1. 09 MÓDULO
Tecnología educativa: Integración de las tecnologías en el proceso
de enseñanza-aprendizaje
Programa para Inducción para el
Profesorado de Nuevo Ingreso de
la República Dominicana
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2. Tecnología educativa: Integración de las tecnologías en el proceso de enseñanza-
aprendizaje
1. El papel de las tecnologías en la enseñanza
Si hay algo que caracteriza hoy día a nuestra sociedad, seguramente sea el cambio.
Vivimos en una sociedad en la que el cambio forma parte de nuestra vida cotidiana.
Hemos modificado nuestra manera de relacionarnos, de comunicarnos, de trabajar, de
comprar, de informarnos, de aprender. Los cambios que se han producido en nuestras
sociedades en las últimas décadas, dirigidos principalmente por la imparable expansión
de las nuevas tecnologías de la información y comunicación han generado nuevas
maneras de entender cómo las personas se sitúan en la sociedad, en relación a sí
mismas y a los demás.
Una de las características más sobresalientes del siglo XXI son las sociedades con
estructura en red y dependientes del conocimiento y de las tecnologías. Vivimos en
economías en las que la productividad está más asociada a la generación, procesamiento
y transmisión de la información que a la transformación de las materias primas. Una
sociedad de la información en la que, según Castells (1997), existe una convergencia
creciente de tecnologías específicas en un sistema altamente integrado.
En la sociedad actual, el conocimiento es uno de los principales valores de sus
ciudadanos directamente relacionado con el nivel de formación y la capacidad de
innovación que éstos posean. Pero los conocimientos, en nuestros días, tienen fecha de
caducidad y esto nos obliga ahora más que nunca a establecer garantías para que los
niños, jóvenes y adultos actualicen constantemente sus capacidades y competencias.
Hemos entrado en una sociedad que exige de todos una permanente actividad de
formación y aprendizaje
Podemos afirmar que vamos avanzando hacia una sociedad en red que busca formas de
organización más flexibles, horizontales y eficientes. Una sociedad en la que el acceso a
la información y en su caso al conocimiento se realiza a través de circuitos más abiertos,
accesibles y democráticos de lo que eran hasta hace algunos años. Ya resulta un lugar
común destacar la importancia del conocimiento y la innovación en nuestra sociedad.
La inclusión de las tecnologías en el escenario educativo plantea enormes desafíos, pero
también brinda grandes oportunidades. Constituye un camino al alcance de la mano
para impulsar reformas e innovaciones que tengan como eje el derecho de aprender que
poseen todos los estudiantes. Y todo esto nos lleva a reflexionar acerca del papel de los
docentes en esos nuevos escenarios educativos.
En los últimos años han proliferado los informes y estudios con abundante evidencia
acerca de los programas de formación inicial y continua de docentes, y su disociación
3. con una realidad educativa en continuo cambio. Hay falta de adaptación de los
programas de formación a la gran complejidad de una sociedad de la información que
exige iniciativas y propuestas flexibles, reflexivas y complejas.
La preparación de los maestros y profesores no es tarea fácil, y necesita ser repensada a
la luz de nuevas tareas y requerimientos. El avance imparable de la sociedad de la
información y del conocimiento, impulsada por el uso de las tecnologías, va a configurar
un escenario caracterizado por una “una sociedad del aprendizaje donde todo el mundo
enseña y aprende, y nadie es un experto” (Hargreaves, 1997:19). Esa es la principal
justificación de este capítulo cuyo objetivo es reflexionar sobre la formación docente a
partir del advenimiento de las tecnologías de la comunicación y de la información,
¿cuáles son los escenarios futuros para las acciones de formación?.
2. Docentes conectados en escuelas conectadas
Las oportunidades que las tecnologías ofrecen para aprender se extienden no sólo al
aprendizaje de los estudiantes, sino también a la misma enseñanza, y engloban
prácticamente a todas las formas de comunicación habituales en la educación
presencial.
Las tecnologías permiten la interacción y el intercambio de ideas y materiales entre
docente y estudiantes, y entre los propios estudiantes. Ese tipo de enfoque de
aprendizaje cooperativo comienza a extenderse. Ha surgido así el e-learning, forma de
designar la formación que se brinda en general mediante soporte de Internet, con
enorme potencialidad para la formación inicial y continua del docente, tal como lo
veremos más adelante.
El futuro nos deparará tecnologías nuevas que será necesario asimilar, que involucrarán
inevitablemente al docente y, más concretamente, a las capacidades y competencias que
será necesario desarrollar desde la formación inicial y continua. El problema es que
existe una endémica desconfianza de los docentes hacia las tecnologías. Y esto
seguramente no se trata de algo deliberado. Quizás se explique por la introducción de
las tecnologías como productos ya acabados, diseñados y listos para ser utilizados llave-
en mano, lo que no se corresponde precisamente con la idea de un docente que necesita
desmontar los diseños y procesos para así poder apropiarse de ellos. Tal vez
4. relacionado a ello está el hecho que los docentes tienden a usar las tecnologías en
formas que les resultan útiles (o funcionales) a sus prácticas tradicionales, pero no
tanto en formas que supongan un cambio en sus prácticas y enfoques habituales.
Aprender en la sociedad de la información y del conocimiento supone crear espacios de
colaboración e intercambio abiertos, fluidos y con pocas restricciones, que permitan a
las personas dar respuestas a sus problemas a través de un apoyo sostenido por la
comunidad-red a la que pertenecen. El conocimiento no puede comprenderse al margen
del contexto en el que surge y al que se aplica.
3. Aprendizaje conectado y distribuido
Una característica del conocimiento sobre aprender a enseñar en el siglo XXI es que no
reside exclusivamente en una sola persona, sino que está distribuido entre individuos,
grupos y ambientes simbólicos y físicos. El desarrollo de las tareas de enseñanza
requiere trabajo en equipo, que conduce a un mejor aprovechamiento del
conocimiento, lo que a su vez aumenta la capacidad de resolución de problemas. Esta
idea del “conocimiento distribuido” se ha visto estimulada por el impacto de las
tecnologías, principalmente Internet. La posibilidad de que los docentes puedan acceder
a conocimientos y contactos personales con docentes distantes geográficamente, al igual
que la posibilidad de integrarse a "comunidades virtuales", ha ampliado enormemente
los horizontes de lo que significa aprender a enseñar.
Junto a la idea de “aprendizaje distribuido”, que asume que nadie tiene todo el
conocimiento sino que éste se encuentra distribuido entre el conjunto de personas
implicadas en el desarrollo de un proyecto común, ha surgido una nueva forma de
aprender denominada conectivismo. Esa corriente de pensamiento postula que el
aprendizaje (definido como conocimiento procesable), puede residir dentro de una
organización o en una base de datos, y está enfocado a conjuntos de información
especializada cuyas conexiones nos permiten aprender, y pautan otra manera de
apropiarse del conocimiento.
Uno de los aspectos más llamativos de las tecnologías es su impacto en el ambiente de
aprendizaje lo que implica un cambio en la forma de organizar la enseñanza. Este
modelo requiere de un docente más centrado en el aprendizaje que en la enseñanza, lo
que nos lleva a reflexionar acerca de cómo se preparan maestros y profesores. Un
modelo centrado en el aprendizaje de los estudiantes requiere el desarrollo de
capacidades docentes que permitan la organización y disponibilidad de los contenidos
de aprendizaje de los estudiantes, mediante tareas individuales y en grupo, con un
permanente seguimiento por parte del docentes.
5. Se está demandando, por tanto, un docente diseñador de ambientes de aprendizaje, con
capacidad para optimizar los diferentes espacios en donde se produce el conocimiento.
Y esto requiere un cambio en la cultura profesional de los docentes, marcada por el
aislamiento y las dificultades para aprender de otros y con otros; en la que está incluso
mal visto pedir ayuda o reconocer dificultades. Para que el docente diseñe nuevos
ambientes de aprendizaje e incorpore las tecnologías, es fundamental que él mismo
experimente una variedad de modalidades e iniciativas en su formación inicial y a lo
largo de su formación continua. Las capacidades y competencias que el futuro docente
tendrá que movilizar para enseñar a aprender en la nueva sociedad, requieren de
contextos formativos que las promuevan
4. Las tecnologías digitales y los docentes
Una primera dificultad que nos encontramos en el adopción de las tecnologías por parte
de los docentes es la falta de confianza que estos tienen en relación con las TICs.
Tradicionalmente los docentes han venido utilizando tecnologías: la pizarra, los mapas,
el microscopio, las figuras geométricas de madera, etc. Eran tecnologías caracterizadas
por su estabilidad (no cambiaban o cambiaban poco lo largo de los años), su
transparencia (el docente se había cómo funcionaban estas tecnologías) y por su
especificidad (cada una servía para un objetivo concreto) (Koehler & Mishra, 2008). Sin
embargo, las nuevas tecnologías resultan algo más complejas de comprender y utilizar.
Son tecnologías:
● Versátiles, se pueden utilizar de diferentes formas y con diferentes objetivos.
Así, un ordenador puede ser una herramienta para la comunicación, para el
diseño y construcción, para la indagación, la expresión artística etcétera.
● Inestables, ya que cambian con mucha rapidez. Esta inestabilidad se pone de
manifiesto en que el conocimiento requerido para aprender a utilizar tecnologías
digitales nunca se para, puesto que la tecnología cambia continuamente. La
inestabilidad de las tecnologías digitales requieren que los profesores están
continuamente aprendiendo lo que puede suponer ambigüedad y frustración.
● Opacas en su funcionamiento interno. ¿quién sabe lo que pasa dentro del disco
duro de un ordenador?
6. Los estudios muestran que los profesores a menudo tienen miedo al fracaso cuando
utilizan tecnologías, fundamentalmente porque no se sienten preparados o capacitados
para incorporar tecnologías en sus aulas
La segunda causa de rechazo por parte del profesorado del uso de las tecnologías tiene
que ver con la falta de formación y competencia. Está relacionada con la anterior: si los
profesores no se perciben formados, no van a tener confianza en sí mismos cuando
utilizan tecnologías. Esta limitación es especialmente importante en los países como
República Dominicana donde sólo recientemente se han iniciado acciones de formación
docente por parte del MINERD y del INAFOCAM.
Una tercera barrera que la investigación muestra son las Resistencia al cambio y las
actitudes negativas hacia las tecnologías. Este componente es esencial para conocer la
disposición de los profesores acerca de las tecnologías y su uso en la enseñanza. Un
aspecto importante para facilitar la adopción de tecnologías tiene que ver con la
percepción de facilidad de uso, así como de beneficios para los docentes. Muchos
profesores no están convencidos de los beneficios del uso de las tecnologías para la
enseñanza y el aprendizaje de los alumnos. Como consecuencia, la estrategia a utilizar
para la adopción de tecnologías en el aula no sólo ha de contemplar el proceso de
formación, sino abordar las condiciones de la adopción por parte de los profesores.
Estas condiciones son más psicológicas que pedagógicas.
Hemos de tener en cuenta que muchos profesores en escuelas dominicanas pueden
percibir no ya falta de confianza y de formación, sino dudas en relación a las
potencialidades de las tecnologías para resolver los problemas de que adolece el
sistema educativo dominicano. Pueden pensar que la escuela y las aulas tienen otras
necesidades más perentorias que los computadores: biblioteca escolar, mobiliario,
instalaciones, salas de reuniones, etc.
7. 5. La Escuela del siglo XXI
El mundo digital está transformando la sociedad en la que vivimos y es precisamente en
el ámbito de la educación donde su impacto es mayor. Una enseñanza basada
únicamente en la transmisión de información no es una educación para el siglo XXI.
Como docentes, debemos ser conscientes de que las nuevas generaciones deben utilizar
modos diferentes de trabajo, ser capaces de extraer conocimientos relevantes de la
información que nos rodea, aprender de manera colaborativa, y desarrollar
competencias y nuevas habilidades.
La escuela del Siglo XXI debe dar respuesta a una realidad compleja y en continuo
cambio y que demanda al alumnado actual el dominio de diferentes habilidades.
Hablamos del desarrollo de la competencia digital, desarrollo intelectual y, lo que es
más importante, una gran capacidad de adaptación a los cambios que sucederán en su
contexto profesional y social.
Cada vez más, las nuevas generaciones deben utilizar modos diferentes de trabajo en el
aula, sabiendo cómo extraer conocimiento relevante de la información que nos rodea,
aprendiendo de manera colaborativa, potenciando determinadas competencias y
desarrollando nuevas habilidades necesarias para desenvolverse en la sociedad actual.
Para conseguir adaptar nuestro centro educativo a una escuela del Siglo XXI es
imprescindible que los alumnos se involucren en su proceso de aprendizaje y que los
docentes actúen de mentores en la introducción de la tecnología en las aulas. Sólo
conseguiremos que estén motivados y se esfuercen por aprender cosas nuevas si la
escuela les deja tener un papel activo, si la escuela les permite desarrollar su creatividad
al mismo tiempo que da respuesta a sus intereses y a la sociedad que les ha tocado vivir.
Tres son, pues, los grandes objetivos del Centro para poder alcanzar esta aproximación
entre escuela y alumnos. Objetivos a partir de los cuales se organiza no sólo el
currículum, sino la involucración de los alumnos, el papel o rol de los docentes, las
infraestructuras y los recursos tanto digitales como analógicos.
● Formar alumnos responsables de su proceso de aprendizaje. Entendiendo el
aprendizaje como los contenidos necesarios para crear más conocimiento, las
habilidades imprescindibles para conseguir solucionar problemas y los valores y
las actitudes que permitirán al alumno/a vivir, convivir y compartir.
8. ● Conseguir alumnos participativos y colaboradores. La propia estructura del
trabajo fomentará también el esfuerzo y la motivación en el mismo/a alumno/a.
● Conseguir alumnos reflexivos, creadores de contenido y generadores de
conocimiento. Hoy en día se hacen necesarios profesionales que sean capaces de
crear sus propios conocimientos y contenidos, haciendo especial hincapié en el
derivado de las tecnologías digitales. Una exigencia de la Escuela del Siglo XXI es
desarrollar en nuestro alumnado habilidades de creación de contenido, de
reflexión y de generación de saberes y conocimientos para que puedan ser
críticos y autónomos en su propia toma de decisión.
6. La importancia de la integración de las tecnologías en las escuelas
Nuestros jóvenes obtienen información y construyen su conocimiento a partir de
muchas y variadas fuentes. La escuela es fuente de conocimiento, así también sus
docentes, pero sin duda lo son los medios de comunicación digitales, tan presentes en
nuestra sociedad. El docente no se puede limitar a explicar lo que sabe, sino que ha de
acompañar al alumno en su camino de construcción hacia el conocimiento, siempre
procurando que este camino sea firme. Ha de motivar al alumno, ha de despertarle el
deseo de aprender. Más que un mero transmisor del conocimiento, el docente crea y
diseña entornos y situaciones de aprendizaje. En definitiva hace nacer en el alumno la
necesidad de aprender.
Actualmente, y a causa de los avances que se han producido en todos los ámbitos de la
sociedad, nos hallamos en un mundo muy diferente del que nosotros mismos vivimos
como niños, nada ya es igual que antes. Este nuevo entorno tiene también nuevas
necesidades y nuevos intereses y nuevas maneras de resolver los problemas de
siempre.
En la sociedad del conocimiento, a diferencia de la sociedad industrial y de las
anteriores, el conocimiento es más accesible y voluble. El lenguaje oral y la transmisión
de conocimientos por parte del docente ya no son las únicas fuentes de conocimiento.
Nacen, pues, nuevas maneras de comunicarse, con unos nuevos lenguajes y donde las
nuevas tecnologías toman un protagonismo primordial frente a las ya obsoletas, y
potencian exponencialmente las posibilidades de realizar, de otra manera y a menudo
mucho mejor, cualquier tarea. En estas áreas es donde el equipo de gestión tiene que
guiar a la organización, haciendo que la escuela se adapte a estas nuevas formas de
comunicarse.
9. Las tecnologías digitales, por su parte, pueden convertirse en el catalizador del cambio
pedagógico en muchos tipos de instituciones educativas. Sin embargo, este cambio no
debe consistir únicamente en la mera incorporación de las nuevas tecnologías al
servicio de los modelos tradicionales de enseñanza (el docente como transmisor de
contenidos a un grupo numeroso de alumnos en la clase, recepción y fotocopiado de
apuntes, memorización del contenido y reproducción en un examen, etc.). El reto de
futuro está en que los centros educativos innoven no sólo su tecnología, sino también
sus concepciones y prácticas pedagógicas lo que significará modificar el modelo de
enseñanza en su globalidad: cambios en el papel del docente, cambios del proceso y
actividades de aprendizaje del alumnado, cambios en las formas organizativas de la
clase, etc.
Un pilar fundamental para el éxito o el fracaso de una persona, de una región o de un
país de la sociedad del conocimiento reside en la educación. Si avanzamos hacia una
sociedad de la información y el conocimiento, son las instituciones educativas las que
deberían actuar como faros, como modelos en el proceso de educar a los nuevos
ciudadanos y de reeducar o desarrollar a las personas a lo largo de toda la vida.
Aprender en la sociedad de la información y del conocimiento supone crear espacios de
colaboración e intercambio abiertos, fluidos y con pocas restricciones, que permitan a
las personas dar respuestas a sus problemas a través de un apoyo sostenido por la
comunidad-red a la que pertenecen. El conocimiento no puede comprenderse al margen
del contexto en el que surge y al que se aplica.
7. El Conocimiento Tecno-Pedagógico del Contenido (TPCK)
La formación de los profesores es una condición necesaria, pero no suficiente para que
se produzca la adopción de tecnologías digitales por parte de los docentes. En este
sentido, el enfoque tecnocéntrico que adopta la mayor parte de la formación que se
imparte a los profesores es una limitación a su aprendizaje y disposición para el uso.
¿Cómo podemos superar el enfoque tecnocéntrico de la formación en tecnologías
digitales? Diferentes equipos de investigación vienen trabajando en lo que han dado en
llamar Conocimiento tecno-pedagógico del contenido. Editado por el Committee on
Innovation Technology de la AACTE, el planteamiento que hacen autores como Mishra y
Koehler es que si queremos verdaderamente integrar las tecnologías en el currículum,
pero también en las creencias y prácticas docentes, hemos de buscar los puentes, los
10. vínculos con los otros conocimientos que los docentes ya poseen. ¿Cuál es la novedad
que plantean estos autores y sobre la cual nos parece relevante ahondar? Es el hecho de
que la calidad de la enseñanza ya no sólo depende del dominio del conocimiento
didáctico del contenido que los profesores posean. Las tecnologías deben de integrarse
y dialogar tanto con el contenido que se enseñe cómo con la didáctica y pedagogía de
ese contenido. El modelo que se presenta a continuación viene a reflejar la idea de estos
autores (Koehler y Mishra, 2008).
El conocimiento tecnológico es el conocimiento acerca de los estándares de la
tecnología, como los libros, las pizarras
o las tecnologías más avanzadas como
Internet. Para el profesorado este
conocimiento supone la necesidad de
adquirir competencia para la gestión de
una determinada tecnología. En el caso
de las tecnologías digitales, supone el
conocimiento sobre los sistemas
operativos, capacidad para utilizar
procesador de textos, hojas de cálculo,
navegadores, correo electrónico.
El conocimiento tecnológico del
contenido tiene que ver con la forma
como las nuevas tecnologías están
transformando el propio contenido del
cual el profesor es un especialista. Se
refiere a cómo el uso de las tecnologías pueden ayudarnos a resolver problemas o a
comprender mejor determinados contenidos. Sea el ejemplo de cómo Google Earth ha
ayudado a una mejor comprensión de la geografía.
El conocimiento tecno-pedagógico tiene que ver con el conocimiento acerca de las
tecnologías cuando se utilizan aplican en la enseñanza y el aprendizaje y por lo tanto
incluye la forma como la enseñanza cambia con el uso de las tecnologías. Se refiere al
conocimiento sobre herramientas para crear representaciones (mapas conceptuales)
confeccionar evaluaciones (Hot-Potatoes), debates estrategias de investigación como
Webquest, etc. .
Por último, el conocimiento tecno-pedagógico del contenido se considera que es un
conocimiento diferente del conocimiento del contenido o de la tecnología que cualquier
experto puede tener, y también diferente del conocimiento pedagógico general que
comparten los profesores en diferentes asignaturas. El conocimiento tecno-pedagógico
del contenido es la base para una buena enseñanza con tecnologías y requiere una
comprensión de la representación de conceptos usando tecnologías, técnicas
pedagógicas que utilizan tecnologías de forma creativa para enseñar el contenido, el