1. Documentación Interna
Manifiesto Conmemoración Blas Infante
Los andalucistas queremos conmemorar en este mes el nacimiento del Padre de la Patria
Andaluza (Estatuto de Autonomía, Preámbulo. Ley Orgánica 2/2007, 19 de marzo) y el
cruel e injusto asesinato del que fue presidente de la Junta Liberalista de Andalucía, hoy
integrada en el Partido Andalucista. En este mes en el que celebraremos actividades y
encuentros en distintas ciudades de Andalucía, todas ellas ligadas a la figura de este
insigne andaluz (Cádiz, Isla Cristina, Coria, Ronda y Sevilla) queremos recordar algunos de
los puntos fundamentales del ideario político que nos dejó y que hoy, aún vigentes,
reclamamos beligerantes los andalucistas.
Para ello, resaltaremos 4 líneas fundamentales, denunciadas y defendidas por D. Blas, para
reconocer y rememorar su discurso. De máxima actualidad, aunque nos pese, 78 años
después.
1. Empleo.
2. Educación.
3. Salud.
4. Federalismo.
Repudió como repudiamos el pretendido centralismo del actual Gobierno del Estado
frente a un federalismo necesario como alternativa a una nueva construcción, más
asimétrica si cabe, del Estado español. Proclamamos la necesidad de articular un Estado
Federal en el que ganará Andalucía y también el conjunto de los países que conforman
España.
La actual idea que se pretende impulsar desde el Estado, ya llevada a cabo con respecto a
las Entidades Locales, nacerá muerta dado que se pretende construir sobre identidades
que no se corresponden con la realidad nacional de cada territorio, y en nuestro caso, de
Andalucía.
En pleno debate sobre el modelo de Estado, sobre la Monarquía o la República, sobre
continuar en el Estado autonómico en que pervivimos, con privilegios forales para unos y
con mayores obligaciones para otros, donde los términos de solidaridad han sido
terriblemente violentados, o retroceder a un Estado-nación más poderoso para el
centralismo y más regresivo para los débiles territorios de la periferia, o avanzar hacia el
Estado Federal, los andalucistas nos declaramos, como ya indicó Infante, en la opción de
constituirnos en un Estado Federal Republicano.
2. Documentación Interna
Pero nuestra opción no es caprichosa, nuestra elección será finalmente la que elija el
pueblo de Andalucía, con su voz, con el derecho a decidir de todos y cada uno de los
individuos que habitan nuestra constreñida tierra. Para los andalucistas, como señaló Don
Blas, lo importante es el pueblo, nuestra gente.
No podemos instaurar un modelo republicano para que al final no venga "a ser otra cosa
que el nombre dado al triunfo de los políticos desplazados por Primo de Rivera. Volvieron
los políticos ex-monárquicos y los republicanos de igual animación e idénticos métodos.
Yo era -dijo Infante- republicano no al estilo de los políticos republicanos, unos teorizantes
con fundamentos científicos seleccionados de novelas francesas.
Yo era republicano en el sentido de creer que la República era el instrumento obstétrico de
la España auténtica, desvirtuada y tiranizada por dinastías extranjeras. Acaso con una
Andalucía con una España libre, regida por dinastías propias, yo no hubiera sido jamás
republicano.
A mi lo que me importa es la índole del Estado, no su nombre, y tanto me da que el tirano o
el advenedizo se llame Rey o Presidente".
Cuenta Blas Infante en La verdad sobre el complot de Tablada y el Estado Libre de
Andalucía que "El otro día me decía un obrero reaccionando contra el realismo primitivista
gubernamental: A mí me da igual que un guardia civil me pegue un tiro en nombre de la
Monarquía que de la República. Y el hambre, la terrible hambre jornalera, esta es más
amarga siendo republicana que monárquica, porque, además de ser hambre de pan, es
hambre de esperanzas defraudadas por la República".
Por ello no nos conformamos con el debate inerte y simplista de aquellas formaciones que
piden que se opte por un modelo o por otro. Los andalucistas exigimos conocer, debatir,
proponer y asentar el contenido que evite la frustración, una vez más, en la implantación
de un nuevo modelo de Estado.
Porque nuestros problemas, los de nuestras gentes, son otros. Problemas que tienen que
ver con la falta de empleo, con los recortes en sanidad y en la educación. Con la llegada de
la democracia y la conquista de la autonomía por parte del pueblo andaluz Andalucía tenía
un 26% de población en situación de pobreza moderada y un 11% en situación de pobreza
severa. El analfabetismo superaba el 15%.
Tras treinta años de esfuerzo de todos los andaluces y de todos los partidos que hemos
colaborado, gestionado e impulsado medidas
en esta tierra, estas situaciones se dieron por superadas con un falso modelo productivo
que no tenía base ni asentamiento de ningún tipo.
Los recortes en gasto social, justificados por la feroz crisis económica, nos llevan a que hoy
casi en tres de cada cuatro hogares andaluces se llegue con dificultad a final de mes.
3. Documentación Interna
Hemos retrocedido hasta el punto de que más del 40% de la población andaluza se
encuentra en el círculo de la pobreza, frente al 31,7% a nivel estatal, lo cual evidencia la
falta de modelo de desarrollo autonómico en estos treinta años, en parte por la situación
de desventaja en la que ha jugado Andalucía, que nunca ha sido corregida, y en parte
achacable al incompetente Gobierno de Andalucía en manos fundamentalmente del PSOE.
Más de 4.000 menores se beneficiaron este verano del reparto de desayunos, almuerzos y
meriendas en 57 escuelas de verano de toda Andalucía.
La debilidad de nuestro Gobierno autonómico está haciendo que en Educación las medidas
del Gobierno central tendentes a favorecer la educación segregada y a aumentar el gasto
público en los colegios privados, vayan encontrando hueco en Andalucía.
En Sanidad las nuevas alianzas público-privadas están poniendo contra las cuerdas el
modelo público y gratuito históricamente peleado. Todo ello ante la inactividad de una
Junta de Andalucía, de un Partido Socialista que se ve incapaz de reaccionar ante las
medidas regresivas del Estado.
Porque aunque se diga que en Andalucía las cosas se están haciendo de un modo distinto,
nada puede ocultar la degradación de la sociedad andaluza, la situación
extraordinariamente precaria de nuestros servicios públicos y la ausencia de un horizonte
esperanzador para todos los andaluces y andaluzas.
Así, los andalucistas nos ponemos en marcha durante este mes en la tarea de acercar el
discurso andalucista, el de Blas Infante, tan actual como hace casi 80 años, para denunciar
el letargo al que los poderes del Estado nos han sometido desde hace años. Para
evidenciar que nada ha cambiado y hacer reflexionar a los andaluces sobre la necesidad de
dar un cambio de rumbo para el futuro de nuestra tierra.