EL HOMBRE PUESTO A PRUEBA: EL PECADO El don insigne que Dios había dispensado al hombre haciéndolo hijo y amigo suyo, estaba sujeto a una condición: que el hombre se comportara como hijo y le correspondiera con amor y fidelidad. Allí sobrevino la falla: el hombre, en vez de colaborar con el proyecto generoso de Dios se reveló contra Él. EL DOGMA DEL PECADO ORIGINAL Se llama pecado original porque tuvo lugar en el origen de historia de la humanidad; Adán por ser la cabeza de la humanidad, nos estaba representando a todos nosotros. La humanidad entera ha salido de una pareja única de lo que cada uno de nosotros debía heredar la gracia recibida de Dios en los orígenes. LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO Los efectos destructores provocados por el orgullo y la ambición egoísta del hombre, alejado de Dios. La descripción es retrospectiva y proyectiva, se refiere a lo que ocurrió al principio y además a lo que viene ocurriendo desde entonces en el mundo. La biblia nos enseña que la comunión con Dios está en la raíz de todas las otras comuniones. El pecado siembra el conflicto el conflicto y el desconcierto en este cuadro de armonía: al provocar la ruptura con Dios, origina otras rupturas que afectan negativamente a la humanidad. El primer anuncio de salvación El hombre, tentado por el enemigo de Dios, ha sucumbido y experimenta las consecuencias de su falta. Con todo, Dios deja oír una promesa esperanzadora por la que demuestra que no ha cerrado su corazón de padre y que se reserva proyectos más generosos en favor de él. Esa promesa constituye el primer anuncio de salvación llamado tradicionalmente protoevangelio. Los espíritus buenos y malos La presencia de un ser misterioso, simbolizado por la serpiente, que instigó a pecar a nuestros primeros padres nos deriva al tema teológico de los espíritus buenos y malos. Digamos primeramente que en la escala de los seres creados, los hay totalmente materiales, sean inertes las sustancias inorgánicas o vivientes (los animales y vegetales); otros son compuestos de materia y espíritu (los hombres); y, según nos revela el libro de Dios los hay también puramente espirituales y más perfectos que los hombres. Se los conoce con el nombre de ángeles.