2. INTRODUCCIÓN
Por medio de muchos Santos, el Señor ha obrado muchos y muy
grandes prodigios. Pero estos Santos no eran Santos por los prodigios
que obraron, que ellos sin la ayuda de Dios no lo hubieran podido
hacer, sino por la VIDA QUE LLEVARON.
En las vidas de los Santos, que fueron quienes mejor y más amaron al
Señor, hay una meta común: EL GRAN AMOR A DIOS Y A LOS
HOMBRES, SUS HERMANOS.
Uno de estos Santos fue ISIDRO
LABRADOR, que desde que tuvo uso de razón se
entregó de lleno a cumplir con el deber que el
buen Dios le había encomendado. Hoy es el
Patrón de la capital de España y el Patrón y
Protector de cuantos se dedican al cultivo de la
tierra.
A continuación se narrara la vida y milagros de
este Santo: SAN ISIDRO LABRADOR.
3. VIDA DE SAN ISIDRO
Isidro nace en Madrid, a finales del siglo XI.
Sus padres eran unos campesinos sumamente pobres, se
encargaron ellos mismos de inculcarles sus escasos
conocimientos, le enseñaron a tener temor a ofender a
Dios, el gran amor de caridad hacia el prójimo y un
enorme aprecio por la oración, por la Santa Misa y la
Comunión.
Isidro ayudaría a su padre en el cultivo de las tierras.
Contrajo matrimonio con una chica del pueblo llamada
María Toribia, conocida más tarde con el nombre de
Santa María de la Cabeza.
Fruto de su matrimonio tuvieron un hijo llamado Illán.
Isidro murió rodeado de su familia, sobre los 90 años.
Cuarenta años después, sacaron del sepulcro su cadáver por revelación divina (una
aparición de San Isidro a un compadre advirtiéndole del deseo del Señor del paso
de su tumba a un lugar más honroso), y estaba incorrupto (como si estuviera recién
muerto). Las gentes consideraron esto como un milagro y fue trasladado a un lugar
más destacado de la iglesia de San Andrés.
San Isidro es patrón de Madrid y de todos los labradores. Su festividad: 15 de mayo
4. MILAGROS DE SAN ISIDRO
Su vida cambia por completo y sorprende a sus vecinos con multitud de
hechos sorprendentes o milagros que trajeron el bien para la comunidad.
Algunos de los milagros son:
MILAGRO DEL POZO
Un día mientras estaban en el campo, dejaron
al niño junto a un profundo pozo de sacar
agua y en un movimiento brusco del
chiquitín, la canasta donde estaba dio la
vuelta y cayó dentro del hoyo. No había como
rescatar al hijo, entonces se arrodillaron a
rezar con toda fe y las agua de aquel pozo
fueron subiendo y apareció la canasta con el
niño y a este no le había sucedido ningún mal.
No se cansaron nunca de dar gracias a Dios
por tan admirable prodigio.
5. MILAGRO DE LA OLLA
En una ocasión fue un pobre a pedirle comida a su
casa y ya no tenía nada que ofrecerle. Aún así dijo a
su esposa: “Querida esposa, da a este hombre lo
que ha sobrado del puchero”, la señora dijo que no
le quedaba nada, pero aún así Isidro le pidió que
rebuscara en la olla de la cocina. Ella fue a la cocina
sabiendo que no iba a encontrar nada y encontró
sorprendida que la olla rebosaba de comida.
RESURRECCIÓN DE MARÍA DE VARGAS
En otra ocasión también devuelve a la vida a María de
Vargas, hija de su patrón Juan de Vargas y ahijada suya.
6. MILAGRO DE LOS BUEYES
Cada día se levantaba muy de madrugada y nunca
empezaba su día de trabajo sin haber asistido a
la Santa Misa. Por eso varios de sus
compañeros, muy envidiosos, lo acusaron ante el
patrón por “ausentismo” y abandono del
trabajo, porque siempre llegaba tarde al trabajo.
El patrón lo quiso comprobar por si mismo, y un
buen día se escondió tras unos matorrales y vio
por sorpresa que los bueyes estaban arando ellos
solos (guiados quizás por un ángel). El patrón
entendió aquel hecho como un prodigio del cielo.
EL BORRICO Y EL LOBO
Un día dejó su borrico a la puerta de la iglesia de Santa Marta. Unos
niños interrumpieron su oración para avisarle de que un lobo se iba a
comer al borrico. El santo los calmó diciendo: “Marchaos en paz y que
se haga la voluntad de Dios”. Cuando salió acabada su
oración, encontró a su borrico ileso y al lobo a sus pies muerto.
7. MILAGRO DEL BANQUETE DE LA COFRADÍA
En una ocasión en que había sido invitado a un banquete por una
cofradía, San Isidro permaneció en la iglesia absorto en oración y llegó
cuando la fiesta tocaba a su fin, seguido por un grupo de mendigos para
almorzar también. El invitador le recibió con cierta frialdad y
disgustado le dijo que solamente le podía dar almuerzo a él porque solo
habían guardado su porción, pero que no podían alimentar a todos sus
compañeros. San Isidro le contestó que su porción bastaba para él y
todo el grupo. Repartió su almuerzo entre los mendigos, alcanzó para
todos y sobró.
MILAGRO DEL MANANTIAL DE AGUA
Así mismo, hay un relato que nos dice que durante
un terrible año de sequía y temiendo por la cosecha
de la hacienda de su patrón, Isidro con un golpe en
la tierra de su arada hizo brotar un manantial de
agua del campo, saliendo tanta agua de allí que pudo
abastecer a toda la ciudad de Madrid.
8. LOS PÁJAROS
· Durante toda su vida de labrador tuvo un gran
aprecio con los animales. En ningún momento maltrató
a los bueyes y a los otros animales de trabajo de la
hacienda, todo al contrario.
Existe una leyenda que explica que un día de invierno y mientras se dirigía al
molino acompañado de un mozo con un saco de grano sintió compasión de los
pájaros que en la nieve ya no encontraban alimento y que estaban a punto de
morir.
Isidro limpió un pedazo de tierra apartando la nieve y vació allí la mitad del saco.
El mozo se echó a reír y lo tomó por tonto.
Pero al llegar al molino resultó que el saco estaba tan lleno de grano como antes.
· En otra ocasión, dándonos a entender su
extraordinaria sensibilidad, cuando Isidro
siembra el trigo, nunca se olvida de lanzar
puñados de simiente fuera del surco para que
sirvan de alimento a los pájaros y a las
hormigas, que también son de Dios.
9. OTROS MILAGROS
· Cuando va al molino da a los pobres que cruzan por el camino
casi todo el trigo que lleva en el costal, pero la tierra, siempre
generosa por bendición del Señor, le devuelve con creces lo
repartido. Tan es así, que durante sus servicios al caballero
Vera, sus heredades se convierten en las más labradas, sus
yuntas en las más robustas y lucidas, sus sementeras en las
más abundantes y regaladas por la lluvia.
· Isidro hombre muy piadoso que muy a menudo tenía
que soportar las burlas de sus vecinos porque cada día
se levantaba muy de madrugada y nunca empezaba su
día de trabajo sin haber asistido a la Santa Misa.
Así, que, los peones lo acusaron ante el dueño de que
trabajaba menos que los demás por dedicarse a rezar
y a ir al templo. El dueño le puso entonces como tarea
a cada obrero cultivar una parcela de tierra. Y la de
Isidro produjo el doble que la de los otros, porque
nuestro Señor le recompensaba su piedad y su
generosidad. Y el dueño quedó muy satisfecho con él.
10. PRESENTACIÓN REALIZADA POR:
Lourdes Mariscal Piña
Maestra de Religión
Colegio Pablo de Olavide
Prado del Rey (Cádiz)