Este documento describe el origen del Estado moderno en Europa entre los siglos XIII y XV. Durante este período hubo transformaciones económicas, sociales e institucionales como el crecimiento de las ciudades y la economía capitalista, la decadencia del feudalismo, y la consolidación del poder de los reyes sobre la nobleza y la Iglesia. Estos cambios llevaron a la formación de Estados unificados y centralizados gobernados por monarcas con amplias competencias administrativas, fiscales y militares.