LA ECUACIÓN DEL NÚMERO PI EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS. Por JAVIER SOLIS ...
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1. El método de LD exige una disciplina y
tiene que seguirse con fidelidad, porque
todos tenemos capacidad de manipular la
Biblia para que diga lo que nosotros
queremos, y la disciplina evita que
manipulemos el texto. Pero ello no significa
que sea un método difícil ni requiere de un
horario estricto; aun personas que no sepan
leer pueden practicarlo.
EL MÉTODO EN LA LECTIO DIVINA
2. El método de LD posee en sí mismo
grandes valores por estar basado
en una comprensión de Dios, de
Jesús y de la Iglesia.
Es, además, muy práctico, pero es
importante seguir las normas para
no convertirlo en algo mecánico.
EL MÉTODO EN LA LECTIO DIVINA
3. La LD se hace en etapas:
1ª Lectura (lectio)
2ª Meditación (meditatio)
3ª Oración (oratio)
4ª Contemplación (contemplatio)
3ª Acción (actio)
EL MÉTODO EN LA LECTIO DIVINA
4. El acercamiento a la Biblia se hace con total
apertura y confianza, silenciando los prejuicios,
aunque se conozca muy bien el texto.
LD es lectura sagrada. por ello hay que dedicar
tiempo a la lectura (al menos 10 o 15 minutos, si se
hace de manera individual). Siguiendo la
Exhoración Apostólica Verbum Domini 87, una
pregunta nos puede guiar en este paso: “¿Qué dice
el texto bíblico en sí mismo?”
EL MÉTODO: la Lectura
5. El movimiento de la
lectura es una
actitud de apertura y
reverencia.
EL MÉTODO: la Lectura
6. La Lectura tiene tres momentos:
a) Se lee el texto del principio al final,
procurando observar el movimiento del
texto, porque es una historia. Se
recomienda que cuando se lea en
grupo, todos deben leerlo en voz alta al
mismo tiempo, aunque haya diferentes
traducciones.
EL MÉTODO: momentos de la Lectura
7. b) Se divide el pasaje en partes
y se observa cada una de ellas,
porque tienen movimiento
propio.
Luego, uno se dispone a tener
un encuentro con Dios.
EL MÉTODO: momentos de la Lectura
8. c) Se pasa a hacer preguntas
sobre el significado de las
palabras. No es lo que
significan para mí (esto se
hace en la meditación).
EL MÉTODO: momentos de la Lectura
9. EL MÉTODO: momentos de la lectura
Algunas veces, se hace necesario hacer
más preguntas sobre el contexto de la vida
de Jesús y del mundo en que vivía.
Es recomendable consultar los comentarios
que aparecen en la Biblia y, si es posible,
disponer de un diccionario bíblico, pues se
necesita conocer el contexto para
comprender el pasaje.
10. Con la búsqueda de las
respuestas a las preguntas,
se pasa de manera
espontánea a la segunda
etapa: La Meditación.
EL MÉTODO: la Meditación
11. Requiere usar nuestra
imaginación activa e
involucrarnos con el pasaje.
Se responde a la pregunta
clave: ¿dónde estoy yo en
este pasaje?
EL MÉTODO: la Meditación
12. EL MÉTODO: LA MEDITACIÓN
Es la etapa de entrar en el pasaje y
de reconocerlo. Uno dice: “yo he
visto cuando esto ocurrió“.
Se reconoce el pasaje como
verdadero, como historia que se
ha experimentado. “¿Qué nos dice
el texto bíblico a nosotros?” (VD
87).
13. El movimiento de la
meditación es la
imaginación y la memoria.
Es la experiencia de “regresar a
casa”, de “regresar a las raíces”.
EL MÉTODO: la Meditación
14. Es la experiencia que asume las
palabras de Jesús cuando dijo
que la Palabra debe encontrar
un hogar en nuestro corazón.
Escuchamos el texto con los
sentimientos.
EL MÉTODO: la Meditación
15. EL MÉTODO: LA MEDITACIÓN
Al sentir como los personajes de
la historia, empieza la
meditación.
En ella siempre tenemos que decir lo
que sentimos: ¿me da rabia esta
persona?, ¿me da lástima?; ¿cómo me
siento ante esta persona?, ¿con quien
me identifico?
16. Al leer el texto debemos procurar
encontrarnos con una persona no con
un mensaje.
Toda meditación es un viaje doble:
-Hacia dentro del pasaje.
-Hacia el interior de nosotros mismos.
EL MÉTODO: la Meditación
17. EL MÉTODO: LA MEDITACIÓN
En la Lectura, la palabra toca a la puerta de
nuestra experiencia.
En los momentos de Meditación , se abre la
puerta de la experiencia y el pasaje entra en
uno.
Se reconoce el pasaje. nos damos cuenta de
que ese pasaje tiene vida hoy en mi vida, en
la vida de la familia, de la política, la
cultura,…
18. EL MÉTODO: LA MEDITACIÓN
Descubrimos nuestra libertad;
a través de ella, la comunidad
se transforma en Pueblo de
Dios.
No hay que estar apurados
para llegar a una conclusión.
19. Después de penetrar en la
etapa de la meditación,
ésta, de manera
espontánea, se transforma
en oración.
EL MÉTODO: la Oración
20. Debe ser espontánea, aunque a ella se llega
luego de un caminar en forma disciplinada.
La pregunta clave, según VD 87 es “¿Qué
decimos nosotros al Señor como respuesta a
su Palabra”.
En la LD, la oración tiene tres elementos:
-acción de gracias,
-humildad y arrepentimiento e
-intercesión o petición.
EL MÉTODO: la Oración
21. Éste no es un régimen de orden estricto. se
puede empezar por las peticiones, pero no
podemos quedarnos allí, sino que debemos
llegar a la oración de acción de gracias. si no
podemos dar gracias, es conveniente
regresar a la meditación.
La petición por excelencia es al Padre para
que envíe a su Hijo y a Éste para que venga.
EL MÉTODO: la Oración
22. El movimiento de la
oración es la acción
de gracias.
EL MÉTODO: la Oración
23. EL MÉTODO: la contemplación
Para explicar este momento, se transcribe
parte del N° 87 de Verbum Domini.
Es importante destacar lo que se dice en
este numeral acerca de cómo el método de
la LD nos permite adquirir “una visión
sapencial” de la realidad y pensar según la
“mente de Cristo”
24. Es lo que algunos estudiosos
del método han denominado
la llegada a “una palabra de
sabiduría”.
EL MÉTODO: la Contemplación
25. EL MÉTODO: la contemplación
“Por último, la lectio divina concluye con la
contemplación (contemplatio), durante la
cual aceptamos como don de Dios su
propia mirada al juzgar la realidad, y nos
preguntamos:
¿Qué conversión de la mente, del corazón
y de la vida nos (me)pide el Señor?
26. EL MÉTODO: La Contemplación
San Pablo, en la Carta a los
Romanos, dice: «No os ajustéis a
este mundo, sino transformaos por
la renovación de la mente, para que
sepáis discernir lo que es la
voluntad de Dios, lo bueno, lo que
agrada, lo perfecto» (12,2).
27. EL MÉTODO: La Contemplación
En efecto, la contemplación tiende a crear en
nosotros una visión sapiencial, según Dios, de la
realidad y a formar en nosotros «la mente de
Cristo» (1 Co 2,16). La Palabra de Dios se
presenta aquí como criterio de discernimiento, «es
viva y eficaz, más tajante que la espada de doble
filo, penetrante hasta el punto donde se dividen
alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los
deseos e intenciones del corazón» (Hb 4,12).”
28. EL MÉTODO: La Contemplación
El movimiento de la
contemplación es la
palabra de sabiduría.
29. EL MÉTODO: La Contemplación
Como hemos visto hasta ahora, LD
es un método que integra.
Así, y también espontáneamente,
se llega a otro aspecto de la etapa
de oración: orar con las mismas
palabras del texto.
30. EL MÉTODO: La Contemplación
Ej.: “Ayúdame a pasar el mar rojo
de mis preocupaciones y de mis
miedos”.
“Concédeme la fortaleza necesaria
para seguir adelante y adentrarme
con valentía en el mar desconocido
de mi corazón, de este problema…”
31. EL MÉTODO: La Contemplación
“Señor, mi grupo y yo estamos paralizados
frente a la inmensidad del mar que significa
este nuevo proyecto de evangelización,
ayúdanos a adentrarnos en ese mundo
desconocido que nos sobrecoge para
experimentar cómo se nos abren caminos de
libertad, de encuentro contigo y con los
hermanos…”.
32. EL MÉTODO: La Contemplación
Debemos convertirnos a la Biblia como
método de oración y no sólo de estudio.
Hay que combinar espontaneidad con disciplina; hacer el
esfuerzo de preservar el método y de aprender sus reglas
porque están basadas en una espiritualidad bíblica y
porque, aún en las alturas de la oración, puede haber
mucho de ilusión.
Uno de los problemas para LD es que nuestra cultura no
favorece la imaginación y, hasta ahora, la Iglesia tampoco.
Por eso se necesita apertura y disposición para
reeducarnos.
33. EL MÉTODO: La Contemplación
El movimiento de la
contemplación es la
palabra de sabiduría.
34. EL MÉTODO: La Acción
Al decir de VD 87: “la lectio
divina no termina su proceso
hasta que no se llega a la
acción (actio), que mueve la
vida del creyente a convertirse
en don para los demás por la
caridad”.
35. EL MÉTODO: La Acción
Sólo cuando la
Palabra se hace vida
termina el proceso de
la Lectio Divina.