Jesús le dice a Nicodemo que nadie ha subido al cielo excepto el Hijo del hombre, que bajó del cielo y será levantado como Moisés levantó la serpiente en el desierto, para que todo aquel que crea en él tenga vida eterna. Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en él tenga vida eterna y no perezca, ya que Dios envió a su Hijo no para condenar al mundo, sino para que se salve por medio de él.