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La NFL y la libertad de expresión
1.
Enero
de
2017
La
NFL
y
la
libertad
de
expresión
Por:
Marcos
Pérez
Esquer
El
tan
apreciado
valor
de
la
libertad,
fundamental
para
occidente,
está
siendo
tiroteado.
Pongo
un
ejemplo.
En
los
Estados
Unidos,
el
país
de
la
libertad
por
antonomasia,
un
joven
jugador
de
futbol
americano,
Colin
Kaepernick,
mariscal
de
campo
de
los
49’s
de
San
Francisco,
ha
decidido
permanecer
sentado
o
con
una
rodilla
en
el
suelo
en
los
momentos
en
los
que
se
entona
el
himno
nacional
estadounidense
durante
el
inicio
de
los
juegos,
esto,
en
protesta
por
la
discriminación
racial
contra
la
comunidad
afroamericana
en
aquel
país;
el
deportista
ha
dicho:
“no
me
voy
a
poner
de
pie
para
mostrar
orgullo
de
una
bandera
de
un
país
que
oprime
a
los
negros
y
a
las
personas
de
color,
[…]
voy
a
seguir
estando
del
lado
de
la
gente
que
está
siendo
oprimida.
Para
mí,
esto
es
algo
que
tiene
que
cambiar.
Cuando
haya
un
cambio
significativo,
y
sienta
que
esa
bandera
representa
lo
que
se
supone
que
tiene
que
representar
y
este
país
represente
a
la
gente
de
la
manera
en
que
se
supone
debe
hacerlo,
entonces
me
pondré
de
pié”,
y
agrega
el
deportista
“Para
mí
esto
es
mas
importante
que
el
futbol”,
y
vaya
que
lo
es,
pero
llama
mucho
la
atención
la
desbordada
reacción
de
la
mayoría
de
los
estadounidenses
en
contra
de
Kaepernick;
se
ha
cuestionado
su
patriotismo,
se
le
ha
considerado
irrespetuoso
para
con
el
país,
y
hasta
para
con
las
fuerzas
armadas
(¡!);
muchos
aficionados
han
quemado
el
jersey
del
numero
7
de
San
Francisco;
las
redes
sociales
lo
han
lapidado
con
denostaciones
e
incluso
con
estridentes
insultos,
y
para
no
variar,
Donald
Trump,
en
su
infinita
insolencia,
le
ha
recomendado
buscarse
otro
país.
Para
muchos
ciudadanos
estadounidenses
poco
importa
el
fondo
del
asunto;
poco
importa
que
Kaepernick
y
los
otros
jugadores
que
lo
han
seguido
estén
diciendo
una
verdad
de
a
kilo;
de
lado
queda
el
hecho
de
que
la
comunidad
de
color
suela
ser
maltratada
por
sus
conciudadanos
y
frecuentemente
vapuleada
por
las
fuerzas
policiacas;
de
lado
queda
que
por
discriminación
suelan
ser
criminalizados
y
las
cárceles
estén
repletas
de
afroamericanos
que
en
muchos
casos
no
hicieron
mayor
mal
que
el
de
no
saber
defenderse
del
racismo
del
que
son
víctimas,
lo
que
importa
es
la
“falta
de
respeto”
a
la
bandera.
Afortunadamente
muchos
otros
ciudadanos
han
salido
en
defensa
de
Kaepernick
y
de
sus
libertades,
incluído
el
propio
Presidente
Obama
quien
ha
señalado
que
el
jóven
está
“ejerciendo
su
derecho
constitucional
de
comunicar
su
posición”,
pero
la
furibuda
reacción
pública
contra
la
protesta
pacífica
de
este
atleta
de
la
NFL
pone
de
manifiesto
la
precaria
condición
en
que
se
encuentra
aún
el
derecho
a
la
libertad
de
expresión,
incluso
en
un
país
en
el
que
se
le
supone
un
valor
cultural
primordial
y
hasta
fundacional.
Hoy
como
hace
siglos,
la
libertad
necesita
apologistas.
Todos
nosotros
necesitamos
de
la
libertad,
pero
también
por
lo
visto,
la
libertad
necesita
de
todos
nosotros.