ellos en ese capítulo. Haga lo mismo cada vez que se mencione al Señor Jehová.
3. Una vez recogidas todas las observaciones al capítulo 2, haga un repaso de todo lo aprendido,
prestando especial atención a los versículos 11 al 23. Tome nota de este ciclo de acontecimientos,
sin olvidar anotarlos en el margen, ya que su contenido establece el patrón de los capítulos 3 al
16.
4. Identifique los temas de estos capítulos y anótelos en Capítulos de Jueces.
2. Capítulos 3 – 16
1. Estudie los capítulos 3 al 16 tal como estudió los capítulos 1 y 2: Marque las palabras clave y
hágase las seis preguntas ya familiares en cuanto al texto. Anote en el margen toda nueva
observación.
2. Según vaya leyendo los capítulos 3 al 16 de este libro, identifique a cada uno de los jueces y anote
su nombre en el margen del capítulo en que se menciona. Elabore también un alista de todo lo
que aprenda en el texto, y anote luego toda esa información en la hoja de trabajo de titulada: “Los
Jueces de Israel”. A fin de aprender mejor el marco histórico de cada uno de los jueces, así como
la relación que guardan entre sí.
Capítulos 17 – 21
1. No hay evidencia de que los capítulos 17 al 21 sean la continuación cronológica de los capítulos
3 al 16. Más bien, estos capítulos ofrecen una visión panorámica de la moral que prevalecía en
aquellos tiempos. Lea detenidamente cada capítulo, tal y como ha hecho con los demás capítulos
del libro, y tome nota de toda nueva idea, prestando atención especial al orden de los sucesos.
2. Al leer estos capítulos, tenga presente la frase clave que marcó al principio del estudios. Note
cómo se evidencia la verdad de esta frase en la vida del pueblo.
3. Anote los temas de los capítulos, tal y como ha hecho con anterioridad. Anote también el tema
principal de cada sección según la división por secciones, y de cualquier otra sección que
encuentre. Por último, anote el tema principal del libro.
Hojas de trabajo de Jueces
Capítulos de Jueces
Los Jueces de Israel
Preguntas en Jueces
Temas de Jueces
12 Métodos de Estudio Bíblico
3. Estos son los 12 métodos de estudios bíblicos que lo capacitarán para que estudie la Biblia por sí
mismo. Se presentan en orden de simplicidad y uso de las obras de consulta, empezando con las más
fáciles y siguiendo con las más difíciles.
l. Método devocional. Seleccione una breve porción de su Biblia y en oración medite en ella hasta que
el Espíritu Santo le manifieste la manera en que puede aplicar la verdad que le mostró en su propia vida.
Escriba una aplicación personal.
Detalles - Ejemplo - Formulario
2. Método del resumen de un capítulo. Lea un capítulo de la Biblia por lo menos cinco veces: luego
escriba un resumen de la idea central que haya encontrado. Detalles - Ejemplo - Formulario
3. Método de cualidades del carácter. Escoja una cualidad de carácter que le gustaría adquirir para su
propia vida y estudie lo que la Biblia dice al respecto. Detalles - Ejemplo - Formulario
4. Método temático. Elija un tema bíblico. Después piense en tres o cinco preguntas de las que le
gustaría tener una respuesta. A continuación estudie todas las referencias bíblicas al tema que pueda
encontrar y escriba las que contesten las preguntas que había elaborado. Detalles - Ejemplo -
Formulario
5. Método biográfico. Seleccione un personaje bíblico e investigue todos los versículos que se
relacionan con esa persona con el fin de estudiar su vida y características. Tome nota de sus actitudes,
puntos fuertes y débiles. Después aplique en su propia vida lo que haya aprendido. Detalles - Ejemplo -
Formulario
6. Método de tópicos. Reúna y compare todos los versículos que encuentre sobre un tema en particular.
Organice sus conclusiones en un bosquejo que le permita compartir el estudio con otras personas.
Detalles - Ejemplo - Formulario
4. 7. Método de estudio de palabras. Estudie las palabras importantes de la Biblia. Investigue cuántas
veces se menciona una palabra en las Escrituras y cómo se usa. Investigue el significado original de la
palabra. Detalles - Ejemplo - Formulario
8. Método de trasfondo de un libro. Estudie lo relacionado con la historia, geografía, cultura, ciencia y
problemas políticos en los tiempos bíblicos. Use libros de referencia bíblicos para aumentar su
comprensión de la Palabra.
Detalles - Ejemplo - Formulario
9. Método de estudio de un libro. Estudie todo un libro de la Biblialeyéndolo varias veces hasta obtener
un panorama general del mismo. Estudie el trasfondo del libro y tomé notas de su contenido. Detalles -
Ejemplo - Formulario
10. Método de análisis de capítulos. Domine el contenido de los capítulos de un libro de la Biblia
echándole un vistazo en profundidad a cada uno de los versículos del capítulo. Desglose cada versículo
palabra por palabra para poder observar cada detalle. Detalles - Ejemplo - Formulario
11. Método de síntesis del libro.Resuma los contenidos y los temas principales de un libro de la Biblia
después de haberlo leído varias veces. Haga un bosquejo del libro. Este método se lleva a la práctica
después de haber realizado el método de estudio del libro y el método de análisis de capítulos de cada
capítulo de ese libro. Detalles - Ejemplo - Formulario
12. Método de análisis versículo por versículo. Este método selecciona un pasaje de las Escrituras y
lo examina con lujo de detalles mediante preguntas, descubriendo referencias cruzadas y parafraseando
cada versículo. Se escribe una posible aplicación de cada uno de los versículos que se estudiaron.
Detalles - Ejemplo - Formulario
Examen de Jueces
5. 1. Jueces 1 al 6
2. Jueces 7 al 21
Principales Doctrinas en Jueces
1. Misericordia de Dios al liberar a Israel (2.16, 18, 19; Dt 30.3; Jos 1.5; Sal 106.43–45; Lc 1.50;
Ro 11.30–32; 2 Co 1.3; Ef 2.4).
2. Apostasía de Israel (3.7; 4.1; 6.1; 8.33; 10.6; 13.1; 21.25; Nm 31.1–3; Dt 32.18; 1 S 12.9; 1 R
11.33; Is 1.4; Ez 6.11–14; Jn 3.18–21; Ro 7.5, 6; Col 3.25; Tit 3.3).
Lectura de Jueces
Contenidos
1. 1 Panorama del Libro de los Jueces
2. 2 Recomendaciones Específicas para la Lectura del Libro de los Jueces
3. 3 Un Recorrido por el Libro de los Jueces
Datos de Orientación de Jueces
6. Contenido: la narración cíclica del tiempo de los jueces, con énfasis en la repetida falta de
lealtad de Israel ante el pacto.
Cobertura histórica: desde la muerte de Josué hasta el principio de la monarquía.
Énfasis: los insignificantes resultados de la conquista; el constante rescate de su pueblo por
Dios, a pesar del habitual fracaso de ellos de guardar el pacto con él; las condiciones
desesperadas y la decadencia en espiral descendente durante este período; la necesidad de un
buen rey.
Panorama del Libro de los Jueces
El libro de los Jueces, que narra la historia de Israel entre Josué y el principio de la monarquía (1
Samuel) es una narración compuesta cuidadosamente de tres partes esenciales:
1. 1:1-3:6. Introducción: Una "obertura" que enuncia los temas principales.
2. 3:7-16:3. Ciclo narrativo principal: Una serie de "variaciones" de los temas.
3. 17:1-21:25. Epílogo: Una "coda" que ilustra el tema principal.
Conforme avanza en la lectura, busque las maneras en que estas diversas partes interactúan una
con otra de modo que toda la narración presenta un cuadro vívido de los tiempos, que a su vez
concluyen con el refrán repetido de que gran parte de esto tiene que ver con que Israel no tenía rey.
La introducción se presenta en dos partes.
La primera (1:1-2:5) que retoma y amplía algunas de las narraciones de la conquista desde Josué.
Tiene dos énfasis y dos se encuentran en la conclusión (2:1-5): 1) que Dios no rompió el pacto con
Israel, sino que ellos rompieron el pacto con él al no echar fuera a los cananeos (1:21, 27-36) y 2) que
Dios ya no vendrá en su ayuda en esta causa. En lugar de eso, los cananeos "os serán adversarios, y
sus dioses os servirán de tropiezo" (2:3). Por consiguiente, esta parte de las razones básicas para lo
que sigue.
La segunda (2:6-3:6) ensaya en forma resumida cómo la narración se desenvolverá. Aquí se
introduce el ciclo deuteronómico:
1. Israel hace mal a los ojos de Jehová al servir a los Baales cananeos (2:11-13).
2. Ellos experimentan la ira de Jehová en la forma de fracaso en la batalla y de opresión por sus
enemigos (14, 15).
3. El pueblo clama en su dolor y Dios los rescata enviándoles un juez-libertador (16, 18)
4. Cuando el juez muere, el ciclo comienza nuevamente (17; 19-23).
El lector notará que el epílogo también está en dos partes y da detalles y ejemplos del sincretismo de
Israel, así como de su fracaso en guardar el pacto con Dios.
7. Entre estas dos secciones estructurales está la narración principal, en la que se repite el ciclo una y
otra vez, pero con énfasis en las historias de liberación. Común a todas estas historias es el hecho de
que Dios está detrás de toda liberación, !aunque los mismos liberados rara vez brillen como ejemplos
de consagración a Jehová!
Esta serie central parece estar cuidadosamente construida, presentando doce "jueces" que
corresponden al número de las tribus israelitas. Empieza con Otoniel, cuya historia se cuenta en
resumen y como un modelo para el resto. Esta es seguida por las proezas de cinco jueces (Ehud,
Débora/Baruc, Gedeón/Abimelec, Jefté y Sansón), esparcidos con lo que suma una lista de otros
jueces-libertadores parecidos (Samgar, Tola, Jair, Ibzán, Elón, Abdón). Esta serie es estructurada por
dos relatos solitarios (Ehud, un benjamita. Sansón, un danita). En el marco interior de las historias
(Débora/Barac, Jefté) la liberación depende de una mujer y de un proscrito fuera de la ley. En el centro
está el relato de Gedeón y de su hijo Abimelec (cuyo nombre significa "padre del rey"), y aquí surgen
dos asuntos centrales en la narración: ¿quién es el Dios verdadero?, y ¿quién es el rey de Israel? Las
narraciones de los libros de Samuel y Reyes parten desde aquí.
Recomendaciones Específicas para la Lectura del Libro de los Jueces
Para que el lector se mantenga concentrado al leer el libro de los Jueces, necesita
conocer tres cosas por adelantado:
Primera, la palabra que tradicionalmente se traduce "jueces" (shofetim) en este libro no
se refiere primeramente a oficiales judiciales, aunque la palabra sí lleva ese sentido (Éxo
18:13), más bien, eran líderes militares y jefes de clan a los que Dios usaba para liberar a
Israel de enemigos que amenazaban a Israel por largos períodos.
Segunda, aunque términos tales como "juzgó a Israel" y a "los israelitas" aparecen
regularmente, no se debe imaginar que cada uno (o cualquiera) de ellos era líder de Israel
en el mismo sentido en que lo fueron Moisés y Josué. De hecho, conforme se desarrollan
las historias, se puede reconocer que parte de la preocupación del narrador es
precisamente lo opuesto: que una o varias tribus eran oprimidas y llamaban a otras tribus
por ayuda, que algunas veces venía y otras veces no, lo que a menudo resultaba en
contiendas entre las tribus. La ironía de la narración es que solamente al final, en un caso
de guerra disciplinaria entre tribus, están "unidas" las doce tribus. Fíjese, por ejemplo, en
las hirientes palabras del canto de Débora acerca de Rubén (5:15, 16), que en un tiempo de
crisis y después de "grandes deliberaciones del corazón" se quedó en casa "para escuchar
los balidos de los rebaños".
Tercera, y muy relacionada, está el asunto de la cronología general. El lector se dará cuenta que
frecuentemente se emplea lenguaje cronológico ("juzgó a Israel por..." y " la tierra
reposó durante ...años"), y que el esquema general refleja la historia de los tiempos, empezando con
una opresión esporádica (Moab en el este), y concluyendo con la opresión filistea, que es donde el libro
de Samuel retoma la narración. Aun así, no se debe pensar en todos estos acontecimientos en un
8. orden cronológico. La paz e un lugar no significaba necesariamente la paz en otro. Y la nota entre
paréntesis en 20:27, 28 pone la historia muy temprano en el período (el sacerdote en Betel es el nieto
de Aarón). El punto es que narrador no está interesado en un tiempo lineal como tal, como en el cuadro
general de los tiempos que está describiendo.
Pero el asunto cronológico que es crucial a la narración es el deterioro gradual pero implacable de
las cosas en Israel hasta el tiempo de Samuel. Esto se describe primero que nada en la estructura
misma, con sus historias finales en los capítulos 17-21. También se refleja en la descripción de los seis
jueces principales. Las descripciones de Otoniel, Ehud y Débora son básicamente positivos, a pesar de
algunos subterfugios de paste de Ehud y Jael (4:18-21). Pero empezando con Gedeón las cosas
empiezan a inclinarse. La historia de Gedeón empieza bien, pero se vuelve mala en la forma de un
efod idolatrado (8:4-27) y de un hijo asesino, Abimelec (cap. 9). Las historias de Jefté y de Sansón
describen un cuadro del Espíritu de Dios usando líderes menos ejemplares. Otra manera en que este
tema es conducido es con el uso de "a los ojos de". Observe cómo principia cada uno de estos ciclos
de historias: "Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová". Al final se nos dice
lo que esta frase significa: "En aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía
recto ante sus propios ojos" (17:6; 21:25). El punto álgido en este tema es una expresión idiomática
que usualmente se expresa de manera diferente en la traducción castellana, donde Sansón
rebeldemente desea a una joven filistea como su esposa porque (literalmente) "ella me gusta" (14:3,
7).
Sin embargo, a pesar de esto, el cuidado de Dios por su pueblo mantiene la historia unida. Esto es
especialmente discernible en el aviso repetido de que "el Espíritu de Jehová" (que es mencionado al
principio de la historia de Otoniel, pero ausente en los episodios de Ehud y de Débora) viene sobre
Gedeón (6:34), Jefté (11:29) y Sansón (13:25; 14:6, 19; 15:14). Aún así, lo que es una ausencia
notables de Jueces es la presencia del Señor en medio de su pueblo. El tabernáculo de reunión que
Josué estableció en Silo (Jos 18:1) reaparece en el libro de 1 Samuel 2:22. En Jueces se nos dice que
la idolatría de la tribu de Dan continuó "todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo" (18:31), pero
Israel nunca consulta allí con Jehová para escucharlo. Israel es un pueblo que ha perdido su camino y
su identidad esencial, y solamente Dios en su misericordia puede poner orden en este caos.
Un Recorrido por el Libro de los Jueces
1:1-
2:5
El problema básico: el fracaso en destruir a los cananeos
Observe el desarrollo de los propósitos del narrador. Después de una reseña de algunas victorias en el
sur, dirigidas por Judá (1:1-18), él hace notar el fracaso de Israel para expulsar a todos los cananeos (1:19-
21). Lo mismo sucede de nuevo en el norte: victoria en Betel (1:22-26), pero fracasó en su mayor parte
(1:27-36). Esté fracaso es entonces denunciado como un acto de desobediencia (2:1-5), de modo que Dios
ahora dejará a los cananeos en la tierra como espina en los costados de Israel. Y esto significa que los
dioses cananeos les "servirán de tropiezo" a ellos (2:3).
9. 2:6-
3:6
El patrón establecido
En 2:6-19 se se encuentra el ciclo deuteronómico, que establece el patrón para el resto del libro: el
pueblo cesa de servir a Jehová. Él los abandona en manos de sus enemigos. Ellos sufren el sojuzgamiento.
El pueblo ora pidiendo ayuda. El Espíritu de Dios viene sobre una persona que los dirige para derrotar a
sus enemigos. Entonces el pueblo se vuelve complaciente y repite nuevamente el ciclo. Note que el resto
de esta introducción (2:20-3:6) retoma el tema de 2:1-5, pero ahora indicando que Dios mismo ha dejado
a estas naciones ya sea dentro o a las orillas de la tierra prometida para molestar a los israelitas.
3:7-11 Otoniel (de Judá, contra los arameos)
Note que en este episodio de juicio inicial, el ciclo (2:6-19) está completamente representado: Israel
abandona a Dios (7), incurriendo en su ira y en su sujeción a los arameos (8). Esto resulta eventualmente
en oraciones pidiendo ayuda, lo que hace que Dios les envié un libertador (9). El "Espíritu del Señor" le
da entonces a Otoniel la sabiduría para dirigir, de modo que la "tierra tuvo paz" (11).
3:12-
31
Ehud (de Benjamín contra los moabitas) y Samgar
"Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová", lo que los lleva a la sujeción a
un (obeso) rey moabita. Note cómo su obesidad y el hecho de que Ehud era zurdo son la trama sobre la
cual gira la historia. Aunque ésta es básicamente la historia de un solitario, Ehud, no obstante, prepara el
camino para una victoria israelita (26-30). No se menciona al Espíritu aquí, pero "Jehová" es, no obstante,
el responsable de la victoria (3:28). El informe adicional acerca Samgar (3:31) hace mención a los
filisteos, que después se convertirán en el peor enemigo extranjero de Israel.
4:1-
5:31
Débora (de Efraín contra los cananeos del norte)
La trama de esta historia está enfocada en dos mujeres, Débora y Jael, que hacen sombra a Barac, el
verdadero "libertador". Note que Débora inicia la acción en el nombre de Jehová, y que el rechazo de
Barac a ir a la batalla sin la dirección de ella lleva a la profecía de que el Señor entregará a Sísara en
manos de una mujer, !pero la mujer no resulta ser Débora, sino Jael! El cántico de Débora (5:7, también
cantado por Barac, 5:1) repite la historia con algunos detalles extras, mientras que alaba a Dios y
avergüenza a las tribus que no ayudaron.
10. 6:1-
10:5
Gedeón (de Benjamín contra los madianitas y amalecitas), Tola y Jair
En este caso el narrador llena las distintas partes del ciclo con más detalle que antes. Como siempre
principia con: "Los hijos de Israel hicieron lo malo antes los ojos de Jehová" (6:1). La opresión viene de
las hordas orientales, dirigidas por Madián y Amalec, y es particularmente desesperada (6:2-6). De modo
que Israel clama a Dios, quien de nuevo les recuerda que han roto el pacto con él (6:7-10). Pero la
elaboración más grande es con el libertador y el relato de la victoria. Conforme avance en la lectura,
busque las señales del tema del libro ka decadencia en especial descendente dentro de la misma narración.
Gedeón es descrito como temeroso y pusilánime (6:11-19), obediente, pero vacilante (6:20-40). Él
principia bien, derribando el altar de Baal (6:24-32) y "dirigiendo" una victoria bien orquestada por Dios
sobre Madián (cap. 7). Pero luego un Gedeón muy diferente persigue a Zébaj y Zalmuna (8:1-18). No
obstante, aunque su celo representa algo de una venganza personal por la muerte de sus hermanos (8:19-
21), él todavía es descrito como prosiguiendo la guerra santa. Sin embargo, termina haciendo un efod que
llega a ser un ídolo, y su hijo Abimelec llegó a ser un degenerado.
En este episodio es clave la demanda de los israelitas para que Gedeón gobierne sobre ellos (8:22), lo
cual él rehúsa (un rechazo que incluye a sus hijos) en favor del gobierno de Jehová (23). Note cómo la
historia llega a un descenso con Abimelec, el hijo de Gedeón, que se erige él mismo como rey después de
matar a casi todos sus hermanos, menos uno. Vea también la ironía: una mujer anónima lo mata con una
piedra de molino (9:50-53). ! Israel es así librado de uno de los suyos! Las menciones acerca de Tola
(10:1, 2) y Jair (3-5), que representan a Isacar (a Efraín) y Galaad (a Manasés oriental), concluyen el ciclo
de Gedeón y preparan el camino para Jefté. Al mencionar tan brevemente a Tola y a Jair, el narrador
recuerda que sus historias con electivas a propósito, en vez de relatos exhaustivos de todo lo que ocurría.
10:6-
12:14
Jefté (de Manasés oriental contra los amonitas), Ibzán, Elón y Abdón.
La decadencia en espiral descendiente continúa. Jefté es una especie de proscrito exitoso (11:3-6) en el
tiempo en que sus conciudadanos galaaditas acuden a él para que los ayude contra los amonitas. Él es
descrito como impetuoso y egocéntrico, un hombre para el que el voto es más importante que una hija. Él
es exitoso en batalla porque el Espíritu del Señor estaba sobre él (11:29), pero él es responsable también
de la muerte de millares de israelitas (12:1-6). Los relatos de Ibzán, Elón y Abdón (12:8-15) son breves
recordatorios por parte del autor de que Dios continúa obrando mediante los jueces en varios lugares.
13:1-
16:31
Sansón (de Dan contra los filisteos)
El ciclo final de la historia es el más trágico y ambiguo de todos. Sansón en su propia persona
representa todo lo que es malo en Israel durante el período de los jueces: nacido de una mujer estéril, es
dedicado para ser siervo especial de Jehová desde su nacimiento (cap. 13). Invencible cuando el Espíritu
de Jehová está con él, pero que rompe sus votos (ver los comentarios sobre Números 5:1-6:27): al tomar
miel de un león muerto (filisteo), al casarse con una extrajera (Jue 14) y por divertirse con una prostituta
(cap 16). Note cómo todo esto refleja la propia historia de prostitución de Israel con los Baales y Astartés.
No obstante, el Espíritu de Dios continúa viniendo sobre él para derrotar a pequeños grupos de filisteos.
Ciego y prisionero, Sansón es capacitado por Dios para matar a todos los filisteos que llenaban un templo,
mientras él mismo muere en el proceso (16:23-30). Esta narración también arma el escenario para la larga
lucha con los filisteos que marca las futuras historias de Saúl y David, pero que inmediatamente sirven
como transición de los pecados de Israel como un pueblo a los pecados de individuos narrados en los
capítulos 17-21.
11. 17:1-
21:25
Dos historias que ilustran la degeneración de Israel
Fíjese en la manera en que esta conclusión está arreglada cuidadosamente en torno a la frase: "En
aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía recto ente sus propios ojos" (17:6;
21:25; 18:1; 19:1). Con estas palabras el narrador le da al lector la perspectiva desde la cual toda la
historia ha sido narrada: Israel está en anarquía, no tiene un liderazgo central, y no aceptó un santuario
central, como había sido ordenado en el libro de Deuteronomio.
Por consiguiente, el primer episodio (cap. 17) en la primera historia ilustra el sincretismo de Israel (la
madre de Micaías consagra su plata a Jehová para que su hijo haga un ídolo), mientras que la segunda
(cap. 18) ilustra tanto el contexto danita del cual salió Sansón y las desordenadas condiciones en Israel
debido al fracaso de la conquista con la que inicia el libro. Ambos episodios ilustran el fracaso de la
verdadera adoración en Israel.
La terrible naturaleza de la segunda historia (caps. 19-21) ilustra tanto la profundidad de la recordada
decadencia moral de Israel (ver Oseas 9:9, 10) como la realidad de que él se tambalea regularmente al
borde de una guerra entre tribus. Israel necesita un rey designado por Dios.
Contenidos
1. 1 Los hijo de Israel hicieron lo malo
2. 2 Vendió, entregó (sirvieron, adoraron)
3. 3 Clamaron los hijos de Israel
4. 4 Jehová levantó un libertador (o Jueces)
5. 5 Juez (jueces)
Los hijo de Israel hicieron lo malo
Jueces 2:11: Después los hijos de Israel HICIERON LO MALO ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales.
Jueces 6:1: Los hijos de Israel HICIERON LO MALO ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián
por siete años.
Vendió, entregó (sirvieron, adoraron)
Jueces 1:4: Y subió Judá, y Jehová ENTREGÓ en sus manos al cananeo y al ferezeo; e hirieron de
ellos en Bezec a diez mil hombres.
12. Jueces 2:11: Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y SIRVIERON a los
baales.
Jueces 2:12: Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y
se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los
cuales ADORARON; y provocaron a ira a Jehová.
Jueces 2:13: Y dejaron a Jehová, y ADORARON a Baal y a Astarot.
Jueces 2:14: Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los entregó en manos de
robadores que los despojaron, y los VENDIÓ en mano de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya
hacer frente a sus enemigos.
Jueces 2:17: pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los
cuales ADORARON; se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los
mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así.
Jueces 2:23: Por esto dejó Jehová a aquellas naciones, sin arrojarlas de una vez, y no
las ENTREGÓ en mano de Josué.
Jueces 3:6: Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y SIRVIERON a
sus dioses.
Jueces 3:7: Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su
Dios, y SIRVIERON a los baales y a las imágenes de Asera.
Jueces 3:8: Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey
de Mesopotamia; y SIRVIERON los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años.
Jueces 3:8: Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los VENDIÓ en manos de Cusan-risataim
rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años.
Jueces 3:10: Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y
Jehová ENTREGÓ en su mano a Cusan-risataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-
risataim.
Jueces 3:14: Y SIRVIERON los hijos de Israel a Eglón rey de los moabitas dieciocho años.
Jueces 3:17: Y ENTREGÓ el presente a Eglón rey de Moab; y era Eglón hombre muy grueso.
Jueces 4:2: Y Jehová los VENDIÓ en mano de Jabín rey de Canaán, el cual reinó en Hazor; y el
capitán de su ejército se llamaba Sísara, el cual habitaba en Haroset-goim.
Jueces 6:1: Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los ENTREGÓ en
mano de Madián por siete años.
Jueces 10:6: Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová,
y SIRVIERON a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de
Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos; y dejaron a Jehová, y no
le SIRVIERON.
Jueces 10:7: Y se encendió la ira de Jehová contra Israel, y los ENTREGÓ en mano de los filisteos, y
en mano de los hijos de Amón;
Jueces 10:16: Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y SIRVIERON a Jehová; y él fue angustiado a
causa de la aflicción de Israel.
Jueces 11:21: Pero Jehová Dios de Israel ENTREGÓ a Sehón y a todo su pueblo en mano de Israel, y
los derrotó; y se apoderó Israel de toda la tierra de los amorreos que habitaban en aquel país.
Jueces 11:32: Y fue Jefté hacia los hijos de Amón para pelear contra ellos; y Jehová
los ENTREGÓ en su mano.
13. Jueces 12:3: Viendo, pues, que no me defendíais, arriesgué mi vida, y pasé contra los hijos de Amón,
y Jehová me los ENTREGÓ; ¿por qué, pues, habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?
Jueces 13:1: Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová
los ENTREGÓ en mano de los filisteos por cuarenta años.
Jueces 16:23: Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón su
dios y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios ENTREGÓ en nuestras manos a Sansón nuestro
enemigo.
Jueces 16:24: Y viéndolo el pueblo, alabaron a su dios, diciendo: Nuestro dios ENTREGÓ en nuestras
manos a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de
nosotros.
Clamaron los hijos de Israel
Jueces 3:9: Entonces CLAMARON LOS HIJOS DE ISRAEL a Jehová; y Jehová levantó un libertador
a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.
Jueces 3:15: Y CLAMARON LOS HIJOS DE ISRAEL a Jehová; y Jehová les levantó un libertador, a
Aod hijo de Gera, benjamita, el cual era zurdo. Y los hijos de Israel enviaron con él un presente a Eglón
rey de Moab.
Jehová levantó un libertador (o Jueces)
Jueces 2:16: Y Jehová levantó JUECES que los librasen de mano de los que les despojaban;
Jueces 2:18: Y cuando Jehová les levantaba JUECES, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos
todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y
afligían.
Jueces 3:9: Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y JEHOVÁ LEVANTÓ UN LIBERTADOR a los hijos de Israel
y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.
Juez (jueces)
Jueces 2:17: pero tampoco oyeron a sus JUECES, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se apartaron
pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así.
Jueces 2:18: Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el JUEZ, y los libraba de
mano de los enemigos todo el tiempo de aquel JUEZ; porque Jehová era movido a misericordia por
sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.
Jueces 2:19: Mas acontecía que al morir el JUEZ, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus
padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de
sus obras, ni de su obstinado camino.
Jueces 11:27: Así que, yo nada he pecado contra ti, mas tú haces mal conmigo peleando contra mí.
Jehová, que es el JUEZ, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.
14. Figuras de Dicción en Jueces
No Referencia Figura de Dicción
1 2:10 469 Metonimia de la causa
2:10. “Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía (no
se preocupaba ni se mostraba agradecido) a Yahweh.”
2 3:24 592 Eufemismo
3:24. “...SIn duda él cubre sus pies”; es decir, está haciendo sus
necesidades. V. también 1 S 24:3.
3 3:27 495 Metonimia del sujeto
3:27; 7:24. “... el monte de Efraín “; es decir, la región montañosa
de la tribu de Efraín.
4 5:4, 5 352 Hipérbole o exageración
5:4, 5 expresa bellamente, por medio de imágenes hiperbólicas, la
majestad de Dios guiando a Israel en dirección a la Tierra Prometida.
5 5:6 71 Elipsis
5:6. “... En los días de Jae, cesaron los senderos (lit.) de ser lugares
seguros, y los que viajaban (por) sendas se iban por senderos torcidos”;
es decir, atravesaban por atajos por miedo a las bandas armadas (v.8).
La mayoría de las versiones yerran en este versículo, por no acertar a ver
la elipsis.
6 5:7 499 Metonimia del sujeto
5:7. “Las aldeas cesaron”; es decir, los aldeanos. Lo mismo, en el v. 11.
V. también en elipsis y homeopróferon
7 5:8 435 Heterosis de los tiempos
5:8. “Escogerá (Israel) nuevos dioses”; es decir, escogió, pues Débora
está hablando de la causa por la que había sido afligido el pueblo de
Israel: la idolatría.
8 5:10 348 Perífrasis o circunlocución
5:10. “Vosotros los que cabalgáis en asnas blancas (es decir, los
“príncipes”), los que presidís en juicio (los “jueces”), y vosotros los que
viajáis (los “mercaderes”), hablad.” La descripción de las diferentes clases
se pone de relieve, por medio de repetida perífrasis, mejor que con la
simple declaración de sus nombres.
15. 9 5:20 714 Prosopopeya
5:20. “Desde los cielos pelearon las estrellas; desde sus órbitas pelearon
contra Sísara.” V. en homeopróferon
10 5:21 436 Heterosis de los tiempos
5:21. “Marcharás (es decir, marcha), oh alma mía, con poder.” Lo mismo
en Sal 5:11r
11 5:22 183 Duplicación
5:22. “... Por el galopar, por el galopar de sus valientes.” La repetición
indica aquí las violentas cabriolas de los caballos.
12
13
5:27 138 Asíndeton
5:27. “Se retorció entre sus pies,
- quedó tendido;
- entre sus pies quedó encorvado;
- cayó donde se retorció,
- y quedó muerto.”
290 Epibole
5:27. Dice textualmente: “A los pies de ella se encorvó, cayó, quedó
tendido; a los pies de ella se encorvó, cayó; donde se encorvó, cayó
muerto.”
14 5:29-30 150 Aposiopesis
5:29-30. Aquí tenemos, en el càntico de Débora, una maravillosa
aposiopesis. La madre de Sísara se asoma por entre las celosías y se
inquieta por la suerte de su hijo. Sus damas de compañía tratan de
calmarla con pensamientos optimistas, que ella se repite a sí misma. Su
soliloquio se quiebra en un brusco silencio, para terminar el canto en una
triunfal imprecaciòn: “¡Así perezcan todos tus enemigos, oh Yahweh!”
15 5:30 564 Sinécdoque de la parte
5:30. “Una doncella, o dos, por cabeza de hombre” (lit.); es decir, por cada
guerrero. Tenemos aquí otra sinécdoque, pues el original usa el vocablo
“útero” en vez de “doncella”.
16 5:31 380 Epifonema
5:31. “Así perezcan todos tus enemigos, oh Yahweh.”
17 7:13 819 Genitivo de material
7:13. “... un pan de cebada”; hecho de cebada.
18 9:1 544 Sinécdoque de la especie
9:1. Aquí, “hermanos” significa “pariente”. Lo mismo, en Gn 13:8; 31:23;
1Cr 12:29. Jerónimo distingue cuatro clases de “hermanos” en el A.T.: 1)
POr nacimiento, como en Gn 27:1; 2) Por nacionalidad, como en Dt 15:3;
16. 3) Por parentesco, como en Gn 13:8; y 4) Por afecto, como en Sal 133:1,
etc. etc.
19 9:7-15 633 Alegoría
9:7-15. Esta porción no constituye una parábola, a pesar del epígrafe en
nuestras versiones, sino una hipocatástasis continuada y, por tanto, una
alegoría. No es un símil continuado; por consiguiente, no puede
ser parábola. Si no fuese por la interpretación que se nos brinda en los
vv. 16-20, no hallaríamos otra cosa que lo que está implícito en la figura.
Resulta interesante descubrir que los cuatro árboles mencionados en
dicha alegoría - la higuera, el olivo, la vid y la zarza - son precisamente
los cuatro que se usan para combinar toda la historia de Israel. La Higuera
representa la posición acional de Israel, de la que sabemos por los
evangelios sinópticos que se marchitó y tuvo que ser cortada. El Olivo
representa los privilegios del pacto de Dios con Israel, los cuales siguen
vigentes (Ro 11). La Vid representa las bendiciones espirituales de Israel,
que sólo pueden hallarse en Cristo, la Vid verdadera (Jn 15). Y la Zarza
representa al Anticristo, en cuya sombra vendrán los judíos a cobijarse,
pero que resultará para Israel un fuego consumidor en el día de la
“angustia de Jacob” (v. Jer 30:7).
20 10:16 727 Antropopatía
10:16. Dice literalmente: “... y su alma fue apenada a causa del
sufrimiento de Israel”.
21 10:17 295 Paralelismo
10:17. Véase en este ejemplo a extensión de la alternancia a tres líneas:
a. “Entonces los hijos de Amón
b. se juntaron,
c. y acamparon en Galaad;
a. asimismo los hijos de Israel
b. se juntaron,
c. y acamparon en Mizpá.”
22 11:3 335 Pleonasmo
11:3. “Huyó, pues, Jefté, de la faz de sus hermanos…”
17. 23
24
11:40 251 Antanaclasis
11:40. El texto dice literalmente: “Y se hizo costumbre en Israel que de
días en días fueran las doncellas de Israel a endechar a la hija de Jefté
galaadita, cuatro días al año.” En el primer caso, “días” se usa, por
sinécdoque, para significar “año” (de año en año), mientras que, en el
segundo, indica días de 24 horas.
572 Sinécdoque de la parte
11:40. “Y se hizo costumbre en Israel, que de año en año (lit. de días en
días) fueran las doncellas de Israel a endechar a la hija de Jefté.” El verbo
hebreo tanah sólo ocurre dos veces en el A.T.: aquí y en 5:11. Significa
“relatar” o “lamentar”, según los casos. Lo mismo significa “de días en
días” en 1S 1:3; pero en el v. 7, el vocablo “año” se toma en sentido literal.
25 13:12 813 Genitivo de relación y objeto
13:12. “...¿cómo debe ser la manera de (de vivir) del niño”, etc.; esto es,
qué pauta hemos de seguir para ordenar la vida del niño.
26 14:8 793 Anteisagogé
14:8. La respuesta al acertijo de Sansón de da aquí en forma de pregunta,
por lo que tenemos una anteisagogé. V. en enigma.
27 14:14 647 Enigma
14:14. Es bien conocido el enigma de Sansón: “Del devorador salió
comida, y del fuerte salió dulzura.” La solución es dada en el v. 18: “¿Qué
cosa más dulce que la miel? ¿Y qué cosa más fuerte que el león?” En
este enigma hay escondidas verdades profundas y preciosas que ni los
filisteos ni el hombre natural pueden entender ni recibir.
28 15:16 251 Antanaclasis
15:16. “a figura sólo puede observarse aquí en el original, teniendo en
cuenta que tanto “asno” como “montón” son, en hebreo, las misma
palabra. “jamor”; dice, pues, así: ”Con la quijada del asno (hebr. hajamor
- con el artículo ha-), montón de montones (jamor jamoratáyim), con la
quijada del asno maté mil varones” (lit.)
29 16:3 114 Elipsis
16:3. “... Si tejes siete guedejas de mi cabeza con la tela y las aseguras
con la estaca (del v.14), me debilitaré y seré como cualquiera de los
hombres (de los vv. 7 y 11)”.
30 16:13 822 Homeoteleuton
16:13-14. “,,, Él (Sansón), entonces, dijo: Si tejes siete guedejas de mi
cabeza con la tela y las aseguras con una estaca (seré entonces débil
como cualquier otro hombre. Y sucedió que, cuando él estaba durmiendo,
Dalila tomó las siete guedejas de su cabeza, y las tejió con la tela y las
aseguró con una estaca), y le dijo”, etc.
18. 31 16:21 474 Metonimia de la causa
16:21. “... y le ataron con cadenas” (lit. con dos bronces).
32 16:23 407 Antimeria del sustantivo
16:23. “Entonces los príncipes de los filisteos se juntaron para ofrecer un
gran sacrificio a Dagón su Dios y para alegrarse.” Literalmente: “y para
un gran regocijo”.
33 17:10 572 Sinécdoque de la parte
17:10. “... y yo te daré diez siclos de plata por año” (lit. por los días”.
34
35
20:16 352 Hipérbole o exageración
20:16. “... todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello,
y no erraban”. Así se describe la enorme destreza de los benjamitas en
el uso de la honda.
368 Epíteto
20:16. Aquí, “un cabello” viene a ser un epíteto para designar una
delgadísima cosa. Véase también en hipérbole.
36 20 y 21 606 Histerología
20 y 21. Estos capítulos refieren la guerra con los benjamitas, las cual
debió de ocurrir muchos años antes; probablemente, poco después de la
muerte de Josué, ya que Fineés, el nieto de Aarón, era el sumo sacerdote
(20:28) y Jonatán, el nieto de Moisés, era el primer sacerdote idólatra para
la tribu de Dan. Además, Jebus o Jerusalén estaba todavía en manos de
los jebuseos (19:10-12), mientras que en 1:8, 21, se nos describe su
captura e incendio a manos de los hijos de Judá.
37 21:25 435 Heterosis de los tiempos
21:25. Dice textualmente: “... cada uno lo (que le parecía) recto a sus ojos,
hará”; es decir, hacía.
Arqueología de Jueces
Contenidos
1. 1 Jueces 1. “Período de los Jueces”
2. 2 Jueces 2. “Las cartas de Amarna y los habiru”
3. 3 Jueces 3. “El Palacio de Eglón”
4. 4 Jueces 4. “Débora y Barac y la destrucción de Jazor”
5. 5 Jueces 5. “Los relatos de la batalla de Cades: el Boletín y el Poema”
6. 6 Jueces 6 “El descenso de Ishtar”
19. 7. 7 Jueces 7. “Cambios en Canaán”
8. 8 Jueces. “La estela de Merneptah”
9. 9 Jueces 9. “Abimelec en Siquén”
10.10 Jueces 10. “Amón”
11.11 Jueces 11. “La virgen”
12.12 Jueces 12. La confiabilidad de Jueces”
13.13 Jueces 13. “La arqueología de Filistea”
14.14 Jueces 14. “Timnat”
15.15 Jueces 16. “Sansón y el templo de Dagón”
16.16 Jueces 17. “Las tumbas en el antiguo Israel”
17.17 Jueces 18. “La migración de los danitas”
18.18 Jueces 19. “Guibeá”
19.19 Jueces 20. “Mizpa”
20.20 Jueces 21. “Jabés Galaad”
AUTOR, LUGAR Y FECHA DE ESCRITURA
El autor del libro de Jueces es desconocido. El talmud judío indica no solo que Samuel escribió
este libro sino que también fue el autor de los libros de Samuel, cuyos acontecimientos ocurrieron en
su mayoría, luego de su muerte. Es concebible que Samuel recopilara algunos relatos del periodo de
los jueces y que luego profetas como Gad y Natán ayudarán en la edición del material (cf. 1Cr 29:29).
La frase, repetida con frecuencia, «en aquella época no había rey en Israel» (p.ej., Jue 17:6; 18:1; 19:1)
sugiere una fecha posterior al establecimiento de la monarquía. Algunos eruditos creen que este libro
fue escrito antes de que David captura a Jerusalén (aprox. 1000 a.C.) porque los jebuseos aún
controlaban aquella ciudad (1:21). Sin embargo, Jueces 17-21 hace alusión a una época después de
que la dinastía davídica había sido establecida (siglo X a.C.).
AUDITORIO
A las generaciones de israelitas luego de la época de los jueces que leyeron este libro, se les
recordaba la rebelión de sus antepasados contra Dios y su propia necesidad de liberación
HECHOS CULTURALES Y RELEVANTES
20. Durante esta época oscura en la historia de Israel, la nación experimentó períodos repetitivos de
caos: división política, luchas internas, invasiones de otras naciones, así como perversión espiritual y
moral. En repetidas ocasiones, los israelitas quebrantaron el pacto con Dios, perdieron de vista su
identidad como pueblo suyo y experimentaron el castigo. Aún así, una y otra vez Dios levantó
liberadores cuando ellos clamaron por ayuda.
AL LEER
Observe lo lejos que había caído Israel desde su entrada a Canaán. Capte cómo el pueblo
reconoció sus pecados y luego recayó en las antiguas y familiares normas. Sin embargo, Dios
permaneció paciente y fiel a sus promesas, utilizando a individuos selectos para liberar a Israel de
opresores foráneos. Ponga atención al ritmo de estos ciclos de altibajos. Explore las vidas de los
jueces de Dios que se elevaron para liberar a su pueblo. Algunos, como Aod, aparecieron en el
panorama solo por un corto tiempo. Otros, como Débora, demostraron que Dios anula las normas
culturales. Ponga atención a los temores de Gedeón y note su necesidad de poner a prueba la fidelidad
de Dios. Luego reflexione sobre cuán profundo influenció al pueblo su ejemplo de idolatría. Observe
cómo Dios utilizó a Sansón, a pesar de sus problemas de personalidad y, al fin y al cabo, permitió que
aquel poderoso hombre obtuviera las consecuencias de sus acciones.
Reflexione en las implicaciones de la repetida declaración “en aquella época no había rey en
Israel; cada uno hacía lo que le parecía mejor” (21:25), tanto en los tiempos de los jueces como para su
propia cultura.
¿SABÍA USTED QUE?
Era una práctica común en el antiguo Cercano Oriente mutilar físicamente a los prisioneros de
guerra, de ese modo los volvían inadecuados para un futuro servicio militar (1:6).
Cualquier distinción del origen étnico de los israelitas, es casi imposible de determinar a partir de
los registros arqueológicos del periodo entre 1200-1000 a.C. (2:6-3:6).
En el fondo de la idolatría practicada por los antiguos cultos a la fertilidad, estaba la idea de que
la deidad, de una forma mágica, establecía residencia dentro del ídolo hecho por los hombres
(3:7).
Muchos soldados benjaminitas eran zurdos o ambidiestros. Ser zurdo pudo haber sido inducido
de forma artificial al amarrar la mano derecha a los niños y así producir guerreros superiores
(3:15-23).
«Leche cuajada» se acidificaba intencionalmente mediante el método de batirla en un odre y
luego dejarla fermentar mediante el efecto de las bacterias lácticas que quedaban del uso
anterior (5:25).
El uso de adivinanzas en las fiestas y ocasiones especiales era popular en el antiguo Cercano
Oriente (14:12).
21. TEMAS
El libro de Jueces incluye los siguientes temas:
1. La fidelidad de Dios. A través de repetidos ciclos de desobediencia, opresión, arrepentimiento y
liberación (p.ej., 2:1 1 - 1 9), Jueces describe a Dios como juicio y como perdón.
2. Compromiso. Jueces explica que el compromiso con el mundo solo puede traer calamidad.
3. Necesidad de liderazgo divino. El periodo de los jueces fue una época de fragmentación política. Los
fracasos de los líderes de Israel, padres (2:6-10), sacerdotes (17:1-13) y jueces (8:27), señalaron la
importancia del liderazgo divino, el cual llegó más tarde con el reinado davídico y finalmente con el
reinado de Cristo.
SINOPSIS
I. Introducción: Conquista parcial y apostasía (1:1-3:6)
A. Primer episodio (1:1-2:5)
B. Segundo episodio (2:6-3:6)
II. Opresión por parte de los enemigos y liberación por parte de Jueces (3:7-16:31)
A. Otoniel (3:7-11)
B. Aod y Samgar (3:12-31)
C. Débora (4-5)
D. Gedeón, Yola y Yaír (6:1-10:5)
E. Jefté, Ibsán, Elón y Abdón (10:6-12:15)
F. Sansón (13-16)
III. Epílogo: Desorden religioso y moral (17-21)
A. Primer episodio ( (17-18)
B. Segundo episodio (19-21)
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Jueces 1. “Período de los Jueces”
El periodo de los jueces se extendió desde finales de la conquista, alrededor de 1400 a.C., hasta
que Saúl fue ungido como rey de Israel aproximadamente en 1050 a.C. Un documento egipcio, el
22. papiro Anastasio 1, describe la Canaán de la época, como algo parecido al «salvaje oeste»
norteamericano, con rutas casi intransitables por carros que auguraba peligros siempre presentes de
animales salvajes y ladrones. Durante esta época, Israel funcionaba como una sociedad tribal guiada
por líderes llamados jueces, y su centro religioso estaba en Siló (Jos 18:1)
Para finales del siglo XIII a.C., los israelitas eran el poder político principal en la región. Eso
cambió, sin embargo, con la invasión de los filisteos a principios del siglo XII a.C.2 Los israelitas
estuvieron casi continuamente en guerra con los filisteos por los próximos dos siglos, hasta que David
finalmente sometió este molesto adversario de una vez y por todas.
Un cambio socioeconómico importante se dio en la región este del Mediterráneo durante el
periodo de los jueces. Las ciudades-estado que habían predominado en la Edad de Bronce Tardío
fueron destruidas a finales del siglo XIII y principios del XII a.C., acomodándose en la Edad de Hierro.
Los pastores rurales como los israelitas, no podrían depender durante más tiempo de las ciudades-
estado para producir y fueron obligados a establecerse y convertirse en agricultores para sobrevivir. De
esta manera, mientras los israelitas eran pastores, que dependían en su mayor parte de rebaños y
manadas para su seguridad económica (Gn 46:32-34; 47:3; Éx 12:38; Jue 5:16) y moraban en carpas
(20:8) al principio del periodo de los Jueces, para los días de Gedeón, alrededor de 1190 a.C., al
menos algunos de ellos se habían vuelto agricultores y vivían en pueblos (6:3-4, 11,27-30,37).
Muchos eruditos afirman que el registro de la conquista en Josué es idealista, con un relato más
realista, detallado en Jueces 1. No obstante, ambos libros identifican la misma lista de ciudades que no
pudieron ser conquistadas (Jos 13:3-4; 15:63; 16:10; 17:11-12,16; Jue 1:27-36). El enfoque en Josué
no es en aquellos fracasos, sino en las victorias que resultaron al permanecer fieles al Señor. Por otra
parte, Jueces hace énfasis en los fracasos de Israel durante una época cuando el pueblo de Dios
siguió el camino pagano de las naciones alrededor de ellos.
PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS
Jueces 2. “Las cartas de Amarna y los habiru”
Unas pocas décadas después de la conquista, a mediados del siglo XIV a.C., un reformador y
visionario llamado Amenhotep IV llegó al trono en Egipto. Instituyó cambios generalizados en los
campos del arte, la política y especialmente la religión. Amenhotep IV rechazó el panteón tradicional de
las deidades egipcias y adoró solamente a «Atón», el disco solar. Amenhotep cambió su nombre por
Ajenatón, «uno que es útil a Atón», y edificó una nueva capital a la que llamó Ajetatón, «el horizonte de
Atón», en Amarna cerca de 403 km al norte de Tebes, la capital original. La vida en la nueva capital se
centró en la adoración a Atón. A continuación del reinado de Ajenatón durante 17 años, los egipcios
conservadores pronto volvieron a sus antiguas costumbres, trasladaron la capital de nuevo a Tebes y
restablecieron sus dioses tradicionales.
23. En 1887, una mujer beduina descubrió, entre las ruinas de Ajenatón, una cantidad de tablillas de
arcilla con escrituras en ellas. Cuando se supo que las tablillas eran de valor, los nativos del lugar
excavaron varios cientos de ellas y las vendieron a varios museos y a particulares. Unas pocas más
fueron luego halladas en excavaciones restringidas de manera oficial. En total, se recobraron 382
tablillas, casi todas ellas son correspondencia diplomática y por esa razón han sido llamadas las Cartas
de Amarna.
Las cartas están escritas en acadio (Babilonio), el lenguaje internacional de la época, en lugar
de jeroglíficos' egipcios. Estas cartas abarcaron un periodo de aproximadamente 20 años a media• del
siglo XIV a.C. Un ladrillo marcado identificaba el edificio donde las tablillas fueron encontradas, como el
«lugar de la correspondencia del faraón». Unas pocas de estas cartas están como correspondencia
para despachar, pero la gran mayoría son mensajes diplomáticos recibidos de todo el antiguo Cercano
Oriente. Alrededor de 106 de ellos son de reyes vasallos egipcios en Canaán y de esta manera son de
gran interés a los que estudian la Biblia.
Las cartas de Canaán proporcionan un vistazo poco frecuente a las condiciones presentes a
mitad de siglo más o menos luego de la conquista. Esto sucedió al inicio del periodo de los jueces,
cuando tribus individuales consolidaban sus posesiones con la tierra. El relato bíblico es parecido a la
situación reflejada en las Cartas de Amarna. Los gobernantes de la ciudad-estado reportaron hostilidad
a través de todo Canaán. Se quejaron, particularmente, acerca de un grupo de personas llamado
Habiru. La cartas lo advirtieron, que si el faraón no tomaba acción, todo lo de Canaán sería tomado por
este pueblo. El rey de Jerusalén se lamentó, <da guerra contra mí es severa... Habiru ha saqueado
todas las tierras del rey». Pero, ¿quiénes eran estos habiru?
Los habiru son mencionados en textos provenientes de varios lugares en el Cercano Oriente de
aproximadamente entre 1750 y 1150 a.C. Estos textos indican que eran miembros de una tribu nómada
o fugitivos que se habían introducido en zonas urbanas y estaban provocando problemas a las
poblaciones metropolitanas. Es posible que exista una conexión lingüística entre el término «habiru»
ye! nombre bíblico «hebreo». Algunos habiru en las tierras montañosas de Canaán, a mediados del
siglo XIV a.C. pudieron haber sido los israelitas, pues-to que la Biblia los identifica como un pueblo que
estuvo en esa zona durante esa época. A pesar de que tener la certeza de que no todas las personas
llamadas habiru eran israelitas, los pueblos indígenas de Canaán pudieron también haber apodado así
a los israelitas, y el nombre pudo haber permanecido como hebreos.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Jueces 3. “El Palacio de Eglón”
Eglón, rey de Moab,' dirigió una coalición de moabitas, amonitas y amalecitas del este del Mar
Muerto y el valle del Jordán y sometió a las tribus israelitas durante la segunda mitad del siglo XIV a.C.
(Jue 3:12-14). Estableció su centro de operaciones en Jericó, la Ciudad de las Palmeras (cerca de 13
km al nor-este del Mar Muerto), y desde allí recolectaba tributo de los israelitas. Cuando el arqueólogo
24. británico John Garstang excavó Jericó en 1933, descubrió una estructura enorme que él identificó
como el palacio de Eglón. Él lo apodó el «edificio medio» puesto que se encontraba en medio de
estructuras de la Edad de Hierro por encima y de la ciudad destruida de la Edad de Bronce por debajo.'
Había sido construido en algún momento de la segunda mitad del siglo XIV a.C., exactamente en la
época de Eglón.
El edificio medía 11.9 ro por 14.6 m y tenía adentro mucha alfarería pintada, tanto de la región
como importada. Una tablilla cuneiforme, un hallazgo insólito en Palestina, atestiguaba que su dueño
había estado involucrado en actividades administrativas de algo rango. Ningún otro edificio de esa
época fue descubierto, de manera que es evidente que no existía una comunidad local. La única
estructura que fue excavada había sido ocupada por poco tiempo y luego abandonada. Esto calza con
la situación en Jueces 3. Aparentemente Eglón viajaba a Jericó de manera periódica a recoger el
tributo de los israelitas. Allí, construyó un pueblo lujoso, como se menciona en el capítulo 3. Sin
embargo, este edificio fue en efecto, abandonado luego de 18 años cuando Eglón fue asesinado por
Aod y los moabitas huyeron hacia el otro lado del río Jordán.
LA VERACIDAD DE LA BIBLIA
Jueces 4. “Débora y Barac y la destrucción de Jazor”
Después de 20 años de opresión, Débora y Barac reunieron seis tribus israelitas y derrotaron al
ejército de Jabín, rey de Canaán, en el río Quisón (Jue 4:15). Sísara era jefe del ejército de Jabín.
Débora y Barac continuaron su ofensiva «hasta que destruyeron» a Jabín, que gobernaba a Jazor. De
acuerdo a los datos cronológicos en el Antiguo Testamento, este acontecimiento podría haber ocurrido
durante la segunda mitad del siglo XIII a.C.
Excavaciones en Jazor, efectivamente, han revelado evidencia de una destrucción masiva en
esta época, tan severa que la ciudad no fue reconstruida hasta la época de Salomón, en el siglo X a.C.
Un aspecto intrigante de la destrucción es que las cabezas y manos de las estatuas tanto de deidades
y como de dignatarios fueron intencionalmente quebradas (cf. 1S 5:4). Los arqueólogos sugieren que
esto podría haber sido la obra de los israelitas, llevando a cabo los requerimientos de Moisés de
«derribaran sus ídolos y borrarán de esos lugares los nombres de sus dioses» (Dt 12:3).
Al primer vistazo parecería una extraña coincidencia que Jabiri fuera el nombre tanto para el rey
de Jazor derrotado por Débora y Barac, como el del rey de la misma ciudad derrotado por Josué (Jos
11). Sin embargo, una carta real de Jazor del siglo XVIII o XVII a.C,, las tablillas de Mari3 del siglo XVIII
y texto egipcio del siglo XIII, todos se refieren a reyes en Jazor con el nombre Jabín. Es claro que Jabín
era un nombre dinástico en Jazor (de modo similar que los gobernantes egipcios individuales fueron
llamados faraón), y la Biblia refleja este hecho histórico de manera precisa.
25. TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Jueces 5. “Los relatos de la batalla de Cades: el Boletín y el Poema”
Jueces 4 registra en prosa la derrota de Sísara, capitán del ejército de Jabín, a manos de una
mujer quenita. Esto continúa en el capítulo 5 mediante una narración poética del mismo
acontecimiento. Diferencias de estilo y detalles entre ambas versiones han llevado a muchos eruditos a
descartar la veracidad una de las dos versiones. Por ejemplo, el capítulo 4 menciona solo las tribus de
Neftalí y Zabulón como las involucradas en la batalla (4:6-10), mientras, el capítulo 5 incluye a Efraín,
Benjamín, Manasés e Isacar (5:13-18) Algunos sostienen que ambas versiones provienen de fuentes
separadas que más tarde fueron combinadas por el antiguo editor del libro de Jueces. Esta conclusión,
sin embargo, es innecesaria, ya que las aparentes discrepancias pueden ser explicadas por otros
medios.
El hecho de que las narraciones en prosa y poéticas de los mismos acontecimientos ocurrieran
juntas en la antigüedad, pueden ser demostradas por la obra literatura egipcia. En el quinto año del
reinado de Ramsés II de Egipto (1275 a.C.);el ejército egipcio peleó contra Muwatalli II de los hititas en
el sitio de Cades cerca del río Orontes. El triunfo egipcio es representado en un par de paredes en
relieve que fueron esculpidas en numerosos templos egipcios, siempre acompañadas por inscripciones
dobles que narraban el papel heroico de Ramsés II en la victoria (aunque la victoria no fue tan
completa como lo sugerían las inscripciones).
Uno de los dos relatos que aparecen con las escenas de la batalla se conoce como el Poema,
una descripción poética de la batalla completa con una sección ocasional en prosa. Un texto en prosa
(conocido Como el Boletín) provee información complementaria, a saber una narración del faraón
interrogando a dos exploradores hititas. Así como Jueces 4 y 5, el Boletín y el Poema contaban de
nuevo acerca de una victoria militar de diferente manera: una en prosa, la otra poética. Además,
ninguno de los dos trabajos, repite la misma información con precisión sino que se complementan la
una con la otra, además el Poema es la narración más completa o universal de la batalla. La
presentación de estos dos segmentos, junto con los correspondientes dos relieves de batalla en
muchos templos, indica que estaban previstos para ser leídos juntos y habían sido encargados y
elaborados al mismo tiempo.
Por lo tanto, el hecho de que Jueces 4 cons-tituye un informe narrativo de la batalla contra Jabín
y Sísara, mientras que Jueces 5 es una interpretación poética del mismo acontecimiento, no es una
señal de que uno de los reportes sea menos veraz que el otro. Era común que los acontecimientos
importantes se conmemoraran de manera literaria y poética, a la vez que se registraba en una prosa
más común. Mientras que la narración el Boletín de información más precisa con respecto a
acontecimientos específicos en la batalla de Cades; Jueces 4, muy probablemente se enfoca en las
dos tribus que proveían las fuerzas militares más influyentes aunque otras tribus ayudaron en la batalla.
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
26. Jueces 6 “El descenso de Ishtar”
Los lectores cristianos modernos de Jueces 6, pueden quedar asombrados al aprender cuán
rápidamente, y al parecer casi despreocupadamente, las familias israelitas caían en la adoración de
dioses paganos y erigian altares en honor a ellos. Es útil ver la manera tan generalizada y universal en
la que estos mitos de los dioses paganos eran aceptados. Por ejemplo, existen varias versiones del
Descenso de la diosa lnanna (también llamada Ishtar) al infierno.
Una versión sumeria inicia con la diosa Inanna decidida a visitar el infierno, quizá para gobernar
allí. Ella consigue la admisión pero debe pasar a través de siete puertas para entrar al infierno. En cada
puerta es despojada de sus símbolos de prestigio y divinidad: su corona, sus joyas y sus prendas de
vestir. El proceso es un símbolo de muerte, y así Inanna llega desnuda como lo hacen los muertos
cuando entran al infierno. Entonces Inanna es condenada por su acción de entrar al infierno y su
cadáver es colgado.
El siervo de Inanna, Ninsubur, ruega a los dioses, y Enki, el dios de la sabiduría, crea dos
criaturas las cuales entran al infierno y reviven a Inanna. A ella se le permite regresar al mundo
exterior, pero debe conseguir un sustituto para que ocupe su lugar. Ella decide no tomar a nadie que
haya guardado luto por ella, pero está enojada al descubrir que su antiguo amante Dumuzi va ataviado
con ropas espléndidas en lugar de ropas de luto. Geshtinanna, la hermana de Dumuzi, suplicó por él y
se hizo un acuerdo por medio del cual Dumuzi y Geshtinanna pasarían cada uno, medio año en el
infierno. Esos ciclos de descenso a la muerte y de nuevo ascensión, simbolizaban las estaciones y la
aparente muerte de la vegetación anual (en la versión acadia, no crecería ninguna planta sobre la
Tierra mientras Inanna/Ishtar estuviera en el infierno).
Variantes de este mito pueden ser hallados a lo largo del antiguo mundo. Dumuzi se menciona
en la Biblia bajo el nombre de Tamuz. El homólogo cananeo a la lnanna sumeria o a la Ishtar acadia es
Astarté (o algunas veces Anat). La diosa egipcia Isis, juega un papel similar. Aunque difiere en los
detalles, hay alusiones aquí también a los mitos griegos de Perséfone. Mediante estos mitos los
pueblos antiguos intentaron conciliar los temas de la fertilidad, las estaciones, la sexualidad y la
muerte. Debido a que los mitos eran mantenidos casi universalmente y porque parecían ayudar al
pueblo-a comprender los problemas fundamentales de la vida, era difícil para el israelita promedio
evitar sucumbir a sus encantos. A pesar de que a todos se les había dicho lo contrario, muchos
israelitas creían que ellos podían adoptar estos mitos y los dioses y diosas detrás de ellos, y aún así
permanecer fieles a su Dios, Yahveh, y a su pacto.
PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS
Jueces 7. “Cambios en Canaán”
27. Durante el periodo de los jueces (aprox. 1400-1050 a.C.), importantes cambios políticos,
sociales y económicos que impactaban las tribus israelitas tuvieron lugar a lo largo de la región
mediterránea. Cuando los israelitas entraron a Canaán encontraron ciudades-estado fortificadas. La
noche anterior a su entrada, Moisés les advirtió que se enfrentarían a grandes ciudades fortificadas
«hasta el cielo» (Dt 9:1). Israel logró dominar las zonas montañosas, dejando aquella región casi
desprovista de población urbana. Los centros urbanos, sin embargo, permanecieron intactos en las
tierras bajas.
A finales del siglo XIII a.C., por razones no del todo comprendidas, las culturas urbanas a lo
largo del Mediterráneo comenzaron a colapsar. A principios del siglo XII a.C., apareció una nueva
cultura en Canaán: pequeños pueblos agrícolas y sin amurallar, dispersos a través de todo el paisaje.
Los arqueólogos se refieren a este periodo como la Edad de Hierro.
Estos centros agrícolas proveen la primera evidencia arqueológica tangible de la presencia de
Israel en Canaán. Evidencia de la presencia de Israel en la tierra antes del siglo XII a.C., es
prácticamente imposible de encontrar. Tampoco contamos con ningún registro en la Biblia o en alguna
otra parte, del encuentro del pueblo de Dios con las fuerzas egipcias que algunas veces avanzaron a
través de Canaán durante la Edad del Bronce Tardío. El primer encuentro documentado, de hecho, no
ocurre hasta la época de Mer-nepta a fines del siglo XIII.
Por lo tanto, un grupo de eruditos cree que Israel no existió en la tierra, sino hasta alrededor de
1200 a.C. Algunos sostienen que la nación israelita surgió de la población indígena cananea de esta
época. Esta teoría descarta por completo como no históricos: el registro bíblico de los patriarcas, la
permanencia egipcia, el éxodo, el peregrinaje en el desierto,' la conquista y el periodo temprano de los
jueces.
Mientras que es cierto que hay escasa evidencia de los israelitas en la tierra de Canaán durante
la edad del Bronce Tardío, numerosos factores identificables pudieran narrar esto de manera
razonable:
Durante los primeros 200 años de su existencia en Canaán, los israelitas no tuvieron cultura
material propia. La generación que había salido de Egipto equipada con conocimiento de
técnicas de construcción, manualidades, etc., había muerto durante los 40 años de peregrinaje
por el desierto. Aquellos que entraran a Canaán, con la excepción de Josué y Caleb, habían
nacido y crecido como pastores en vide-vierto del Sinaí. De esta manera, durante el temprano
período de los jueces (siglos XIV y XIII a.(.) los israelitas, aunque presentes, fueron
arqueológicamente <invisibles».
La existencia rústica y pastoril de los primeros israelitas es probable que no haya dejado mucho
tras de sí, en el sentido de evidencia material.
La cantidad de israelitas que entraron a Canaán puede haber sido relativamente pequeña. El
asunto aquí es cómo debemos entender las cifras del censo dadas en Números 1. Es posible
que el total de israelitas que salieron de Egipto fuera solo alrededor de 20.000; síes así, su
impacto arqueológico con la entrada a Canaán hubiera sido mínimo.9
Parte del lenguaje del libro de Josué es engañoso para los lectores modernos, y este problema
se agrava con la ilustración de «Israel durante el periodo de los jueces» generalmente mostrado
en los mapas de la Biblia. Tenemos la impresión de que los israelitas gobernaron todo el
territorio que había sido adjudicado a ellos por Josué y que ellos eran una nación unificada con
28. fronteras fijas. Esta percepción es totalmente equivocada. La adjudicación de josué
representaba la situación final e ideal, sin embargo, muchas zonas nunca fueron conquistadas.
La tribu de Dan, por ejemplo, fue del todo incapaz de asegurar su territorio señalado con
anterioridad.
Debido a que los israelitas tendían a ser rústicos y pastoriles en su estilo de vida, y porque se
asentaron en las zonas montañosas, eran dejados de lado por las fuerzas militares importantes,
que eran aplastantes en de toda esa área, como el ejército del faraón egipcio Ramsés II (aprox.
1279-1213). Estos pastores nómadas y vaqueros eran con frecuencia perturbados más
probablemente por enemigos locales, como los amalecitas (Jue 6-7) y los amonitas (caps 10-
11).
Hay límites en cuanto a lo que la arqueología puede decirnos acerca del inicio de Israel. Sin
embargo, la información que provee esta disciplina, coincide muy bien con una lectura cuidadosa del
relato bíblico.
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Jueces. “La estela de Merneptah”
La estela de Merneptah es una losa con inscripciones descubierta en el templo mortuoriodel
faraón Merneptah en Tebas, Egipto, en 1896 (Merneptah algunas veces es escrita como Mernenptah).
Este monumento es el registro extrabíblico más antiguo de Israel y contiene la única mención de Israel
en los registros egipcios. Esta referencia aparece en una corta sección donde se describe una
campaña militar en Canaán dirigida por Merneptah durante los primeros años de su reinado, alrededor
de 1210 a.C. Ésta afirma que «Israel se echó a perder, pero no su semilla; y que Hurru se convirtió en
viu-da por causa de Egipto».
Como sucedía en la mayoría de los casos de los registros antiguos, el texto exagera los logros
de Merneptah. De hecho, él no aniquiló a Israel como lo afirma la estela. La mención de Israel en la
lista de ciudades-estado y naciones supuestamente derrotadas por este faraón, avala que Israel era
una entidad importante en los días de Merneptah, si se asume que a él no le habría interesado alardear
acerca de la derrota de un desconocido o indefenso grupo de gente.
No obstante, la verdadera importancia de la estela de Merneptah es difícil de exagerar:
Demuestra que Israel era un pueblo reconocido en la tierra de Canaán alrededor de 1200 a.C.
Esto es importante porque algunos eruditos modernos, sugieren que Israel ni siquiera existía en
esta época corno una entidad reconocida. A la luz de esta prueba contemporánea de la
existencia de israel, tal alegato no tiene sentido.
Nos provee de un límite de origen foráneo para fijar la fecha del éxodo y la conquista. Algunos
eruditos postulan una fecha muy tardía para la conquista, incluso tan tarde como alrededor de
1150 a.C. en la Edad de Hierro 1.1 Sin embargo, la estela indica que Israel estaba ya en la tierra
29. y aparentemente bien establecida.2 Aunque no la excluye por completo, la es-tela también hace
improbable la «fecha tardía»
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Jueces 9. “Abimelec en Siquén”
Abimelec, el hijo de Gedeón, intentó convertirse en rey de Israel con la toma de control de
Siquén' (véase «Mapa 3»), un importante centro comercial y político. Él recibió fondos «del templo de
Baal Berit» (Jue 9:4), también conocido como «Baal del pacto». Baal fue el dios cananeo de la
tormenta y de la fertilidad. Referencias adicionales al «templo de su dios» (v. 27), la «torre de Siquén»
(vv. 46-47) y el «templo de El Berit» (vv. 46) parecen referirse todas al mismo templo. Muchos
hallazgos arqueológicos en Siquén se relacionan directamente con Jueces 9.
Un gran templo-fortaleza excavado ha sido identificado como el templo mencionado en este
capítulo. Fue construido en el siglo XVII a.C. y permaneció hasta que la ciudad fue destruida por
Abimelec en el siglo XII a.C. Es el templo más grande hallado hasta ahora en Canaán, mide 21
m por 26 m, con cimien!cs de 5 m de grosor.
Al frente hay un patio con una piedra sagrada de 1.5 m de ancho y 0.4 m de grosor. Está
desgastada debido a su antigüedad, sin embargo, aún mantiene 1.5 m de alto. Esta piedra
sagrada pudiera ser la «columna» en la que la ceremonia de coronación tomó lugar cuando
Abimelec fue declarado rey (v. 6).
La puerta de la ciudad de la época de Abimelec fue excavada en el lado este del lugar. Fue
desde este punto que Gaal, su rival, obser-vó a Abimelec y a sus hombres acercarse a la ciudad
(vv. 35-37). Al abandonar la seguridad de los muros de Siquén, Gaal entró en batalla con
Abimelec pero fue derrotado (vv. 38-40). La puerta es una estructura impresionante de unos
16.5 m de ancho y 13.4 m de profundidad, con ortostatos (losas de piedra) que revestían sus
paredes.
Se ha encontrado evidencia de destrucción masiva de la época de Abimelec por todo el sitio, lo
que atestigua su destrucción de la ciudad (v. 45).
PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS
Jueces 10. “Amón”
Excavaciones de Rabbá Amón, la capital del antiguo Amón, indican niveles de ocupación que
datan de la Edad de Bronce Temprana.' Aunque esta parece haber sido una ciudad importante en la
Edad de Bronce Medio, experimentó una disminución en la población lo que fue una característica del
30. periodo de Bronce Tardío de la región. Aparecen de nuevo las fortificaciones de la Edad de Hierro, lo
que sugiere que Amón una vez más se convirtió en un estado poderoso. La Biblia indica que los
amonitas estaban relacionados tanto con los moabitas como con los israelitas (Gn 19:37-38). Para la
época del éxodo, los amonitas y moabitas ocupaban juntos el sur de Transjordania. Cuando los
israelitas pasaron a través de este territorio en su camino a la tierra prometida, se les prohibió
específicamente, por esta relación, la conquista de la tierra de los amonitas (Dt 2:19,37).
Durante el periodo de los jueces los amonitas y amalecitas ayudaron a los moabitas a recuperar
la tierra perdida de Israel (Jue 3:13), sin embargo, el Señor levantó a Aod para liberar a su pueblo. Más
tarde, Jefté derrotó a los amonitas que estaban oprimiendo a Israel, especialmente a las tribus
transjordanas (10:6--11:33). Basándonos en las imponentes fortificaciones de piedra del siglo XVII a.C.
que han sido descubiertas allí, es evidente que Amón se había convertido en una fuerza impresionante
por esta época. Cuando Najás ascendió al trono amonita aproximadamente en 1020 a.C., intentó
restablecer el control sobre las tribus de Transjordania, atacando a Jabés de Galaad (1S 11:1). El rey
Saúl encabezó 33.000 soldados para rescatar al pueblo y masacrar las fuerzas de Najás (1S 11:4-11).
Najás y David llegaron a un acuerdo amistoso mientras que David huía de Saúl. Cuando Najás
murió, David envió sus condolencias a su heredero, Janún, sin embargo Janún avergonzó a la
delegación que David había enviado, de ese modo incitó a la guerra (2S 10:1-6). El ejército de David
derrotó a los mercenarios de Janún, y Rabá, la capital amonita, fue finalmente derrotada por Joab (2S
11:1; 12:26-31).
Más tarde, los amonitas declararon su independencia de Israel luego de que el faraón egipcio,
Sisac, invadió la región que fue llamada Palestina mucho tiempo después. A mediados del siglo IX
a.C., Basá, el rey amonita se unió a la alianza que detuvo a Salmanasar III mientras se dirigía hacia el
mar Mediterráneo. Esta alianza, mencionada en los anales asirios, estaba encabezada por Nadad Ezer
de Damasco y Acab de Israel. Poco tiempo después, los amonitas, moabitas y meunitas atacaron a
Josafat (2Cr 20:1-30), tal vez ante el temor que Judá estaba creciendo poderosamente bajo su
gobierno. Sin embargo, los miembros de la alianza transjordana se volvieron los unos contra los otros y
dejaron de amenazar a Judá (2Cr 20:22-23).
El rey Uzías de Judá fue capaz de recobrar el control sobre Amón a principios de del siglo VIII.
Cuando los amonitas intentaron una revuelta contra Jotán, el sucesor de Uzías, fueron rápidamente
derrotados y luego obligados a enviar un tributo anual a Jotán (aprox. 740 a.C.). Tiglat Piléser, el rey
asirio, redujo todos los estados de la zona a un simple vecindario de vasallos alrededor de 732 a.C.,
incluyendo a Israel, Judá y Amón.' Muchos reyes amonitas son mencionados en los anales asirios
posteriores, como reyes que pagaron tributo a Senaquerib y a Asaradón,8 y parece que Amón disfruté
de (jeto grado de prosperidad bajo el gobierno asirio.
Cuando el imperio asirio cayó ante los babilonios en 612 a.C., los amonitas se trasladaron al
territorio que una vez ocupado por Judá. Nabucodonosor II de Babilonia protegió a los amonitas de la
invasión de las fuerzas árabes, mientras usaba las fuerzas amonitas para acosar al pueblo de Judá en
Transjordania (2R 24:2).» No obstante, según aumentaba la opresión babilónica, Amón se unió a una
conspiración en contra de Babilonia, encabezada por Judá. Cuando esto fracasó, como Jeremías había
advertido que ocurriría, muchos sobrevivientes huyeron hacia Amón mientras Nabucodonosor
aplastaba a Jerusalén. Más tarde, Amón fue aniquilada a medida que Nabucodonosor atacaba Rabá
31. (aprox. 581 a.C.). A pesar de que los amonitas vivían aún en la zona en el momento en que los
exiliados regresaron de su cautiverio (Neh 2:10), nunca más disfrutaron de autonomía.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Jueces 11. “La virgen”
La petición de la hija de Jefté de que se le permitiera ir a las montañas y llorar por su virginidad
(Jue 11:37) desarma a los lectores modernos casi hasta lo incomprensible. ¿Por qué una joven que
estaba a punto de morir como sacrificio humano, enfocarla su atención en su virginidad?' Para
comenzar a entender esto, es necesario reconocer la inmensa importancia que se le atribuía a la
virginidad en las culturas antiguas, especialmente en Israel. Unos pocos ejemplos lo aclararán:
En la obra de Esquilo, Suppliant Maidens, un padre ruega a sus hijas mantener su integridad
frente a los deseos lujuriosos de los hombres. Él les encarga, «honren su castidad más que a su
vida», (línea 1013).
La obra de Eurípides, Alcestis, cuenta el relato de una mujer que renuncia a su vida para salvar
la de su esposo. Mientras espera su muerte, llora por el destino que ha caído sobre ella. En su
lamento, echa un vistazo sobre su cama y declara, «oh cama, donde perdí mi juventud virginal
por este hombre por quien muero. iAdiós!», (líneas 177-179). Al igual que la hija de Jefté, ella
piensa en su virginidad mientras enfrenta a la muerte.
Josefo en Antigüedades, 1.246, narra de nuevo la historia de Rebeca de Génesis 24 y mantiene
la opinión de ella, «Me llaman Rebeca. Mi padre fue Betuel, pero murió, y Labán es mi hermano
y, junto con mi madre, él cuida de los asuntos familiares y es el guardián de mi virginidad». La
narración de Génesis no incluye a Labán de forma explícita en este papel, sin embargo, la idea
es que tanto los lectores judíos como los gentiles de la época, tuvieran una pronta comprensión.
La narración de la violación de Tamar, la hermana de Absalón, por Amnón (25 13) ilustra tanto lo
firmes que se sentían las mujeres jóvenes acerca de su celibato, como también su importancia
para su reputación. En la narración, Amnón engañó a su media hermana Tamar y la violó a la
fuerza, luego la despreció y la envió lejos. Previo a esto, Tamar había usado un vestuario que
significaba su estatus de virgen, pero luego de su violación, en medio de su pena, ella misma lo
rompió. Aun así, ella habría estado dispuesta a casarse con Amnón, uno de los personajes más
infames en el Antiguo Tes-tamento, en lugar de vivir con la desgracia de ser una mujer soltera
que había perdido su virginidad.
Deuteronomio 22:13-21, describe a un hombre que se casó con una mujer, pero luego comenzó
a detestarla y a decirle al pueblo que ella no había llegado virgen al matrimonio. Sobre la familia
de esta mujer recayó la responsabilidad de mostrar evidencia de su virginidad (Dt 22:17). La
confirmación, evidentemente consistió en sábanas manchadas con la sangre de ella durante la
noche de bodas, en cuyo momento supuestamente había perdido su virginidad. Los ancianos
del pueblo castigaron al hombre por difamar a la mujer (Dt 22:19). Pero en el caso de que la
mujer se hubiera involucrado en una relación sexual antes del matrimonio, ella sería apedreada
hasta la muerte (Dt 22:21).
32. La Biblia hebrea normalmente se refiere a ciudades o países con el término «virgen» (p.ej., Is
47:1; Jer 31:4). Es por esto que una virgen en el antiguo Israel tenía que ser protegida de los
forasteros. De la misma manera, las ciudades y países debían ser protegidos contra invasores y
mantenidos infranqueables.
Dados estos antecedentes culturales, es claro que la hija de Jefté, como la mayoría de las
jóvenes israelitas, debió haber considerado la conservación de su virginidad hasta el matrimonio como
primordial para su identidad. Esta joven mujer nunca obtendría la meta de llegar al matrimonio como
una novia casta.
LA VERACIDAD DE LA BIBLIA
Jueces 12. La confiabilidad de Jueces”
El libro de Jueces es con frecuencia considerado como una fusión de historia, leyenda y simple
ficción. Sin embargo, los hallazgos arqueológicos han demostrado que tenemos buena razón para
mantener la exactitud de los relatos conservados en este libro. Si extraemos los datos esenciales,
podemos resumir la evidencia que apoya la lectura de Jueces como un relato fidedigno:
Inmediatamente después de la conquista las tribus israelitas estaban ocupadas en proteger sus
lotes asignados. Era un tiempo de conflicto y desorden. Un grupo de alrededor de 100 cartas
escritas por reyes cananeos al rey de Egipto, indica que había mucha hostilidad en Canaán
aproximadamente 50 años después de la conquista. Un pueblo llamado Habiru (término del que
pudo haberse derivado el nombre hebreo) atacaba las ciudades y se apoderaba de la tierra.
Al inicio del periodo de los jueces, Eglón, rey de Moab, construyó un palacio en Jericó, donde
recaudaba tributo de las tribus (3:15-30). Un palacio del tiempo de Eglón que coincide con la
descripción bíblica ha sido excavado en Jericó.
Jueces 4-5, documenta la desaparición de Jazor, la ciudad-estado más poderosa en Canaán, a
manos de la alianza de tribus israelitas. Las excavaciones allí, revelan destrucción tan severa
durante esta época (la segunda mitad del siglo XIII a.C.), que la ciudad nunca se recuperó. La
evidencia señala con mucha probabilidad, a los israelitas como los gestores. Esta victoria
convirtió a Israel en la fuerza más poderosa en la región.
Una inscripción del faraón Merneptah, que gobernó aproximadamente entre 1210-1202 a.C.,
declara que él aniquiló a los israelitas. A pesar de que la presunción estaba lejos de la verdad, la
inscripción demuestra que en esa época, Israel era un grupo importante en Canaán.
A principios del siglo XII a.C. la tribu de Dan emigró desde su porción de tierra original al oeste
de Benjamín hacia la ciudad de Lais en el norte de Galilea (cap 18). Los filisteos, que se habían
apoderado de la zona costera sur, muy probablemente los habían forzado a salir. En el sitio de
Lais, renombrado como Dan, las excavaciones han desenterrado una capa quemada que data
de principios del siglo XII a.C. (v. 27) y las posteriores ocupaciones de los recién llegados usaron
un nuevo tipo de cerámica conocida por ser de origen israelita.
33. A mediados del siglo XII a.C., Abimélec, el hijo de Gedeón, intentó convertirse en rey de Israel
(cap 9). El acontecimiento malogrado tomó lugar en Siquén, donde abundante evidencia ha sido
hallada para corroborar el relato bíblico, incluyendo la destrucción de la ciudad como quedó
registrado en Jueces 9:45.
Los relatos de Jueces no son leyendas o mitos, sino narraciones valientes y con frecuencia trá-
gicas de los caprichos del pueblo de Dios. La evidencia arqueológica respalda fuertemente la
aceptación evidente de los relatos.
PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS
Jueces 13. “La arqueología de Filistea”
El texto egipcio sugiere que los filisteos eran parte de un migración a gran escala de varias tribus
del Egeo, referidos como Pueblos del Mar, quienes intentaron entrar a Egipto. Mientras iban de camino
por tierra y mar por la costa baja del Mediterráneo, dejaron tras de sí una franja de destrucción. Las
tribus llegaron a la frontera de Egipto alrededor de 1177 a.C. pero fueron rechazados por Ramsés III.
Ellos se retiraron a Canaán' y se establecieron en zonas previamente conquistadas.
Los filisteos tomaron una de las partes más importantes, la zona costera sureste, la cual fue
conocida como Filistea. Los filisteos tuvieron cinco centros importantes: Gaza, Ascalón, Asdod, Ecrón y
Gat (1S 6:17). Excavaciones en estos sitios han revelado un patrón común de asentamiento filisteo: la
ciudad anterior era destruida violentamente y en su lugar se construía una ciudad fortificada, más
grande y mejor planificada. Los filisteos trajeron consigo su cultura nativa egea en forma de
arquitectura, alfarería, objetos religiosos, metalurgia (2S 13:19-22), costumbres fúnebres y lenguaje.
Pronto los filisteos se extendieron hacia el este y dominaron a los israelitas (le 13:1). La tribu de
Dan fue impactada directamente, ya que sus tierra estaba en el sector norte de Filistea. Sansón fue el
primer líder militar israelí en contrarrestar la opresión filistea, probablemente en la última parte de el
siglo XII a.C. (v. 5).
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Jueces 14. “Timnat”
34. Josué 15:10-11, nos informa que Timnat estaba ubicada entre Bet Semes (Tell er-Rumeilah) y
Ecrón (Tel Micine; véase también «Mapa 4»). El único sitio importante entre estos dos lugares es Tel
Batash. La alfarería filistea desenterrada en las excavaciones allí efectuadas, confirma aún más la
identificación de Tel Batash como la bíblica Timnat. Tel Batash está ubicada en la llanura costera, en la
parte oeste del fértil valle de Sorec, 26 km de la costa mediterránea y 32 km al oeste de Jerusalén.
Timnat estaba en la frontera este del territorio filisteo, junto con las dos ciudades más grandes
de la confederación filistea, Ecrón y Ascalón, 5.6 km al oeste y 48 km al sureste, respectivamente (Jue
14:19;). Sansón mismo vivió en Majané Dan, el «campamento de Dan», en las afueras de las
montañas israeli-tas, 9:6 km al este de Timnat. La declaración bíblica de que Sansón “descendió a
Timnat” (v. 1) es literal; existe una diferencia de nivel de 244 m entre el área del hogar de Sansón y la
ciudad de Tell Batash.
Las excavaciones fueron hechas en Tell Batash entre 1977 y 1989. El pueblo en los tiempos de
Sansón, era un centro urbano fortificado de alrededor de cinco acres de tamaño, bien planificado y con
una gran densidad de población. Los edificios estaban construidos con paredes de ladrillo de barro
sobre cimientos de piedra. Un frasco de almacenaje con una carta grabada en la agarradera demuestra
que existía conocimiento de la escritura en el pueblo. Un bulla de arcilla (un bloque de arcilla con
inscripciones en él) fue encontrada, lo que indica que alguna de las escrituras fue hecha en papiro.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Jueces 16. “Sansón y el templo de Dagón”
Solo un número limitado de excavaciones se han emprendido en Gaza, por lo que tenemos poca
idea de cómo era la ciudad en tiempos de Sansón. Sin embargo, casas dedicadas a moler (Jue 16:21)
y un templo (vv. 23-30) similar al aquéllos mencionados en Jueces 16 han sido desenterrados en otros
sitios. Las casas destinadas para moler, conocidas tanto de los textos antiguos como de las muestras
desenterradas, fueron lugares donde los prisioneros molerían grano para sus amos. Las herramientas
eran simples, piedras para moler a mano: una piedra con forma de barra de pan, en la parte superior y
una más grande y ligeramente cóncava en la parte inferior llamada metate.
Sansón pasó sus días arrodillado enfrente de un metate, presionando una piedra de acá para
allá, moliendo cereal para convertirlo en comida.
La mayor hazaña de Sansón fue la destrucción del templo de Dagón. Los únicos temples
evidentemente filisteos, son !os hallada; hasta la fecha en Tel Qasile, en las afueras de la moderna Tel
Aviv. Tres templos, cada uno más grande que el anterior, fueron construidos en el mismo lugar en un
periodo de 150 años. El último, del siglo XI a.C. aproximadamente la época de Sansón, medía 7.8 m
por 14.6 m. Dos columnas sostenían el techo, al igual que el templo de Dagón descrito en Jueces en
bases de piedra puestas en el suelo. Habría sido posible desplazar la columna central en el templo de
35. Tel Qasile, puesto que se mantenía sobre la base de piedra únicamente por el peso del techo. Un
hombre alto con sus brazos extendidos podría haber abarcado los 2.1 m de distancia entre las dos
columnas. Es también concebible que las columnas del templo de Dagón estuvieran más cerca una de
la otra que aquellas del templo de Tel Qasile.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Jueces 17. “Las tumbas en el antiguo Israel”
La característica más importante de los entierros en el antiguo Israel está reflejada en el sepelio
de Sansón en la tumba de su padre. Otros individuos de los que se especifica que fueron enterrados en
las tumbas de sus padres, incluyen a Gedeón (Jue 8:32), Asael (2S 2:32) y Ajitofel (2S 17:23). El
primer entierro de este tipo conocido en la Escritura es el de Abraham, enterrado en la tumba de Sara,
su esposa, y más tarde seguido por sus hijos y nietos. Generalmente se utilizaban cuevas para este
tipo de tumbas. Solamente los más acaudalados tenían la capacidad de adquirir una tumba excavada
en la roca; el profeta Isaías condenó a Sebna el mayordomo real, por su arrogancia, a construir tal
monumento para su entierro (Is 22: 15-16). Los pobres no podían pagar una tumba tallada en roca y
eran enterrados en tumbas comunes cavadas en la tierra (cf. 2R 23:6; Jer 26:23).
Las tumbas de los pobres por lo general no se han preservado, de donde su estudio
arqueológico ofrece pocos frutos. Las excavaciones han desenterrado muchos ejemplos de sepulturas
de familia en cuevas y en tumbas talladas en roca del periodo del Antiguo Testamento, con casos de
hasta 100 personas enterradas en una sola tumba. Estas tumbas consistan de una cámara cuadrada o
en algunos casos más elaborados, hasta de nueve cámaras para miembros de la familia extendida.
Cada cámara generalmente contenía tres bancos que llegaban a la altura de la cintura y estaban
alineados en cada lado del aposento, a excepción de la entrada. El difunto era expuesto en estos
bancos inmediatamente luego de su muerte, junto con los regalos fúnebres, que incluían vasijas para
comida, perfumes, lámparas de aceite, armas y joyería. Los bancos incluían rebordes para prevenir
que se cayeran estos regalos, y el reposacabezas era con frecuencia esculpido en la roca para
sostener la cabeza del difunto. Luego de que el cuerpo se hubiera descompuesto, los huesos se
recogían junto con los regalos y se colocaban en un depósito labrado debajo de uno de los bancos
fúnebres. De esta manera, los depósitos estaban llenos de los huesos y objetos de varias generaciones
de la familia. Este proceso de entierro deja claro que la frase bíblica «murió toda aquella generación»
(p.ej., Jue 2:10) era más que metafórica.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Jueces 18. “La migración de los danitas”
36. La tribu de Dan era incapaz de ocupar su territorio asignado al oeste de Benjamín (Jos 19:40-
46); Jue 1:34). Los danitas escogieron emigrar a Lais, la cual ellos renombraron como Dan. Esto tomó
lugar luego de los tiempos de Débora a finales del siglo XIII a.C., alrededor de la época de la
destrucción de Siló, aproximadamente en 1100 a.C. (18:31).2 La incursión de los filisteos en las
planicies costeras del suroeste aproximadamente en 1177 a.C. pudo haber precipitado la migración.
Lais/Dan ha sido identificada como Tell el Qadi, ahora llamada Tel Dan, al pie del monte
Hermón, aproximadamente 40 km al norte del mar de Galilea. Las excavaciones han revelado una
próspera ciudad de la Edad del Bronce Tardío que fue destruida con fuego a principios del siglo» a.C.,
muy probablemente por los danitas (v. 27). Lais tenía una conexión importante, tal vez como socio en
comercio internacional con la costera Sidón, aproximadamente 45 km al noroeste 1w. 7,28): El
descubrimiento más impresionante en la destruida ciudad de Lais fue una tumba que contenía
cerámica importada de Grecia.
Después de la destrucción, una cultura nómada o seminómada ocupó el sitio. Esta cultura
sobresale por el uso de fosos aparentemente timados para almacenar el grano. Grandes vasijas de
almacenamiento, muy conocidas en las tierras altas donde estaban asociados con asentamientos
israelitas, fueron halladas en los fosos. Las vasijas estaban construidas con un tipo de arcilla que no
pertenecía a la zona de Tel Dan, lo que indicaba que los nuevos colonos la habían traído de otro lugar.
Los arqueólogos han identificado esta nueva cultura como la de los danitas. No obstante, esta tribu
pronto se modernizó, y construyó una gran cantidad de ordenadas estructuras domésticas e
industriales a través del lugar (v. 28). Este estrato fue destruido en un terrible incendio a mediados del
siglo XI a.C., posiblemente a manos de los filisteos en la misma época que fue destruida Siló.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Jueces 19. “Guibeá”
El nombre Guibeá («lomas) indica diferentes lugares en el Antiguo Testamento. El Guíbeá de
Jueces 19-21, no obstante, nombrado de primero en este pasaje y luego a lo largo del Antiguo
Testamento, está asociado específicamente con la tribu de Benjamín. Este particular Guibeá, fue
destruido por el resto de los israelitas durante el periodo de los jueces (20:40). Guibeá fue
aparentemente habitado de nuevo un tiempo después; el rey Saúl vino de esa ciudad (1S 10:26). y, de
hecho, peleó contra los filisteos en la región y parece que hizo de Guibeá su centro de operaciones (15
15:34; 22:6; 23:19). Más tarde leemos que David escogió tres de sus treinta poderosos hombres de
esta ciudad (2S 23:29; 1Cr 12:3).
Siglos más tarde, el profeta Oseas citó a la antigua Guibeá como un ejemplo de maldad (Os
9:9;10:9). Oseas parece haber estado refiriéndose a los hechos de Jueces 19-20, al ilustrar el gran
impacto de este episodio tan terri-ble en la psique de la nación. Guibeá llegó a ser conocida como un
lugar de corrupción y juicio; nada diferente de Sodoma y Gomorra.
37. A pesar de las frecuentes referencias bíblicas a Guibeá, su ubicación ha sido una fuente de gran
disputa entre los eruditos. El debate se enfoca en si Guibeá estaba cerca de la moderna Jeba o en la
impresionante Tel el Ful, ubicada sobre la carretera divisoria, poco más de 4.8 km al norte de
Jerusalén. W. F. Albright hizo excavaciones en Tel el Ful en 1922-23 y de nuevo en 1933. Encontró
rastros de un pueblo de la Edad de Hierro" que había sido destruido, así como restos de una resistente
fortaleza que había sido construida poco después. La fortaleza medía aproximadamente 34 m por 52 m
y estaba construida de piedras grandes y sin tallar que habían sido unidas de una forma bastante
primitiva. Las paredes tenían un grosor de cerca de 1.5 m. Albright dató la capa de la destrucción del
pueblo al siglo XII a.C. y la fortaleza a finales del siglo Xl a.C. La secuencia de estos restos encaja con
la cronología bíblica: destrucción durante el periodo de los jueces y fortificación durante la vida de Saúl.
Paul Lapp dirigió una operación de rescate en 1964, justo antes de que el rey Hussein de
Jordania nivelara Tel e! Ful para construir un palacio (en este tiempo la zona estaba bajo el control de
Jordania). Lapp concluyó que el primer período de habitación debía ser datado aproximadamente a
1200-1150 a.C., mientras que la fortaleza debía ser asignada al período de aproximadamente 1025-
950 a.C. Estas fechas aún más precisas coinciden con los relatos del Antiguo Testamento. El estudio
del registro de la cerámica por parte de Lapp, confirmó una brecha de habitación entre el pueblo previo
y la fortaleza) Nosotros esperaríamos ver semejante calma luego de la destrucción a gran escala
descrita' en Jueces 20. Lapp también descubrió evidencia de posteriores asentamientos importantes en
el sitio en la edad de Hierro. Las conclusiones de Albright y Lapp a favor de la identificación de Tel el
Ful como Guibeá son todavía aceptadas por la mayoría de los eruditos.
Una minoría que se hace oír, sin embargo, sostiene que Jeba es un mejor candidato para la
antigua Guibeá. Un argumento es que Tel el Ful está localizada en una colina sobre una gran llanura;
por lo tanto es improbable que sus habitantes hubieran sido emboscados por guerreros israelitas
escondidos, como lo describe 20:29. Esta posibilidad es más convincente en Jeba una región
escarpada y llena de cañones. El asunto queda pendiente. La destrucción de Tel el Ful fue un percance
considerable, y aun en Jeba no se ha hecho suficiente trabajo arqueológico. En este punto, podemos
confirmar que el patrón de habitación en Tel el Ful concuerda con la cronología bíblica, mientras que tal
ajuste debe ser aún demostrado en Jeba.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Jueces 20. “Mizpa”
Aproximadamente 11 km al noroeste de Jerusalén se encuentra Tel en Nasbet, un montículo de
casi de 260 m de largo por 130 m de ancho, que abarca una superficie de alrededor de 7.7 acres.
Muchos eruditos identifican este sitio con el Mizpa bíblico. Se conoce poco acerca de Mizpa durante el
periodo premonárquico porque la ciudad se menciona pocas veces en los textos y se ha descubierto
pocos restos arqueológicos de esta era. Las excavaciones de 1926 y 1935, desenterraron tres tumbas,
dos cuevas y varios fragmentos de alfarería de los periodos Calcolítico Tardío y Bronce Temprano 1,
los cuales anteceden a cualquier referencia bíblica.
38. Jueces identifica a Mizpa como el punto de encuentro para una fuerza militar israelita combinada
que atacó a los benjaminitas en Guibeá (Jue 20:1). La céntrica ubicación de Mizpa, sobre la carretera
divisoria entre Ramá y Betel, la hubieran hecho un punto natural de reunión, aun cuando no existan
registros arqueológicos de asentamientos importantes de ese periodo. El ejército entonces se trasladó
hacia el norte, a Betel,' para preguntar al Señor antes de lanzar su ataque, y Mizpa no tuvo un papel
más allá en este relato.
Durante el tiempo de Samuel, Mizpa se había convertido en un centro regional importante. El
profeta convocó a todos los israelitas allí para buscar perdón por su idolatría. Mientras los israelitas
reunidos estaban ayunando ante el Señor, los filisteos lanzaron un ataque, pero Dios intervino con
truenos y los dispersó (1S 7:5-11). Luego de esto Samuel, que ejercía como juez de Israel, regresaba a
Mizpa cada año como parte de un recorrido que incluía también a Betél y Guilgal (15 7:16). Fue
también en Mizpa que Samuel reveló a Saúl como el primer rey de Israel (15 10:17-21).' Filistea y otra
alfarería local, junto con restos de cisternas y casas trabajadas en piedra, dan testimonio del
resurgimiento de una población alrededor de la época de Samuel, como lo sugiere el texto bíblico.
Durante la monarquía dividida, Mizpa era una ciudad fronteriza entre Israel y Judá.
Aproximadamente en 895 a.C., el rey Basá de Israel impulsó su territorio hacia el sur hasta Ramá y
construyó allí una fortificación (1R 15:17-22; 20 16:1-6). Esto cortó la principal ruta por tierra de Judá
hacia la llanura costera. El rey Asá de Judá respondió sobornando a los arameos para que atacaran a
Israel desde el norte. Basá tuvo que desviar su ejército hacia este frente norte y Asá aprovechó la
oportunidad para desmantelar la fortificación israelita en Ramá. Entonces él usó los materiales para
construir fortalezas más al norte en Milpa y Gueba.
Excavaciones en Tel en Nasbet, han revelado los restos de una enorme construcción han reve.
defensiva de principios del siglo IX a.C. uta pared de piedra construida y enyesada de manera rústica
alcanzaba una altura de cerca de 14 m y estaba reforzada por una serie de diez torres. Un glacis de
piedra (declive en la base de un muro de fortificación) terminaba en un foso seco de 5 m de ancho por
2 m de profundidad, mientras que una compleja puerta doble protegía la entrada de la ciudad. Es la
única fortificación de este tipo en la región. las casas fueron construidas contra la parte interna del
muro. Restos de lagares y contenedores de almacenamiento del periodo también han sido
desenterrados, junto con un cementerio en una loma justo fuera de la ciudad. Estos hallazgos
confirman que Asá gastó recursos considerables en el fortalecimiento de esta importante ubicación
defensiva.
Después de la destrucción babilónica de Jerusalén y la mayor parte de Judá en 586 a.C., Mizpa
llegó a ser la residencia de Guedalías, el nombrado gobernador babilonio de Judá (2R 25:23; Jer 40:1-
41:16). La permanencia de Guedalías fue efímera, pues Ismael, hijo de Netanías, y algunos otros
insurgentes políticos lo asesinaron menos de seis meses después de su llegada a Mizpa. La ciudad
continuó al servicio como la capital regional hasta al menos la época de Nehemías. Durante este
tiempo de control babilónico, casas privadas y edificios públicos más grandes y elaborados,
reemplazaron las pequeñas casas de la época de Asá.
Las posteriores referencias bíblicas a Milpa son pocas y breves. Aun así, numerosos ejemplos
de sellos persas y marcas de sellos, pedazos de cerámica griega y romana y otros artículos, sugieren