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Que esperar de Trump
1. 14 de noviembre de 2016
¿QUÉ PODEMOS ESPERAR DE DONALD TRUMP?
Por: Marcos Pérez Esquer
Tras la victoria electoral de Donald Trump todos nos hemos preguntado ¿qué
motivó a tantos estadounidenses a votar por un tipo que es a todas luces misógino,
xenófobo, racista, clasista y fascista? Desde luego la respuesta no es nada sencilla,
pero creo que debemos empezar a ensayar respuestas y tratar de entender qué es
lo que está ocurriendo en el núcleo de las sociedades modernas.
Lo primero que salta a la vista es que –una vez mas-, tal como ocurrió con el brexit
y con el plebiscito por la paz en Colombia, la encuestas estuvieron lejos de revelar
la verdad de las intenciones de voto de los electores; las encuestadoras tienen un
gran reto ante esta nueva realidad de que ya no sirven para captar la opinión de los
ciudadanos. Pero mas allá de ese reto, creo que lo que está haciendo crecer el
llamado “voto oculto”, lo que está haciendo crecer la “tasa de no respuesta” y el
porcentaje de personas que engrosan el “no sabe/no contestó”, es el hecho de que
mucha gente no quiere revelar que votará por una opción que aparece como
políticamente incorrecta. En el caso del brexit, ciertamente era muy difícil que un
ciudadano común dijera públicamente que prefería que el Reino Unido se separara
de Europa. En el caso de la paz en Colombia, el asunto era aun peor, ¿cómo decir
públicamente, no a la paz? En el caso de los Estados Unidos, no fue muy diferente,
¿cómo decir que votarás por un candidato racista y misógino?
Sin embargo, a la hora de la hora, ese voto oculto, esas personas que no quisieron
responder encuestas ni revelar su intención de voto, salen a emitirlo y lo hacen por
las opciones anti-sistema, es decir, optan por aquello que contradiga lo que el
“establishment” defiende, se oponen a lo tradicional y a lo políticamente correcto,
porque creen que estas opciones no les han resuelto nada en la vida. Estos
ciudadanos se sienten marginados, ignorados y enojados. Lo que Trump hizo en su
campaña fue precisamente sacar a la luz las ideas y las conversaciones que por
años han estado presentes en privado dentro de muchísimos hogares
estadounidenses, y se trata de esas opiniones antiinmigrantes, racistas y
misóginas; expresiones estas que, aunque perviven en el pensamiento de tantos y
tantos ciudadanos, habían estado reprimidas o autocensuradas por ser
políticamente incorrectas. Cuando un loco desparpajado sale a decirlas
públicamente y en voz alta, muchos se identifican con esas sandeces pero no todos
lo admiten en público, sin embargo, sí salen a sufragar por esa opción
aprovechando la secrecía del voto.
Ahora bien, la siguiente gran pregunta es: ¿cómo se conducirá Trump en adelante,
ya como Presidente? Algunos sostienen que moderará su discurso de odio y se
conducirá con mayor formalidad. No hay loco que coma lumbre –dicen algunos-, no
es lo mismo ser el borracho que ser el cantinero –dicen otros-. Yo, un tanto mas
pesimista, creo que Trump tiene todos los incentivos para seguir adelante con el
estilo que lo llevó hasta donde está. Dentro de cuatro años intentará reelegirse y
2. necesitará de nuevo de ese voto anti-sistema. Para obtenerlo, para entonces tendrá
que haber dado muestras de que hablaba en serio cuando amenazaba con
deportaciones masivas, con cancelar el Tratado Transpacífico y modificar el
Tratado de Libre Comercio, con construir un muro fronterizo, con gravar las
remesas, etc. Creo que pronto empezaremos a ver decisiones estúpidas e
irracionales, pero que en el contexto de su populismo, resultan políticamente
redituables. Espero estar equivocado, pero a estas alturas, seguir analizando el
fenómeno Trump con los parámetros del análisis político y económico tradicional,
es no entender que esas claves ya no funcionan como antes y soslayar un
fenómeno socio-político que puede llevar a la civilización atrás sobre sus propios
pasos a un orden mundial donde campeen el enojo, el odio y la intolerancia.