2. Definición:
Se denomina escuela cínica (del griego κύων kyon: ‘perruno’, denominación
atribuida debido a su frugal modo de vivir) a la fundada enAntigua Grecia durante la
segunda mitad del siglo IV a. C. El griego Antístenes fue su fundador y Diógenes de
Sinope uno de sus filósofos más reconocidos y representativos de su época.
Reinterpretaron la doctrina socrática considerando que la civilización y su forma de
vida era un mal y que la felicidad venía dada siguiendo una vida simple y acorde con
la naturaleza. El hombre llevaba en sí mismo ya los elementos para ser feliz y
conquistar su autonomía era de hecho el verdadero bien. De ahí el desprecio a las
riquezas y a cualquier forma de preocupación material. El hombre con menos
necesidades era el más libre y el más feliz. Figuran en esta escuela, además de los ya
citados, Crates de Tebas, discípulo de Diógenes, su esposa Hiparquía, y Menipo de
Gadara.
Los cínicos fueron famosos por sus excentricidades, de las cuales cuenta
muchas Diógenes Laercio, y por la composición de numerosas sátiras o diatribas
contra la corrupción de las costumbres y los vicios de la sociedad griega de su
tiempo, practicando una actitud muchas veces irreverente, la llamada anaideia.
Ciertos aspectos de la moral cínica influyeron en el estoicismo, pero, si bien l
actitud de los cínicos es crítica respecto a los males de la sociedad, la de los estoicos
es de acción mediante la virtus.
3. Escuela cínica fue Fundada por:
La escuela cínica fue fundada en Atenas por Antístenes (aproximadamente 445365 antes de Cristo.). Vendrían después otros filósofos como Diógenes, Crates,
Hiparquia, Onesícrito, Mónimo, o Salustio (éste ya en el siglo VI después de
Cristo). A lo largo del tiempo se iría diferenciando entre quienes escribían de
acuerdo con pautas cínicas y tomaban motivos literarios inspirados por el
cinismo (Onesícrito) y quienes llevaban una vida acorde con los preceptos de
estos "perros", acogiéndose a los hábitos de mendigos y vagabundos (Diógenes
vivía en una tinaja), con el tribón (manto), el bastón y la alforja.
Los cínicos tenían como costumbre el llevar una vida de perros tumbados al sol
del ágora ateniense. Estaban en constante oposición y burla con las escuelas
tradicionales griegas, y se les consideraba un pensamiento crítico, subversivo y
revulsivo contra el idealismo platónico y la retórica convencional.
4. Rechazo teoría platónica:
Rechazaban la teoría platónica de las ideas, es decir,
para los cínicos sólo existe lo que puede ser percibido
por los sentidos, y defendieron una ética de la
autosuficiencia y la independencia. Propagaron el
ideal de la vida natural y el cosmopolitismo (el cínico
Diógenes, desterrado de Sinope, fue el primero en
afirmar que era ciudadano del mundo) rechazando la
existencia del Estado, y afirmando que para el sabio no
hay patria, ni leyes, ni familia, ni diferencias de clase.
6. Pensamientos:
La libertad y la felicidad suprema del hombre consisten en su
independencia de todas las cosas por medio de la vida virtuosa, y
prueba de ello es que si Dios es perfectamente bueno y
perfectamente feliz, es en razón de su absoluta independencia de
todas las cosas. Para adquirir la semejanza con Dios, en la cual
consiste la perfección y felicidad del hombre, según la enseñanza
de Sócrates, es preciso que éste se haga independiente de todas
las cosas, como lo es la Divinidad. Con este objeto, además de
mirar con indiferencia los honores, las riquezas y demás bienes
de este género, debemos menospreciar las necesidades facticias
de la sociedad, y sobreponernos a los que se llama conveniencias
sociales y exigencias de la civilización. El hombre virtuoso debe
limitarse a satisfacer de una manera sencilla y natural las escasas
necesidades que le impone la naturaleza.
7. Antistenes:
Aunque parece que Antístenes hacía poco caso de las
ciencias especulativas, y particularmente de las físicas
y matemáticas, poseía, no obstante, una idea muy
elevada de la Divinidad, puesto que enseñaba a sus
discípulos que Dios es un ser independiente y [217]
superior a todas las cosas, inclusas las divinidades del
culto popular; y que, lejos de ser semejante a cosa
alguna sensible, no debe ser representado con
imágenes, en atención a que es un ser puramente
espiritual.