El documento describe la evolución de los instrumentos musicales y la música instrumental durante el Renacimiento. Se amplió la gama tonal de los instrumentos para igualarla a la de las voces, creando familias completas de cada instrumento como flautas y violas de diferentes tamaños. Los instrumentos participaban junto con las voces en la música polifónica y también interpretaban música de forma puramente instrumental, ya fuera en conjuntos homogéneos o grupos mixtos. La notación musical variaba según el instrumento.
2. De modo paralelo a la extensión del rango
vocal de la polifonía, los instrumentos
ampliaron su tesitura creándose familias
completas de cada modelo; cada tamaño era
nombrado con el nombre de la voz equivalente:
así, por ejemplo, se crean flautas de pico
soprano, alto, tenor y bajos de varias tallas, y
un proceso semejante siguen instrumentos de
cuerda como las violas da gamba, de metal
como los sacabuches o de madera como las
chirimías.
3. Los instrumentos participaban junto con las voces
en la ejecución de la música polifónica; por
ejemplo, está perfectamente documentada la
presencia regular de ministriles (flautas, cornettos,
sacabuches, chirimías y bajones) en las catedrales
ibéricas del siglo XVI. Además, mucha música
polifónica se ejecutaba de forma puramente
instrumental, fuera en conjuntos homogéneos
(llamados consorts), en grupos que combinaban
instrumentos de diversas familias o sobre
instrumentos propiamente polifónicos, como el
órgano, el virginal, el arpa, el laúd o, en España, la
vihuela.
4. Eran habituales los conjuntos
domésticos de
instrumentistas aficionados.
Frecuentemente esos
músicos amateur (e incluso
muchos profesionales) eran
incapaces de leer la notación
musical convencional, por lo
que la música instrumental
solía escribirse en un sistema
de escritura peculiar para
cada instrumento, llamado
tablatura: hay así tablaturas
renacentistas específicas para
tecla, laúd, arpa, vihuela, etc.
5. El laúd, derivado del al'ud medieval, se
convirtió pronto en el instrumento doméstico
solista más popular en Europa. De diversos
tamaños y forma de pera, se fabricaba con gran
diversidad de materiales, tratados con extrema
exquisitez artesanal. Tenía una cuerda simple y
cinco dobles y el clavijero vuelto hacia atrás;
permitía ejecutar acordes, melodías, escalas y
gran número de ornamentos, y se utilizaba
como instrumento solista, con el canto y en
conjuntos de cámara. La vihuela de mano fue
su equivalente español.
6. La relativa escasez de fuentes de música
específicamente instrumental (por comparación
con la abundancia de fuentes vocales, y
especialmente considerando el siglo XV) no debe
llevar a la errónea conclusión de que su uso fuera
poco habitual o su nivel técnico bajo: los primeros
tratados de enseñanza de cada instrumento (como
los que dedican Ganassi a la flauta de pico y Diego
Ortiz a la viola da gamba) denotan un muy alto
nivel técnico y musical; sin embargo, la técnica
instrumental solía transmitirse oralmente y su
música específica era raramente escrita: era
habitual la improvisación, fuese directa o sobre
material vocal preexistente (disminución).
7. Las principales formas instrumentales de la época
fueron:
Formas derivadas de modelos vocales: al tocar
habitualmente los instrumentistas piezas vocales,
compusieron formas similares, si bien sin texto: del
motete derivaron piezas polifónicas imitativas,
llamadas ricercare, fantasía o tiento, mientras que de la
chanson derivó la canzona, generalmente más viva y
más dividida en secciones que los anteriores.
Danzas: una de las funciones tradicionales de los
instrumentistas era, naturalmente, el acompañamiento
de la danza. Solían estar escritas a cuatro voces, en una
sencilla textura homofónica. Hay abundantes ejemplos
de danzas de todo tempo y compás, como la bajadanza,
la pavana, la gallarda, la alemanda o la courante.
8. Formas improvisatorias: los músicos anotaban
a veces sus improvisaciones más logradas.
Podía tratarse bien de puras improvisaciones
para un instrumento polifónico (toccata,
preludio, de nuevo tiento), bien de variaciones
melódicas ornamentales sobre una o varias
voces de un modelo vocal preexistente
(recercada, disminuciones) o bien de largas
series de variaciones sobre un basso ostinato
muy conocido, como la romanesca, el Conde
Claros, el passamezzo antiguo o el passamezzo
moderno.
9. Las composiciones del
Renacimiento estaban
escritas únicamente en
partichelas; las
partituras generales
eran muy raras, y las
barras de compás no se
usaban. Las figuras eran
generalmente más
largas que las usadas en
nuestros días; la unidad
de pulso era la
semibreve, o redonda.
10. Como ocurría desde el Ars Nova cada breve
(cuadrada) podía equivaler a dos o tres semibreves,
que podría ser considerada como equivalente al
compás moderno, aunque era un valor de nota y no un
compás. Se puede resumir de esta forma: igual que en
la actualidad, una negra puede equivaler a dos
corcheas o tres que se escribirían como un tresillo. En la
misma lógica se puede tener dos o tres valores más
cortos de la siguiente figura, la mínima (equivalente a
la moderna blanca) de cada semibreve. Estas diferentes
permutaciones se denominan tempus
perfecto/imperfecto según la relación de breve-
semibreve y prolación perfecta/imperfecta en el caso
de la relación semibreve-mínima, existiendo todas las
combinaciones posibles entre uno y otro.
11. La relación tres-uno se llamó perfecta y la dos-uno
imperfecta. Para las figuras aisladas existían reglas que
reducían a la mitad o doblaban el valor
("imperfeccionaban" o "alteraban" respectivamente)
cuando estaban precedidas o seguidas de determinadas
figuras. Las figuras con la cabeza negra (como las
negras) eran menos habituales. Este desarrollo de la
notación mensural blanca es el resultado de la
popularización del uso (sustituyendo al pergamino)
del papel, más débil y que no permitía el rasgado de la
pluma para rellenar las notas. La notación de la época
precedente, escrita en pergamino, era negra. Otros
colores, y más tarde, el relleno de las notas
(ennegrecimiento) fueron usados para indicar
imperfecciones o alteraciones, etc.