Este documento presenta cuatro leyendas ecuatorianas:
1) La leyenda de Cantuña, un constructor indígena que hizo un pacto con el diablo para terminar una iglesia a tiempo.
2) La leyenda del Gallo de la Catedral de Quito que le advirtió a un hombre borracho sobre sus malos hábitos.
3) La leyenda de la Dama Tapada, una mujer misteriosa que engañaba a los hombres hasta mostrar su verdadera forma de calavera.
4) La leyenda del Du
LEYENDAS DEL ECUADOR: CANTUÑA Y SU PACTO CON EL DIABLO
1. INSTITUCION EDUCATIVA
“MIGUEL DE SANTIAGO”
LEYENDAS DEL ECUADOR
NOMBRE: María Isabel Castillo
CURSO: 1 “E2”
FECHA: 22/12/2020
PROYECTO: #4
2. CANTUÑA Y SU PACTO CON EL
DIABLO
Cantuña era un indígena constructor famoso y descendiente directo del
gran guerrero Rumiñahui.
Los padres franciscanos le encargan la gran tarea construir un atrio para
una iglesia en Quito conocida como iglesia de San Francisco, la paga era
considerable, pero tenía que cumplir en plazo de seis meses, caso contrario
no le pagarían nada.
Cantuña veía como el plazo de 6 meses estaba llegando a su fin, pero la
construcción no concluía, desesperado le pide ayuda al Diablo quien le dice
que terminará la iglesia al amanecer, pero a cambio le venderá su alma y
Cantuña acepta.
Pero este se dio cuenta de que avanzaban muy rápido y temiendo por su
alma Cantuña agarra una piedra y la esconde, cuando el Diablo cree haber
terminado la iglesia va con Cantuña a pedirle su alma como habían
acordado, pero este dijo que la iglesia no estaba terminada mostrándole que
faltaba una piedra y que el trato no había sido cumplido.
Y de esta manera Cantuña salvo su alma y el diablo se fue el infierno sin el
alma de Cantuña.
3. EL GALLO DE LA CATEDRAL
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo había un hombre muy rico que
vivía en la ciudad de Quito y este se lo conocía como Don Ramon, don
Ramon era un hombre muy respetado pues gozaba de muchas riquezas que
le gustaba la vida nocturna pues este siempre salía a embriagarse en la
noche
Este hombre llevaba la misma rutina, se levantaba a las 6 de la mañana
desayunaba y al medio día almorzaba como cualquier persona y en la tarde
iba a pasear por las calles coloniales de Quito y cuando llegaba a la catedral
se burlaba del gallo que había en la cima de la misma.
Un día cuando don Ramon estaba ebrio este decidió ir a la catedral y
burlarse del gallo, pero este alzo la pata rasgándole la cara a Don Ramon y
este cayo a suelo y el gallo le propino una patada, don Ramos asustado le
pidió clemencia y el gallo le dijo
-No vuelvas a beber licor, ya que si lo haces de nuevo no te perdonaré y te
mataré.
También le advirtió sobre el desdén con el que trataba a las personas,
entonces don Ramon le prometió al gallo que no volvería a tomar.
Desde ese día Don Ramon cumplió su promesa, no volvió tomar y se
convirtió en mejor persona.
4. LA DAMA TAPADA
La Dama Tapada era una misteriosa y siniestra mujer que se aparecía a los
hombres por el año 1700 que caminaban solos por las calles de la ciudad
entre la medianoche y las cuatro de la madrugada y su origen es incierto.
Era una mujer de esbelta figura y cautivadoras formas, de andar seductor y
elegante, rodeada de un dulcísimo aroma que dejaba al paso y cubierta en
el rostro por un velo que, pese al enigma que representaba, dejaba
averiguar gran belleza y juventud tras las sedosas telas.
Por los tanto los hombres no podían resistirse y todos se quedaban
hipnotizados por su atracción. La mujer parecía invitar a que la siguiesen
con leves giros de cabeza y miradas fugaces, así como una risa juvenil.
Finalmente, tras mucho andar la dama se detenía y le decía al caballero: –
Ya me ve usted cómo soy… Ahora, si quiere seguirme, siga…
Entonces se quitaba el velo y por uno o dos segundos, el rostro de la mujer
mostraba una deslumbrante belleza griega: finas y delicadas facciones, piel
fresca y sonrosada, ojos de cautivadora hermosura y labios de ardiente
sensualidad.
Pero, tras la breve visión, las sombras oscurecían aquel rostro y la mano de
la muerte caía sobre ella, como en acelerada descomposición,
reemplazando la belleza y la juventud por una horrenda calavera emanando
un hedor intolerablemente nauseabundo…
Al ver esto, las víctimas quedaban impactadas y morían algunas por el
susto, otras por el olor pestilente. Después de eso la dama tapada continúa
su camino hasta desaparecer.
5. EL DUENDE
Popularmente se los conoce como “tintín”. Se aparece en toda la Costa
ecuatoriana, en lugares apartados, en los campos, en lugares sólidos y
peligrosos o en horas de la noche.
Enamora a las mujeres con sus palabras y promesas, a veces las viola
dejándolas embarazadas luego paren niños anormales. Cuando se enamora
de una mujer sale por las noches de los huecos donde vive, y lleva una
piedra imán en un mate, la cual coloca debajo de las escaleras para que
todos los habitantes de las casas se duerman y una vez que esto se cumple
él tiene relaciones sexuales con la mujer que desea.
A este personaje se lo describe como un pequeño hombrecillo de
apariencia no tan agradable, gran cabeza y los pies vueltos hacía atrás; de
piel verde y arrugada, con un sombrero que arrastra hasta el piso.
Antepasados narraban que producía un silbido ululante y lúgubre por las
noches.
En tiempos más antiguos, una mujer soltera no podía salir de casa; y si
llegaba a la etapa de concepción, nadie dudaba que Tin Tin fuera el
responsable.
6. LA CAJA RONCA
Hace mucho tiempo en la ciudad de Ibarra vivían dos amigos: Carlos y
Manuel. Una mañana, el papá de Carlos les pidió que antes de ponerse a
jugar, fueran a regar las plantas del jardín, puesto que hacía muchos días
que no llovía y casi estaban por secarse.
Ellos no pusieron excusa alguna, pero acordaron entre ellos que esta
actividad la harían después de jugar, el tiempo paso volando y se hizo de
noche y entonces Carlos se acrodo de la actividad que le dijo su padre y le
dijo a Manuel que le acompañara a regar las plantas a lo que este accedió.
Antes de que se acercaran a la parte trasera de la casa, sitio en el que se
encontraban las macetas que debían regar, empezaron a huir una serie de
voces que pronunciaban palabras en otro idioma, de la misma forma que
ocurre cuando la gente sale en una procesión. Se ocultaron detrás de un
árbol y pudieron ver que aquellos no eran seres humanos, sino criaturas
capaces de flotar por el aire. A ninguno de ellos se les pudo ver el rostro,
pues lo tenían cubierto con una capucha. Además, en una de sus manos
portaban una vela larga apagada. Fue en ese preciso momento, cuando
Carlos recordó una leyenda ecuatoriana que le contaba su abuelo acerca de
una caja ronca. La descripción que el anciano había hecho acerca de los
seres que custodiaban este mítico objeto, era exactamente igual a las
criaturas que acababan de ver.
El terror que sintieron hizo que de inmediato perdieran el conocimiento,
cuando volvieron en sí. Cada uno se fue para su domicilio. Desde ese
momento, procuraron jamás volver a salir de noche