Fligramma #9 revista del Círculo de Escritores Sabersinfin

FILIGRAMMA
REVISTA LITERARIA
N°9
Puebla, México. julio, 2021. Año 2. Número 9.

Revista Filigramma
2
E
scribir sobre nuestro mundo nos conduce a experimentar
la contingencia del hombre, renovando la pregunta sobre
la existencia. Imaginar, pensar y concebir la revista Fili-
gramma como un lugar para que el escritor vacíe el alma
en la mar del otro.
Crear, eternizar el tiempo y salvaguardarlo, es punto de partida
del escritor que centra su fuerza creativa en la palabra. Presto a
interpretar la realidad imposible, halla el embriagador argumento
de la belleza en todas sus formas posibles.
Somos peregrinos del tiempo, del tiempo huidizo y mutable, eter-
nizados en el hoy que descansa en la hoja blanca, pauta de la
memoria que da cuenta de los olvidos, metáfora que edifica la
morada del tiempo.
¿Quién podrá comprenderlo con el pensamiento, para rememo-
rarlo después? ¿Cómo contar lo que fue y lo que no es aún? La
posibilidad que tiene el Círculo de Escritores Sabersinfin de
sentir el tiempo es imprimiendo el alma en la revista Filigram-
ma. Presente, pasado y futuro se resumen en uno solo, en el
hondón de la memoria escrita.
Somos palabra; ella es nuestro cuerpo, nuestro espíritu, ella nos
pondera.
Círculo de Escritores Sabersinfin sabe que el lector nos cons-
tituye, es el tú como nuestro propio yo y vamos en su búsqueda,
en búsqueda de la palabra, de la semilla silenciosa, la semilla en
nosotros, la que nos construye. Basados en este fundamento es
que podemos construir Filigramma e invitar a nuestros lectores
a regresar a nosotros mismos para escuchar en silencio la fuerza
de la palabra.
Leticia Díaz Gama
Coordinadora del círculo de escritores sabersinfin
DIRECTORIO
Filigramma
Revista Literaria No. 9
Publicación trimestral
Director General
Sabersinfin.com
Abel Pérez Rojas
Coordinadora del Círculo
de Escritores Sabersinfin
Leticia Díaz Gama
Compilación
Olivia Sesma Rascón
Editor y Diseño
Luis Manuel Pimentel
Corrección
Juan Carlos Martínez Parra
Colaboradores
Lilia Rivera Corcoran
Armando Bañuelos Romero
Macedonio Vidal
Verónica Yamell Mendoza
luis Manuel Pimentel
Enrique Canchola Martínez
Sarahí Jarquín Ortega
Francisco Javier Estrada
Sergio García Díaz
Bhakti Bimal Srauti Maharah
Leticia Díaz Gama
Abel Pérez Rojas
Luz Gabriela Balcázar
Jorge A. Rodríguez y Morgado
Nicholas Gutiérrez Pulido
Azril Bacal
Escritor invitado
Carlos Gray
Obra artística y portada
Patricia Lucía Abrego Cuervo
Editorial
sabersinfincom
Cultura Puebla.sabersinfin.com
Círculo de Escritores Sabersinfin.com Puebla
Sabersinfin
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Julio, 2021. N° 9
3
Índice
Editorial
2 |Leticia Díaz Gama
artículos
4 | Shakespeare, Shylock y el séptimo
arte
Lilia Rivera
6 | ¿Dónde me colocan mis pensamientos?
cuentos
17| Amor en el Jardín del Edén
galería
13 | Patricia Lucía Abrego Cuervo
género
híbrido
20 | Pensamiento luminoso y oscuro
Leticia Díaz Gama
poesía
21 | “–Y sin respuesta alguna—”
(El Monje Hereje)
22 | Dos poemas de
V. Yamel Mendoza
24 | Tres poemas de
Azril Bacal
23 | Destino
Macedonio Vidal
Escritor
invitado
7 | Modelo de democracia a la mexicana
9 | Los poetas malditos (Primera parte)
Dr. Armando Bañuelos Romero
10 | ¿Por qué al cerebro le resulta más fácil
aprender que olvidar?
19| Agente encubierto (Primera parte)
23 | Dos hiperbreves
Abel Pérez Rojas
24 | Elegía
25 | Tres poemas de
Bhakti Bimal Srauti Maharaj
(El Bardo Peregrino)
25 | El corazón de un animal impuro
26 | Carlos Gray
12| Espejo: símbolo de la conciencia
El contenido y la forma de los textos son
responsabilidad del autor. La dirección
de Sabersinfin da cabida a las múltiples
formas de expresión.

Revista Filigramma
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artículos
Shakespeare, Shylock y el séptimo arte

Lilia Rivera
R
eferirse a Shakespeare, es hacerlo
en relación a uno de los más grandes
dramaturgos que hayan existido. Es
tocar el alma humana, en sus más
altos estándares y de igual forma, en
sus más bajas pasiones.

Es vislumbrar tanto la proyección individual y
personal como lo universal. Lo temporal, recu-
bierto de intemporalidad. Representando esto,
uno de los grandes méritos de la obra de Wi-
lliam Shakespeare.
Encontrarse en un teatro, en cualquier parte de
este mundo, presenciando conjuntamente el
arte de la creación teatral, y su recreación, por
una compañía de actores, quienes, con segu-
ridad en su mayoría, anhelan interpretar estos
grandes clásicos.
Autora: Patricia Lucía Abrego Cuervo
Título: Agua de Sandía
Técnica: Acrílico / Pincel sobre loneta
Dimensión: 50 x 70 cm
“If you prick us, do we not bleed?” (act3, scene 1)

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Presenciar los diálogos, el vestuario, la esceno-
grafía, y sobre todo la secuencia de la obra, y
su interpretación por los actores, resulta en un
verdadero deleite para el espectador, amante
del sumo arte teatral.
Cito: “todo espacio teatral; es espacio vital”.
Definía el dramaturgo mexicano, Héctor Azar;
así es.
La cinematografía ha tenido el acierto de difun-
dir algunas de las grandes obras de la literatura
y del teatro de todos los tiempos. Contribuyen-
do a darlas a conocer a un mayor número de
personas.
Es el caso de “El Mercader de Venecia,” llevado
a la pantalla, con un reparto de excelentes ac-
tores, entre los que se hayan: Al Pacino, Jeremy
Irons y Joseph Fiennes.
En dicha obra, la discriminación, la posición, el
dinero, la avaricia y la venganza, resultan los
elementos principales con los que el “bardo,”
como se designa a Shakespeare en Inglaterra;
su suelo natal, emplea con maestría para crear
esta tragicomedia.
Basada en un texto de Giovanni Fiorentino, el
excelso dramaturgo, crea una historia en don-
de el drama y las pasiones se entretejen para
lograr escenas que conllevan fuertes diálogos
plenos de la belleza del lenguaje, sello distintivo
de Shakespeare.
Shylock, un prestamista judío, que vive en el
ghetto de la ciudad de Venecia, en donde sus
habitantes, son encerrados bajo llave a de-
terminada hora. Es continuamente humillado
y maltratado en público por un rico mercader,
dueño de naves comerciales de nombre Anto-
nio. Éste mantiene estrecha amistad con Bassa-
nio, un hombre más joven, quién enamorado de
la agraciada Porcia, desea conquistarla. Sucede
que ella es una rica heredera, y vive en una
isla, en la cual, recibe con frecuencia, eminen-
tes y ricos pretendientes de diferentes puntos
geográficos, que llegan con el afán de conquis-
tarla.
Su desaparecido padre, con agudeza diseñó una
especie de acertijo, en el cual, el pretendiente,
debe escoger una, entre tres cajas. Y aquel que
elija la correcta, encontrando en ella el retrato
de Porcia, tendrá la suerte de desposarla.
“Hanging and wiving, goes by destiny.” (Act. 2,
scene 9)
Bassanio, no es rico, y deseando presentarse
frente a su amada, de forma digna para compe-
tir con los acaudalados pretendientes, le pide a
Antonio una considerable suma de dinero para
poder hacerlo así. De momento no la tiene, por-
que espera el arribo de sus barcos, que le porta-
rán buenas ganancias. Le aconseja a Bassanio,
que en su nombre vaya con Shylock, y le solicite
el dinero, quedando él en garantía.
Shylock acepta, pero con la condición de que, si
no le es entregado de vuelta su dinero más sus
intereses, en el tiempo estipulado, entonces él
tendrá el derecho de cobrarse con -una onza de
carne- del propio Antonio. Resultando así, que
el azar, lo coloca en posición de vengarse de
quien con feroz discriminación de continuo lo ha
menospreciado.
La trama posee sorpresivas vueltas para quien
la lee o la ve por primera vez; por supuesto,
manteniéndolo con vivo interés en su resolu-
ción.
La hermosa y especial ciudad de Venecia es el
marco de la obra. Lugar ya de por sí, lleno de
altibajos políticos, traiciones, ambiciones y le-
yendas, dentro de la República Veneciana y sus
Dogos.
El llamado “Séptimo Arte,” posee la ventaja y
los recursos de desplazarse a escenarios natu-
rales y reflejarlos plenamente. Y en este caso,
enriquecido por las excelentes actuaciones de
Al Pacino, como Shylock. Irons, en el papel de
Antonio, y Fiennes, como Bassanio.
Un deleite visual, conjuntado a un gran deleite
actoral, transporta al auditorio a disfrutar de una
de las mejores tragicomedias jamás escrita.

Revista Filigramma
6
L
o que nos distingue del resto de los seres
vivos es la conducta que manifestamos,
pues ésta es el efecto de nuestros pen-
samientos, pero sí el contenido de estos
no es analizado quedamos en desventaja
ante el anhelo de experimentar nuevas y dife-
rentes experiencias.
Los avances tecnológicos han mejorado la cali-
dad de nuestras vidas, pero para esto, como en
todo método científico, el ensayo y error, es el
medio para concretar objetivos por los cuales
han valido la pena invertir energía y dedicación.
Sobre todo estar convencido de que una vez al-
canzado el objetivo, beneficie a la humanidad.
A la par de dejar abierta la posibilidad a otros
para mejorarlo.
En cada individuo hay ese rasgo divergente que
genera pensamientos propios, y enfrentan un
proceso de razonamiento, renovando las formas
de percibir la realidad, actualizando sus patro-
nes de conducta.
Es inevitable cuestionar en qué lugar hasta aho-
ra nos han colocado nuestros pensamientos,
entendiendo esto como el efecto de lo que vivi-
mos. Generalmente expresamos inconformidad
y queja por cómo vivimos. La excesiva carga de
actividades y la rapidez con la que todo debe
hacerse, el tiempo que nos queda lo empleamos
para evadirnos, así que la frase de estoy pen-
sando, queda reducida a un modismo. Ya que la
acción de ordenar ideas y sentimientos cuando
estos no se han asimilado, nos dejan viviendo
espontáneamente. Lo que recibamos del exte-
rior será nuestra reacción.
Sí comprendemos cada experiencia, entonces
ocuparemos el lugar que conscientemente ele-
giremos para interactuar con nuestro entorno. Y
ese inmenso mar de ideas serán adecuadamen-
te seleccionadas para la resolución de proble-
mas o situaciones.
Pensar no es suficiente, hay que comprender lo
que nos sucede para construir una ideología, la
interpretación objetiva de cada experiencia vivi-
da, pasada por nuestro propio juicio crítico, evi-
tando así artilugios del mismo sistema de pen-
samiento que se aferra a permanecer al mando
como dictador en decadencia siendo un lastre
para la naturaleza de la evolución mental.
Inevitablemente algún día dejaremos este esta-
do material, nada quedará de nuestro cuerpo fí-
sico, pero sí somos optimistas las personas más
cercanas darán testimonio de que estuvimos
vivos, pero ¿qué recuerdos dejaremos? ¿cuál
será el valor agregado a nuestras vidas? ¿qué
sucederá cuando las personas que convivieron
con nosotros dejen este plano de existencia?
Entonces, ya no habrá evidencia de nosotros y
la coloquial frase de la cuna a la tumba será un
epitafio.
Sí, hoy estamos vivos, escudriñemos cuál será
la evidencia de que sentiste el amor, el placer,
de haber disfrutado de sabores y olores, como
también de haber llorado y reído. ¿Cómo reco-
nocer que en algún momento el miedo y la cul-
pa fueron contrincantes? y ¿qué la duda fue la
barca para atravesar el extenso océano de tu
mente? Cualquiera de estas opciones será la
correcta, esto de acuerdo al anhelo de tus obje-
tivos, intrínsecos al grado de amor que hay en
ti.
Recuerda que si hoy disfrutas de lo sencillo que
es transportarse, alimentarse, comunicarse fue
por personas que aportaron sus ideas. Si has
compartido alguna reflexión en tus redes socia-
les, o quizá en alguna conversación la expresas-
te por la razón que fuere, esas frases con la que
te identificas, o bien te invitaron por un momen-
to a reflexionar, las crearon hombres y mujeres
libres que cuestionaron todo lo que se les ha-
bía enseñado, compartido y que ofrecieron sus
tesis para que generaciones posteriores deba-
tieran con el objeto de que cada uno obtenga
su verdad, como resultado de una exhaustiva
auditoría al que organiza, clasifica, compara y
emite la orden para que sea ejecutado a través
de conductas.
Por tanto, el lugar en que en este momento es-
tás emocional, física y mentalmente, es la con-
secuencia de tus creencias y pensamientos.
¿Dónde me colocan mis pensamientos?

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E
l 6 de junio, salimos a votar más de
48 millones de mexicanos, lo que re-
presenta el 52 % del padrón electoral.
Aristóteles decía: “los pobres, que son
la mayoría, suman más poder que los
ricos… como resultado de la libertad, en la de-
mocracia cada cual vive como quiere. Se con-
trasta esta libertad con la carencia que padece
Modelo de democracia a la mexicana
el esclavo, que no puede vivir como quiere…,
proviene el deseo de no ser gobernado por na-
die y la aceptación de una especie de mal menor
o sustituto: el gobierno por turno”. Entiendo que
si la elección democrática es por el pueblo, re-
presentado por los necesitados, ésta no es una
verdadera democracia. De alguna manera que-
ría comprobar esta afirmación. Para eso habría
Título: Ajolotl

Revista Filigramma
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que estar más de cerca en estos comicios y de-
cidí participar como funcionaria en una casilla
del distrito 16.
Me tocó estar en una casilla básica. Ocupamos
la cancha de la escuela rural “Redención” de la
ranchería de Corral de Piedra. Hace unos días
hubo un robo de boletas, desaparecieron dos,
por lo que tenemos la indicación de tener cuida-
do. Posiblemente algún partido intente hacer el
famoso carrusel.
A una representante del partido del Tucán la
quiere sacar la presidenta porque trae su nom-
bramiento, pero no aparece en sus listas que le
ha dado el OPLE. Otra representante dice que
ese mismo caso se está dando en la mayoría de
casillas. También comentan que han fotografia-
do mapaches, es decir a quién pretende vender
y comprar el voto.
Mis compañeras son un grupo de jovencitas api-
ñadas en una pequeña mesa, a un costado los
representantes de partido guardan “su sana dis-
tancia”, y frente a ellos el cubículo para votar,
seguido inmediatamente de las urnas, en donde
se depositan los votos.
Al levantar la vista miro que en la casilla “con-
tigua”, un individuo llega con dos personas;
uno es discapacitado y la otra una señora de la
tercera edad. El sujeto se introduce en ambos
cubículos indicando donde tienen que votar. Le
hago señas a la presidenta que le avise a la otra
presidenta, pero ignora mi petición.
Posteriormente llega un señor apresurando a
otro, muy mayor, con una urostomía que se de-
lata porque cuelga a un costado su bolsa de ori-
na, y aunque se apoya con un bastón le cuesta
trabajo caminar. El joven que lo acompaña casi
le hace todo; marcar y doblar las boletas. Lo
jala, tiene prisa en ir por más gente. Llega otro
hombre y pregunta ¿Cómo le hago para anular
el voto?
Pienso en que antes de las 10:00 hrs se han
presentado a votar personas mayores, discapa-
citados y algunas personas con algún tipo de
problema.
La presidenta va constantemente al baño y nos
deja al cargo en sus ausencias. A la secretaria, a
cada rato le traen a su bebé para amamantarla
y cuando está “ocupada” se retira un poco y nos
da la espalda.
Un señor con huaraches tiene media hora den-
tro del cubículo. Me imagino que le es difícil de-
cidir aún por quién votar. Es mediodía y se escu-
cha música proveniente de la iglesia. Al rato una
voz: “se les comunica a la comisión de aguas
que la reunión será en casa del señor Juan Ar-
menta”.
Pasan de las 14:00 hrs y empiezan a llegar jó-
venes a sufragar su voto, me parece raro. A los
demás les es “normal”.
Llega a votar una señora enfundada en un ves-
tido de noche color magenta y con mucha pe-
drería en la parte de arriba. Parece haber salido
de una fiesta.
La modorra comienza a hacer estragos y pasa
una peregrinación a un costado, rezan: “Obe-
deceremos todo lo que manda el Señor…” “Esta
es la sangre de la alianza conforme a lo que han
oído…”, “Lectura de los hebreos…”
Entre los rezos a lo lejos, la presidenta mencio-
na el nombre de los votantes:
Armenta Martínez Nancy Yarely 136
Castillo Solís Verónica 246
Carrasco Lara Irma 244
Arellano Serena Eleuteria 19
Hay observadores fuera de la escuela. No han
tenido oportunidad de captar lo que yo he visto.
Llega la hora de contar los votos y se vacía la
urna de Ayuntamiento. Es la primera vez en la
historia que aparecen 14 partidos y también es
la primera vez en la historia que hay demasia-
dos votos nulos (3.4 % en proporción nacional).
Tal vez el pueblo obedece a la matrix; su matrix
es la necesidad de comer y trabajar. A veces me
desagrada pensar que somos manipulados por
algo…

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9
Los poetas malditos (Primera Parte)
Dr. Armando Bañuelos Romero
E
l término de Poetas Malditos se utiliza
para designar a una generación de ar-
tistas de origen francés que en el S.XIX
realizaron una verdadera revolución en
el estilo conceptual de escribir caracteri-
zado por un aire gótico y altamente destructivo,
alojado en el Romanticismo de aquella época,
presente en los poetas contemporáneos además
ha dado lugar a diversas corrientes en los gé-
neros literarios. Es una poesía de gran belleza,
creadora de entornos sugestivos y provocado-
res. Su estilo, extremadamente ajeno a la lógica
y la razón, los rodeó de una mala fama propi-
ciada a su vez por la conducta bochornosa de
los escritores y poetas en la sociedad puritana
y clasista de aquella época. Se mantienen aisla-
dos socialmente de la escena pública y oficial de
la sociedad francesa y sufriendo la enfermedad
y el abandono. Embebidos en la drogadicción, el
juego y las mujeres, los Poetas Malditos hicie-
ron de este mundo el escenario ideal para sus
grandes obras.
Asomarse a la situación social, política y eco-
nómica de la Francia de Napoleón es necesa-
rio para comprender la incubación de esta re-
volución de estilo literario.El general Napoleón
I Bonaparte (15 de agosto de 1769, Córcega
Francia, 5 de mayo de 1821 en la isla de Santa
Elena, gobernó Francia en los siglos XVIII y XIX
en Inglaterra) que conquistó y controló casi toda
Europa occidental gracias a ser un gran estrate-
ga militar, y de sus alianzas políticas. Después
de una década de grandes victorias y haberse
proclamado el rey de los franceses y establecer
su propio código civil (el Código Napoleónico o
Código Civil Francés). Napoleón fue derrotado
finalmente por la Séptima Coalición en la Batalla
de Waterloo (18 de junio de 1815, en Bélgica).
Pocos días después fue exiliado a la isla de San-
ta Elena, donde murió seis años más tarde.
Napoleón II (París, 20 de marzo de 1811 - Vie-
na, 22 de julio de 1832), fue hijo de Napoleón
I y de la emperatriz María Luisa de Austria.
Nunca llegó a reinar; al nacer lo llamaron Rey
de Roma y se le conoció también como “El
Aguilucho” (l’Aiglon), apodo que le dio Víctor
Hugo en un poema en su honor, y que retomó
Edmond Rostand en la obra teatral L’Aiglon.
A la sazón, el estilo de la poesía predominante
es el Romanticismo, una rama de la literatura
que se desarrolló a finales del siglo XVIII y for-
mó parte del movimiento estético, artístico y fi-
losófico. La literatura del romanticismo fue una
corriente literaria que se originó en Alemania y
luego se extendió al resto de Europa y Améri-
ca hasta finales del siglo XIX. La literatura del
romanticismo se opuso a los planteamientos ra-
cionalistas, así como, al capitalismo y a los este-
reotipos del clasicismo. Con la instauración del
régimen autoritario de Napoleón III (el Segundo
Imperio), se diluyen los ideales de la segunda
generación romántica. Se extiende el escepti-
cismo y el desengaño entre los escritores; ago-
nizando el concepto de que la literatura tiene la
función social de contribuir a una sociedad más
justa. Víctor Hugo, desde el exilio, en 1853
publica “Los castigos”, libro de poemas donde
denuncia el régimen napoleónico y exalta los
derechos humanos. La novela realista, y su
derivación, la novela naturalista, se extiende
hasta finales del S.XIX. El Romanticismo hace
énfasis en la emoción del individualismo que
glorifica el pasado y la naturaleza, tiende hacia
lo medieval más que hacia lo clásico; el movi-
miento romanesco surge en Alemania, sin em-
bargo, fueron los autores anglosajones los más
prolíficos y célebres durante este periodo. La
novela realista, iniciada por Balzac y Stendhal
en la época de plena vigencia del Romanticismo,
se consolida en 1857, con la publicación de Ma-
dame Bovary, de Flaubert, que en 1869 edita
La educación sentimental. El estilo abando-
na los excesos retóricos del Romanticismo y se
hace sencillo y directo; la temática sentimental
se torna en asuntos derivados de la mentalidad
burguesa (las relaciones sociales, el poder, el
dinero…); los héroes dejan paso a las personas
corrientes y representativas de la vida contem-
poránea; los ambientes exóticos y medievales,
al mundo del día a día. Son argumentos verosí-
miles, y así, la novela realista aspira a reflejar
los problemas sociales e ideológicos de la época
con tintes psicológicos. (Continuará)

Revista Filigramma
10
¿Por qué al cerebro le resulta más fácil
aprender que olvidar?
Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa
Ciudad de México
Título: El beso
E
l cerebro humano es el órgano más
enigmático que existe en el universo,
cuyo funcionamiento se escapa aún a
nuestro conocimiento y comprensión,
se dice que funciona como una máqui-
na de computación muy compleja, pues contie-
ne 100 000 millones (10 a la 11) de neuronas
y cada neurona se interconecta con otras 100
000, lo que implica que hay aproximadamente
unas (10 a la 15) sinapsis (1, 2) formando 1000
millones de conexiones por cada milímetro cú-
bico de corteza cerebral. Funciona de manera

Julio, 2021. N° 9
11
paralela, es tolerante a fallas y es energética-
mente muy eficiente, por lo cual supera fácil-
mente a las computadoras modernas en todo su
aspecto funcional, ya que realiza tareas comple-
jas y no estructuradas, como el reconocimiento
de patrones, el control de actividad motora y la
integración multisensorial, que permite la cons-
trucción de unos 60,000 pensamientos al día y
la codificación de la memoria y de la inteligencia
que se manifiestan en nuestra conducta (3).
Sin embargo, aún existen retos muy importan-
tes por conocer, entre ellos, cómo se codifican
los aprendizajes y los recuerdos, y como se ol-
vidan, y como se dan las funciones sinápticas
básicas para establecer la plasticidad a corto
plazo, plasticidad a largo plazo y la plasticidad
dependiente del tiempo y la experiencia, que
son fundamentales para aprender y posible-
mente también para olvidar.
Con respecto a cómo se genera el proceso de
aprendizaje del cerebro humano y particular-
mente el aprendizaje asociativo, que es esen-
cialmente importante para la adaptabilidad de
un individuo.
El experimento de aprendizaje asociativo más
conocido que nos podría dar la respuesta es el
experimento del perro de Ivan Petrovich Pa-
vlov (1849-1936), que afirma que el estímulo
condicionado (timbre de campana) solo puede
desencadenar la respuesta incondicionada (sa-
livación del perro), después de que el perro se
haya sometido a sesiones de entrenamiento de
repetición que incorporen el estímulo condicio-
nado y estímulo incondicionado.
Además, recientemente se ha propuesto que
en el proceso de aprendizaje participan even-
tos senso-perceptuales, motores y moleculares
que inducen memoria y otros que no la inducen.
Al parecer, dependiendo del voltaje que gene-
re el estímulo senso-perceptual en el cerebro y
dependiendo de la magnitud del estímulo, las
sinapsis funcionarán de tres formas diferentes:
como interruptor de voltaje, como conductor o
como amplificador (4), de ahí que la intensidad
de relación entre objeto, evento y sujeto sean
importantes.
Con respecto a por qué al cerebro le resulta más
fácil aprender que desaprender u olvidar, podría
estar íntimamente relacionado con la plasticidad
sináptica inducida constantemente por la recu-
rrencia de los recuerdos negativos que deter-
mina nuestro cerebro, ya que se ha propuesto
que de los 60,000 pensamientos que tenemos
al día el 94% se repiten y el 80% de ellos son
negativos. Los recuerdos negativos son difíci-
les de desterrar, porque están generados por
los prejuicios y los sesgos de todo tipo que se
establecen tanto en la conciencia como en la
inconciencia.
Finalmente, es importante considerar que lo que
no podemos olvidar reincide constantemente en
nuestro cerebro, y como un gusano mnémico
socaba constantemente al cerebro y a nuestra
conciencia, ya sea el recuerdo positivo o negati-
vo, con su correspondiente cortejo neuroquími-
co, y más aún si se trata de los conocimientos
que nos han costado mucho trabajo en adqui-
rirlos (5).
Lecturas
1.-Drachman DA. Do we have brain to spare? Neu-
rology. 2005;64:2004–2005. doi: 10.1212/01.
WNL.0000166914.38327.BB. - DOI - PubMed
2.- Ji, X., Paulsen, B.D., Chik, G.K.K. et al. Mimicking asso-
ciative learning using an ion-trapping non-volatile synaptic
organic electrochemical transistor. Nat Commun 12, 2480
(2021). https://doi.org/10.1038/s41467-021-22680-5
3.-https://www.laregion.es/articulo/salud/cerebro-tra-
baja-siempre-y-procesa-dia-60-000-pensamien-
tos/20150818140247562514.html
4.-Markram H. The blue brain project. Nat. Rev. Neurosci.
2006;7:153–160. doi: 10.1038/nrn1848. - DOI - PubMed
5.-Machens CK. Building the human brain. Science.
2012;338:1156–1157. doi: 10.1126/science.1231865. -
DOI - PubMed

Publicidad
Espejo: símbolo de la conciencia
Desde que el hombre observó por primera vez
su propio reflejo hemos estado fascinados por
las superficies que proyectan nuestra propia
imagen. Aunque para nosotros el espejo es tan
sólo un objeto de uso corriente en nuestra vida
diaria, para nuestros antepasados tenía una
finalidad religiosa y mágica, y se utilizaba de
muy diversas formas.
Se sabe que el espejo es un sistema óptico
constituido por una superficie pulimentada, en
la que se reflejan los rayos luminosos. Cuanto
más pulido o menos poro tenga dicha superfi-
cie, más nítida es la imagen reflejada.
Las primeras formas de espejo no eran más
que vasijas en las que se recogía agua y se ob-
servaba el reflejo. Los primeros espejos fueron
de metal y en algunos casos de rocas y ellos
fueron muy usados en las civilizaciones egipcia,
griega, etrusca y romana. Ya en la Biblia en el
Éxodo (38:7-9) se mencionan. Es probable que
los primeros espejos de cristal fueran los fabri-
cados por los romanos.
Se ha dicho del espejo que es símbolo de la
imaginación o de la conciencia, ya que tiene la
capacidad de reproducir los reflejos del mundo
visible en su realidad formal. Algunos autores
lo han relacionado con el pensamiento, pues
es en el vehículo mental donde se produce la
auto contemplación y reflejo del Universo. Es
en este sentido en el que el espejo se relaciona
con el simbolismo del agua reflejante y el mito
de Narciso.
El espejo aparece con frecuencia en leyendas y
cuentos, convertido en mágico, reflejando úni-
camente lo que ve, sin las máscaras que nos
ponemos para protegernos, además de que es
capaz de proyectar imágenes que ocurrieron en
el pasado o que ocurrirán en el futuro, o sim-
plemente ver en el presente lo que está suce-
diendo en otros lugares.
A lo largo de la historia el espejo ha sido uti-
lizado para observar el futuro, responder pre-
guntas, resolver problemas, encontrar objetos
perdidos y personas, e identificar o encontrar
delincuentes y ver, mediante cierta técnica,
nuestras vidas pasadas.
En la antigüedad, además de relacionar al es-
pejo con el agua, también lo hacían con la Luna,
por su condición reflejante y pasiva, pues re-
cibe las imágenes como la Luna la luz solar.
Dicen nuestros antepasados que los mejores
espejos son los que se realizan con plata, me-
tal consagrado a la Luna y del que los antiguos
creían que era producido por los propios rayos
de ésta.
Aunque pocas veces nos detenemos a pensar
en la importancia que tienen los espejos en los
más diversos aspectos de nuestra vida coti-
diana, no nos podemos imaginar cómo serían
nuestras vidas sin ellos, puesto que son una
herramienta mucho más importante de lo que
creemos, ya que los espejos se han utilizado
con innumerables propósitos, desde visualizar
nuestra propia reflexión hasta la decoración u
ornato, además de dar seguridad, entreteni-
miento y muchísimos instrumentos científicos
de gran importancia.
Título: Aullido

Julio, 2021. N° 9
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galería
Patricia Lucía Abrego Cuervo
Abogada y maestra en Literatura Mexicana por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
(BUAP). Socia activa de la Unión de Artes Plásticas de Puebla A. C. “Barrio del Artista”. Pintora
artística y maestra dedicada cien por ciento al arte, impartiendo clases de dibujo y pintura, así
como talleres de cuento infantil.

Revista Filigramma
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Título: Homenaje a Arrieta

Título: transfiguración
Técnica: Óleo / Pincel sobre madera
Título: Río de lobos

Julio, 2021. N° 9
17
“
Estoy enfermo del mal del abandono”,
me dijo y casi de inmediato guardó si-
lencio. En su jadeo pude entrever el es-
tado de gravedad en el que se encontra-
ba aquel hombre extraño, de caminar
taciturno, siempre indiferente para con los de-
más. Ahora es una piltrafa. Sus ojos hundidos
en cuencas oscuras mostraban un agotamiento
atroz y las manos ya decrépitas con movimien-
tos involuntarios, se aferraban a la mugrienta
sábana que lo cubría.
El médico había dejado en el mueble, junto
a su cama, varios frascos con medicamentos
que, por su apariencia deduje que no habían
sido utilizados. “El mal del abandono” -pen-
sé reflexivamente-. Estaba frente a un hom-
bre derrotado que moría, y eso me causaba
un profundo estremecimiento. Ante este tipo
de circunstancias los sentimientos afloran en
emociones incontroladas. Las ideas e impulsos
de mi mente, por lo pronto buscaron acción y
mis manos asieron su vencido cuerpo para sa-
cudirlo. Estaba exánime. Más tarde, después
de ayudar con los asuntos legales asociados
al fallecimiento y los arreglos de la cremación,
llevé las cenizas de mi amigo a casa, sin saber
de momento, dónde depositarlas.
Él era un hombre solitario, sus actividades
de asesor de negocios en la compañía donde
lo conocí, justificaban la mínima relación amis-
tosa con un grupo de compañeros, quienes
compasivos, soportaban en muchas ocasiones
su malhumorado carácter. La personalidad de
mi amigo, huraña a las relaciones afectivas,
realmente lo habían marcado. “Diez años de
caminar juntos no fueron suficientes para co-
nocerlo” -pensé tristemente-. Mi insistencia
para entablar una buena relación amistosa se
fortaleció tal vez, porque advirtió mi genuino
interés por su soledad. Aquella desconfianza,
esa reserva ante los demás, no nos permitió
intimar mucho. Vivía solo, su salud y apariencia
personal, a veces descuidada, lo demostraba;
sin embargo, por comentarios en voz baja de
algunos compañeros, supe que había tenido al-
guna relación con mujeres de la empresa, pero
con ninguna se comprometió.
Había ocasiones que, después de hablar sobre
asuntos del trabajo y beber algunas cervezas,
me miraba con profunda tristeza tratando de
decirme algo. Intuí en su persona, una defensa
invadida de temor de ser descubierto en el aban-
dono que sentía y terminaba levantándose de la
mesa para marcharse sin ninguna explicación.
Mi deseo para entablar una buena relación fue
rechazado insistentemente, hasta que llegué a
comprender su estatus de animal solitario.
Finalmente ahí estábamos. Yo preguntando y
él, en la urna de cenizas ya reducido a la mudez
sin escapatoria. Mis interrogantes sin respuesta
para conocer más de su vida se fueron apagan-
do en esa noche de sombras densas, con mi
mente y cuerpo agotados.
Lo que sucedió después no puedo explicarlo
¿Fue un sueño? ¿Fueron las calladas respuestas
de un muerto? No lo sé.
“Su caminar taciturno acompañaban mis pa-
sos. La luz de la soleada mañana se entremetía
alegremente a través de la tupida vegetación
otorgando un cobrizo color al sendero sinuoso
que nos conducía hacía un lugar desconocido. A
cada paso tenía la impresión de caminar, pero
sin obtener avance alguno. Los paisajes cam-
biantes, cada vez más asombrosos de una be-
lleza inusual, me daban ánimo para continuar y
llegar a un lugar evidentemente desconocido.
Así fue. De pronto, una luz cálida sumamente
brillante, acompañada de sonidos combinados
de notas sublimes y contrastes de adagios do-
lorosos nos detuvo, y aquel sendero se bifurcó
desde un centro luminoso en tres opuestos. Por
cuentos
Amor en el Jardín del Edén

Revista Filigramma
18
un lado una oscuridad tenebrosa, en cuyo seno,
corrientes de aire turbulentas movían las aguas
de un río y hundían pequeñas embarcaciones
que circulaban sin rumbo. Por el otro lado, un
camino que prometía vida y seguridad, se en-
sombrecía y resaltaba después del retumbo de
truenos y ráfagas de luz cegadora. Más allá, in-
mensas llamas y alaridos desesperados, risota-
das de lujuria y terror llegaban a nuestros oídos.
Como si anticipadamente hubiésemos acordado
una suerte de comunicación sin palabras. Se-
guimos de frente y de repente como salido de
la nada, se manifestó un ser alado deslumbrán-
donos cual sol de primavera y con un gesto de
autorización abrió una puerta ante nosotros…
un paisaje de indescriptible belleza hizo su apa-
rición: fértiles valles regados por ríos, remansos
de aguas cristalinas, distintas tonalidades de
verdes en árboles, con frutos nunca antes vis-
tos, y mecidos por un viento cálido que dejaba
a su paso aromas exquisitos, al mismo tiempo
con cambios inauditos se presentaba un cie-
lo tachonado de estrellas o una luna llena des-
prendiendo hilos de plata que transformaban el
verde paisaje en nácar de luces iridiscentes. Un
paraíso inimaginable estaba frente a nuestros
ojos “¿Un paraíso? ¡Sí, pensé! ¡Estamos en el
paraíso. ¡Eso era el paraíso!”
Aún en estado de trance, sueño, o lo que fuera
que haya sido, la cordura de mi mente alegó ex-
travío y asombro. El embeleso ante aquel lugar
me hizo pronunciar palabras de interrogación a
mi compañero y al no obtener respuestas, mis
ojos buscaron su presencia: ¡Había desapareci-
do! Extenuada grité su nombre recibiendo como
respuesta sólo el silencio. Seguí caminando por
el sendero y así arribé a la sombra de un gran
árbol, de sus ramas pendían frutos deliciosos, y
la lógica ansiedad despertó mi apetito. A punto
de alcanzar un fruto, surgió siniestra, una cria-
tura horrenda, mitad serpiente, mitad mujer.
Colgando de las ramas emitía, tan tétrica carca-
jada, que inmovilizó mis sentidos. En ese estado
pude observar, a su sombra, la figura grotesca
de un hombre con dos cabezas. Una de ellas con
larga cabellera me hizo comprender que era una
mujer forcejeando por desprenderse del torso
del hombre, que al parecer, dominaba su cuer-
po. Ante aquella semejante visión comprendí
entonces, que era testigo de un drama recorda-
do por la humanidad. El destino del Adán aban-
donado por una mujer que no quiso ser subyu-
gada y que no permitió estar bajo la supremacía
del varón. Se trataba de liberar. ¿Eran Adán y
Eva? No. No eran, era un hombre con la cara de
mi amigo que intentaba someter a la mujer. No
era esa pareja amorosa, quienes juntos, deci-
dieron conocer el bienaventurado saber del bien
y del mal, en el fruto prohibido. Aquellos que por
desobediencia fueron arrojados del Paraíso. Era
la parodia cruel del hombre posesivo que, en su
extraviado pensar, de no perder una compañía
quiso someter a la mujer. El desgarramiento del
hombre, para extraer de sus entrañas, la mal-
sana conducta creada en la dualidad del bien y
el mal. Recordé aquella leyenda hebrea de la
primera Eva, Lilith, que se revela a los designios
divinos, demonio rebelde hecho de inmundicia
y sedimentos en lugar de “polvo puro” y que
luchaba por su individualidad en resistencia y
voluntad propia. Aquella primera mujer que ce-
dió a generaciones futuras la idea de la erradi-
cación de preceptos que esclavizaron la libertad
de la mujer para ser una compañera, disfrutar
sin distinción de género de lo bueno, lo bello y
lograr la realización personal. La idea del amor
sobre el bien querer, de aquella actitud de dar
y recibir que no cumplía el significado del amor
divino al crear a un hombre y a una mujer for-
mando un solo ser fracasaba por egoísmo. La
dominación del más fuerte era rechazada por
una mujer y se cumplía la ley del libre albedrío.
La luz del amanecer acabó con mi pesadilla.
En la repisa de la vieja chimenea observé la caja
de madera donde reposaban las cenizas de mi
amigo y sin más, salí a esparcirlas a los cuatro
vientos, con el deseo ferviente de que él encon-
trara un descanso a su espíritu.

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Agente encubierto
(Primera parte)
V
íctor Pimentel sostenía que los críme-
nes a mujeres en Ciudad Juárez se
debían a extraterrestres. Tan pere-
grina afirmación era apoyada por la
revista Hermes. Una de esas publica-
ciones que abordaban cuestiones paranormales.
Y que nadie, o casi nadie, se atrevería a tomar
en serio. Si alguien tuviera la paciencia de leer
sus artículos, se sorprendería. Se sorprendería
muy poco al revisar los argumentos esgrimidos,
carentes de originalidad y llenos de clichés. No
había nada que hubieran escrito autores de la
talla de Frank Edwards o Brad Steiger.
La inventio era la misma de siempre. El autor
aducía fotografías de supuestos platillos vola-
dores que coincidían con los lugares donde se
habían cometido los crímenes. Era obvio que se
trataba de las típicas imágenes borrosas toma-
das con alguna cámara desafortunada. Pimen-
tel se valía de la negligencia y ocultamiento de
las autoridades para sostener la existencia de
un complot de grandes proporciones en el que
imbricaba al gobierno mexicano en un acuerdo
secreto con alienígenas. Según el periodista, el
Estado les daría permiso de hacer experimentos
con mujeres a cambio de tecnología para ex-
traer petróleo.
Como dije, nadie o casi nadie, tomaría en cuen-
ta a tales sujetos. Quizá mi afirmación tuviese
efecto en un país civilizado, pero en éste, defi-
nitivamente no. Y es que en México, las publica-
ciones como Hermes, se insertan bastante en la
cultura popular. Nunca pude entender por qué
tenía que venir a esta ciudad tan solo por un
escritor sensacionalista. Y es que era mucho lo
que estaba en juego. Ahora mi cabeza pende de
un hilo. Un peligro que nunca imaginé me ace-
cha ahora, y eso que presumía conocer todos
los riesgos de mi profesión.
Confieso que estábamos implicados en los
crímenes de Ciudad Juárez. Era un asunto que
siempre me desagradó y del que nunca quise
tomar parte. Los juicios éticos de tipo personal
no cuentan en nuestro negocio, y es que la se-
guridad nacional tiene prioridad, tiene prioridad
por encima de cualquier otra cosa. Como dije,
el motivo de nuestro viaje se debía al charlatán
Pimentel. Nuestra misión consistía en secues-
trarlo para averiguar cierta fuga de información.
Para tal propósito adaptamos una bodega en Ca-
sas Grandes como casa de seguridad. Teníamos
respaldo del gobierno mexicano al que también
le preocupaba el asunto, por lo que delegó en
nosotros la solución. Mi función era totalmente
periférica y se limitaba al registro de cada paso
en la operación.
Recuerdo que caía nieve y la extensión de esa
bodega me daba la sensación de estar en alguna
base del Polo Norte. Por aquellos días mi esce-
nario se limitó a los pasillos y rincones repletos
de artefactos inútiles de aquel lugar. Esa noche
me encontraba sentado, fumando y rascando la
pared con mis pies cuando Víctor Pimentel lle-
gó escoltado por los muchachos. A decir verdad
nunca esperé que fuera un hombre de aspecto
insignificante. Su estatura era demasiado baja.
Craig y Williams, quienes se encargaron de rap-
tarlo, eran infantes de marina altos y fornidos
que hacían parecer al invitado como un niño
escoltado por el maestro rumbo a la dirección.
La enorme gabardina café y el sombrero de ala
ancha le daban un aspecto anacrónico. Parecía
un personaje arrancado de los años cuarenta. El
tamaño de sus lentes, fondo de botella, hacían
parecer ridículos el bigote y la boca, que ape-
nas y se veían. Más que periodista parecía un
burócrata. Uno de esos sujetos sumidos en la
mediocridad, y de los que suelen encontrarse en
cualquier dependencia de gobierno. De aquellos
que no pueden evitar manifestar su resignación
al anonimato.
Fue conducido a una habitación acondicio-
nada como celda. Durante las siguientes horas
sería interrogado por el director Harry. Desde
mi asiento podía escuchar su fuerte y violen-
ta voz, parloteando un español bastante tosco.
(Continuará)

Revista Filigramma
20
L
a vida y la conciencia que se tiene de la experiencia humana, dan sentido a nuestro mundo
y es el lugar donde de manera fortuita y después por elección habitamos, así sea, el propio
infierno del que emergemos para renovarnos.
El filósofo Zygmunt Bauman nos dice: “Resulta improbable que las formas, presentes
o solo esbozadas, cuenten con el tiempo suficiente para solidificarse”.
Sin embargo, la poesía ha de ser cimiento, lugar de referencia: eje, apoyo, materia para el pensa-
miento luminoso y oscuro, experiencia primordial, creación del mundo, objeto tortuoso.
A través del poema, atrapamos el líquido donde navegan nuestras emociones y el tiempo es ancla-
je en momentos plenos, donde nos renovamos para continuar el viaje. Impregnamos de emoción
la ausencia para alcanzar su fin en la memoria. El poema eleva hacia las alturas la metáfora del
tiempo.
Émile Durkheim escribió: “El objeto sagrado nos inspira, si no miedo, por lo menos un res-
peto que nos aleja de él, que nos mantiene a distancia y al mismo tiempo es objeto de
amor y de deseo”.
Eterna resurrección, energía acrecentada del poema, rayo fijo de la poesía, donde el instante con-
tiene todos los instantes. Sin dejar de fluir, el tiempo se detiene, colmado de sí.
El poema niega los límites, borra su línea divisoria y derrocha su sentir conquistando libertad,
trasmutando navíos que arden en el aire para luego sumergirse en la palidez de un día lluvioso.
La palabra se alza como columna vertebral del tiempo, y en ese punto, contenemos y nos contiene
la vida. Nuestra travesía es polvo y erige paisajes, maravillas volátiles: realidad, ficción y magia.
Belleza, crisol del brillo cegador, odre de la palabra, pensamiento inasible donde yace el sueño de
los signos.
La boca, como vientre, dibuja con su cálamo el lugar que ha de habitar. El poema antecede a la
vida. Las palabras se atropellan, se abrazan, se desatan, son capaces de arder y enfriar el fuego.
Surcan los páramos más grises y pueden llegar al origen, al lugar donde balbucea un niño.
“La revelación poética implica una búsqueda interior. Búsqueda que no se parece en
nada a la introspección o al análisis; más que búsqueda, actividad psíquica capaz de
provocar la pasividad propicia a la aparición de las imágenes”.
Octavio Paz
Adjetivado como gris, un día sin discurso no puede nombrar al paisaje, mas la voluntad suscrita
en la nube estalla en necesidad y la capacidad de pensar se reduce a la inmediatez del yo. Despro-
visto de arrojo, el ser desfallece ante la falta de un nombre que pueda hospedar su levedad. Ya no
hay verde o azul que elegir, y una tela palpita casi imperceptible sobre un objeto hecho para ser
inmóvil, que no siendo es y se recupera como propósito al sostener lo desarticulado e incoloro. El
día renace.
Algo engendra la quietud, el artilugio despierta a aquella ausencia; laxo el ser continúa vivo, sus-
pendido en la idea de crear tarimas para sus abismos.
Despierta ante la dureza de la silla y se mira indecible; experimenta la muerte porque no muere y
su final nace con la palabra:
El mundo y sus pies de tierra
el hombre y su condición de aurora
tierra sorda, masa del amanecer,
con el último impulso
inventa el socavón.
género híbrido
Pensamiento luminoso y oscuro
Leticia Díaz Gama

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poesía
“–Y sin respuesta alguna–”
Juan Carlos Martínez P.
(El Monje Hereje)
Y mientras camino, habito encarnando el desapego
desde el inhóspito exilio de mi propio karma.
¡La confusión se anega sabiendo que de mis palabras florecen
circunstancias y simientes favorables a los otros!
Y desde la perspectiva del amargo y cruel desasosiego
me interrogó: ¿por qué los otros viven sobre alfombra
mientras me corresponde cohabitarme siempre
en la abundante escasez que me desplaza?
Nadando entre la bruma de una existencial angustia
sollozo a gritos sobre mi enmohecido desconsuelo:
mi prioridad no es atarme a la materia sino desanclarme a ella.
Mi prioridad es abonar las circunstancias para que, indeleble,
florezca entre los hombres el frágil y sutil corazón de la Unidad,
más allá de obsoletas barreras sin sentido en que nos tortura
el ego, al ahogarse entre la oxidada mazmorra de la vanidad
y la frívola individualidad que, hiperbólica,
denigra, para siempre, la misma esencia.
Comprendo que, eternamente, he transitado
este camino abonando, entre migajas, la amarga ilusión
de germinar semillas sobre el canto mismo del silencio,
para que, en la unidad, todos juntos logremos comprender
que la esencia de todo mal se disuelve sabiendo
que el otro es una extensión de nosotros mismos,
y que el ritual más elevado es vivir lo cotidiano
haciendo, de lo más frívolo y común, un acto sagrado
sabiendo que, entre ambos pedestales, solo media
un símbolo por gran distancia…
Lo divino es hacer de lo profano lo sagrado
para así ejercitar la alquimia de la adversidad
enraizando la virtud como el camino mismo
a que la vida indefectiblemente nos conduce,
pues el mal es tan sólo un filtro para hacer de un nosotros
la personificación misma de la divinidad, pues al final,
gracias a la oscuridad, la luz del amanecer avanza
dando pasos para despertar, con amor, los ecos de la vida.
¿Qué es la riqueza si la vida misma se vence
sin poder detener su mísera apariencia?
La vida es tan sólo una ilusión que,
a sí misma, se desgaja
intentando dar sentido a la sinrazón de un aforismo.

Revista Filigramma
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Dos poemas de
V. Yamell Mendoza
Esa inmensidad
Levanto la mirada, y tú con la tuya,
sigues rondándome con ese cinismo
engullendo bestial a mi cordura,
corazón y miedos...
Llegas cuál rocío, que provee a la tierra seca,
con esa fragancia calmando mis tormentas,
meciendo flores, espinas, raíces
y recuerdos vándalos
que han saboteado lágrimas
a este corazón dañado.
Dejo atrás diluvios de placer,
inclemencias de desolación,
alegrías disfrazadas, sólo algunas,
creyéndome que puedo otra vez nacer...
Y me detengo en ese fulgor
rasguñando las metáforas
que aluden a mi corazón,
sacudida por la soez, dura y presa realidad;
tus ojos, que me embrujan, me abruman,
me desnudan y me incitan a creer,
me gritan en silencio,
que existe la posibilidad de esa inmensidad…
Momento...
Cállame los besos con tus labios
que a este cuerpo no le han llegado,
y sigue hundiendo los verbos en tu nombre
con ese destello que tu mirada me ha labrado...
Desliza tus caricias más allá del incierto
profanando toda tierra infértil y sedienta,
haciendo de tu soledad y la mía escondida,
un templo para adorar ese momento...
Bebe hasta el último aliento oscuro
del más íntimo deseo,
toma de mi pecho el latir extremo
que tu sangre e impaciencia me provoque...
Halla en mi mirada esta herida
que ha logrado aislarme
y que a mi paso ha marchitado.
Y siente el frío, este gélido roce
que mis palabras han dejado.
Bésame y no preguntes,
acaríciame y no me dejes
adorando en este momento;
tus verbos, tus labios y tu silencio.

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Destino
Macedonio Vidal
Busco un destino,
un viaje de ida sin boleto de vuelta.
Abro la App predestinada
la playa envuelta en plástico
una montaña sin aroma sin gorjeos sin rugidos
ríos y arroyos en donde nada se ve claro…
escondrijos donde progresan y se agazapan
y se hacen fuertes las pandemias,
un truncado presente de un bosque agonizante
en donde “el verde que te quiero verde”
se convierte en arena.
Recurro a mi mirada ubicua.
Y ubicuado ubico mi desubicada demencia,
mirar a un mismo tiempo diferente,
diferentes lares en diferentes tiempos,
surge la curva, las curvas, las campanas
curvas que no se aplanan con discursos
y más allá del aquí y del ahora inasible,
en mi templo contemplo
el pasado cercano, el pasado lejano
el futuro inmediato más allá del futuro mediático,
camino por el futuro empacado en envoltura
de chatarra que le dejamos a nuestros hijos.
Ya conozco el destino de hoy el destino
de ayer el descarrile de mañana
un concierto de fiesta con anuncios de nimbo.
Dioses con el cerebro programado
caemos abatidos por la diarrea de consumo,
sin apenas darnos cuenta de ufanes
pesimistas y optimistas
discursos de optimates henchidos de esperanza
fake news or not, it´s the same!
confío en lo que mis ojos no me mienten
ni aun cuando una lágrima insista
en borrar mi intento de sonrisa
ya conozco el destino
lo veo todos los días
lo veo desde adentro de mi vida
y más allá desde antes de mi vida mucho antes
y mucho más allá de mi vida…
no hay mucho que mirar para mañana
ya conozco el destino,
aun así insisto y me trepo en mi nave
me elevo a través de los peces envueltos
dentro y fuera de su ser antes de ser pescados,
me elevo buscando ver más allá
de la barrera sinfín del smog,
me elevo y llego a la estratósfera, al espacio
y desde lo alto intento una vez más
antes desde lo alto se miraba mejor
ahora arrimo unos tornillos, proyectiles celestes
tolvas, bielas, flechas, cohetes, cubiertas
que circunnavegan, un casco de astronauta
arrimo lo que puedo y no veo
así que vengo de regreso
rebaso la chatarra espacial
entro al cinturón contaminante
atmosférico y no veo
al fin surgen entre sombras
las primeras montañas:
montañas en rojo óxido
ya sin árboles y sin raíces
superficie de roja arena interminable
me aproximo al destino del mundo
206.7 millones de estupideces con nombre
de progreso y desarrollo inversión, especulación,
utilidad fútil perfumada y encendida,
con combustible fósil prendo mis retrocohetes
tanto he viajado para llegar una y otra vez
al mismo lugar común
donde la inteligencia sin cerebro llega,
y ha llagado tantas veces,
letrero en rojo que anuncia el destino
del viaje del otrora mundo azul
territorio marchito, destino incierto
BIENVENIDOS A MARTE.
Dos hiperbreves de
Abel Pérez Rojas
Dedicatoria
Pizca escarlata del poeta
es cada verso de amor.
Éste es para ti,
sí... para ti.
Cosas de uno
Hay cosas de uno
que no son de dos,
ni de tres,
ni de cuatro,
sólo de uno.

Revista Filigramma
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Elegía
Páginas amorosas despiertan
entre sábanas descuidadas:
tiradas al piso unas, otras sobre
cuerpos desnudos; universos
de piel y emociones despiertan
al amanecer; recuerdan
que la noche trajo cenizas
del deseo, caricias colgadas
del tendedero entre besos.
Páginas que se tiran al piso —como si
nada fuera— voz que viene de siglos
haciendo canciones bucólicas
o teatro de pasión y tragedia;
despiertos cantos de rabia y celos
Otelo, con ojos de furia, que mira
a Desdémona soñar con él —sin
saberlo— y, en su rostro, hay
tanta emoción y embeleso
al sentir el orgasmo que la trasgrede.
No sabe que el celoso en mano,
toma la daga —instrumento del demonio—
para infringir a su cuerpo
herida de sangrante final: ojos enamorados,
igual viven erótica belleza, que instante
de muerte en aposento del furioso doliente.
Páginas dolientes, registran besos ajados
por dolor y sangre que les conmueve;
sábanas dolientes, cual plañideras
con rabia lloran su dolor; la amada
es sólo rostro descarnado, en su belleza,
de muerte que sonriente goza su
triunfo, ante leve piel que de luto queda.
(poema anti-racista)
Antes, mucho antes
de tornarme yo en antisemita
y tú en judío
antes, mucho antes
de desconfiar
el uno del otro
¿qué éramos?
Antes, mucho antes
de tornarme yo en judío
y tú en árabe
antes, mucho antes
de desconfiar
el uno del otro
¿qué éramos?
Antes, mucho antes
de tornarse mis padres
en alemanes y los tuyos en judíos
antes, mucho antes
de desconfiar
los unos de los otros
¿qué éramos?
Antes, mucho antes
de escoger el vientre que nos parió antes,
mucho antes
de desconfiar
los unos de los otros
¿qué éramos?
Espejismo
Tres poemas de
Azril Bacal
Dos Haikus y buenas vibras
Vemos a veces
arder al horizonte
incandescente.
*
Hay silencios en
el silencio que truenan
en la caverna.

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25
*
Arriba siempre la belleza
abajo todo se deteriora.
Arriba lo que la naturaleza construye
abajo lo que el ser humano construye.
Si se mira hacia arriba la conciencia se alegra
si se mira hacia abajo se ve la tristeza.
Al levantar el mentón
caminemos de cara al Sol
felices mirando el cielo,
siempre bello.
*
Hoy y siempre recordaré a mi amigo el Espíritu
el que me anima y me vigoriza a plenitud
el que me alegra y sustenta le doy mi gratitud
el que me apoya y acompaña a toda altitud
el que orienta, alumbra y despeja mi camino
el que extirpa mis dolores y suaviza mi destino
el que me hace escribir del afecto cristalino
el que cambió mi mirada en sonrisa que flamea
el que desea que yo obtenga un cuerpo que no bloquea
el que me ha obsequiado la totalidad que me rodea
el que... el que me ha dado todas las tareas.
*
En esta oscura noche en un duende divago.
La sombra me evoca el dolor vulgar
llamo a las penas que me traguen,
me inunda la fatiga en gritos.
Naufrago.
Tres poemas de
Bhakti Bimal Srauti Maharaj
(El Bardo Peregrino)
El corazón de un animal
impuro
V
El corazón de un hombre
es un pequeño petirrojo
que se despierta a cantar
sobre un tronco seco
donde se limpia el pico,
despues de haber manchado
algunos gusanos
sacude sus alas
se nota enfadado
se ve impaciente
oloroso rasca su sobaco
y una de sus plumas
se desprende
cae lenta
que no quiere llegar al asfalto
negro
y estrepitosamente cae
sacudiendo la tierra
y el petirrojo pisa
cariñoso
a su amada
mientras un gato merodea
VI
El corazón de un hombre
es el pistilo de un tulipán
rojo
que hipnotiza
al que lo mira atizar
la hoguera
de su pasión

Revista Filigramma
26
Carlos Gray
escritor invitado
Nací en Vallenar, Región de Atacama. He desa-
rrollado mi vida profesional entre el teatro, la
literatura, la gestión cultural y las comunicacio-
nes. Resido en Pucón (Región de la Araucanía)
desde hace 30 años. He escrito y publicado los
libros: Gotán, tangos del otro patio, Los Archi-
vos de la Memoria, la historia no contada de
Pucón (RIL EDITORES); Vidas Robadas (Mago
Editores), Pucón, tierra de ensueños, Pucón,
tierra de agua, soles y huellas (Autoedición),
como también varios de mis cuentos y poemas
forman parte de diversas revistas tanto nacio-
nales como internacionales.
China asquerosa
gritabas casi aullando
A mí no me faltai el respeto
delante de mis amigos
En el suelo
sometida
me pateaban
Yo trataba de cubrir mi rostro
Sentía
comomearrojabanlíquidosquemantes
mientras esos miserables
abrazados
seguían bebiendo
Mire compadre
pa’ que aprenda esta bruta
golpéela
así también esta yegua
será obediente
Arránquele los dientes
a ver si le quedan ganas de hablar
Mis ropas ardían
mis pellejos carbonizados
la vida se me iba
Señor de la Misericordia
**
Y ellos miraban y
reían
avivaban el fuego y
reían
rociaban mis carnes
con líquidos quemantes
y
ellos
reían
Ellos reían
Y ellos reían*
He sido distinguido por el Consejo de la Cultura
y las Artes de la Araucanía por mi trabajo en el
rescate de la historia local, con “Los Archivos
de la Memoria, la Historia no contada de Pu-
cón”. He obtenido también, el Primer Premio en
el Concurso Historias de Gente Grande, con el
relato “Acerca de los aromas de mi infancia”. He
sido distinguido con las medallas CUM LAUDE,
Universidad de la Frontera, campus Pucón y por
mi actividad cultural, por el Municipio de Pucón.
Actualmente dirijo Radio Puelche 90.5 y, soy ac-
tor y director de “LA GÓNDOLA DEL ARTE, tea-
tro en Movimiento”.

Julio, 2021. N° 9
27
Acorralado por los fantasmas de mi pasado
envuelto en las hogueras de la existencia
me inmolo
Consumido por el dolor y la agonía
regreso a los infiernos
Qué el fuego sagrado purifique mi alma
el fin se acerca
el principio también
las cenizas envuelven mi cuerpo
mi plumaje se torna marchito
atrapado estoy
en medio de mis viejas ansiedades.
Soy el último en mi camino
la última primavera la última nieve
la última lucha para no morir en tu hoguera
barro y rocío
atrapan mis sueños
a mis pies
insectos
pájaros
hombres
luna hambre miseria
la tierra en sombra
el cielo claro
extinguido en el sacrificio de mis viejas ansiedades
como el ave Fénix
revivo victorioso
la vida nueva recorre mis venas
**
Todas las ramas de la sangre
cantan con el mismo aire
se disipa la nieve de este agobiante invierno
florezco en la ceniza
el humo sube al infinito
el fuego permanece en el averno
emprendo el vuelo
Mientras la Parca enloquecida
se manoseaba sus mustios ajados muslos
la tarde estallaba rabiosa
entre lacrimógenas y
aguas nauseabundas vomitadas por los guanacos **
se escuchaban esos ensordecedores gritos
esos cientos de sobrecogedores gritos
esos miles de temerosos gritos
dando volteretas
entre el ruido de las tanquetas
y los temidos perdigones
riéndose
laceraban esas cuencas ensangrentadas
tiñendo las calles
rasguñando esas mugrientas murallas
despreciando
el lamento hasta de los pensamientos
atrapaba entre sus flácidos brazos
los clamores enfurecidos de la primera línea
***
al amparo de la noche
sólo los narcos y la pasta base
sellaban su alianza
con las siniestras fuerzas del Estado
Dios por testigo
El grito**
* “Y ELLOS REÍAN…” es un poema testimonial y perfo-
mático que narra la horrorosa muerte de Josefina Aillalef,
de 68 años, tras sufrir una paliza brutal y ser quemada
cuando aún estaba viva por su pareja y un amigo de él. La
crónica policial cuenta que “ambos imputados procedieron
a golpear en reiteradas ocasiones a la afectada, dejándola
prácticamente inconsciente, contexto en que procedieron
a quemarla”.
** VIDAS ROBADAS, es un poemario escrito a dos vo-
ces, con la poeta Eugenia Toledo, que relata de manera
dolorosa uno de los flagelos más alevosos que, pese a las
campañas educativas, sigue azotando a nuestra sociedad:
los femicidios.
El vuelo

Título: Rosa de los vientos
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Revista literaria del Círculo de Escritores Sabersinfin, nuestra intención es promover
el hermanamiento creativo y el compartir saberes enfocados en la cultura de paz.

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