Una mujer se levanta temprano para hacer sus tareas diarias cuando un mensajero del gobierno llega reclutando civiles para la guerra. Ella recuerda su infancia feliz y debe decidir si quedarse en casa o unirse a la lucha con valentía. Ella elige enfrentar la realidad con coraje y se convierte en una heroína, rompiendo los estereotipos de género de la sociedad del siglo XIX.

1. Una mujer en la
guerra de 1856

2. Eran las 4:20 de la mañana cuando los rayos del sol salían por el horizonte, los gallos cantaban y ya se
empezaba a escuchar ruido en el corral. se sentía el frío del alba, pero a pesar de eso con brío había que
cumplir con el quehacer diario: encender el fogón, palmear las tortillas, chorrear el café y recoger los
huevos, sin olvidar encomendarse a dios y encender una vela a los Santos.

3. Como era costumbre después de hacer su cama e ir a lavar su ropa al río,
ella y su tercer esposo espíritu santo se sentaron a conversar mientras
almorzaban sobre la situación conflictiva que vivía nuestro país.

4. En ese momento tocó a su puerta un mensajero del gobierno reclutando civiles,
por su mente pasó como una fotografía reviviendo momentos felices de su
infancia y ahora debía tomar una decisión: si ser una mujer más de aquellas
que se quedarían en su casa esperando un futuro incierto o llenarse de valor y
enfrentarse a la realidad.

5. •Fue así que con espíritu
beligerante nuestra
valiente mujer se convierte
en una heroína en el siglo
xix. rompiendo con los
estereotipos de la sociedad
de la época